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Gilberto Correa celebra la vida con emoción de multitudes

Cada vez que se anuncia su nombre en una actividad pública, la respuesta es una lluvia de aplausos que simboliza el respeto, la admiración y el cariño de los venezolanos. Así ocurrió en el concierto de Oscar D’León y la Orquesta Sinfónica

Simón Bolívar, en la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño; en la elección de Miss Venezuela 2022, en el Poliedro de Caracas; y, más recientemente, en la Serie del Caribe, en el Estadio Monumental Simón Bolívar de La Rinconada.

De esa forma, Gilberto Correa recoge los frutos de una trayectoria profesional que lo mantuvo en la cúspide durante más de cinco décadas, como un sello de garantía para productores y anunciantes. Esos frutos alimentan su ánimo en tiempos difíciles, cuando su movilidad está limitada por los efectos de la enfermedad de Parkinson y necesita sentir que conserva el afecto de los televidentes.

Por tal motivo, atiende cada invitación que recibe, sin el pudor de mostrarse vulnerable frente a la imagen del sobrio animador que permanece en el recuerdo de varias generaciones.

A sus 80 años de edad, mantiene “la distancia y la categoría” que lo convirtieron en la cara visible de inolvidables programas.

Made in Zulia. En Maracaibo, como muchos personajes ilustres de la historia nacional, nació Gilberto Emiro Correa Romero, el 24 de febrero de 1943. El chiquillo siempre tuvo clara su vocación por comunicar, por lo que, tras cumplir 18 años, presentó los exámenes pertinentes para obtener el título de locutor. El 1 de julio de 1961, el Ministerio de Transporte y Comunicaciones le asignó el correspondiente al número 2.928, con el cual debutó en la radio.

Además, para tener una formación integral, se inscribió en la Escuela de Comunicación Social de La Universidad del Zulia (LUZ). Al cumplir con los requerimientos del pensum, recibió el diploma de manos del director de la Facultad de Humanidades, Sergio Antillano.

Su primer compromiso frente a los micrófonos fue en Radio Reloj como narrador de los tres noticieros diarios que tenían dos horas de duración cada uno.

El siguiente paso fue en Ondas del Lago como conductor de un espacio musical. Sin embargo, su gran oportunidad llegó con el programa Cultura universitaria, que producía la Escuela de Periodismo de LUZ.

Allí lo escuchó el gerente general de Venevisión, Enrique Cuscó, quien le propuso mudarse a Caracas. La oferta resultó tan tentadora que no lo pensó dos veces.

En pantalla. En 1965, instalado en la capital del país, el debut de Gilberto Correa en televisión fue como coanimador del programa Ritmo y juventud junto a Winston Vallenilla padre.

El espacio dominical llevaba tres años al aire y había sido conducido, previamente, por Franklin Vallenilla, Alfonso Álvarez Gallardo, Luis Turmero, Edgard Jiménez y Néstor Zavarce.

Ya en la nómina del canal de La Colina, trabajó al lado del recién llegado productor cubano Joaquín Riviera, en un nuevo proyecto: De fiesta con Venevisión El espacio de variedades, que alternaba talentos nacionales con estrellas internacionales, se mantuvo en pantalla desde 1969 hasta 1979.

Además de recibir a Samy Davis Jr., Gino Lollobrigida, Tom Jones, Engelbert Humperdinck, Sara Montiel y Paloma San Basilio, entre otros, contó con la presencia frecuente de un entrañable personaje: el Topo Gigio.

Además, la firma de una alianza entre OPPA Publicidad, dueña del Miss Venezuela, y Venevisión, lo convirtió en el animador oficial del concurso de belleza, a partir de 1972. De esa forma, terminó la alternancia anual de televisoras y anfitriones.

Junto a la exreina argentina Liana Cortijo se encargó del certamen durante los años 70.

Puro brillo. Luego del triunfo de Maritza Sayalero como Miss Universo, Joaquín Riviera aceptó producir el recibimiento a la reina, en la elección de Miss Venezuela 1980. Para ello contó con su caballito de batalla, el mismo Gilberto, y fichó a Carmen Victoria Pérez, quien estaba al frente del programa Gente en Venezolana de Televisión

Nació una de las parejas más emblemáticas de la televisión criolla que se mantuvo unida toda la década, en el programa líder de audiencia.

En 1981, el zuliano se anotó otro éxito con Close up surgido de la empresa de contenidos audiovisuales Videomóvil, que fundó casi 10 años antes.

Con su labor frente y detrás de las cámaras, mostró parte de la movida nocturna caraqueña.

Durante este decenio, Correa también participó en Sábado sensacional haciendo coberturas especiales y supliendo las ausencias de Amador Bendayán, causadas por la diabetes.

Al morir “El pequeño gigante de la televisión”, el relevo era obvio.

Para marcar la nueva etapa del maratónico, en 1990 fue rebautizado por el productor Ricardo Peña como Súper Sábado Sensacional

El animador zuliano aportó la coletilla “emoción de multitudes”.

Después de “La Flaca”. La nueva década unió a Gilberto Correa con Bárbara Palacios en el show de Miss Venezuela.

La pareja se despidió en 1996, cuando el marabino fijó el récord de 25 años consecutivos como animador del certamen. En el nuevo milenio, repetiría en tres ocasiones en la que podría llamarse “la era Maite”.

En ese cuarto de siglo, tuvo oportunidad de compartir con Hilda Carrero, María Antonieta Campoli, Raúl Velasco y Rebeca de Alba, los dos últimos respondieron al convenio de Venevisión con Televisa, para la transmisión de la elección en México.

El cese de su compromiso con el canal de La Colina respondió a las aspiraciones expansivas de Correa, quien unió capital y esfuerzo a los de Omar Camero Zamora y Guillermo “Fantástico” González, para lanzar una nueva televisora.

De esa asociación emergió Televen que incluyó los programas Sin flash y El momento de la verdad, con Gilberto como animador, para aumentar su atractivo.

Desencuentros entre las partes determinaron la ruptura que, además, registró los últimos trabajos regulares del zuliano en la pequeña pantalla. Desde entonces, sus apariciones han sido esporádicas y puntuales.

El después. Luego de alejarse de la pantalla chica, el nombre de Gilberto Correa ha sido noticia por distintos motivos, algunos lamentables y otros a la altura de su importancia en la historia de la televisión venezolana.

En 2015, trascendió que había sido víctima de un secuestro que terminó en golpiza y ameritó su atención en un centro hospitalario, aunque, afortunadamente, no hubo consecuencias graves. Dos años después, aceptó participar en el homenaje que los organizadores del concurso Nuestra Belleza Venezuela le rindieron a Carmen Victoria Pérez. En esa ocasión, fue evidente el deterioro de su salud.

Meses más tarde, confesó a la periodista Shirley Varnagy que le habían diagnosticado la enfermedad de Parkinson. Para mantener la movilidad de sus cuerdas vocales, cuenta con el otorrinolaringólogo Jaime Bracho.

En 2018, recibió dos homenajes. El 24 de agosto, recibió el título honoris causa de la Universidad Católica Santa Rosa por su trayectoria profesional y egresó una promoción de comunicadores con su nombre. Y, el 29 de septiembre, Helena Rosas y Luis González, productores de Súper Sábado Sensacional le dedicaron un programa especial, con estrella de platino develada en el bulevar Amador Bendayán de Quebrada Honda.

Dos años después de superar el coronavirus, el 28 de enero de 2022 su estado natal lo ofrendó con la Orden Relámpago del Catatumbo y, en abril, fue noticia nuevamente al difundirse su visita a la morgue de Bello Monte, para chequeo físico por supuesto intento de envenenamiento.

El 18 de marzo de 2023, la Fiscalía 152° del Área Metropolitana de Caracas imputó a la enfermera Mariana Tania Giammarco Lanni (con quien el animador mantenía relación sentimental) los delitos de homicidio intencional en grado de tentativa y privación ilegítima de libertad, mientras que el Tribunal 6° de Control dictó medida de prohibición de salida del país hasta la conclusión del proceso.

El corazón. La historia amorosa de Gilberto Correa, de cara al público, comenzó con un romance juvenil con la actriz y bailarina Herminia Martínez. Sin embargo, la relación no avanzó por oposición de la madre de “La gata”.

Más tarde, el animador confirmaría su creencia en el matrimonio, al totalizar cinco enlaces civiles. El primero fue con Claudia Spangler, a quien estuvo unido desde 1976 hasta 1982. El segundo con la modelo María Eugenia Maury (1982-1986), madre de su hija Karina, nacida el 29 de enero de 1983. El tercero con la locutora Raquel Lares (1988-1993), junto a quien procreó a Carlos Enrique, nacido el 19 de febrero de 1990. El cuarto con Ysabel Sanabria (2001-2003) y el quinto con Diana Núñez (2017-2021). Tiene tres nietos residentes en Estados Unidos. l

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