Revista Cultura Urbana núm. 42-43

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…Y se prendió la mecha…

El Nahual

Inserta indirectamente en la lucha por la tierra, con la amenaza del despojo, Milpa Alta se vio inmersa en un movimiento social que al mismo tiempo era visto con buenos ojos, pero denostado por propios y extraños, De manera discriminatoria los actores involucrados comenzaron a ser llamados peyorativamente comune­ ros. El testimonio aquí vertido muestra la vivencia de quienes participaron de forma directa, lo que al final les ha permitido trabajar en bien de la comunidad, sin esperar nada a cambio*

Las elecciones Aquel era el día de las elecciones para nombrar representantes co­ munales. Era un día decisivo, y lo fue para muchos que ahora andan con el cuello levantado, como héroes de novela policiaca, y también lo fue para otros que le han sacado provecho, a su manera. No recuerdo la fecha exacta, pues por la escuela y el trabajo participaba de manera indirecta; yo cuidaba a Javier, que sí estaba en el movi­miento de tiempo completo. Ese día se notaba la tensión entre los pobladores, los represen­tan­ tes del gobierno a través de la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) habían manejado la situación con engaños y tretas, como la de llegar al antiguo restaurant Texcalpa, donde se celebrarían las elecciones, con gente armada y representantes agrarios falsos que iban a dar legali­

dad a la elección, a puerta cerrada. Días antes habían sacado durante la madrugada a los comuneros que estaban en plantón permanente en la explanada de la delegación. Eran cerca de las cuatro de la mañana cuando llegó Carlos con otro compa, saltándose la barda de mi casa para esconderse de los agresores, los habían correteado desde la explanada delegacional. Salimos en la camioneta roja para ir en busca de Javier y nos encontramos de frente con los agresores, los defensores de las buenas costumbres llevaban armas largas, iban en un Falcon rojo y estuve a punto de dispararles. No sé qué me contuvo. Los regresamos hacia la calle principal y los cercamos frente a la comandancia, donde el comandante De la Vega tenía a sus policías en formación de instrucción. Les gritamos: «¡Los señores nos amena­zaron con armas!». El coman-

*Los sucesos aquí narrados por un joven estudiante universitario milpaltense, tienen largos antecedentes históricos, es la lucha «[…]por estas tierras que ninguna persona les puede quitar ni perjudicar[…]por ser vuestras[…]», según emanan los principios de los Títulos Primordiales de Milpa Alta desde 1565. Y que llegó a su más alta densidad el 27 de julio de 1980, cuando la defensa por su suelo llevó a los pobladores a recuperar el control sobre sus bosques comunales luego de una cruenta lucha. CULTURA URBANA 25


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