Penquista Ilustrado, edición N° 149, año 5

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8 | El Penquista Ilustrado

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Concepción, Miércoles 25 de mayo de 2017

‫ ׀׀‬La Universidad del Bío-Bío, el Liceo Industrial de Concepción, el Terminal de Buses Collao y el Estadio Municipal de Concepción fueron algunas de las entidades más afectadas por la inundación.

Por Luciano Veloso Vergara

Caso Inundados

El largo camino hacia la compensación

C

erca de las 5 de la mañana del 11 de julio de 2006 alguien tocó la puerta de Flor Avilés Avilés, quien reside en el sector de Collao frente a la Universidad del Bío-Bío. La madrugada de ese martes se encontraba acostada, y faltaban pocas horas para que dos de sus tres hijos fueran a clases. Al preguntar en voz alta quién golpeaba, escuchó la débil voz de uno de los estudiantes a los cuales ofrecía pensión en su misma propiedad: “Señora Flor, hay agua en el piso de mi pieza”. Algo confundida por la situación inexplicable, le murmura que la espere, que va a ir a ver. Por su mente se cruzan pensamientos confusos. “Llueve fuerte, pero nunca tanto como para que entre agua a la pieza. Quizá se voló una lata del techo y está goteando”, razona mientras comienza a levantarse. Al bajarse de la cama, Flor Avilés siente el frío contacto del agua helada. Sorprendida, mira a su alrededor y se percata que todo el primer piso se encuentra inundado. Viviendo a menos de una cuadra del estero Nonguén no podía significar otra cosa más que el desborde de ese curso de agua. Las lluvias habían sido complicadas esos días, y el río Andalién, junto con el estero Nonguén se estaban rebalsando. Los días siguientes fueron devastadores. El agua en casa de Flor alcanzó 175 centímetros de altura. La casa de Nadia Ramos Troncoso, presidenta de la Junta de Vecinos

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Once años tardó el fallo a favor de los 6 mil 630 demandantes que en 2006 sufrieron una de las inundaciones más grandes en la historia de Concepción. El máximo tribunal estableció un monto de un millón de pesos por persona en compensación por los daños morales sufridos.

Caupolicán, ubicada frente al Liceo Industrial de Concepción, estaba inundada al menos 70 centímetros. Muchas casas pertenecientes al sector de Collao y Nonguén se habían transformado en un gran lago. La Universidad del Bío-Bío y el Terminal de Buses Collao eran piscinas de más de metro y medio de profundidad. El agua se evacuó recién a los tres días del incidente. El barro tardó semanas en salir, y fueron los vecinos quienes debieron convivir con el hedor a heces y orina producto de la subida de aguas de alcantarilla. Dos meses después, en septiembre, la situación comenzaba a normalizarse. El proceso judicial Los afectados se organizaron para interponer una demanda civil que los indemnizara por daños morales, la que fue rechazada en primera instancia. Los abogados vinculados al senador Alejandro Navarro Brain. Adolfo Ortega Aichele y Marco Figueroa Poblete decidieron entonces apelar ante el tribunal de alzada penquista.

Barro, hedor y hongos Los dolores de cabeza por las aguas servidas rebalsadas se mantuvieron por al menos dos semanas luego del desborde.

Como el fallo le otorgaba 500 mil pesos a cada uno de los 7 mil afectados, apelaron esta vez ante la Corte Suprema, la cual falló el pasado 17 de mayo en favor de las 6 mil 630 familias afectadas, otorgándoles una indemnización de un millón de pesos a cada uno. De ese monto, recibirán alrededor de 800 mil pesos, la diferencia corresponde a los honorarios de los abogados, monto previamente acordado entre familias

y defensores. El fallo establece que hubo responsabilidad por falta de servicio de las autoridades pertinentes, que los demandantes sufrieron daño moral por tales hechos y que se originaron, producto de esta situación, grandes intranquilidades en los vecinos al momento de la emergencia, como también en las horas y días siguientes. Sobre el caso, el abogado Marco Figueroa menciona que es un fallo sin precedentes y que siempre creyeron que la justicia estaría a favor de los demandantes. “Nosotros siempre tuvimos la esperanza de que la Corte Suprema fallara a nuestro favor, pero en definitiva el tribunal decidía y decidió”, dice el defensor. “Las familias han tomado bastante bien el fallo de la Corte Suprema, porque ellos siempre se mantuvieron permanentemente informados y tuvimos reuniones continuas para explicarles cómo funcionaba el sistema, y cuál era la expectativa real que se podía lograr. Dentro de ese contexto ellos lo han recibido muy

bien”. La limpieza Una de las preocupaciones constantes de los residentes del sector aledaño a esos cursos de agua es la poca limpieza que existe actualmente en el sector. El estado actual del río Andalién y del estero Nonguén denota los residuos que podrían dificultar el flujo de las aguas. La dirigenta vecinal Nadia Ramos dice que la responsabilidad de la limpieza de ambos canales recae sobre la Dirección de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas, quienes, según explica, asignan los recursos a la Dirección de Aseo y Ornato de la Municipalidad de Concepción para ejecutar tales limpiezas. Menciona también que muchas veces esos recursos son insuficientes, y redundan en un trabajo deficiente. Desde la Dirección de Obras Hidráulicas del MOP dijeron no poder emitir declaraciones sobre el proceso de limpieza de afluentes, pues el único que puede realizar juicios y declaraciones es el Seremi del Ministerio de Obras Públicas, René Carvajal Zúñiga.


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