Dificultades de aprendizaje en la educación infantil

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global (pero ya no perceptiva, como en la etapa logográfica, sino lingüística). Estas cadenas pasan a ser la nueva unidad de lectura, se leen globalmente, y tienen un significado propio. Esta fase de adquisición de la lectura se corresponde con la consolidación de la ruta léxica de la lectura. Este proceso está relacionado con el extenso debate mantenido durante décadas sobre cuál es el mejor método para enseñar a leer a los niños. Tradicionalmente se distingue entre métodos alfabéticos y globales. Los métodos alfabéticos, fonológicos, sintéticos o de marcha sintética son los que parten de las unidades más pequeñas del lenguaje escrito, normalmente letras, hasta llegar a las más complejas, oraciones y textos. Los métodos globales, analíticos o de marcha analítica, por el contrario, parten de unidades amplias, oraciones y textos, para llegar al dominio de las letras. Estos dos métodos utilizados en el aprendizaje de la lectura están relacionados con las dos vías o rutas de lectura de palabras expuestas en el apartado 5.2. Los métodos alfabéticos o sintéticos priman la vía fonológica o subléxica y, por tanto, el conocimiento de las letras y el dominio de las reglas de conversión grafema-fonema. O lo que es lo mismo, priman la exactitud o precisión lectora. Por el contrario, los métodos globales o analíticos priorizan la compresión con la lectura de unidades amplias de forma automática (vía léxica). La confrontación entre ambas metodología se ha resuelto finalmente con el reconocimiento de la importancia de combinar ambos tipos de procesos (analíticos y sintéticos). Según Andreu (2013), el método de enseñanza/aprendizaje de la lectura más idóneo dependerá fundamentalmente de la transparencia del idioma en el que se enseña a leer. Si el idioma es logográfico, como el chino, solo se pueden utilizar métodos globales en los que se presentan palabras y textos. En sistemas poco transparentes, como el inglés, hay que ajustar el peso de métodos alfabéticos (para palabras regulares) y globales (con palabras irregulares). En los idiomas muy transparentes (como el castellano o el valenciano) son más sencillos los métodos fonológicos que parten de letras, por la estrecha relación grafema-fonema. Eso sí, utilizando también unidades léxicas desde el primer momento para potenciar el significado. Los maestros de ei deben también decidir el proceso de instrucción de la lectura. Hay diferentes alternativas, todas ellas igual de efectivas. A modo de ejemplo, una de las máximas autoridades sobre el tema en nuestro país, Fernando Cuetos (2008), propone hasta cinco fases en la enseñanza/aprendizaje de la lectura en lenguas trasparentes como las nuestras: 1) Comenzar enseñando unas pocas palabras para mostrar a los niños el principio fundamental de la lectura: el texto trasmite significados. Hay que utilizar palabras sencillas (sus nombres, los rincones de la clase, marcas comerciales que conocen…) y con características muy diferentes visualmente (etapa logográfica). 2) Enseñanza de las reglas de conversión grafema-fonema de menor a mayor grado de dificultad. 3) Introducir más palabras mediante métodos léxicos hasta conseguir que el aprendiz reconozca globalmente un vocabulario básico.

M.ª Jesús Presentación Herrero, Rebeca Siegenthaler Hierro, Jessica Mercader Ruiz ISBN: 978-84-17429-29-4

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Índice

Dificultades de Aprendizaje en la Educación Infantil - UJI DOI: http://dx.doi.org/10.6035/Sapientia141


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