Revista "Las Majadillas" nº 1

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Volumen 1 Numero 1

29 Setiembre 2013


GUISANDO - Curiosidades del CATASTRO de ENSENADA Hasta ahora sabíamos algunas cosas sobre el primer catastro serio que se realizó en España por obra del Marqués de la Ensenada en el siglo XVIII. De ahí conocimos que el lugar de Guisando en 1752 era una aldea de Arenas perteneciente al señorío de la Duquesa del Infantado. Que tenía una dehesa boyal propiedad de todos sus vecinos donde pastaba su ganado de labor y que compartía con Arenas y otros pueblos tierras comunales. En Guisando había huertos, prados, se sembraba trigo, lino y centeno, existían viñas, olivares, castañares y otros frutales de propiedad particular. Entre fincas privadas y la dehesa boyal había unas 2100 fanegas en total (900 hectáreas aproximadamente). Había 2 molinos de harina que no molían en verano por falta de agua, 2 eras empedradas, unas 300 colmenas, 90 reses vacunas, un millar de ovejas, unas 3000 cabras, 450 cerdos y unas 40 caballerías. En el pueblo vivían 460 personas y había 125 casas, todas habitadas menos una, 3 hornos y 20 casas o majadas de campo. La mayor parte de los vecinos eran labradores y jornaleros, unos 60, y una veintena larga de ganaderos y pastores. Pues bien, examinando los libros con los que se realizó el catastro, podemos descubrir e interpretar a continuación algunas otras cosas interesantes, sin ánimo de aburrir con datos. La realización del catastro en Guisando se realizó a finales de 1751, fundamentalmente en 1752 y parte de 1753 para aclarar algunos aspectos de la información recogida. Fue llevado a cabo por funcionarios de la provincia de Toledo, a la que Guisando pertenecía. Se inició con un requerimiento a todos los vecinos del lugar de Guisando para que en el plazo de 6 días se presentara en Arenas cada uno con una relación jurada que contuviera su nombre, datos familiares, edad, oficio, propiedades de casas y fincas, su ubicación, distancia al pueblo, linderos, sus ganados y los préstamos que tuvieran. Entonces las autoridades del Concejo de Guisando dependían de la Villa de Arenas y formaban parte de ellas un alcalde ordinario, un regidor (concejal) y un procurador síndico general (defensor de los derechos del concejo). Se nombraban para cada año natural y consideramos que no debían ser cargos muy apetecibles, porque tal como está documentado, no cobraban por su trabajo concejil y además cada año se cambiaban como demuestra que en 1751 era alcalde Juan Plaza, en 1752 Pedro González y en 1753 Francisco Jiménez Millán -Corral. Como los vecinos de Guisando en los 6 días de plazo que tenían, no debieron presentar la información requerida, el responsable del catastro les concedió otros 4. Debió enfadarse un poco porque les advirtió muy seriamente de que procedería a sancionar con todo el rigor de la ley a aquellos que no cumplieran. De aquí podríamos deducir que muchos vecinos no sabrían escribir o que no dieron mucha importancia al catastro, por lo que no hicieron la relación de sus bienes con la celeridad precisada. Hemos comprobado por ejemplo que en El Hornillo o en El Arenal los vecinos sí facilitaron sus relaciones en documentos aparte, así que a los guisanderos probablemente debieron ayudarles los funcionarios a cumplimentar sus datos. Para realizar el catastro se nombraron a dos peritos “idóneos e inteligentes” de Guisando para cotejar las propiedades declaradas. Éstos juraron sus cargos ante un cura en Arenas. Los elegidos fueron: Pedro Serrano mayor, de edad 70 años, pastor de profesión y que además debía vivir bastante de las castañas, porque tenía un corral exclusivo para almacenarlas al tener 19 castañares con más de 400 castaños en total; y Pedro Serrano de Domingo, de 34 años, fiel de fechos (el que controla los pesos y medidas del pueblo, y distribuye los granos y semillas del pósito para aquellos vecinos que les hace falta). Éste además es el maestro del lugar, y el Concejo de Guisando le paga por ello. Pensamos que las clases las impartiría en su casa de la esquina de la Canchuela, y allí también estaría el almacén de granos. Asimismo tiene un horno propio en dicha casa, arrendado a Juan Tiemblo (¿será el de “la parra el horno”?). Económicamente marchaba bien porque tenía criada al igual que otras 14 familias. En 1752 también era procurador síndico general del concejo, y junto a su otro compañero perito, eran de los pocos que sabían firmar del pueblo, e incluso lo hacían en nombre de alcaldes y concejales. Así que para ser autoridad local no hacía falta saber poner rúbricas ni escribir, como ya hemos comentado anteriormente.


Los dos técnicos seleccionados junto a un funcionario comprobaron las fincas declaradas por los guisanderos. Del cerca del millar de terrenos cotejados, descubrieron una decena que a los vecinos se les había “olvidado”. Luego un maestro de carpintero de Arenas revisó también todas las casas declaradas. Las viviendas haciendo una extrapolación a día de hoy y considerando que 1 real de vellón, la moneda de entonces, aproximadamente podría valer 15 euros, nos indican que estaban tasadas entre 3000 y 25000 euros. Hay que tener en cuenta que entonces las construcciones eran de adobe, piedra y madera y no tenían ningún tipo de instalación. Las maderas y piedras se podían obtener gratuitamente del monte público o concejil por lo que el coste de una edificación era la mano de obra, las tejas y poco más. El vecino Manuel Rodríguez Bernardo era el que poseía más casas: dos y la mitad de otra. Y aunque era jornalero, tenía 2 criados, 29 cerdos y 24 colmenas. A las autoridades guisanderas se les obligó a jurar que no habían hecho ningún regalo o algún tipo de cohecho a los funcionarios que realizaron el catastro. También un empleado público se presentó en Guisando a leer los documentos cuando estuvieron elaborados por si había alguna reclamación, que no la hubo. Lo hizo en la puerta de las casas del ayuntamiento, porque éstas amenazaban ruina. Así, en la puerta, se celebraban habitualmente las reuniones del concejo a toque de campana. Es curioso, en las relaciones no se nombran dichas casas como bien concejil, sino solamente la dehesa boyal. Cuando 8 años después, en 1760, Guisando se separa de Arenas, también se mencionan estas casas y se coloca el rollo de justicia en frente, por lo que suponemos que al menos allí habría un local para el concejo, aunque de deficiente construcción. Es seguro además que donde hoy está el ayuntamiento en aquel tiempo había viviendas particulares. Otras informaciones obtenidas de la documentación son por ejemplo que en Guisando había unas 110 familias y una treintena de huérfanos menores de edad (de menos de 25 años). Como media cada unidad familiar estaría compuesta de un matrimonio donde el marido sacaría más de 6 años a su esposa y tendrían 3 hijos. De 460 habitantes tan solo 16 personas superaban los 60 años (un 3%), y la mayoría eran hombres, por lo que a partir de los 50 años uno ya engrosaría la tercera edad. El vecino más mayor era Matías Delgado con 84 años y la guisandera más longeva Juana Iglesias con 70. ¿Las mujeres estarían más trabajadas? Sin embargo la chiquillería de Guisando, o menores de 16 años, eran nada menos que 214 (46% del total). Cada familia tendría como media una vivienda de dos plantas en propiedad en el pueblo. La mejor casa era la de Juan Plaza (alcalde en 1751 y del que hablaremos otra vez más adelante), de unos 370 m2 en total y que estaba en frente de lo que actualmente conocemos como biblioteca y a veces oficina de turismo. También cada familia tendría unas 10 fincas: un huerto dentro de la población o en las cercanías, un prado y una tierra de regadío; tres tierras de secano (que algunas de ellas serán actualmente pinares), una viña y tres castañares. Olivares como los conocemos hoy día no existían apenas. Había algunas olivas dentro de las viñas. Las tierras exclusivas de olivares, que eran pocas, estaban fundamentalmente en las “Viñas Abajo” (calle actual de la Travesía y zona de los Cercados). En la zona sur del término del pueblo (Herrezuelas, los Lazos, Casa Solana, Martín Frías, Arro Lapuente, Dehesillas o Jesillas…) estaban la mayoría de las casas de campo, prados, y las tierras de regadío y de secano. También había prados, tierras de regadío y de secano en la Casilla y Enjambradero, Los castañares ocupaban la Siruela, las Tejedillas, “San Sebastián” (al lado del anterior sitio), la Rinconada, “el Raigal” (Regal), las Campesinas, el Carquesal, el Barrero, la Canal, el Arromalillo, el Ascua, “las Casas de Abajo” (las Escardabajos), la Fontanita, el Portezuelo, el Pocito, los Quejigos,” lo de Cestero” (Cesteros), los “Cuevos” o Puentecilla, el Jerrón, el Guijo, el Cobacho, el Jusero, “la Lobera” (por encima del anterior sitio), la Joya, la Llaná, “las Borriquilla”s (a la izquierda de los anteriores) y la Cuba. Actualmente los castaños han sido sustituidos por olivares, frutales y pinares. Las viñas se encontraban casi todas en las Cornatillas, donde había 70, y en “las Dehesas” (la Parrilla), con 40, ambos sitios de Arenas actualmente. Además los guisanderos tenían alrededor de otras 35 fincas en otros términos también de Arenas como “Arroltejo” (Arrontejo), Canchalejos, Arbillas y el Torno. Desconocemos el lugar donde estarían situados otros sitios que aparecen en la documentación como “la Barranca, lo de Machero, las Gamellas, Sapito o las Salegas”. También había una veintena de enclavados, es decir, fincas particulares con todas


sus lindes dentro de las tierras concejiles o comunales. Todas estas fincas particulares tendrían que haber demostrado muchos años después, lo que va de 1860 a 1925, que los guisanderos tenían muchas propiedades por todo el término, al lado y dentro del monte público, y haberse evitado un juicio larguísimo sobre el deslinde del monte comunal, por el que las autoridades forestales negaban esas propiedades. Aunque afortunadamente se solucionó. Un burro o caballo no había en todas las casas. Sin embargo había una media de 3 cerdos en cada una. Francisco Corral poseía 66 “guarros”, se dedicaba a ellos y probablemente los criaba en la Herrezuela donde tenía casa de campo y finca. Casi todos los labradores eran dueños de un par de bueyes (sobre todo para arar), Santos Hornillo poseía 45 vacas y debería tenerlas en “Martín Báñez” (Martibáñez) donde era propietario de 6 fanegas de tierra. Existían 13 rebaños de ovejas y el más numeroso era el de Juan Plaza con 232 “borras”, el cual seguramente sería el hombre más rico del pueblo con 2 viviendas, 3 casas de campo, 47 fincas, 4 bueyes, 2 caballos y 2 novillos. A su vez tenía el honor de ser el mayor colmenero con 77 enjambres. Sólo tenía una hija de 16 años. Buen partido; En cuanto a las cabras, decir que en los documentos se reconoce que el terreno de Guisando es el más apto para este ganado y existen 31 piaras y la cuantiosa es la de Pedro Serrano mayor, perito para el catastro, con 310 cabezas a las que atienden dos hijos suyos. En general las cabras pastaban en las tierras comunales que tiene Guisando con Arenas y otras villas y aldeas. Curiosamente solamente se declaran 4 enramadas para tanto rebaño caprino en los Quejigos, en el Guijo, en el Carquesal y en “el Título” (Títole). Para el resto del ganado no se declara ningún habitáculo a excepción de una zahúrda en Llera y 3 caballerizas en el pueblo. Las gallinas no se tuvieron en cuenta. Así que en las viviendas en la parte baja habitarían las gallinas, los cerdos, los burros o caballos (solo había un mulo) y alguna cabra u oveja. Como hasta no hace mucho.

En cuanto al pueblo, decir que en Guisando generalmente las calles no tenían nombre. Los vecinos aludían a la calle “Alta” (los Parrones), la calle del “Medio” (la Plaza actual antes denominada el Puente), y la calle “Baja” (Mercadillo). Las calles de la Majadilla, la Canchuela, el Altozano y el Barrero (ésta con apenas 3 casas) conservan su misma denominación. La calle de la Iglesia también suponía parte de la del Castañar. La calle que llamaban de “las Carretas” era todo el recorrido desde Llera hasta Carrera, pasando por toda la Cimera de la Fuente (sólo en el pueblo estaba la Fuente Chica). Esta calle se confundía con el Altozano y la Majadilla, cruzaba el río Pelayos (donde más arriba había una “puente vieja”) y pasaba a denominarse “el Camino Real de las Carretas”, del que luego salía otro a “la Villa del Hoyo” (Poyales), que no coincidía con la carretera actual. Desde las fincas de la parte norte del Barrero partía el “Camino del Risco del Galayo”, atravesando el Carquesal y el Guijo. La calle Carrera, el Llano y el Castañar estaban llenas de huertos y al paraje de las dos últimas se las conocía como “las Viñas”. De este sitio partía precisamente el camino a la Villa de Arenas y a El Hornillo desde la Canal. También había huertos en “el Jugadero” (la zona entre la iglesia y el río). Éstos se iban transformando en castañares al llegar al sitio de San José (el Barrio Nuevo y su parte norte), donde por cierto ya existía la ermita, y tenía un “cimenterio” al igual que la iglesia.


Ya hemos dicho que la mayoría de los guisanderos eran jornaleros y pastores, que ganaban 2,5 reales de vellón diarios, y labradores y ganaderos, que ganaban 3 al igual más o menos que el resto de oficios. No habría jornales todos los días. El cirujano era Pedro Rodríguez Carvajal, que a pesar de ganar un buen sueldo de 1100 reales anuales y trabajara castañares de otros vecinos, tenía una casa inhabitable en el Altozano. Quizá no la reparaba porque tenía 8 hijos; Había 3 tejedores de lienzo, que serían sobre todo de lino: Juan García de Pedro, Manuel Vadillo y Matías Jiménez. Aserradores de madera eran 2: Domingo Hornillo y Domingo Nieto. Es evidente que la industria posterior alrededor del pino no había llegado todavía. Bartolomé de Lorenzo era el sastre y debería trabajar en su casa de la calle “Baja”. Francisco Hornillo tenía su herrería en frente de la iglesia. La carnicería era de Manuel Fraile y estaba en la calle Baja pegada al arroyo, hacia el Puente de Abajo según se va al Rollo, y cerca tenía un corral de piedra. La poca carne que vendía era de cabra fundamentalmente. Los labradores Juan Vadillo y Lorenzo Jara mayor tenían una era cada uno en la Herrezuela y en los Lazos, respectivamente. Nos parecen pocas. José Guijo poseía un molino harinero en la Rinconada y Francisco Hernández del Arroyo en la Dehesa Boyal (sabemos que había un molino en el Regal pero desconocemos si sería el mismo). La cuarta parte de dicho molino era de Pedro Rodríguez Bernardo. Por cierto, éste era el sacristán y adinerado porque cobraba un sueldo por ello y además llevaba la única abacería del pueblo (tienda de comestibles) y la única taberna. ¡En Guisando sólo una taberna! (claro que todos los vecinos tenían viña) Ambas estaban en la calle “Alta”. También había dos mesones que solo funcionaban en la época de las castañas por el mes de octubre. Uno era de Luis Rodríguez Bernardo, el viudo más joven con 32 años y 4 hijos, y suponemos que tenía el mesón al lado de la iglesia viniendo de la calle del Llano, y el otro de la viuda Josefa Vaquero, al principio de la calle de la Iglesia según se viene de la Plaza. El horno-panadería era de la viuda Ana Plaza, y creemos que estaba en lo que hoy hay un bar en el puente del arroyo, en frente del horno de la Canchuela. También había otro horno por debajo de la Majadilla propiedad de Simón González de cara a su casa. Asimismo sabemos que había estanco pero cada temporada lo llevaba un vecino distinto. Como otras curiosidades de los guisanderos de entonces podríamos decir que ninguno se declaraba pobre de solemnidad, aunque el matrimonio de José Moreno y María Ramos de 26 y 32 años respectivamente la única posesión que tenía era un cerdo (toda una riqueza). Que sólo uno, Francisco González de la Plaza de 30 años, debía tener una discapacidad importante porque se le reconoce como “impedido” y vivía con la familia de su hermana. Que la viuda más joven era Josefa Delgado de 30 años y tenía 2 hijos. Que casi todas las menores huérfanas tenían casa propia, y sin embargo los menores huérfanos ninguno tenía vivienda en propiedad. Que el soltero con más capital era Bartolomé de Fernando de 20 años, que tenía 9 fincas y 20 ovejas, pero era menor de edad…


Y por último, las cuestiones religiosas. El cura del lugar era un carmelita calzado nombrado a voluntad del vicario de Arenas, y que por otras fuentes conocemos que de 1752 a 1757 fue fray José Bretón del Río del orden de Nuestra Señora del Carmen Calzado del santo desierto del Piélago, y que disponía de una casa en la parte de arriba de la Majadilla. La parroquia tenía 3 prados, 2 castañares y un olivar en “el Jugadero”. Dentro del término actual de Guisando había fincas que eran de capellanías, es decir, donaciones de vecinos para que los frutos de éstas se dedicaran a misas para la salvación de los donantes. Además en el pueblo existían 6 cofradías: la Sacramental, la de San Sebastián, la de San José, la de la Santa Cruz, la de Nuestra Señora del Rosario y la de Ánimas (la mayoría existían desde principios del siglo XVII), que tenían entre todas 34 fincas, casi todas castañares, regalos de cofrades difuntos. Tanto la iglesia, como las capellanías y las cofradías arrendaban sus tierras. Además entre la parroquia y estas hermandades tenían la obligación de dar 133 misas y realizar 86 procesiones anuales (cada 4 días un desfile, suponemos por encima de la manzana de la iglesia), que cobraban, según la carga que tuvieran encomendada algunas fincas particulares en los testamentos de sus propietarios (era una buena fuente de ingresos para el cura y el sacristán y extrapolando los precios es como si hoy se pagara entre 10 y 50 euros por misa). En el caso de las cofradías también tenían la obligación de pagar una misa por cada miembro que fallecía. Además estas instituciones religiosas prestaban dinero, se supone que a sus cofrades, para adquirir fincas y casas. Sobre 5 viviendas del pueblo y la panadería recaía un préstamo, con un tipo de interés aproximado del 3% anual. También había fincas que habían recibido dinero prestado de los padres agustinos y de las monjas de Arenas. El jornalero Francisco Retamal era el más endeudado del pueblo, con 4 créditos de 624 reales en total (unos 9500 euros) para otros tantos terrenos. Seguramente querría prosperar para ser labrador y dejar de ir a jornal. Por lo general los préstamos no eran muy elevados y a precios actuales podríamos considerar que se prestaban entre 500 y 5000 euros para adquirir propiedades. Cabría preguntarse, o investigar, si en la actualidad quedan fincas propiedad de la parroquia o de las cofradías en el término de Guisando, si se vendieron voluntariamente o se desamortizaron, o si pasaron a engrosar el monte común, o si alguno se apropió de ellas. O una combinación de todo lo anterior. Fernando Palacios


"Guisando: Plano del lugar en 1752" Plano de GUISANDO realizado por Fernando Palacios siguiendo la informaciĂłn recogida en el Catastro del MarquĂŠs de Ensenada


FIESTA DE SAN MIGUEL EN GUISANDO

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Fotogr


rafía de Otto Wunderlich - 1929

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hace 84 AÑOS


NUESTROS PUEBLOS:

GUISANDO (Avila)

Ven, conóceme. Siente, respira, embriágate de todo lo que te puedo ofrecer. Mi nombre es Guisando, un pequeño pueblo situado en la ladera Sur de la Sierra de Gredos. Te invito a que hagas de tu visita un recuerdo grato e inolvidable. Conoce mis gentes, quizás al principio un poco escépticos, pero son gente sencilla y acogedora. Siéntete como en tu casa, en plena naturaleza, respira este aire puro que te puedo ofrecer; tu cuerpo y tu mente lo agradecerán. Embriágate del pulmón que me rodea de verdes pinos, esbeltos cerezos y extensos olivares; de mis aguas cristalinas, del cielo azul que cubre la inmensa Sierra que la embellece y realza. Me atrevo a sugerirte los pasos por nuestros fogones que son varios y ricos, ofreciendo cocina tradicional de este bonito rincón de España, seguro que te gustará. Puedes refrescarte en las claras y transparentes aguas del Río Pelayo y calmar tu sed en la frescura de mis muchas fuentes. Pero por favor, CUIDAME Y RESPETAME para que cuando vuelvas a visitarme con tu familia y/o tus amigos ellos puedan disfrutar de MÍ como disfrutaste tú. TE ESPERO, VISITAME. Inmaculada Garro. Publicado por JOYANCO en el blog GUISANDO 100 X 100 el 04 Agosto de 2007


PROGRAMA DE FIESTAS DE SAN MIGUEL 2013

27 de Septiembre, Viernes 18:00 Horas - Proyección “GREDOS, MONTAÑAS DE VETTONIA” de Alonso de la Calle Hidalgo. Exposición de fotografías “ROSTROS Y RASTROS EN FEMENINO” de José Ortiz Echagüe. Organizado por las monitoras en la “Casa del Parque El Risquillo” 20:00 Horas - Salida de CABEZUDOS en la plaza. 23:00 Horas - Gran Verbena con la Orquesta CONEXIÓN.

28 de Septiembre, Sábado 10:00 Horas - Chocolate con churros en la plaza con la colaboración de las peñas Los Demonios, Guisando’s Land y Raro No, ¡Único!. 12:00 Horas - CHARANGA Y ENCIERRO ECOLÓGICO “Los Segovianos” en la plaza. 13:00 Horas - Charanga por las calles del pueblo hasta las 18:00 horas. 14:00 Horas - Migas con Huevos Fritos en la plaza por gentileza de La Asociación de Jubilados y Pensionistas de Guisando 18:00 Horas - Juegos Populares en la plaza organizados por las peñas Los Demonios, Guisando’s Land y Raro No, ¡Único!. 20:30 Horas - CABEZUDOS en la plaza. 23:00 Horas - Gran Verbena con la Orquesta BERLÍN.

29 de Septiembre, Domingo 09:00 Horas— Diana Floreada por la gaitilla “Ecos de Gredos” 12:00 Horas— Misa Solemne en honor a SAN MIGUEL. A continuación la Cofradía de San Miguel invitará a dulces y limonada. 15:00 Horas - CALDERETA para todos los asistentes en la plaza. Postre donado por Salones de Bodas Carrinton - Arenas de San Pedro

19:00 Horas - Grupo de Baile Español y Flamenco de ANA RODRIGUEZ con la colaboración de Panadería Belmonte. 20:00 Horas - Coplas KARMEN RIVERO A continuación RAYTON SHOW y FIN DE FIESTAS.


Canción: Los Galayos Por los caminos de Gredos… baja una linda serrana con un cántaro de leche… leche recién ordeñada. Anda, y siéntate a mi lado, que yo te quiero contar… el amor que por ti paso, anda y siéntate a mi lado. En los Galayos al despertar, veo en lo alto el sol brillar. Qué hermoso está mi cabrero… con su cuerna y el morral, cuando lleva las cabrillas… al monte, para pastar. Anda, y siéntate a mi lado… En los Galayos al despertar… Las serranas de Guisando… cuando bajan a las fiestas, con su pañuelo y refajos… se van a bailar rondeñas. Anda, y siéntate a mi lado… En los Galayos al despertar… Eres serranita hermosa… como nieve no pisada, como paloma en su nido, como luz de madrugada. Anda, y siéntate a mi lado, que yo te quiero contar… el amor que por ti paso, anda y siéntate a mi lado. En los Galayos al despertar, veo en lo alto el sol brillar. En los Galayos al despertar, veo en lo alto el sol brillar. María Inmaculada Garro 2012

Canción: LA PRIMERA ENTRADITA QUE EL AMOR TIENE (Canción antigua de ronda o de corro y también romance pastoril con diferentes versiones en Castilla, Extremadura, Andalucía o Canarias, incluso conservada por los judíos sefarditas. Marciano Tiemblo Blázquez (Nano) recuperó la variante guisandera)

(Hombres): La primera entradita que el amor tiene santas y buenas noches tengan ustedes que al acercarse a ella más al oído la dice ricachona: ¿qué tal te ha ido? (Mujeres): -Y a mí me ha ido bien te doy las gracias preparadas te tengo las calabazas (Hombres): -Y esas calabacitas no las entiendo que me han dicho que tienes amores nuevos (Mujeres): -Y esos amores nuevos te han engañado te han puesto la cabeza de medio lado (Hombres): -Que a mí no me la vuelven tan fácilmente como la tengo ahora la tengo siempre. (Mujeres): -Cuando vienes a verme vienes tan tarde que me estoy desnudando para acostarme (Hombres): -Si te estás desnudando vuélvete a vestir bastantes malos ratos paso yo por ti. (Mujeres): -Si pasas malos ratos me los perdonas que vas a ser el dueño de mi persona (Hombres): -Si voy a ser el dueño de tu persona levanta y dame un beso blanca paloma. (Todos): Besos de amor, besos de amor besos de enamorados, es la forma que tenemos de besar los de Guisando. Besos de amor, besos de amor besos de enamorados, es la forma que tenemos de besar los de Guisando


GUISANDO 1926 - Autor desconocido - Calle del Ayuntamiento


GUISANDO: GRANDES FOTÓGRAFOS - LOTY

El archivo fotográfico Loty fue creado en Madrid en 1927 a iniciativa de Concepción Ló-pez, representante y editora, y del comerciante de papeles heliográficos y editor de fotografías Charles Alber-ty Jeanneret. Ambos contrataron al fotógrafo portugués António Passaporte, que entre 1927 y 1936 tomó imágenes de vistas urbanas, monumentos, paisajes y tipos populares de toda España, principalmente para su comercialización en tarjetas postales. El archivo estuvo originalmente constituido por 12.000 placas de vidrio de formato único (10 x 15 cm.), junto con sus correspondientes copias de época organizadas en álbumesmuestrario. A finales del siglo XX los propietarios del archivo fragmentaron la colección para proceder a su venta en lotes, con destino a coleccionistas particulares e instituciones públicas de carácter autonómico y local. El Ministerio de Cultura frenó este proceso de disgregación del archivo en 2002, mediante la adquisición de todos los fondos que quedaban por vender y su ingreso en el Instituto del Patrimonio Cultural de España: 7.255 placas de vidrio con sus correspondientes positivos dispuestos en 23 álbumes. Dada su extraordinaria calidad técnica y artística, las fotografías del Archivo Loty constituyen un bien cultural en sí mismo, además de un fondo documental y antropológico de notable valor y relevancia. Antonio Passaporte (1901-1983) , hijo de Joao Pedro Braga Passaporte, fotógrafo que trabajó para la Casa Real portuguesa, se estableció en 1924 en Madrid, a donde llegó con un contrato de los Laboratorios Cinematográficos Madrid Films, tal y como se indica desde el Archivo Fotográfico Municipal de Lisboa, institución que dispone en la actualidad de una colección de casi 14.000 negativos del fotógrafo portugués, con imágenes de los años 1940 y 1950, resultado de diferentes encargos de la Cámara Municipal de la capital portuguesa y de la colección adquirida en 1997 y 1998 a Rodolfo Passaporte, hijo del socio de Loty. Antonio Passaporte relato su relación con la Casa Loty en el capitulo ‘Fotografo de monumentos’ de sus ‘Memorias de la Guerra Civil Española’, un manuscrito conservado por sus descendientes y amablemente cedido para esta publicación. “Dos años después de trabajar en Madrid-Films, en 1926, por mediación de mi hermano Bernardo, entraba a trabajar para la firma denominada Charles Alberty & Cia. Esta firma se dedicaba a la fabricación de papeles heliográficos y simultáneamente era representante de papeles fotográficos. Mi sueldo era superior al que estaba ganando; de diez pesetas diarias, pase a ganar cincuenta más el 3% del valor de la mercadería vendida por mí y tenía un pase kilométrico para mis viajes. Durante estos viajes, siempre que tenía tiempo, hacía algunas fotografías de paisajes y de monumentos. En estas condiciones, mi misión de viajante se vio poco a poco aumentada con la dedicación a la fotografía turística, orientado por Charles Alberty. La intención era fomentar el turismo en España, una iniciativa que me entusiasmó, predestinado tal vez por mi apellido [Passaporte], documento que era indispensable para todo turista. Alberty me puso al corriente del valor turístico de las postales, pues me enseñó algunas variadísimas, hechas en Francia por un especialista, un verdadero artista en sus composiciones que firmaba sus trabajos como Ivon. De hecho, el encuadre era maravilloso, haciendo destacar del infinito los primeros planos. Alberty adquirió una máquina fotográfica 10×15, marca ICA, con la que inicié este género de la fotografía, al mismo tiempo que visitaba la clientela de papeles heliográficos y fotográficos. Cuando algunos meses después ya existía una buena serie de clichés y respectivas copias, tanto de exteriores como de interiores de iglesias y de palacios, se hizo una selección, ampliada a 30×40 y se expuso en un salón adecuado para que el publico pudiese apreciar las maravillas de paisaje y monumentos de España.


La exposición fue muy apreciada y mereció las mejores referencias de cuantas entidades allí estuvieron. El gobierno del general Primo de Rivera, que fomentaba el desarrollo de las industrias, la agricultura y las artes, adquirió todo el trabajo expuesto y lo utilizó en exposiciones que se hicieron de acuerdo con las embajadas de España en varios países, siendo distribuidos al mismo tiempo folletos alusivos a los aspectos representados”. La firma Loty obtiene el 22 de noviembre de 1927, de la Intendencia General de la Real Casa y Patrimonio –según se indica en las memorias de Antonio Passaporte– la primera credencial a nombre de los dos socios para fotografiar interiores y exteriores de los jardines y dependencias del Real Sitio de Aranjuez, lugar de veraneo de la familia real, comprometiéndose a entregar una copia de cada cliché, lo mismo que sucedió para poder fotografiar otros palacios monumentos. El negocio de la fotografía siguió creciendo y Passaporte señala la realización de “otras exposiciones, tanto en España como fuera del país, en las que se ganaron algunas medallas, tanto de plata como de oro, que se quedaron en poder de la firma de Alberty”. Además de las fotografías destinadas a postales turísticas, la Casa Loty se dedicó al género religioso. En enero de 1929, en una carta remitida por C. [Concepcion] López, la esposa de Charles Alberty, al cura párroco de San Martín de Valdeiglesias (Toledo) se ofertan “nuestros trabajos de fotografía en estampas religiosas de diversos tamaños”, al tiempo que la posibilidad de “hacer alguna reproducción en tarjetas o estampas de la imagen más venerada de la localidad”. Concha López no sólo participaba activamente como trabajadora de la empresa, sino que las dos primeras letras de su apellido, unidas a las ultima silaba del apellido del fotógrafo francés configuraron el sobrenombre Loty, la firma con la que se rubricará toda la obra fotográfica y bajo la que figurarán el resto de sus actividades empresariales. Así, una factura fechada en Madrid, en noviembre de 1932, significa la existencia de ‘Editions Loty’ dedicada a la edición de postales artísticas de Francia y del extranjero y domiciliada en Burdeos, extremo que no ha podido ser confirmado hasta la fecha, ya que desde el Archivo Municipal de Burdeos se asegura que “de Editions Loty, en el 9 de la Rue Laville de Burdeos, no existe rastro en las guías de la época”. También en los años 30 la fábrica de papel ferro-prusiato y heliocrom con domicilio en el numero 39 de la calle de Silva de Madrid, se llama Loty. “El seudónimo –escribió Passaporte– dio origen a que en muchas ocasiones pensasen que este era mi nombre, ya que yo era el autor de todas las fotografías. Era conocido como el ‘señor Loty’, aunque en las credenciales siempre figuró el apellido Passaporte”. Los libros de cuentas de la Casa Loty llegan hasta el año 1936. Las memorias de Antonio Passaporte nos acercan de nuevo lo ocurrido. “Iniciada la Guerra Civil, la firma Alberty & Cia tuvo que cerrar. Carlos Alberty y su esposa regresaron a Francia”. Passaporte quedó al frente de la Casa Loty, pero no eran buenos tiempos para el negocio. El fotógrafo portugués encontró un trabajo en ‘Abastos’ y más tarde se alistó a las Brigadas Internacionales e inmortalizó con su cámara el devenir del frente en la Sierra de Guadarrama. Al finalizar la guerra española, la editorial de postales Arribas, de Zaragoza, le ofrece trabajo a Passaporte, pero el fotógrafo ya ha decidido regresar a Portugal. Arribas le propone entonces adquirir las postales de la extinta Casa Loty. La operación se materializa finalmente. Una vez en Lisboa, Antonio Passaporte continuó hasta su muerte, en 1983, al frente de su negocio de edición y venta de postales. Passaporte ha recibido en Portugal, aunque después de su muerte, un merecido reconocimiento por parte de algunas instituciones. Los ayuntamientos de Lisboa, Oeiras y Evora han organizado diferentes exposiciones y en las dos últimas una calle con su nombre rinde tributo al fotógrafo que, a través de sus postales, contribuyó a promocionar la imagen turística del país vecino. Texto extraido de: Sesenta años en el olvido. Isabel Barrionuevo Almuzara

En Guisando hizo un explendido trabajo fotográfico del que actualmente se conocen 18 fotografías, publicadas recientemente en una revista por JOYANCO.


FotografĂ­a de Luis Nueda, publicada por ABC en 1914


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