TODASADENTRO_N˚678

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criterio

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VOCES DE OTRAS

¡Es el Presidente! Fuente

http://latinoamericaexhuberante.org

sábado 16 de septiembre de 2017

La revolución bolivariana y la libertad Nelson Guzmán

La fotografía del cuerpo sin vida del presidente Salvador Allende, publicada ahora por primera vez, revela que ni se suicidó con un tiro de metralleta en la cabeza ni sus asesinos le cambiaron la ropa tras abatirlo. El mismo jersey que vestía mientras, pistola en mano, recorría los distintos puntos de La Moneda asediada es el que se puede apreciar en este documento inédito que los militares golpistas publicaron en un informe interno confidencial del Ejército de Tierra. Una ráfaga de metralleta disparada a bocajarro puso fin, el 11 de septiembre de 1973, a la vida del presidente constitucional de Chile, Salvador Allende Gossens. Luego, la Junta Militar golpista, encabezada por Pinochet, diría que el mandatario se había suicidado utilizando una metralleta regalo del primer ministro cubano, Fidel Castro Ruz. La verdad, sin embargo, es que Allende fue asesinado fría y premeditadamente por órdenes del propio Pinochet. El encargado del montaje posterior —que comenzó a desbaratarse apenas unas horas después— era un oscuro detective con grado de subcomisario. Allende nunca llegó a tener en sus manos, durante el asalto al palacio presidencial de La Moneda, la mencionada metralleta. Las fotografías muestran que el arma que tenía antes del bombardeo es una pistola, aparentemente una “Walter PPK”, y no una metralleta. Muerto Allende, no hubo médico forense para practicar su autopsia ni emitir el informe correspondiente. Lo que no estuvo en los planes de los golpistas, sin embargo, fue que el Presidente decidiera quedarse en el Palacio de Gobierno a defender con su vida el mandato del pueblo. Y, mucho menos, que, tras presentar fiero combate, resultara herido y que uno de los asaltantes de La Moneda le rematara con una ráfaga de metralleta que le cruzó el pecho. Los soldados corrieron hacia el salón desde el cual habían salido los disparos, encontrándose con el cuerpo, malherido, de Allende: ¡Mi general! —gritó un soldado—. ¡Es el Presidente!

¡Renuncio al cielo! richardb13@gmail.com

insuficiente que no terminó por cerrar las cesuras del sufrimiento, Venezuela vio la aceleración de las distancias sociales, lo cual trajo como consecuencias las guerras civiles. El siglo XIX y XX alejaron a los hombres de la oportunidad de construir una vida feliz, inmensas cantidades de seres humanos habían sido deprivado de la propiedad y de la formación escolar, seguíamos viviendo en una sociedad de condenados, de hombres que por el solo hecho de disentir eran privados de su libertad y eran sometidos a torturas, no tenían derecho de pensar. Nos preguntamos, de qué modelo de vida se reclaman los que añoran la vuelta hacia atrás. No hubo una democracia que supiese darle a los hombres el don de llevar una vida digna, muy al contrario el betancurismo, el calderismo, los gobiernos de Carlos Andrés Pérez, de Jaime Lusinchi no recuerdan a un país hundido en la corrupción y en la tragedia de las desapariciones y del Caracazo,¿ es a esa democracia a la que pretendemos regresar?

Petróleo y cultura suntuaria Néstor Rivero

nestor5030@gmail.com

Nudo gordiano de la actual problemática del país es la mentalidad que incubó en amplios sectores de la población en el curso de las últimas siete décadas de la Venezuela rentista. Se trata de la llamada “cultura petrolera”, que no es otra cosa que la pretensión de un importante sector de la sociedad -el sector importador y comercial-, de suponer que un elevado standard de vida podía sustentarse sin fuerzas productivas, como se le prometió a las clases medias, y que de alguna manera hubo quienes lo disfrutaron cuando el hidrocarburo se cotizaba a 80 y 100 dólares el barril. Así, de aquel tiempo cuando el petróleo aseguraba a la Nación una renta elevada, quedó la sensación de que el confort al que accedieron muchas familias ese confort, se repite, debía ser perpetuo, sin que los beneficiarios se preguntasen sobre la fuente de los ingresos que hizo posible la holgura u holganza.

VENEZUELA RÍTMICA

Richard Bello

guznelson@yahoo.es

La revolución bolivariana se ha construido con una idea fundamental: la justicia social. En Venezuela la esclavitud es de larga data. La intervención colonial española redujo a nuestros antepasados a la nada. En 1500 la isla de Cubagua fue un centro de martirologio y de esclavitud de nuestros aborígenes, se les expropio su libertad, sus cuerpos fueron reducidos a los grilletes de la infamia. A eso no se le concedió la importancia debida por una cuestión del valor conque occidente miraba a aquellos hombres que habían sido etiquetados como irracionales, para decirlo en vocablos de Alain Badiou se les confiscaron sus ideas, sus proyectos y se les esclavizó. El modelo colonial español se sostuvo dilapidando el derecho de los hombres a la igualdad. Los indígenas, los afrodescendientes y toda la variedad en que fueron clasificados nuestros antepasados como zambos, tercerones, cuarterones, salto atrás fueron excluidos de su derecho a tener la protección de la justicia. Esa sociedad fue continuada por una independencia

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Así, al descubrirse en su propia contracara de sociedad rentista, a la que se le inyectó un deseo autodestructivo de lujuria consumista, Venezuela comenzó a ver que faltaba un desarrollo productivo, emprendimientos agrícolas e industriales de economía real, que sustentase todo proyecto de alto consumo colectivo. Se trata, de una distorsión estructural en una economía a la cual le iba “bien” cuando el petróleo tenía precios altos, y que no apostó jamás al emprendimiento industrial, a la reconversión de su actividad de servicios en una productiva, que nunca vio la necesidad de invertir en conocimiento, en ciencia y tecnología, en investigación y desarrollo. Que se tapó los oídos cuando Marx recitó su frase “la ciencia y la tecnología es una fuerza productiva”. Clase empresarial cuya razón es una marca, un producto de moda, en un frenético consumo suntuario.

Mi puerto cabello pedacito de cielo / que acarician las aguas de tus playas caribe / mi puerto cabello con encajes de espuma / tus arenas vivieron mil romances de amor. Mi puerto viejo puerto azul de leyendas / donde la luna es más linda en el mar / son de acuarela tus tardes en la plaza Flores / donde un domingo paseando también tuve amores. Bienvenidos mis apreciados y rítmicos lectores a esta edición la cual iniciamos con las dos primeras estrofas de la canción Mi Puerto Cabello; letra del poeta, compositor y músico venezolano de ascendencia italania Italo Pizzolante (02/12/1928 Pto. Cabello, Edo. Carabobo – 12/03/2011 Valencia, Edo. Carabobo) y que fuera magistralmente interpretada, nada más y nada menos, que por “El Bolerista de América” Felipe Pirela (04/09/1941 Maracaibo, Edo. Zulia – 02/07/1972 San Juan de Puerto Rico). Yo nací en esta ribera / del Arauca vibrador, / soy hermano de la espuma, / de las garzas, de las rosas, / soy hermano de la espuma, / de las garzas, de las rosas / y del sol, y del sol. Imposible no sentir una emoción y sentido de venezolanidad al escuchar esta hermosa canción, cuya primera estrofa acaban de leer, o cantar, Alma Llanera; obra del gran compositor y músico venezolano Pedro Elías Gutierrez (14/03/1870 La Guaira, Edo. Vargas – 31/05/1954 Macuto, Edo. Vargas), ésta canción se escuchó por primera vez un 19 de septiembre de 1914 y se popularizó de tal forma que se convirtió en nuestro segundo himno nacional. Y refiriéndome a nuestro glorioso Himno Nacional Gloria al Bravo Pueblo; cabe destacar que un 17 de septiembre muere fusilado en Puerto Cabello (atando cabos con el inicio de la edición) el médico, periodista y escritor patriota Vicente Salias (23/03/1776 Caracas, Dto. Capital – 17/09/1814 Pto. Cabello, Edo. Carabobo), autor de la letra de nuestro Himno Nacional; como dato curioso antes de su ejecución Vicente Salias exclamó: “Dios omnipotente, si allá el cielo admite a los españoles, entonces renuncio al cielo”.


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