Mal de Ojos N° 12: Vivir en las redes

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Proyecto de Extensión Periodismo en la Universidad y la Escuela Secundaria / Año 11- N° 12/ Paraná, Entre Ríos, abril de 2018

Mal de Ojos

ISSN: 2524-9401

Mirar fuerte los temas que nos comprometen

VIVIR EN LAS REDES Ciberbullying / Los jóvenes y la música: el hip hop y el metal / La cultura otaku y el animé Bikers y skaters en la ciudad / Arte urbano: paredes que hablan


Equipo Mal de Ojos

DIRECCIÓN Y EDICION GENERAL: Aixa Boeykens SELECCIÓN Y CORRECCIÓN: Aixa Boeykens Ignacio González Lowy Ramiro García Valentinuz DIAGRAMACIÓN, DISEÑO E ILUSTRACIONES: Rosina Espiro PROFESORES DEL TALLER DE PRODUCCIÓN PERIODÍSTICA EN 2016 Aixa Boeykens Oscar Bosetti Ignacio González Lowy AUXILIAR ALUMNO Mauro Re BECARIO Ramiro García Valentinuz INTEGRANTES DEL PROYECTO DE INTEGRACIÓN DE FUNCIONES UNIVERSITARIAS “Periodismo en la Universidad y la Escuela Secundaria” Antonella Carrizo Juan Andrés Herrera Victoria Natiello Rosina Espiro AUTORIDADES DE LA UNER -PERÍODO 2014/2018: Rector: Jorge Gerard Secretario de Extensión Universitaria y Cultura: Daniel de Michele AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN: Decana: Gabriela Bergomás Vicedecano: Alejandro Ramírez Secretario General: Mauro Alcaraz Secretaria Académica: Virginia Kummer Secretario de Extensión: Juan Manuel Giménez Secretario de Investigación y Posgrado: Mario Sebastián Román Alumnos del Taller de Producción Periodística -Año Académico 2017Paulina ÁLVAREZ Mariana ARGÜELLO Aldana BADANO Anahí BENAVÍDEZ Carolina BETIQUE Stefanía BEVILACQUA Darío CAGLIERO HEREDIA María Cecilia CORTESE Damián DABIN Alejandro DESCALZO Luisina DESIO Martín ERBES Andrea FONTANA

Camila FRÍAS Nicolás GALOPPO Rocío GOETTE Bárbara KANAGUSUKU Fabricio LEIVA Agostina LELL Rocío LÓPEZ Gabriela MAGLIOLINI Nicolás MARCOLINI Antonella MUÑOZ FONTANA Elián PACHER Evelyn RÍOS Amílcar ZONIS

ISSN: 2524-9401 Facultad de Ciencias de la Educación- UNER. Alameda 106- Paraná- Entre Ríos-Argentina. Teléfono: 0343-4222033 Impresa en el Departamento Imprenta y Publicaciones de UNER. Concepción del Uruguay- Entre Ríos- Argentina -Abril de 2018-


Editorial

Vivir en las redes, las distintas maneras de ser jóvenes Aixa Boeykens

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ada época tiene sus propios y singulares modos de ser jóvenes. Cada etapa actualiza sus interrogantes, tensiones y dilemas entre el mundo adulto y adolescente. Para la generación nacida a partir de 2000 parte de la socialización cotidiana sucede entre las TICS y el cara a cara. También por el modo en que este mundo se construye sin que los adultos puedan tener demasiado conocimiento de lo que sucede entre las redes sociales en las que interactúan. Como expresa la antropóloga argentina Rosalía Winocur, estar solo en un cuarto sólo refiere a la ausencia física de los otros porque virtualmente están presentes a través de internet. La investigadora destaca que los nuevos solos “ya no son los que no tienen a nadie alrededor, sino los que están desconectados, y eso, obviamente, también resignifica la noción y la práctica de la intimidad.” Sin embargo eso no significa que la interacción se disuelva en los encuentros interpersonales ya que la red es una extensión de la sociabilidad en el mundo real. La interacción más regular y constante sigue dándose en la escuela o en los espacios en donde circulan los jóvenes habitualmente. En una investigación sobre las transformaciones en el espacio público y privado publicado en la revista Telos en julio de 2012, la profesora universitaria -cuyo trabajo se ha desarrollado principalmente en la Universidad Autónoma Metropolitana de México- invita a repensar la suposición de que los jóvenes transmiten sus aspectos más privados a través de la red. En realidad, los asuntos que entrañan un profundo sufrimiento para ellos como las peleas de los padres, los conflictos familiares, lo que no les gusta

de ellos mismos o los sentimientos de exclusión, no los comunican a través de la red sino que quedan en su intimidad. En esta edición de Mal de Ojos quisimos mirar a través de distintas voces estos vínculos de los jóvenes tanto entre las redes como en otros espacios en donde se identifican y entusiasman. El primer informe propone ahondar en las relaciones entre los jóvenes y las redes sociales. En el segundo, nos enfocamos en el hostigamiento o bullying a través de las redes. En dos situaciones específicas, este maltrato continuado con otras situaciones del contexto en que vivían finalizó con un desenlace trágico en una escuela del departamento Paraná. Frente al dolor que esto ha provocado, el desafío convoca a repensar e interpelarnos sobre los vínculos entre jóvenes y adultos pero –sobre todo- en habilitar y desarrollar espacios en la escuela y la comunidad que den lugar a proyectos, a propuestas colectivas como el arte, la comunicación y el deporte, entre otras tantas dimensiones posibles. En esta duodécima edición también disfrutamos de compartir los distintos mundos en que los jóvenes se entusiasman y comparten identidad a través de la música, del anime, de los skaters, las bicicletas o los grafitis. Todos ellos conforman este entramado de expresiones e intereses múltiples que dan cuenta de jóvenes con proyectos, deseos y maneras de agruparse a partir de las distintas identidades con que se sienten interpelados. Sin dudas habrá múltiples expresiones que quedan afuera pero, en todo caso, esperamos que quiénes están contribuyan a sumar a la cartografía de las expresiones culturales que marcan el pulso de los distintos jóvenes de esta generación actual.

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Los jóvenes y las TICS

Adolescentes entrerrianos reflexionan sobre los vínculos en tiempos de Instagram y Snaptchat

Entre las redes sociales y el cara a cara, otras formas de estar juntos Jóvenes de escuelas públicas, privadas y de gestión privada de Paraná comentan los usos que le dan a las redes sociales. Nacieron en un universo digital que produce otras formas de estar juntos y de entender los vínculos entre lo íntimo que se cuenta en las redes y aquello que se elige no publicar.

Rosina Espiro

Por Nicolás Marcolini

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urante los días lectivos, la Plaza 1° de Mayo de Paraná se convierte en el lugar en donde grupos de alumnos, amigos y conocidos van y vienen. Faltan cinco minutos para ingresar a clases. Son las 6:55 de un viernes nublado, con pronóstico de lluvias para el mediodía pero con probabilidades de que se despeje para la tarde. Lo comentan Juan, Lucas y Esteban, estudiantes de la Escuela Normal José María Torres en la esquina donde se encuentra emplazado el edificio histórico. “Eso dice en la app que tengo descargada”, afirma uno, mientras los demás chequean sus propios dispositivos. Otro indica que es fundamental sacarse la selfie de la mañana antes de ingresar al establecimiento. Mientras, el tercero asegura tener fe en que las condiciones del cielo cambien ya que a la noche tiene un evento al que asistirán 500 personas. Se trata de una fiesta privada que se

que en lo real. Es un lugar donde placer, sufrimiento, tensiones y ansiedades configuran un nuevo fenómeno contemporáneo: la sensación de sentirse observado y juzgado por una mirada ajena. Intimidad, intimidada Desde el punto de vista psicológico, la adolescencia es la etapa más conflictiva del ser humano. Sandra Gulberti es psicóloga y trabajó en el Programa Provincial de Prevención del Suicidio, dependiente del área de Salud Mental del Ministerio de Salud de Entre Ríos. La especialista sostiene que “los jóvenes tienen tendencias a excluirse, a buscar emanciparse de los padres y tratan de encontrar una forma de diferenciarse de ellos. El éxito de sobrellevar esa pérdida de la niñez consiste en compartir una nueva identidad para todo el grupo. Un encuentro, que en tiempos digitales, aparece en las redes sociales. Facebook, Twitter,

“Los jóvenes tienen tendencias a excluirse, a buscar emanciparse de los padres y tratan de encontrar una forma de diferenciarse de sus ellos. El éxito de sobrellevar esa pérdida de la niñez consiste en compartir una nueva identidad para todo el grupo. Un encuentro, que en tiempos digitales, aparece en las redes sociales. Facebook, Twitter, Instagram, entre otras, se presentan como vía entre los adolescentes y sus vínculos sociales.” (Psicóloga Sandra Gulberti) difundió en Facebook. Unos metros más allá, la escena es similar. En la puerta del Instituto Nuestra Señora del Huerto, haciendo cruz y cruzando la calle, dos jovencitas filman un ‘boomerang’ —una sucesión de fotos en bucle— para subirlo como historia de Instagram. “¡Mirá mi cara! Sólo te dejo subirlo si le pones algún filtro —comenta Evangelina, mientras se arregla la chomba y se peina su larga cabellera rubia—, aunque se borra en 24 horas, tampoco debería importarme tanto”. Luego, minutos antes de que toque el timbre de ingreso, le da el visto bueno a su compañera para compartirlo. Es la vidriera. Una barrera entre lo que vivimos y lo que publicamos en las redes sociales. Un documental de lo que se ha vivido y, sobre todo, de lo que estamos viviendo. Es una situación donde lo público y lo privado se tornan difusos. El público es mucho mayor en lo virtual

Instagram, entre otras, se presentan como vía entre los adolescentes y sus vínculos sociales”. En ese sentido, la psicóloga agrega:“Buscan fantasear, son espacios virtuales donde se les posibilita ese recurso”. Estamos en un contexto donde estas nuevas formas de comunicación acarrean una exposición de algunos aspectos de la vida privada en la Web 2.0. Los perfiles personales armados en las diferentes aplicaciones de Internet suelen contener estados de ánimo, lugares de encuentro, amistades y hasta opiniones sobre terceros. En nuestra legislación, la vida privada es el núcleo central de la intimidad. Esta última, sería la parte más reservada de cotidianidad, que incluye datos, hechos o situaciones que son “desconocidos” por la comunidad. Es un derecho que está amparado por diversos Tratados Internacionales, como el Pacto de San José de Costa Rica (artículo 11, 5

inciso 2 y 3) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 17). Sin embargo, la antropóloga Paula Sibilia, autora del libro La intimidad como espectáculo, agrega que los medios de comunicación y la cultura de masas, en conjunto con la generación de jóvenes, han transformado a la nueva era de la información. Día tras día aumenta el número de usuarios de las plataformas digitales en el mundo que ofrece Internet. Chic@s Conectados. Investigación sobre percepciones y hábitos de niños, niñas y adolescentes en Internet y redes sociales, fue una investigación llevada a cabo por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en 2016, realizada a 60 jóvenes bonaerenses, de entre 13 y 18 años. El informe afirma que el 95% de los encuestados abrió al menos un perfil en una red social. En total, 8 de cada 10 entrevistados vivió al menos una situación perturbadora como: la exposición a imágenes obscenas/ pornográficas (37%), de violencia (24%), bullying o maltrato (20%) y discriminación por distintos motivos (13%). Según el escrito, la mayoría de los adolescentes son conscientes de lo que significa publicar información inapropiada. Nuevos vínculos, nueva demanda Son las 15.30 y en la Escuela N° 14 Paracao, el grupo de 6to año debate sobre los amigos virtuales. “No deberíamos considerarlos íntimos —se ríen los demás por el término— porque a la mayoría no los conocemos en persona”, sostiene Anahí, la vocera del curso. Entre comentarios y conflictos por cómo definirlos, llegan a la conclusión de que sólo son “unos conocidos de amigos en común”. Es decir, simplemente los agregaron porque sus allegados los tenían agendados en sus perfiles. Frente a nuevas discusiones surge el problema de opinar sobre cuán seguros creen que están frente a quienes tienen agregados. —Nadie se fija en eso. Somos de cuidarnos en Internet, a pesar de quien tengamos en Facebook –contesta David, desde el fondo del aula. —¿Pero qué pasa con los perfiles falsos, dónde tenemos que andar denunciando porque salen nuestras caras con otros nombres? —le cuestiona su compañero de banco.


Los jóvenes y las TICS —Es verdad. No lo había pensado porque no me pasó, pero sabemos que para tener más seguidores sí o sí necesitamos subir estados, fotos o compartir eventos —sintetiza David. Nadie imagina que pueden usar tus cosas para otros fines. La charla se pone más interesante y se profundiza cuando a partir de ese comentario se problematiza acerca de que haya personas que roban la identidad en Internet. El perfil social se construye a partir de una serie de datos que deben completar los usuarios para llegar a ser reconocidos por sus pares en las plataformas donde tienen cuentas. “Ahora cuando decimos que estuvimos en un lugar o que estábamos con alguna persona, es difícil de creer si no subimos algo a las redes”, resume David. De acuerdo a lo debatido durante la clase, más de la mitad de los alumnos no puede imaginar la propia vida sin su celular. A pesar de no poder usarlo mientras están dentro del establecimiento, su mundo

Ríos (UNER), sostiene que estamos en un proceso de transformación en el que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICS) tienen un rol fundamental. La problemática principal es el aislamiento entre las personas, puesto que los encuentros cara a cara comienzan a complejizarse por los nuevos espa-

“Estamos en un poceso de transformación en el que las Tecnologías de la Información y Comunicación tienen un rol fundamental. La problemática principal es el aislamiento entre las personas, puesto que los encuentros cara a cara comienzan a complejizarse por los nuevos espacios virtuales” (Psicóloga Norma Barbagelata) real se relaciona tanto con el virtual que terminan asumiendo que es uno solo. Por su parte, Norma Barbagelata, licenciada en Psicología por la Universidad Central de Barcelona y profesora de maestrías y doctorados en la Universidad Nacional de Entre

cios virtuales. Es una cuestión de tener “algo en común” y de no quedar afuera. “Es curioso observar, por ejemplo, un cumpleaños. Vos mirás que los chicos no están dialogando, ni bailando, ni jugando; sino que están subiendo fotos y chequeando si alguien comentó”, manifiesta.

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Ser la mercancía Estefanía, Pilar y Leonel cursan el último año de la secundaria en la Escuela Jorge Luis Borges. Cuando se les pregunta qué redes sociales utilizan, todos contestan que las que predominan entre los de su generación son Instagram y Snapchat. —Es una cuestión de gustos, pero las elegimos por sus filtros y sus opciones —responde Estefanía con un tono optimista. —Me río cuando mis viejos me muestran los álbumes fotográficos de cuando ellos tenían nuestra edad —contesta Leonel— parece que esas cámaras prehistóricas no podían editar la imagen ¡Qué bajón! —Ahora con la idea de subir historias, no nos acordamos ni de lo que publicamos hace dos o tres días atrás —argumenta Pilar, mientras chequea su smartphone. “Likes”, comentar, compartir, repostear e investigar sobre las preferencias de otros usuarios, son las actividades principales a la hora de navegar en las nuevas plataformas digitales. Los jóvenes se suelen inclinar a perfiles más visuales. “Está bueno ver cómo tus seguidores arman sus fotos, ver qué hacen en su rutina de todos los días. A veces, estamos pendientes de que el otro suba algo para saber si está bien”, contesta Estefanía. También está la cuestión de ser ese otro: qué ocurre cuando uno es el observado. “Nunca me puse a pensarlo, pero a veces la foto, el vídeo o la historia que subimos llega a un número de visitantes que supera a tus seguidores. Nos


Los jóvenes y las TICS alegramos, pero no sabemos realmente hasta dónde llegó nuestro posteo”, reflexiona Leonel. Asimismo Pilar advierte: “Nos exigimos estar a la altura de la situación y nos supera. A veces uno expone de más, únicamente para sumar nuevos usuarios o generar más ‘me gusta’. No está bueno”. Paola Caraballo es psicóloga y docente de la Institución, dicta la materia Prácticas Educativas y tiene a cargo el Taller de Mediación y Resolución de Conflictos. La educadora explica que en la escuela se generan muchos debates sobre el uso del celular: “Es interesante ver cómo los adolescentes transitan estos espacios digitales. En el aula se observa esa necesidad de responder inmediatamente; con características muy especiales como respuestas breves, o cuando estamos chateando por Facebook, son de contestar con un simple emoticón para darle un cierre parcial a la conversación”. Desde la mirada pedagógica, la escuela acompaña esta transformación digital. Los docentes utilizan las redes para fines educativos como los grupos, la publicación de tareas o las consultas sobre algún tema para el examen. No obstante, Caraballo sostiene que es un “desencuentro” con los jóvenes ya que “ellos utilizan redes dónde sólo predomina la imagen”. En Línea Amalia tiene 17 años, estudia en Paraná High School y su vida gira

en torno a la escuela, sus amigos y, según ella lo más importante, sus redes sociales. La escena es clásica: mientras sus compañeros están en semicírculo, ella está sentada y muy concentrada chequeando su celular. En 20 segundos, se disgusta. Luego, corta la conversación grupal y comenta: “¿Vieron este vídeo? Me lo pasaron recién. Pobre chica”, se lamenta. La divulgación de ciertas publicaciones se torna interesante en tiempos 2.0. “Creo que lo peor que nos podría pasar es que se difunda un vídeo erótico o pornográfico”, argumenta Amalia. Los grupos virtuales son espacios de divulgación de contenidos que vulneran la privacidad de otros. La joven agrega: “Cuando nos llega uno nuevo, comenzamos una investigación en nuestras redes para conocer quiénes son los protagonistas. Paraná es chico porque los terminamos encontrando”. En ese sentido, Mariana Palumbo, Martín Boy y Maximiliano Marentes son investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y realizaron un estudio a 25 jóvenes de Buenos Aires en 2016. El proyecto se titula Me clavó el visto: los jóvenes y las esperas en el amor a partir de las nuevas tecnologías, y se enmarca en la problematización del tiempo (tanto en el amor, en el trabajo y en la salud). Si bien trabajaron sobre las relaciones amorosas en las plataformas de WhatsApp y Facebook, advierten que las redes sociales se trans-

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forman en el “espacio para sumar erotismo a la pareja o a amigos con derecho”, pero también en el lugar en donde predominan los celos excesivos. Dentro del marco de políticas públicas, el Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) lanzó una campaña de buen uso de Internet, con un spot dirigido a los adolescentes, que se difunde en cines y por televisión. Los jóvenes de la Escuela Normal sostienen que sucede lo que pasa en la publicidad. “Lamentablemente alguien saca una foto y la publica en distintos grupos de WhatsApp, con el fin de reírse y, por lo general, no mide las consecuencias del alcance o la repercusión que tendrá”, comenta Lucas. La vida privada se convierte en objeto de consumo de los otros. Se creó la necesidad de estar observando lo que hacen otras personas. Los celulares que tienen acceso de una red de datos móviles son el soporte para crear nuevos sujetos con identidades cibernéticas contemporáneas. Paula y Sabrina son alumnas del Instituto Privado Cristo Redentor; Paula sostiene que todos tenemos “un conocido que comparte todo en sus redes. Desde fotos hasta sentimientos”, Sabrina coincide con la postura de su compañera. A veces, el fin de la publicación es que los demás hagan un comentario. “Es una vidriera como las que hay en la peatonal porque mostramos lo que queremos ‘vender’ por así decirlo. También somos los compradores porque vamos seleccionando lo que queremos ver”, agrega Lucas. Paralelamente, Amalia reflexiona que “no es gratificante que desconocidos conozcan todo lo que hacemos, debemos comenzar a limitar nuestros posteos”. En ese sentido Sabrina afirma: “Es la moda de ahora de exponer nuestras actividades, pero tenemos que comprender que nuestra publicación perdurará en el tiempo, a pesar de que la borremos después”. En todo caso, lo que estos jóvenes que nacieron a partir del año 2000 nos invitan a pensar es que hay otras formas de vincularse en estos tiempos en que las redes sociales marcan parte de nuestra sociabilidad.


Los jóvenes y el bullying

Ciberbullying en los jóvenes de Paraná

Violencia virtual, consecuencias reales Discriminación, burlas, amenazas y extorsión, encuentran en Internet un terreno sumamente fértil: hay distancia física, hay anonimato y, muchas veces, no hay adultos cerca. ¿Quiénes, cuándo y cómo deberían intervenir? Los usos del celular despiertan dilemas éticos entre la escuela y la familia

Rosina Espiro

Por Camila Frías

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l término inglés ciberbullying describe situaciones de hostigamiento, humillación o acoso, de manera sostenida a través de medios electrónicos. Participan tres tipos de actores: un victimario, una víctima (ambos, siempre menores de edad), y un grupo indefinido de espectadores que a menudo potencian la agresión. Los canales que propician estas prácticas dan lugar, además, a una falsa sensación de anonimato, que hace que los jóvenes se comporten de manera distinta a como lo harían personalmente. En su libro Tatuados por los medios, Silvia Bacher sostiene que circunstancias como esta “enfrentan al docente a desafíos novedosos que coexisten con otros, que estallan sin aviso en el quehacer cotidiano, y que invitan a reconsiderar el sentido de ese tiempo y espacio de encuentro para el conocimiento”. Los pasillos de la escuela secundaria N° 37 “Manuel Belgrano” (ex Comercio 2), en Paraná, están repletos de afiches. Se acercan las elecciones para el centro de estudiantes y, entre las propuestas que decoran las paredes, hay una que se repite: la negociación por el uso de teléfonos móviles. Desde el aula de 6° 4a Melisa afirma que, dentro de los límites del colegio, el uso del celular está prohibido “como la marihuana”. La analogía genera risas entre sus compañeros, quienes luego admiten que, de todas maneras, ninguno de ellos respeta esa norma. El profesor aclara que no le molesta, salvo cuando observa que la clase está “muy celularizada”. Nadie se anima a conceptualizar el término ciberbullying. Sin embargo, tampoco suena extraño, porque surgen múltiples relatos que logran ejemplificarlo. ─Una vez, a un compañero no lo queríamos y era negro. Subimos una foto de él a un grupo de Facebook de compra-venta y escribimos “Vendo esclavo”. Se re enojó y fue a hablar con la directora ─ relata Lautaro. A las oficinas de este colegio, muchas veces los padres llevan mensajes recibidos por sus hijos, impresos en papel, a modo de prueba y en busca de una sanción. “Estamos viendo que los casos de violencia

física o agresión verbal, surgen en Whatsapp y Facebook. La postura que la escuela ha tomado es que no hay forma de intervenir en las redes sociales de los menores. Se ha capacitado a los padres para que sean los primeros en actuar”, explica María Sol Miner, coordinadora del equipo de tutoría. Desde el fondo del salón, otra joven toma la palabra para referirse a la difusión de fotos o videos de la intimidad sexual de una persona. Enseguida, todos asienten con la cabeza y empiezan a murmurar. ─A una chica de esta escuela del turno tarde, le pasó con una foto ─comenta Ludmila. ─ ¿Una? ¡Un montón eran! ─contesta Micaela─ Creo que la madre vino a hablar pero no le dieron bola. ─Yo soy como una tarjeta de memoria, acá me llega todo ─desliza Mauro, señalando su celular. ─Es feo que todos estén hablando de vos ─opina Laura. ─El problema es si (las fotos o videos íntimos) le llegan a tu familia ─añade Micaela. Entre las opiniones prevalece la cuestión de la masividad que alcanzan las fotos en las redes sociales, y las secuelas psicológicas de haber sido humillados públicamente. Sucede que, en ninguno de estos casos, se puede garantizar la verdadera y definitiva desaparición de la información injuriante. Pero, si estos estudiantes reciben en sus celulares una foto que vulnera la intimidad de una persona, ¿la comparten con

y otros intentan, por debajo de los bancos, que su scrolleo por las pantallas pase desapercibido. ─Me quitan el celular y me puedo llegar a morir ─dice Estefanía, en referencia a una reciente amenaza de sus padres. ─Ni que fuera el corazón, boluda ─le responde Marcos. Al intentar definir la palabra ciberbullying, los jóvenes traen a cuento una situación que tuvo lugar el año pasado entre alumnos de la misma escuela. ─Subieron a Facebook una foto de un chico besándose con otro. Después lo jodían todo el tiempo preguntándole si era él el de la foto y riéndose de que era gay ─recuerda Santiago. “¿Cómo vamos a prohibir el celular en la escuela? Si el problema de agresión se genera acá, lo trabajamos; pero los chicos salen, el nivel de agresividad sigue in crescendo y no podemos manejarlo. Se están demandando a la escuela cuestiones que me parece que tienen que ver con los papás. Yo pertenezco a otra generación en la que los chicos no usaban las redes sociales; hoy los padres no pueden pedirles que apaguen el celular ni siquiera a la hora de dormir”, reflexiona Miriam Pañoni, licenciada en Ciencias de la Educación e integrante del área de tutorías de la E.E.T N° 2. En la introducción del libro Ciberculturas Juveniles, Marcelo Urresti destaca que “aquello que para las generaciones anteriores es novedad,

“Estamos viendo que los casos de violencia física o agresión verbal surgen en Whatsapp y Facebook. La postura que la escuela ha tomado es que no hay forma de intervenir en las redes sociales de los menores. Se ha capacitado a los padres para que sean los primeros en actuar” (María Sol Miner, coordinadora de equipo de tutorías). sus contactos, o la eliminan? ─La eliminamos ─sostiene Lautaro. ─No digas eso ─interrumpe Ludmila─ porque la comparten, pero entre ustedes, los vagos. ─Todos hemos reenviado una foto de esas ─afirma Rocío. Tras izar la bandera, los alumnos de la E.E.T N° 2 “Almirante Guillermo Brown” se dirigen a sus aulas. Cuando el profesor ingresa a la de 3° 2a, los chicos ya están ubicados en sus lugares. Algunos conversan 9

imposición externa, obstáculo, para las generaciones más jóvenes es un dato más de su existencia cotidiana, una realidad tan naturalizada y aceptada que no merece siquiera la interrogación y menos aún la crítica”. De esa manera surgen desafíos para plantear límites en torno al (mal) uso de redes sociales. Si bien lo habitan, se trata de un terreno en el que los adultos se vuelven extranjeros: emplean otros lenguajes y practican distintas lógicas de sociabilidad. Entonces, ¿quiénes debe-


Los jóvenes y el bullying rían hacerse cargo? El licenciado en Psicología Laureano Retamoza sostiene que, cuando la respuesta a esa pregunta aparece difusa, “la duda sobre cómo hacerlo puede implicar la no intervención”. Asimismo, opina que la escuela debe involucrarse, porque es en torno a las instituciones educativas que se dan, generalmente, los casos de ciberbullying. “Esto se inscribe también en una dificultad sistemática de los adultos en esta época, para ser adultos frente a los niños y adolescentes. Ello implica un lugar de autoridad, que le permita discernir tanto al agresor como al agredido que existe alguien que puede poner un límite a la situación”, profundiza. En junio de 2017, un adolescente de 16 años oriundo de El Palenque falleció tras autolesionarse. Fue el

de la Ballena Azul, ideado en Rusia y con víctimas en todo el mundo. Se trataba de 50 órdenes que conducían progresivamente a la muerte como fin último. El debate se instaló en la agenda mediática, pero también muchas escuelas públicas de nuestra provincia plantearon su postura: de eso sí se habla. “Dialogamos acerca de todo lo que sucede en las redes sociales, la adolescencia, la formación de la personalidad, de la identidad, los adultos referentes. Sobre lo lindo de la vida, las cosas buenas, lo que tenemos como fortaleza”, destaca María Sol Miner sobre las actividades que, a raíz de las noticias, se emprendieron en la escuela N° 37 “Manuel Belgrano”. El equipo que tiene a su cargo (dos especialistas en Psicología, dos en Trabajo Social y uno en Ciencias

“Entre los jóvenes que padecen silenciosamente este tipo de hostigamiento, suelen manifestarse conductas que van desde tristeza profunda, aislamiento progresivo, desinterés por actividades que solían ser importantes, cambios en el desempeño académico, hasta manifestaciones psicosomáticas” (Psicólogo Laureano Retamoza) segundo caso en esa localidad entrerriana, en un lapso de siete meses. En los medios de comunicación locales, los padres del joven advirtieron la importancia de conocer cuáles son los usos que hacen los menores de las redes sociales. Su hijo había accedido a seguir los desafíos planteados online por el macabro “juego”

de la Educación) entendió que debía focalizar el trabajo en los estudiantes de 1° 2° y 3° año, por considerarlos en posición de mayor vulnerabilidad. Hubo charlas de asistencia obligatoria para los padres, proyección de videos en el patio, actividades de reflexión para los alumnos y capacitación del personal.

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La problemática no resulta ajena para esta comunidad educativa: en un corto período de tiempo, hubo cinco casos de ideación de suicidio. La escuela tuvo que intervenir ante señales de alarma manifestadas mediante cartas, charlas en tutoría, e incluso publicaciones de Facebook. “En nuestros chicos se dio en contextos de abandono y abuso”, puntualiza Miner. Actualmente, toman intervención profesionales del Centro de Atención Primaria en Salud Mental Mercedes De Giusto, ubicado, al igual que el colegio, en el barrio Paraná V. Allí asisten los estudiantes en situación de riesgo, donde “formaron un equipo específico para estos casos graves o urgentes. Nos dieron turnos especiales y estamos en continuo contacto”, comenta.


Los jóvenes y el bullying Un relevamiento difundido por UNICEF en 2016 indica que un 20% de los jóvenes entre 13 y 18 años en Argentina vivió situaciones de maltrato a través de redes sociales. En tanto, alrededor del 70% de los chicos y las chicas cree que sus padres saben entre más o menos y nada acerca de sus actividades en Internet. En el aula de 6° 4a de la ex Comercio 2, continúa el debate: ─En la cara, nadie se anima a decirte las cosas ─señala Nicolás, sobre el anonimato habilitado por las redes sociales. ─Tampoco los profesores te van a exigir que cierres el Facebook ─opina Mariana. ─Lo que hagan en cada caso (los docentes) depende del lugar. Conozco a un chico de otra escuela que se sacó fotos íntimas y lo echaron ─asegura Laura. “Entre los jóvenes que padecen silenciosamente este tipo de hostigamiento, suelen manifestarse

reano Retamoza quien desarrolló en FLACSO una Asesoría en Salud Integral en Escuelas Secundarias y trabaja en escuelas de educación integral con niños, adolescentes y jóvenes. De todas maneras, el pro-

“¿Es válido prohibir el celular a modo de sanción? Sí, si hay un sujetos que no se puede vincular saludablemente con esa tecnología. Pero antes de plantear qué le toca a la familia y qué a la escuela, yo preguntaría qué nos toca como adultos. La solución no es sacarle el celular, o excluir de la escuela al pibe que hostiga o es hostigado.” (Psicólogo Laureano Retamoza) conductas que van desde tristeza profunda, aislamiento progresivo, desinterés por actividades que solían ser importantes, cambios en el desempeño académico, hasta manifestaciones psicosomáticas como dolores de cabeza o mareos, sensaciones de malestar general”, explica el licenciado en Psicología Lau-

fesional especifica que “todo efecto psicológico tiene que ser evaluado en sus particularidades, que van enhebradas a un contexto y a una historia”. ¿Es válido prohibir el celular a modo de sanción? “Sí –argumenta Retamoza-, si hay un sujeto que no se puede vincular saludablemente

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con esa tecnología. Pero antes de plantear qué le toca a la familia y qué a la escuela, yo preguntaría qué nos toca como adultos. La solución no es sacarle el celular, o excluir de la escuela al pibe que hostiga o es hostigado”. El psicólogo hace hincapié en la importancia de un abordaje integral que no sólo contemple la situación de aquel que es agredido. “Hay que pensar que ambas partes necesitan ayuda. Y sobre todo, no estigmatizar estas conductas y no criminalizar o victimizar a quien está en un lugar u otro. Hay un efecto subjetivo y político en la palabra”, indica. En el ámbito educativo surgen desafíos y tensiones inevitables. “La escuela sobre esto tiene una gran tarea: cómo hacemos para que estos espacios predominantemente hostiles, se potencien como lugar de aprendizaje”, opina Retamoza. En tanto, sería adecuado negociar “un contrato más o menos estable entre la escuela y la familia de decir donde cada actor pueda expresar cómo espera que se aborden estas situaciones, qué hacemos cuando estamos frente a ellas, y qué es lo que los jóvenes esperan de nosotros como adultos en la construcción de la convivencia”. Las agresiones son virtuales, pero sus efectos no. Las pantallas reflejan problemáticas que se viven de manera concreta, emociones que se sienten en el cuerpo, y que en este plano, el que sentimos más real, demandan ayuda, escucha y acompañamiento.


Los jóvenes y el bullying

Una tarea para hacer entre la escuela y la casa El acoso escolar afecta a cientos de niños y jóvenes, dificulta el aprendizaje y deja secuelas. Los casos más graves alertan a la comunidad. Fenómenos viejos con nombres nuevos, problemas potenciados por las tecnologías, el bullying y el ciberbullying son un desafío para el cuestionado sistema educativo. También para los adultos que enfrentan el dilema de reconstruir lazos y fomentar diálogos con jóvenes siempre esquivos, ahora conectados a mundos inaccesibles para sus padres. Por Darío Cagliero

Para llegar a la escuela Oriana Picotti viajaba 15 kilómetros. Los primeros 7 en cuatriciclo, por un ripio mal conservado de Paraná Campaña. Al llegar al pavimento, dejaba el cuatri y subía a una combi para completar los 8 restantes desde Puente Carmona hasta la Escuela Secundaria Nº 73 de El Palenque, a 40 kilómetros de Paraná. La tarde del 10 de noviembre de 2016 volvió a su casa y, como siempre, en silencio ayudó a su mamá a encerrar un ternero en un corral. Después quedó sola, porque la madre fue a la casa de una vecina, donde las mujeres del pequeño caserío festejaban un cumpleaños. Su papá trabajaba en un potrero. Cuando el hombre volvió al atardecer, no encontró a nadie. Se bañó, tomó mates y extrañado por la ausencia de su hija mayor, de 15 años, salió a recorrer el patio. Al pasar junto a un quincho miró por una ventana abierta y en el interior vio el cadáver de la adolescente. Oriana se suicidó. Recién entonces sus padres comenzaron a recibir información sobre una situación grave de acoso escolar que la chica había padecido durante varias semanas. “Nos enteramos tarde. Después empezaron a decirnos que no salía a los recreos, que lloraba. Una prima nos mostró una carta en la que le

pedía ayuda en inglés. La dobló, la guardó, y nosotros la vimos cuando ya no podíamos hacer nada”, dice Eduardo Picotti, un hombre con el cuerpo curtido por el sol y el trabajo. Encontraron en el celular de Oriana una serie de mensajes de compañeras que la humillaban y la amenazaban con hacer públicas supuestas cuestiones íntimas. “La presión fue tan grande, que encontró una sola salida a su dolor”, se explica a sí mismo el padre. Picotti pelea contra la tristeza contando la historia, en homenaje a su hija. “Si hablando de 12

lo que nos pasó logro que alguien tome conciencia y salvo al menos a un chico, este esfuerzo valdrá la pena”, sostiene. Es duro conversar con Eduardo. Aunque no lo diga explícitamente, se culpa de no haber detectado el peligro. “No hay un manual para ser padre, uno aprende a golpes”, sentencia. Lo dice mediante un extraño mecanismo de comunicación, mezcla de voz firme y llanto contenido. Y parte el alma. Ocho casas hay en Paso de la Arena. Y en una, una ausencia incómoda nos interpela.


Los jóvenes y el bullying Nuevos viejos problemas El bullying es un comportamiento prolongado de insulto verbal, rechazo social, intimidación psicológica y/o agresión física de un/os niño/s hacia otro, que se convierte en blanco de reiterados ataques. Para algunos, es la epidemia del siglo XXI. Para otros, algo tan viejo como la escolarización, pero ahora visibilizado y complejizado por el uso de las nuevas tecnologías con su plus de anonimato, popularidad y masividad inmediata. El maltrato puede tener diferentes ropajes: puede ser físico (empujar, golpear, patear), verbal (burlas, apodos, insultos), social (“hacer el vacío”, difundir rumores, “ningunear”). Es necesario que las agresiones se produzcan sobre la misma persona de forma reiterada y durante un tiempo prolongado. También es menester que el agresor establezca una relación de dominio-sumisión sobre la víctima y haya una clara desigualdad de poder. La ONG Bullying Sin Fronteras publica estadísticas propias: las últimas cifras, del primer semestre de 2016, sumaban 1.142 casos graves de hostigamiento en el país, lo que implicó un incremento del 40% respecto del mismo período del año anterior. La organización tiene en su sitio web https://libresdebullying.wordpress.com recursos para docentes y padres. El juego de las culpas Después de consultar a padres, autoridades educativas y otros especialistas, queda la sensación de una comunidad educativa que comparte una preocupación, pero está desorientada y desorganizada. Los padres asumen su parte de responsabilidad, aunque consideran que si confían la educación de los jóvenes a una institución ésta debe hacerse cargo. Los docentes reconocen sus falencias aunque, sin embargo, señalan que los conflictos nacen en los hogares y que muchas familias se desentienden. Eduardo Picotti sabe que a su hija no la van a resucitar pero quisiera que no haya más víctimas, como un compañero de la joven que tomó una medida similar en 2017. Él cree

que es importante que se disponga de tratamiento psicológico para el grupo de acosadores y quizás también sus padres pero que, además, se analice cómo trabajan y qué hacen directivos, preceptores y profesores para poder intervenir ante estas situaciones.

buscan formar jóvenes que detecten agresiones o conflictos en las redes sociales, ese mundo que a la escuela y a los padres les resulta difícil comprender. “El acoso a través de las redes, que no se genera dentro de la escuela pero repercute al interior, suscita una hostilidad que dificulta el proceso de enseñanza y aprenHerramientas dizaje. Estamos buscando solucioEn la Departamental de Escuelas de nes”, adelanta el funcionario. Paraná sostienen que trabajan para Se busca reforzar vínculos meatender los conflictos concretos y diante actividades de convivencia que también tratan de avanzar en que fortalezcan el conocimiento y el diseño de la escucha entre dispositivos de las familias. En “El acoso a través de las redes, ese desafío de prevención. que no se genera dentro de la es- habilitarle a los En un precacuela pero repercute al interior, jóvenes espario edificio de suscita una hostilidad que difi- cios de escucha departamentos culta el proceso de enseñanza y y diálogo, se de calle La Paz aprendizaje. Estamos buscando organizan jor74 de Paraná, soluciones” (Germán Traver, su- nadas y talleres reconvertido en pervisor de Educ. Secundaria) decenas de pedonde alumnos queñas oficinas y familias reaabarrotadas de cajas de archivos, a lizan actividades que favorecen el las 9 de un viernes los empleados conocimiento mutuo y la aceptación circulan por pasillos mínimos o se de las diferencias. Se apuesta a acercomunican casi a gritos de un escricar la familia a la escuela y que no torio a otro. Suenan teléfonos. Todo sólo se los convoque cuando el estues frenético. En ese escenario, refediante tiene algún problema. rentes educativos hacen el esfuerzo por atender decorosamente una enFalencias trevista periodística. Entre Ríos tiene una ley específica Germán Traver, supervisor de para la “Promoción de la Convila Zona 16 de Educación Secundavencia y el Abordaje de la Conflicria, explica que ante la detección de tividad Social en las Instituciones un conflicto se aplica la normativa Educativas Inclusivas”. Es la 10.416 de Acuerdos Escolares de Convidenominada ley anti-bullying, provencia, que prevé una instancia de mulgada el 15 de abril de 2016. Está mediación a cargo de docentes y enmarcada en la ley nacional 26.892 directivos. Se trata de los mecanisque tiene el mismo nombre, la 23.849 mos establecidos en las resoluciones que aprueba la Convención de los 1069/09 y 1020/13, ambas del ConDerechos del Niño, la 26.206 de sejo General de Educación (CGE). Educación, la Constitución y otras “La intervención es la mediación regulaciones. Los funcionarios de la y las medidas reparatorias están Departamental de Escuelas consulrelacionadas con el diálogo”, agretados admiten que nadie les habló ga Marisa Ronconi, supervisora de de la ley provincial anti-bullying. Educación Primaria. Ella acota que De todos modos, el déficit no pacuando ocurre un conflicto, muchos rece ser normativo sino de diseño padres muestran poca tolerancia y de políticas integrales. Así lo evalúa buscan soluciones inmediatas. La Irina Chausovsky, abogada y coorescuela debe “generar un cambio de dinadora del Centro de Mediación actitud, en cómo nos paramos ante de la Defensoría del Pueblo de Pael problema, enfocándolo desde un raná. paradigma más humanitario”, enfaEl organismo tiene vasta experientiza Ronconi. cia en mediación entre estudiantes. Traver cuenta que a través de la Interviene sin inmiscuirse en el ámSecretaría de la Juventud de la probito escolar, siempre a pedido de las vincia y los centros de estudiantes autoridades educativas, con autori13


Los jóvenes y el bullying zación de los padres y aceptación de sea un fenómeno nuevo. Propone los jóvenes. desdramatizar las cuestiones para Chausovsky está convencida de ponerlas en su justo lugar. Analizar que “faltan resortes de respuesta cada caso en su especificidad para para este tipo de situaciones, más evitar fórmulas o recetas inconduallá de la buecentes, y menos na voluntad o aún, tomar de“Cuando minimizamos lo que nos cisiones aprecriterio del dodicen los chicos o dejamos pasar suradas y dráscente. El CGE las cosas sin evaluar el malestar ticas. debería tener que generan, el conflicto sigue un programa o “Lo primecreciendo”. (Irina Chausovsky, ro, siempre, es equipo de mecoord.Centro de Mediación, De- tomarnos un diadores a los fensoría del Pueblo de Paraná) que las escuelas tiempo para puedan convoobservar lo que car ante un hecho puntual. Debeestá pasando y pensar una estrarían ser personas entrenadas y estegia para cada caso. Habilitar un pecializadas en mediación escolar, espacio para el diálogo, para que preparadas para trabajar con niños el joven se corra de ciertos lugares y adolescentes”, considera. y pueda pensar en el otro. Algunas La mediadora subraya el rol de cosas se las podemos exigir a la eslos adultos en este tema. “Muchas cuela y otras no, porque la primera veces son los que potencian los proinstitución que educa es la familia”, blemas, por acción u omisión. Cuanadvierte Bruera. do minimizamos lo que nos dicen los chicos o dejamos pasar las cosas Puentes hacia el territorio ajeno sin evaluar el malestar que geneChausovsky observa que el acceso ran, el conflicto sigue creciendo. Es de los jóvenes cada vez más temnecesario trabajar juntos padres y prano al celular o la tablet, dificulta docentes, porque cuando se arman a los padres el contacto directo con bandos echándose culpas los únicos sus vínculos, porque están mediaque pierden son los chicos”. tizados por esa tecnología. “Ahí En la misma línea, el psicólogo y hay otra responsabilidad de aduldocente de la Facultad de Humanitos. ¿Cuánto miramos a los chicos? dades Artes y Ciencias Sociales de ¿cuánto los escuchamos? Hoy, presla Universidad Autónoma de Entre tar atención a los hijos nos demanda Ríos (UADER), Maximiliano Bruera más trabajo” advierte la abogada afirma que la violencia escolar es mediadora Chausovsky. “una responsabilidad de la que los El mundo virtual por el que se adultos no nos podemos correr”. El mueven los jóvenes es un territorio profesional no cree que el bullying ajeno, hostil para los grandes. ¿De-

ben revisar y controlar, o respetar su intimidad? “Como padres, hacemos lo que podemos”, se resigna Bruera. “Precisamente la adolescencia se juega en la independencia y diferenciación de los padres. Y en algún momento también tenemos que confiar, porque hay cosas que no vamos a saber”. El psicólogo explica que “lo esperable para un chico es no tener las 24 horas los ojos de sus padres encima, pero es importante que sepa que hay normas para cumplir, que nos garantizan espacios de libertad”. En cuanto a las reglas de uso de las tecnologías que impone cada hogar, Bruera es terminante: “eso tiene que ver con un paradigma o marco que es la familia, y que es tan sagrado como la persona. Son decisiones de cada familia”. Con su experiencia de aprendizaje doloroso, Eduardo Picotti recomienda conversar con los chicos. “Pero hablar en profundidad. Sobre cosas importantes. Escuchar. Romper las barreras para generarles confianza”, aconseja. Bruera se niega a dar una fórmula general que apunte al control total de los chicos pero aclara que “debemos favorecer canales de comunicación. Tender puentes, a sabiendas de que muchas veces los adultos deberemos sostenerlos en soledad. Lo importante es que los jóvenes sepan que ante un conflicto como el bullying, esos puentes están disponibles para buscar ayuda, sea él el agredido o el agresor”.

La Resolución del CGE El sumario que se realizó al personal docente, directivo y al supervisor de la Escuela Secundaria n° 73 El Palenque luego de que la estudiante se suicidara por la situación de bullying, concluyó que no existían pruebas fehacientes que impliquen violación del Estatuto Docente Entrerriano de estos actores institucionales y, por lo tanto, se les levantó la suspensión y volvieron a sus puestos. A través de la Resolución 7 del 18 de enero de 2018 el Tribunal de Calificaciones y Disciplina del CGE concluyó que el minucioso y exhaustivo análisis permitió considerar que las situaciones de bullying tenían lugar fuera de la escuela. “Esto es por cuanto las vivencias relatadas en las respuestas denotan situaciones acaecidas fuera del ámbito escolar, vinculados a las redes sociales, lejos del alcance de los docentes, no docentes, la directora y el supervisor, o se dieron en que escapaban a su percepción, donde los adolescentes entablaban relaciones desde otro rol, ya no alumno-alumno”. Y agrega que “las actitudes desplegadas por un grupo de alumnos del tercer año hacia Oriana, en el aula y en los recreos, continuaban en las redes sociales, constituyendo lo que se interpretó como supuesto bullying, pero que el equipo de orientación educativa no acreditó, afirmando que no detectó indicio de hostigamiento escolar o bullying que hubiera estado sufriendo la alumna Picotti. 14


Los jóvenes y el bullying

Algunas recomendaciones para trabajar en la escuela Centrar el trabajo institucional en la convivencia entendido como lo que significa vivir- con- otros (no solo en la dimensión de la elaboración del acuerdo de convivencia propiamente dicho, sino pensando en los modos de escuchar, de tener confianza en los estudiantes, en dar contención). Identificar referentes institucionales como preceptores, tutores, o docentes que, por su rol y sus características particulares, operen como actores de escucha de los estudiantes. Desarrollar propuestas y actividades que apunten a promover espacios de convivencia, de producciones artísticas, que recuperen la voz estudiantil y promuevan el valor de la vida. Establecer pautas claras de abordaje de situaciones de conflicto frecuentes en la Escuela. Empoderar a los estudiantes como promotores de los acuerdos de convivencia y - en su marco- de las pautas de resoluciones pacíficas de conflictos, para intervenir en situaciones que lo ameriten. Respetar la asimetría de roles entre adultos y estudiantes. Los adultos deben ser agentes de cuidado de las trayectorias de los y las jóvenes. También deben favorecer espacios de palabra y escucha e intentar dar sentidos más allá de lo explícito en las situaciones escolares.

En primera persona Por Elián Pacher (Fragmento del informe periodístico) Un viernes soleado, la semana concluye y los chicos sienten la algarabía por culminar las tareas escolares. Sentada en un banco frente a la sala de profesores se encuentra Daiana, estudiante de sexto año del Liceo Paula Albarracín de Sarmiento ubicado en Toscanini 64, en Paraná. Sus gestos al hablar y su manera de expresarse demuestran la madurez repentina que adquirió, luego de mudarse a Paraná por haber sufrido cyberbullying en San Nicolás, su ciudad natal, ubicada en Buenos Aires. Su experiencia como víctima de bullying y acoso virtual ayudó a cambiar su manera de ver la realidad en la cual vivía. “Todo lo que viví me ayudó a formarme como persona, a ser lo que soy hoy, ser consciente de un montón de situaciones y mi gran apoyo en esos momentos fueron mis padres que se informaron sobre el tema”. Daiana vive en Paraná hace cinco años. Durante su estadía en Buenos Aires observó que las escuelas se toman a broma cuestiones relacionadas con el bullying, debido a que “decirle feo o fea a otra persona es broma. Toda situación es tomada como chiste, cuando en realidad no lo es. Antes se tenía ese pensamiento. Hoy debemos ser conscientes de que no lo es”.

Asimismo, Daiana explica que en estos casos, las personas que sufren bullying necesitan el apoyo de algún mayor o alguna persona cercana, para salir adelante. “Es muy importante saber que es mentira el decir ‘yo soy fuerte y no me importa la opinión que tiene el mundo sobre mí’, mientras estás sufriendo una situación de bullying, ya que los chicos son acosados hasta el límite de tomar decisiones equívocas”, sentencia Daiana, mientras observa a sus compañeros ingresar a clases.

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Los jóvenes y el bullying

Experiencias en la escuela Por Elián Pacher (Fragmento del informe periodístico) El timbre recuerda que es el horario de salida. El turno mañana ha terminado su jornada escolar. La rectora Norma Wernli y Cristina Bazán, profesora a cargo de la vice rectoría en ese momento, explican que en los casos en que ha tenido bullying en la escuela, han podido solucionarlo debido al trabajo en equipo como institución, acompañada de programas realizados por el Consejo General de Educación de la provincia de Entre Ríos. Federico Folmer es profesor de Biología del Liceo, además de pertenecer al Consejo Escolar de la institución. Antes de entrar a dar clases en el turno tarde, sentado bajo el sol en el patio externo del colegio, observa a sus alumnos jugar y correr. “Nos guste o no, todos alguna vez hemos hecho alguna broma a algún amigo o compañero de colegio, como así también las hemos recibido”. Luego explica que el bullying comienza en las redes sociales, manifestándose en edades de 12 o 13 años. Muchas veces comienza por malos entendidos. “se ponen ´me gusta´ o ´me divierte´ en las reacciones de los estados de facebook y ahí comienzan a discutir: ‘Que vos dijiste, que aquel dijo’, entre compañeros de aula. Puede o no desembocar en una pelea física”. Ante estas situaciones, el Liceo ha decido trabajar en conjunto no solamente con otras instituciones, sino tam-

bién con el centro de estudiantes de la misma escuela, para poder brindar diferentes metodologías a los estudiantes. Es por eso que una de las actividades que realizan como institución es filmar escenas sobre el bullying, mediante una pelea ficticia entre dos estudiantes. “Abordamos allí qué rol tienen, no sólo los que pelean, sino también los que alientan a su compañero, los que filman esa pelea y luego se viraliza, como así también los que participaron en facebook o las distintas redes sociales”. En el Código de Convivencia que elabora la escuela una pelea entre dos alumnos que fue filmada se considera un hecho grave, ya que luego se sube a las redes sociales y ese fragmento de segundos o breves minutos puede causar daños severos. El profesor explica que las instituciones educativas trabajan mediante un proyecto que se llama EnREDarse, en el cual buscan evitar estas situaciones trabajando con los alumnos. El mismo es impulsado por el Consejo General de Educación. Este programa utiliza capacitaciones a profesores y preceptores de diferentes escuelas para poder brindar resoluciones pacíficas de conflictos, reforzar los valores de las escuelas mediante vínculos y examinar la disposición de recursos institucionales para abordar situaciones de grandes magnitudes.

Entre las aulas y la virtualidad Por Anahí Benavídez (Fragmento del informe periodístico) Romina Gómez, profesora de Inglés de las escuelas Nuestra Señora de Guadalupe y N° 6 Lomas del Mirador de Paraná, cuenta que hay dos temas recurrentes y principales en relación al bullying durante la juventud: en primer lugar la orientación sexual, y en segundo lugar cuestiones relacionadas a lo físico y la imagen corporal. Por otra parte, y en menor medida, también destaca lo vinculado a la religión y creencias como un tema de conflicto entre los jóvenes. “Este año no se han hecho jornadas, pero en algunas materias como Ética hemos trabajado sobre el bullying”, dice Carla, una alumna de la profesora Gómez. Antes de retirarse y regresar a su casa, relata que a un compañero de su curso, como sanción, le pidieron hacer un trabajo sobre el bullying porque agredía a otros. La profesora cuenta que las agresiones a través de las

redes son difíciles de controlar en las instituciones educativas. “Nosotros podemos ver lo que pasa en el aula, en el recreo, en el patio, en educación física, en la entrada, en la salida, pero hay cuestiones que escapan a nosotros: grupos de Whatsapp, Instagram, Snapchat, Facebook. Es generalmente donde se dan las situaciones de acoso constante, de sobrenombres, de subir una foto trucada, con alguna frase que no corresponde. Cualquiera puede hacerlo. Y si es de manera anónima ¿cómo identificás a la persona que lo hizo?” Las agresiones que se presentan principalmente en redes sociales se vuelven peligrosas porque llegan a muchos usuarios y en cuestión de segundos se puede afectar a alguien. Además, se realiza en cualquier lugar y momento y, en muchos casos, el anonimato está de por medio.

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Los jóvenes y YouTube

Los youtubers, encuentros a través de la red

Con un millón de personas en casa Parte de los lugares de encuentro de los jóvenes suceden a través de plataformas digitales. Los fanáticos de los videojuegos se encuentran a través de YouTube para compartir lo que mejor saben hacer: jugar o enseñar cómo hacerlo.

Rosina Espiro

Por Alejandro Descalzo

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Los jóvenes y YouTube

S

ebastián prende la computadora y se sienta a esperar. Son varias las personas que lo conocen por ese nombre, su familia, sus amigos, sus compañeros de estudio y algún otro vecino del barrio. Sin embargo, cuando la compu termina de encenderse, inmediatamente se conecta a su canal de YouTube. “Voy a avisar que en un rato va a estar terminada la tercera parte del video que estoy haciendo”, dice mientras lo escribe y clickea para publicarlo. El mensaje llegará a los más de un millón de seguidores que tiene su canal, en donde nadie lo conoce como Sebastián, sino como Sanfiz, su perfil digital. Una identidad digital que, en cualquiera de las redes, surge ante la necesidad de crear un usuario que permita identificarse dentro de una comunidad determinada, para diferenciarse del resto y crear su propio “nombre” dentro de esa comunidad, que luego se transformará en una “marca”. La mayoría de los nombres-marca se replican en el resto de las redes de un mismo usuario para generar una referencia mayor. En YouTube, ese nombre-marca se denomina como canal, y convierte a su dueño en un proveedor de determinados servicios, que genera suscriptores, lo que en otras redes se llamarían “seguidores” o “amigos”, por ejemplo. En Twitter, Instagram o Facebook Según el portal de estadísticas Statista, Argentina es uno de los países de Sudamérica que más visita la

“Las nuevas generaciones construyen relatos en los videojuegos; suben videos a Internet revelando trucos y estrategias de juego; reversionan películas, cuentos y canciones; demuestran lo que saben hacer o comentan lo que hacen los demás. Así –desde los más diversos espacios virtuales–, las nuevas generaciones crean, conocen y generan lazos sociales.” (Carolina Di Palma, Mg. en Comunicación y Educación) famosa plataforma de difusión de videos YouTube, con un 93% de la población con acceso, según datos de 2015 realizados en base a información de The Web Mate y Global Web Index. De esta cantidad de gente que ingresa de manera regular, la mayoría lo hace para escuchar música (aproximadamente un 65% de las personas). Pero Sanfiz no lo hace para eso, él se dedica a la creación de videos sobre juegos, un área que ha crecido enormemente debido a los avances tecnológicos y a su riqueza técnica e interactiva. Podría decirse que Sebastián es un gamer, palabra que hoy se utiliza para denominar este amplio sector dentro de las comunidades virtuales, pero al parecer el concepto no alcanza a gustar a todos los presuntos gamers. “Es la manera de jugar de hoy a la PC, por Internet y con gente de todos lados, el que se dedica a hacer videos simplemente muestra lo que le gusta hacer”, remarca el usuario SantyBoy. La creación de videos sobre juegos es algo relativamente nuevo, pero si hay otro contenido que abunda en YouTube y que genera miles de reproducciones son los tutoriales, los cuales ocupan, con un 60%, el segundo lugar de los contenidos más

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consumidos en Argentina justo detrás de la música y por delante de otros como películas, series o eventos deportivos en vivo. Los gamers y los tutoriales La magíster en Comunicación y Educación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata, Carolina Di Palma remarca en su artículo “Mi vida en primer plano, tecnologías de la presencia. Caso youtubers” cómo las nuevas TICS son una parte de los procesos de socialización e introducen nuevas formas de contar y de narrar a la vez que producen conocimiento. “Las nuevas generaciones construyen relatos en los videojuegos; suben videos a Internet revelando trucos y estrategias de juego; reversionan películas, cuentos y canciones; cambian finales; modifican las características de los personajes e inventan nuevos poderes, demuestran lo que saben hacer o comentan lo que hacen los demás. Así –desde los más diversos espacios virtuales–, las nuevas generaciones crean, conocen y generan lazos sociales.” Los mismos gamers señalan que en principio muchos se volcaron a la realización de este tipo de tutoriales con fines de entretenimiento y para poder ayudar a otras personas en determinados videojuegos, pero una vez que quedaron inmersos en YouTube y en constante contacto con la comunidad virtual, se inclinaron a realizar guías sobre los nuevos juegos de moda, o sobre lo que los suscriptores de su canal les piden en su caja de comentarios o mediante un mensaje privado. Dentro de los gamers es común encontrarse con que la mayoría crearon su canal por diversión y al ver cómo adquirían cierta popularidad terminaron por volcarse definitivamente a esa actividad. Este feedback constante que hay entre el canal y los suscriptores es clave para todos los gamers a la hora


Los jóvenes y YouTube

de buscar formas de mejorar su contenido. Es por eso que siempre están pendientes de los comentarios de los suscriptores, más allá de que los contesten o establezcan una comunicación fluida. Sólo cuando alguno de los que comenta es reconocido como otro usuario que hace algo parecido suele establecerse un vínculo. Por supuesto que en YouTube al existir millones de canales-marca hay una feroz competencia por captar a los suscriptores, por lo que este trabajo en conjunto puede darse en caso de generar ventajas o mejores condiciones para ambos canales. “Es común encontrarse con alguien que hace cosas similares para trabajar en conjunto, de todas formas uno tiene en cuenta que el nivel de suscriptores sea más o menos el mismo para que me sirva a mí también sumar más suscriptores que por ahí no me conocían”, señala el usuario TF2SF. Ganar plata Sanfiz le da los últimos retoques al video y demuestra todas sus habilidades en el manejo de programas de edición. Para él la calidad es fundamental. En una comunidad con tantos canales, los detalles y el modo en que se perfecciona la manera de jugar establecen diferencias. Otro estímulo que incentiva a muchísimos usuarios de YouTube a seguir creando contenidos de calidad es la posibilidad que ofrece la plataforma de ganar dinero a través de las publicidades en los videos.

Google, que es dueño de YouTube desde 2006 cuando lo compró a los creadores en 1.650 millones de dólares, ofrece a los usuarios la posibilidad de generar ingresos si el video cumple ciertos requisitos, como por ejemplo, la cantidad de reproducciones. La forma en que las publicidades llegan al usuario es apareciendo antes o durante la reproducción del video, y algunos casos no se permite omitir. El porcentaje de los ingresos cambia según el país y según el contenido, y es la empresa “AdSense” de Google quien se encarga de distribuir los anuncios. Cuando el video alcanza el nivel de reproducciones establecido, el pago se realiza mediante un cheque a nombre del usuario que tiene que previamente haberse creado la cuenta en Google Adsense. Según el usuario Sanfiz, esta empresa le pagaba aproximadamente U$D 0,01 cada 1000 reproducciones. Esto sucede cuando se trata de videos que tienen como mínimo 1.500 reproducciones. Para YouTube esta cifra es baja si se tiene en cuenta que hay contenidos que cuentan con millones de reproducciones. “Los gamers más profesionales -señala Sanfiz, mientras se dispone a subir el video ya terminado a la red- viven de este tipo de ganancias, inclusive cuando son chicos que tienen 15 años.” En general estos jóvenes manejan su propia economía para comprar, por ejemplo, los juegos que van saliendo para así tenerlos antes que 19

el resto y poder trabajar con ellos. Los gamers aprenden por su cuenta cómo se crean los videos y le dedican muchas horas del día a trabajar con eso. El interés personal los mueve a querer compartir qué es lo que saben hacer y hay muy pocas instituciones que intervienen en ese proceso de aprendizaje y socialización. La mayoría remarca que en la escuela nunca vieron algún contenido relacionado a esta temática, ni charlaron acerca de esta red particular, quizás algunos hablaron sobre Facebook o Twitter, pero casi siempre más abocado a cuestiones de seguridad y de cómo manejar la información personal en ciertas redes. Sanfiz ve difícil que la escuela entienda la complejidad de esta nueva comunidad, con nuevas identidades, con nuevas formas de expresarse, socializar y compartir contenidos. Sobre todo, porque los cambios en este tipo de redes se dan muy rápidamente y para estar al día con la plataforma hay que formar parte de ella, ser parte de esos nuevos cambios. La carga del video ya se completó, se rellenaron los casilleros con la información correspondiente y ahora un click permite compartirlo. Los miles de suscriptores ya están avisados de que el nuevo contenido llegó y se sientan impacientes en sus casas o a través del móvil para ver el nuevo material. En ellos quedará valorarlo, compartirlo o sencillamente disfrutarlo y darle más popularidad a la red de consumo de videos más popular de la Argentina.


Los jóvenes y la música

El auge del hip hop en Paraná

Ellas y ellos tienen flow Cientos de jóvenes se reúnen en torno al hip hop para escuchar, bailar, rapear, competir, enseñar y aprender. Son gurises que disfrutan de las distintas expresiones de este movimiento artístico y le ponen su flow –o estilo y ritmo propio- a la ciudad.

Rosina Espiro

Por Aldana Badano

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E

l hip hop es un movimiento artístico que se extendió por todo el mundo en sus diferentes formas y actualmente influencia la danza, la música, la moda y el arte en general. Este movimiento nació en Estados Unidos hace 44 años y hasta Google celebró su aniversario el 11 de agosto con un video interactivo. El rap, el breakdance, el graffiti y la música de dj son los pilares del hip hop. Actualmente, músicos de diversos estilos incluyen en sus producciones bases rítmicas, efectos propios del movimiento y frases rapeadas. Flow, puchline, groove, scratch, Mc, crew son algunas de las palabras que se utilizan dentro de la jerga del hip hop generando identidad entre sus practicantes y distinción con otros movimientos artísticos. Los jóvenes y el hip hop Rondas enormes encierran gritos, arengas y aplausos. Desde afuera, parece una pelea en la que habrá heridos. Con el acercamiento se descubren ritmos, versos y baile. Los fines de semana, en algunos lugares de Paraná, las batallas de freestyle son peleas poéticas que invaden las plazas. Muchos jóvenes sienten al hip hop como un momento de encuentro, una manera de expresarse y generar lazos. En Paraná, al igual que en muchos puntos del país, cientos de jóvenes se reúnen en espacios públicos para compartir sus pasos

Pichu. Según relata cuando conoció las batallas a través de videos en internet lo entusiasmó. “Empecé a improvisar hace dos años pero con pausas porque lo tomaba como un pasatiempo y ya hace un año que lo tomo más en serio”. Cuenta que con el paso del tiempo descubrió que el rap es lo que le apasiona y quiere perfeccionarse para, tal vez algún día, vivir de su música. En diciembre de 2016 se animó a competir por primera vez en la Plaza Alvear frente a 200 personas y desde ese momento le encanta ser parte de las batallas. Las competencias se hacen viernes, sábados y domingos por la tarde extendiéndose hasta la caída del sol. Se realizan en distintos puntos de la ciudad pero siempre en espacios públicos como la plaza 1º de Mayo, plaza Alvear, el polideportivo del Barrio AATRA, el Anfiteatro Linares Cardozo del Barrio San Agustín y otros espacios de encuentro de cada barrio. Joaquín o JB, tal como se hace llamar, es un joven de 16 años que participa de las batallas de freestyle y comenta: “No hay distinción de barrios al momento de competir porque el rap se basa en el respeto y hay que tratar a todos por igual porque no tiene que ver en quién tiene más plata sino en quién se quiere meter en el rap y quiere aprender”. Ambos raperos resaltan el compañerismo que hay en el ambiente del hip

“No hay distinción de barrios al momento de competir porque el rap se basa en el respeto y hay que tratar a todos por igual porque no tiene que ver en quién tiene más plata sino en quién se quiere meter en el rap y quiere aprender”. (Joaquín, 16 años) de bailes, sus rimas improvisadas en batallas y socializar en torno a las prácticas propias de este movimiento llamado hip hop. Mauricio, conocido en el ambiente del rap como Pichu, es un joven de 15 años que practica el freestyle. Vive en Villa Sarmiento y asiste a la escuela William Morris, ubicada en las Cinco Esquinas de Paraná, donde también funciona un templo evangelista. “Hace 10 años más o menos escuché por primera vez rap gracias al primo de un amigo que me mostró la música de los 90”, dice

hop: No hay burlas para quienes recién empiezan, por el contrario, hay arengas y apoyo en la batalla. También coinciden en que no se sienten obligados a vestirse con pantalones anchos ni remeras largas y cuentan que cualquiera puede ir vestido como quiera, no hay una vestimenta específica. En consonancia, ellos visten jeans y camperas que no son tan grandes como los que se acostumbra a ver en las películas sobre hip hop. Pichu agrega: “Es más, en un evento de batallas escritas, un competidor fue vestido 21

de traje y galera como para demostrar que no hay diferencias.” Una respuesta institucional Al igual que Pichu y JB hay muchos jóvenes que están interesados en el hip hop y sus distintos elementos. Como respuesta a esta demanda de espacios de formación y expresión es que en 2015 el gobierno municipal comenzó a financiar un Taller de Arte Urbano destinado a los jóvenes de Paraná para fomentar la expresividad artística. Este taller, coordinado por Gastón G-Fonk Bertolini, junto a Eloy Cabaña y Lucas Solari, continúa brindando un espacio de encuentro y formación buscando que los jóvenes se apropien de la cultura urbana de nuestra ciudad a través del baile y la música. “El taller nace ante una demanda evidente del desarrollo artístico de los jóvenes, la cual no estaba siendo contenida a nivel institucional”, dice el productor musical de 37 años que coordina el Taller de Arte Urbano. El Taller se comenzó a dictar hace tres años en el Anfiteatro Linares Cardozo, el Skate Park y el Paseo del Puerto Nuevo. Los encuentros se realizan los martes a las 17 horas en el Anfiteatro Linares Cardozo ubicado en la Plaza Eva Perón en el barrio San Agustín de nuestra ciudad. Los sábados el lugar de encuentro es el Centro Cultural y Experimental Gloria Montoya en el Parque Urquiza de Paraná. G-Fonk comparte sus conocimientos sobre rap, improvisación, beatbox y producción musical en los talleres. Eloy Cabaña enseña diversas técnicas específicas del baile callejero combinando el breakdance y el rap junto a la expresión corporal y Lucas Solari se desempeña como maestro de percusión. Este taller logra condensar los elementos del hip hop en un mismo espacio de encuentro y, aunque está dirigido a jóvenes, van personas de diversas edades entre los 9 y 24 años. “El plan inicial era destinar el taller a jóvenes de 12 a 18 años y después empezó a ir gente que no cumplía con ese requisito pero las recibimos igual y actualmente es un grupo heterogéneo. En el barrio San Agustín hay más niños y el en Gloria Montoya el ambiente es más adolescente y adulto. Nosotros reci-


Los jóvenes y la música bimos a todo el que venga con ganas de aprender, intercambiar y mostrar sus producciones”, comenta el coordinador del taller. Exteriorizar lo que pasa En un contexto en el que la juventud aparece en los medios de comunicación hegemónicos generalmente relacionada con el consumo de drogas ilícitas y con la delincuencia, es necesario resaltar que dentro del ambiente del hip hop hay ciertos códigos como el respeto mutuo, el compañerismo y el acompañamiento, sobre todo con los que recién se están iniciando. También genera interés y unión en muchos jóvenes que necesitan organizarse para llevar a cabo eventos en los que se realizan batallas de freestyle como también muestras de los distintos componentes del hip hop. Quienes brindan el Taller de Arte Urbano dicen que trabajar con jóvenes es una experiencia muy enriquecedora de intercambio constante de ideas en donde todos aprendemos y hay una convivencia lineal en la que no hay jerarquías sino personas transmitiendo experiencias. El rap es tomado por muchos jóvenes como un desahogo, como una catarsis pública. “En muchos casos lo hacen como autodefensa espiritual, para satisfacer esa necesidad de contar su realidad y de exteriorizar todo eso que tienen adentro” comenta G- Fonk. Pichu, el joven rapero, dice al respecto: “Hay personas

Eloy Cabaña enseña diversas técnicas específicas del baile callejero combinando el breakdance y el rap junto a la expresión corporal que rapean para desahogarse, pero yo lo tomo como diversión porque es lo que me gusta y me hace feliz. El rap me cambió por completo, me hizo ver otras maneras de pensar diferente”. El Taller de Arte Urbano se desarrolla en dos puntos estratégicos de la ciudad que integran jóvenes de distintos barrios: uno en el Centro Experimental Gloria Montoya en el Parque Urquiza y otro en el Anfiteatro Linares Cardozo, en la plaza Eva Perón del Barrio San Agustín. Estos lugares fueron elegidos para que los jóvenes de estas zonas tengan acceso a actividades recreativas y culturales de manera gratuita. Gastón Bertollini, coordinador del Taller de Arte Urbano que se dicta desde hace

Gastón Bertollini (G-Fonk) es productor musical y coordina el Taller de Arte Urbano donde comparte sus conocimientos sobre rap, improvisación y beatbox. 22

tres años en Paraná, cuenta: “Nosotros nos metimos en el barrio con un cajón peruano a tocar e improvisar y ahí se acercó la gente, fue espontáneo. Siempre fuimos muy bien recibidos y respetados a donde hemos ido”. El Taller de Arte Urbano genera un ámbito recreativo y cultural que incentiva la libre expresión de los jóvenes. Este espacio de encuentro es valorado en los barrios y G-Fonk cuenta que “Cuando cambió la gestión municipal, (N.R: se refiere a diciembre de 2015 cuando asumió el gobierno encabezado por Sergio Varisco) hubo una reorganización burocrática muy grande y no se sabía si el Taller iba a continuar. Las madres, los talleristas y amigos nos escribían y le pedían al municipio la continuidad del espacio, hasta que llegó un punto en el que hicieron tanta fuerza que el taller se mantuvo y hasta el día de hoy persiste traspasando las barreras políticas e ideológicas.” Muchos jóvenes de Paraná continúan reuniéndose en torno al hip hop, tanto en el Taller de Arte Urbano como en las plazas y lugares públicos barriales. Este movimiento artístico es cada vez más elegido por los jóvenes de Paraná para formar su identidad y pertenecer a un grupo diferenciándose de los mayores. En una ciudad marcada por la poesía y el río Paraná, los gurises comparten su flow recitando poemas en formas de batallas de freestyle.


Los jóvenes y la música

La nueva generación del heavy metal paranaense Herederos de los primeros grupos del género, nuevas huestes de bandas jóvenes nacen en la ciudad de Paraná con el fin de hacer música y contar lo que ocurre en su día a día. Por Andrea Belén Fontana

Todo está preparado en la Costanera de la capital provincial. El amplio escenario, ubicado de espalda al río Paraná, los equipos de sonido y la pantalla gigante que anuncia: “Vamos las bandas”. El público comienza a llegar y la mayoría porta remeras negras con inscripciones de Hermética, V8, Black Sabbath y Iron Maiden, entre otras. Se observan personas de todas las edades, incluso familias enteras que comparten el mismo sentimiento por la música. Todos los presentes aguardan expectantes, es que esta noche se presentan 10 bandas de heavy metal de Paraná y la región. Algunas con varios años de trayectoria y otras no tanto, de estas últimas dos llaman la atención por su potencia y sus letras contundentes: Detonador y Skyborn’s. Herederos del metal El heavy metal, en la Argentina, surgió a comienzos de la década del 80 en el contexto político de la última dictadura cívico militar y la Guerra de Malvinas. En los años 90 al género lo representaron bandas como Logos, Horcas y Hermética, formadas tras la separación de V8. Luego Almafuerte y Malón, Tren Loco, Rata Blanca, Helker entre otros. Esta música tenía una mayor distorsión en las guitarras, más riifs y menos acordes, ritmos más rápidos y, en algunos subgéneros, voces guturales. A estos primeros recitales asistían jóvenes pertenecientes a las clases populares y trabajadoras. En el contexto internacional, este género nació al finalizar la Segund-

Guerra Mundial en Inglaterra, a través de la corriente conocida como Nueva ola del heavy metal británico (New Wave of British Heavy Metal). Según María Natalia Pascuchelli, en una ponencia titulada Las performances rock como ámbito de construcción de identidades, presentada en la Universidad Nacional de General Sarmiento, el surgimiento del género se dio “en un contexto de complejos metalúrgicos, fábricas de armas clausuradas y viviendas derruidas, es allí donde la música rock se recrudece, dando nacimiento al Metal”. En Paraná, la escena metalera comenzó a formarse con el reinicio de la democracia en 1983, con bandas como Gamexane, M-16, Signus, Escoria, Traetormentas, Perro Negro y algunas otras. “Por qué en cada elección no votan al mejor, siempre optando por el menos peor”, exclama Alan, de 18 años, cantante y guitarrista de Detonador, en un grito de denuncia llamado Revolucionar. Este grupo, 23

al que lo completan Noel y Raúl de 19 años, en bajo y batería respectivamente, se constituyó como trío en 2015 cuando se alejó su anterior vocalista Damián. Luego de varias presentaciones en la ciudad y alrededores, “desde el ambiente siento que ahora nos apoyan un poco más, antes nos miraban medio de reojo por la edad”, sostiene Alan. Noel agrega: “Antes no nos daban mucha ficha, ahora sí y eso está muy bueno”. Los tres celebran la importancia de que se los tenga en cuenta como músy que se les reconozca el esfuerzo que hacen al ensayar y trabajar para mejorar cada día. Raúl indica que son una “banda joven, no una de chicos”. Sus canciones buscan “expresar la realidad de lo que pasa día a día, si alguien escucha las letras hablan de eso y no de fantasías”. En este sentido, en letras como Del barrio o Rutina obrera, muestran escenas de su cotidianeidad y situaciones que “se viven acá”. El investigador


Los jóvenes y la música Adrián de Garay, en su artículo El rock como conformador de identidades juveniles publicado en la revista colombiana Nómadas, indica que “los territorios son vividos como lugares de interacción social y su función es garantizar la continuidad y reproducción del mismo grupo.” Sus metas son seguir creciendo como banda, grabar un disco y llegar a tocar en el Motoencuentro Internacional de Diamante o en un Cosquín Rock y recorrer la Argentina, “pero sin perder la humildad, ni dejar de ser como somos”. En este sentido, nombran como uno de sus modelos a seguir al músico Antonio “Tano” Romano, ex guitarrista de Hermética y miembro actual de Malón. En su sala de ensayos improvisada en el comedor de la casa de Alan, ubicada en los suburbios de Paraná, los miembros de Detonador combinan la escuela y el trabajo con ensayos una vez por semana. Su baterista acuerda en que “todos aprendimos de oído, somos amigos del barrio y nos juntábamos a escuchar las canciones que nos gustan y dijimos: ´nosotros podemos hacer esto”. En los inicios del grupo las versiones de otros músicos o covers son moneda corriente pero eso, dicen los tres integrantes, está cambiando. La banda cuenta con un material para difusión, que contiene 10 temas propios editados por su amigo Gabriel

en el estudio 748. “Es en la pieza fragmento pertenece a la canción del loco, la cabina de grabación es “Nace en esta tierra”, de la banda un ropero, pero suena re copado”, paranaense Skyborn’s. cuenta Noel. Luego de numerosos cambios “La música, te hace bien”, dice de formación este grupo, creado Noel mientras afina su bajo. “Es una en 2013, quedó conformado en forma de expresarte”, agrega Raúl. 2015 con los hermanos Santiago y Este sentimiento se observa en la Agustín, en guitarra y voz y bajo canción “En silencio no estaré”. Una respectivamente y Tomás en batede las estrofas dice: “Herramienta ría. La banda cuenta con un demo de expresión que tengo al alcance editado en 2015 y está en proceso hoy para mis de grabación de pensamientos su primer disco “Prácticamente nacimos con oficial. Además poder contar esto, desde muy chiquitos estuvi- tiene dos videos lo que pocos mos vinculados al ambiente del grabados se animan haen rock y de los motoencuentros”. vivo, que son blar.” Nosotros empezamos a flashear la herramien“Que un pibe -delirar- con esta música y nos ta para hacerse de hoy empiece dimos cuenta que era lo quería- más conocidos a escuchar las mos hacer”. (Agustín, miembro por todos lacanciones que de Skyborn´s) hicimos hace dos. “La idea más de 30 años es que se llame o que el que las SKB Skyborn´s, escuchaba en aquel momento lo siga porque sería una mezcla de temas haciendo, representa un orgullo incon los que empezó la banda sumamenso para mí y para todos los de do a los nuevos”, indica Santiago y mi generación (...) eso me pone muy su hermano agrega: “Significa una feliz, porque ese chico resiste, intransformación que muestre lo que cluso aunque esté buceando en una somos ahora, la banda está en crecicultura que tuvo y tiene a todos en miento constante”. contra”, expresa Alberto ZamarbiA su vez, Santiago indica que un de, ex vocalista de V8 y Logos, en el grupo evoluciona “si se le pone gaprólogo al libro “Cuando éramos renas”. Para la composición de las yes. Memorias del heavy argentino canciones los miembros de Skyde los ‘80s”. born’s acuerdan en que expresan las “Saquen la libertad que dentro de experiencias vividas y lo que le pasa uno está. No nos pueden parar, no a uno como persona. El estilo de la quiero libertad condicional”. Este banda es una mezcla entre heavy metal y hard rock “más tirando a lo más pesado, tiene un toque de cosas clásicas y otras más modernas”, dice Santiago, que se declara fanático de grupos de rock como Guns N’ Roses, Slayer y Motörhead. “Nosotros nos tomamos en serio esto desde el primer día”, sostiene Santiago, mientras su hermano asiente y se escucha al fondo del comedor una canción del grupo de hard rock, Aerosmith. Luego de terminar de editar el disco, tienen ganas de salir a recorrer el país y tocar donde se pueda, “explotar todo y darle rosca por todos lados”. Acerca de cómo es combinar estudios, vida social y la responsabilidad de llevar adelante un proyecto musical, los hermanos acuerdan en que “es difícil porque por un lado uno intenta dar lo mejor, nosotros 24


Los jóvenes y la música nos rompemos el culo por la banda. Cuesta a veces que por la edad te tomen en serio y ni hablar cuando recién arrancamos”. Agustín cuenta que el antiguo nombre por el que se conoce a Skyborn’s es “la banda de los gurises y nos cansamos, no queremos que eso figure así”. Pero ahora el grupo reconoce que se va despegando de ese apodo y que logran que la gente se enloquezca cuando tocan. No sólo se nutren de los géneros más pesados, sino que todos sus integrantes escuchan otras cosas como rap, reggae o rock alternativo. ¿Cuestión generacional? Roman Mayorá, licenciado en Comunicación Social y profesor, sostiene que en el caso del rock las fronteras generacionales ya no son tan marcadas respecto de los jóvenes y los adultos, como hace algunos años atrás. El coordinador de la Tecnicatura Universitaria en Gestión Cultural de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos, afirma que hoy en día puede hablarse de una cuestión intrageneracional. Esto puede observarse dentro de la cultura del rock pesado, en el hecho de que padres e hijos asisten a los recitales juntos. Es el caso de Joaquín, de 13 años, al que le encanta la banda española Mago de Oz. Una de sus primeras experiencias en recitales se dio con Horcas, el grupo argentino que creó en 1988 el guitarrista fallecido Osvaldo Civile tras la disolución de V8, y que lidera actualmente el cantante Walter Meza. “Me llama mucho la atención lo que expresa esta banda en sus letras, me gusta cómo reflejan la realidad y lo que le pasa a uno como persona”, dice Joaquín mientras suena de fondo la canción Abre tus ojos. Junto a su padre ha escuchado en vivo bandas como Primer Ministro, oriunda de Concepción del Uruguay y Garras, banda paranaense de heavy metal nacida hace 15 años y que sigue actualmente en escena, entre otras. En el caso de los miembros de Skyborn’s, Agustín y Santiago sostienen que “prácticamente nacimos con esto, desde muy chiquitos estuvimos vinculados al ambiente del

rock y de los motoencuentros”. Según Agustín, “nosotros empezamos a flashear -delirar- con esta música y nos dimos cuenta que era lo queríamos hacer”. Los hermanos destacan el apoyo de su familia y la de Tomás, especialmente con “nuestros viejos ya que por ellos estamos acá y nos dan una mano en los recitales”. En el caso de Detonador, el vínculo intrageneracional se da por parte del padre de Alan, Guillermo. Éste es un baterista conocido en la escena local y tuvo una banda llamada Alternador. “La familia, nuestras novias y nuestros amigos nos re apoyan”, dice Noel. Alan dice que “además de recitales, también salimos a veces a bailar a boliches con nuestros amigos del barrio y de la escuela, porque ellos siempre nos hacen el aguante cuando tocamos, entonces también es una forma de retribuirles ese apoyo que nos dan”. Los tres integrantes de Detonador reconocen también la ayuda y el apoyo de Matías Rodríguez, cantante y guitarrista de Garrass. “Él trata siempre de darnos una mano, es una masa”, dice Alan. Para el líder de Garrass “es un orgullo ver a estos jóvenes haciendo la música que a mí me gusta, que es el rock metal. Siempre que pueda les voy a dar una mano porque sé lo que significa esa lucha de armar una fecha, comprar los instrumentos y hacer viajes para poder tocar”. Carli Macchi, músico de Paraná que tiene más de 30 años de trayectoria y líder del grupo Grafo, expresa que: “Al ver bandas como Detonador, Skyborn’s y otras bandas formadas por jóvenes, siento que el rock metal paranaense está más vivo que nunca.” Las similitudes que encuentra entre la primera generación metalera y la actual “son las ganas de componer y tocar esa música que tanto bien nos hace”. Bandas locales como Skyborn’s, Detonador, Malinche, Living Proof y Rebenque, junto a muchas más, forman parte de la nueva generación de músicos jóvenes de la ciudad de Paraná. Con nuevas formas de crear música y expresar las experiencias que viven a diario, mantienen vivo el espíritu de aquellos primeros grupos de hace más de 30 años, renovándose continuamente. 25

“En silencio no estaré” - DetonadorCuántas cosas hay que escuchar, historias vienen , historias van. Me gusta la soledad, conmigo poder hablar. Preguntarme cómo estoy, en silencio analizar, por el camino en el que voy si las cosas hago mal. Herramienta de expresión, que tengo a mi alcance hoy para mis pensamientos poder contar, lo que pocos se animan a hablar. Hoy voy a vivir lo que ayer soñé, en silencio no estaré. No voy a escribir para mentir. Llegué, no me verán caer. No es nada fácil, no tengo dudas. Gente estúpida veré y mucha. Un tropezón no será excusa. Cumple sus sueños, quien por su meta lucha. Siempre hay que desconfiar, no todo el que sonríe quiere ayudar. Puede el ojo guiñarte, pero tal vez para apuntarte. Hoy voy a vivir lo que ayer soñé, en silencio no estaré. No voy a escribir para mentir. Llegué, no me verán caer. No es nada fácil, no tengo dudas. Gente estúpida veré y mucha. Un tropezón no será excusa. Cumple sus sueños, quien por su meta lucha.


Los jóvenes y el animé

Jóvenes otakus, unidos por la cultura japonesa

Ojos grandes y ropas lindas: el animé es más que un dibujito Las expresiones culturales forman parte de la identificación de los jóvenes en el entorno social. Tener ciertos gustos o preferir una cosa más que otra los posiciona dentro de un grupo con más jóvenes que piensan igual y allí es donde se produce la magia, donde la cultura aflora y los deja identificarse como lo que son: Otakus.

Rosina Espiro

Por Luisina Desio

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E

s alto. Va vestido de negro y sonríe mientras habla con una joven. Ella tiene medias de red, una pollera entablada negra, corta, una campera gris que le queda grande, y una mochila, también negra, escondida detrás del sinfín de pines. Los colores rosado, violeta, verde y azul de su cabello permiten distinguirla a la distancia. Están en la puerta del Centro Cultural Juan L. Ortiz en Paraná y son parte de un grupo de jóvenes que se identifican como admiradores de algunos aspectos de la cultura japonesa: el animé y el manga. Otaku es el nombre que aglutina a esta tribu urbana. En este espacio cualquier fan puede reconocer dibujos de Dragon Ball Z, Sailor Moon, Pokémon, Naruto y otras series que son famosas dentro del mundo anime. Alguien, algún autor, decidió juntar líneas para contar historias. Hizo dibujos diferentes a los que la cultura occidental estaba acostumbrada: personajes de ojos grandes, ropas llamativas, unos con uniformes escolares; otros con armaduras gigantes y hasta superpoderes. La vestimenta se modifica si el género de animación está dedicado a un público infantil, juvenil o adulto. También si es un drama; una comedia o es puramente acción. Además del animé, que es un formato audiovisual, existe el manga, que se reconocería fácilmente con el nombre de comic o historieta. Es de origen japonés y se lee de derecha a izquierda, desde el final del libro hacia el comienzo. Jóvenes de distintos sectores y edades se sienten identificados con esta cultura y se reúnen en torno a lo que se denomina como la cultura otaku. Este término japonés reúne a los fanáticos de la cultura japonesa vinculada al animé y al manga. Música, películas, series, fotografías, modos de vestir son parte de las múltiples referencias que se convocan bajo esta pertenencia. Andrés Viscay organiza las convenciones anime en Paraná desde 2009. Para él si bien suele identificarse a los jóvenes otakus con rasgos antisociales, eso no significa que sean personas sedentarias o que no disfrutan de reunirse con otros. En Argentina estos jóvenes son

reconocidos también como “frikis”, que es una terminología que proviene de la palabra en inglés “freaky” y significa raro. Algunos miran anime, otros leen manga, otro sector prefiere los videojuegos, el baile k-pop, interpretar canciones en japonés o incluso hacer cosplay. En general estos jóvenes están muy interesados en la cultura japonesa ya que los anime que miran representan la cultura de ese país. En ocasiones es necesario conocerla para poder comprender el hilo de la historia. Los animé están dibujados de una manera armoniosa y al llevarlo al formato audiovisual tienen una gracia que invita a mirarlos, pero aunque sean comparados con dibujos animados no son lo mismo. Muchas veces la terminología “dibujo animado” refiere a que es una caricatura para chicos, y en ese sentido, hay géneros de animé que están dirigidos pura y exclusivamente al público adulto. Los más conocidos por la mayoría son del género “shonen” donde, por ejemplo, entran Dragon Ball Z o Los Caballeros del Zodíaco, animé donde predomina la acción, sobre todo la pelea entre personajes;

se de una determinada manera, actuar como ese personaje. En síntesis, jugar el rol de alguien por un día. En medio de los atuendos negros sobresalen llamativas telas de colores, raso, tela engomada, lycra; amarillos, anaranjados, rosados y verdes; maquillajes extravagantes, otros más sencillos y pelucas. Las confecciones tienen terminaciones detallistas y son muy parecidos a los personajes del animé. Caminan por el evento con orgullo, portando sus piezas, algunos tienen armaduras y armas hechas de materiales como cartón o goma eva, otros son vestimentas menos complejas, pero no menos deslumbrantes. Algunos hicieron su propio vestuario, y se llaman a sí mismos cosmakers, otros lo pidieron prestado o lo mandaron a hacer. Para Noelia, que es una reconocida cosplayer regional, “el hacerte tu propio traje tiene otro valor ya que la experiencia que eso deja es única”. Sin embargo, no desvaloriza a quienes, por un motivo u otro, no realizan su propia vestimenta. Ulises de 15 años dice que va a las convenciones animé “porque están buenas y podés comprar cosas que

“Los jóvenes se apropian de manera activa de determinados consumos culturales que, más allá de representar sólo esa mercancía, representan posibilidades de inscripción y reconocimiento, individual y colectivo”. (Débora Kantor, profesora en Cs. de la Educación) por otro lado está el “shojo”, por ejemplo Sakura Card Captor o Sailor Moon, aquí predominan los personajes femeninos y las temáticas están vinculadas al romance. Los cosplay, representar personajes A través de las redes sociales los jóvenes comparten sus experiencias y sus críticas sobre tal o cual animé de temporada; incluso google es una herramienta útil para elegir y ver cómo realizar el cosplay, un disfraz que consiste en representar un personaje específico o una idea utilizando vestuario, accesorios y trajes. La artista plástica santafesina Noelia Bustaver, dice que “cosplay es cuando uno se viste de un personaje y lo interpreta, desde el aspecto físico hasta la manera de actuar.” Esto supone hacerse la ropa, peinar27

en otros lugares no conseguís.” Su afirmación es cierta, ya que no se encuentran tazas de Darth Vader en cualquier bazar. Caminando entre los stands se destacan pins, posters de diferentes series de temporada y otras legendarias, esculturas majestuosas que están siendo talladas a medida que el evento avanza, almohadones con las caras de los personajes, vasos personalizados y otras tantas propuestas, animé. Como expresa la profesora en Ciencias de la Educación Débora Kantor quien se ha especializado en el trabajo con adolescentes, “los jóvenes se apropian de manera activa de determinados consumos culturales que, más allá de representar sólo esa mercancía, representan posibilidades de inscripción y reconocimiento, individual y colectivo”.


Los jóvenes y el animé Para media tarde la mayoría de los jóvenes ya pasea con al menos dos o tres bolsas en las que se ve que se asoman posters doblados, un grupito está sentado en la escalera mostrando sus nuevas adquisiciones y la última moda son los barbijos de tela estampados con algún tema. Producciones Otakus en acción Juan Manuel Rivarola, quien también organiza la convención KaBoom en Paraná, resalta que “la convención es un encuentro cultural, porque vienen con un objetivo, algo en común, que es el animé, hay de todo un poco, de todas las tribus urbanas por así decirles, hay de todo y se ve de todo”. Adentro de los encuentros hay múltiples actividades que se llevan a cabo dentro de los eventos. Los jóvenes pueden ir a participar de torneos, karaoke, baile y comprar lo que los stands ofrecen. En otras ocasiones hay invitados del rubro, cosplayers, youtubers o talleres de dibujo. En la sala de torneo de videojuegos hay dos jóvenes con los joysticks en la mano, esperando a que el torneo de Mortal Kombat empiece. A unos metros a la derecha se disputa la final del torneo de Naruto, y en un tercer televisor juegan al FIFA. Algunos aplauden y otros abuchean en forma de broma, los que pierden hacen una mueca en la cara y dejan pasar al que sigue. En la habitación de al lado están cerrando las inscripciones del torneo de Yu-Gi-Oh y Magic, los que ya están anotados esperan ansiosos

en sus lugares. Se trata de juegos de cartas, el primero pertenece a la reconocida serie donde los personajes realizaban duelos de cartas a fin de lograr conseguir las cartas de los dioses egipcios para develar un misterio; el segundo es un juego de mesa, mejor conocido como juego de rol, donde se enfrentan dos personas simulando ser magos que pueden usar hechizos para derrotar a su oponente. En el escenario está terminando el karaoke. Un joven de pelo largo interpretó al menos cuatro canciones de las cuales dos eran en japonés. Mientras los cantantes se van entre aplausos, las bailarinas de K-pop se acomodan en el escenario. El grupito de las jóvenes de 13 y 14 años que llevan puestas orejitas saltan y aplauden a las bailarinas en cada movimiento. “empecé a mirar anime a los 7 años, esta es la primer convención a la que vengo y hace mucho quería venir”, cuenta Brisa, que parece haberse comprado de todo en las pocas horas que lleva en

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el evento. El cosplay es lo último en mostrarse. Ángela suele llevar sus vestimentas. Hace un año que asiste a los eventos y asegura que lo mejor es estar con gente con la que comparten los mismos intereses. La forma de vestirse y mostrarse al mundo supone una exposición de lo propio en la vía pública que habla de una pertenencia. Algo de eso invita a pensar ese joven parado, que sonríe y va vestido casi en su totalidad de negro o esa chica que está de espaldas hablando con él y tiene el pelo de varios colores, medias de red, pollera entablada negra, corta, una campera gris que le queda grande; una mochila oculta detrás del sinfín de pines de diferentes series… hay allí unos Otakus, que resignificaron el sentido de la ropa, que tomó los pines en la mochila como una insignia identificadora, que a veces les gusta mirar animé, otras leer manga, en ocasiones vestirse de los personajes que le gustan y en otras jugar videojuegos.


Los jóvenes y el animé

Un lazo de identidad Por Damián Dabin (Fragmento del informe periodístico) Son las 15 de un soleado y caluroso día de invierno. Un grupo de jóvenes se encuentra caminando sobre calle Racedo y se acerca al Centro Cultural Juan L. Ortiz, en Paraná. Una vez que llegan a destino, se empieza a escuchar una música que rompe con el silencio de las tradicionales siestas paranaenses. Esperan unos minutos en la puerta hasta que llega una persona más, vestida de negro y con muchos pines en su mochila. Cuando están todos, atraviesan la entrada de rejas, suben unos escalones y un portero le coloca a cada uno un sello de color negro en su mano. Adentro todo cambia: la cultura argentina queda en segundo plano y en el lugar mandan las diversas expresiones japonesas. En la primera edición de la convención “Ka-BOOM”, se ven grupos de diferentes edades. Hay chicos pequeños acompañados por sus padres, que se encuentran sentados tomando mate. También hay jóvenes y adolescentes que vinieron en grupo porque se sienten identificados con las personas que asisten a este tipo de evento. “Acá son todos como nosotros, o por lo menos la mayoría, es difícil encontrarse en otros lugares con otakus o gente a la que le gusta las mismas cosas que a uno”, cuenta Brian de 16 años. Desde hace ocho años esta actividad convoca a cientos de personas que esperan ansiosamente que los organizadores realicen una nueva convención de anime ya que –aunque son muchos-en Paraná no cuentan con un lugar físico de encuentro. La primera convención de Anime “Ka-BOOM” tuvo su primera edición en agosto de 2017. Durante unas horas el Centro Cultural Juan L. Ortiz se convertirá en un centro de expresiones y de actividades japonesas que reúne tantas postales como personas que están adentro. Cada grupo tiene su propio espacio dentro del predio. Luciano, de 15 años explica: “Vengo por los torneos, hoy el del pool estuvo bueno, también me iba a anotar en los juegos, pero no había más lugares”. Facundo, de 18 años, asiste a la Escuela Secundaria Nº 36 (ex Comercio 1) y va a las convenciones desde hace dos años. Más allá, un grupo de jóvenes que asiste a la

Escuela Técnica Nº 3 “Enrique Carbó” cuentan que la cultura japonesa las unió en el patio de la escuela. Juliana, la menor, comenta que son las únicas que miran anime y por eso sus compañeros las identifican como “las locas”. Los amantes del hockey de mesa, del metegol y del pool, tienen un lugar dentro de la Ka-BOOM, su espacio se encuentra entre la cantina y el escenario principal. A lo largo de todo el día, es posible anotarse y jugar en alguno de los varios torneos relámpago (comienzan y terminan en un breve periodo de tiempo). Dentro del torneo no hay un premio fijo. Esto es así ya que no buscan fomentar una competencia sino crear lazos y que todas las personas se vayan contentas y vuelvan a una próxima convención. En el salón “La brisa profunda” una luz tenue y dos tablones largos reúnen a tres parejas enfrentadas en cada mesa que juegan Yu-Gi-Oh! Se trata de cartas con figuras de dragones, magos, esqueletos y diferentes “monstruos”. El juego proviene de un anime que fue muy famoso a finales de los 90. A diferencia de Paraná, en donde hay que esperar a las convenciones para poder reunirse, en Santa Fe muchos se encuentran los sábados en Tutopía para participar de estos torneos de cartas. Pero ahora, en la convención de anime en Paraná los jóvenes circulan y siempre hay algo para hacer. 29


Los jóvenes, bicis y skates

Los jóvenes, las bicis y la apropiación del espacio público en Santa Fe

Llévame en tu bicicleta En la capital santafesina, los jóvenes no tienen un espacio propio para andar en bici con tranquilidad. La Fábrica Cultural El Molino es el lugar en el que crean un “momento público”. La formación de identidad sobre dos ruedas: la bicicleta como documento.

Rosina Espiro

Por Fabricio Leiva

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I

want to ride my bicycle, I want to ride it where I like QUEEN, Bicycle Race (1978).

La botella es de agua mineral, pero el agua es de canilla. Al lado, una mochila con camuflaje desértico que tres horas antes tuvo adentro los útiles del colegio. Juan está detrás, sentado en el escalón que sobresale de la pared sobre la que está pegado el banner que identifica el lugar. Es jueves y son las 3 de la tarde en El Molino, Fábrica Cultural. Junto a Juan está su bicicleta: una mountain bike SLP rodado 29. Delante de él pedalea Augusto. Está sobre una Raleigth 4.0 rodado 26, es decir que el diámetro de las ruedas del vehículo es de 26 pulgadas. A simple vista, es menos imponente que la de su compañero. Junto a ellos, otros dos jóvenes y el calor húmedo de un falso verano santafesino a fines de agosto. Las bicicletas y El Molino Acá tenemos un lugar más amplio que en la calle y es menos peligroso— dice Juan. Acá, es la Fábrica Cultural El Molino, ubicada en Bulevar Gálvez 2.350 entre Pedro Vittori, San Luis y Castellanos, en la capital santafesina. Se trata de la refuncionalización de un ex molino harinero que perteneció a la sociedad Boero Lupotti y Franchino y funcionó desde 1895 hasta principios de la década del ´90. A partir de 2010, una iniciativa del gobierno provincial lo incorporó al Tríptico de la Imaginación, un circuito cultural al que se integran La Redonda y La Esquina Encendida. Una galería amplia, de unos 80 metros de largo por casi 25 de ancho es el lugar predilecto de encuentro para los jóvenes montados en bicicleta. Dos tipos de estos vehículos son los que tienen el oligopolio entre los asistentes: las típicas bicicletas de montaña y las denominadas fixie, que a simple vista hacen recordar a la bicicleta de un abuelo: delgadas, de llantas finas, sin frenos. Su sistema de piñón fijo hace que, cuando se deja de pedalear, automáticamente la marcha pare. Hoy y a esta hora sólo son cuatro los jóvenes que ocupan el espacio, que aunque no fue pensado para ellos –casi ningún lugar lo fue, en realidad-, ya forma parte de su iti-

nerario diario. Para quienes se suben de manera recreativa a la bicicleta, la instalación del emblemático edificio de la ciudad es comparable con el skatepark para los amantes de las patinetas o la Parroquia San José para los fieles a Dios. A medida que la tierra gira y el sol comienza a mirar el oriente, arriban más jóvenes. Primero dos. Luego, de manera tímida, tres. Promediando las seis de la tarde serán doce. No usan casco, ni rodilleras. Se protegen con un andar pausado, recreativo. Entre etéreo y divertido. En el interior de El Molino hay un sinfín de actividades gratuitas destinadas, por lo general, a los más pequeños. Los fines de semanas desfilan por allí varias familias con sus críos en busca de recreación. —Casi siempre, venimos entre semana. Después de las tres. Los sábados y domingos, a la tardecita. Andan muchos nenes chiquitos y tenemos que tener cuidado. El que habla es Francisco. Es flaco, alto y cuando cuenta lo hace con seguridad. Con frases cortas y explicaciones detalladas. Se sabe entendido en la materia. Se lo ve elegante, como a su bici. Maneja una fixie

dal de su bici. Juan ya no está sobre el escalón. Ahora se apoya sobre su bici y recorre la improvisada pista. Suave, como pedaleando sobre algodones, se mueve por el playón. Es rubio pero no tanto. Tiene un corte de pelo a la moda, alto arriba y casi rapado atrás y a los costados, y remera de Unión de Santa Fe. Cerca de él, por entre los 13 pilares que forman una espiga de trigo, vuelve a pasar Augusto, con su camiseta azul marino y sus pantalones cortos. La mochila sobre su espalda. Agacha la cabeza como queriendo cortar el viento inexistente, de repente lleva su cuerpo hacia atrás y la parte delantera de la bicicleta se eleva. Así, sólo apoyado en la rueda trasera, recorre dos, tres, cinco, diez metros. La wheelie –aka willy- es tal vez la técnica más conocida para quien anda en bicicleta y el truco predilecto de los dueños de una mountain bike. Augusto pasa tardes enteras practicándola. La comunidad de la bicicleta La arquitecta Antonela Hurí Marengo sostiene en “Intervenciones en Espacios Públicos, su devenir urbano:

“Lo urbano debe leerse como la convivencia de las estructuras físicas con su posterior apropiación social. Es mediante esas variables donde se construye la cultura, generando bienes que potencien los procesos identitarios y operen en la construcción de ciudadanía”. (Antonela Hurí Marengo, arquitecta) celeste que como único aditamento tiene una cinta en cada pedal para mejorar el frenado al dejar de mover los pies. De chico andaba en su barrio y desde hace un par de años -tiene 16- circula con desenvoltura por la ciudad. La costanera, el Parque del Sur, el Parque Federal son otros de los espacios que los jóvenes y sus bicis frecuentan a veces. Pero todos los caminos conducen a El Molino. —El primer lugar al que venís es acá. Sabés que siempre te vas a encontrar con alguien. Después, o andamos como hacen los chicos ahora o vamos para la costanera. El problema es cuando allá hay mucha gente y hay autos estacionados en la bicisenda – dice Francisco mirándose el pie que descansa sobre el pe31

Físico-espacial y Socio-cutural”, una ponencia publicada en el XX Encuentro de jóvenes investigadores de la Universidad Nacional del Litoral en octubre de 2016, que “lo urbano debe leerse como la convivencia de las estructuras físicas con su posterior apropiación social. Es mediante esas variables donde se construye la cultura, generando bienes que potencien los procesos identitarios y operen en la construcción de ciudadanía”. Así, quienes con sus bicicletas llegan hasta un espacio público como El Molino se “adueñan” de él. Lo vuelven parte de su Yo como jóvenes y como amantes de las bicicletas. Toman el lugar como propio, pero no por la fuerza, sino mediante un acuerdo tácito de libre uso y cuidado de las


Los jóvenes, bicis y skates instalaciones. —La primera vez que vine, hace tiempo ya, un policía nos cerró los portones. Ahora nos dejan andar porque saben que no molestamos a nadie – recuerda Juan. —Acá es más seguro andar, en la calle no te respetan. Las bicisendas se usan como estacionamiento. Los que manejan auto se enojan con vos aunque ellos estén en falta. En el Molino podemos hacer lo que nos gusta: pedalear — dice Francisco. La Fábrica Cultural se convierte en pista de bicis porque los jóvenes que se acercan la consideran eso. Saltan la barrera del uso originario del lugar y se lo apropian. El espacio público se resignifica colectivamente. Existe un “uso legal” que es el que el Estado le designa y un “uso

informal” que el grupo de adolescentes con sus bicicletas lleva adelante. Sus prácticas conforman una especie de desterritorialización que “agrietan los espacios formales y los ocupan fuera de los canales convencionales. Son gestos que transitan desde lo efímero, dejando un discurso que busca la permanencia”. Las reuniones no se gestan con días de antelación y rara ocasión se utilizan las redes sociales para coordinarse –“algunas veces creamos un grupo de Whatsapp o hablamos por Instagram”, comenta Augusto-. Incluso, muchos de ellos no se conocen los nombres. Sólo se saben las caras. Las conexiones y los lazos de pertenencia se dan por el afecto a lo que hacen y les divierte. El documento de cada uno es su bici. Y eso

es suficiente para reconocer al otro como un igual. —Nos conocemos de la calle – dice Esteban. —De andar en la bici, de venir a El Molino. La relación es la de pedalear. Así nos conocemos. Algunos van al colegio juntos, otros combinan para juntarse a través del Whatsapp, pero la mayoría sólo va y anda. Son reuniones improvisadas. Saben que alguien, siempre, va a estar rodando por El Molino. Los jóvenes hablan de grupo. El denominador común es la bicicleta, no importa su tipo, color o precio. Importa poder usarla y, si es juntos, mejor. Se las prestan, se las halagan, se recomiendan bicicleteros de confianza ante cualquier desperfecto. Frente a la oferta digital o electrónica prefieren la fuerza física, mezclada con la delicadeza de una buena maniobra y el movimiento rítmico y mecánico de los pies. A diferencia del Quijote que montaba a caballo y veía enemigos en los molinos de viento; estos jóvenes, que se suben a la bici encuentran en El Molino un compañero de aventuras. “Se trata de un estilo de vida”, dice Francisco minutos antes de abandonar el espacio y retomar por el Bulevar Gálvez el camino hasta su casa. Con la noche incipiente y la luz de los faroles, su bicicleta se vuelve más y más elegante.

Encuentros en la pista de skate Por Gabriela Magliolini (Fragmento del informe periodístico)

La pista de skate en la Plaza de las Naciones en la Costanera Baja de Paraná convoca a niñas, niños y jóvenes que se reúnen a practicar y aprender. Cada sábado los skaters se encuentran para mejorar técnicas y aprender nuevos saltos. Detrás de la Plaza Le Petit Pisant está la pista de skate. Al cemento lo rodean lapachos rosados que le dan color al gris de las rampas. Se ven graffitis, dibujos y frases pintadas en los muros que componen la pista. A su alrededor, bancos con borde de cerámica brillan con los últimos destellos del sol. Algunas niñas, otros niños y jóvenes toman valor y se suben a la cima de la pista. Otros, se deslizan sin miedo por las rampas. Los sábados a la mañana es el turno de la escuelita de

skate Parque Berduc. La pista de skate cobra otro color y ritmo. El profesor Rodolfo Pasula, enseña a chicos y jóvenes que desean practicar skate o bike. “Arrancamos hace cuatro años en el Parque Escolar Enrique Berduc. Teníamos unas rampas armadas por nosotros. Dábamos clases tres veces por semana hasta que tuvimos la pista de skate”. De allí quedó el nombre que se mantiene hoy. Actualmente, afirma Pasula “asisten entre diez y quince chicos”, y las clases se dictan una vez por semana. El profesor cuenta que durante el proyecto de su construcción no fueron consultados por las dimensiones y hay algunos aspectos que deberían mejorarse. Sin embargo, recalca, están contentos de tener un skate park que les permita practicar libremente esta actividad. 32


Los jóvenes y el arte urbano

Jóvenes y arte urbano en Paraná

Paredes que hablan En la ciudad hay jóvenes ficionados por el arte callejero que dejan sus mensajes en los muros. Sin embargo, la falta de materiales, el costo de los mismos y las reglamentaciones que prohíben pintar en espacios públicos, obstaculizan este modo de expresión.

Por Martín Erbes

Rosina Espiro

(Fragmento del informe periodístico)

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Los jóvenes y el arte urbano

D

omingo de mañana, unos minutos pasadas las nueve. El frío con el que amaneció Paraná hace que no se divise movimiento en la zona del Parque Urquiza. Sólo algunos valientes, con sus rutinas ya armadas para ejercitarse, son los que le dan vida a la intersección de las calles Mitre y Buenos Aires. En la entrada del Parque Jardín Profesor Elio C. Leyes, dos mujeres conversan mientras sus cachorros aguardan continuar sus paseos domingueros. En la esquina, un cartel desteñido recuerda un fragmento de la obra Yo nací en Paraná, escrita por el profesor, periodista y creador de la Universidad Popular, Elio C. Leyes quien falleció en 1999. En homenaje a su trayectoria, el Jardín Botánico que se inauguró en 2011 lleva su nombre. En el interior de este espacio público, un mural en letra azul y verde llama la atención. Es una obra de arte urbano que en Paraná tiene también a sus hacedores. El arte callejero -street art-, al materializarse en espacios públicos, pretende sorprender a los espectadores: suele tener un mensaje que va desde una invitación a la reflexión hasta lo subversivo para criticar a la sociedad con ironía e incentivar a la lucha social. Este arte es parte de lo que se identifica como la cultura del hip hop. En Paraná es difícil desarrollar esta actividad porque suelen ser pocos los espacios públicos para intervenir y además comprar los elementos para pintar resulta costoso. La ausencia del Estado apoyando esta actividad y la escasa cultura del grafiti en la ciudad contribuyen a que el arte popular tenga poca cabida y que, en muchos casos, se los asocie con el vandalismo. El grafiti es una de las expresiones del arte urbano que propone una comunicación alternativa vinculada a la contracultura. Vehiculiza manifestaciones surgidas en escenarios de resistencia cultural que convocan múltiples formas de expresión artísticas alternativas. El grafiti es una respuesta que intenta impulsar otras formas de transmitir conocimiento e información de manera diferente a como lo hacen los medios

masivos de comunicación ya que los mensajes son diferentes en cuanto a su contenido y su forma (mensajes con un sentido político, puestos en la calle para que sean vistos, sin ninguna intermediación del mercado y con un criterio estético particular). Ezequiel, un joven estudiante de 17 años que pinta con su grupo de amigos, aclara que pintan siempre en el ámbito callejero. Se debe tener una clara noción de la diferencia entre arte urbano y vandalismo. En este sentido, Zeke, como suele firmar sus obras, define: “no estamos ensuciando, nos estamos expresando de una forma linda. No es para hacer mal a nadie”. A él y a su grupo de amigos les gusta que su trabajo sea visto ya que la idea final de tal actividad es expresarse y que la gente adquiera cariño por lo que hacen. Acción Poética en Paraná Otro modo de expresión en las paredes es el que lleva adelante el grupo Acción Poética Paraná que comenzó sus actividades en febrero de 2013 y hacia finales de ese año ya tenía 19 intervenciones en toda la zona urbana. Poco a poco fue creciendo y relacionándose con cada uno de los vecinos a través de sus frases y poemas pintados en letras negras sobre fondos blancos. El movimiento nacional de Acción Poética les pide que cumplan algunos requisitos. Entre los ejemplos se encuentran: “pasaste por mi casa y se llenó 34

de flores mi jardín”, “no tenía qué ponerme y me puse feliz”, “soy un soñador, pero no soy el único”, de John Lennon; también hay una frase del escritor entrerriano Juan Manuel Alfaro: “quiero otro día para gastarme el niño que me queda”. Acción Poética Paraná surgió de la mano y la curiosidad de la docente Zulma Pacher, quien se contactó con organizaciones en otras provincias para iniciar el movimiento en la ciudad. Sus integrantes son jóvenes de entre 20 y 30 años que no tienen fondos para llevar a cabo sus labores sino que cuentan con donaciones y colaboraciones para acondicionar los muros y pintar las frases. Paredes expresivas Los artistas urbanos intentan exhibir sus producciones en la calle y así establecer un diálogo con la sociedad. Sus obras reflejan lo que ellos viven y pueden incitar a la participación y a la reflexión de todo aquel que los presencia día a día. Ezequiel y sus amigos quieren que la cultura y el gusto por los graffitis se desar rollen en la ciudad, pero para que eso suceda el mismo Estado debe cesar en cuanto a tapar las obras y dejar liberados, de alguna manera, espacios y esquinas limpias para la expresión de los jóvenes. Se trata, tal vez, de hacer lugar a algunas paredes para que nos inviten a sonreír, sorprendernos y también, a pensar.


Proyecto de Integración de Funciones Universitarias “Prácticas Integrales & Territorio 2016” Periodismo en la universidad y las escuelas secundarias: las prácticas de extensión, reflexiones en torno a los procesos de apropiación de conocimientos en los estudiantes de la Orientación en Periodismo de Comunicación Social y de secundaria. En 2016 y 2017 desarrollamos actividades de extensión e investigación entre escuelas secundarias y universidad. El objetivo es estudiar los aprendizajes que promueven en los estudiantes universitarios y secundarios así como en los docentes, las propuestas de extensión que venimos desarrollando con diversos proyectos de extensión desde 2008. A partir de la experiencia desarrollada con las escuelas secundarias públicas de Paraná, proponemos fortalecer nuestro marco teórico y complementarlo con la investigación “La inclusión digital a partir de la implementación del programa Conectar Igualdad en escuelas secundarias de Paraná. Una mirada de los procesos de apropiación.” Las producciones comunicacionales que realizamos en 2017 son el programa de radio Parte del Aire y Va con Onda en radio UNER Paraná.:

“Va con Onda” La escuela secundaria hace radio ¡Se fue la cuarta…! Por cuarto año consecutivo realizamos el magazine radial “Va con Onda” en radio UNER Paraná, FM 100.3. Estuvimos los martes de septiembre y octubre de 18 a 19. La propuesta reúne a estudiantes de escuelas secundarias que producen una hora semanal de radio. Los acompañan los profesores de escuelas secundarias y estudiantes y docentes del Taller de Producción Periodística de la Licenciatura en Comunicación Social. En 2017 participaron las escuelas Liceo Paula Albarracín de Sarmiento; Provincia de Neuquén; Dr. Mariano Moreno; Normal José María Torres y República de Entre Ríos.

“Parte del Aire” Una hora de radio con los pies en la tierra Es un magazine radial realizado integralmente por los estudiantes del Taller de Producción Periodística. Cada martes de 17 a 18 en Radio UNER Paraná FM 100.3 se proponen informes periodísticos, entrevistas, radiodramas, efemérides y agendas culturales de Paraná y Santa Fe.

Mal de Ojos, 12 años Desde hace 12 años producimos informes periodísticos sobre problemáticas de los jóvenes de Entre Ríos y Santa Fe que se plasman en una publicación gratuita financiada por la Secretaría de Extensión de la UNER a través de los proyectos de extensión. La revista circula en la Universidad, organizaciones intermedias, medios de comunicación y, especialmente, en escuelas secundarias, cuyos temas contribuyen al debate. Las publicaciones están disponibles en http://unertpp.blogspot.com.ar/ También en el Facebook, se puede consultar: Proyecto de Extensión “Periodismo en la Universidad y la Esc. Secundaria”.


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Editorial - Aixa Boeykens Entre las redes sociales y el cara a cara, otras formas de estar juntos - Nicolás Marcolini Violencia virtual, consecuencias reales - Camila Frías

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Una tarea para hacer entre la escuela y la casa - Darío Cagliero

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En primera persona - Elián Pacher

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Entre las aulas y la virtualidad - Anahí Benavídez

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Con un millón de personas en casa - Alejandro Descalzo

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Ellas y ellos tienen flow - Aldana Badano

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La nueva generación del heavy metal paranaense - Andrea Belén Fontana

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Ojos grandes y ropa linda: más que un dibujito - Luisina Desio

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Un lazo de identidad - Damián Dabin

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Llévame en tu bicicleta - Fabricio Leiva

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Encuentro en la pista de skate - Gabriela Magliolini

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Paredes que hablan - Martín Erbes

ISSN: 2524-9401


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