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La Derecha y sus Enmiendas
acumulaba fragmentos de todos los “ismos” posibles en sus lecturas parciales de la realidad (indigenismo, veganismo, animalismo, latinoamericanismo, feminismo, regionalismo, etc.) No es que esas propuestas fueren impugnables por sí mismas; sino que, de tanta fragmentación, se perdían las oportunidades vitales del país, desdibujando la noción de que la Constitución no es el lugar de todas las respuestas para siempre, sino que es el procedimiento que nos permite encontrarlas de vez en cuando, unas hoy, mañana otras, con el pluralismo democrático central para ir en variadas direcciones.
El espejo republicano de las enmiendas obliga a éstos a hacerse cargo de su autoría. Deben explicarnos qué pensaban al formularlas. Pero hay en ellas que nos permiten indicar que no son precisamente un espejo roto. Muestra una imagen nítida, y ese es su problema principal. Son parte de un plan complejo, excluyente, y no constitucional. Complejo, porque quiebran consensos de las discusiones públicas de las décadas democráticas. El 89 es impugnado, porque retroceden en la posición de los tratados internacionales en el orden interno, mandatada por el actual Artículo 5° de la Constitución. Impugnan el feminismo blando que se trazaba desde las reformas de 1999, y que adquirió una nueva dimensión política con las cuotas electorales y el principio de paridad en los años 2016, 2021 y 2023. Omiten el mínimo avance en materia de pueblos indígenas, volviendo a situar en el ostracismo la materia. Impugnan tanto cada década, como a los que participaron en ellas.
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Y justamente por lo mismo, promueven un tipo específico de exclusión. No solo no toman en cuenta los nuevos movimientos, oscilando entre ignorancia total y cuestionamiento radical. Pero, sobre todo, excluyen al mundo de los treinta años; proponen sólo un diálogo a la derecha, y a ese sector como protagonista de los acuerdos. Es la impugnación final a la derecha que pretende sustituir. Es un artefacto ingenioso para preguntarle una y otra vez: ¿Dónde estuviste cuando rechazaste la exención de contribuciones a la primera vivienda? ¿Cómo votaste el principio de focalización del gasto social? ¿Por qué no sumaste a la idea de subvención por estudiante en el financiamiento escolar, sin gastar recursos en la anquilosada educación pública, que exige financiamientos basales y otras condiciones institucionales? ¿Qué hiciste con la propuesta de integrar impuestos en la Constitución para evaluar mejor su proporcionalidad, y obtener rebajas tributarias?
Lo buscado es una sustitución, no una ruptura. Ambas derechas no rompen con el mercado de capitales, con nombre y apellido de las instituciones que lo sostienen, y para lo cual no dudan en tener normas tan claras. La institucionalidad de la que abjuran no es la de los treinta y tantos años de capitalización; sino que la de sus cargas públicas, medidas en impuestos, justicia social y lucha contra la desigualdad. Por eso, dichas enmiendas superan doblemente lo constitucional. Lo superan, porque difícilmente podríamos sostener que no incursionan en modalidades específicas de políticas públicas, reconfigurando el estado actual de cosas. Pero es probable que estas iniciativas no prosperen, salvo que entremos en la segunda dimensión de superar lo constitucional. No es un espejo constitucional, sino que realmente estamos frente a un espejismo electoral. Están estas enmiendas aquí presentes, para indicarnos cómo se desencadena la gran batalla electoral de la contienda presidencial de 2025.
Los republicanos han utilizado cada plebiscito para dar saltos electorales. Por eso no es nada descartable que se apruebe una nueva Constitución en diciembre. Porque toda la complejidad argumentativa se reduce a una sola respuesta: “a favor” o “en contra”. Es ir a los penales sin jugar el partido. Votar sin deliberar. El Plebiscito es un ejercicio reduccionista de soluciones a más de 500 problemas públicos de muy diversa entidad que regula cada Constitución, más o menos, bajo esa sola respuesta única. Y es insatisfacción garantizada, porque transforma el contrato social en un contrato de adhesión con demasiada letra pequeña.
En Chile nadie estudia las luciérnagas, pero sí se han reportado en diversas zonas del sur; entre ellas, en mi región. En medio de zonas húmedas aparecen, con su resplandor lumínico, en medio de la ciénaga. ¿Podrán esta vez asomar, dando luces sobre el camino para evitar la exclusión, la instrumentalización electoral y el reduccionismo constitucional?
Diputado Rathgeb: “Insólito que vengan ministros a la región y no se avise a las autoridades locales”

El parlamentario reprochó que no se informara la agenda de la ministra de Salud a la comunidad afectada por un ataque incendiario en Traiguén, algo que es recurrente en la actual administración donde no se escucha a las autoridades locales.
Tras el incendio que afectó a una posta del sector Aniñir en la comuna de Traiguén, la ministra de Salud, Ximena Aguilera, visitó la zona para reunirse con los vecinos que se vieron afectados por este hecho. El diputado de Renovación Nacional, Jorge Rathgeb, parlamentario por el distrito donde se registró este ataque, indicó que la agenda de la autoridad no fue informada y por ende no pudo como representante de los vecinos dialogar con la secretaria de Estado, para así coordinar acciones o abordar lo ocurrido, situación que incluso fue advertida, tomando en cuenta de las amenazas que habían recibido en la comunidad afectada. Rathgeb, puntualizó que lamentablemente este tipo de descoordinaciones de agenda no son nuevas y que precisamente ocurrió algo similar en el pasado verano en el marco de los incendios de temporada, cuando ministros visitaban la zona y no se daba ningún tipo de aviso.

El legislador comentó que esto sigue dando cuenta que, para las autoridades, no es válida la opinión del resto y que mientras menos personas sepan de la agenda, al parecer es mejor para ellos.
“Tuvimos un ataque grave en Traiguén, vino la ministra de Salud, pero no se nos informó nada sobre su agenda, cuando también era oportuno y necesario, conversar con ella, hablar sobre el hecho y coordinar acciones. El Gobierno sigue sin respetar a las autoridades locales, porque cuando fueron los incendios en el verano, vinieron ministros, subsecretarios y tampoco se avisó a los parlamentarios, lo cual demuestra que no nos
El legislador expresó su molestia porque no se le informó respecto de la agenda de la ministra de salud Ximena Aguilera quieren escuchar y tomar en cuenta a pesar de que todas las advertencias y sugerencias que les hemos hecho, lamentablemente se han transformado en una triste realidad”, indicó el diputado
Rathgeb.
El congresista espera que esto no se repita y que es un gesto mínimo que se debe realizar con las autoridades locales, que fueron electas por los vecinos.