Gaia. La madre tierra
El cerro del Tepeyac
Celebración del día de las Madres
sol. Sin embargo, éste sí pudo nacer, venciendo a las tinieblas. Los indígenas rendían especial tributo a esta diosa y dedicaron a ella hermosas esculturas en oro y plata, que no sólo revelan profundo sentido artístico sino la importancia tan grande que ellos concedían a la maternidad. El ritual más representativo de México, era la “Peregrinación al Cerro del Tepeyac”, con el fin de honrar a la madre de los dioses, Tonantzin, cuyo nombre significa “nuestra madre”. Como dice Paz en su obra El Laberinto de la Soledad, “Tonantzin, era la Madre de Todos”. Según el historiador veracruzano Enrique Florescano citando a Lamas, en su libro Mitos mexicanos, la celebración actual del Día de las Madres, que se realiza en México, tiene origen en 1922, año en el cual había un movimiento feminista que había comenzado en Yucatán, excelentemente bien organizado y que quería darles a las mujeres el derecho al voto y a trabajo, además de la igualdad salarial. El movimiento tenía pocas seguidoras pero muy variadas, de diferentes etnias indígenas así como hispanoparlantes. Las conferencias y ponencias estaban traducidas en varias lenguas indígenas, el movimiento de las mujeres iba en creciente expansión. El gobierno y la sociedad mexicana conservadora se sintieron amenazados por tal movimiento y se les ocurrió copiar el día de las madres que se celebraba en Estados Unidos para promover la imagen tradicional y conservadora de la mujer: sacrificada, abnegada, con infinita bondad y entrega a sus hijos, sin otro interés en la vida que el de servir y hacer felices a sus hijos, a su familia y sacrificarse por ellos. La tarea le fue asignada al oficial Lic. Alducin director del periódico Excélsior quien propuso la celebración del Día de la Madre.
El “Periódico de la Vida Nacional “ contó con el apoyo de la cadena de cines Olimpia, las Damas de la Cruz Roja y la Cámara de Comercio de los Estados Unidos Mexicanos, la que se encargó de promover una campaña para “halagar” a las madres con regalos de todo tipo. El miércoles 10 de mayo de 1922, la primera plana de Excélsior la dedicó a exaltar la labor de las madres en los trabajos domésticos, dejando de lado el trabajo remunerado. Así, este diario capitalino invirtió el papel que la entidad del sureste propuso a las mujeres (Yucatán). De un papel activo de discusión y participación, a uno que consagraba su pasividad y sus “atributos congénitos”. En la actualidad “El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Todo es ocasión para reunirse. Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo y celebrar con festejos y ceremonias hombres y acontecimientos […]” dice Octavio Paz en El Laberinto de la Soledad. Actualmente en México, un Día de las Madres comienza en la madrugada con una tradicional serenata a las mamás, ya sea que hayan contratado algún trío, banda e inclusive mariachi, o que se reúnan varias personas para ir a cantarles las populares mañanitas. El día continúa con diferentes formas de felicitaciones, abrazos, llamadas telefónicas, felicitando a la propia y a las madres de las respectivas parejas, amigos, conocidos, extendiéndose incluso a una felicitación colectiva a “todas las madres”. Se les halaga con obsequios, que van desde una flor hasta artículos o enseres mayores generalmente para el trabajo doméstico, cuyo costo por más elevado que sea, no alcanza para demostrar o representar el amor que se quiere manifestar a las progenitoras. mas de
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Con Excélsior a la cabeza de los medios masivos, el apoyo del Secretario de Educación Pública J. Vasconcelos y de la Iglesia Católica, Alducin organizó movilizaciones en escuelas de educación elemental, promoviendo la manifestación del amor filial y el levantamiento de un “monumento de ternura a la que nos dio el ser”. La campaña se extendió a otros ámbitos. Celebración masiva del día de las Madres
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