Profesiones 198

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JESÚS A. NÚÑEZ, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria

«Hay que trabajar sobre las causas estructurales a partir del largo plazo, la multilateralidad y la multidimensionalidad» Elisa McCausland / Esther Plaza ¿Qué opinión tienes de la aplicación de la Directiva de Protección Temporal tras el acuerdo histórico de los 27 estados miembros de la Unión Europea? La primera reacción es positiva porque por primera vez se está atendiendo a las necesidades de población que trata desesperadamente de poner a salvo su vida, sin embargo, cabe preguntarnos por qué en este caso sí y en otros no, así como qué duración va a tener tras traspasar esa primera reacción emocional y transformarse en una guerra larga como ha sucedido en otras situaciones. Tenemos que tener presente que aunque pareciera que la ciudadanía europea somos más sensible al drama, o que hacemos un ejercicio de solidaridad y caridad, de lo que se trata es de justicia: todo país que ha firmado la Convención del Estatuto del Refugiado (1951) se obliga jurídicamente a asistir y proteger a toda persona que para poner a salvo su vida atraviesa una frontera internacional; por tanto, se trata de una cuestión de cumplimiento de un compromiso jurídico. La puesta en marcha de esta directiva supone dicho cumplimiento pero no compensa el resto de ocasiones en las que ha sucedido y no se ha activado. Por otro lado, pone de manifiesto la categorización de las personas refugiadas, dependiendo de su origen, color de piel o religión. Entrevistamos hace dos números al periodista Rafael Poch-De-Feliu, que hablaba sobre un riesgo factible de conflicto bélico global. Desde tu punto de vista de experto en conflictos internacionales, ¿hasta qué punto nos encontramos a las puertas de una posible III Guerra Mundial? Riesgo de tercera guerra mundial lo tenemos desde que finalizó la segunda. De hecho, hay quien piensa que ya estaríamos a las puertas de una posible cuarta guerra mundial. Una nueva guerra mundial significaría la aniquilación de la especie humana del planeta, si nos atenemos a la acumulación de cabezas nucleares de las que disponen nueve países. Por eso, desde esta perspectiva no podemos jugar con ese tipo de conceptos, por la existencia de dicha capacidad real de acabar con la humanidad. Tenemos muchos conflictos, llamados 'olvidados', aunque verdaderamente de lo que se trata es de 'falta de interés en su resolución'. Vivimos en una paradoja difícil de entender: estamos vivos gracias a la existencia de las armas nucleares, y la decisión de las potencias de no enfrentarse entre ellas. ¿Hasta qué punto se trata, tanto en Ucrania como en otros lugares del mundo, de un problema entre países y no de una cuestión de élites contra la población civil global? 36 g Profesiones

Quienes tienen la palanca de poder en sus manos, sea por razones geopolíticas o económicas, tienen una agenda y unos intereses. Es una cuestión de voluntad de poder. Lo que nos enseña la historia es que dichos actores tratan de aprovechar la oportunidad que se les presenta para aumentar su cuota de poder; las emociones y demandas de la población civil no entran en la ecuación. Si a esto añadimos la inexistencia de una sociedad civil organizada, una oposición parlamentaria, o unos medios de comunicación independientes, el margen de maniobra aumenta considerablemente. Por desgracia, tanto en las sociedades democráticas como en las autoritarias, la sociedad civil es siempre un actor menor, lo cual no quiere decir que sea inexistente. Es importante en lo que respecta a informarse adecuadamente, sensibilizarse y movilizarse contra quienes toman ese tipo de decisiones. Su salud dependerá, por lo tanto, del tipo de sociedad que queramos construir y hasta qué punto interesa a los poderes que la población civil pueda influenciar en la toma de decisiones. Unión Profesional aboga por la utilidad de replicar el modelo de colegios profesionales como ejemplo de sociedad civil organizada; una sociedad civil minimizada, e incluso desaparecida, en Estados en vías de desarrollo o sometidos a guerras y guerrillas ¿Estamos en lo cierto? No tengo ninguna duda. Quizá por acumulación de experiencia, mi confianza en los gobiernos nacionales y en las organizaciones internacionales, a día de hoy, es muy reducida, sobre todo si hablamos de cambiar las cosas. Sin embargo, sí tengo mayor esperanza en la opinión pública y en lo que pueda salir de la sociedad civil organizada. Ahora bien, las intenciones de ciertos gobiernos de laminar dicha sociedad civil organizada, junto con las actuales capacidades tecnológicas que amplían las posibilidades de manipulación pública, están dificultando la proximidad a la realidad de los acontecimientos, lo que complica la situación enormemente. La guerra de propaganda y la desinformación son, hoy en día, elementos centrales de la sombra del poder, además, siempre serán, manejados por los actores que posean más recursos. Todo ello son obstáculos a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo el planteamiento que comentáis. No tanto porque no haya personas predispuestas a encajar en un modelo como el de los colegios profesionales, sino porque el poder tiene otros intereses y mejores mecanismos para limitar estas posibilidades. En el Grupo de Trabajo sobre Asuntos Humanitarios de Unión Profesional, damos relevancia a las causas que motivan dichos conflictos para poder actuar desde la prevención, y no solo en el momento del restablecimiento de la nº 198 g julio-agosto 2022


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