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Ecoetiquetado de bienes y servicios para un desarrollo sostenible
Se trata de una certificación de carácter voluntario, cuyo propósito es promover la protección del medio ambiente y de los consumidores, premiando a aquellos bienes y servicios que, desde una perspectiva holística, son beneficiosos para el medio ambiente y, al mismo tiempo, cumplen altos estándares en términos de protección de la salud del consumidor. Los productos que deseen obtener la certificación, y por lo tanto, emplear la etiqueta ecológica Blue Angel deben cumplir los siguientes criterios generales: 1) tener el menor impacto negativo posible en el medio ambiente; 2) ayudar a conservar los recursos durante la producción; 3) requerir menos recursos, tanto en su uso como en su eliminación; 4) no contener substancias que dañen la salud y el medio ambiente; 5) desarrollar sus funciones a un alto nivel (Blue Angel, 2008). Esta etiqueta ecológica cuenta con el apoyo de diferentes organismos: el Ministerio Federal para la Conservación de la Naturaleza y la Seguridad Nuclear, al propietario de la etiqueta; la Agencia Medioambiental Federal, que tiene la misión de desarrollar los criterios técnicos a partir de los cuales se obtiene la certificación; la agencia RAL gGmbH, que es la responsable de gestionar la concesión de los premios; además hay un jurado, compuesto por representantes de diferentes grupos de interés (asociaciones de consumidores, ambientalistas, sindicatos, autoridades locales, la Iglesia, científicos, los estados federales y diferentes sectores industriales), encargado de decidir qué productos se premian con la ecoetiqueta. Este jurado consta de 15 miembros, de cuales 13 son propuestos para un período de tres años por el Ministro Federal de Medio Ambiente, en colaboración con el presidente de la conferencia Federal de Ministros de Medio Ambiente.
1.2.2.5. La etiqueta ecológica del Forest Stewardship Council (FSC) El FSC es una organización internacional sin ánimo de lucro situada en Washington D. C. y con oficinas en más de 40 países. La celebración de la “Cumbre sobre la Tierra” de Río de Janeiro en 1992 sirvió de plataforma a este organismo, cuyo nacimiento se produjo en 1993. Su principal objetivo es promover la gestión responsable de los bosques, de modo que exista un mercado de productos forestales en el que se garantice que los bosques son gestionados con prácticas medioambientalmente responsables, socialmente equitativas y económicamente viables (FSC, 2007). Para lograr este objetivo, el FSC se encarga de analizar tanto la gestión forestal como todas las fases por las que los productos forestales pasan, desde la obtención de la madera hasta la distribución al consumidor final. Aquellos productos que cumplen los criterios establecidos por el FSC (basándose en los principios de