16 | El Penquista Ilustrado / Reportajes
Concepción, Miércoles 14 de septiembre de 2016
El peso de la historia
Concepción: ¿Quién dudaría de la palabra de O’Higgins?
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Durante los últimos siete años, Talca ha celebrado la “Semana de la Independencia” a fin de conmemorar la firma del acta que hizo a Chile un país libre y soberano. Diversos historiadores y el propio Bernardo O’Higgins no estarían de acuerdo con esta aseveración pues la declaración se habría hecho en Talcahuano, en las inmmediaciones de lo que hoy se conoce cómo el cerro La U.
Por Karla Altamirano Pérez
La VII versión de la Fiesta de la Independencia se realizó los días 11, 12, 13 y 14 de febrero de 2016 en el balneario de Río Claro de Talca. En esa instancia, bajo el mandato del alcalde talquino, Juan Castro Prieto, se pretendió regresar a las raíces y tradiciones de la nación, identificando a la ciudad como sede de un hito histórico: la firma del acta de la Independencia que hizo a Chile, de manera definitiva, un país independiente y soberano. El evento, que pretendió ser un homenaje a los próceres y héroes que lucharon por la libertad de Chile, ha sido cuestionado desde sus inicios. El padre de la patria, Bernardo O’Higgins, escribió otra cosa en su testamento y diversos historiadores coinciden con él: El acta de la independencia se
habría firmado en Concepción, puntualmente en un lugar llamado Morrillos de Perales, ubicado en lo que hoy se conoce como el cerro “La U” de Talcahuano. Pese a que han pasado prácticamente dos siglos desde la firma del Acta de la Independencia, documento solemne mediante el cual la nación declaró su autonomía respecto a la monarquía española, la polémica respecto al lugar elegido como cuna de la independencia continúa más viva que nunca. Juan Martínez de Rozas El siglo XIX inició en medio de diversas crisis políticas y sociales alrededor del mundo. En España el panorama no era diferente. El rey Carlos IV y su hijo, Fernando VII, se vieron obligados a abdicar en favor de Napoleón Bonaparte, quien a su vez instaló a su hermano como gobernante de la nación europea. Al otro lado del mundo, en tanto, tres grandes corrientes iban tomando fuerza. Algunos afirmaban que Chile debía lealtad a España, sin importar quién ocupara la corona. Otros sostenían que se le debía lealtad al rey, pero no así a los hermanos Bonaparte. Una tercera, en su mayoría conformada por criollos, sostenía que con el soberano prisionero, el poder volvía al pueblo. Pocos se atrevían a hablar de nación, aunque los aires independentistas estaban más presentes que nunca y un grupo de jóvenes idealistas hacía eco de ellos buscando transformar a Chile en un país libre. En medio de la crisis política y social en que vivía la futura nación, fue Juan Martínez de Rozas quien habló por primera vez de crear una Junta de Gobierno. Alejandro Mihovilovich Gratz, director de la Biblioteca Municipal de Concepción, es enfático al referirse a este punto. “Rozas es quien piensa en esto, es él quien se da cuenta de que era necesario crear un congreso para dictar leyes y prevenir que el Rey retornara al poder en Chile. Él es el autor del proceso, después llegaron O’Higgins, Carrera
y otros jóvenes. Él era un hombre ilustrado. Era un tipo a otro nivel”, explica rápidamente. Bajo la influencia de Martínez de Rozas, la Junta de Gobierno decide convocar a elecciones para designar un Congreso Nacional. Faltaba representatividad en regiones, pero la Real Audiencia consideró que la elección era antimonárquica, por lo que conspiró con el coronel realista Tomás de Figueroa para que éste disolviera la junta e impidiera las elecciones. Sería recién en 1818 cuando el conflicto llegaría a su inevitable fin. Un acto de desafío Luego de la Batalla de Chacabuco, el 12 de febrero de 1817, Bernardo O’Higgins es investido como Director Supremo de la nación. Chile se encontraba en un proceso complejo, vivía una guerra contra la monarquía española y los penquistas habían sido duramente afectados por ella. “La guerra de la Independencia se luchó en buena parte en Concepción. La gente estaba hastiada. La ciudad lo pasó muy mal y se llevó todo el peso en sus hombros. Los penquistas no estaban realmente seguros de querer la libertad, preferían terminar las batallas y volver a su estado anterior… Si hay una ciudad que pagó con sangre y sus recursos, que vio frustrado su propio desarrollo por la independencia, es Concepción”, explica Boris Márquez Ochoa, director de la Galería de Historia de Concepción. En medio de aquel desolador panorama para la capital regional, O’Higgins se enfrentó a una realidad que parecía no poder controlar. Venía una nueva expedición española a manos de Mariano Osorio, que había sido vencedor en Rancagua. Traía consigo más de 5 mil hombres que reforzarían las fuerzas realistas, por lo que la solución perfecta fue firmar el acta en ese momento, para que así, al ingresar Osorio lo hiciera a un país soberano y no a una colonia española. Pese a su importancia histórica, este documento no ha sido encontrado pues, el propio O’Higgins, luego de firmarlo sobre un tambor en el Morrillo de Perales, lo introdujo en una botella y lo arrojó contra las fuerzas realistas. “Ellos lanzaban panfle-
Juan Martínez de Rozas y el senado El ideólogo de la Independencia fue quien habló por primera vez de crear un senado, idea que sería desechada luego por los realistas.