En sentido figurado la palabra novenario aplica a una retahíla de maldiciones o improperios que una persona lanzaba cuando las cosas no le salían bien. Las dos formas señaladas se aplican en el Norte de Santander y en el Estado Táchira.
Novelero: Sustantivo común, singular masculino. Curioso, entrometido, fisgón. Esta palabra se aplica a las personas que sienten un impulso irrefrenable por ser espectadores de un acontecimiento. Ejemplo: A Diocelina le rompieron la blusa por estar de novelera. Término común del habla Tachirense.
Nuchoso: Por función gramatical debería ser un adjetivo, sin embargo los diccionarios no lo catalogan así y en el habla Norte santandereana se interpreta como un sustantivo que hace referencia a la persona que tiene muchos nuches. Ejemplo: El nuchoso del Alberto tiene una sarna prendediza.
Ñ Ña: Popular. Aféresis de la primera sílaba de doña y de niña. En el lenguaje coloquial de la familia se llama niña a la que merece ser llamada doña porque está en edad de no merecer sino por cariño al título de niña. Ejemplo: Ña Teresita, la necesita su papá.
Ñaguará: Sustantivo común, singular femenino. Significa una forma de negación: No se puede ni de fundas, tiene valor, se manda cascara, sipote de vaina (costeño), sipote de mondá (venezolano), ni puel putas, tiene güevo de avión. Corresponde al léxico Tachirense.
Ñapa: Sustantivo común, singular femenino. Costumbre desaparecida en la que el comprador recibía un encime o algo de más, como recompensa por su compra. Ejemplo: Deme una docena de naranjas pero me da la ñapa. Existe en Cúcuta un caso curioso de una meretriz que encimaba a sus clientes una prestación extra de sus servicios sexuales como gratificación al haberla seleccionado y pagado sus favores. Término común en el habla fronteriza.
Ñaragato: Sustantivo común, singular masculino. Este vocablo se utiliza para designar una persona intrascendente, sin importancia, un cualquiera, ese tal fulano.
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