Hegel. Ontología, estética y política - Javier Balladares, Yared Elguera, et. al.

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Concebir la realidad efectiva

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de sustancialidad la amplía: las creaturas, los seres finitos dependen de Dios, pero Dios no depende de los seres finitos; es la visión que Hegel previamente llamó la “visión religioso-oriental” atribuyéndola a Spinoza. Su limitación descansa en que los seres finitos carecen de sustancialidad y son declarados insignificantes. Con el análisis y luego la superación de la “relación de sustancialidad”, se muestra lo lejos que Hegel se encuentra de anular las existencias finitas bajo una totalidad abrumadora. Por esa insuficiencia, la Ciencia de la Lógica se desplaza de la “relación de sustancialidad” a la “relación de causalidad”: ahora, para pensar la realidad, un algo es declarado “causa” y otro algo es declarado “efecto”, una cosa es causa “determinante” de otra cosa llamada efecto “determinado”. La sustancia es causa de sus accidentes y del mismo modo, los accidentes están unidos entre sí por una relación causal. Hegel aprovecha la ocasión para hacer una crítica a la causalidad transitiva propuesta por Kant. Esta crítica consiste en mostrar que en el encadenamiento causal de las cosas finitas, cada causa tiene a su vez otra causa fuera de ella (porque toda causa finita no es causa de ella misma, sino de otra cosa) y así sucesivamente hasta el infinito. Pero exactamente lo mismo sucede con el efecto: todo efecto resulta de una causa, pero a su vez se convierte en causa de otro efecto y así sucesivamente hasta el infinito. La “relación de causalidad” no es adecuada para conceptualizar la realidad efectiva, porque declara arbitrariamente a una cosa “causa” y a otra cosa “efecto”, mientras sucede que cada cosa es a la vez causa y efecto, o ni lo uno ni lo otro. La causalidad transitiva es un acto arbitrario del entendimiento y por ello, cuando se la examina conduce a esa mala infinitud: ¿por qué detener el encadenamiento causal en un punto más bien que en el otro? ¿Qué es lo que permite llamar a algo causa y otro algo efecto, si toda causa es a la vez efecto de otra causa? La conclusión de lo anterior es que requerimos, pues, no de un causalidad transitiva sino de una causalidad “reflexiva” en el sentido de una “acción recíproca” entre todas las cosas. Sin embargo, como sucede siempre en el examen de las categorías lógicas, la intervención de la relación de causalidad no ha sido inútil, porque ha permitido comprender que las existencias finitas son el efecto de una


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