18 JUSTICIA
unomásuno
VIERNES 9 DE NOVIEMBRE DE 2012
Marinos, polis y soldados, RIP Se eleva a tres mil 66 uniformados ejecutados ROBERTO MELÉNDEZ S. REPORTERO
S
igue la masacre: Con los asesinatos de 38 servidores públicos de corporaciones policiales y la Secretaría de la Defensa Nacional durante el pasado mes de octubre, se elevó a más de tres mil 600 los agentes policiales federales, estatales y municipales, militares e infantes de la Secretaría de Marina-Armada de México los ejecutados a lo largo de la administración que está por concluir por comandos de la delincuencia organizada, particularmente los relacionados con el narcotráfico. "Todo apunta a que el sacrificio de esos mexicanos resultará en buena parte inútil, toda vez que ofrendaron su vida por evitar la comercialización y consumo de droga y ahora resulta que en Estados Unidos comienzan a legalizar la marihuana para recreación", acotan penalistas. De acuerdo con reportes de procuradurías generales de justicia estatales, Procuraduría General de la República, secretarías de seguridad pública del interior del país y la propia Secretaría de Seguridad Pública de la Federación, el mes pasado la representación social inició averiguaciones por las ejecuciones de dos policías en Chihuahua, cinco en Sinaloa, cinco en Coahuila, uno en Durango, uno en Michoacán, tres en Guanajuato, cinco en Guerrero, uno en Morelos, tres en Zacatecas, tres en Baja California, tres en el Estado de México, uno en San Luis Potosí,
uno en Baja California Sur, tres en Jalisco, uno en Nayarit y uno más en Nuevo León, en tanto que en Tamaulipas, las huestes criminales privaron de la existencia a dos soldados. Si los militares, agentes federales, estatales y municipales, así como marinos han sido "objetivo mortal" de esos criminales qué podemos esperar los civiles, los ciudadanos de a pie, quienes nos encontramos permanentemente en estado indefensión, a merced de cualquier organización delictiva, en especial las del crimen organizado, las que actúan de manera por demás violenta y cruel, sin el menor de los remordimientos, como lo acredita el hecho de que cientos de sus oponentes o personas que por desgracia se cruzaron en su camino fueron decapitadas y por si ello fuera poco también descuartizadas, que el Todo Poderoso nos tome confesados, nos proteja de esa lacra y nos mantenga con vida. Se estableció que Chihuahua, Sinaloa, Guerrero, Durango y Michoacán ocupan los primeros cinco lugares en cuestión de ejecuciones de esos servidores públicos, como lo acredita el hecho de que hasta el mes pasado las muertes violentas de militares y agentes policiales eran del orden de 547, 355, 325, 197 y 219, respectivamente, mientras que en Tamaulipas las ejecuciones de dichos servidores públicos, durante la presente administración sumaban 152. Al igual que en el caso de los miles de sicarios, correos, operadores financieros, emisarios, lugartenientes y mandos de la delincuencia organizada, la mayoría de los
policiales, marinos y militares ejecutados porque no accedieron a las "negras exigencias" de los criminales, eran jóvenes, quienes fueron asesinados a sangre fría, sin la menor de las consideraciones, sin que a sus verdugos importara que los sacrificados tuvieran madre, esposa e hijos, quienes la mayoría de las veces quedan en la orfandad, ya que los fallecidos eran el sustento de sus hogares. Si bien es cierto que Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa, Nuevo León y Guerrero se encuentran en las entidades más peligrosas en este rubro, el Distrito Federal no es la excepción, como lo acredita el hecho de que han sido ejecuciones 54 agentes policiales, entre los que se encuentran federales. "No hay duda de que la capital del país es una de las que menores índices delictivos tiene, pero es un hecho que la violencia también está presente y de ello dan cuenta los asesinatos de los esforzados representantes de la ley", ratificaron estudiosos de la problemática. Con base en los informes obtenidos en las dependencias mencionadas, ninguna de las 32 entidades federativas está exenta de asesinatos de militares, policías y marinos. De acuerdo con informes de procuradurías generales de justicia y secretarías de seguridad pública estatales, en lo que va de 2012 comandos al servicio del crimen organizado, la mayor de las veces con metralletas y rifles de asalto han asesinado a más de 700 policías de los tres niveles de gobierno. En global, las cifras que podrían calificarse como "aterradoras", ya que en la ejecución de esos servidores públicos, quienes se negaron a proteger o colaborar con los mafiosos, se utilizaron incluso metralletas calibre 50 milímetros, mejor conocidas como Barret, capaces de derribar aeronaves y perforar el mayor de los blindajes. Es un hecho que la gran mayoría de los arteros crímenes se deban, a que las víctimas no cumplieron con lo pactado con los empresarios del crimen, con los barones de la droga, quienes jamás perdonan la traición. Es
lamentable que los servidores públicos, en especial quienes tienen la encomienda de garantizar y velar por la seguridad de la sociedad, utilicen sus cargos para lucrar, para enriquecerse ilícitamente, para traicionar a las instituciones", asentaron agentes del Ministerio Público del fuero federal y común, encargados de investigar e integrar las indagatorias sobre el particular. Sólo durante el pasado mes de abril, los emisarios de la muerte quitaron la vida a 83 policías de los tres niveles de gobierno, lo que acredita de manera fehaciente el salvajismo y brutalidad con que operan dichos comandos, los que se han vuelto una pesadilla para la sociedad en su conjunto. Luego de exponer que los crímenes de servidores públicos fueron perpetrados con pistoleros al servicio de los “cárteles del Golfo, Zetas, Pacífico, Tijuana, Juárez, Caballeros Templarios, Familia Michoacana y Nueva Generación-Jalisco”, los que desafortunadamente cuentan con mayor y mejor armamento que muchas de las corporaciones policiales, principalmente las municipales, los homólogos de los fallecidos sen-
tenciaron que "no obstante la violencia y saña con que proceden los asesinos contra nuestros compañeros, no daremos un paso atrás en nuestra lucha por recuperar para la sociedad en su conjunto asegurar, paz social y tranquilidad que tanto merece y reclama con justicia. No vamos a claudicar ante los arteros y cobardes ataques de quienes desde el anonimato atentan contra las instituciones y sus representantes. No vamos a dar marcha atrás y continuaremos cumpliendo con el compromiso contraído con las instituciones, pero sobre todo con México y la comunidad. Agentes del Ministerio Público refrendaron su compromiso de no escatimar esfuerzos ni recursos económicos, materiales y humanos para hacer frente a los criminales y fortalecer y preservar el Estado de Derecho. Entre los policías ultimados por la delincuencia organizada se encuentran altos mandos de las tres corporaciones de seguridad, cuyo sacrificio no será en vano, ya que lejos de hacernos retroceder en nuestro cometido, nos trasmiten energía para continuar adelante, aunque en ello nos podría ir la existencia.