MER_3ªEdicion

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Prueba de broncodilatación. La prueba de broncodilatación se realiza para establecer la existencia de una reversibilidad en la obstrucción al flujo aéreo. Esta prueba se lleva a cabo comparando una espirometría (o curva flujo-volumen) antes y 10 minutos después de la inhalación de un broncodilatador b2 agonista (salbutamol, terbutalina). El parámetro utilizado habitualmente para medir la eficacia de un fármaco broncodilatador es el FEV1, aunque la VC, los flujos espiratorios máximos y la resistencia de la vía aérea también pueden ser considerados en la valoración de la reversibilidad de la obstrucción bronquial. Una prueba de broncodilatación se considera positiva cuando el incremento en el FEV1 y/o de la VC de la curva obtenida tras la administración del broncodilatador es igual o superior al 12% y siempre que este incremento sea superior a 200 mL. Esta prueba es muy útil en el diagnóstico de asma bronquial, donde se suele apreciar una prueba de broncodilatación positiva, con altos porcentajes de reversibilidad; por el contrario, en la EPOC, este test suele ser negativo o muestra mínima reversión, inferior a los dinteles arriba referidos.

Pruebas de broncoprovocación. Las pruebas de broncoprovocación se llevan a cabo con la finalidad de inducir la constricción bronquial que se aprecia en enfermedades de la vía aérea como el asma. La provocación puede efectuarse con agentes inespecíficos (metacolina, histamina, manitol, suero hipotónico, ejercicio, hiperventilación con aire frío) o bien con agentes específicos (fármacos y alergenos). Este último tipo de estimulación bronquial se realiza raramente y en situaciones muy concretas. La prueba inespecífica se acostumbra a realizar con metacolina. Consiste en la administración por vía aerosol de concentraciones crecientes de una de estas sustancias hasta que se obtiene una caída en el FEV1 igual o superior al 20% con respecto al FEV1 basal, o se alcanza la dosis máxima establecida. La indicación más importante de la prueba de broncoprovocación es el diagnóstico del asma, cuando la clínica es dudosa y la espirometría es normal.

Volúmenes pulmonares por pletismografía. La pletismografía corporal es la técnica que con mayor precisión nos permite medir aquellos volúmenes pulmonares que no mide la espirometría. El pletismógrafo consiste en una cabina de cierre hermético en la que se encuentran dos transductores capaces de registrar la presión en la boca del paciente (mediante la cual se estima la presión alveolar) y la presión de la cabina. El volumen pulmonar se calcula

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