18 | El Penquista Ilustrado / Reportajes
Concepción, Miércoles 9 de septiembre de 2015
Por Nicole Briones N.
E
l despertador sonaba como de costumbre a las 6 de la mañana. Como todos los días Constanza Gajardo Pavez (23) se levantaba medio dormida, tomaba desayuno y caminaba por las calles de Coronel hasta llegar al paradero. Con su mochila bien agarraba, de reojo se cuidaba de los delincuentes que la seguían con la mirada. Con los minutos contados para llegar a clases, tomaba el bus que siempre iba lleno, al igual que todo el transporte público de Lota y Coronel, pero era el único que la dejaba más cerca de la universidad para asistir a sus clases de Licenciatura en Historia. Pese a las dificultades, siempre logró llegar a la hora y convertirse en la mejor alumna de su generación hasta que terminó la carrera. En agosto Constanza recibió la distinción “Premio Cámara de Diputados 2015”, que reconoce al mejor egresado de la Ucsc que destaca no sólo por su excelencia académica, sino también por su desempeño estudiantil integral.
Una pasión familiar La Coni”, como la llaman sus amigos, además de ser muy disciplinada con sus estudios y fanática de la lectura, toca piano y guitarra, cree que la música es su complemento. También es fanática del cine y de las buenas series de televisión. Ser la mejor no es algo nuevo para ella. Nunca fue una alumna matea, de las que se sentaban en primera fila, pero siempre tuvo promedio sobre 6,0. A Constanza siempre le gustó la Historia, pero cree que la influencia de su madre fue decisiva. Desde que tiene memoria que en su casa se encontraba el libro “La Historia de Chile” de Sergio Villalobos. Pertenecía a su madre cuando estaba en el colegio. Recuerda que, cuando niña, ella siempre le contaba sucesos de la historia de forma tan didáctica que le encantaban. “Una vez nos llevó a mi hermano y a mí al Hito de Galvarino que está a la entrada de Coronel. Ahí nos contó quién fue Galvarino y qué es lo que había pasado en ese lugar. Quedé fascinada con esa experiencia”, recuerda con nostalgia. Fue en ese momento cuando comenzó su motivación por estudiar Licenciatura en Historia. Agrega que pudo haber estudiado la Pedagogía pero su hermano, quién estudió la misma carrera, le mostró su malla curricular y le encantó. Los cuatro años de la carrera se le pasaron muy rápido. Fueron años de mucho estudio y trabajo, pero muy gratos ya que ahí encontró a muy buenos amigos que la acompaña-
Constanza Gajardo, excelencia académica
De la pasión a la profesionalización • Sin importar de donde venga, un estudiante con buenas notas en el colegio siempre termina siendo un alumno de excelencia en la universidad. La perseverancia, disciplina y su amor por la historia fueron las claves del éxito.
ron a superar las etapas de trasnoche, ojeras y sueño en época de certámenes, situación que todo universitario vive. “Siempre mantuve al estudio como prioridad”, asegura. Además, resalta la importancia que tuvieron algunos académicos en su formación, quienes le dieron el espacio y la oportunidad para participar en diferentes instancias que la enriquecieron en el modo personal, estudiantil y profesional. Realizó ayudantías con el Dr. Andrés Medina y para la Dr. Erna Ulloa, con quien trabajó en sus proyectos de investigación personales y en otras instituciones. También resalta el fundamental apoyo del Dr. Mauricio Rubilar quien la invitó a formar parte como tesista de su proyecto Fondecyt, una experiencia profesional que para ella es muy enriquecedora ya que le ha permitido presentar su investigación en diferentes seminarios. “Estoy muy agradecida de este entorno académico y profesional”, expresa. No obstante, Constanza manifestó algunas deficiencias que encontró en sus años de carrera, como por ejemplo, el escaso material bibliográfico que hay en biblioteca: dos ejemplares para 30 alumnos. Y las falencias en el edificio, donde los estudiantes de Historia y Trabajo Social realizan la mayoría de sus actividades. “Debería modernizarse o implementarlo de mejor forma”, dice. ¿Cómo lo logró? La dedicación y empeño de Constanza no fueron suficientes para triunfar como la mejor alumna de la Universidad. Sus profesores y su familia forman parte de la fórmula que le permitió recibir la banda de excelencia. Su método de estudio era leer el material, subrayar las ideas más importantes y luego hacer resúmenes escritos a mano, a veces sólo contenido o si no con tablas o mapas con-
ceptuales. Hacerlos en computador no era lo mismo. “Creo que obtenía buenas notas porque era dedicada y organizada con los ramos y las lecturas, nunca dejé todo para el último día. Es demasiado importante leer a conciencia, saber estudiar, conocer el autor, en que época escribió el material, bajo qué contexto, tener un cuadro general de las ideas que ahí están, facilitan el estudio, así como también asistir siempre a clases”, asegura. El día de la premiación fue una ceremonia muy solemne pero al mismo tiempo personal, con su familia, autoridades de la Universidad, Facultad y de la carrera, además del diputado Enrique van Ry s s e l berghe, quien entregó la distinción a nombre de la Cámara de Diputados. “Siempre es grato que se reconozca el esfuerzo, los méritos y resultados que implican los diferentes procesos de nuestras vidas como lo es en este caso el pregrado”, expresa con orgullo. A futuro En estos momentos, ella se prepara para comenzar sus estudios de posgrado en Historia del Arte en 2016. Además, continúa enriqueciendo la investigación de tesis ligada al proyecto Fondecyt, dándola a conocer en plataformas académicas, y trabajando en un artículo con el Dr. Rubilar. En un futuro cercano espera realizar y completar los estudios de master con buenos resultados para, más adelante, continuar con estudios de posgrado; dedicarse a la Historia y trabajar en el área académica e investigativa.