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Francisco Guerra

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Adán Ríos

Adán Ríos

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Artesano, escritor, autor de “Patricio Chomarí”. Orgulloso exponente de la cultura Rarámuri.

Francisco Guerra Peña nació en la majestuosidad de Batopilas, uno de los rincones con mayor belleza en nuestro estado. Gran parte de su vida la ha construido en Guachochi, la pujante joya de la Sierra Tarahumara que se erige como el gigante del turismo cultural, de naturaleza y de aventura en el norte del país.

Es un hombre entero a quien su comunidad reconoce como un digno expositor de la cultura, que ha dedicado su vida al trabajo honesto, a mantener viva la identidad de la región y a exportar lo mejor del espíritu rarámuli, mismo que observa y comparte con respeto, haciéndole homenaje con dignidad y cariño.

Durante 38 años Francisco ha dedicado el talento de su alma y el trabajo de sus manos a plasmar sobre piel la vida y riqueza de la cultura tarahumara, a través de artesanías pirograbadas con alta calidad y con profunda calidez.

Después de este trayecto conociendo, amando y exponiendo la cultura rarámuri a través de su obra, emprendió uno de los retos que más ha disfrutado en su vida: le dio vida a su primer libro, “Patricio Chomarí, Corriendo por el cielo”, una fascinante obra de realismo mágico que pone al centro justamente a Patricio, quien es rarámuri y el mejor corredor del mundo.

La obra de ficción narra la lucha de Patricio por encontrarse a sí mismo, para salvarse y para trascender. La historia se desenvuelve en la grandiosa Sierra Tarahumara, toma como base la maravillosa cosmovisión y las tradiciones ancestrales de la familia rarámuri.

“Construí esta atrapadora historia desde el más amoroso reconocimiento que guardo al carácter indomable de la cultura Tarahumara; la historia surge del reconocimiento de su inigualable resistencia bien expresada en su capacidad para correr las montañas como si volaran por los cielos; nace también de su fascinante creencia del trayecto que emprenden quienes dejan este mundo”, nos comparte con sus manos inquietas, emocionadas como al escribir su obra.

Cuando Francisco descubrió su gusto por el dibujo, en realidad estaba descubriendo su medio de vida, pues considera que no puede un hombre tener mayor fortuna que vivir de lo que ama hacer. Al mismo tiempo, su pasión lo fue llevando a conectar con otros dones que desfilan en el camino de las artes. Pese a las naturales dificultades, se ha edificado como uno de los principales exponentes artísticos emanados del sur del estado.

Confiesa que al igual que le sucede a Patricio en la historia, se ha encontrado con la tentación de rendirse ante el cansancio, sobre todo porque quien decide dedicarse a las artes en sus diferentes manifestaciones enfrentan un panorama de escaso apoyo de quienes están encargados de la difusión cultural, pese al gran aporte que la actividad artística significa para la construcción de un tejido social sólido.

“Patricio Chomarí nos enseña que sin duda resulta placentero abandonar una carrera, sobre todo cuando representa esfuerzo extraordinario, cuando se da en condiciones adversas, cuando no resulta fácil… pero también nos enseña que la perseverancia, la resistencia y la determinación son las llaves de acceso a la victoria, al objetivo y la plenitud. Al final, Patricio es más que un personaje, un mensaje a la humanidad, para no rendirnos, para luchar y trascender con grandeza”, reflexiona Francisco.

Reconoce que pese a las dificultades del entorno, ha encontrado la plenitud en lo que hace, sobre todo porque lo hace en liberta, considera que el dedicarse a los que ama es producto de un profundo acto de obediencia a su ser, no a lo que el exterior le pudiera dictar. “Me libere del tirano, el tirano es el “debes hacer esto” que intenta imponernos la sociedad. Encontré el medio idóneo para construir mis sueños: la libertad”, acota.

Francisco ha identificado en su capacidad para dibujar, una ventana de oportunidad para expresar emociones; en su capacidad para escribir, ha encontrado el impresionante poder de rescatar y expresar el pensamiento; se visualiza como responsable de impulsar con su trabajo la escritura del pensamiento que es la fuente de la transformación.

“Don Kiko”, como es conocido con cariño por su comunidad, se prepara para dar continuidad a la trilogía de Patricio Chomarí, gracias al éxito de la primera obra, pronto verán la luz “Reyénari, Calor que camina” y “Rubijes, El mensajero”.

Francisco nos impulsa a la libertad, nos enseña que ni siquiera la imaginación puede limitar a un espíritu determinado a trascender con grandeza.

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