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ethan Salas: un novato que vale oro

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HABLANLOSASTROS

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Alos 16 años, la mayoría de los niños en Estados Unidos están iniciando su vida social. Buena parte de ellos se concentran en sacarse su primera licencia de conducir, reunirse con amigos y salir con sus novias. Luego tenemos a Ethan Salas, un joven que desde que llegó a este mundo, un 1° de junio de 2006, venía con un don para jugar pelota.

En su sangre corría el beisbol puro y, como heredero de una familia que aprendió primero a decir la palabra ‘beisbol’, antes que ‘papá y mamá’, el joven siguió su camino y, gracias a sus extraordinarias habilidades, la rueda de la fortuna tocó a su puerta bien temprano en la vida.

Con apenas 16 años, cuando sus compañeros apenas están iniciándose en la etapa Media Diversificada del colegio, ya este joven había firmado un contrato récord en cuanto a las firmas internacionales de la Major League Baseball.

Por 5,6 millones de dólares, este caraqueño estampó su rúbrica con los Padres de San Diego, convirtiéndose así en la firma más alta para pelotero alguno en la historia del mercado internacional, dejando atrás aquella suma de $5.35 millones que recibió el dominicano Jasson Domínguez en 2019 con los Yanquis de Nueva York.

Tremenda comparación. A lo largo de este camino inicial que ha emprendido Salas como nuevo jugador de los Padres de San Diego y quien es considerado el mejor prospecto internacional de la MLB en este período de firmas de 2023, los elogios para el ‘pequeño receptor’ han sido cada vez más comunes. Muchos especialistas e incluso ex jugadores de las Mayores comparan la defensa de este joven, de un metro y 88 cm de estatura, con la misma del ex receptor Joe Mauer, miembro del Salón de la Fama de Mellizos de Minnesota y fuerte candidato a Cooperstown.

“Las herramientas con que cuenta en su defensa van más allá de su edad.

Tiene mucha habilidad para chocar la pelota y conectar bolas a largas distan- cias…”, así reza el reporte de los scouts sobre este muchacho caraqueño.

Adelantado y con razón. En la poca experiencia a nivel profesional que ha tenido Salas en este periplo ya lo demuestran como un joven con talento nato; al punto que la gerencia de los Padres de San Diego quiere tenerlo cerca y es por ello que no será enviado a la Liga de Verano de República Dominicana –un proceso que cumplen casi todos los peloteros antes de ir a los EEUU a ver acción en las Ligas Menores–. Por consiguiente, Salas será asignado al Complejo de los Padres en Arizona, donde no solo deberá seguir puliendo esas características que lo lleven pronto al máximo nivel de la pelota norteamericana, sino que también deberá enfrentar a jugadores hasta tres años mayor que él, pues es una liga considerada para los mejores prospectos del beisbol.

Ahora bien, una de las premisas que deberá tener la organización de San Diego con Ethan Salas será mantenerlo enfocado en su juego, que al momento que le llegue la oportunidad de hacer su estreno en la MLB sea uno de los peloteros con más habilidades del momento y, sobretodo, llenar de éxitos a la franquicia californiana.

En esta primavera de 2023, Salas pudo mostrar apenas un abreboca de lo que puede hacer en el terreno, pues el pasado 11 de marzo (justamente el día del debut de Venezuela en el Clásico Mundial de Beisbol), este joven hizo su estreno con los Padres en el juego de exhibición ante los Medias Blancas de Chicago, recibiendo los envíos de lanzadores que le doblaban la edad y a más de un presente en el Peoria Stadium dejó atónito con su excelsa defensa detrás del plato, pese a fallar en su único turno al bate.

A esperar la mayoría de edad. Para muchos, en especial para sus familiares, ver a Ethan Salas en las Mayores es un sueño que próximamente se cumplirá; sin embargo, por los próximos dos años, este caraqueño deberá mantenerse en las Ligas Menores, pues de acuerdo a las reglas de la MLB, Salas debe haber cumplido la mayoría de edad (18) para ser parte del róster de los Padres en el llamado “Big Show”.

Desde muy temprano lo tienen bien conceptuado en la organización.

“La edad es solo un número”, destacó Salas al periodista Sammy Levitt tras su debut en el spring training con los Frailes. “Pienso que mi preparación ha sido muy buena. Mi rutina y todo mi trabajo en el gimnasio, horas extras, han dado un resultado muy bueno”, dijo el prospecto.

Una buena camada de receptores.

Ethan Salas no es el primero y de seguro no será el último receptor prospecto de Venezuela que firme por una suma considerable y que además tenga buenas proyecciones con su respectiva organización.

Durante los últimos años, Venezuela se ha convertido en un país, por excelencia, de gran exportación de receptores hacia el mercado de las Grandes Ligas.

Atrás quedaron los días de los Luis Aparicio, los David Concepción y los Omar Vizquel. Ahora le tocó el turno de mostrar el talento de esos jóvenes en la considerada posición más difícil del diamante.

Y es que actualmente nuestro tricolor ha estado bien representado detrás de la careta por Salvador Pérez (MVP de la Serie Mundial 2015 con Reales de Kansas City) y Willson Contreras (ganador del clásico de otoño con Cachorros de Chicago en 2016); sin embargo, tras ellos se encamina una camada de catchers que tendrán éxito en las Mayores.

Comenzando por Francisco Álvarez, considerado el mejor prospecto de los

Los Salas: una familia con beisbol en la sangre

Desde José “Yoyo” Salas hasta su nieto Ethan, este apellido ha sonado con fuerza en los diamantes de pelota víctor boccone

Caracas. No es casualidad que Ethan Salas haya nacido con el don de jugar pelota. Su calidad como receptor y pelotero del diamante se remonta a una línea sucesoria que comenzó con su abuelo, José Salas, el Yoyo Salas, que militó en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional con los Tiburones de La Guaira durante la década de 1970.

Con la llegada de Alejandro “El Patón” Carrasquel a las Grandes Ligas, en 1939 con los Senadores de Washington, se abrió la puerta de los criollos en el máximo nivel de beisbol en los Estados Unidos.

Ahora bien, el talento de “Patón” Carrasquel no quedó en solitario, pues en 1950 su sobrino, Alfonso “Chico” Carrasquel hizo su estreno con los Medias Blancas de Chicago y tan pronto como al año siguiente se convirtió en el primer latinoamericano y por consiguiente venezolano en ser parte de un Juego de Estrellas de la MLB.

Mets de Nueva York, y que esta temporada 2023 iniciará en las menores para terminar de pulir ese talento en la receptoría.

Además de Álvarez, encontramos a Keibert Ruiz, una de las figuras principales de Nacionales de Washington y quien además firmó una extensión de cinco años y $50 millones. Mientras que en el desierto de Arizona, a partir de este año, Gabriel Moreno mostrará toda su ofensiva con los Cascabeles, luego de llegar vía cambio desde Azulejos de Toronto. Por último, Diego Cartaya se estima que haga pronto su estreno con los Dodgers de Los Ángeles, dejando claro que con la firma de Ethan Salas, es apenas la punta del iceberg del talento venezolano detrás del home para los próximos años. l

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ciertamente, la única experiencia profesional que ha tenido Ethan Salas, incluso antes de su firma con los Padres de San Diego, fue en la Liga venezolana de beisbol Profesional con zulia. En el único encuentro que vio acción durante la temporada 2022-2023 tuvo cuatro apariciones en el plato y recibió par de boletos. Su próxima participación en la pelota venezolana es una gran incógnita; al menos ya en los registros de los libros de criollos hizo su debut en su tierra antes de perderse de vista en las mayores.

Y es que, además de Ethan, la familia Salas está actualmente rodeada por talento puro, pues José Antonio Salas pactó por 2.8 millones de dólares con los Marlins de Miami en 2019 y recientemente estuvo involucrado en el cambio que llevó a Pablo López a Mellizos de Minnesota por Luis Arráez.

He allí la respuesta del amor de Ethan Salas al beisbol, pues desde su abuelo, su papá y su hermano han estado siempre ligados al diamante, a la espera de ser una de las familias más exitosas en el futuro del beisbol de Grandes Ligas.

Los Carrasquel fueron los pioneros. A lo largo de la historia del beisbol en Venezuela, varias han sido las familias que han destacado en el deporte de las bolas y los strikes. Los Carrasquel fueron la familia pionera de mostrar su talento fuera de nuestras fronteras.

Otras de las familias en las que el beisbol corre por su sangre son los Davalillo, encabezada por Pompeyo y Víctor, mejor conocido como “Vitico”.

Ambos deleitaron en las Mayores; Vitico más que su hermano mayor, al punto de ser el líder histórico en hits en la pelota venezolana con 1.535 indiscutibles; una marca que será difícil de alcanzar en estos días modernos de la Lvbp.

Pompeyo solo vio acción en una temporada con Washington (1953); mientras que Vic Davalillo, como lo conocían en la MLB, transitó durante 16 campañas en el mejor beisbol del mundo e incluso llegó a ganar dos Series Mundiales (1971 con Pittsburgh y 1973 con Oakland).

Por último, otra de las familias reconocidas en la pelota fueron los Armas con Antonio, Marcos y Jesús, a la cabeza.

Antonio o Tony Armas fue el primer gran jonronero criollo en la MLB y ese talento en el terreno lo heredó su hijo, Tony, quien lanzó 10 años en las Mayores. l

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