1 minute read

El albedrío lo ganó el mal

x Shanelle Cabiya x

Nunca me fui de aquel bar, de aquella sala de cine.

Nunca me fui del restaurante donde comimos por primera vez, ni del banco donde nos sentamos a hablar.

Nunca me fui, siempre me quedé.

Me quede con en el olor de tu abrigo, en la marca de tu taza por el café.

Me quede en nuestro lugar favorito y en la canción de la radio.

Me quede esperando que te quedaras, pero te quedaste en una línea que no puedo cruzar.

Te quedaste ahí, presente pero ausente.

No me fui, aunque nunca pediste que me fuera si te marchaste, y yo me quede.

Me quede frente a ese lugar, en la última conversación.

Me quede con las manos heladas y el corazón temblando.

Me quede con un abrazo a medias y un beso rápido.

Me quede en ese recuerdo del último te quiero, me quede y no me fui.

No me fui y no me iría, aunque lo pidieras.

Me quede recordando por ti y por mí, cargando dos.

No me fui y esperando que mires al lado para que me encuentres en la línea que no he cruzado, una vida paralela a la tuya por sí decides volver al camino.

Buscar fotos inexistentes, besos que guarde por si algún día los reclamas.

Un abrazo a la almohada y al recuerdo del olor que dejaste el día en que dijiste adiós.

This article is from: