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Concepción, Miércoles 1 de julio de 2015
El Penquista Ilustrado | 13
Maite Alberdi
La documentalista que realza la vejez con una nueva mirada • Para muchos tomar once es un hábito común y silvestre, pero ¿qué pasa cuando este acto se vuelve un motivo de encuentro inevitable para un grupo de amigas? Esto es lo que quiso retratar Maite Alberdi en su documental “La once”. Ingrid Rosas D.
“L
a once” es el nuevo documental de Maite Alberdi, comedia protagonizada por señoras de la tercera edad en un rango de 80 y 85 años, que se juntan desde que salieron de colegio a tomar el té y donde la carga negativa de la vejez y la muerte, se ve como parte de la vida y no como una tragedia. Esta documentalista de 32 años, que como directora se distingue por lograr un retrato íntimo de los personajes que trabaja. Presenció desde niña las juntas de su abuela con sus amigas, pero nunca pensó que éstas llegarían a ser tan importantes. “Cuando exhibí mi primer corto mi abuela dijo que no iba a ir al estreno, porque tenía el té con sus amigas y que era una obligación ineludible; para mí fue lo peor que ella podría haberme hecho. Ahí dimensioné la importancia del rito”, comentó la directora Maite Alberdi Soto. En 2009 comenzó las grabaciones con siete señoras de las que hoy quedan sólo tres. Las grabaciones terminaron cuando murió María Teresa, la protagonista y abuela de Maite. “Mi abuela murió y para mí fue una tragedia personal enorme; en ese momento cortamos el rodaje, porque no era lo mismo sin ella. Pero viví la pérdida de otra manera, y la siento tan viva, porque veo la película una vez a la semana y tengo el mejor registro de ella”, dijo. La comedia tiene premio de mejor documental Iberoamericano en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y en el Festival Internacional de Cine de Miami, el premio del público. Además se llevó los premios a mejor película y mejor director en la competencia nacional del Festival Sanfic. La cinta se presentó en la Alianza Francesa de Concepción el 23 y 25 de junio, dentro del ciclo Miradoc, que lleva el documental nacional a regiones y que estrena uno todos los meses. -¿Cuál es el motivo de seguir a este grupo de mujeres por cinco años? Es mi abuela y sus amigas que se juntan una vez al mes desde hace 60 años, y me pareció importante registrarlas porque eran muy distintas,
Maite Alberdi, la directora que reveló las intimidades de un grupo de amigas de la tercera edad en su documental “La once”. pero se seguían queriendo ya que se habían juntado toda la vida; era una amistad que valía la pena retratar. El rito de ellas se transformó también en un rito para nosotros como equipo, porque terminamos tomando té una vez al mes por cinco años.
que opinan y expresan. Hablan también de la sexualidad en la tercera edad y sexualidad en la crianza, como cuando los primeros novios que tenían, les tomaban la mano y pensaban que estaban embarazadas, o sea de ese nivel de formación estamos hablando.
-¿Cuáles eran los temas de las conversaciones? Es un espacio de intimidad femenina que si no es con tus amigas, tú no lo puedes contar. Hablan harto del amor en la vida y la relación con sus parejas, como la que le tocó un marido infiel y tuvo que seguir con él aunque no quisiera; la que se le murió el marido y estaba feliz porque no lo soportaba y lo dice abiertamente, o la que se le murió el marido y lo idealiza hasta el último día. Son mujeres que fueron criadas para casarse. Eso se ve mucho en lo
-¿Fue incómodo reunirse junto a la cámara? ¿dejaron de ser ellas mismas? No, para nada, estaban felices desde el primer día que grabamos; eran tan cerradas como grupo que la cámara era como cualquier accesorio de la casa. -¿Cuánto duran los encuentros? Y ¿cómo pudo reducir todo ese tiempo a 70 minutos? Cada encuentro dura como tres horas más o menos y la película 70 minutos; fue muy difícil transformar 5 años en 70
minutos y se nota el paso del tiempo. Tenían el acuerdo de que una podía decir 10 veces la misma anécdota, pero las otras debían sorprenderse y reír con el ánimo y entusiasmo de la primera vez, entonces las anécdotas y las temáticas se iban repitiendo, y eso me ayudó a reducir el tiempo en la película. -Estas cosas no se realizan hoy en día pues con Facebook o WhatsApp basta, ¿qué opina usted acerca de esto? Ellas han sido sistemáticas en su relación de amistad y sí, creo que eso no se ve ni se tiene en estos tiempos, como que uno da por hecho la amistad, y cuando se encuentra con alguna amiga y uno dice ¡uy! no nos vemos hace tanto y la quiero, pero no la veo, porque con un WhatsApp basta, como dices tú, ya no está la obligación de juntarse.
-¿Cómo ve a su abuela después de haber entrado en la intimidad de su círculo más cercano? No la veo distinta porque lo que me aportó la película de ella es como al revés; vi que mi abuela era bastante similar en todos los espacios en que la pusiera, era como especialmente desfachatada, habladora y centro de mesa. Siempre funcionó así en cualquier lugar. -¿Tiene algún proyecto de documental para la posterioridad? Sí, estoy editando un documental que se llama “Los niños”, que trata de un grupo de adultos con síndrome de Down; me interesó desarrollar esta historia en un telefilm documental porque es importante que los conflictos presentes, se difundan públicamente a través de la televisión.