oscuros "la trampa del amor"

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Passion

Lauren Kate

Luce se le quedó mirando. Estaba tan tranquilo y hermoso. Con sus párpados cerrados, parecía en absoluta paz. Estaba medio enamorada, medio confundida, y se quedó así durante varios minutos… hasta que estuvo tan congelada, que tuvo que frotarse sus brazos y golpear con sus pies el suelo para entrar en calor. —¿Qué está haciendo? —susurró por fin. Bill apareció detrás de ella y revoloteó alrededor de sus hombros. —Parece que está durmiendo. —¿Pero por qué? Ni siquiera sabía que los ángeles necesitaban dormir. —Necesitar no es la palabra correcta. Pueden dormir si les da la gana. Daniel siempre duerme durante días después de que mueres. —Bill sacudió su cabeza, pareciendo recordar algo desagradable—. Bueno, no siempre. La mayoría de las veces. Debe ser muy agobiante perder la única cosa que amas. ¿Puedes culparle? —Un p-poco, —balbuceó Luce—. Soy yo la que estalla en llamas. —Y él es el que se queda solo. La vieja pregunta: ¿Qué es peor? —Pero ni siquiera parece triste. Parecía aburrido en todo el funeral. Si fuera yo, yo... yo... —¿Tu qué? Luce se movió hacia la tumba y se detuvo repentinamente en la tierra suelta donde comenzaba su parcela. Un ataúd yacía debajo de esta. Su ataúd. El pensamiento le envió escalofríos a su espalda. Cayó de rodillas y puso las palmas de sus manos abajo en la tierra. Estaba húmeda y oscura y muy fría. Hundió sus manos dentro de esta, sintiéndose congelada casi al instante y no importándole, dándole la bienvenida al dolor. Había querido que Daniel hiciera esto, tratando de tocar su cuerpo en la tierra. Volviéndose loco por quererla de vuelta, con vida y en sus brazos.

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Pero solo estaba durmiendo, tan profundamente dormido que ni siquiera la sintió arrodillándose junto a él. Quería tocarlo, despertarlo, pero ni siquiera sabía lo que diría cuando abriera sus ojos. En su lugar, escarbó en la cenagosa tierra, hasta que las flores depositadas tan cuidadosamente estuvieron dispersas y rotas, hasta que el hermoso abrigo de visón estuvo sucio y sus brazos y su cara estuvieron cubiertos de barro. Cavó y cavó y arrojó a un lado

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