7 minute read

RENUNCIA YA

Cuando escuché a lo lejos el Himno Nacional se me erizó la piel, empecé a llorar. Tras una mañana vivida con gran intensidad, largas caminatas, horas de horas de pie frente al Palacio Nacional, se empezó a escuchar un ritmo conocido por quienes llenaban la plaza: El Himno Nacional. Al unísono, niños, jóvenes y adultos empezaron a cantar con fervor y emoción. Se podía observar una gran cantidad de lágrimas rodando en las mejillas de varias personas. El motivo: Un nuevo amanecer, Guatemala despertó. Guatemala es un país de gente valiente que se levanta a diario para trabajar y llevar el pan a su mesa, de gente que sin importar sus dificultades financieras mantiene una sonrisa en el rostro, y que a pesar de su complejo pasado, lucha por tener un futuro mejor. Sin embargo, era también un país dormido, que ha vivido a lo largo de la historia un sinfín de injusticias: gobiernos corruptos, violencia, falta de insumos en hospitales, racismo y discriminación, fraudes, mala calidad educativa, entre otros. A lo largo del presente año se empezaba a escuchar acerca de un caso que alarmó a los ciudadanos, el cual, hacia referencia a actos ilícitos llevados a cabo por una línea de corrupción que defraudaba al fisco a través de la recaudación de impuestos en las aduanas, este caso poco a poco desenmascaró a quienes formaban parte de “La Línea”, llegando a señalar al Presidente y Vicepresidente del país como probables participantes en la estructura. Por primera vez desde hacía mucho tiempo, probablemente desde 1944, cuando estudiantes, trabajadores y el pueblo en general manifestaron su descontento debido al gobierno de Jorge Ubico y lograron que él mismo renunciara de su cargo; el pueblo se empezaba a levantar. Sin embargo, muchos no estaban seguros de qué medidas tomar; entonces, a raíz de la idea de ocho personas, inicia un movimiento llamado #RENUNCIA YA.Este movimiento tenía como objetivo promover una manifestación pacífica que permitiera a miles de guatemaltecos demostrar su descontento hacia la situación que acontecía al país y tomar las calles con pancartas y haciendo acto de presencia en la plaza de la Constitución, realizar un llamado al gobierno y en específico a los funcionarios señalados por corrupción para que estos renunciaran al poder y se sometieran a la justicia. Nadie sabía exactamente quién lo había iniciado, qué cantidad de personas lo aceptaría ni cómo serían las manifestaciones propuestas por el grupo; pero el acontecimiento recién señalado, fue para el país la gota que rebalsó el vaso y la sed de justicia que se encendía en cada una de las personas, permitieron que la población aceptara dicho movimiento y se pusiera en sintonía con el grupo. La invitación fue dispersa a través de la red social Facebook, de la cual, según Ilifebelt, (empresa que llevó a cabo un análisis de redes sociales en Centroamérica), forma parte el 25.32% de la población guatemalteca. Dicho análisis permite evaluar el alcance del movimiento, siendo el resultado un alto porcentaje de los ciudadanos del país. Miles de “asistiré” empezaron a surgir y poco a poco, de boca en boca, se propagó. No podría mirar a mis hijos a los ojos, y decirles que viven así porque no me atreví a luchar. A lo largo de la historia el ser humano ha manifestado su descontento de distintas formas, muchas protestas se han llevado a cabo, pocas de ellas pacíficas, incluso, el simple hecho de las mismas para muchas culturas es sinónimo de violencia. En medio oriente las manifestaciones han causado una gran cantidad de pérdidas, enfrentamientos, odio, separación de familias llevando a la población a un grado de desesperación inigualable. RENUNCIA YA#Ana Gabriela Ibarra Ochoa, alumna de Diseño Gráfico 8

Advertisement

Según la psicóloga María Luisa Estévez “la subjetividad de las implicaciones, dependiendo del grado de aprendizaje de cada sujeto, permite que las distintas formas de violencia sean digeridas, asimiladas, consensuadas, e interpretadas y hasta justificadas de distintos modos, prestándose esto a lamentables y dañinas confusiones sobre el tema de la violencia, lo que permite la continuación de su circulación”. Si se analiza este párrafo y se compara con la situación del país en la que no todas las personas han tenido acceso a la educación y en el que los valores morales no son parte oficial del Curriculo Nacional Base, podría decirse que el resultado más lógico era una protesta violenta, sin control.

Sin embargo, Guatemala es un país que sorprende y en el que la mayoría de personas del mismo, guardan la esperanza en verlo florecer. La manifestación de carácter pacífico no fue más que la definición de la palabra en su esencia “que no usa la violencia o que no es propenso a fomentar conflictos”. Se trataba de una pequeña llama dispuesta a iluminar en un futuro al país en todo su esplendor.

Llegó el 25 de abril (fecha de la primera manifestación) y miles de personas tomaron las calles causando un fenómeno distinto, nuevo, del que todos querían ser parte. Distintas clases sociales, indígenas y ladinos, mujeres y hombres, estudiantes de escuelas y colegios, universitarios y trabajadores, personas de todas las edades rompieron una barrera invisible que marcaba la historia de este país y todos con un fin común gritaban al unísono ¡RENUNCIA YA!

Uno de los miles de carteles que llenaba el parque rezaba: “No podría mirar a mis hijos a los ojos, y decirles que viven así porque no me atreví a luchar”, esa lucha es la síntesis de todos los jóvenes buscando hacer del país un lugar mejor, no solo para ellos sino para las generaciones futuras. Un clamor que aunque empezó sordo, a lo largo de las demás manifestaciones (pues fue una cadena que duró 19 semanas) tomó fuerza y poco a poco a ser escuchada.

Semana a semana nuevas caras y los grupos que persistían seguían señalando la corrupción del gobierno a través de distintas formas de expresión, encadenados en el palacio, un grupo de personas aguanto hambre y cansancio durante días para llamar la atención de los mismos, cucarachas gigantes como metáfora a la suciedad del congreso fueron expuestas ante las puertas del mismo. Y poco a poco día tras día iban transformando lo que nunca se imaginaron que cambiaría.

El 8 de mayo de 2015, Guatemala dio su primer grito de victoria: La Vicepresidente Roxana Baldetti había renunciado finalmente. Este hecho provocó no solo el furor de la población, sino también el crecimiento de algo que no se habían permitido sentir en el pasado: Esperanza.

Días después se empezó el juicio de la ex mandataria con el resultado de prisión preventiva, el país estaba dando pasos de gigante y aunque el Presidente aun no renunciaba, la justicia estaba llegando, empoderando a la población e incentivándola a continuar exigiendo lo que tanto se anhelaba.

Con el esclarecimiento del caso de “La línea” y los avances en el mismo, la CICIG y el Ministerio Público sacaron a la luz una serie de escuchas telefónicas dentro de las cuales se escuchaba la voz del Presidente. Y con una población fuerte y decidida, las noticias se convirtieron en ideas y las ideas permitieron el lanzamiento del 27A, paro nacional por el que una vez más y convirtiendo al fenómeno de la búsqueda de la justicia en un gigante, miles de personas empezaron a convocar a lo que sería la manifestación mas grande en la historia de Guatemala.

Resaurantes, empresas, colegios, universidades, todos unidos por un mismo fin decidieron parar un día entero para que la mayor cantidad de la población posible asistiera al parque nacional y consolidara la lucha que se venía dando desde hace mucho tiempo.

Aquel día, no solo fueron miles de voces unidas sino también una gran cantidad de corazones en armonía demostrando no solo las exigencias ante lo ocurrido, sino también manifestando su amor a la patria. Luego de caminar kilómetros, aguantar lluvias, sostener carteles, gritar, cantar y hacer sonar las vuvuzelas, se dio el fenómeno que cambiaría la historia…

Silencio… y a lo lejos un “¡Guatemala feliz…! que tus aras no profane jamás el verdugo; ni haya esclavos que laman el yugo ni tiranos que escupan tu faz… Nunca esquivan la ruda pelea si defienden su tierra y su hogar, que es tan sólo el honor su alma idea y el altar de la patria su altar…”

La entonación del Himno de una manera nueva, como nunca había sonado, se trataba de la total convergencia entre sus palabras y las acciones demostradas durante el proceso de lucha. El pueblo guatemalteco estaba teniendo un cambio genuino que no solamente acabaría con la renuncia del ex presidente Otto Pérez, sino también con un país que comenzaba a florecer de nuevo y que con toda la fuerza que posee en la actualidad, todos los guatemaltecos están conscientes de que nada ni nadie podrá dañar el país sin que haya una lucha porque se mantenga la justicia y que como finaliza el Himno sea una Guatemala de nombre inmortal.

Guatemala, continuarás floreciendo…

This article is from: