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Plantas que nos cuidan

P I N O

y propóleo

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Enero es el mes típico de gripes y catarros, por esto es importante tener, en nuestro botiquín, todas las las plantas medicinales que nos vienen bien para estas patologías típicas del invierno, tanto para usarlas de forma preventiva como en tratamiento.

El pino

(Pinus pinea, Pinus sylvestris, Pinus pinaster, Pinus maritima…)

Hay unas 110 variedades diferentes de pino en todo el mundo, la mayor parte de ellas están en el hemisferio norte. La mayoría tienen algún uso medicinal. Sabios desde la antigüedad, como Virgilio, hacían referencia al nombre Pinus y usaban el pino como planta medicinal. Un dato: El nombre de pino, es muy probable que derive del céltico “pen”, que signifi ca cabeza, haciendo referencia a la copa redondeada de muchos de los pinos.

Es ideal para patologías que afectan al aparato respiratorio:

• Tanto sus acículas (sus hojas) como sus yemas, tienen propiedades expectorantes y mucolíticas. • Se usan en congestión nasal, catarros, gripes, bronquitis, etc... Podemos usarlas mediante tisanas, jarabes, tinturas, vahos e incluso en sopas medicinales. • Además, son muy ricos en vitamina C y fl avonoides.

Es importante incluirlas en nuestros preparados, para prevenir y tratar enfermedades respiratorias.

De forma externa:

• Se usa en afecciones musculoesqueléticas, cuando hay un trastorno o molestia a nivel articular y muscular. • Se usa mucho en dolores reumáticos, contracturas musculares, etc... • Se puede usar su aceite esencial, o la planta, en baños corporales o baños de pies, según el caso.

No es lo mismo el aceite esencial de pino que la trementina:

Del pino se suele usar sus acículas (hojas), sus brotes jóvenes o yemas, su resina (se extrae del Pinus pinaster), su corteza y su madera (con ella elaboraban el alquitrán o brea de pino). Es una sencilla receta para preparar una tisana balsámica.

Ingredientes:

• Una cucharada de acículas de pino o yemas de pino. Lavadas y troceadas. • Una cucharadita de tomillo. • Una cucharadita de flores de malva.

Elaboración:

Echa dos vasos de agua en un cazo y pon a calentar a fuego medio. La resina de pino es una gran conocida. Es una oleorresina espesa, que se encuentra en la corteza y se obtiene mediante incisiones en la misma. De esta resina se obtiene, por destilación, el aceite esencial de trementina. Sin embargo, el aceite esencial de pino se extrae de la destilación de sus acículas (hojas). Los dos aceites tienen muchas propiedades balsámicas, expectorantes y antisépticas de las vías respiratorias y urinarias, pero no se aconseja su uso durante el embarazo, lactancia ni en niños menores de 7 años. Tenemos que tener especial cuidado en personas as-

TISANA BALSáMICA DE PINO

máticas y personas sensibles. Cuando comience a hervir, echa las acículas de pino o yemas. Deja que hierva a fuego medio-bajo durante cinco minutos. Pasado este tiempo, añade el tomillo y la malva, deja que pegue un hervor y apaga el fuego. Deja reposar diez o quince minutos. Filtra y disfruta de tu tisana . Si te apetece puedes añadirle un poquito de jengibre, canela o clavo y hacer la tisana especiada. Todo es cuestión de gusto.

El propóleo

El propóleo no es una planta pero es un gran recurso natural que es de lo mejor frente a problemas del aparato respiratorio, entre muchas cosas y he creído ideal hablaros de él en este número.

¿qué es el propóleo?

Es un tipo de resina que fabrican las abejas. Las abejas recogen la resina de yemas y corteza de algunos árboles y lo mezclan con su saliva. Después, dentro de la colmena, lo transforman usando cera y su saliva, dando como resultado al propóleo.

Tiene muchas propiedades medicinales

• Es muy útil para nuestro sistema inmune, lo tonifica y lo activa. • Tiene propiedades antibióticas de amplio espectro. • Es antifúngico y antiviral. • Además es antiinflamatorio, anestésico y cicatrizante.

Tiene múltiples usos interesantes

• Muy útil para el aparato respiratorio: en caso de gripe, catarro, bronquitis, neumonía, laringitis y sinusitis, etc... • Para el aparato circulatorio: disminuye la fragilidad capilar, es vasodilatador e hipotensor. • Para el aparato digestivo: útil en gastritis, colitis y úlcera, previene parásitos intestinales. • Higiene bucodental: aftas bucales, piorrea y gingivitis. Previene la caries.

De forma externa

• Se usa en heridas y quemaduras para que no se infecten. • En casos de dermatitis, eccema y acné, como cicatrizante. • En casos de herpes labial, para combatirlo y ayudar a bajar la inflamación. • En caso de micosis en la piel, por ejemplo, el pie de atleta.

No todo el mundo puede tomarlo

• Las personas que son alérgicas al polen, pueden ser alérgicas al propóleo, por su posible contenido en polen. • Personas con asma bronquial con alergia al polen, sobre todo en casos de asma severo. • Personas con la tensión muy baja, aunque lo podrían usar de forma externa.

CARAMELOS DE MIEL Y

LIMÓN.

Estos son los típicos caramelos de miel y limón. Son fáciles de hacer, pero se pierden parte de las propiedades de la miel, aún así son mejores que usar solo azúcar. Ingredientes: • 40 ml de agua filtrada o infusión de malva o malvavisco. • 100 gr de azúcar moreno o panela.

También podemos usar azúcar de coco. • 30 gr de miel ecológica. • 1 cucharadita de tintura de propóleo. • 10-20 gotas de aceite esencial de limón ecológico. Elaboración: Echa en una cacerola el agua, el azúcar y la miel. Pon a calentar, cuando rompa a hervir baja el fuego a fuego medio-bajo. Remueve constantemente para que no se pegue. Con un termómetro para caramelo o de cocina, mide la temperatura, cuando la mezcla alcance 160 ºC, el caramelo ya estará. Si ya está el caramelo, apaga y retira del fuego. Deja enfriar un poquito, pero ¡ojo!, no te pases porque solidifica rápido. Ahora, añade el propóleo y el aceite esencial, mezcla bien. En un molde, mejor si es un molde de látex especial para caramelo, echa un poquito de aceite de oliva o girasol para que no se pegue. Ve echando el caramelo al molde, poco a poco. Cuidado no te quemes. Mete el molde en la nevera para que se enfríe. Pasadas unas horas, cuando estén los caramelos fríos y sólidos, desmolda con cuidado. Ahora hay dos opciones, o pasar los caramelos por azúcar glass (azúcar pulverizado) o los envuelves en papel de horno, así no se pegan unos a otros. Guarda en un envase de vidrio y guarda en la alacena, lejos del sol y del calor. Un truco: si no tienes termómetro de cocina, te cuento este truco sencillo. Llena un vaso a la mitad de agua. Con la ayuda de una rasera o tenedor, coge un poco del caramelo y échalo al agua. Si la gota se queda como una lágrima y cae al fondo, el caramelo está listo. Estos caramelos duran de seis meses a un año en perfecto estado.

VIrgINIA cEBALLOS Naturópata, divulgadora del mundo natural y creadora de Escuela herbal escuelaherbal.com