Revista Universo Holístico UH48

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para el corazón, sin caer en santurronerías falaces o hacer un show de la propia religiosidad. No es privilegio para unos pocos; nadie detenta el monopolio de la verdad. A menudo esa verdadera espiritualidad, que ha configurado una mística perenne y en todas las épocas y latitudes, ha sido vapuleada por las iglesias instituidas, al igual que falseada o desnaturalizada hasta lo esperpéntico por muchos seguidores de la llamada Nueva Era, que no quieren transformarse y evolucionar, sino recurrir a toda clase de placebos y que, en lugar de esclarecer su visión, la enturbian y prefieren la ilusoria fenomenología oculta a las verdaderas enseñanzas y métodos para el trabajo interior; toda vez que no quieren observar el inevitable trabajo interior y buscan atajos para llegar al cielo, ¡cómo si eso fuera posible! O descargan su responsabilidad en otras personas: sean videntes que nada ven, pseudoterapeutas que de nada sanan, hacedores de “portentos” que luego no saben ni resolver las pequeñas complicaciones de la vida o profetas catastrofistas que, por fortuna, nunca aciertan y que nunca son capaces de predecir los acontecimientos realmente conmovedores. Y así la persona con minoría de edad emocional, dependiente, que acarrea carencias afectivas y no es capaz de afrontar las realidades contundentes de la vida (que son las que ayudan a crecer), se empeña en buscar intermediarios espirituales, cuando ella debe ser su propia intermediaria, y no poner la responsabilidad de su madurez y evolución en las manos, a menudo poco fiables, de los “salvadores de almas”, los gurús y los que, paranoidemente, se arrogan calidades místicas o esotéricas de las que carecen.

¿En qué creo?: En ti. En tus potenciales, en tu capacidad de autodesarrollo, en tus recursos internos para evolucionar, en tu inteligencia primordial que nadie debe insultar ni minusvalidar. Deberá llegar un momento, si la consciencia planetaria realmente evoluciona, en que se dará el ocaso de los ídolos, los intermediarios espirituales, los líderes religiosos, los gurús y su empalagosa solemnidad y funesta influencia. Si echamos un vistazo a lo que está pasando en el supermercado espiritual es para echarse a temblar. Espanta. Y callar es proteger a esos falsarios. He aquí que en Bali una señora tántrica, más demiurga que hada, te cobra cerca de seis mil euros por enredar contigo a lo largo de un mes con prácticas que de verdadero tantra poco tienen, pero sí de mucho tantra degradado y mágico... ¿Soy descreído e incrédulo porque no creo en esos gurús, etc.? Pues recurro a dos grandes seres que nunca estuvieron en cuestión: Ramakrsiha y Vivekananda, veamos que nos dicen: www.guiacieloytierra.com |

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