MÁS TRIBUNA Nº13- Covid-19 El virus que nos cambió la vida

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Especial Covid-19

os intentos para paliar los efectos en la economía de la crisis sanitaria por el coronavirus incluyeron diferentes medidas para los trabajadores, y entre ellas el gran caballo de Troya elegido fueron los ERTE, los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, un instrumento que permitía a las empresas que veían detenida su actividad prescindir temporalmente de la plantilla.

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Desde el principio se quiso distinguir esta medida de los ERE recordando que para aplicar el ERTE no es necesario tener en cuenta el número de trabajadores de la empresa o el número de afectados como si pasa en el ERE. Además, los ERTE son usados en crisis temporales y no proporcionan indemnizaciones a sus trabajadores como si pasa en el caso del ERE. El empresario notifica a los trabajadores y a la autoridad laboral la decisión sobre la suspensión de los contratos y, a su vez, la autoridad laboral se lo comunica a la entidad gestora de la prestación por desempleo.

50%. Además, el empresario tiene que mantener dado de alta al trabajador y seguir pagando el 100% de la seguridad social. En Castilla y León en muchas empresas se trató de tomar inicialmente otras medidas como enviar al trabajador de vacaciones pero la crisis se

Los trabajadores sí que tienen derecho a cobrar la prestación por desempleo que le corresponde, durante el tiempo estipulado aunque los retrasos en los cobros por la acumulación de peticiones y tramitaciones han sido un gran problema y hay muchos trabajadores que han tenido que vivir sin ver entrar un euro en su cuenta durante mucho tiempo. Durante el ERTE el trabajador cobra la prestación de desempleo que le corresponde, igual que si hubiera sido despedido definitivamente, es decir, percibe el 70% de la base reguladora (un indicador utilizado para calcular prestaciones que es ligeramente inferior al salario). Esta es la cantidad que se percibe durante los primeros seis meses en paro, a partir del séptimo se ingresa el

34.000

SOLICITUDES DE ERTE Hasta la primera semana de mayo son en total 34.000 las reconocidas que han afectado hasta casi 200.000 trabajadores. Las provincias más afectadas han sido los núcleos económicos: 36.962 de Valladolid, 26.435 de Burgos y 22.842 de León.

ha dilatado en el tiempo y ni mucho menos esa medida u otras pudieron frenar el aluvión de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) que en ocasiones han saturado los servicios territoriales de la Junta. Hasta la primera semana de mayo son en total 34.000 solicitudes de ERTE las reconocidas que han afectado hasta casi 200.000 trabajadores. Las provincias más afectadas han sido los núcleos económicos: 36.962 de Valladolid, 26.435 de Burgos y 22.842 de León. Con estas cifras se podría extrapolar y decir hay provincias completas de la Comunidad que por población tendrían a todos sus habitantes en ERTE, o afirmar que ocho de cada cien castellanos y leoneses ha sufrido o sufre una reducción parcial o total de su jornada laboral. A estas alturas hay quienes con la apertura limitada de comercios y terrazas ya han retomado su actividad, pero muchos no han cobrado y las patronales apuestan por mantener los ERTE hasta diciembre en función de las necesidades de cada empresa.


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