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SALA DE PRENSA

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Minardi es un equipo que muchos tenemos en el corazón. Cuando estuvieron a horas de morir, un aventurero australiano decidió darles una extensión de vida en seis semanas.

Por: Álex Reyes

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Minardi es uno de esos equipos que a nadie le cae mal. Aunque estamos totalmente claros que no tenían material para ganar un mundial… o ganar una carrera… o meterse en el podio, siempre era adorado y apoyado por legiones de fanáticos de la F1, que ponían sus facciones a un lado, para apoyar a los chicos de Faenza.

Pero a principios del milenio, los adorados backmarkers estuvieron a punto de morir. Pero gracias a la intervención de Paul Stoddart, pudieron llevar esta historia a feliz término. Es una historia que cuenta con un joven Fernando Alonso construyendo el coche, un enigmático diseñador que dimite a través de un misterioso mensaje y creando uno de los coches más bonitos de la era V10 en el proceso: el PS01. (Además de aviones comerciales enteros fletados para entregar algún que otro componente…)

Paul Stoddart siempre quiso un equipo de F1 y desde finales de los 90’s intentó, por todos los medios de conseguir uno. En una entrevista concedida a MotorSport Magazine, Stoddart comentaba que equipo que entraba en proceso de administración, era equipo que el intentaba comprar: “Empezó con Tyrrell en el 97”, dice. “Aunque BAR consiguió la entrada al mundial, yo me quedé con todo el equipo, incluido hasta el escritorio de “Uncle Ken” (Tyrell).

“Para el 99 fui a Jordan e intenté comprarle el 10% a Eddie (Jordan). Eso no funcionó, pero lo pasamos muy bien. Fue entonces cuando monté un equipo de F3000, que tuvo mucho éxito con Mark Webber A continuación, intenté comprar a Tom

Walksinshaw [jefe de Arrows F1], pero cuando entramos e hicimos la debida diligencia, ¡era una mierda tan grande que nadie la tocaría ni con un palo de barca!”

Minardi, incluso para sus habituales estándares de pobreza, estaba realmente a las puertas de la muerte. Años de escasa o nula inversión habían llevado a la escudería al asfalto, aunque se hubiera librado de otros rivales de bajo coste durante sus 15 años de existencia. El antiguo jefe de Fondmetal, Gabriele Rumi, había aumentado gradualmente su interés a finales de los años 90 hasta convertirse en propietario y presidente de Minardi, desbancando al propio Giancarlo Minardi, pero una enfermedad terminal le obligó a vender.

El equipo italiano necesitaba un salvador, y lo encontró en la visión beatífica en Stoddart. A seis semanas del inicio de la temporada 2001, Stoddart aceptó comprar Minardi. Paul firmó un cheque por 4 millones de dólares antes incluso de firmar un contrato, y una vez que entró en la fábrica de Faenza, pudo ver por qué necesitaban tanto el dinero. Con sólo 40 empleados en la fábrica de Italia, el equipo no tenía ni de lejos la mano de obra necesaria para construir un coche de F1, que actualmente existía como la mencionada maqueta de madera.

Por suerte, Stoddart contaba con su equipo de F3000 y una flota de aviones. El australiano, de manera muy astuta, puso todo el personal de su equipo de F3000 desde Inglaterra en dirección a Italia para que ayudaran a la construcción del coche. “Originalmente se iban a quedar tres por motivos de costo y logísticos. ¡Se terminaron quedando seis y casi me arruinan!” comentaba Stoddart de los primeros pasos de la construcción del PS01. El tiempo corría mientras el personal trabajaba a marchas forzadas para convertir el modelo de madera -un diseño muy cuidado del austriaco Gustav Brunner, ex Arrows y Ferrari- en un coche de F1 en toda regla.

Stoddart recurrió a todos los hombres, mujeres y pilotos de F1 que pudo encontrar, incluyendo un joven Fernando Alonso, que se encontró atornillando piezas en el coche a medida que se acercaba el inicio de la temporada en Melbourne.

En los últimos años de Rumi al mando del equipo, se trajo a una de las leyendas del motorsport italiano: Cesare Fiorio. Cesare era el arquitecto de los éxitos de Lancia en el Mundial de Rally llevando al 037 a sacarle un campeonato al todo poderoso Audi Quattro. Tras su salida de Lancia, Fiorio estuvo al frente de Ferrari en sus turbulentos años a finales de los 80’s. Tras su salida de Maranello y un breve paso por el Ligier de Briatore, Rumi lo trajo para que se encargara de la parte deportiva del equipo.

En 1999, Fiorio le dio la oportunidad a Alonso para que probara un F1 en Jerez y lo firmo como piloto de reserva del equipo italiano para el 2000, coincidiendo con la salida de Fiore y de Rumi. Stoddart

Suena el teléfono desde Faenza

Una joven promesa ayuda a construir su futuro

llegaba a Faenza con el contrato del asturiano como herencia de la antigua administración. “Se interesó por él por dos razones”, recordaba Stoddart de como ayudó Fernando a la construcción del PS01 “Una fue que se dio cuenta de que, si ese coche no llegaba a Melbourne, él no conduciría. Y, en segundo lugar, el hecho es que cuando se trabaja tan estrechamente como equipo con tan poca gente, se llega a saber realmente lo que hace todo el mundo. No es difícil encontrar algo en lo que ayudar.

De alguna manera, el equipo consiguió montar un PS01 a tiempo para un shakedown en línea recta en Varano, pero incluso eso casi no ocurrió por una espesa niebla en el circuito y de detalles que el australiano tuvo que resolver por sus propias manos: “Necesitábamos dos soportes de escape de titanio que se estaban fabricando en el Reino Unido. Durante el día, los fabricantes de escapes no paraban de decir: “Otro par de horas, otro par de horas…

Al final Stoddart envió un avión -un Boeing 737 de pasajeros vacío- desde Faenza al aeropuerto de Coventry, para que se quedara allí esperando. “Enviar un avión de pasajeros de 126 plazas para recoger dos soportes puede parecer extremo, pero se hace lo que había que hacer”, recordaba Stoddart: “Las piezas debían estar en

El PS01 y su nacimiento difícil

el aeropuerto de Coventry a las 8 de la noche y aparecieron a las 3 de la mañana. Pusimos estos dos soportes en el avión y los llevamos de vuelta a Faenza. “El fracaso no era una opción. Íbamos a llegar a Melbourne como fuera”.

Una vez que el equipo tuvo un coche capaz de correr, todo lo que tenían para comparar era un viejo biplaza de F1 que Stoddart utilizaba para su negocio de días de pista. Mientras Fernando hacia el shakedown del PS01. Stoddart lo acompañaba en el viejo biplaza para que lo usara de referencia. Uno de los momentos de más orgullo de su vida.

De alguna manera, el equipo llegó a Melbourne para la primera ronda de la temporada de F1 de 2001. Uno de los coches había hecho una carrera mínima, mientras que el coche del segundo piloto, Tarso Marques, llegó destrozado… “El pobre coche de Tarso, lo construimos en el garaje en Melbourne”, recuerda Stoddart. Para ponerle un poco más de estrés al equipo, un trompo en la sesión de clasificación significaría que el brasileño no pudo superar el corte del 107% necesario para estar en la parrilla, pero la FIA se mostró indulgente y le permitió salir en la parte trasera.

Alonso, por su parte, no tuvo esos problemas. El español estuvo muy bien desde el principio, consiguiendo superar a Luciano Burti, de Jaguar, y a Gastón Mazzacane, de Prost, lo que le permitió salir en 19ª posición. Luego, realizó una hazaña aún más increíble en el gran premio. “Siempre recuerdo la salida del muro de boxes”, dice Stoddart. “Fernando había salido 12º en su primera carrera; el coche no debería haber durado ni 10 vueltas. Entré en el garaje y había mucha gente del equipo llorando, hombres adultos que lloraban de puro agotamiento y orgullo. Fue un momento muy especial, tengo que decir. Toda esa gente dio el 110%, y algo más”.

El carismático gurú del diseño, Gustav Brunner, había estado al frente del equipo de Faenza, hasta que Stoddart entró en la oficina y se encontró con un mensaje extraño y bastante inoportuno. “Entré en la oficina en el día festivo de mayo, como el triste cabrón que soy”, comenta. “Pasé por delante de la recepción y me encontré con un mensaje en el fax, y pensé: ‘Qué raro…’ Lo cogí y decía: ‘Hola Paul, soy Gustav. Siento tener malas noticias para ti. Me he unido a Toyota. Gracias”.

Stoddart dice que ahora se arrepiente un poco de su reacción, pero que ciertamente le salió del corazón. “Llamé a Ove Andersson [director del equipo Toyota] y le leí la ley de la rebelión. Le dije: ‘¡Cómo os atrevéis, cabrones! Tenéis todo el dinero bajo el sol, gastando miles de millones de dólares, ¿y tenéis que ir a robarme a mi ingeniero? Sin avisar, sin nada, se va sin más”.

Stoddart comentó después en otra entrevista que fue un poco duro con Ove, un tipo que le tenía mucho respeto, pero que en el momento era el corazón hablando. Como siempre ocurre con los buscavidas de la F1, Stoddart se las arregló para sa-

Melbourne y nace una promesa Toyota le da la puñalada trasera a Stoddart

carle partido: Para dejar ir a Gustav, Toyota debió pagarle a Minardi una cantidad de dinero que hasta el día de hoy no se ha hecho pública. El director financiero del equipo le dijo a Stoddart en su momento ‘No te preocupes. Has convertido a un ingeniero inútil en el mejor patrocinador que tenemos para este año’”.

Con su futuro a corto y medio plazo asegurado, el equipo podría intentar centrarse más en la pista, cuando cae uno de los secretos peor guardados de la temporada 2001. Flavio Briatore, jefe del equipo Renault y manager de Fernando quiere al asturiano en Enstone a partir de 2002… Cuando por fin logran sacar la cabeza del agua, viene alguien y les tira un balde. A pesar de eso, Alonso seguía demostrando que, aunque tuvo un nacimiento complicado, el PS01 era una gema: “Fue Japón y era la última de la temporada”, dice. “En aquellos días, todavía teníamos el calentamiento del domingo por la mañana. Fernando se iba a Renault, y tradicionalmente, cuando se va un piloto, se le quita todo el combustible al coche en los entrenamientos y se le deja dar un par de vueltas de gloria. Yo ya había dicho que sí, pero hubo un error de comunicación y su ingeniero de carrera me desautorizó”.

Una vez finalizada la sesión, Fernando estaba fúrico. Stoddart logro canalizar esa furia y que la plasmara en la pista “Amigo, demuestra lo que vales en la pista durante la carrera”. Lo que siguió fueron 53 vueltas de pura clasificación. Alonso había clasificado 18avo y, en una genialidad de su

Alonso empieza a mostrar su talento

manejo, llevo al PS01 al 11avo puesto. “La conclusión es que cada vez que Fernando conducía el PS01, sacaba el 110% de él. Seamos sinceros, el coche era un perro, pero Fernando lo hizo respetable”.

Si bien 2001 fue un año increíble para el equipo, Stoddart llevaría a la escudería a momentos más famosos: Desde el “podio” de Mark Webber en 2002, hasta el doblete de puntos de 2005 en Indianápolis, y a enfrentarse al poderío de los fabricantes cuando los equipos independientes de la F1 estaban de capa caída.

En 2004 sus aerolíneas entran en crisis y en 2005 Stoddart, a mucho pesar, termino vendiéndole el equipo a Red Bull. Pero lo hizo con una condición: Aseguró que los puestos de trabajo de los que trabajaban allí cuando el equipo se transformó en lo que ahora es AlphaTauri, además de mantener la base de Faenza.

Cuando en una lluviosa tarde de septiembre, un joven Sebastian Vettel enfiló de la Curva Parabólica hacia la recta de meta para ganar el Gran Premio de Italia de 2008, no solo se alegro la plana mayor de Red Bull en Austria, sino un grupo de ingenieros que lo dieron todo por el todo, para que ese coche, debajo de toda la parafernalia de la marca energética, tuviera muestras del ADN del PS01 que a Paul le toco desarrollar en solo seis semanas.

Las subidas y bajadas, hasta el fin de la historia

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