Resilencia, educación emocional y duelo. Formación para futuros docentes

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mirada sistémica) y así poder mirar con más fuerza a nuestro presente y dotar de un sentido a la vivencia. Por otro lado, necesitamos transformar nuestra mirada del presente, seguir conociéndonos cada día en nuestra manera de ser y de sentir. Para ello es importante prestar atención a nuestros pensamientos y creencias y ser más conscientes de nuestra percepción. Además de esto, que nos ayudará a la hora de entender nuestras conductas automáticas, es importante empezar a gestionar nuestras emociones de un modo más adecuado y consciente. Es decir, de un modo en el que sea capaz de escuchar la emoción, saber qué información me está dando, vivirla y soltarla (como comentamos en el capítulo anterior). Para enfocar nuestra mirada en el pasado y posibilitar la sanación de algunas de nuestras heridas, una herramienta que nos puede ayudar es el trabajo a partir de nuestra biografía. Esta se vuelve una técnica indispensable para organizar los sentimientos presentes y para comprender la sensación del vacío y de plenitud alcanzada a lo largo de nuestra vida. Según Burkhard (2009), el trabajo sobre la historia de vida nos acerca a una mayor comprensión del presente, pero además, los acontecimientos de nuestra vida son los que finalmente nos impulsan hacia un desarrollo del ser y de nuestras potencialidades, o hacia la decadencia si no escuchamos a nuestro ser y vivimos una vida en la que no nos sentimos nosotros mismos. Por eso, es importante trabajar nuestra biografía y estar atentos a todas las cuestiones que hemos, de alguna forma, «enterrado». La filósofa Escudero (2015) también nos habla sobre su reencuentro y su despertar espiritual a partir del trabajo con su propia biografía. Generalmente, en los talleres sobre crecimiento personal, el trabajo sobre nuestro pasado es una parte fundamental para iniciar un proceso de autoconocimiento. Pero no solo desde el ámbito del desarrollo personal y de las emociones, sino que metodológicamente, desde la investigación cualitativa en el campo de la psicopedagogía y de la educación, también existen teorías que fundamentan el trabajo sobre la historia de vida como una fuente de enriquecimiento y de indagación sobre el perfil personal y profesional de una persona (Bolívar, Domingo y Fernández 2001, Moriña 2017). Sin embargo, aunque el trabajo sobre nuestro pasado es fundamental para poder aceptarnos y aceptar nuestra vida tal y como es, no es el único elemento sobre el que enfocarnos. Para estar en la vida y vivirla plenamente necesitamos estar en nuestro presente. Para ello, existen distintas teorías y técnicas como la meditación, que nos ayudan a ejercitar ese estado de contemplación y a situarnos en nuestro «Yo observador» (Wilber 1991). Aunque en este material no vamos a hablar sobre estas técnicas, nuestra propuesta para abordar la gestión de las emociones está muy ligada a dicha actitud, a la contemplación y a la observación de aquello que sentimos sin juzgarlo ni juzgarnos. Por eso, pensamos que combinar la siguiente propuesta sobre gestión emocional con una práctica diaria de meditación, puede ser una alternativa eficaz para tener una vida más consciente y plena. A continuación, explicamos brevemente cuál sería nuestra propuesta para acompañar a nuestro alumnado en su propia gestión emocional. Dicha propuesta está explicada con detalle en el libro electrónico Educació emocional a l’escola inclusiva (Escobedo y Montserrat) y en una comunicación de estas mismas autoras, publicada en las Actas del II Congreso Internacional de Evaluación e Intervención en Inteligencia Emocional. Se trata de un trabajo que desarrolla el

Resiliencia, educación emocional y duelo. Formación para futuros docentes ISBN: 978-84-17900-46-5

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Rosa Mateu Pérez, Paula Escobedo Peiro i Raquel Flores Buils DOI: http://dx.doi.org/10.6035/Sapientia162


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