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“A UN CLICK DE CAMBIAR EL PAÍS”

Diego Jose García, Alumno de Diseño Gráfico

Guatemala es un país conocido por su excelente café, su cerveza de primera calidad y sus maravillosas artesanías; sin embargo hace poco fue conocida en toda la faz de la Tierra por su voz ensordecedora, por su fuerza de luchar, por no dejarse vencer.

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Todo inició un 16 de abril, con una mujer llamada Lucía Mendizábal que recién llegaba a su casa, después de un largo día de trabajo, esperando toparse con algo distinto en el televisor y para su sorpresa así fue... La voz del noticiero hablaba sobre el descubrimiento de un fraude aduanero, dirigido por Juan Carlos Monzón, Secretario Privado de la, en ese entonces, Vicepresidenta Roxana Baldetti. La noticia la alteró a tal punto que decidió dejar un comentario en Facebook para sus amigos, diciendo: “a ver si esta vez hacemos algo...”

Al día siguiente, se levantó para seguir con su vida, en un país que estaba por derrumbarse, pero en esa noche algo cambió, la mecha que había dejado la noche pasada estaba encendida y lista para actuar. Varios mensajes en su perfil compartían su sentimiento de repudio a la situación actual, preguntando cuándo, dónde y cómo. Lucía no se había dado cuenta del verdadero poder de las redes sociales hasta ese día, ¡en el que inició junto a sus amigos el primer movimiento de protesta pacífica en años!

Así nació un gigante, que con pasos cortos pero seguros se convirtió en el ejemplo a seguir de toda Centroamérica, bajo el nombre de Guatemala. La frase “Renuncia Ya” fue el catchline con el que decidieron convocar al cambio; que a diferencia de las famosas recaudaciones de firmas, esta no buscaba identificar a cada persona por separado sino pedía una unión de todas ellas, con distintas clases sociales para un mismo fin, exigir justicia.

Por medio de las redes sociales, colgaron un “evento” que llevaba por nombre #RenunciaYa en el que pedían a los ciudadanos que se reunieran en el Parque de la Constitución el sábado 25 de abril con peticiones claras y directas: la destitución de la Vicepresidenta y la retirada de su inmunidad. La respuesta fue inmediata y el número de los asistentes subió vertiginosamente, a tal punto que para ese día, el Parque estaba abarrotado, Guatemala se había levantado antes que sonara la campana del último round y comenzó a luchar.

Ese día la bandera se sacudía al ritmo de los tambores, trompetas y gritos de un pueblo asqueado por sus gobernantes, las voces llenaban cada esquina de la zona 1 y al unísono pedían que la Vicepresidenta por fin diera la cara y aceptara su destino. A diferencia de todas las manifestaciones realizadas en años anteriores, esta vez los guatemaltecos, al terminar el día, recogieron la basura y dejaron el Parque intacto, como si nada hubiera pasado, fue un ejemplo de unidad y patriotismo como nunca antes visto.

Sin olvidar que Guatemala se ha mantenido en un constante forcejeo con la corrupción y delincuencia, con tasas exorbitantes que dejan a muchos boquiabiertos, ese día se mostró paz, unión y por fin algo que muchos necesitaban sentir: esperanza... Por primera vez el pueblo se unía por una causa noble, sin importar si calzaban zapatillas “Coach” o “Suave Chapinas”, por primera vez tocaban el mismo suelo, al mismo tiempo, con un sentimiento mutuo que hacía latir cada corazón y temblar a cada político corrupto.

Los gobernantes asustados, se defendían burlándose de dicho acto, alardeando que si ellos quisieran podrían duplicar el número de simpatizantes en la plaza cualquier día, sin duda no sabían que habían mordido una mano más grande de la que podían masticar. Las manifestaciones fueron constantes y cada sábado, a la misma hora (15.00hrs) más y más ciudadanos se reunían en el Parque frente al Palacio, demostrándole a los políticos corruptos que no iban a descansar hasta ver resultados.

El primer pez gordo mordió el anzuelo y finalmente “la Dos” (Roxana Baldetti, como la nombraban en La Línea) se vio forzada a renunciar. Intentando esconderse detrás de una máscara de inocencia quebrada, mandó un mensaje en el que decía que había decidido renunciar por sus propios medios y que como había entrado, salía con las manos limpias.

El pueblo de Guatemala no podía creer lo que escuchaba y la sangre comenzaba a hervir pero Baldetti no se había percatado que sin la inmunidad, la implacable CICIG entraría al juego y los resultados no estaban a su favor. Bajo la tutela de Iván Velásquez, un juez colombiano que ha mostrado un verdadero amor por el país, buscando cambiarlo para siempre y erradicando a cada corrupto que se interponga en su camino, Baldetti era la siguiente.

Después de un par de semanas de constantes protestas y manifestaciones, Baldetti fue encontrada culpable y finalmente mandada a la cárcel, donde pertenecía, le quitaron la visa estadounidense a su familia y todas las pertenencias de dudosa procedencia, dejándolos con una mancha vergonzosa que durará una vida.

Los corruptos esperaban que ese fuera el fin, después de todo ya habían obtenido lo que querían, no era así. El catchline cambió a #JusticiaYa y con el pedían la destitución del pez más grande, el Presidente Otto Pérez Molina, por su supuesta cooperación con La Línea, siendo él quien encabezaba la organización. Esto salió a la luz gracias

a una llamada telefónica en la que el Presidente hablaba con otra persona exigiéndole que despidieran a un empleado para poner otro que les pudiera ayudar más a realizar sus movimientos. El ojo de Guatemala estaba ahora sobre él y no descansaría hasta acabarlo.

Pérez Molina, a diferencia de su aclamada “vice” se aferró al puesto, pasaron semanas y él no cedía. El movimiento nacional, con más de diez mil asistentes decidió tomar cartas en el asunto y con la ayuda de instituciones universitarias de todo el país, empresas de prestigio como San Martín, Saúl E. Méndez, entre muchas otras, campesinos y asociaciones varias decidieron unirse al cambio.

Se convocó a un paro nacional, esta vez por un bien común, desbancar al ya desprestigiado Presidente de la Nación. El día se había seleccionado y Guatemala se pondría en marcha el 27 de agosto para acabar con la corrupción de raíz. Los hashtags no tardaron en sumarse al juego, se usaron algunos como el ya conocido #JusticiaYa y se agregaron otros como #YoNoTengoPresidente, #Paro27A y #YoEstoyPorGuate demostrando el odio hacia una figura corrompida por el poder y cegado por la ambición del mismo.

El país estaba desierto, por primera vez no habían colas en las horas pico, no había caos, toda esa fuerza estaba concentrada desde las 9.00 horas en el Parque Central, alentando al Presidente a que cediera su puesto, pues ya no le pertenecía. Las redes sociales explotaron, las transmisiones en vivo del lugar eran para quedarse anonadado, la plaza estaba completamente llena, nunca se habían visto tantas personas unidas por un mismo fin, ese día se marcó un precedente mundial que sin duda puso en el ojo público a Guatemala.

La lluvia comenzó a caer cuando el reloj dio las 14 horas y como en días pasados, el pueblo no se movió, el Himno Nacional seguía en replay y los gritos que exigían la renuncia del Presidente no paraban. Eran tan fuertes que ensordecían cualquier otra conversación... El mundo estaba atento, observando inquieto como Guatemala, un país hundido en la depresión, ensangrentado por sus propios hijos y golpeado por la mano desinteresada de los poderosos, demostraba lo que muchos no habían podido: la fuerza del pueblo.

“Cuando la tiranía es ley, la desobediencia es orden” y este lema no puede ser más acertado, tratando de lograr lo imposible, aferrándose a la esperanza de ver una Guatemala con nuevas alas, volar libre. Los medios no tardaron en unirse a la protesta, transmitiendo incansablemente cómo el pueblo unido lograba su cometido. Sin miedo a transmitir la verdad, estos medios apoyaron al movimiento que dio como resultado que el temido General se quedara sin aliados, toda su bancada había dado un paso atrás y muchos habían renunciado de sus cargos.

Días después que “Tito Arias” se había quedado solo, tratando de ocultarla de los medios presentó su renuncia a altas horas de la noche para hacerse válida a las 3.00 horas pero Guatemala llevaba meses en vela, esperando con ansias a que eso pasara. La noticia recorrió el mundo en un abrir y cerrar de ojos. El general caído había dado su último respiro y finalmente reconocía el clamor del pueblo que una vez confió en él.

Pocos días fueron los que pasaron y Guatemala ya era “Trending Topic” en todos lados, el temido general había caído de forma pacífica y quedaría en las manos de la justicia. El mundo se detuvo por un momento y las felicitaciones por parte de muchos países comenzaron a llegar. Días después y como era de esperarse, se le encontró culpable y ahora se encuentra cumpliendo una condena al igual que su mano derecha.

Gracias a las redes sociales y a los medios que plantaron bien sus cimientos y fueron capaces de compartir la verdad y nada más que la verdad, se marcó un precedente para muchos otros países, en los que semanas después del acontecimiento se comenzó a ver que se tomaba el ejemplo de Guatemala en países como Honduras, El Salvador y México, también golpeados por la corrupción.

No hay que olvidar que la convocatoria de este gran movimiento comenzó con un solo click, y los verdaderos artífices de este logro, aparte de los ciudadanos que por fin dieron el paso y se dejaron escuchar, son las redes sociales, porque en un país en donde la comunicación está censurada, la verdad encuentra abrigo en los infinitos confines del internet, incorruptible y siempre libre, deja en claro que se pueden lograr grandes cosas con un poco de ímpetu y una buena conexión a la red.

Guatemala cambió el curso de la historia y será recordada como el país sanguinario que destronó a su presidente después de 4 meses de protestas pacíficas.

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