Fútbol: experiencias de gradas, barrismo y nación

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Una publicaciรณn de



Universidad Icesi Rector Francisco Piedrahita Plata Secretaria general María Cristina Navia Klemperer Director académico José Hernando Bahamón Lozano Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias sociales Jerónimo Botero Marino Director del Centro de Investigaciones CIES Enrique Rodríguez Caporalli Coordinador Editorial Universidad Icesi Adolfo A. Abadía Secretaria Diana Carolina Rodríguez

Editora ejecutiva Ana Carolina Palma García. Comité editorial Mónica A. Ramírez Guevara. Brianna Jaramillo. Jose Daniel Fonseca Sandoval. Nathalia Zuluaga. Dayani María Zapata Mina. Daniela Cortez González. Ana Lucía Cortés. Fotografía Juan Esteban Hoyos. Diseño editorial Stephany Rojas Gómez. Editores invitados Jaime E. Londoño. Sonia M. Jaimes.

Revisores adjuntos M.Sc. Adolfo A. Abadía Universidad Icesi, Cali, Colombia

Cristóbal Bywaters Universidad Alberto Hurtado de Santiago de Chile

Alejandra Arias García Universidad Nacional de Cuyo, Argentina

Hugo Andrés Arévalo González Universidad Autónoma de Occidente, Colombia

Andrea Hernandez Toro Universidad Icesi, Colombia Camilo Améstica Zavala Universidad de Valparaíso, Chile Carlos Sebastián Ciccone Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca (Buenos Aires), Argentina Claudia Jimena Abello Universidad Icesi, Colombia

José Benito Garzón Montenegro Universidad del Valle, Colombia Mariana Domínguez Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca (Buenos Aires), Argentina Max Stabile Universidad de Brasilia, Brasil Nicolás Espinosa Menéndez Universidad de San Buenaventura, Sede Medellín, Colombia


Comité científico MSc. Diana Marcela Palma García University of Leeds, Colombia

Ph.D. Luis Eduardo Guarnizo Universidad de California, Davis, Estados Unidos

Ph.D. Arlene Tickner Universidad del Rosario, Colombia

Ph.D. María Gertrudis Roa Universidad del Valle, Colombia

Prof. Dr. Basarab Nicolescu Centro internacional de investigaciones y estudios transdisciplinarios (CIRET), Francia

Ph.D. Matt Ferchen Universidad de Tsinghua, China

Ph.D. Bruce Michael Bagley University of Miami, Estados Unidos, Estados Unidos

Ph.D.(c) Orlando Javier Trujillo-Irurita Banco Interamericano de Desarrollo, Estados Unidos

Ph.D Carlos Enrique Moreno León, Universidad Icesi, Cali, Colombia

Ph.D. Osamu Yoshida Escuela para el Desarrollo y la Cooperación Internacional Universidad de Hiroshima, Japón

Hanni Jalil Paier Universidad Icesi, Cali, Colombia

Ph.D. Roddy Brett Universidad del Rosario, Colombia

Hernán Fair Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina Ph.D. Inge Helena Valencia Universidad Icesi, Colombia Ph.D. Jorge Enrique Delgado Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos M.A. Juan Albarracín Dierolf Universidad Icesi, Cali, Colombia

Ph.D. Rosa Emilia Bermúdez Rico El Colegio de México, México Ph.D. Víctor Jeifets Universidad Estatal de San Petersburgo, Federación Rusa Diagramación de la revista: Stephany Rojas Gómez Diseño de la portada: Stephany Rojas Gómez

Ph.D. Juan Pablo Milanese Universidad Icesi, Cali, Colombia www.icesi.edu.co/revista_transpasando_fronteras revista@icesi.edu.co Cali, Colombia ISSN 2248-7212 ISSN-e 2322-9152


La revista TRANS–PASANDO FRONTERAS, es una publicación semestral y arbitrada del Centro de Estudios Interdisciplinarios Jurídicos, Sociales y Humanistas (CIES) de la Facultad de Derecho y Ciencias sociales de la Universidad Icesi (Cali, Colombia). Es liderada por estudiantes de la misma Universidad y coordinada por un colectivo de alumnos y profesores apasionados por la investigación académica. La revista promueve la publicación de artículos de investigación, reflexión teórica, traducciones, conferencias, entrevistas y reseñas con un enfoque crítico e innovador. Desde su creación, el objetivo principal ha sido generar un espacio de reflexión, análisis, discusión e información sobre los fenómenos sociales desde una perspectiva transdisciplinar. Su contenido es académico y especializado, está dirigida a estudiantes, investigadores, especialistas, profesionales y miembros de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, que buscan insumos para el desarrollo de un riguroso e innovador ejercicio investigativo. En ella publican sus trabajos estudiantes y profesionales, tanto nacionales como internacionales, que proponen análisis transdisciplinares de las complejas problemáticas de las sociedades contemporáneas.


El material de esta publicación se encuentra bajo una Licencia Creative Commons de “Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Unported” ( ). Por lo tanto, el contenido de TRANS– PASANDO FRONTERAS puede ser reproducido sin autorización, siempre y cuando se cite el título, autor y fuente institucional. © Derechos reservados de autor Canje Adriana Carvajal Asistente de Hemeroteca Biblioteca Universidad Icesi Tel.: (+57) 2 555 2334 - Ext. 8725 Email: acarvajal@icesi.edu.co Página web y correspondencia www.icesi.edu.co/revista_transpasando_fronteras revista@icesi.edu.co Twitter: @tf_Revista Facebook: fb/TransPasandoFronteras Issuu: tf_Revista YouTube: RevistaTF

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Tabla de contenido Editorial Prólogo Presentación

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Dossier Aquí no viaja un equipo, ¡viaja todo un país!: Relatos de una ilusión deportiva en Colombia, caso Brasil 2014 37 Gustavo Adolfo López Añasco Feminidades, cuerpo y equipo: un relato etnográfico de mi experiencia como jugadora Diana González Sánchez

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Todos los momentos de mi vida están contigo: experiencias de aguante femenino en el Barón Rojo Sur 101 Luis Eduardo Córdoba La influencia de los procesos de barrismo social en el Barón Rojo Sur y la Fundación Un Distrito en Paz: Una nueva perspectiva de Aguante. 123 Juan Sebastián Castillo Castro Barrismo social y política pública para la convivencia en el fútbol: Experiencias transformadoras en las ciudades de Bogotá y San Juan de Pasto 160 Diana Paola Salazar Arana


Fuera de tema ¿Agarrar con gancho?: Aprehensión de técnicas corporales en la halterofilia 206 Diana Marcela Cardona y Luisa María Castaño

No dejar de leer De espectador a militante: los hinchas del fútbol y su lucha por el derecho al estadio y al club 218 Irlan Simões Santos y Ronaldo George Hela Manchester United, capitalismo global y resistencia local Chris Porter

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Reseña Lima y Santiago de Chile, separados por una guerra, unidos por un balón. 272 Sonia M. Jaimes


EDITORIAL Prรณlogo Presentaciรณn



Prólogo Jaime E. Londoño M.1

Sonia M. Jaimes 2

Universidad Icesi

Investigadora independiente

El fútbol no es una cuestión de vida o de muerte. Es mucho más importante que eso. Bill Shankly Las sociedades actuales requieren de sueños compartidos, una de esas ilusiones es el fútbol. Rafael Pérez Gay

Comparados con Brasil y Argentina los estudios sobre el fútbol en Colombia pueden calificarse, utilizando las palabras de Pablo Alabarces (2014), como un campo “naciente, periférico” y no totalmente legitimado (p. 12). David Leonardo Quitian (2015) utiliza una metáfora fisiológica para caracterizarlo, considera que se en1

Doctor en Historia de la Universidad Andina Simón Bolívar. Correo de contacto: jelondono@icesi.edu.co Orcid https://orcid.org/0000-0002-2128-727X 2

Maestría en Historia de la Universidad Nacional de Colombia y candidata a Doctora en la Universidad Andina Simón Bolívar. Correo de contacto: sonmil@gmail.com

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cuentra en una etapa entre el “alumbramiento y la pubertad”; en una fase, que oscila entre el momento de su “nacimiento, génesis, origen” y, otra de “transición, entre infancia y juventud […] estado de mutación, de cambios. De larva se pasa a mariposa. Se deja de ser telúrico para alzar el vuelo y, así, la mirada se optimiza y los alcances se potencian” (p. 15, 16). Nos encontramos ante un paisaje abigarrado en el que sobresalen algunos núcleos de trabajo articulados por eventos académicos, una asociación, publicaciones, presencia en redes sociales, sin revistas y eventos académicos permanentes y especializados, con algunos cursos de pregrado y sin programas de posgrado. Simultáneamente tenemos esfuerzos individuales de académicos, estudiantes de pregrado y posgrado que orientan sus trabajos de grado hacia el análisis del fútbol, especialmente de las barras y el barrismo social. En este inventario, debemos incluir la circulación de una serie de libros, algunos conmemorativos, otras historias de clubes o equipos específicos, biografía de jugadores o entrenadores, memorias, etc., redactados por periodistas, comunicadores sociales, escritores profesionales e historiadores aficionados. Estas obras responden a coyunturas específicas e intereses particulares, sin preocupación alguna por contribuir a la configuración de un campo académico. La afirmación: “naciente, periférico”, y con una legitimidad parcial o el calificativo de “alumbramiento y pubertad” no deben asumirse negativamente, esta es una particularidad de muchos campos y problemáticas de las ciencias sociales en Colombia. Regularmente, sociólogos, antropólogos, economistas, psicólogos e historiadores, se interesan por una temática especial, relacionada con modas académicas o una supuesta “particularidad” de la sociedad colombiana, efectúan investigaciones, participan en eventos académicos, publican libros, artículos o capítulos del libros, logran cierto o gran reconocimiento, pero no se percibe una avance sistemático en el “nuevo” 14

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campo de estudio, los esfuerzos quedan confinados a iniciativas individuales o de pequeños grupos ubicados en las universidades estatales y privadas del país. En muchos casos, estas agrupaciones desaparecen, en otros se mantienen encabeza de sus abanderados o perdura el esfuerzo individual sin mayores posibilidades de “crecimiento” cuantitativo—interesados en el tema, publicaciones, eventos, cursos, investigaciones en curso, creación de asociaciones, etc.— y cualitativo, este último referido a la cristalización intelectual y académica de los participantes. En el caso del fútbol la situación no pareciera ser tan dramática, puede argumentarse que se encuentra en una coyuntura intermedia. La configuración de este campo de estudio en América Latina es relativamente reciente, ni siquiera alcanza los 40 años de existencia, P. Alabarces (2000 y 2014) ubica su invención (origen) a comienzos de los años ochenta del siglo XX, asocia su “nacimiento” a la publicación de dos libros; el primero, la compilación realizada por el antropólogo brasileño Roberto Da Matta (1982) O universo deo futebol; el segundo, la obra del sociólogo argentino Eduardo Archetti (1985), Fútbol y ethos. Rápidamente, el interés por el análisis e interpretación de los procesos futbolísticos surgió en los otros países latinoamericanos, su aceptación, legitimidad y estructuración, dependió de las particularidades de los procesos de institucionalización de las ciencias sociales y de la historiografía en cada uno de estos estados nacionales. La senda de las problemáticas investigados por los estudiosos del fútbol en América Latina es más difícil de delinear, P. Alabarces (2014), la define como compleja, rica y variada (p.14), la clasifica en tres focos de estudios; en la definición del primero, los aportes de R. Da Matta y E, Archetti fueron decisivos en el planteamiento de las preguntas por las “identidades, tanto locales como regionales Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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o nacionales e incluso micro territoriales” (p. 21). El segundo foco, está representado por el análisis de la relación barra y violencia en el fútbol (p. 22); en este punto, las nociones de hinchadas organizadas (Pimenta, 2014) y aguante (Alabarces y Garriga, 2008) han sido fundamentales para contrarrestar las miradas estigmatizadoras de los medios de comunicación, las autoridades locales y la dirigencia de los clubes de fútbol sobre los hinchas o torcedores de los equipos latinoamericanos, especialmente los de Brasil y Argentina. Finalmente, el tercer foco, lo estructura el estudio de los “medios de comunicación y sus modos de narrar el deporte, tanto en la relación con los argumentos nacionales como con las narrativas de los héroes deportivos” (Alabarces, 2014, p. 22). Pareciera que en los últimos años se viene configurando un cuarto foco, cuyas problemáticas se pueden insertar en el segundo o abrir uno nuevo. Nos referimos a los movimientos de hinchas, torcedores, barras o hinchadas organizadas en la defensa de su puesto en el estadio y su reivindicación por participar en la gobernanza de los clubes. Estas demandas son la respuesta a lo que se denomina la hiper mercantilización del fútbol, representada en los cambios en los derechos de propiedad y administración de los clubes —asociado al abandono de los modelos corporativos y la imposición del modelo de sociedad anónima—, a la compra de los derechos de transmisión de los distintos torneos por multinacionales, al incremento de los precios de la boletería, a las medidas policiales para prohibir y reprimir las formas tradicionales de alentar en las gradas (Santos y Hela, 2016, Asamblea de Hinchas Azules. (2017). Estas respuestas no son únicas y exclusivas de América Latina, comenzaron en las ligas europeas y sirven como un elemento de recuerdo para no olvidar la relación fluida entre fútbol y política (Turner, 2017, García y Zheng, 2017, Numerato, 2015).

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Los procesos de transición de los clubes a sociedades anónimas, la hiper mercantilización del fútbol y la presencia creciente de cadenas y multinacionales televisivas adquiriendo los derechos de transmisión de las ligas nacionales y de los torneos intercontinentales en Sudamérica, sumados a la lucha por el puesto en el estadio y la participación en la gobernanza de los clubes, viene configurando un nuevo foco de trabajo: la relación fútbol y economía (Moreira, 2018). Este campo arraigado en Europa se viene desarrollando en Brasil, menos en Argentina, en Colombia apenas si ha sido explorado, pero consideramos que en un futuro mediato se estructurara como uno de los problemas fuertes de las agendas de investigación. Conocemos poco del proceso de institucionalización de los estudios sociales sobre el fútbol en Colombia. Al respecto D.L. Quitian (2015) considera que el campo comenzó a consolidarse en el año 2006, y ubica los años 1985 y 1999 como antecedentes de dicho comienzo. El primero se vincula con la publicación del libro de Alberto Mayor Mora Ética y productividad en Antioquia, el segundo alude a la del libro de Zandra Pedraza En cuerpo y alma: visiones del progreso y de la felicidad; los que sea dicho de paso, no tienen por objeto de estudio el fútbol. Los nexos que D.L.Quitian elabora entre estas obras y los estudios futbolísticos se inscriben con el problema de la civilidad y la modernidad que, el trabajo, su ética y los procesos identitarios en pro de la construcción de cuerpos dóciles acordes con las dinámicas civilizatorias del capitalismo se tejen en cada libro. Es por esta razón, que discrepamos con su argumento, no consideramos los trabajos de Mayor Mora y Pedraza como pioneros en el campo de los estudios futbolísticos colombianos. Atribuirles ese rol por la coincidencia temporal de su publicación con las obras de R. Da Matta (1982) y E. Archetti (1985), no es suficiente, como tampoco lo es la asociación que podría establecerse con el eje global coligado con el clásico problema de la Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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modernidad incorporado en todos estos textos. Adicionalmente, la obra de Pedraza no solo es muy distante en publicación respecto a las de Da Matta y Archetti, sino que para 1999 el interés por el análisis del fútbol ya se había configurado en Colombia. Consideramos que los acontecimientos decisivos para la estructuración están relacionados con la clasificación y participación consecutiva de la selección Colombia en los mundiales de fútbol de 1990, 1994 y 1998, pero también con el interés y los trabajos pioneros sobre las nuevas formas de aliento a los equipos del fútbol profesional colombiano que se configuraron en los años noventa del siglo XX. En este punto, los trabajos de Andrés Dávila sobre la relación fútbol y nación merecen ser tomados en cuenta como uno de los posibles puntos de quiebre. Las futuras investigaciones se encargarán de dilucidar este pendiente, e incluir necesariamente, la ruptura epistemológica en las ciencias sociales y la historiografía o, si se quiere, los cuestionamientos a los enfoques teóricos y metodológicos positivistas y la eclosión de las perspectivas cualitativas en el análisis e interpretación de los procesos sociales. El IX Congreso nacional de Sociología celebrado en Bogotá en el año 2006 es definido por D.L Quitian (2015) como el evento fundante del campo de los estudios sobre el fútbol en Colombia, el presidente honorario del panel sobre Deporte y Sociedad fue Pablo Alabarces, las actividades académicas se desarrollaron en la Hemeroteca Nacional, a la cita concurrieron “periodistas, árbitros, deportistas, estudiantes, profesores y académicos nacionales y extranjeros”, por primera vez en el país, el deporte era analizado por profesionales de la ciencias sociales y no exclusivamente por médicos deportivos, profesionales de la educación física y periodistas, la “principal sorpresa fue observar la cantidad y calidad de trabajos, inconexos entre sí, adelantados por estu18

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diantes y docentes de pregrado y posgrado (nivel de maestría) de distintas universidades públicas y privadas de Bogotá y del resto del país” (p. 27). El campo se terminó de apuntalar con el simposio Deporte, Cultura y Sociedad: la pertinencia del deporte como problema de investigación social, celebrado en el marco de doceavo Congreso de Antropología celebrado en Bogotá en el 2007, replicado en Quito Ecuador (2007) durante el congreso de celebración de los 50 años de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). En este listado de congresos, también es necesario incluir el II Encuentro de Estudios en Fiesta, Nación y Cultura (2008) (p. 16). Conocemos poco del desarrollo institucional de los estudios sobre el fútbol en Colombia en los últimos años. Una evidencia de su importancia es el incremento en el número de publicaciones. La producción bibliográfica de los analistas sociales de los procesos futbolísticos colombianos no difiere mucho de la tipología propuesta por Pablo Alabarces (2014), la mayoría de los trabajos de grado de pregrado y posgrado, artículos, libros y capítulos de libros se concentran en los dos primeros focos, identidades, barras y violencia (Aponte, Pinzón, Rodríguez y Vargas, 2009, Castro 2013). Un foco de investigación y publicaciones, que distingue la academia colombiana con el resto de América Latina, concierne al barrismo social y sus diferencias respecto a las experiencias comunitarias alrededor del fútbol (Londoño y Pinilla 2009, Silvera y Sacker 2013, Arroyo 2014, Ariza 2016). El aporte de D.L. Quitian es más que significativo pero su narrativa es “centralista”, la institucionalización del campo de los estudios sobre el fútbol en Colombia es reducido a Bogotá, sin mayores referencias al resto de regiones del país, especialmente a las particularidades Medellín, Barranquilla, sin desconocer la red Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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de ciudades intermedias. Si desplazamos el foco de la observación al Departamento del Valle y a Cali, los calificativos de “naciente y periférico” y “alumbramiento y pubertad” no aplican, ya que no existe un proceso de configuración de un campo de análisis social del fútbol. Los esfuerzos actuales y precedentes han sido aislados e individuales, agenciados por estudiantes en sus trabajos de grado de pregrado y posgrado, algunos docentes, funcionarios públicos, barristas, etc. Pero no se ha estructurado una suerte de comunidad académica alrededor de esta problemática y hasta la fecha no hay esfuerzos en esta dirección. La problemática dominante en las investigaciones y publicaciones es el análisis de las barras, especialmente el Frente Radical Veriblanco y Barón Rojo Sur. Es más, pareciera que las reflexiones pioneras y sistemáticas sobre el fútbol en una perspectiva académica fueron realizadas por estudiantes, especialmente de la Universidad del Valle, en sus trabajos ocupa un lugar especial la tesina de Harold Pardey, Juan Paulo Galeano y Andrés Alberto Blanco, publicada en el 2001 con el título La ciudad de los fánaticos. Aproximación al fenómemo de las barras del fúbol locales Barón Rojo Sur y Frente Radical Verdiblanco entre los años 1999-2001. Otros graduandos avaanzaron por esta senda, pero no sabemos cuál fue la incidencia del estudio precursor en sus indagaciones. Los artículos reunidos en este volumen se insertan en este contexto. Son productos de una feliz coincidencia o de encuentros no planeados. De un lado, esfuerzos individuales que no responden a líneas de trabajo de grupos y semilleros de investigación, nacieron por el interés en el fútbol de estudiantes de ciencias sociales de la Universidad Icesi y un estudiante de la Universidad del Cauca; en unos casos como hinchas, en otro como barra o barrista, también por el deseo de narrar una experiencia personal, en todo el caso 20

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por el deseo de reflexionar sobre problemáticas futbolísticas. Estos escritos fueron pensados y desarrollados desde trabajos de grado en desde la antropología, ciencia política y sociología. Del otro, son fruto de un ejercicio de investigación que surgió de las actividades académicas de un curso electivo —Fútbol, identidad y ciudadanía— en la Universidad Icesi, de la experiencia de asistir al estadio Olímpico Pascual Guerrero y después al Estadio de Palmaseca durante muchos años y de las sesiones primigenias del seminario permanente Fútbol más allá del fútbol. El resultado de este encuentro no planeado únicamente podía ser uno, buscar la publicación de estos trabajos de grado. Las problemáticas de estas tesinas correspondían a las temáticas clásicas del campo de los estudios sobre fútbol, pero sugerían matices dignos de seguir explorando en futuras investigaciones, pero no era seguro que sus autores continuaran la senda del análisis social del fútbol. Estos aportes merecían ser divulgados, el ejercicio de revisar y sintetizar los aspectos más relevantes de las investigaciones desarrolladas con el propósito de obtener un título de pregrado y reescribirlos en formato de artículo era más que enriquecedor para ellos, independientemente de lo que sería su desarrollo profesional. El dossier abre con el artículo de Gustavo López, antropólogo de la universidad del Cauca, quien con base en una serie de notas etnográficas da cuenta de las expresiones del nacionalismo colombiano durante el campeonato mundial de Brasil 2014. La problemática del artículo se inscribe en una de las perspectivas clásicas del campo de los estudios sobre el fútbol, pero pensada en una perspectiva contemporánea, la nación como comodity; en este caso específico, inserta en el triángulo mercado, medios de comunicación y política, esta última relacionada con las elecciones presidenciales que posiTrans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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bilitaron el segundo mandato de Juan Manuel Santos y la consolidación del proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP). En una perspectiva radicalmente diferente, la antropóloga de la universidad Icesi, Diana González Sánchez, aborda autobiográficamente y con base en lo que denomina “extracciones de su trabajo de grado”, las relaciones al interior del equipo de fútbol de la institución de educación superior en la que realizó sus estudios de pregrado, se interesa por el significado de integrase y pertenecer aun equipo, explora el sentido de ser una jugadora de fútbol, en los aspectos físicos y emocionales, pero sobre todo en la forma en que el fútbol como deporte se refleja en el cuerpo de una mujer. Este recorrido le permite asociar el fútbol a un espacio de negociación entre la reproducción de los discursos hegemónicos patriarcales y la transgresión de “características asignadas como naturales o inherentes a la mujer”. Los artículos de los Luis Eduardo Córdoba —sociólogo y antropólogo de la universidad Icesi— y de Juan Sebastián Castillo, estudiante de sociología y ciencia Políticas de la misma universidad, abordan un tema clásico del campo de los estudios sobre el fútbol en América Latina, el problema de las barras, los dos trabajos abordan procesos de la hinchada organizada del América de Cali Barón Rojo Sur (BRS). La interpretación es realizada desde la noción nativa de aguante, “bien simbólico” que no es reducido única y exclusivamente con “prácticas violentas y masculinidad” (Alabarces y Garriga, 2008, p. 277), es asumido en su carácter polisémico, introduciendo variantes analíticas, que refuerzan su potencial interpretativo y permiten abrir nuevas agendas de investigación. L. E. Córdoba se pregunta cómo las mujeres las mujeres han logrado formar parte y ser participes de las dinámicas que se desar22

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rollan al interior de BRS o si se quiere cómo han desafiado las prácticas masculinizadas imperantes en las hinchadas organizadas del fútbol. La respuesta, construida desde una lógica antropológica, para ello efectúa una caracterización de BRS y narra la experiencia de dos mujeres barristas — Diana y Karol—, resalta su ingreso a la barra y las actividades que les posibilitaron ser reconocidas como referentes. Este reconocimiento le permite plantear la noción de aguante femenino o barrismo femenino, como alternativa interpretativa, su potencial debe ser explorada en futuros trabajos de investigación, no solo en la barra del América sino en otras hinchadas organizadas de los clubes de fútbol colombiano y latinoamericano, preguntándose por la feminidad en el aguante o, por el aguante femenino masculinizado, como una forma de lograr las mujeres de la barra —hinchada organizada—su reconocimiento por los demás miembros del grupo. Juan Sebastián Castillo se ocupa de analizar el caso de BRS y la Fundación un Distrito en Paz (FUNDP) en clave de barrismo social. Este ejercicio intelectual le permite repensar las perspectivas clásicas del aguante y plantear como alternativa interpretativa la noción de aguante social, asociada con procesos de construcción de ciudadanías activas y participación política. Metodológicamente, el autor desarrolló su trabajo con base en entrevistas semiestructuradas, en el desarrollo de su argumentación, además de sintetizar los aspectos conceptuales del trabajo, caracteriza BRS y la FUNDP y describir los proyectos desarrollados por esta última en el Distrito de Aguablanca sector popular de la ciudad de Cali. Un punto de inflexión en el escrito es el origen o el acontecimiento que detonó el deseo de crear la FUNDP, este suceso está asociada al asesinato de dos miembros del Bloque Distrito Popular de BRS, este suceso posibilitó que varios de sus integrantes se preguntaran Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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por el sentido y el significado de ser barrista y se cuestionaran por el rol del conflicto y la violencia como elementos constitutivos de este quehacer. Las respuestas abrieron el camino para acercarse al barrismo social y comenzar una serie de iniciativas orientadas a la transformación social de su entorno inmediato. El dossier es cerrado con el trabajo de Diana Paola Salazar Arana, politóloga de la universidad Icesi, el estado actual de la implementación del plan decenal de convivencia en el fútbol, 2014-2024, asociado a los programas de barrismo social en las ciudades de Bogotá y San Juan de Pasto, específicamente los relacionados con la experiencia de la Guardia Albiroja Sur y la Banda Tricolor, hinchadas organizadas seguidoras de los clubes Independiente Santafé y Deportivo Pasto respectivamente. En su argumentación la autora resalta la barra —hinchada organizada— como una comunidad, noción que abre la posibilidad de resignificar su rol social, tanto en el estadio como en el contexto socioeconómico y político en el que se desenvuelven cotidianamente sus integrantes; también, llama la atención para complejizar la noción de política pública y superar los enfoques centrados solamente en la óptica gubernamental y en la perspectiva de arriba-abajo, incluyendo la lógica abajo-arriba y con ella alcanzar mayor eficacia en los iniciativas desarrolladas. El estudio de dos hinchadas organizadas en contextos urbanos diametralmente opuestos, uno la capital del país; el otro, una ciudad intermedia, capital de un departamento ubicado en el sur del país. Asimismo, la barra de uno de los equipos —Independiente Santa Fe— considerados históricos en Colombia y con excelentes resultados deportivos en los últimos años, y a la barra de un club de reciente creación, sin mayores logros en el ámbito futbolístico, con desempeño regular, amenazado por el fantasma del descenso, ofrecen perspectivas comparativas, sobre las características y eficacia de los procesos de barrismo social, que no pueden pasarse por alto. 24

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En esta dirección, los estudios de caso abundan en el campo de los estudios sociales sobre el fútbol en Colombia, se hace necesario en el futuro inmediato pensar trabajos de síntesis que posibiliten la elaboración de nuevas agendas de investigación. En conjunto, los artículos que integran el dossier deben ser tomados como resultados preliminares de trabajos de grado de pregrado, el carácter descriptivo de algunos de ellos o el planteamiento de marcos interpretativos, que necesariamente no logran dialogar o lo hacen parcialmente con el caso estudiado, deben asumirse como parte del proceso formativos de los autores. Estos vacíos por llamarlo de alguna manera no deben silenciar sus aportes, la importancia de repensar los problemas de la identidad nacional asociadas a las posibilidades que ofrece el fútbol de asumir la nación como un comodity, la riqueza de los relatos autobiográficos para conocer la intimidad en clave femenina de un equipo de fútbol y las preguntas por el discurso hegemónico patriarcales. Es fundamental trasladar estos interrogantes al mundo masculino. De igual forma, los artículos sobre las hinchadas organizadas —barras—, los matices a la noción de aguante y la reflexión sobre el barrismo social son una invitación a la apertura de la agenda de investigación. Las barras en Colombia no están integradas única y exclusivamente por hombres, las mujeres cumplen un rol central en su funcionamiento, los barristas o barras no pueden ser conocidos solamente por actos violentos leídos desde los “aparatos seleccionadores del poder” (Améstica, 2017), sus actividades en el marco del barrismo social, asociadas a la construcción de ciudadanía y a la transformación social de su entorno inmediato, merece una mayor difusión, pero sobre todo más estudios de estas actividades. Finalmente como complemento del dossier decidimos incluir dos traducciones, relacionadas con problemáticas derivadas de los proTrans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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cesos de mercantilización del fútbol. Tomamos esta decisión para airear la literatura que circula en las citaciones de las publicaciones en Colombia y llamar la atención sobre una serie de procesos larvados inicialmente en Inglaterra, pero difuminados desigualmente por las periferias del mundo futbolístico. Estos trabajos cuestionan las narrativas hegemónicas que surgieron alrededor de las políticas de Margaret Thatcher y asocian el fin de la “violencia” en el fútbol inglés al control del “hooliganismo”, iniciativa que permitió disfrutar de un fútbol en paz y en familia, sin tensiones, con tribunas ocupadas por espectadores consumidores cómodamente sentados disfrutando de un espectáculo de alto nivel. Los artículos de Chris Porter, Irlan Simões Santos y Ronaldo George Hela, ilustran una realidad muy diferente, procesos de resistencia a la hiper mercantilización del fútbol, a los cambios en los derechos de propiedad y gestión de los clubes, lucha por participar en la gobernanza de estas instituciones, y luchas por continuar disfrutando de su lugar en las gradas y tribunas. El artículo de Chris Porter, Manchester United, capitalismo global y resistencia local —Manchester United, global capitalism and local resistance—, es un escrito que explora la tensión producida por los procesos de mercantilización del fútbol en las últimas décadas, el cambio en el sentido y significado dado por un empresario a los derechos de propiedad y las actividades administrativas de un club de fútbol versus los sentidos y significados dados por sus hinchas. El modelo club de fútbol, como sociedad anónima y éxito financiero, es rechazado por la hinchada por medio de múltiples protestas, con la exhibición de pancartas y la compra de acciones. El objeto de la disputa es la defensa de discursos y prácticas de formas clásicas de hinchar, en contraposición a las nuevas discursividades y praxis asociadas a la economía de mercado y la publicidad.

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El trabajo de Irlan Simões Santos y Ronaldo George Hela, De espectador a militante: los hinchas del fútbol y su lucha por el derecho al estadio y al club — Do espectador ao militante: a torcida de futebol e a luta pelo direito ao estádio e ao clube— se mueve en una perspectiva similar, analiza las experiencias organizativas de los torcedores —hinchas— en Brasil, fenómeno que denominan como movimiento de torcedores, organizaciones de la sociedad civil, que se reivindican como movimiento social, grupo, o frente, con distintos métodos de acción, tácticas y estrategias políticas, reivindicando su puesto en las gradas y su deseo de participar en la gobernanza de los clubes de futbol. En su argumentación, I. S. Santos y R. G. Hela los autores realizan un amplio recorrido por la historia del fútbol, que termina en la caracterización del caso brasileño. Un punto que queremos resaltar es la incorporación de la noción de bienes comunes culturales como factor aglutinador de los procesos de defensa del puesto en las gradas y en la reivindicación del deseo de participar en la gobernanza del club. Como hinchas o torcedores no son poseedores de derechos de propiedad ni pueden participar de la gestión administrativa de la institución, pero su sentido de propiedad al considerarse dueños simbólicos del club, construido por los procesos de acompañamiento y apoyo en las gradas, legitima un común configurado simultáneamente con otros torcedores; este común, es la llama que aviva sus reivindicaciones. Consideramos que en Colombia en un futuro no lejano, es muy posible que el conflicto entre barras — hinchadas organizadas— e hinchas colombianos experimente un desplazamiento. Las peleas por los trapos y los colores transiten hacia otros ámbitos, hacia la resistencia a la mercantilización del fútbol colombiano. Este proceso avanza silenciosamente, las reglas de juego formales que Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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exige que los clubes de fútbol asuman la figura de sociedades anónimas, la presencia creciente de la televisión con su incidencia en el diseño de campeonato y su tiranía sobre el calendario y horario de los partidos, el silenciamiento de la voz de los hinchas, los protocolos de funcionamiento de las comisiones de fútbol, las prohibiciones de formas tradicionales de alentar en las tribunas populares, muchas legitimadas por algunas prácticas de las barras, etc., son algunas pruebas de ello. Solo nos queda esperar que los lectores disfruten de los artículos, ponderen sus aportes y señalen sus limitaciones. Mientras esto sucede es necesario regresar al fútbol, seguir participando como hincha y en las tareas académicas que exige el campo de los estudios futbolísticos.

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Prólogo

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Presentación Esta nueva propuesta surge con la intención de crear un espacio en el cual estudiantes de diferentes disciplinas se tomen estas páginas como escenario para compartir sus voces, ideas, enfoques y preocupaciones alrededor de un tema que día a día toma más relevancia en este campo que llamamos academia. “Fútbol: experiencias de gradas, barrismo y nación” encierra en sus líneas preguntas sobre el fútbol que entretejen discusiones de la antropología, la sociología y la ciencia política. Quienes participaron en la construcción de este número, lo hicieron complejizando -desde sus disciplinas y experiencias propias de la objetivación participante- un fenómeno tan cotidiano en el contexto colombiano como lo es el fútbol. Agradezco una vez más a quienes hoy hacen parte de nuestro Equipo Editorial y han decidido sumarse a este gran reto que supone abrir espacios de participación y discusión académica donde lxs estudiantes tengan una voz activa. Gracias también a nuestra diseñadora que en cada ilustración logra evocar momentos claves de cada artículo. Siendo así, no queda más que dar paso a los artículos que desde etnografías que articulan las experiencias nacionalistas y políticas con el fútbol; antropologías del cuerpo y feminidad; sociologías que desde historias de vida exploran otras facetas del aguante; análisis interdisciplinares que explora en estos contextos la Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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Presentación

construcción de ciudadanía y participación política; y también desde apuestas de ciencia política para complejizar la implementación de políticas públicas, plasman en sus páginas argumentos y reflexiones dignos de debate. Ana Carolina Palma García Editora Ejecutiva

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DOSSIER Aquí no viaja un equipo, ¡viaja todo un país!: Relatos de una ilusión deportiva en Colombia, caso Brasil 2014 Feminidades, cuerpo y equipo: un relato etnográfico de mi experiencia como jugadora Todos los momentos de mi vida están contigo: experiencias de aguante femenino en el Barón Rojo Sur La influencia de los procesos de barrismo social en el Barón Rojo Sur y la Fundación Un Distrito en Paz: Una nueva perspectiva de Aguante. Barrismo social y política pública para la convivencia en el fútbol: Experiencias transformadoras en las ciudades de Bogotá y San Juan de Pasto



Aquí no viaja un equipo, ¡viaja todo un país!1 : Relatos de una ilusión deportiva en Colombia, caso Brasil 2014 2 Gustavo Adolfo López Añasco gustavolopez-3@hotmail.com Universidad del Cauca Artículo de investigación recibido el 01/02/2019 y aprobado el 01/03/2019

Cómo citar este artículo: López, G. (2019). Aquí no viaja un equipo, ¡viaja todo un país!: Relatos de una ilusión deportiva en Colombia, caso Brasil 2014. Trans-Pasando Fronteras, (13). doi: 10.18046/retf.i13.3402

1 El título del artículo es el mismo eslogan o lema que identificaba el bus marca Hyundai que transportó a la selección Colombia durante el Mundial de la FIFA Brasil 2014. Esto era parte de una campaña publicitaria de Hyundai como patrocinadora del evento deportivo, cada selección tuvo un eslogan que identificaba cada equipo nacional y fueron escogidos en una encuesta abierta en internet. 2 El artículo es un fragmento del trabajo de pregrado presentado por el autor para optar al título de pregrado en Antropología: Estadio-Nación: Mi país, mi orgullo… ¡Mi Selección! Fútbol y nacionalismo en Colombia.

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Resumen El fútbol como arena simbólica de la sociedad nos permite observar dimensiones emocionales de las pasiones humanas que no suelen expresarse en otros ámbitos de la cotidianidad. De ahí el valor por rastrear esos sucesos que parecen llanamente cotidianos pero que revelan perspectivas sociales y políticas de una comunidad, para este caso, la colectividad que dispone la sociedad colombiana y sus avatares. En el presente texto, parto de la exitosa actuación del seleccionado nacional colombiano en el Mundial de fútbol Brasil 2014, gesta deportiva en la cual observé fuertes expresiones del nacionalismo colombiano, como pocas veces sucede en un país carente de referentes de nacionalidad consolidados. Pretendo revelar a través de notas etnográficas y un espectáculo deportivo como el campeonato Mundial de fútbol de la FIFA, el sentimiento nacional que de manera exacerbada despertó el seleccionado colombiano de fútbol entre su comunidad nacional. Emociones y pasiones deportivas que desde el sentido de pertenencia a un grupo social y en una suerte de conjuro entre la política, mercado y medios de comunicación, lograron arrebatar el aliento a muchos conciudadanos y conjugarlos bajo una sola camiseta. Palabras clave: Nacionalismo; Fútbol; Emociones; Política.

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A team doesn’t travel here, a whole country travels! : Tales of football dream in Colombia, case Brazil 2014 Abstract Football as the symbolic arena of society allows us to observe emotional dimensions of human passions that are not usually expressed in other areas of everyday life. Hence the value of tracking down those events that seem plainly everyday but that reveal the social and political perspectives of a community, for this case, the collectivity available to Colombian society and its vicissitudes. In the present text, I start from the successful performance of the Colombian national team in the Football World Cup Brazil 2014, sporting event in which I observed strong expressions of Colombian nationalism, as rarely it happens in a country lacking consolidated national references. I pretend to reveal through ethnographic notes and a sporting spectacle such as the FIFA World Cup, the national feeling that in an exacerbated way awoke the Colombian national football team among its national community. Emotions and sports passions that from the sense of belonging to a social group and in a kind of spell between politics, market and mass media managed to snatch the breath of many fellow citizens and combine them under a single shirt. Keywords: Nationalism; Football; Emotions; Politics.

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El debut vs Grecia y las elecciones presidenciales Todo estaba dispuesto. La selección Colombia regresaba al campeonato mundial tras 16 años ausente, en tanto la cuestión política protagonizaba la historia reciente del país, polarizado entre quienes apoyaban los diálogos del gobierno nacional con la guerrilla de las Farc en La Habana y la oposición liderada por el partido Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe. En Popayán, previo al partido, los bares convocaban al público para ver el encuentro, zonas peatonales a un costado de los semáforos ocupadas por vendedores ambulantes que ofrecían camisetas de la selección Colombia, banderines y cornetas colgados en improvisadas cuerdas, mientras otros vendedores aprovechaban la luz roja que detiene los carros para ofrecer los productos más cerca del posible comprador. Entre la variedad de diseños y colores en camisetas a la venta, la amarilla con franjas azules de la equipación titular, ofertada desde los $30.000, era el producto del improvisado mercado con más réplicas. Los pasillos del Centro Comercial Campanario estaban adornados con balones de fútbol en papel, banderines de los equipos nacionales participes de la Copa Mundo y grandes banderas colombianas. Días después al debut, Diego, un amigo y fanático del fútbol me comentaba: Estábamos de Mundial, ¡cómo van a poner Ley Seca por las elecciones! Menos mal que el jurgo de plata con que patrocina cerveza Águila a la selección, hizo el milagro y aplazó la entrada en vigencia de la Ley Seca hasta las 6 de la tarde del día del debut. Viejo qué podemos hacer, la gente aquí no vota, ni la mitad, ¿no ha visto el abstencionismo? Además, estaba el partido, ¡no merecíamos pasarlo en seco! No lo voy a negar: especialmente en ese momento, para mí era más importante ese partido. Yo no sé en otras épocas, pero ese día, el partido era lo único que me interesaba.

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¡No podía echar a la basura la selección nacional de fútbol! ¿Se acuerda cómo estaba Campanario? ¡Rebosado de gente con cerveza en mano! En este país la gente no puede pasar un partido de esos sin cerveza, parece que se siente más eso de ser colombiano con fútbol y alcohol. Ganamos todos o perdemos todos, no como en las elecciones, que los que ganan sacan pecho y los que pierden se resignan, como si unos fueran más colombianos que otros.

Cuando los futbolistas salieron al terreno de juego para los actos protocolarios del partido y sonó el himno nacional colombiano, varios hinchas en la plazoleta de Campanario se levantaron para entonarlo, tal como si estuviesen presentes en el estadio, firmes, con la mano derecha cerca del corazón y observando la bandera nacional en pantalla. Al concluir la música, algunos aplausos y gritos estallaron a mí alrededor. Pero en ese instante sucedió algo particular: en pantalla los jugadores quedaron con su mano en el pecho esperando completar la interpretación de la primera estrofa del himno colombiano, la música de fondo apenas había acompañado el coro: habían cercenado nuestro himno. No obstante, el himno nacional griego no pudo ser anunciado porque los hinchas colombianos, que copaban por inmensa mayoría el estadio asemejándolo al Metropolitano de Barranquilla, extendieron a capela el cántico de la primera estrofa, como usualmente se interpreta en los actos públicos del país. El himno y su carga simbólica devenida conjuro por la eficacia de su letra, por su evocación poética, por el ensueño de viejas y heroicas luchas que se proyectan a los guerreros de hoy en un campo de juego y refuerzan la idea de comunidad. […] hay una clase especial de comunidad contemporánea que sólo la lengua puede sugerir, sobre todo en forma de poesía y canciones. Véanse los himnos nacionales, por ejemplo, cantados en las festividades nacionales. Por triviales que sean las palabras y

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mediocres las tonadas, hay en esta canción una experiencia de simultaneidad. Precisamente en tales momentos, personas del todo desconocidas entre sí pronuncian los mismos versos con la misma melodía (Anderson, 1993, p. 204).

No tuvo que pasar mucho tiempo de juego para ver el primer gol del equipo colombiano en el Mundial, un balón que atravesó lentamente la línea de meta hizo estallar la algarabía. El prolongado canto de gol en la transmisión del Gol Caracol quedó opacado por el atronador eco de las cornetas y extáticas exclamaciones seguidas de abrazos, aplausos y hasta lágrimas; asimismo, la coreografía grupal con que el futbolista Pablo Armero celebraba su gol, motivó el bailoteo de algunos hinchas entre la figurada tribuna a mi alrededor. Tras la danza, en pantalla apareció un fanático que agitaba su bandera colombiana con el mensaje “Colombia Te amo Paz Paz”; como señal al momento político de una nación fragmentada por las elecciones presidenciales, un guiño a Juan Manuel Santos, el candidato-mandatario que aspiraba continuar en la Casa de Nariño con una campaña política abanderada por su Proceso de Paz con las FARC, promesa electoral que desmovilizaría un fuerte actor armado del país. El partido terminó en goleada 3-0 y desató la escandalosa celebración. Antes de que cortaran el audio del “Gol Caracol” el narrador Javier Fernández expresó vigorosamente “¡Ganó mi país!” avivando el jolgorio del recinto. Luego cerveza Águila abrió los comerciales con el “Pibe” Valderrama vistiendo la camiseta amarilla del Mundial y convocando al respaldo de los colombianos a su selección, con un título al final que rezaba: “Águila amor por nuestra selección”. Acto seguido, en los parlantes sonó el himno nacional, emblema que orquestó el canto de varios hinchas que lo entonaron fervientes, posiblemente arreciados por el alcohol en sus 42

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venas. Al final la comunitaria celebración se extendió con la popular canción “Colombia tierra querida”. Mientras muchos abandonaban la calurosa plazoleta, la célebre cumbia generó otro eufórico coro, una despedida grupal, espíritu colectivo que afirmaba la colombianidad, quizá el atributo más palpable de aquel tipo de emoción, podría decirse que es la más estable por todo cuanto aglutina el fútbol en Colombia, que define al nacional con relación a los otros, los foráneos, los rivales e incluso los enemigos en el ritual deportivo. Las emociones no son oscurecimientos del entendimiento, no son restricciones de la razón; las emociones son dinámicas corporales que especifican sus dominios de acción en que nos movemos. Un cambio de emoción implica un cambio de dominio de acción. Nada nos ocurre, nada hacemos que no esté definido como una acción de una cierta clase por una emoción que la hace posible (Maturana, 1997, p. 65).

Abrazos, sonrisas, el bullicio y un sujeto que pintaba la bandera colombiana en la mejilla de quien accedía, cerraban el jolgorio comunitario. La tensión de hace dos horas atrás ahora era embriagante júbilo que permitió ver el desparpajo nacional, sus reacciones y estallidos de felicidad, tanto que posaban sin problemas para ser fotografiados. Las cornetas y vuvuzelas3 que en un principio habían sido prohibidas, fueron ganando su espacio con la euforia que estimuló un rápido gol, hasta escandalizar constantemente a una comunidad de hinchas entregados al fugaz nacionalismo deportivo. Treinta minutos después de finalizar el partido, la caravana de carros y motocicletas transitando era discontinua, pero en el semáforo de la autopista Panamericana se amontonaron varios vehículos que irrumpieron el silencio con 3

Ruidosa especie de trompeta larga o corneta hecha de material plástico

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sus pitos y cornetas, manifestando con banderas colombianas su fervor. Algunos exhibían letreros con mensajes alusivos a la selección, una camioneta lucía un particular letrero que decía “PEKERMAN PRESIDENTE”, circundando una imagen con una plantilla de futbolistas colombianos, y al lado izquierdo, un busto de José Néstor Pékerman. Tiempo después tuve la oportunidad de entrevistar al propietario del automóvil: Imagen 1 El candidato de moda

Tomada por el investigador - 14 de junio 2014

Al principio pensé que era joda de mi papá, pero ya desde antes del mundial él venía hablando de que esto lo arreglaba un tipo que no supiera nada de política. Que fuera inocente de esas cosas, de la clase política de este país. ¿Qué mal podía hacer mi papá con eso? Tampoco sé cuándo hizo ese letrero, pero lo puso en la camioneta. Cuando le pregunté si lo pensaba en serio, me dijo que quería un tipo que, aunque se dedicara al fútbol, no cogiera a patadas el país, como hacen los políticos de siempre. 44

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Los vendedores ambulantes en los semáforos aprovechaban la euforia de la victoria con un puesto mejor abastecido que antes del partido. La oferta incluía posters, grandes banderas con el escudo de la República, gorros y cachuchas en diversos estilos, pañoletas, pelucas, vestidos (para una niña pequeña, entre los 4 y 6 años), llaveros, muchas cornetas y camisetas al gusto. Todos estos objetos teñidos con el tricolor eran ofrecidos a diestra y siniestra a quienes transitan a pie, arriman al puesto de exhibición o a las filas de vehículos que detenidos por el semáforo eran invadidos por vendedores exponiendo sus productos, y en tanto son llamados, los vendedores móviles corrían a cazar el dinero en pleno tránsito. Buena parte de los vehículos portaban la bandera nacional, varios con calcomanías del mundial; incluso había perros que portaban camisetas de la selección Colombia o pañoletas y capas del pabellón nacional amarradas al cuello. La bandera nacional y el fútbol habían opacado los anuncios políticos exhibidos para la segunda vuelta de las Elecciones Presidenciales 2014-2018, las mismas banderas que hace unos días tenían dividido al país entre dos candidatos políticos. Tal parece que dicha tensión se desvaneció con el jolgorio nacionalista que avivó el equipo colombiano de fútbol y la victoria sobre el seleccionado griego, y tal vez hizo olvidar a muchos compatriotas que al día siguiente acudirían a las urnas para definir el próximo mandatario del país.

La clasificación vs Costa de Marfil, socaba la polarización electoral Un día después de la contundente victoria de la selección colombiana de fútbol contra los griegos, el periódico El Tiempo publicó una foto en la cual tres mujeres hinchas exhibían una bandera colombiana con el mensaje: “1 gol por la paz… o mejor 3” al cierre del partido en el estadio. Un epitafio del país en aquel día, pues Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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en plena euforia del evento deportivo escogería en las urnas a su nuevo mandatario, entre reelegir al vigente o al candidato de la oposición; y sobre todo, entre dar continuidad o no al Proceso de Paz, punto central del partidismo entre la población nacional. Imagen 2 Recordatorio electoral

Fuente: Gámez, Jenny, et al. (2014) ¡Mundialazo!: los 21 días más gloriosos del fútbol colombiano. Bogotá: Intermedio: El Tiempo Casa Editorial

Tras la victoria del candidato-presidente Juan Manuel Santos en una reñida segunda vuelta electoral, los espacios publicitarios que ocupaban los candidatos presidenciales en la radio, televisión y medios escritos, fueron saturados con fútbol, Brasil, y sobre todo con comerciales respaldando al equipo colombiano. Aunque en los medios y en las calles se especulaba con un fraude electoral, entre otros rumores que despiertan las pasiones políticas; el eco de aquellas denuncias fue perdiendo resonancia ante la pasión deportiva, pues el segundo partido de la selección Colombia en el Mundial, era la oportunidad de clasificar a la siguiente ronda del torneo. 46

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El partido Colombia-Costa de Marfil lo vi en Santander de Quilichao junto a mi papá y hermana. La fiebre mundialista nos acompañó por el camino. En los peajes las chicas encargadas de recaudar el dinero habían reemplazado su habitual chaleco de trabajo por la camiseta amarilla, así como los vendedores ambulantes agregaron al mango viche, la guama, el bocadillo y demás productos que ofrecen en estos espacios, las camisetas, cornetas y banderines, esperando sacar provecho del ambiente futbolero. En carretera, las familias extendían la sala de sus casas a las afueras con televisores sintonizando RCN o Caracol, bulliciosos camiones con banderas colombianas transitaban la despejada carretera Panamericana, mientras los demás vehículos marchaban presurosos hacia sus destinos. En la plaza central de Santander, ubicaron una pantalla gigante para proyectar el partido, pero fallas técnicas de los organizadores de la Industria Licorera del Cauca la retrasaron, entre tanto, vi cómo en un restaurante, hasta sus cocineros y meseros se sumaron a la fiesta deportiva. Varias personas de la población llevaban escrito en el dorsal de sus camisetas “A. Ramos”, referencia al delantero caucano integrante del equipo colombiano en el Mundial nacido en Villa Rica, población vecina de Santander. En medio del juego, la transmisión hizo un paneo al reelecto presidente de la República Juan Manuel Santos y la primera dama de la república vestidos con la camiseta amarilla en el estadio, expresando lealtad con la selección y el país. En el mismo palco estaba Luis Bedoya (entonces presidente de la Federación Colombiana de Fútbol) vestido con traje formal y corbata amarilla. En pantalla, la narración de William Vinasco para RCN era acompañada de su popular cortinilla “William Vinasco Che, está narrando con caché” y fragmentos de canciones como “Colombia tierra querida” de La orquesta de Ray y “Fiesta” del Grupo Raíces que el narrador solía pedir para entusiasmar a los televidentes, y Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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que se supone inspirarían a los jugadores en campo. Frases como “Nunca nada ha sido fácil para los colombianos” o “¡Que sí, que sí, que sí, que venga el gol!” ensalzaban el esfuerzo de los futbolistas y mantenían al televidente sumido en la pantalla. El partido lo ganó Colombia 2-1. Al anochecer la selección Colombia saturaban los noticieros, avivando desde el éxito en dos partidos de fútbol, el lema gubernamental “Prosperidad para todos”, aunque fuese un espejismo. El imán de alegría hizo que las banderas políticas, las de los equipos locales y otras discrepancias de nuestra pluralidad social, se reunieran en torno a la que aglutina la nación. El poder, en este caso, necesita del deporte, pero, sobre todo, el triunfo deportivo. La derrota deportiva es más difícil de acusar para el poder, porque los ánimos para las coyunturas no son los mejores. Y aunque en el deporte –como en la democracia- ganar y perder es normal, en el teatro del poder el drama es esencial, sobre todo aprovechado desde el fútbol para avivar la llama del nacionalismo. […] habría que señalar, en términos muy generales, la desdramatización de ambas circunstancias [ganar y perder]. Pero, por lo mismo, su pérdida de profundidad y alcance. Se volvió a ganar y a perder como en un juego y como algo normal. Y eso, que es bueno, es poco propicio para los discursos y las imágenes de lo nacional, porque no se nutre de un balance equilibrado y apropiado de lo sucedido, sino de un temor y un cansancio ante argumentaciones falaces (Dávila, 2006, p. 108).

Finalmente, el periodista Nelson Padilla publicó en El Espectador su artículo “Aprendiendo de los elefantes”, en el cual realizó una crónica política del evento deportivo, porque los países enfrentados, más allá de la disputa por el balón, compartían conflictivas realidades sociopolíticas. Relatando cómo el estelar futbolista 48

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marfileño Didier Drogba tomó la bandera deportiva para lograr cierta pacificación en el conflicto político de su país. Colombia se enrutaba al siguiente partido y el fútbol copaba la atención social.

Sin promesas políticas, la selección hizo la campaña perfecta Desde que la selección Colombia aseguró su paso a la siguiente ronda del Mundial derrotando a Costa de Marfil, el ambiente nacional fue totalmente diferente al de dos semanas atrás. La división que sufrió el país por la hostil contienda electoral parecía lejana. Por las calles ya no había vallas de los partidos políticos, ahora la atención se concentraba en la selección de fútbol, la de toda Colombia, era un llamado a la unidad nacional más poderoso que cualquier discurso político. Con esa que se supone ganamos o perdemos todos. Los emblemas partidistas habían sido reemplazados por el tricolor nacional, presente hasta en los capós y espejos de los carros, situación que ni siquiera se ve en días de fiesta patria. Asimismo, el himno nacional fue rescatado de la lánguida obligación radial de reproducirlo a las 6 am o 6 pm y revitalizado por el optimismo deportivo. El acontecimiento deportivo parecía redimir el malestar social que dejaron los partidismos. Los buenos resultados deportivos hicieron que los medios de comunicación del país especularan sobre la recuperación o la nueva “identidad” del fútbol colombiano, los debates periodísticos y entre ciudadanos de a pie eran comunes. Lo cierto es que, en términos futbolísticos, la recuperación de dicha identidad, recordaba el “toque-toque” de los años 90. Como impronta del fútbol, esta estética se proyectó incluso como representación de identidad nacional.

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[…] a través del deporte, del fútbol y, en particular, de los seleccionados nacionales, se puede construir Nación, imaginarios de lo nacional, referentes duros, banales o discursivos de la identidad nacional, discursos sobre qué es ser colombiano (o brasileño, o ecuatoriano o sanmarinés) (Dávila, 2006, p. 102).

Pero a diferencia de la controversial generación de aquellos años; el carisma, disciplina y éxitos de los nuevos futbolistas colombianos, brindando espectáculo con llamativas celebraciones tras marcar goles, cautivaron su hinchada, legando una “buena imagen” del país. En redes sociales, las celebraciones de los goles colombianos eran tendencia por el mundo. El diario británico Metro había publicado un artículo llamado “Six reasons why England fans should now definitely support Colombia at World Cup 2014”, argumentando porqué los hinchas ingleses debían apoyar la selección Colombia, tras la eliminación de su equipo del Mundial. En las emisoras frecuentemente sonaba “Ras tas tas” de Cali Flow Latino. Una canción a ritmo de salsa choke que, aunque no era un lanzamiento reciente, pero tenía cierta popularidad en Cali, era desconocida por el resto del país hasta que James Rodríguez la señaló en entrevista con Caracol, como la inspiración para festejar sus goles tras ganar a Costa de Marfil. Con solo mencionarla en televisión, el ícono deportivo le dio fama a nivel nacional. En un país patriotero, pero acostumbrado a las derrotas, vivir una oleada de triunfos no es asunto de menor relevancia. Recientemente nos había sucedido en los Olímpicos con Mariana Pajón, luego con los triunfos ciclísticos de Nairo Quintana y Rigoberto Urán. El martes 24 de junio acudí a la televisación pública del partido Colombia-Japón en la pantalla que la Industria Licorera del Cauca y la Radio Policía Nacional instalaron en el Parque de la Salud de Popayán. Al evento asistieron unas 400 personas, la mayoría con 50

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la camiseta de la selección Colombia y unos cuantos jóvenes que llegaron con camisetas, gorras y “trapos” de los equipos del fútbol profesional colombiano como América, Millonarios y Nacional. Situación que incomodó algunos asistentes al evento, por la fama que tienen las barras bravas del país.

“En las emisoras frecuentemente sonaba “Ras tas tas” de Cali Flow Latino. Una canción a ritmo de salsa choke que, aunque no era un lanzamiento reciente pero tenía cierta popularidad en Cali...”

A diferencia de los asistentes que me rodeaban en el Centro Comercial Campanario para el partido versus Grecia, la variedad de diseños en las camisetas falsificadas de la selección Colombia para este evento público proliferaban; así como las escotadas blusas o leggings con rostros de los futbolistas colombianos que portaban algunas mujeres y zapatillas o baletas tricolor con diseños alusivos al Mundial, entre otras peculiaridades. En pantalla las graderías del estadio se veían nuevamente de amarillo colombiano, con algunos focos de hinchas azules de la selección japonesa. El partido se desarrollaría parejo, el jolgorio

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de la victoria esperaría a los últimos 10 minutos de juego. Cuando Colombia marcó su tercer gol, la apasionada algarabía se extendió porque ingresaba a la cancha Faryd Mondragón. El histórico arquero colombiano que jugó el Mundial de fútbol Francia 1998, regresaba con 43 años y se convertía en el jugador más veterano en disputarlo. En ese momento aplaudí orgulloso, pues “el turco” es hijo venerado del Deportivo Cali, equipo del cual soy hincha. Según me dijo mi hermana, a mi papá (una persona que pocas veces se conmueve) se le aguaron sus ojos mientras aplaudía la escena en casa. En el estadio, los hinchas colombianos que celebraban al cántico de “¡ole!” porque su equipo controlaba el partido, contagiaron la tribuna a mí alrededor. Finalizando el tiempo reglamentario, un contrataque resultó siendo el cuarto gol colombiano y detonó una vez más el delirio comunitario. Mientras en pantalla los futbolistas bailaban, la efusividad desbordaba el parque: balones, camisetas y gorras de la Industria Licorera del Cauca volaban hacia los hinchas, así como el baño de carioca y talcos manaba por doquier. Javier Fernández proclamaría airado, “¡Es mi patria la que amo, por ella lloro y suspiro en terreno brasilero! ¡Con James, con Jackson, con Cuadrado, con todos los muchachos de Colombia! ¡Qué feliz me siento hoy de ser colombiano señoras y señores!”. El delirio patriótico apenas comenzaba. Reiniciado el juego en pantalla apareció una chica sollozando con la bandera colombiana tapando su boca, difícilmente se escuchaban los relatos en pantalla, pues la tribuna en el parque copaba el audio con sonoras cornetas y al coro de “¡ole!” mientras los de amarillo pasaban el balón entre ellos. La celebración multiplicaba el aguardiente, pero el partido aguardaba una emoción más. En un error defensivo de Colombia el rival quedaba de cara al arco, pero Mondragón achicó y desvió el balón con su pierna derecha. La fugaz tensión pasó a ser un final de ensueño, como 52

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sí la goleada no estimulara suficientemente la fiesta, la exitosa acción del arquero daba continuidad al carnaval porque silenció el pitazo final con la potenciada algarabía que había engendrado. Entre abrazos, reaparecieron el baño de carioca y las banderas ondeantes por el cielo. El locutor en tarima debió esperar que la bulliciosa oleada calmara para anunciar un concierto que prolongaría la fiesta, sin tener que hacer mayor esfuerzo para vivificar una hinchada que vibraba por sí misma, encandilada por la conquista deportiva. A continuación, surgió la música, formó parejas y los vendedores concentraron la demanda de la multitud sedienta de cerveza y aguardiente. Luego me alejé de la multitud embriagada de triunfo y la caravana comenzaba a surgir, de fondo en tarima sonaba “Ras tas tas”, canción que se perfilaba como la oficial de la selección Colombia en el Mundial. Pese al cielo grisáceo la uniformada celebración no menguó. Peatones, carros, motos y bicicletas acompañaron el desfile callejero con banderas, cornetas y carioca. Hasta los árboles de guayacán acicalaban la celebración sus flores amarillas. Los hinchas se aglutinaban en las glorietas, rodeadas de bares y estancos, departían con los atronadores equipos de sonido en sus vehículos, algunos ondeaban banderas sobre los monumentos en las glorietas, embriagados de aguardiente y patriotismo. Largas filas de vehículos atrofian el tránsito, pero en este caso el trancón no parecía generar conflicto entre conductores, en cambio los involucrados ondean banderas, bailan y resuenan las bocinas de sus vehículos en el improvisado carnaval. Las calles del silencioso centro de Popayán eran repentinamente abrumadas por estruendosos motociclistas que transitaban la ciudad, la fugaz manifestación colorea por segundos la calle de amarillo, azul y rojo, captando la atención de habitantes y transeúntes. Risueños por la histórica campaña de la selección Colombia, los hincha-dos de patriotismo prolongaron la celebración Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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hasta el anochecer. Nueve goles en tres partidos fortalecían el imaginario nacional de “ser colombiano”, solo quedaba esperar al encuentro contra Uruguay por los octavos de final, para saber si la ilusión nacional se prolongaría más. Todos en fiesta, cantando y muchos en vacaciones de embriagante nacionalismo. Como en el carnaval, el disfraz permite que, bajo las pelucas, máscaras y penachos muchos se liberen de su cargo en la empresa, de su definida posición en la sociedad, de su estatus de seriedad y, puedan tomarse unos tragos, bailen, griten y manifiesten su fogosidad. Al permitirles ser de carne y hueso, el disfraz contiene el ridículo, mengua el temor del qué dirán en la cotidianidad. Por eso, el carnaval de fútbol y transgresivo frenesí patrio. Se podría pensar que toda Colombia estaba pletórica de ese sentimiento nacional que puso al país en vilo, pero sobre todo en expectativa, tras la triunfal campaña del equipo nacional, clasificado a siguiente fase en primer lugar, invicto y practicando un fútbol que ilusionaba su público. El rival en octavos de final sería la siempre incómoda selección uruguaya. Antes del partido, todo era fiesta, mientras el acontecer político nacional, quedaba casi supeditada a la creciente burbuja del fútbol. Y aunque el Estado, esa construcción sociopolítica coyuntural, ha aprovechado diversos escenarios para establecer un diálogo con la ciudadanía y consolidar su primacía, lo que se vislumbraba por esos días era una profesión de ofertas y demandas en torno al fútbol: marcas, publicidades, artículos desde banderines hasta guayos; todo era un mercado, lo cual manifestaba la presencia progresiva y el posicionamiento de esta lógica, dirimiendo algunos lugares que incluso la política no podía prever. El mercadeo bombardea productos con un mensaje que cala directo en los corazones del ciudadano de a pie que necesita la pertenencia a un grupo social fuerte y gana posiciones sobre las narrativas que consagra la política. 54

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[…] el Estado pierde poder y participación, se retrae, se ausenta de la faz pública durante mucho tiempo, y el mercado recibe como legado las funciones que se le han quitado al Estado. Así, producto del desmantelamiento estatal, sus instituciones no sólo son constreñidas a abandonar su tarea de “nacionalización” de las partes, sino que también se callan las voces que transmitían el discurso nacional (Finucci, 2011, p. 135).

“Al permitirles ser de carne y hueso, el disfraz contiene el ridículo, mengua el temor del qué dirán en la cotidianidad. Por eso, el carnaval de fútbol y transgresivo frenesí patrio.”

Se diría que queda visibilizada la ausencia de un Estado-Nación que responda a satisfacer las necesidades básicas de los ciudadanos. Y que, en líneas generales, adscriba a un gran proyecto nacional. Las otras narrativas, aquellas que enaltecen la idea de nación sin construirla realmente, esto es, institucionalmente, son apenas lugares comunes que cooptan otros actores, en este caso, el mercado.

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Era aquello lo que se vivía en Colombia incluso antes de que la selección clasificara al mundial de fútbol, en la inminencia de éste y ya en plena actividad futbolera, la publicidad, el marketing deportivo hizo que se considerara la ley seca, que el abstencionismo se mantuviera o creciera un poco, que todo un país se paralizara para ver a once jugadores en acción. Desde luego, no hay que atribuirle la relación directa al marketing frente al estallido del sentimiento nacional, sobre todo en el campeonato más reciente. También la política ha hecho su parte. Y otros actores. Lo que sucede es que el marketing, globalizado y vigilante, aprovecha las debilidades institucionales que se expresan como vacíos sociales para actuar allí donde se puede generar una necesidad. De esta manera, la selección Colombia entra a los octavos de final de la Copa Mundo.

Colombia vs. Uruguay, el clímax nacionalista La fiebre amarilla, como algunos medios de comunicación llamaban la pasión desatada por la selección Colombia de fútbol, se propagó rápidamente y su avance por el país ya parecía una epidemia. Con titulares como “Todos con la selección”, “El partido más importante de nuestra historia” o “¡Por el maracanazo!”, la prensa colombiana reflejaba la expectativa del partido contra el seleccionado uruguayo. Un día antes del definitivo juego, durante una ceremonia de la Fuerza Aérea Colombiana, el presidente Juan Manuel Santos pronosticó que la selección Colombia saldría victoriosa por 2-1 ante Uruguay y exaltó al director técnico y los futbolistas del equipo nacional por su gesta deportiva. Uruguay era un rival de cuidado. -Me afirmaba Gustavo, un amigo de mi papá- Yo no me confiaba de los medios de comunicación y menos contra Uruguay. Esa vaina de llamarlo “Maracanazo a 56

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la colombiana” antes de jugar el partido me parecía exagerado. Después del 5-0, el desastre del 94 y Andrés Escobar, sentía volver a esa época, aunque debo decir que la expectativa era incontenible. Antes del partido, con la emoción que sentía estaba exaltado, la de mis amigos y la gente, me preguntaba si hemos madurado en eso de saber ganar o saber perder.

La ceremonia de himnos, lágrimas, abrazos, manos al corazón, entonación a voz en cuello frente a las pantallas no se hizo esperar. Era una coreografía que iba en ascenso desde el primer partido de la selección, mientras la publicidad de cervezas, vestuarios, manillas, banderines y todo lo que se podría imaginar alrededor del combinado patrio estaba a la orden del día. La cerveza Águila congregaba en hogares y locales comerciales el fervoroso sentimiento hacia el equipo de fútbol que se proyectaba hacia el país en unidad nacional. No había polarización. De alguna manera, no había transición en colores políticos o ideológicos. La política separa, lo que se nota aún más en las elecciones recientes. El fútbol une. Hay una paradoja en todo aquello que rodeó la política en Colombia, sobre todo, desde el ascenso al poder de Álvaro Uribe Vélez: el discurso en torno a la patria que debía ser protegida de la amenaza terrorista no pudo unirla, todo lo contrario, fue radicalizando a los sectores sociales cada vez más en dos bandos. Muchas veces, la narrativa nacionalista cuando se concentra en rivalidades políticas y, sobre todo, en la exaltación de sentimientos a través de la creación histórica de las enemistades, resquebraja la posibilidad de unir al país, coyuntura precisamente de la ausencia de un proyecto de nación, al menos desde la acepción liberal que la vincula al modernismo y a lo transhistórico (Cfr., Hobsbawm, 1998, p. 21). El “divide y vencerás” para una nación parece no aplicar al deporte y, en este caso, al fútbol en pleno auge de un mundial.

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El partido Colombia-Uruguay lo vi en casa, con mi familia y unos amigos de mi papá. Los primeros minutos del partido fueron un concierto de juego rudo de los uruguayos. Sin embargo, posteriormente se impuso el juego de los colombianos que finalmente generó su primer gol, autoría de James Rodríguez. En medio de nuestras desesperadas indicaciones a la pantalla, “¡abrila!”, “¡pasala!”, “¡soltala!”, como si los futbolistas lograran escucharnos, llegó la arremetida que sosegó la angustia. Tras la volea de James quedé atónito, viendo como el balón, de la potencia con que golpeó el larguero, nuevamente rebotó hasta tocar la parte superior de la malla, ¡GOLAZO! Enseguida vi a papá y recordé que hace muchos años no le escuchaba exclamar un gol de la forma que lo acababa de hacer, su gritó lo relacioné con el 5 de septiembre de 1993, cuando me asustó reiteradamente celebrando los goles de Rincón, Valencia y Asprilla contra la selección argentina frente a un robusto televisor negro marca Toshiba, aunque para ese momento yo estaba muy pequeño y no entendía mucho su reacción. El júbilo hermanó al barrio, el mutismo en las calles fue interrumpido súbitamente con el comunitario escándalo de gritos, tamborileos, rechiflas, pitidos y sirenas que acompañaron el caótico bullicio. Javier Fernández había concluido su cántico de gol, exclamando ardoroso “¡Como le pegaste a ese balón James! ¡De pierna zurda como los berracos, como es Colombia! (…) ¡Abrácense colombianos, abracémonos en un solo corazón Colombia!”. El canal oficial del Mundial para Colombia, Caracol y su impronta Gol Caracol, tiene un equipo de trabajo liderado por el comentarista Javier Hernández Bonnet y el locutor Javier Fernández, un expresivo periodista deportivo que suscita odios y amores, pero a quien nadie puede negar su espíritu patriótico, que a veces resulta excesivo, en tanto asume en sus narraciones a Colombia como la mejor nación del mundo, otorgándole virtudes que, en realidad, refleja 58

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ciertos rasgos del colombiano promedio. Fernández es un locutor que construye su relato de cada partido apelando a las bondades del pueblo colombiano para que éste crea que puede salir adelante ante las contingencias, que es posible construir un país mejor a partir de la convicción de las cualidades del espíritu nacional. La berraquera, el pundonor, las agallas, la hombría o la entrega son elementos que, más allá de constituir los rasgos característicos de una nación, hacen parte de una constitución o posturas del carácter subjetivo. Pero para los medios de comunicación, en este caso aliados del marketing deportivo, este tipo de alusiones son ideales para tomarlas como slogan y discursos publicitarios, añadiendo aportes de los propios deportistas como el baile, una muletilla, una forma de hablar, una frase amable, entre otras cosas. Finalmente, es innegable que el fragor nacionalista se nutre de eso, es una expresión de las emociones y los sentimientos afincados en la esperanza y asimismo elaborados sistemáticamente en el espacio de relaciones con los otros miembros de la comunidad y, generalmente, frente a algún dilema o desafío histórico. En este caso, el fútbol y la esperanza de ir más allá, de ser reconocidos como algo más que una revelación deportiva. El partido entre la selección uruguaya y la colombiana finalizó 2-0 a favor de Colombia. Era la noticia deportiva más importante del país hasta ese momento, en lo que a fútbol se refería: la selección colombiana, por primera vez en su historia, accedía a los cuartos de final de un mundial de fútbol. Así como era ingresar en algo novedoso, esperanzador, aunque incierto, era el terreno propicio para converger en el amor por la patria. Se supo que el rival era Brasil, la selección local, equipo con suficientes reconocimientos históricos como potencia futbolística, pero que en aquel mundial no desplegaba el jogo bonito, la Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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impronta estética del fútbol brasileño. Brasil jugaba mal, pero sacaba sus resultados. La maquinaria del mercado necesitaba al anfitrión del Mundial escalando las fases. Desde luego, esto no escapaba a las suspicacias del colombiano promedio. Habría que tomar todas las medidas para contrarrestarlo. Era la perfecta oportunidad para unirse como país y enfrentar al Goliat de turno. En este caso concreto, el pequeño jugaba un mejor fútbol, mientras el gigante, pese al talento de sus estrellas, exhibía más fuerza que técnica. Lo importante era demostrar la fuerza nacional para enfrentar esta emergente rivalidad, nunca tan posicionada en el ámbito futbolístico. Por su parte, Brasil es un país acostumbrado a ganar en el fútbol, asimismo planea en el terreno emergente como potencia zonal en materia socioeconómica, no obstante, al reconocimiento de sus complejidades sociales expresadas en varias protestas; en tanto que Colombia, con vastedad de problemas sociales, económicos y políticos, es uno de los países más inequitativos de América Latina. Si bien hay vasos comunicantes entre ambas naciones, que comparten elementos culturales, frontera, entre otros, sus diferencias también son notables. Dos fuerzas en contienda, dos naciones enfrentadas en un campo deportivo cuya acción siempre traerá connotaciones sobre la identidad de ambas y de los agentes que las habitan. Y es que la rivalidad entre dos equipos, aunque parezca ser netamente deportiva, se comprende solo al situar históricamente estos clubes y los lugares que representan dentro del sistema urbano nacional, lo que facilita el descubrimiento de aspectos cruciales de la identidad y de la tensión existente entre sus aficionados (Magazine, Ramírez y Martínez, 2009, p. 158).

Se puede decir que se albergaba la esperanza de ganarle a Brasil. Tras la rotunda victoria contra Uruguay, en Popayán había 60

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gente bebiendo, trasnochando, con su camiseta puesta en una fiesta que perduró días. Los días transcurrieron agitados porque la embriaguez persistía. Asimismo, las banderas permanecían colgadas de sus astas en ventanas y balcones. Los mercados callejeros, además de las camisetas de moda, exhibían diversos productos alternativos con etiquetas que rezaban “Brasil 2014”, “Colombia”; o imágenes de Fuleco4, la Copa Mundial y los futbolistas. James Rodríguez destacaría, una vez más, el “Ras tas tas” en entrevista con RCN tras vencer a Uruguay. El impulso mediático de Caracol y RCN, sumado a los logros deportivos, hicieron que la canción se consolidara como el tema oficial de la selección Colombia en el Mundial Brasil 2014. Los medios escritos copaban sus páginas con artículos dedicados a los “semidioses” colombianos; James, Yepes, Teo, Cuadrado, Ospina, los futbolistas de la plantilla en Brasil figuraban en la prensa nacional, aunque en disímiles proporciones. No obstante, los elogios se centraron en James Rodríguez, el goleador del equipo. “James redentor”, “El mundo elogia a James”, “El “10” de Colombia va camino de ser leyenda”, eran algunos titulares dedicados al ídolo en El Tiempo. Los medios de comunicación hicieron de los jugadores nuevos titanes, mientras sus fanáticos lo asumían con orgullo y convicción. La desbordada fiebre amarilla contagiaba incluso, a quienes antes del mundial eran indiferentes al fútbol. Volcados a su equipo, los colombianos se sentían más que nunca vinculados y miembros de una nación a instancias de la narrativa pasional y, estratégicamente moldeada, llena de lugares comunes en torno al nacionalismo desde los mass media.

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Fuleco fue la mascota oficial de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014

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Respondiendo al llamado de los medios, la gente asiste a los partidos importantes que juega la selección nacional, no sólo en su rol de aficionado al fútbol, que disfruta del juego per se, sino como un ciudadano que encuentra en un partido de fútbol la ocasión de hacer manifiesta su pertenencia a la nación. La ciudadanía participa en estos dramas nacionalistas asumiendo un rol ritual de ciudadano que ha depositado la representación de la nación en la selección, lo que, a su vez, lo compromete a dar su apoyo —se espera que incondicional— a esa representación (Villena, 2006, p. 43).

Así, convocada al unísono, conformada y representada como comunidad nacional, la gente se aprestó ilusionada con ganar, el tiquete a semifinales, por primera vez, de un mundial de fútbol.

Por una ilusión, mártires vs Brasil Imagen 3 Caricatura de Pad’r

Fuente: http://caracol.com.co/radio/img/201407013783a992.jpg

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El partido Brasil-Colombia por cuartos de final en la Copa Mundial, se convirtió en el partido de fútbol más visto en la historia del país. Transmitido por los dos canales de televisión privada del país, la audiencia de Caracol 23.1 y la de RCN 11.2, estableció un rating histórico de 34,35 . La convocatoria fue masiva, no sólo en centros comerciales o casas, en lugares públicos como parques o plazas, la gente se arremolinaba ante pantallas gigantes dispuestas por las autoridades municipales. Por aquellos días, en medio del optimismo nacional por el triunfo deportivo, también emergió un sentido de unidad tras la indignación que produjeron tres burlas malintencionadas por el estigma que históricamente ha generado el narcotráfico al país. Al inicio del Mundial, la entonces embajadora de la Unicef en Holanda Nicolette Van Dam publicó en su cuenta de Twitter un montaje con los jugadores Radamel Falcao y James Rodríguez aspirando cocaína, tras la demarcación de una barrera trazada por un árbitro. Luego un par de locutores australianos aseguraron en su programa radial, que a los futbolistas colombianos no deberían decirles “los cafeteros”, pues el país era más reconocido como productor de cocaína. Por último, tras la victoria contra Uruguay, un caricaturista belga llamado Pad’r publicó en Facebook una caricatura que mostraba jugadores colombianos en una postura similar a la publicada por Nicolette Van Dam días atrás “¡La Colombie respire la confiance!” (Colombia respira confianza) había titulado su dibujo. Días antes del partido Brasil-Colombia presencié el impacto del evento deportivo en mi entorno más próximo. Encontré com-

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http://www.ratingcolombia.com/2010/12/cifras-de-audiencia-en-colombia.html

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pañeros que anteriormente denostaban del Mundial o que me habían afirmado no les gustaba el fútbol, posteando en Facebook su respaldo al equipo de su país, fotos vistiendo la camiseta, exhibiendo la bandera, vídeos de goles, celebraciones y demás artículos destacando su felicidad en medio del éxito, sumándose a la fiesta patria, postales mediáticas sinfín. De hecho, un día antes del partido, me encontré con un compañero y a quien no le gusta el fútbol, abrazándome fuertemente, emocionado dijo que ganaríamos al equipo brasileño. El partido Brasil-Colombia lo vi en un café-bar del centro de Popayán. El espacio de los protocolarios es aprovechado para pedir bebidas o comida, tomar fotos y bromear, creo para varios es una forma de calmar los nervios. En tanto pasan las formaciones y presentan la de Colombia, se desatan las arengas de los presentes. Aparecen los directores técnicos y hay una breve discusión por la alineación inicial de Colombia, quienes sumamos temores porque el técnico Pékerman dejó en la banca a Abel Aguilar, arguyéndolo como pieza clave de la selección. El estadio se tiñe de amarillo, pero en esta ocasión no lo adornan colombianos, es la “torcida” local que predominantemente lo hace, por primera vez en este Mundial Colombia va a jugar de visitante. La cámara aérea posada en el círculo central del campo muestra los jugadores colombianos reunidos en un abrazo, la escena desata aplausos y besos al televisor. El partido comenzó, y apenas transcurridos seis minutos, la sorpresa: gol de Brasil. La sala del café enmudeció. Si bien la selección local era de respeto, el nivel de los colombianos podía hacerles frente. Pero incluso tras ese primer gol, Colombia no reaccionó. Y así terminó el primer tiempo. Muchos estaban confundidos: ¿dónde había quedado el buen fútbol de la selección? El entretiempo serviría para recargar energías y esperanza. Queda64

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ban 45 minutos: todo o nada. Cuando comenzó la segunda parte, Colombia reaccionó, aunque tímidamente. Hasta que sobrevino la polémica jugada que enardeció el espíritu nacionalista. Tras el cobro de una falta a favor de Colombia, el balón aterrizó en el área brasilera. Hubo un entrevero allí hasta que el capitán Mario Alberto Yepes aprovechó la confusión y de un zapatazo hundió el balón en la red. Gol. Celebramos el ansiado empate, pero el árbitro anula el tanto. Alegato de los colombianos. Más confusión aún. Se anula por un aparente fuera de lugar. Difícilmente aceptábamos la decisión arbitral. Inmediatamente la tristeza se transformó en ira hacia el juez central: ahora era un vulgar ladrón que había despojado a Colombia de su botín, por más que en pantalla fuese evidente la posición ventajosa de Yepes cuando la jugada empezó. Aunque en la repetición veíamos a Yepes claramente adelantado cuando el centro inició, pocos admitimos el legítimo fuera de lugar, ahí entiendo que el patriotismo y la lealtad había cegado varios hinchas a mí alrededor. Pese a que la invalidación era justa, yo también deseaba que los árbitros no hubiesen sancionado la jugada. La frustración porque Brasil era favorecido por el árbitro, al ignorar las violentas entradas del local, me hacía desear otras formas de “justicia”: el malestar de que mi país estuviese siendo estafado y mi lealtad hacia él, me impulsaban a desear un error arbitral o cualquier clase de fraude para que lograra ganar. Hay que decir que desde la narración del Gol Caracol se puso en duda la decisión del juez, si bien era una jugada de difícil criterio. Javier Fernández, henchido de nacionalismo, se dolía profundamente de la decisión arbitral. El bloque colombiano contra el árbitro no dio espera. Declaración de principios contra el juez: el nacionalismo mostró su lado más extremo, el de la defensa del honor a través de las vías cruentas de hecho a instancias (o mejor, impulsadas por) del fútbol: Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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El fútbol ha tomado el relevo de la guerra en la representación de las naciones como conjunto de sujetos compitiendo por recursos limitados: de un ejército en lucha para garantizar a sus naciones territorios y riquezas, se llega a un equipo en juego para garantizar a una audiencia un trofeo, que simboliza la escasez de recursos: hay un solo ganador y muchos perdedores (Screti, 2011, p. 5).

El partido siguió. Pero tras una polémica jugada en la que un delantero brasilero simuló una falta por la que fue amonestado James Rodríguez, llegó un tiro libre que cobró de forma impecable un defensor brasileño. Gol. Brasil 2 Colombia 0. Frustración total a 20 minutos del final, que alcanzó a ser fugazmente atenuada por un penalti a favor de Colombia, diez minutos después del segundo gol brasileño. Y aunque Colombia intentó empatar, el partido terminó con ese marcador. En ese momento llegó la tristeza y la desolación porque acababa la ilusión. Pékerman abraza a un desconsolado James Rodríguez y varias personas se afligen, luego los brasileños hacen lo mismo, pero hay quienes toman el gesto como hipócrita. En el aire, la casi convicción de que el anfitrión fue ayudado por el árbitro, la maquinaria del mercado y la FIFA. El robo fue consumado, el país se sentía víctima de un ultraje; el prejuicio después del orgullo: no había punto medio. Si se gana algo será robado, después de tocar el cielo. Este tipo de sensaciones no son producto de bruscas transiciones: la construcción del enemigo, de su ubicación y reconocimiento, en medio de tantos vacíos como nación y Estado, es sistemática, es decir, es una emoción racionalizada: “Las emociones y el razonamiento no son incompatibles, sino que se vinculan en un sistema de procesamiento total de información y de la construcción de sentido.” (Ramírez, 2001, p. 85). Esto es, que la idea de la nación en unidad, pocas veces vista en Colombia como cuando la selec66

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ción nacional llega a instancias elevadas, es frágil y se sustenta en la polaridad de lo álgido y el despojo, lo alto y lo bajo, sin que todo lo que atraviesa esta tensión, un proyecto político consolidable, haga presencia en ella. El país regresaba triste a su realidad porque sus héroes habían caído, pero orgulloso y altivo por su logro, convencido de que luchó ante la misma FIFA y su favorecimiento al anfitrión. El mundial seguía, pero de golpe había despertado a una nación embelesada en el triunfo, como si éste fuera permanente. Sin embargo, aún cabía la posibilidad de que el sueño colombiano lo soñaran, encarnándolo, otros héroes. Mientras tanto, a los caídos en Brasil se les recibió en sus ciudades de origen con bombos y platillos. De nuevo, los medios de comunicación, en medio de los avances del proceso de paz que tenía férreos opositores, priorizaron la llegada a Bogotá de los jugadores en caravana desde el aeropuerto El Dorado hasta el Parque Simón Bolívar, donde los héroes fueron homenajeados por sus hinchas, mientras estos agradecieron su respaldo cantando y bailando para la multitud de fanáticos que atiborró el espacioso lugar; y luego partieron a la sede de la Federación Colombiana de Fútbol donde los esperaba el presidente Juan Manuel Santos. En las calles bogotanas había un grito generalizado de gratitud para los héroes. Posteriormente, en varios municipios, tierra natal de los futbolistas de moda, hubo verbenas, fiesta y condecoraciones para los titanes.

Alemania, el nuevo ídolo nacional Un mantra generalizado en buena parte de Colombia: “Era gol de Yepes”, “Era gol de Yepes”. Hasta la saciedad se demostró que el jugador estaba en fuera de lugar, pero la idea del despojo se Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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generalizó, se hizo viral en medios de comunicación y redes sociales; replicado por figuras públicas como Radamel Falcao, Mariana Pajón o el propio Mario Alberto Yepes en apoyo a sus compañeros caídos en territorio brasileño. Entonces, el enemigo tendría que ser derrotado por otros medios. Alemania, el poderoso tricampeón mundial, enfrentaría en semifinal a Brasil. Las energías colombianas, entonces, se enfocaron a alentar a los teutones para vengar la honra mancillada. Sin el furor de antes, pero masivamente, muchos colombianos concentraron sus anhelos por la derrota brasileña. ¿A qué hora nos volvimos alemanes? ¿No se supone que debemos alentar los de la región? –Preguntaba con gestos de seriedad mi amigo Diego- Sí, nos eliminó Brasil, pero el gol de Yepes fue bien anulado… ¿Cuál era el motivo para apoyar a Alemania? Le pregunté a mis amigos, que tenían puesta la camiseta de Colombia. Decían que a Colombia le robaron el partido, que era gol de Yepes. No traté de comprobarles que ese gol fue en fuera de lugar. Para qué. Ese tal “era gol de Yepes” justificaba la venganza.

Alemania derrotó con un contundente 7-1 a la selección anfitriona. Como era de esperarse, celebración masiva. Honor vendado, honra restituida, “justicia divina” decían por las calles muchos colombianos pletóricos de felicidad. Por lo demás, Alemania se consagró campeón del mundo frente a otra selección suramericana, Argentina, y aun así había que ser leales a Alemania porque vengó a Colombia. Se sentía tranquilidad entre colombianos, más bien, una conformidad, un “fresquito” con lo sucedido. Mucho se habló de ese gol de Yepes, pero finalmente, Alemania había sido el ídolo que representó el papel protagónico “injustamente” despojado a Colombia. Terminado el Mundial, el nacionalismo deportivo fue aplacándose poco a poco.

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Feminidades, cuerpo y equipo: Un relato etnográfico de mi experiencia como jugadora

Diana González Sánchez dianag9502@hotmail.com Universidad Icesi Artículo de reflexión etnográfica recibido el 01/02/2019 y aprobado el 01/03/2019

Cómo citar este artículo: González Sánchez, D. (2019). Feminidades, cuerpo y equipo: un relato etnográfico de mi experiencia como jugadora. Trans-Pasando Fronteras, (13). doi: 10.18046/retf.i13.3398

Resumen Este artículo se compone de una serie de extracciones de mi tesis de pregrado. El nuevo texto intenta recoger el lado más etnográfico de mi proyecto de grado y a través de este se dispone a mostrar cómo por medio del campo que realicé con el equipo 71


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femenino de fútbol de la Universidad Icesi y siendo parte de este, hago un análisis de escenarios como el partido, el entreno y el camerino. Desde aquí muestro la forma en que se dan las relaciones dentro del colectivo, hablo sobre lo que significa integrarse y pertenecer a él. Esta vivencia también me permite explorar lo que significa ser una jugadora de fútbol universitario desde aspectos físicos y emocionales, saber qué se siente, qué duele o aqueja, ver cómo el deporte se refleja en mi cuerpo y concientizar las influencias de él en mí como mujer. Palabras clave: Fútbol femenino; Cuerpo; Feminidades; Deporte.

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Feminity, body and team: An ethnographic account of my experience as a football player

Abstract This article is formed by a series of extractions from my undergraduate thesis. This new text tries to collect the ethnographic side of my project and with this it shows, through the field work I did with the female football team from Icesi University, the analysis of scenarios like the match, the trainings and the dressing rooms. With this I try to show how the members of the team get along, the relations they have with each other and how they find the way to be part of the collective. This experiences in general allows me to explore the real meaning of being a university football player, from the physical aspects to the emotional side. It got me to experience how it feels and what it hurts. I saw how the sport could reflect on my body and due to this I could finally be aware of the influence in me as a woman. Keywords: Football; Feminity; Body; Sports

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1. Volviendo a jugar, sintiendo y concientizando el fútbol femenino Había dejado de jugar fútbol por un semestre completo y desde entonces me prometí a mí misma que me iba a alejar del ser arquera debido a lo abrumada que me hacía sentir la presión de esta posición. Sin embargo, cuando comencé mi trabajo de campo y retomé los entrenamientos, me lancé de nuevo, y sin pensarlo dos veces, me ofrecí para ser la arquera del equipo otra vez. En ese momento, no había nadie más que lo pudiera hacer y creí que sería un lindo gesto en agradecimiento por haberme dejado hacer mi trabajo de campo con ellas. Yo sabía que no iba a ser fácil volver a soportar la responsabilidad que implicaba ser la arquera. En general, volver a ser una jugadora en el campo porque, según varias de mis compañeras esa misma presión abrumadora se siente en cualquier posición en el campo de juego. Porque, no importa si eres delantera, volante o defensa siempre antes de jugar se te hace un hueco en el estómago. Y, cuando tuve la oportunidad de hablar sobre esto en varias ocasiones con ellas; los nervios y la presión eran un factor común entre todas, porque, jugar bien para ellas es un deber, es parte de la responsabilidad de estar y pertenecer al equipo. Porque, cuando sales a la cancha y comienza a rodar el balón todas están confiando en el desempeño de la otra. La efectividad del equipo recae en el esfuerzo de cada individuo y especialmente en la conexión y suma final de todos los desempeños. Aproximadamente dos horas antes del partido que oficializaba mi retorno a las canchas, mi cuerpo y mi mente comenzaron a concientizarse de que iba a tapar. En esos momentos podía sentir la inseguridad y los nervios de saber que hace mucho tiempo no me enfrentaba a esta situación. Podía sentir el vacío en el estómago y era tan fuerte que comenzó a jugar conmigo y con lo que significa 74

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para mí enfrentarme a la presión de todo el equipo. Así, todas las excusas posibles para evitar jugar pasaron por mi mente en ese momento, pero ya era demasiado tarde para arrepentirme, había hecho un compromiso y tenía que cumplirlo. Finalmente, fue hora de ir a la cancha. El compromiso que había hecho pesó más que mis nervios, me presenté en la cancha y decidí salir a jugar. Alcanzaba a sentir los latidos de mi corazón que parecía querer salir de mi pecho. Tenía una maraña de emociones y un nudo en la garganta. A pesar de que tenía muchos nervios, también estaba muy emocionada de poder volver a vivir esa adrenalina de salir a la cancha y jugar, de hacer una tapada, de celebrar un gol o de gritar con las entrañas. Así, cuando sonó el primer pitazo y el balón empezó a rodar, puse toda mi concentración en el partido. Los nervios disminuyeron, pues el estar ahí en la acción hacia que mi concentración se multiplicara. Y es que para las once que estábamos ahí paradas enfrentando al otro equipo, el mundo se redujo a ese rectángulo, toda nuestra atención se volcó sobre el balón, cada una estaba dispuesta a darlo todo por el mejor resultado; incluso, se alcanzaba a sentir una combinación de pasión, nervios y adrenalina. En ese instante, lo que pasaba por fuera de la cancha se había vuelto algo lejano que se incorporaba por momentos. Ahora bien, durante el partido toda tu energía se vuelca sobre esos momentos, es como si en esos noventa minutos reprogramaras el cerebro únicamente para jugar fútbol, de tu mente desaparecen los demás pensamientos, te pones en modo fútbol. En ese instante sólo piensas en la presión de ganar, en la emoción de un gol, en la adrenalina de darlo todo, en patear el balón y hacer buenas jugadas. Y, ahí estaba yo jugando, sintiendo y analizando toda la carga física, emocional y hasta social que implicaba practicar fútbol para una jugadora. Era una combinación de muchos factoTrans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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res, el estado de competencia, la presión del jugar en equipo, el público, la calidad de tu desempeño, las rivales, tu entrenador, la técnica, la táctica y el fútbol en general. Ahí entendí que practicar este deporte era algo físico, mental y emocional, era algo a lo que sometías todo tu cuerpo, algo que afectaba de manera directa tus emociones y sensaciones. Ahora, volver a la práctica del deporte desde una mirada más analítica me hizo concientizarme que el fútbol es un deporte que te mueve hasta la más pequeña de las fibras. Porque, es una actividad que te enseña resistencia, perseverancia, a trabajar en equipo, a sentir el dolor, a ser fuerte, pero también a llorar y a perder. Es un deporte que en definitiva te llega, te impacta, te transforma, como persona y como mujer. Y de ahí nace mi tesis, desde esa concientización del impacto del fútbol en mí como jugadora. De una necesidad de detenerse sobre la influencia que se da entre las mujeres y el fútbol. Este nuevo trabajo intenta recoger el lado más etnográfico de mi proyecto de grado; y a través de una serie de extracciones de este, se dispone a mostrar el trabajo de campo que llevé a cabo en conjunto con el equipo femenino de fútbol de la Universidad Icesi. A partir de esta recopilación etnográfica, exploro lo que significa ser una jugadora de fútbol universitario en escenarios como el partido, el entreno y el camerino, para desde ahí exponer aspectos colectivos, las relaciones y dinámicas del equipo y aspectos individuales, físicos y emocionales.

2. El cuerpo, las feminidades y la subjetividad Desde mi experiencia como jugadora puedo decir que muchas de las experiencias que he vivido me hacen reafirmar al fútbol como un espacio de negociación entre la reproducción de los dis76

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cursos hegemónicos y la transgresión de las características asignadas como naturales e inherentes al ser mujer. Por una parte, el fútbol me permitió varias actitudes que se salen por completo de esa versión hegemónica de la feminidad. Pues, en la cancha era agresiva, el contacto contra las rivales siempre era muy fuerte, utilizaba toda la fuerza de mi cuerpo para ganar el balón, no importaba si eso significaba tirarme al suelo, ensuciarme o rasparme. Incluso, en algunas ocasiones durante los partidos, escupía al suelo cuando se me secaba la garganta y gritaba groserías cuando tenía mucha rabia. Por otra parte, que el fútbol me facilitara estas maneras, no significó que yo dejara de lado todas las demás formas de ser que eran más cercanas a la feminidad normativa bajo la cual he vivido. Así, al igual que mis demás compañeras seguía sintiéndome mujer y también femenina. Y cuando hacemos referencia a la feminidad, la definimos como una distinción social e histórica desde la cual se caracteriza a las mujeres a partir de una serie de pensamientos, lenguajes, comportamientos, actividades, creencias y actitudes. La feminidad es, pues, el conjunto de características mediante las cuales se representa y se identifica a un tipo mujer prototípicamente definida. Hablar de esta categoría social significa hablar de un conjunto de elementos que se supone debe hacer alguien considerado como mujer, para reconocerse como una, y así mismo, para que los demás la reconozcan como tal. Estas características de la feminidad “son patriarcalmente asignadas como atributos naturales, eternos y ahistóricos, inherentes al género y a cada mujer”, además de que la definen “de manera contrastada, excluyente y antagónica frente a la masculinidad del hombre” (Lagarde, 1990:3). Sin embargo, ese conjunto de signos que son o representan la feminidad no han sido estáticos ni ahistóricos. Estos han sido constantemente reevaluados y reconstruidos por quiénes Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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nos identificamos como mujeres y por quiénes a su vez hemos buscado relacionarnos con otros a través del género femenino asignado. La propia definición del género dada por Scott asume su factor cambiante en cuanto afirma al concepto como los “orígenes exclusivamente sociales de las identidades subjetivas de hombres y mujeres” (Scott, 1986:271). Esa misma naturaleza social compleja de la feminidad es la que permite que con el tiempo y con todas las luchas por la igualdad de género, la categoría se transforme y abarque nuevos horizontes. Esto se ve reflejado en una diversidad de perspectivas que derivan en una gama de feminidades, en un abanico de opciones más amplio con el que cada mujer experimenta y construye su identificación femenina entre las relaciones estructurales y su propia capacidad de agencia. Ahora bien, el fútbol desde su entrada en la esfera pública se ha caracterizado por ser una práctica deportiva eminentemente masculina. De allí que, éste como muchos otros espacios se hayan convertido en parte importante de la lucha feminista por la inclusión y la igualdad de género. Es por esto que la llegada de las mujeres al fútbol es leída o anhelada como una ganancia importante para el proceso de la igualdad de género. Pero, más que ser sólo un hito de esta lucha, la entrada femenina al fútbol ha funcionado como una oportunidad para que a través de este deporte las mujeres experimenten feminidades más allá de las características que les han sido tradicionalmente asignadas a las mujeres. Por esta razón, la actividad femenina en este deporte puede ser vista como una contribución a la expansión de los límites de la experiencia femenina tradicionalmente definida y a la diversificación del término que finalmente ha concluido en la aparición de otras feminidades. Fueron el campo, la experiencia en general, las voces y percepciones de mis compañeras lo que me hicieron poder afirmar que 78

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el balompié significó para estas jugadoras una puerta de acceso a nuevas actitudes, comportamientos, sentimientos, lenguajes y formas de expresarse que estaban por fuera de la versión normativa de la feminidad. El espacio deportivo propició la interacción de rupturas, transgresiones y reproducciones, e hizo que, en relaciones menos parcializadas, se entremezclaran y emergieran feminidades, cuerpos y formas de juego. Ahora, estas mujeres, a pesar de haber dado descripciones distintas, en ciertos casos hasta opuestas, al reflexionar a través de su propia vivencia, terminaban concluyendo que la definición ceñida bajo las asignaciones patriarcales era una de varias formas de ser mujer. Ninguna lograba identificarse completamente con la definición, algunas incluso la rechazaban de lleno, desconociendo las características de esta perspectiva hegemónica que se ejercían sobre su propio cuerpo. Y a pesar de no haberse reconocido en esa feminidad, la mayoría seguían afirmándose como mujeres o reconocían en sí mismas alguna feminidad. Lo que sucedió fue que la reflexión las hizo asumirse por fuera de esa versión normativa, pero al mismo tiempo nunca se sintieron completamente excluidas del concepto, obligándolas a pensarse la feminidad bajo cada uno de sus criterios individuales. Siempre afirmando su condición como mujeres, para al final poder concluir que existen tipos de feminidades, de formas de ser y sentirse femenina. Formas que, tanto en el fútbol como en el ambiente de este, les resultaba más fácil ser. Por otra parte, el cuerpo, al igual que sus feminidades, se ve reconfigurado por su experiencia como practicantes de un deporte inicialmente pensado para hombres. El fútbol es una actividad que atraviesa el cuerpo. Este deporte influye en cómo percibes y piensas tu corporalidad, también en cómo la cuidas y la usas. El fútbol se refleja en tu carne, con músculos, con morados o raspones. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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Es inevitable sentirlo desde lo físico, aún más si desafía varias de las ideas y concepciones de lo corporal con las que una mujer siempre ha vivido. Por consecuencia, cuando la jugadora está exponiéndose al fútbol, también se esta exponiendo a nuevas maneras de pensar y usar el cuerpo que finalmente terminaran influenciando y/o reconfigurando su experiencia corporal como mujer. La constitución del sujeto ha sido planteada como algo que es indiscutiblemente una experiencia corporal, partimos del hecho de que “el sujeto es el cuerpo mismo…y todo lo que vivenciamos, conocemos o nos constituye pasa por y en el cuerpo” (Cabra y Escobar, 2014: 53). Y en el caso del fútbol, es un deporte y a la vez una realidad social que pasa por y en el cuerpo; siendo éste un universo de técnicas corporales.

“...Cuando la jugadora está exponiéndose al fútbol, también se esta exponiendo a nuevas maneras de pensar y usar el cuerpo que finalmente terminaran Porque, para poder jugar bien influenciando y/o recon- se debe entrenar al cuerpo, ensefigurando su experiencia ñarlo a jugar: el manejo del balón corporal como mujer” y o las jugadas requieren formas específicas de quien lo practica es un ejemplo; pues, existen maneras


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determinadas de poner el cuerpo para poder saber jugar fútbol. El balompié es un deporte que te hace ser agresivo(a), que implica adquirir fuerza, especialmente en las piernas, que requiere de potencia y resistencia para poder soportar la actividad física durante los partidos. El deporte también demanda un desarrollo de agilidad en los pies y de rapidez para hacer jugadas y manejar el balón. Mientras estuve en la cancha le enseñé a mi cuerpo a tener resistencia, a que no se cansara tan rápido y pudiera durar los 90 minutos de un partido; esa resistencia se alcanza con la expansión progresiva de tu capacidad respiratoria, se gana exigiéndole al cuerpo cada vez más, por tiempos cada vez más prolongados. En los entrenos le enseñé a mi cuerpo a tener el balón entre los pies y poder manejarlo, iniciando con pases cortos y precisos, con el borde interno y el borde externo de cada pie. De ahí uno(a) comienza a adquirir nuevas posiciones corporales, empiezas a entender que el cuerpo se debe flexionar con el movimiento y dejarse fluir para lograr mejor los pases; con la práctica estos movimientos van siendo más precisos y tus pies van ganando agilidad. Luego, cuando comienzas a correr con el balón, te das cuenta de que la pelota puede seguir tu trayectoria, siempre y cuando la roces suavemente con la punta externa del pie más ágil. Es así como aprendes a ponerle la potencia exacta para que el movimiento sea armónico, no te caigas y avances más rápido por la cancha. Asimismo, aprendes a patear el balón entre distancias más largas, te vas dando cuenta con qué parte del pie darle para que tenga más fuerza y vas aprendiendo a calcular la patada dependiendo de los efectos y la elevación que quieras darle. Vas midiendo el impulso que tienes que tomar, la forma en que te tienes que inclinar y la potencia que le tienes que meter. Y así, con el tiempo vas ganando confianza y aprendes la exactitud de cada movimiento y de todas Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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las posiciones. Mejorando la agilidad, la fuerza, la potencia y también la resistencia. El aprendizaje de las técnicas corporales del fútbol es un proceso que tiene cada jugadora cuando comienza la práctica del deporte, es un proceso que, desde la observación en campo y mi experiencia como jugadora, transforma la corporalidad de estas mujeres. La exposición del sujeto (las jugadoras) a un nuevo ambiente de posibilidades, como ya hemos mencionado que es el fútbol, hace que su experiencia corporal se transforme, dotando a sus cuerpos de nuevos sentidos, dándoles a ellas nuevas formas de entender, vivir y percibir su cuerpo. Las técnicas del fútbol que te hacen una jugadora son técnicas corporales, técnicas del cuerpo como las define Mauss (1936), son maneras como las personas que juegan fútbol se sirven de su cuerpo para lograr aprovechar el máximo y el mejor rendimiento de este en la cancha. Cada una de estas técnicas del fútbol se imprimieron sobre mi cuerpo y comenzaron a configurar nuevas formas y percepciones en mi experiencia corporal. Por medio del esfuerzo físico las piernas se me fueron tonificando, las pantorrillas se agrandaron, los muslos se me apretaron, las nalgas se endurecieron y el abdomen se me fortaleció. Después de los entrenos podía sentir el agotamiento del cuerpo, en especial de la parte inferior. En general, todo esto hizo que mi fuerza corporal aumentara. Además, con la práctica también vienen las heridas y los dolores, salen morados, te raspas, te golpeas, te lesionas y también te bronceas. En mis rodillas quedaron las cicatrices de las veces que me caí y en mis brazos se podía notar las marcas de la camiseta sobre la piel quemada por el sol. A partir de aquello que pasa por y con tu cuerpo, te repiensas tu carne, la forma en que la sientes, la exhibes, la cuentas. Aparecen nuevos significados y percepciones de lo que eres como cuerpo que se utiliza para jugar.

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El fútbol ha impreso sobre los cuerpos de estas mujeres de maneras específicas que les permiten a ellas como jugadoras servirse de éstos dentro de la práctica del deporte. Sin embargo, estas nuevas maneras han sido interpretadas por ellas desde su subjetividad, creando re-definiciones y propias formas de expresarlas en sus cuerpos, que se derivan en tipos distintos de jugadoras, con características corporales diferentes. Esta configuración del cuerpo a través de lo que lo rodea, no es un proceso pasivo o libre de tensiones, “la experiencia corporal está producida respecto de los poderes dominantes, tanto de las formas de resistencia que desde los sujetos mismos surgen” (Cabra y Escobar, 2014:54). Y la experiencia corporal de las jugadoras se ve atravesada por múltiples factores que permean su existencia, entre ellas el ser mujer y la práctica del fútbol; y, aunque cada una de éstas ejerce un poder sobre ellas, e intenta inscribir códigos sobre su corporalidad; la configuración de cada jugadora como sujeto y como cuerpo también dependerá de sus formas de agencia. Se puede entender entonces que los modos corporales y las demás formas que “orientan las maneras como se percibe y vivencia” (Cabra y Escobar, 2014:54) el fútbol, son un proceso que permea a las jugadoras a través de su subjetivación. Es decir que, hasta cierto punto, cada una de estas mujeres es capaz de usar y navegar en su cuerpo esas maneras que le proporciona el deporte. Así, las usa en cuanto se hacen necesarias para la práctica del deporte, pero las navega en cuanto decide qué tanto le pueden influenciar algunas o cómo puede contrarrestar otras. Al final, las jugadoras llegan a tener una agencia sobre ciertas técnicas del cuerpo que les da el fútbol, en la medida en que deciden también en dónde más, que no sea en la cancha, las quieren usar.

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Algunas jugadoras son conscientes y notan los efectos del fútbol en su cuerpo. Reconocen aspectos como los que ya mencioné anteriormente desde mi experiencia. Ellas plantean que el fútbol ha generado un desarrollo importante de la parte inferior de su cuerpo: en especial de sus piernas, las notan más tonificadas y atléticas. También, hablan de su capacidad respiratoria y como ésta ha aumentado con la práctica. De igual manera, mencionan que el deporte las ha hecho ser más fuertes, rápidas, dedicadas, incluso hacen referencia a la forma en que la práctica les ha cambiado el tono de la piel, pues al estar tan expuestas al sol mantienen bronceadas. Por otra parte, están las jugadoras que reconocen cambios físicos en su cuerpo, pero argumentan que estos no son generados por la práctica específica del fútbol, sino por el deporte y la actividad física en general. Entre las técnicas corporales del deporte y la subjetivación que se pone en marcha por parte de las jugadoras es que emergen la diversidad 84

“... el fútbol ha generado un desarrollo importante de la parte inferior de su cuerpo”

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de experiencias corporales en el fútbol femenino. Al igual que las feminidades, el cuerpo también se convierte en algo que se negocia y se reconfigura a partir de la influencia e impacto del deporte en cada jugadora. Desde lo corporal, el fútbol también puede ser leído como un espacio que propicia y facilita a las mujeres nuevas formas de pensarse y vivir sus cuerpos. Existen entre las jugadoras ciertas similitudes físicas o maneras parecidas de percibir y existir su corporalidad; pero, finalmente la interpretación de cada una imprime sobre sus cuerpos factores diferenciadores que las hacen experimentar la práctica del deporte de formas diferentes.

3. Adentro del equipo La modalidad grupal hace que se desarrolle un cuerpo colectivo que además de compartir un objetivo en un contexto de competencia, va formando relaciones más profundas entre sus miembros; relaciones que van más allá de la cancha, que se convierten en amistades, dónde hay una complicidad y a veces hasta hermandad. Ser un equipo de fútbol no sólo es jugar contra un mismo rival y tener la misma camiseta, es pertenecer a un colectivo, estar integrada a él, cumplir con ciertas reglas y tener responsabilidades. Poder pertenecer a un equipo es un proceso, se requieren ciertas características y habilidades, se debe pasar por un filtro, cumplir con los criterios necesarios para poder conseguir la aprobación del grupo y lograr ser parte de este. En este apartado exploro varios aspectos que están relacionados con la experiencia y con el equipo, a través de una aproximación etnográfica de tres momentos y espacios del fútbol: el partido, el entreno y el camerino. Por medio del trabajo de campo que realicé con el equipo de la Universidad Icesi y siendo parte de este, me detengo sobre estos escenarios y propongo tres categorías de análisis desde las cuales logro hacer Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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una observación más detallada de lo que sucede dentro del grupo. La primera de ellas es el cuerpo colectivo, esta hace referencia a la formación grupal que se vuelve el equipo dentro y fuera de la cancha. El cuerpo colectivo es el resultado del fortalecimiento de las relaciones y los lazos que han hecho las jugadoras a partir de la interacción que tienen jugando fútbol. La segunda es la integración y el pertenecer. Estas dan cuenta del proceso por el que pasa cada jugadora para llegar a ser finalmente parte de ese cuerpo colectivo que trasciende más allá de la cancha. Y por último está el filtro, el cual hace referencia a el conglomerado de criterios que definen quiénes pueden llegar a ser parte real del cuerpo colectivo.

3.1 El partido Como parte de la preparación para los torneos del semestre, el entrenador había programado una serie de partidos amistosos, para ver la condición actual del equipo y poder mejorarla. Esta vez el partido era contra el equipo de una escuela llamada Atlas CP. A pesar de que el equipo estaba conformado por niñas entre los 14 y 17 años, sabíamos que era un rival difícil. Atlas CP había sido recientemente campeón de la Copa Pony, un torneo nacional de fútbol femenino juvenil; y cualquier tinte de superioridad o ventaja que pudiéramos considerar por su tamaño o edad, era opacado por su nivel técnico, táctico y físico. Es por lo anterior que la presión estaba ahí, además del recuerdo de que cada vez que habíamos jugado contra ellas el resultado no había estado nunca a nuestro favor. También, los nervios de jugar siempre están presentes, así sean simples amistosos, los partidos te someten a un estado de prueba y competencia, alteran indiscutiblemente tu ánimo, es como si 86

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entraras a una realidad paralela, “el juego no es la vida corriente, esta se suspende mientras se juega. El juego crea su propio mundo, donde existe otro orden, espacio y tiempo” (Huizinga, en Morillas, 1990:13), en donde hay otras reglas, otros modos y el objetivo es ganar. El partido estaba programado para las 4 de la tarde, pero el entrenador nos citó como siempre una hora antes para poder tener tiempo de prepararnos. Cada una llegó por su lado y en tiempos distintos, algunas acababan de terminar clase, otras habían pedido permiso para salirse temprano y el resto sólo habían ido a la universidad por el partido. La que iba llegando se arreglaba rápidamente y se sentaba junto al resto de las jugadoras a escuchar al profesor. Él estaba explicando la formación y los puntos a resaltar en cuanto a la técnica personal y la táctica grupal; la mayoría de las miradas revelaban un estado mental lejano que por instantes regresaba y atendía las recomendaciones del técnico que, por momentos, hablaba sólo en masculino. Entre clase y clase todas llegaron faltando poco para el partido y en medio de los afanes estuvimos listas para el primer pitazo. Apenas comenzó el encuentro la presión se convirtió en realidad, era notable la superioridad técnica y sobre todo física. Tenían un acondicionamiento físico que sobrepasaba el de cualquiera de nosotras, sus horas de entreno y sus vidas sin excesos de rumba eran completamente evidentes en la manera en que jugaban. El tiempo comenzó a correr y el primer gol en contra nuestro no se hizo esperar. Yo estaba tapando. Aunque tenía mucha rabia por no haber alcanzado el balón, el juego se reanudó y me paré con la actitud de seguir luchando. Continuamos jugando el primer tiempo y los goles siguieron llegando a nuestro arco, después del tercer gol todo cambió, el ánimo de todas quedó por el suelo, la rabia y la impotencia se comenzaron a manifestar. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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Y es que los partidos exaltan ciertos sentimientos en quienes los viven dentro y fuera de la cancha. La agresividad y la rabia contra el rival aparecen, la conciencia del estado competitivo genera cierta repelencia contra quien se juega, porque se quiere ganar a toda costa. Y como lo anterior se da durante el juego, aquí se hace explícito el hecho de que la cancha es un lugar donde lo que sucede es simplemente producto del contexto y por esto no se puede tomar personal o transcenderlo por fuera de este escenario. Para todo el equipo y mucho más para la arquera, cada gol es un “... los partidos exaltan golpe al corazón, te duele tu digniciertos sentimientos en dad, comienzas a sentir que tu esquienes los viven dentro fuerzo no es suficiente, es una ray fuera de la cancha... bia contigo misma por no ser capaz de ganarle a tu rival. Cuando se es arquera, la presión de cometer un ... porque el gol y su significado son un golpe error aumenta, eres la última jugadora y aunque el balón no debería contundente y fuerte en llegar hasta ti, si cometes un error, tu cuerpo y en tu mente ” este se paga caro y puede significar la derrota definitiva. Ser la última jugadora es difícil, porque el gol y su significado son un golpe con88

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tundente y fuerte en tu cuerpo y en tu mente. Durante éste juego fueron siete goles y los siete dolieron en lo más profundo de mi ser. Perturbaron la tranquilidad absoluta de mi disposición para jugar, muchas jugadoras al igual que yo, sólo queríamos terminar el encuentro y quitar de nuestros corazones todo rastro de furia. Salimos al medio tiempo y nos sentamos detrás de los arbustos donde termina la cancha, todo el mundo estaba muy enojado, se podía ver la rabia y la decepción en la cara de todos, incluyendo el profe Zuluaga. Él fue el primero en hablar y apuntó directo hacia la concentración, para él estábamos desconectadas del partido y entre nosotras. Unos minutos después nuestro antiguo entrenador, Alfonso, llegó donde estábamos y él también nos habló. El tono de voz de Alfonso fue mucho más fuerte, para él nuestro juego no estaba siendo colectivo, según su criterio estábamos haciendo un juego pobre de colectividad y actitud. A pesar de que, ambos entrenadores se escucharon bastante molestos, nos intentaron dar fuerzas y ánimos para terminar el partido, pero la energía de todas estaba muy baja, casi no hablamos entre nosotras, simplemente preferimos seguir. Porque, no es sólo el hecho de que vas perdiendo, lo que más pesa es que vamos perdiendo todas. Cuando fallas, le estas fallando a todo tu grupo y eso duele aún más. El fútbol genera un sentimiento de hermandad entre las jugadoras del mismo equipo, el mismo contexto de competencia y la modalidad de colectivo que maneja el deporte, hace que quien participa se sienta parte de una comunidad, y por ende sienta responsabilidades hacia a ella. Y en los partidos es cuando se puede ver de manera más clara la forma de comunidad, es cuando más se exalta el cuerpo colectivo. Porque, los partidos, así sean amistosos, son el filtro que finalmente establece quienes de verdad pertenecen o tienen la Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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oportunidad de pertenecer al grupo. El filtro se basa en criterios como el compromiso, el nivel técnico, la capacidad de integración y empatía que es capaz de generar una jugadora con el resto del equipo; la pasión y la entrega que cada una le pone a su desempeño. Éstos son los factores determinantes que permiten la permanencia y la aceptación de una jugadora en el grupo. El segundo tiempo fuer peor, el cansancio se sumaba al sentimiento de rabia, el equipo se notaba quebrado, no había comunicación y el juego se puso más agresivo. Al otro extremo de la cancha de donde estaba, justo por la tribuna del otro equipo, Lorena le hizo falta a una niña de Atlas. Desde la portería no alcanzaba a ver bien lo que pasaba, pero se notaba que se había formado una pelea, no solo entre jugadoras, sino también entre Lorena y las mamás de las niñas de Atlas que estaban sentadas por ese costado. De repente vi a Lorena manotear y luego salir corriendo hacía los baños, un segundo después todas las jugadoras del Atlas se salieron de la cancha, era algo que nunca nos había pasado y todas estábamos muy confundidas. Comencé a acercarme donde estaban todas, solo se escuchaba gritos de rabia y una sola discusión. El entrenador, las mamás y las jugadoras del otro equipo se habían molestado demasiado por la falta y por la reacción tan agresiva de Lorena, y en modo de protesta se salieron de la cancha parando el partido. La situación se había salido de control. Yo estaba muy molesta y afectada por el partido en general, no quería estar ahí, así que también decidí salirme de la cancha. Me metí al baño de hombres y exploté en llanto, estaba demasiado frustrada, pero sabía que tenía que calmarme y volver a salir, estuve ahí adentro unos siete minutos. Me devolví a la cancha y el partido seguía parado, pero esta vez me estaban esperando a mí. A duras penas terminamos el partido, nos retiramos de la cancha sin un gol y con el corazón par90

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tido. Ya no había fuerzas ni para la charla final, aun así, escuchamos las observaciones del entrenador en un silencio de decepción y procuramos dejar todo lo sentido en la cancha. Después de ese partido algo cambió en el equipo, en definitiva, ese encuentro y todo lo que se dio en él nos afectó como grupo. Desde principio del semestre veníamos jugando contra otros equipos, perdimos, ganamos y también empatamos, pero ninguno fue como ese día. Después de ese encuentro, en los partidos siguientes, se podía notar que parte de la confianza que las mismas jugadoras tenían en el equipo estaba rota. Todo lo que pasó ese día nos llevó a crear un sentimiento de inseguridad sobre nuestra forma de juego como colectivo, que influyó de manera notable o evidente en la actitud en los siguientes partidos. La seguridad y la confianza en lo que se es como equipo es esencial para el buen funcionamiento del colectivo, de eso depende mucho el desempeño del grupo en la cancha. Cada jugadora debe confiar en sí misma y además confiar en las habilidades de sus demás compañeras, de eso va a depender que pasen el balón, que jueguen con todas, que no se azaren, que se comuniquen bien con el resto y que hagan un buen juego en general. Asimismo, cada integrante debe ganarse esa confianza del grupo por medio de lo que demuestre tanto en los entrenos como en los partidos, de nuevo volvemos al filtro, a esa cantidad de características que te hacen poder pertenecer al equipo y, por ende, poder ganar la confianza de éste en la cancha. Y es el filtro es lo que separa a las jugadoras que entrenan de las que compiten y hacen parte del equipo oficial, no solo en términos institucionales, sino en términos de pertenencia e integración. El filtro es algo que el grupo aplica constantemente para reafirmar o no la estabilidad y la confianza del colectivo, es algo que se presenta también mucho en los entrenos. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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3.2 El entreno Estábamos en época de torneo y el partido pasado me había lastimado un dedo de la mano izquierda. Ese día fui a entrenar, pero seguía con la misma molestia de la lesión, el dolor no había desaparecido por completo. Decidí no ir al médico porque, sabía todo lo que eso implicaría; sin embargo, tenía mucho miedo de que con otro golpe la lesión se agravara y me tocara parar de jugar por completo. Y es que en el fútbol el cuerpo es la herramienta, es el medio y también el fin. Él es al que se exige, al que se le enseña y el que duele cuando se lastima o hiere. La técnica, el contacto y el desgaste se notan en el cuerpo de la jugadora todos los días. Así, el cuerpo habla y expresa esa exigencia a todo esplendor con morados, raspones, hinchazón y molestias. El desgaste físico de los entrenamientos es el diario vivir del cuerpo de las jugadoras, el precio del sacrificio y la preparación para la competencia. El partido, por otra parte, requiere de una exigencia mayor, se lleva al límite lo corporal. Pero, el éxtasis del partido te hace dejar todo en la cancha y pone a prueba el sacrificio del entrenamiento, es por eso que incrementa la exposición a lesiones de todo tipo, inclusive a las más graves. Sin prestarle mucho cuidado a mi lesión en el dedo, el profesor Zuluaga me dijo en el entreno que me pusiera los guantes y fuera al arco, le advertí que todavía no me sentía en condiciones de hacerlo, pero pareció no importarle mucho y me dijo que lo intentara. Comenzamos el ejercicio y por el mismo temor que tenía no estaba haciendo mi trabajo bien, no me sentía cómoda como para usar todo mi cuerpo, se notaba que solo estaba ahí para cumplir una orden y satisfacer una decisión. En medio de la práctica escuché un grito muy fuerte de reclamo, era la capitana que con mucha rabia me refutaba la actitud que tenía con el ejercicio, su comentario no pudo molestarme 92

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más y con la misma fuerza le respondí con la explicación más obvia. Ella estaba muy molesta porque pensaba que yo sólo no tenía ganas de hacer el ejercicio. Sentí en ese momento que no les importaba mi lesión, que no me creían y para ellos era una simple exageración mía, una excusa para no dar todo de mí en el entreno. Apenas respondí, otra de mis compañeras corrió hasta donde me encontraba para calmarme, me dijo que no le respondiera más, que no valía la pena seguir peleando. Y es en este tipo de situaciones es cuando más sobre sale la presión del trabajo en equipo, son los momentos en los que el grupo aplica el filtro, lo que tu hagas o dejes de hacer en los partidos, entrenos y hasta círculos sociales, es alimentado por la presión que ejerce el colectivo sobre ti; pues, se juega y se interactúa siempre bajo la aprobación o desaprobación de tus actitudes individuales, mucho más en época de torneo. Es un sentimiento desgastante que inevitablemente te afecta y te altera. Estas siendo puesta a prueba de forma constante y de tus resultados depende tu verdadera participación en los entrenos y en especial en los partidos. Es la manera de saber si te quedaste o sobrepasaste el filtro de pertenencia. Del rendimiento que tú le muestres al equipo también va a depender tu integración a él. En los entrenos también se hace evidente esto, aunque el entrenador haga las prácticas para todas, los subgrupos se arman por si solos: las titulares con las titulares y las que no juegan mucho o no están totalmente integradas, entre ellas. Y de esa misma integración es que va a depender tu intervención en otros espacios del equipo que no sean la cancha. De esta forma es como las relaciones entre ellas mismas trascienden del compañerismo a la amistad y a la complicidad del ser parte de un cuerpo colectivo. Es así, como comienzan a ser parte activa de dinámicas que se dan en lugares como el camerino. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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3.3 El camerino Siempre salíamos de entreno 20 o 15 minutos antes de que termine de manera oficial, para poder tener tiempo de bañarnos y alistarnos para clase. Ese día no fue la excepción, lo diferente fue que había ido a entrenar la mayoría del equipo titular, estábamos casi completas. Nos metimos todas al baño de Bienestar y las que llegaron primero eligieron ducha y se metieron a bañar, como éramos tantas y las duchas apenas son 6, muchas de nosotras nos quedamos en el vestier esperando nuestro turno. En el baño se escuchaban una infinidad de sonidos, había mil voces hablando al tiempo sobre problemas, amor, las historias del fin de semana y los próximos parciales. También, se escuchaban las carcajadas de algunas y los cantos a todo pulmón que seguían la letra de las canciones que sonaban en el bafle de Camila. De un momento a otro las voces y las risas se concentraron en lo que estaban haciendo Lina y la Rola. Se les ocurrió molestar a las que estaban en las duchas, comenzaron a asomarse por encima de la puerta o les tiraban la toalla y la ropa al suelo mojado. Ahora, en el baño sólo se escuchaban los gritos de las que se bañaban y las risas de las que esperábamos. Las de las duchas no se quedaron atrás y comenzaron a echar agua hacia afuera. El baño se volvió una sola recocha y casi todo el equipo titular se involucró en la broma, mientras las demás observaban y se reían sin mucho alboroto. El baño es un espacio sólo de ellas, sin el entrenador, sin el público, sin rivales. Es un lugar donde se manifiesta mucho la complicidad y la hermandad que se tiene en el colectivo. En el fútbol masculino pasa diferente, el camerino es una zona que se comparte con el entrenador porque él puede estar ahí, el técnico es un sujeto más dentro del baño con el que también se interactúa. Para el caso del fútbol femenino estas dinámicas casi no se dan, son muy pocas las 94

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entrenadoras mujeres que hay en el gremio, por ende, el hecho de que sea un hombre el que las entrena, hace que él se quede por fuera de lo que pasa en el baño. Claro que, en el momento en que haya más entrenadoras en el fútbol en general, ambos espacios van a cambiar.

“El baño es un espacio sólo de ellas, sin el entrenador, sin el público, sin rivales. Es un lugar donde se manifiesta mucho la complicidad y la hermandad que se tiene en el colectivo”

No todas las que entrenan, ni siquiera todas las que juegan los partidos, hacen parte de estas dinámicas que se dan entre el equipo. El camino que debe recorrer una jugadora para poder lograr integrarse de verdad al equipo y hacer parte activa de otras dinámicas que pasan, como las de los baños, depende de los factores del filtro que he mencionado antes. Recordemos que el principal criterio que existe para filtrar a las personas del entreno hacia los partidos y hacia la pertenencia en el colectivo, es la forma de juego. No cualquiera hace parte del equipo, en primer lugar, se debe tener una muy buena técnica o por lo menos jugar bien

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para llegar a ser considerada dentro del grupo. Y si alguna no juega tan bien como las otras, su participación en los entrenos es vital para la aprobación grupal de esa forma de juego. En segundo lugar, está el compromiso, la cantidad de asistencias a los entrenos, la disponibilidad para los partidos, el entusiasmo, las ganas y la pasión por el deporte, todo ese tipo de aspectos y actitudes que dejan ver el interés de la jugadora en pertenecer a la selección. En tercer lugar, están las relaciones que tenga, el tipo de gente con quien se junte en la universidad, puede determinar la cercanía de ella con el resto de sus compañeras, más aún si conoce previamente a alguna que sí este integrada. Y, por último, la personalidad de cada jugadora y su facilidad para socializar con las demás. Participar de lo que pasa en el baño es alcanzar un grado alto de integración en el equipo porque lo que se comparte en este lugar es la amistad que hay entre las integrantes. El baño es por excelencia un espacio de recocha, donde se hacen chistes y bromas entre todas, también es un ambiente para dispersarse, se escucha música, se canta, se habla sobre la vida, el amor, la rumba, el entreno, la universidad. Es un espacio donde se comparte, desde historias y experiencias hasta implementos de limpieza. Al final, ser parte del equipo es más que sólo compartir un espacio, integrarse con ellas no es tan sencillo como parece. Incorporarse va más allá de la presencia, es irrumpir en el grupo y ganarse una posición de respeto, es opinar en la conversación y que tu voz sea escuchada, y aunque ellas sean mis compañeras y tal vez hasta mis amigas, la relación que yo tengo con ellas está por fuera de ese pequeño círculo que ellas han creado, el círculo del cuerpo colectivo. Cuando estás por fuera del círculo y estás con el equipo en otros espacios tu participación se reduce, puede que estés ahí, pero no estas integrada a las dinámicas que se dan en 96

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los demás espacios compartidos por el grupo. Y muchas veces por eso es que el equipo no crece a tan gran escala como se espera. En general, son muy pocas de las que entran nuevas que logran a pertenecer al círculo y ser más que una jugadora.

4. Reflexiones finales Al igual que mi trabajo de grado, esta colección de fragmentos del mismo, expuso, en primer lugar, al fútbol femenino como un espacio de negociación, como un proceso de influencias y transformaciones donde se generan diferentes feminidades, cuerpos y formas de juego. En segundo lugar, reflexionó brevemente sobre las diversas apreciaciones que tienen las jugadoras sobre la feminidad, y de esta manera dio cuenta de la pluralidad de la(s) feminidad(es), al tiempo que mostró la capacidad de renovación y reconstrucción constante del concepto, a pesar de conservar elementos estructurales. En cuanto a lo referente al cuerpo, el texto examinó algunas maneras de entender el impacto y la influencia del fútbol en el cuerpo de las mujeres que lo juegan. Partiendo de la afirmación de que en los procesos de subjetivación el cuerpo juega un rol fundamental; el trabajo expuso al deporte como un universo de técnicas corporales que se aprenden y, presentó ésto como un proceso que transforma la corporalidad de las jugadoras, pues representa toda una nueva manera de vivir y pensarse sus propios cuerpos. Aquí se insistió en que la incorporación de estas técnicas corporales no es un asunto pasivo, sino que son interpretadas desde la posición de cada jugadora, creando propias formas de expresarlas, que derivan en diferentes relaciones, apreciaciones y experiencias corporales.

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Por último, el artículo expone las relaciones que se generan entre las jugadoras y las explica a partir de tres categorías de análisis: el cuerpo colectivo, la integración/pertenencia y el filtro. Con esto, el texto logró mostrar al equipo más allá de pensarlo sólo como una interacción en la cancha y planteó sus relaciones desde la creación de estas mujeres como cuerpo colectivo, una modalidad grupal que trasciende las canchas y genera sentimientos de unión, pertenencia e integración, que desencadenan en responsabilidades y reglas. También, en procesos complejos de escogencia que no sólo toman en cuenta la parte técnica de las jugadoras, sino que se componen de criterios más complicados, lo anterior hace parte del filtro que se utiliza para ser parte del grupo. Para finalizar, aún queda mucho por decir sobre el fútbol femenino desde la academia y las Ciencias Sociales. Este artículo y también mi tesis de grado son apenas una pequeña parte de lo que este tema tiene para explorar. Y espero que futuras investigaciones sobre este deporte puedan hacerse desde puntos de vista iguales o más viscerales que el de esta, en los cuáles el cuerpo, el sentir y el pensar de las jugadoras sea el enfoque central de los trabajos y que a través de éstos se pueda seguir mostrando esa parte tan real y cruda de la experiencia de vivir y jugar fútbol como mujer.

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“Todos los momentos de mi vida están contigo”: experiencias de aguante femenino en el Barón Rojo Sur.

Luis Eduardo Córdoba1 Cordobaluis8@gmail.com Universidad Icesi Artículo de investigación recibido el 01/02/2019 y aprobado el 02/03/2019

Cómo citar este artículo: Córdoba Solarte, L. (2019). Todos los momentos de mi vida están contigo: experiencias de aguante femenino en el Barón Rojo Sur. Trans-Pasando Fronteras, (13). doi: 10.18046/retf.i13.3401

Resumen “Todos los momentos de mi vida están contigo: experiencias del aguante femenino en el Barón Rojo Sur” se pregunta cómo las mu1

Sociólogo y Antropólogo de la Universidad Icesi.

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jeres han logrado formar parte y ser partícipes de las dinámicas que se desarrollan dentro de la barra del América de Cali Barón Rojo Sur. Este tipo de grupos se han caracterizado por ser espacios en donde priman valores, comportamientos y lógicas masculinizadas. En este orden de ideas, este artículo expone las experiencias de dos mujeres miembros de la barra que dejan de manifiesto toda una serie de barreras que éste entorno les pone a ellas al momento de ingresar y buscar ser reconocidas como parte del grupo. Palabras clave: Aguante femenino; Barra; Aguante; Barrismo social

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“Todos los momentos de mi vida están contigo”: experiencias de aguante femenino en el Barón Rojo Sur.

All moments of my life are with you: experiences of female “aguante” in Barón Rojo Sur

Abstract “All moments of my life are with you: experiences of female “aguante” in Barón Rojo Sur” this article asks about how the women had gotten to participate in the dynamics that develop inside “La Barra” of América de Cali: Barón Rojo Sur. This kind of groups have been characterized, constructed and understood as space where values, behaviors and masculinized logics prevail. In this order of ideas, this article exposes the experiences of two women members of the “la barra” those experiences show a series of barriers in the environment impost to them when they decide to enter and seek to be recognized as part of the group. Keywords: Fémale “aguante”; Barras; “Aguante”; Social.

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El partido no había comenzado aún, pero ya “la popular ” estaba a la espera de que la orquesta escarlata diera su tradicional desfile desde el costado sur occidental hasta su puesto en el centro de la tribuna. Por este motivo el grupo de trapos, encargado de la logística dentro de la barra, estaba subiendo a todas las personas de los primeros puestos tres filas de asientos. Para que así, quedara un espacio por donde los instrumentos, las sombrillas y las banderas pudieran desfilar con facilidad. El organizador de la orquesta, haciendo un gesto con su brazo, les da entrada a las trompetas y éstas comenzaron a retumbar por todas las tribunas del estadio. El director hace otro gesto con su brazo y, esta vez son los bombos y los redoblantes los que reciben la orden de entrada. El sonido fuerte y rítmico de la percusión comenzó a acompañar la armonía de los instrumentos de viento; por último, entran las banderas y las sombrillas. Comienza el carnaval. Liderando e imponiéndole un ritmo a la caravana va una mujer, delgada de cabello negro, con un traje de arlequín de colores negro y rojo. Conforme ella avanza, va puteando a cuanto hombre o mujer veía sentada. -El que no cante se lo lleva la avalancha-, dice. Muchos hombres, atónitos ante esta situación, se levantaban con una expresión de asombro dibujada en sus rostros.

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Forma coloquial de referirse a la tribuna sur.

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“Todos los momentos de mi vida están contigo”: experiencias de aguante femenino en el Barón Rojo Sur.

El barrismo femenino es un fenómeno que se oculta a simple vista, pese a ello, partido tras partido, la cantidad de mujeres que deciden aventurarse a vivir el fútbol en el BRS crece. Paulatinamente, también, ellas logran escalar dentro de las burocracias de la barra, dejando papeles secundarios que antes desempeñaban. Actualmente, se ven mujeres en espacios tanto de toma de decisiones, en los que la necesidad de ser respetadas y reconocidas por el resto del grupo es indispensable. El propósito central del texto es explorar la manera en que las mujeres participan dentro de una barra, en este caso, el Barón Rojo Sur (de ahora en adelante BRS). Ésta nace el 14 de diciembre de 1997, día en que el conjunto americano jugaba la final del torneo nacional con el equipo Atlético Bucaramanga. Este día, cuenta Harold, mejor conocido como El Muerto -quién en ese entonces era miembro de la Furia Roja- que el grupo ingresó a la tribuna norte con dos costales llenos de papel periódico picado y “una cantidad absurda de sal de nitro” (El Muerto, comunicación personal, octubre de 2018). El trapo de “La Torcida” estaba colgado donde siempre, esperando la salida del equipo. Apenas este salió el papel picado y la sal de nitro inundaron la norte, con tan mala suerte que “hicieron cenizas ese hijo de puta trapo feo” (El Muerto, comunicación personal, octubre de 2018). Siendo ese evento, dice Harold, el día en el que se dio la muerte de una barra, para darle nacimiento a una nueva: el Barón Rojo Sur. Ante esto dice Campana que no fue un error de momento, pues al otro día el trapo con el nuevo nombre ya estaba listo. “La Torcida” murió en las cenizas y de ella nació el Barón Rojo Sur aquella noche decembrina de 1997. Cuando el BRS fue creado, estaba compuesto por 5 parches “Bloque Univalle,” “Bloque Norte,” “Bloque Sur,” “Averno Central” y “Bloque Estadio,” este último estaba compuesto por la dirigencia del Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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momento. Esta manera de organización nace, cuenta El Muerto, para poder administrar y dirigir la gente que era parte de la barra y distribuirse espacialmente la ciudad. Esto, según él y Campana, fue algo ambicioso; nunca se imaginaron que la barra crecería tanto ni que tendría hinchas en otros municipios. Es necesario hacer una distinción con los hinchas de los otros sectores del país, pues es un proceso diferente al que equipos como El Nacional, de la ciudad de Medellín o Millonarios, de la ciudad de Bogotá. Como lo explicó Campana en una reunión de la barra el día 10 de octubre de 2017. La diferencia entre nosotros y “los panaderos3” o “los comandos4” es que los hinchas del pan en Bogotá son paisas que viven en Bogotá o los comandos de Pasto, son rolos5 que viven en Pasto. Con nosotros pasa algo muy diferente y es que si vos pillas los hinchas de la mecha en Pasto son pastusos hinchas del América o los de Medellín, son paisas hinchas del América. Es una cosa brutal, re loca (Campana, comunicación personal, octubre 10 de 2018).

Actualmente el BRS está conformado por 20 “Bloques” o “Parches” y 110 filiales. Los primeros, son grupos organizados de hinchas que se encuentran distribuidos a lo largo y ancho de la ciudad de Cali. Éstos fueron creados, de acuerdo con David Casas: “Para tener más cercanía con las personas que componen las comunas y los barrios de la ciudad, por ejemplo, el Bloque Norte, acoge el nororiente y el norte con barrios como Calimio, Desepaz,

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Manera despectiva en la que las y los hinchas del Atlético Nacional son llamados.

4

Los Comandos Azules son la barra organizada del equipo los Millonarios de la ciudad de Bogotá.

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Forma coloquial en la que se les conoce a los ciudadanos y ciudadanas de la ciudad de Bogotá.

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“Todos los momentos de mi vida están contigo”: experiencias de aguante femenino en el Barón Rojo Sur.

Chiminangos, La Dolores o el Bloque Sur, que se remite al sur de la ciudad y acoge desde la entrada a Jamundí, hasta el Templete” (D. Casas, comunicación personal, 26 de agosto de 2018).

Los segundos, son grupos organizados de hinchas que viven en los diferentes municipios y ciudades del país o fuera del mismo. De todos estos grupos 103 existen a nivel nacional, como lo son “La Lepra Buga,” “Quindío,” “Cajamarca,” “Medellín” entre otros y 7 internacionales, como “Miami” en Estados Unidos, “Panamá” y “Antofagasta” en Chile entre otros6. A su vez la barra se encuentra organizado en los siguientes 7 grupos, cada uno tiene unas tareas que van encaminadas al buen funcionamiento y la sana convivencia de la barra tanto dentro del Pascual Guerrero como fuera del mismo. Cada grupo cuenta con un nombre y con un chaleco que los identifica dentro del escenario futbolístico. 1) “El grupo de trapos” es el encargado de toda la logística antes, durante y después del encuentro deportivo. Ellos cuentan con unos chalecos amarillos, que en la espalda llevan estampado el logo de “trapos.” El día previo se alistan los trapos que se colgarán al otro día en el estadio. Todos son guardados en tulas rojas que llegan casi a la cintura; en el momento o climax –ya en el partido- son los encargados de llevarlos y escoltarlos al estadio y hacerlos requisar por los policías. Dentro de la tribuna, son los que dejan todo colgado y en estricto orden horas antes de comenzar el partido. Al finalizar, son los encargados de desmontar todas las banderas, volverlas a guardar en las tulas, para llevarlas y escoltarlas de regreso al lugar que el grupo dispone para guardarlas. 3

Datos obtenidos de una entrevista realizada a “Barrios” jefe de trapos del BRS (https://www.youtube.com/watch?v=89J-uTxoUi0&t=390s). Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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2)“La orquesta escarlata” es el encargado de tocar los instrumentos. Se ubica en el centro de la tribuna Sur del estadio y desde ahí anima y coordina los cantos que se entonarán a lo largo del partido. Este grupo está conformado por integrantes de todos los bloques de la ciudad, que sus respectivos líderes han recomendado para formar parte de la orquesta. Los jueves y/o miércoles en la noche son los ensayos. 3) “Mediadores futboleros de paz” es el encargado de la logística y la seguridad tanto dentro como fuera de las canchas. Al igual que el grupo de trapos, cuenta con chalecos amarillos que los identifican como miembros de estos grupos. Una de sus tareas más importantes es resolver y disolver cualquier conflicto que se llegue a dar dentro de la tribuna. Este grupo sale luego de un convenio con la policía entre los años 2008 - 2009 en el que se llegó al acordó sacar al Escuadrón Móvil Antidisturbios7 -ESMAD- de la tribuna y el BRS se comprometió a garantizar el orden y el control de cualquier disturbio que se generara dentro del escenario deportivo. 4) “Comunicaciones” es el encargado de manejar las redes sociales oficiales de la barra, construir y difundir todos los “flayers8 ” o panfletos informativos que la barra emite para el público en general y mantener un registro fotográfico de cada partido -local y visitante- al que la barra asiste. 5) “Viajes” es el encargado de la logística de los viajes que realice la barra hacia otras ciudades o países donde el conjunto escarlata juegue. Su tarea es, básicamente, cotizar en cuánto sale el 7

El Escuadrón Móvil Antidisturbios es una unidad especial de la Dirección de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional de Colombia cuya misión es el control de todo tipo de disturbios de orden público. 8

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viaje contando con gastos como pasajes de bus, boletería y hospedaje, de ser necesario. Igualmente se encarga de todo el proceso logístico de separar los cupos de las personas que viajarán, coordinar una hora y una fecha de llegada entre otros aspectos. 6) “Aguante y carnaval” es el encargado de todo el proceso de construcción de nuevos cantos y ya dentro del estadio, son los encargados de “leer el partido”, para entender la situación de este y elegir el canto que sea más adecuado para ese momento. 7) “Derechos humanos” este es el encargado de observar y denunciar que entes como la policía vulneren o violen los derechos de las y los miembros de la barra que asisten a los diferentes estadios del país9. Retomando el punto central de este trabajo, la cantidad de mujeres comenzó a aumentar entre los años 2000 y 2008, lapso en el cual la barra creció tanto en tamaño, como en organización y, sumado a esto, el América de Cali tenía un buen rendimiento deportivo. Ellas, se han ido ganando su lugar dentro de los “parches” haciéndose un espacio en el grupo. Esto implica ser aceptada y reconocida como miembro del grupo en cuestión. Diana10, por ejemplo, logró escalar varios escalafones dentro de la filial de Jumbo gracias a que sus compañeros vieron en ella todas las características y actitudes que se esperan de una persona miembro de la barra. Como lo son, trabajar por el grupo, demostrar un compromiso desinteresado por el equipo y “amar” los colores que defiende. Diana pasó por diversos roles en el grupo, como lo fue ser la tesorera de la filial a sus 13 años, asistir a las reuniones del G12 y lideró una gran cantidad 9

El Escuadrón Móvil Antidisturbios es una unidad especial de la Dirección de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional de Colombia cuya misión es el control de todo tipo de disturbios de orden público. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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de proyectos en pro de las y los miembros tanto del BRS en general, como de sus compañeros y compañeras de la filial de Yumbo. Amparada bajo la figura del barrismo social, Diana lideró una gran cantidad de proyectos sociales, los cuales buscaban apoyar y empoderar a las y los barristas del América dándoles oportunidades laborales, educativas y artísticas. Además, gracias ella su filial comenzó a tener una mejor organización y a ser reconocida en los espacios de toma de decisiones de la barra. Lugares en donde los bloques –es decir los grupos organizados de hinchas que se distribuyen en Cali– usualmente tienen más importancia.

Elaboración personal.

“Desde mi liderato Yumbo sacó su primer bus como barra organizada.” Me dijo ella con el pecho lleno de orgullo. Actividades como ésta muestran la imagen de esa tercera generación de barristas de la que Cabrera (2016) habla en su investigación sobre los cambios generacionales de la barra “Los Piratas” de Belgrano de Córdoba, pues estos se caracterizan más por la inteligencia y la facilidad de conseguir recursos y contactos para el beneficio de la barra, que por su actuar violento. 110

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El G12 o “La Cúpula” es un equipo formado por los líderes de los 12 parches más representativos de la barra, estos son: Desde ahí se toman las decisiones importantes que terminarán por afectar a la barra en general. Este espacio es de suma importancia pues es el momento y el lugar donde se debate y se toman decisiones de la barra o de la relación que tiene ésta con el América de Cali. Como líder, Diana terminó viviendo en pro de las dinámicas de la barra. Sus días se pueden dividir en dos: primero, los días sin partido, en los que trabajaba en los proyectos sociales de los que era participe, estos se desarrollaban tanto en Cali, como en Yumbo. Por ende, sus días pasan entre actividades y reuniones con las alcaldías o los grupos de trabajo. Además, las fechas de encuentro con la Filial en Yumbo, las reuniones del G12 y las asambleas generales, ambas en la capital del Valle, también terminaban por consumir sus días; segundo, los días con partido, al ser la líder del bloque, se veía en la tarea de realizar toda la logística previa al encuentro, esto implica, el alquiler del bus que llevará al grupo hasta el Pascual o el estadio en donde juegue el América, reservar las boletas, reservar los cupos del bus, presionar o buscar a la gente que realizó dicha reserva para que lo pague. Luego de 4 años de ser la lideresa del grupo, se vio obligada a dar un paso al costado, ya que se volvió un estorbo para algunas personas. Muchas veces se me presentó la oportunidad de consumir o de vender drogas en el parche. Pero por mi forma de ser, nunca me gustaron las drogas. Por eso preferí alejarlas tanto de mí vida personal como de los muchachos (D. Ramírez, comunicación personal, 14 de junio de 2018).

El barrismo social es una apuesta política y social que busca la re-significación de las prácticas barristas y, además, potenciar los Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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aspectos positivos que los y las integrantes de estos grupos tienen. En Colombia se cuenta con el Colectivo Barrista Colombiano y del Barrismo Social conformado por tres miembros de cada una de las barras de los principales equipos del país (América de Cali, Deportivo Cali, Atlético Nacional, Independiente Medellín, Independiente Santa Fe, Club Deportivo Los Millonarios, entre otros), estas personas fueron elegidas por la barra misma teniendo en cuenta que el perfil que se buscaba era el de una persona con la capacidad de liderazgo positivo, que contará con una mentalidad social y política y, más importante aún, que mostrara un interés por el mejoramiento de la calidad de vida de su grupo (Arroyo, 2014). También está el caso de Karol11, ella quería ingresar a “La Banda 105” pues le parecía el grupo más importante y con más influencia sobre la barra. Ingresar no le fue difícil gracias a su amistad con “Papas” uno de los miembros más representativos de dicho grupo en ese momento. Aunque no sea del todo evidente, en la barra, como en otros ámbitos de la vida, el capital social es muy importante. Es esa red de contactos, como dice Bourdieu (2000), la que representa para su poseedor una serie de recursos que derivan, precisamente, de pertenecer a un grupo en específico. En el BRS, el hecho de conocer gente o de ser reconocido por las y los demás miembros del grupo, trae muchos beneficios. Unos inmediatos, como poder recuperar las pertenencias, posterior a un robo, evitar ser robado o ingresar con más facilidad en un parche; unos a largo plazo, como contar con el respaldo de un grupo de personas, al momento de ser necesario. Este capital se adquiere compartiendo espacios importantes para la gente de la

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Karol Salazar es parte del grupo de comunicaciones de la barra y del parche La 105. Su ingreso al BRS fue a los 12 años.

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barra, como lo son, las reuniones de los bloques, las reuniones generales en el parque de las banderas y, sobre todo, en los largos trayectos al desplazarse de una ciudad a otra o de un país a otro. Lo difícil para ella no fue, entonces, el hecho de ingresar al parche, sino el proceso mismo de volverse parte de La 105. Ser aceptada como miembro le implicó cumplir con toda una serie de códigos. Uno de ellos y el más importante es: el viaje a la ciudad de Barranquilla para todas y todos los integrantes es obligatorio. Este compromiso se construyó ya que, en esta ciudad, hace varios años, el grupo perdió su trapo, es por eso que: “si vos no viajás allá, no sos 105” (K. Salazar, comunicación personal, 17 de octubre de 2018). Lo anterior pudo generar una pregunta en el lector ¿qué produce la pérdida de un trapo? Cuando una barra pierde uno de sus máximos estandarte, éstos se convierten en un trofeo para el grupo que ahora lo tiene y una vergüenza para el que lo perdió (Rojas, 2013). Un trapo es el nombre del parche, por ende, la identidad misma del grupo. Perderlo puede causar la pérdida de influencia y aceptación dentro de la barra. Uno de los elementos más importantes de la vida y la identidad de cualquier barra son los trapos. Según Alabarces, Garriga y Moreira (2007) los trapos llevan plasmado el nombre del barrio de pertenencia o frases que demuestren un sentimiento incondicional con el equipo: “todas las rutas me llevan a vos” o “amor pasión y locura.” Estos elementos, además, son grandes telas que representan la vida de los bloques y las filiales y, por tanto, son los objetos más importantes para una barra (Rojas, 2013). Éstos se guardan y se cuidan con especial atención en el momento de llevarlos al Pascual Guerrero en Cali o a cualquier otro estadio del mundo. El bloque que pierde el trapo sufre una muerte simbólica pues “pierde influencia y aceptación dentro de la barra” (RoTrans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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jas, 2013: 64). Es por ello por lo que estos son, literalmente, defendidos a muerte. Al momento de ingresar al BRS, la persona está en la obligación y se compromete con defenderlos con su vida de ser necesario. Cada integrante de la barra asume su filosofía: “la vida por los colores y el equipo de su corazón” (Barón Rojo Sur). Con el paso de los años y los viajes, no solo a la costa, sino a todo el país, dice Karol, su vida en la barra se volvió más sencilla para ella, con todas estas actividades y comportamientos demostró porqué está ahí, con ellos. Con esto, los demás miembros dejaron de confrontarla, pues ella ya les demostró aguante su compromiso. En pocas palabras, ya saben ella porqué está ahí, ya demostró las cualidades, características y actitudes que se esperan, sean desempeñadas por ella en la barra. Para ella, dice, el aguante parte por un sacrificio, corporalmente hablando: “aguantar 114

“la vida por los colores y el equipo de su corazón”

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hambre, aguantar frío, aguantar horas y horas de viaje y por un saber consciente de todo el peligro que se corre por dos horas de fútbol.” (K. Salazar, comunicación personal, 17 de octubre de 2018). El “aguante” es uno de los conceptos claves para entender el fenómeno del barrismo. Éste es un bien simbólico que el barrista persigue. De acuerdo con Ferreiro (2003) en su versión netamente violenta, responde a esa lucha por definir quién es y no es un hombre, para separarlos, diferenciarlos y jerarquizarlos. (Ferreiro, 2003). En adición a esto, es un bien simbólico que, primero, es definido por la lucha entre cuerpos masculinos y, segundo, se consigue “parándose sin correr, yendo al frente para pelear” (Alabarces y Garriga, 2007: 36). Esta característica tan importante para el barrista se expresa, de acuerdo con Cabrera (2003), por medio del cuerpo. Este autor argentino dice que la corporalidad se convierte en un lienzo donde “los golpes y los palos” juegan las veces de pinceles y van dibujando a lo largo y ancho de la piel cicatrices, moretones y cocidos. Estas marcas narran las peleas, aventuras y proezas que ellos han vivido. Lo importante no es recibir golpes y cometer actos violentos, per se, sino tener la posibilidad de narrarlos. Así el cuerpo juega un papel fundamental, pues en él están todas las marcas que cargan de contenido y legitiman esas largas narraciones de peleas entre dos barras enemigas o contra la Policía (Cabrera, 2003). Además, de acuerdo con Alabarces, Garriga y Moreira (2008) el acto de poner el cuerpo es mucho más que recibir y dar golpes, el aguante parte por ese aliento incondicional al equipo, el ir a la cancha de local o de visitante o, como dice “Zurdo”, (comunicación personal, 2009) alentar al equipo juegue donde juegue y juegue contra quien juegue. Siguiendo con Alabarces, Garriga y Moreira (2008) soportar todas las incomodidades de asistir a otros estadios y de los largos viajes que Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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se tienen para llegar hasta ellos, también forman parte de esas prácticas que lo constituyen. Asimismo, el cuerpo se ve expuesto a fuertes condiciones climáticas: frío, calor, lluvia son elementos naturales que los barristas resisten sin camiseta. De aquí que este concepto se define, no solo, por esa capacidad de ser y reproductor de violencia, sino que se torna en un estilo de vida para todos y todas las barristas. (Alabarces, Garriga y Moreira, 2008) Karol, es la líder del grupo de comunicaciones hace aproximadamente tres años. Su rol, es coordinar a todos y todas las integrantes para que realicen una cobertura completa de las actividades que la barra realiza, como lo son: partidos, viajes, talleres y proyectos sociales. Además, ella es la encargada de realizar todas las cartas y gestionar todos los permisos necesarios que una barra requiere para viajar a otra ciudad como un grupo organizado. Esto es, en una caravana de varios buses, con ropa y elementos alusivos al equipo y con las boletas para una tribuna específica. En pocas palabras, dice, es la cara visible de la barra ante todos los entes, tanto políticos como sociales. Ella, además, ha liderado o colaborado en diversos proyectos, actualmente trabaja en un proceso financiado desde la Alcaldía de Cali y la Red De Bibliotecas Públicas de Cali. Este proyecto lo lidera Angélica Contreras12. Con este taller se busca tener como resultado final un cancionero y un CD con los nuevos cánticos de la barra, cosas con las que antes sí se contaba. Pero más allá de estos resultados materiales, el proyecto lo que persigue es educar a los y las integrantes de la barra en términos de la historia del grupo y qué significa ser parte de la barra y los códigos internos bajo los que funciona la misma.

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Ella es una integrante del BRS que lidera diversos proyectos sociales. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152


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Mucha gente llega acá, lleva años y no saben cuál es la historia de la barra, no se saben los cantos, no saben ni porqué nos llamamos como nos llamamos. Esto es pa’ que vengan y se den cuenta de lo que están haciendo parte, es la barra más poderosa del país (K. Salazar, comunicación personal, 10 de octubre de 2018).

“Todos los momentos de mi vida están contigo” es la manera en la que Karol, por ejemplo, define su relación con el equipo y la barra. Para ella el América es su vida. Esto se puede entender en términos de que sus amigos los conoció por el equipo; sus compañeros de trabajo son parte de la barra, labora con y para el grupo; a su esposo y padre de su hijo lo conoció en la barra.

“Todos los momentos de mi vida están contigo”

Su vida, en pocas palabras, se ve transversalizada por completo. Ser parte de una barra, de acuerdo con Alabarces y Garriga (2007), se vuelve un estilo de vida para las personas que se asumen como una o un miembro activo del grupo, no es como que el ser barrista sea un Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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carné o un disfraz que se ponga y quite para cada partido, pues las relaciones y actividades cotidianas de sus integrantes se ven demarcadas por la pertenencia a este grupo. Pese al compromiso que ella tiene con el equipo y con la barra, desde el nacimiento de Mario, sus días comenzaron a alternar entre su vida como barrista y como madre. Ella dice que, aunque se dedica de lleno al cuidado de su hijo, trata de no dejar de asistir a las reuniones y los partidos. En esos momentos lo deja con su madre, quién además de ayudarla con su cuidado cuando ella no está, ha aceptado el estilo de vida que su hija decidió llevar. Sin embargo, su rol de madre la hizo “madurar” (K. Salazar, comunicación personal, 10 de octubre de 2018). Sin un hijo todo es más sencillo, dice Karol, haciendo alusión a la responsabilidad que trae consigo el hecho de crianza. Pasar tiempo con él y estar presente en su crecimiento se han convertido, para ella, en un espacio casi o más importante que el América y el BRS. Esta nueva relación la ha hecho dejar de realizar determinados viajes, ya que si son muy largos se alejará de Mario y es algo que ella no quiere. Siente a su hijo como lo más importante: “para mí el América, antes de tener mi hijo, lo era todo. Ahora lo es casi todo, pues con mi hijo ahora soy más consciente y madura en casi todo. Ahora puedo dividir mi vida en tres: mi hijo, mi mamá y América” (K. Salazar, comunicación personal, 10 de octubre de 2018). Pero, así como en algunas circunstancias su niño y su rol de madre están por encima de su rol como miembro de la barra, hay ocasiones, como los viajes a Barranquilla, en donde ese “yo maternal” pasa a un segundo plano, ya que está en la obligación de ir: “el que no viaje a Barranquilla no es 105.” La experiencia de ganarse un lugar en el Barón Rojo Sur recae en la entrega y el trabajo constante de sus miembros para el buen 118

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funcionamiento de la barra. Esto se expresa en realizar trabajos para el beneficio de la barra y sus integrantes. Por otro lado está el compromiso, que se expresa en dos facetas: la primera radica en el acto de siempre estar dispuesto a confrontar agresivamente a cualquier persona, institución o grupo que atente en contra de los valores y los estandartes que todos los y las integrantes representan y están en el deber de defender (en términos de la barra, respetar y cumplir con los códigos); la segunda, acompañar al equipo, esto implica una serie de sacrificios por parte de las y los hinchas. Debido a que se está en la obligación de poner al América primero que las demás facetas y actividades de su vida, pues, faltar a un partido acarrea una pérdida de legitimidad y respaldo dentro del grupo, en palabras de la barra “el que faltó que no vuelva.” Con respecto a la primera faceta que se mencionó anteriormente, existe una tensión. Esta radica en que, bajo las lógicas tradicionales de relaciones de género, se sienten en la obligación de protegerlas en un combate o, simplemente, no dejarlas bajar del bus o salir de la tribuna al confrontamiento físico directo. Es decir, no las dejan demostrar el carácter y esa capacidad de ejercer y recibir violencia que tanto se premia en el mundo barra. Karol dice que, en las situaciones de conflictos contra las barras de otros equipos, la policía o el ESMAND es donde se distinguen las mujeres que van al BRS por “parche” o moda, de las que van por amor y compromiso tanto con los colores del equipo como con el grupo. En pocas palabras, la decisión de formar o no parte de un combate termina por ser una le ayudará a lograr ser reconocidas y respetadas, aspectos fundamentales para escalar en la línea burocrática de la barra.

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Conclusiones De todo esto, se puede llegar a dos grandes conclusiones. Primero, un aspecto trascendental para que las mujeres logren romper con las barreras que se encuentran en su participación en la barra es cerrar el ciclo constante del cuestionamiento ¿por qué están aquí? A medida que ellas comienzan a acumular tiempo y kilómetros en la barra logran demostrar en diferentes espacios y momentos es por qué. En las palabras de Karol: “las que llevamos tiempo ya nos ganamos el respeto y probamos finura. Ellas ya no tienen que demostrar nada, ya lo hicieron, ya todos saben quiénes son a qué vienen y porqué están acá” (K. Salazar, comunicación personal. 10 de octubre de 2018). Es por ello que los años en la barra se convierten en un aspecto muy importante, pues de tanto estar ahí, viajar y pelear, esa pregunta queda resuelta. Con tanto tiempo en la barra ya los demás miembros saben que estás acá “por el América.” Es decir, que ya todos saben que estás dispuesto a sacrificar muchos aspectos de tu vida personal y laboral por “los colores.” Segundo, el aguante como categoría para ganar capital social. Como se desarrolló a lo largo del trabajo, la construcción teórica de este concepto, en tanto que proviene desde académicos argentinos, se ha realizado desde unas perspectivas masculinizadas, en donde la rudeza, la hombría, el actuar violento y el resistir, corporalmente hablando, fueron los pilares para su sustentación y creación. Ahora bien, en Colombia, con barras en donde el ingreso de las mujeres sí está permitido y el número de ellas que forman parte de estos grupos ha ido en aumento, por lo menos en el BRS, obliga a re-plantearse la definición de dicho concepto. El aguante, entonces, de acuerdo con Alabarces y Garriga (2007) es una categoría nativa que se construyó en diálogo entre la academia y los barristas. Éste, además, es un bien simbólico que se define, primero, en la 120

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lucha entre cuerpos y “parándose sin correr” es decir, exponiendo un actuar violento en los contextos donde éste sea necesario y requerido. Por ende, su uso es legítimo. Otro aspecto a tener en cuenta en esta definición es el cuerpo: para Alabarces, Garriga y Moreira (2008) el hecho de “poner el cuerpo” implica mucho más que dar y recibir golpes, pues es éste el que se termina por exponer a las adversidades climáticas y físicas que implica, por ejemplo, viajar de una ciudad a otra. Con lo anterior, el aguante es entendido como una característica netamente masculina, de hecho, el antónimo predilecto para dicho concepto es la feminidad, una entendida como debilidad y fragilidad. El punto en este trabajo es reconfigurar este concepto, pues tanto las mujeres como los hombres de la barra lo viven y experimentan. “El aguante no tiene género, para mí el aguante es estar focalizado en que uno va por el América y por nada más” (K. Salazar, comunicación personal, 10 de octubre de 2018). En otras palabras, no es una característica que responda al género masculino, ya que ella y varias de las mujeres de la barra realizan todas las actividades y asumen todos los compromisos que se requieren al momento de hablar de “aguante”. En pocas palabras, el aguante es una categoría nativa, como lo dicen Alabarces y Garriga (2007), que se convierte en un bien simbólico que los y las integrantes de las barras quieren alcanzar y ostentar. Este es un concepto que no responde a un género para su construcción, pues valora la capacidad de resistencia de los cuerpos. Resistir al frío, resistir al calor, resistir a horas de viaje, resistir al hambre y a todas las condiciones que el cuerpo se somete al momento de desplazarse a otra ciudad. Además, la capacidad de violencia, que es ejercida dependiendo del contexto, es decir, la situación misma obligará a que el o la barrista empleen o demuestren ese carácter “parándose sin correr” (Alabarces y Garriga 2007). Este aguante, entonces, se encuentra cargado por una suerte de inteliTrans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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gencia capaz de distinguir esos momentos y delimitar el uso de la violencia –una entendida como agresión física y/o simbólica en contra de otra persona– a unos espacios y momentos en donde este tipo de comportamientos y actitudes son valorados y legitimados. Porque “no somos violencia, solo sucede” (Barón Rojo Sur). Bibliografía. Alabarces, P, Garriga, J y Moreira V. (2008). El “aguante” y las hinchadas argentinas: una relación violenta. Horizontes antropológicos, 14 (30), 113-136. Alabarces, P., & Zucal, J. G. (2007). Cuerpos e identidades. En “identidades corporales: entre el relato y el aguante. Campos-Revista de Antropologia, 8(1), 154-159. Bourdieu, P. (2000). Las formas del capital: Capital económico, capital cultural y capital social. En P. Bourdieu, Poder, derecho y clases sociales (págs. 131-165). Bilbao: Editorial Desclee de Brouwer. Cabrera, N. (2016) Las resonancias del pasado: apuntes para un estudio diacrónico y sincrónico de una hinchada del fútbol argentino. FuLiA/UFMG, 2(1), 6-27. Cabrera, N. (2003). Cuerpo, género y clase en las prácticas violentas de una hinchada de fútbol. Question, 1, 29-253. Ferreiro, M. (2008). “A torcida rubro-negra no Maracanã”. Esporte e Sociedade, 8, 1-17. Rojas, J. (2013). Las barras bravas como una tribuna urbana, una busqueda de identidad: estudio de caso del Baron Rojo Sur y el Frente Radical. Cali: Universidad del Valle.

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La influencia de los procesos de barrismo social en el Barón Rojo Sur y la Fundación Un Distrito en Paz: Una nueva perspectiva de Aguante Juan Sebastián Castillo Castro1 juansebastiancastillocastro@gmail.com Universidad Icesi Artículo de investigación recibido el 01/02/2019 y aprobado el 02/03/2019

Cómo citar este artículo: Castillo Castro, J. (2019). La influencia de los procesos de barrismo social en el Barón Rojo Sur y la Fundación Un Distrito en Paz: una nueva perspectiva de aguante. TransPasando Fronteras, (13). doi: 10.18046/retf.i13.3400

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Estudiante de Sociología y Ciencia Política con Énfasis en Relaciones Internacionales de la Universidad Icesi. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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Juan Sebastián Castillo Castro

Resumen El presente artículo analiza el caso de Barón Rojo Sur (en adelante B.R.S) y de la Fundación Un Distrito en Paz (en adelante FUNDP) en clave del barrismo social, pues a partir de las acciones que se inscriben en este tipo de barrismo, se abre un espacio para repensar la noción de Aguante desarrollada por teóricos argentinos. La investigación se realizó con metodología cualitativa que fue aplicada a integrantes de la barra y de la fundación. Entre los principales hallazgos se encontró que, para el caso particular de B.R.S. los procesos de barrismo social van de la mano de formas de ciudadanía activa y participativa y de procesos sociales y políticos. Además, el proceso realizado por la Fundación Un Distrito en Paz, que es liderado por integrantes de la barra, evidencia la consolidación y formalización de un proceso organizativo de barrismo social. Este tipo de procesos no podrían ser explicados, completamente, por la visión tradicional que se tiene del aguante. Razón por la cual, se propone un cambio en la perspectiva para dar una mirada analitica desde el Barrismo Social. Palabras clave: Fútbol; Barrismo social; Barras; Barón Rojo Sur Aguante

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La influencia de los procesos de barrismo social en el Barón Rojo Sur y fundación Un Distrito en Paz

The influence of Barrismo Social process in Barón Rojo Sur y la Fundación Un Distrito en Paz: New pespective of Aguante Abstract This article analyzes the case of Barón Rojo Sur (BRS), and the Fundación un Distrito Para la Paz (FUDNP) in relation to the Barrismo Social, since the actions within this type of barrismo opened a space to rethink the notion of aguante made by argentine theorists. The research was conducted with qualitative methodology that was applied to BRS soccer supporters and the ONG. Among key findings it was found that, in the case of BRS, the processes of barrismo social work hand in hand with forms of active and participative citizenship. Moreover, it is tied to social and political processes. So, the process carried out by the Fundación un Distrito en Paz, which is led by members of the BRS football supporters, demonstrates the consolidation and formalization of an organizational process of Barrismo Social. This type of process could not be explained completely by the traditional view of aguante. Therefore, a change in the perspective is proposed to give a analitic view from the Barrismo Social. Palabras clave: Soccer; Barrismo Social; Hooligans; Barón Rojo Sur; Aguante; Violence.

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Introducción En la década del 90 surgieron barras en la mayoría de los equipos de futbol profesionales del país (Jairo Clavijo 2011). Para el caso del equipo América de Cali, la barra que actualmente lo acompaña es Barón Rojo Sur (en Adelante B.R.S o B.R), la cual se empezó a conformar durante los años 90´s y se llamó inicialmente, furia roja, hasta que en 1997 se consolida en lo que actualmente es Barón Rojo Sur. El surgimiento de estos colectivos replanteó en la opinión pública, la forma de entender los hechos de violencia o criminalidad alrededor del fútbol, pues pasaron de ser concebidos como enfrentamientos entre particulares a una violencia ejercida desde un grupo organizado. Si bien, el conflicto físico no está cerca de ser la actividad principal, ni el objetivo del Barón Rojo Sur u otras barras de Colombia sí ha sido suficiente para construir a través de los medios de comunicación y de la sociedad en general un arquetipo violento hacia la barra y hacia sus integrantes. Los principales estudios a nivel de américa latina sobre barras han estado centrados en explicar la violencia que se genera en estos colectivos a partir del concepto de Aguante (Garriga, 2006) y de su organización burocrática a través de la noción de Hinchadas Organizadas (Máximo, 2014). Ambos conceptos serán desarrollados más adelante en este artículo y confrontados con la realidad de Barón Rojo Sur. Cabe resaltar que la preocupación por la violencia de las barras, también ha estado en el ojo de los barristas colombianos, quienes en el año 2007 convocan la conformación del Colectivo Barrista Colombiano, en el que se identifica que, dentro del accionar de la barra, hay una serie de prácticas positivas que pueden 126

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contribuir a mitigar los episodios de violencia. Posteriormente, representantes de diferentes barras en colaboración con la fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto, y entidades gubernamentales, conforman una mesa de trabajo de trabajo que sienta las bases para la elaboración de una política pública que incluya las diversas formas de barrismo (Arroyo, 2014). A raíz de esto, surgen diferentes documentos públicos que reconocen formalmente el concepto Barrismo Social, que se desarrollará, más adelante, como una contra propuesta al concepto de Aguante, y que se pretende pueda ofrecer una nueva perspectiva de análisis para explicar la realidad de los barristas colombianos. En B.R.S emergen distintos procesos sociales y políticos, entre ellos la Fundación Un Distrito en Paz (en adelante FUNDP), la cual será presentada como un caso de análisis útil para avanzar en la literatura sobre Barras, pues ofrece un ejemplo de consolidación y formalización de los procesos que surgieron desde la barra Barón Rojo Sur. Para ello se diseñaron herramientas que permitieran conocer historias, opiniones e ideas, y que dieran cuenta de la complejidad y las dificultades que se dieron al desarrollar los procesos dentro de la barra y la Fundación Un Distrito en Paz. Las herramientas utilizadas fueron entrevistas semi-estructuradas, que se realizaron a barristas, líderes del B.R.S. y líderes de los procesos de barrismo social. Las preguntas se centraron, en su experiencia o conocimiento sobre el barrismo social y, en el caso de los integrantes de la fundación, en su experiencia consolidando el proceso. El presente documento se divide en cuatro secciones: (i) El marco interpretativo, en el que se desglosan los principales hallazgos teóricos sobre barras, que pueden ser sintetizados en el concepto de Aguante y de Hinchadas Organizadas. Posteriormente, (ii) se Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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analiza las experiencias de integrantes de Barón Rojo, pues la barra ha dado lugar al surgimiento y a la construcción de procesos sociales, políticos y educativos que ponen en manifiesto la necesidad de avanzar en la literatura tradicional con la que ha sido analizado el fenómeno de las barras. Luego, (iii) se describe el caso de la Fundación Un Distrito en Paz cuyo surgimiento se da en Barón Rojo y se ha convertido en un referente, por su consolidación organizacional. Dicho proceso también arroja luces sobre la complejidad del contexto en el que se encuentra la barra, que resulta enriquecedor para la comprensión del barrismo social y de la dinámica de la barra como Barón Rojo Sur. Finalmente, (iv) se realiza una sucinta recopilación de reflexiones en torno al barrismo social, cuyo reconocimiento legal y normativo ofreció espacios para que se consolidaran procesos como los descritos de B.R.S. y FUNDP. Ante esto se propone el Barrismo Social como un concepto desde el cual se puede analizar las dinámicas de las barras que, a diferencia del Aguante, reconoce procesos de participación política y de inclusión social que se dan dentro de las barras.

(i) Marco Interpretativo En un principio, teóricos como Norbert Elías y Eric Dunning (1996) realizaron estudios sobre el Hooliganismo, en los cuales concluían que la violencia que se desataba en los estadios podía explicarse desde una noción de clase y del relajamiento de los controles emocionales, que se produce al estar en una masa (Elías y Dunning, 1996). Sin embargo, en Argentina, se reconoció que las diferencias entre el aficionado europeo y el latino, ameritaba elaborar nuevos aportes teóricos que comprendieran las barras de fútbol argentinas 128

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en su particularidad. Es por ello que para el caso latinoamericano los barristas y la barra se vuelven sujetos de investigación, porque lo que interesaba principalmente era poder comprender la barra como un fenómeno social y no como un variable, que explicara el desenlace de la violencia.

“Los barristas se distinguen de los otros hinchas por una serie de elementos de autoreconocimiento como la fidelidad al equipo, el fervor como se vive el fútbol y la hermandad con los otros integrantes de la barra.”

Los barristas se distinguen de los otros hinchas por una serie de elementos de auto-reconocimiento como la fidelidad al equipo, el fervor como se vive el fútbol y la hermandad con los otros integrantes de la barra. Su identidad es el motor de una serie de prácticas como los canticos, los saltos, e incluso de manifestaciones violentas que en algunos casos están dispuestos a realizar por el equipo al que alientan (Garriga, 2006). Al igual que en Colombia, en donde se ha consumado un estereotipo agresivo alrededor de las barras, en países como Argentina, Chile y Brasil, la principal preocupación de la academia, a la hora de realizar estudios de

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barras fue, explicar los orígenes y las motivaciones de las prácticas violentas que sucedían en torno al fútbol. Entre los hallazgos se encontró que, de manera particular, la violencia que se produce en la barra tiene legitimidad a través del “Aguante”. Esté representa para los barristas el bien simbólico principal a la hora de construir y mantener la identidad, pues hace parte de un sistema de prestigio y honor necesario para la construcción de la identidad colectiva de la hinchada (Garriga, 2006). El Aguante es realmente importante para la identidad del barrista, por ende, es necesario dar cuenta que se posee. Para tenerlo no basta con decirlo, sino que hay que demostrarlo. El Aguante se prueba a través del cuerpo, puede ser saltando 90 minutos en un partido, o defendiendo los colores del equipo, en una pelea con la policía o con rivales de otra barra. Uno de los incentivos de demostrar el Aguante, es escalar dentro de la jerarquía de reputación de la barra, cuyo ascenso otorga, a los barristas, reconocimiento por parte de sus pares dentro de la barra y de actores externos. Además, la relación con actores por fuera de la barra genera un insumo de capital social y privilegios, que de otra forma costaría mucho trabajo tener, pues una población importante de los barristas pertenece a contextos en donde carecen de este reconocimiento social (Cabrera, Czesli y Garriga, 2016). Adicionalmente, otro de los elementos que distingue a los Barra de los hinchas tradicionales, es que pertenecen y se reconocen dentro de un colectivo que cuenta con una estructura organizacional. Por ello Carlos A. Máximo Pimienta (2013) plantea las distinciones entre las barras y el resto de los hinchas a través de la organización. Para el autor las hinchadas organizadas “constituyen sus acciones a partir de estructuras burocráticas, valorizadas por situaciones de pertenencia fomentadas por símbolos, significados, significantes y 130

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significaciones que determinan identificaciones visuales por medio de la creación de la marca del hincha” (Máximo, 2014, pp. 296). De igual forma, la estructura organizacional se mantiene gracias a que existen normas, roles formales, funciones, estatutos, sedes, reuniones e interacción social. En este tipo de colectivos, la cohesión social se hace posible por el entramado de elementos que hacen parte de su identidad, los significados compartidos y las manifestaciones “por”, “en”, “de” y “entre” espacios y territorios (Máximo, 2014). No obstante, la estructura se entrelaza con las manifestaciones de violencia, dando lugar a la institucionalización de modos de organización, estrategias y tácticas de defensa y de acción en los enfrentamientos con aquellos que son considerados enemigos (Máximo, 2014). En suma, se podría decir como elementos explicativos de las barras se encuentra, por un lado, el nivel de organización de las barras, que las diferencia de los demás aficionados, en cuanto a su estructura jerárquica, funciones, reuniones, etc… Por otro lado, está el Aguante, que se refiere a todo el sistema en el que se marcan las acciones del barrista, que incluye la jerarquía, la reputación, el honor y los discursos que son fundamentales para la identidad barrista. Respecto al último, es importante tener en cuenta, que en el repertorio de acciones para ganar prestigio y reputación se encuentran prácticas violentas y de confrontación. De la misma manera, probar el aguante a través de la violencia y escalar dentro de la escala de reputación de la barra, otorga a los hinchas reconocimiento por parte de sus pares dentro de la barra y de actores externos (Cabrera et al. 2016).

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Sobre Barón Rojo Sur y Santiago de Cali (sede del equipo América de Cali) Ahora bien, para el caso de Cali, Joanna Rojas (2013) plantea que la violencia de las barras de la ciudad de Cali, se produce, en gran parte, porque muchos de los elementos identitarios de los barristas tienen una fuerte carga simbólica, como, por ejemplo, territorios, tatuajes o atuendos, que son fácilmente identificados por barras rivales, y usados o transgredidos con el fin ofender o cuestionar la identidad rival (Castro, 2010). Para distinguir a los Barra y a B.R.S. del resto de los hinchas que van al estadio, es menester hablar de los colores, espacios, territorios, formas de vestir, prácticas lúdicas (cantos, orquestas y coreografías) y de la rivalidad con otros grupos similares u otras hinchadas organizadas. Incluso, también se pueden distinguir por la conjunción de elementos más complejos como la masculinidad, virilidad, el fervor y el sentido de pertenencia (Máximo, 2014). No obstante, aunque no es el objetivo de este trabajo, es pertinente aclarar que otro de los elementos que hacen parte del entramado complejo de la barra, son las feminidades, pues en la barra hay un número considerable de mujeres que la integran, cuyas acciones y comportamientos son determinantes en el accionar de la barra. (ii) Cambio de perspectiva de Aguante: experiencia Barón Rojo Sur. Uno de los principales hallazgos que se lograron en la recolección de información es que B.R.S. se puede entender como una fotografía social, pues congela durante 90 minutos un grueso de la población supremamente heterogéneo, en el que hay individuos de distintos estratos, zonas de la ciudad, del país, de diferentes colores de piel, género, clase y contexto. Es decir que la barra no es 132

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una unidad homogénea, sino que dada su amplia diversidad debe ser abordada como un objeto de estudio dinámico, sobre el cual sentar un marco rígido de análisis resulta insuficiente. A pesar de su amplia diversidad hay elementos en común entre los individuos que finalmente dan la cohesión necesaria para la existencia de Barón Rojo. Partido tras partido, asistentes al estadio y televidentes han sido testigos que, en La Sur2 se presenta un entramado de realidades unidas por una identidad compartida que bajo una serie de símbolos y códigos dan forma al Barón Rojo. Es decir, la identidad barrista agrupa diversidad de individuos que pueden ser entendidos como una muestra de la ciudad, razón por la cual, así como en la ciudad hay problemáticas de crimen, homicidios, seguridad, y drogas, en la barra también se presentan este tipo de acciones. Lo anterior, no implica que las acciones de violencia y criminalidad sean endógenas a los barristas, ni se comentan, necesariamente, de manera organizada bajo el nombre de la barra, sino que su origen se encuentra en elementos como el contexto de donde provienen los integrantes. Esto replantea la visión tradicional de abordar la violencia en las barras, dejándola de ver como un problema social propio del estadio, un problema social endémico del colectivo, o un problema social del fútbol, y abre la posibilidad para considerarlo un problema social de ciudad. Efectivamente, no se puede negar que la violencia haya sido usada por algunos integrantes de B.R.S. para ganar reputación y reconocimiento por parte de sus pares.

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Tribuna Sur del estadio Olímpico Pascual Guerrero donde suele ubicarse Barón Rojo Sur.

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“Para ser un referente de la barra se gana también por medio de la violencia, entonces yo soy una persona, un ejemplo, el que más he robado trapos, cada viaje me meto donde los hinchas rivales y les robo un trapo, cada rato me meto a atacar a los rivales y los correteo, o el que cuando aquí no me quieren hacer caso, me paro con el que sea. Ese es el que demuestra ese poder por medio de la violencia de los golpes, de hablar fuerte. Entonces ahí va creando ese respeto, entonces ya ese peladito, que es cólico y cree, dice ese es el capo, uff. Es una forma en la que, no solo en esta barra sino en todas las barras, el que llega a ser referente se gana su respeto por eso.” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018).

Sin embargo, dada la heterogeneidad de la barra y la diversidad de pensamientos e ideas que confluyen en ésta, muchos de los líderes se encuentran en desacuerdo con este tipo de acciones y creen que, aunque es producto del contexto en el que se encuentran, la barra puede ser el lugar en donde se neutralicen este tipo de conductas, cumpliendo con una función política y social. “Uno sabe, que acá, vos podés encontrar una persona que se fue a estudiar, podes encontrar una persona que no ha tenido las mismas oportunidades, pero no es de dejarlo a un lado, no es de hacerlo a un lado y decirle, ‘no, vos no podés ser parte de esto’, es integrar a todos y todos tenemos una facultad, todos tenemos algo para lo que servimos, todos tenemos algo que nos caracteriza y nos dice esta es tu habilidad, y ahí es donde se tiene que explotar, “¿Si me entendés?” (Lideresa Barón Rojo Sur, comunicación personal, 19 de agosto de 2018). “Hay otros que viven en la calle, o no tienen oportunidades para estudiar, o tienen muchas dificultades en sus casas y sus barrios, entonces algunos líderes nos damos ese papel de poder trabajar 134

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en esos espacios y brindarles educación, formaciones en varias áreas de acuerdo a lo que ellos quieran explorar de acuerdo a sus perfiles, y esa es la manera como trabajamos nosotros, pues algunos nos responsabilizamos de eso, otros no, pero ahí está la esencia de Barón Rojo Sur.” (Bryan, comunicación personal, 19 de agosto de 2018)

Este tipo de acciones demuestran que los líderes de la barra, no están simplemente coaccionados bajo las lógicas del discurso del Aguante tradicional (es decir, el Aguante trabajado por autores argentinos), sino que reconocen la función social que cumple B.R.S para la sociedad, y perciben que los problemas que se dan son de corte estructural. Ante ello, los barristas entrevistados proponen trabajar desde la barra para transformar la consciencia y la forma de pensar de las otras personas. Asimismo, se pretende direccionar sus habilidades, para ser útiles tanto en la barra como fuera de ella. También, se apunta a crear una consciencia política en los Barra que integran Barón rojo. “Nosotros desde los inicios del Barón Rojo Sur, desde la fundación, desde el 97, Barón Rojo Sur se une a los ideales de las luchas sociales y pues hasta el día de hoy tratamos de mantener nuestra vinculación con la problemática social” (Brayan, comunicación personal, octubre 10 de 2018). “Hay una responsabilidad que nosotros tenemos directamente porque nosotros dentro de la tribuna que yo mencionaba anteriormente, hay muchas culturas, subculturas, diversidad de género, tenemos pelados desde los 12, hasta personas con 40 - 50 años, nosotros lo que hacemos es mirar la problemática que se vive al interior de la barra, y pues tratar de trabajar como el camino al pro de un cambio” (Brayan, comunicación personal, octubre 10 de 2018).

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Esto permite ver que Barón Rojo Sur ha servido de plataforma para pensar de manera organizada formas de construcción de subjetividad política para los actuales integrantes de la barra, utilizando como insumo la identidad colectiva que tienen como Barras. De esta manera, valdría la pena preguntarse sí Barón Rojo puede llegar a cumplir una función social y política en la ciudad. No obstante, es pertinente resaltar que, por la misma heterogeneidad de la barra, se dificulta el desarrollo de las iniciativas de corte político y social, ya que, así como se encuentran personas con el interés de mejorar la calidad de vida de los demás y de promover el aguante social, es probable que también se encuentren integrantes que solo van a consumir o alentar y no consideren que este tipo de iniciativas tengan que ver con la institución, ni con el ejercicio de ser Barra.

Nueva propuesta de análisis: barrismo social. ¿Cuál puede ser una mirada adecuada para aquellas acciones generadas por las barras con significado y contenido político? Es probable que abordar a las barras colombianas desde la mirada del aguante, que ha sido trabajado en otros países, resulte en un intento fallido por importar un concepto que no explica en su totalidad las dinámicas de los barristas. La conformación en el año 2003 del Colectivo Barrista Colombiano, que contaría con la presencia de 18 líderes de las 21 barras del país, y se encargarían de trabajar sobre los problemas de convivencia y violencia que giraban en torno a las barras, fue el principio de la construcción colectiva del concepto, barrismo social. Con el apoyo de la Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto (en adelante FJMBN) y el gobierno nacional, se sentaron 136

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las bases para la construcción de una política pública sobre barras, que no se centrara solamente en el ejercicio de la seguridad desde el aumento de la fuerza pública (Arroyo, 2014). La presión ejercida por el colectivo barrista sobre las entidades gubernamentales tuvo sus primeros resultados al lograr introducir la idea de barrismo social en la ley 1270 de 2009, como una alternativa que debe ser promovida por las recientemente creadas por esa misma ley, las Comisiones Locales de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol (Ley 1270, 2009). Adicionalmente, el decreto 1007 especificaría que por barrismo social se entiende: “Acciones encaminadas a redimensionar las formas de expresión y las prácticas de los integrantes de las barras de fútbol que inciden negativamente en los ámbitos individual, comunitario y colectivo, y de potenciar los aspectos positivos que de la esencia del barrismo deben rescatarse. Esta propuesta se fundamenta en procesos formativos tales como el diálogo de saberes, que recogen valores sociales, normas, creencias, ideales y sentimientos, y les permiten a los barristas resignificar la realidad que los sumerge en su pasión por el mundo del fútbol, y a asumir así su identidad como sujetos sociales y participativos.” (Decreto 1007, 2012).

Posteriormente, el Plan Decenal de Seguridad Comodidad y Convivencia en el Fútbol (en adelante PDSCCF) retoma la definición presentada anteriormente, y se propone como objetivo general, el fortalecimiento del modelo de barrismo social, propuesto en el decreto 1007, a través de “El desarrollo de liderazgos positivos, la consolidación de sus estructuras y estrategias de planeación interna, y el diseño e implementación de proyectos y programas que permitan potenciar el crecimiento individual y grupal de sus miembros. Se trata de que Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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sean ciudadanos activos que inciden y participan positivamente en espacios sociales políticos en los que desarrollan su actividad: barrio, comunidad y ciudad” (Ministerio del interior, 2014)

Dada la insuficiencia del Aguante para explicar las acciones descritas anteriormente, el concepto de barrismo social, que ha sido construido por parte de los barristas a nivel nacional, puede dar luces sobre nuevas formas de comprender a las barras. ¿Acaso la violencia puede ser política? Es importante resaltar que, partir de la premisa de que, el barrismo social a través de la creación de consciencia política, tiene como efecto la reducción de manifestaciones violentas, puede tener una limitación. Ya que, los enfrentamientos con la policía, además de ser generados por la necesidad de demostrar el Aguante, pueden estar respaldados por un ejercicio de resistencia civil, ante los casos donde se considera que el Estado ejerce represión estatal. Por ejemplo, cuando se percibe en la policía una actitud bélica o humillante, cuando se le niega a los barristas la posibilidad de entrar a otra ciudad, o cuando se prohíben las reuniones en lugares públicos. Cabe resaltar que, el Artículo 37 de la Constitución Política de Colombia afirma que, “toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y pacíficamente. Sólo la ley podrá establecer de manera expresa los casos en los cuales se podrá limitar el ejercicio de este derecho” (Const.,1991, art 37). Esto también lo identifican como una forma de represión, pues algunos sectores de la barra consideran que B.R.S. tiene una serie de posturas políticas, que corresponden su carácter popular, y que pueden ir en contra del Estado. 138

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“Muchos casos donde esta violencia se ha visto, desde esa represión, y más en el BR, que el BR ha sido una barra rebelde y que sea como sea siempre tiene una postura, de siempre protestar cuando hay posturas políticas […] por eso siempre ha recibido ese tipo de represión” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018). “Porque todos somos actores de esta nación, y pues los sectores más vulnerables están en las barras populares, entonces yo creo que eso es uno de los elementos más importantes para que nosotros nos apropiemos de la lucha, por eso salimos a las calles a protestar” (Brayan, comunicación personal, octubre 10 de 2018).

Ante este escenario, en la barra se conforma un comité de derechos humanos llamado Joan Sebastián Tenorio Bernal, en honor a un integrante de la barra que, presuntamente, fue asesinado en carretera” “El comité de DDHH surge de la necesidad de velar por los derechos de nuestros compañeros en los viajes” (Líder comité DDHH, comunicación personal, octubre 10 de 2018). “Las personas que van a las barras, no solamente en barón rojo sur, sufren mucha problemática, no solamente en las ciudades en estadios locales, sino también en los estadios a nivel nacional, cuando van a viajar para ver a sus equipos, y en las carreteras hay muchos atropella, atropella mucho la policía, entonces pues es una manera de resistencia y de lucha.” (Líder comité DDHH, comunicación personal, octubre 10 de 2018).

En cierta medida, la postura política que demuestran algunos de los miembros de Barón Rojo Sur, entre ellos líderes de la barra, ofrece indicios para considerar que la reacción hacía la policía, no Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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siempre corresponde a lo que Garriga (2006) considera podría ser, una cuestión del Aguante como parte del sistema de prestigio y honor, sino que abre el espectro para incorporar la posibilidad de entender esta reacción, desde el Barrismo social (Garriga, 2006). Por polémico que parezca, son acciones que se dan en clave de un proceso de lucha y de resistencia ante abusos de la fuerza pública, referenciados como represión, hacía la postura política que se ha construido en la barra como colectivo. De manera similar, las autoras Londoño y Pinilla (2009) plantearon que, contrario a la postura de autoras clásicas como Hannah Arendt, en la que la política está ligada los factores discursivos y concertativos, la violencia realizada por los Barras de Holocausto Norte se puede inscribir en la dimensión política, pues está configurada en una lucha por la integridad física y cultural de los barristas (Londoño y Pinilla, 2009). Asimismo, en la aproximación a Barón Rojo se evidenció que, además de los elementos que son similares entre ambas barras, también se pueden inscribir las prácticas de la barra en la dimensión política, dado que se encuentra relacionadas con la disipación del prejuicio criminalizante que hay sobre los barristas. En ese sentido, los enfrentamientos con la policía en varias ocasiones son vistos como formas de resistir ante la falta de reconocimiento y al prejuicio criminalizante que tiene la fuerza pública y que se trasmite en medios de comunicación Lo anterior, permite ver cómo B.R.S ha dado lugar a la consolidación de procesos de carácter político y social, que pueden ser explicados desde la noción de Barrismo Social. Sin embargo, el reconocimiento de Barrismo Social en la ley, tuvo como consecuencia la promoción de este tipo de acciones. Por tal razón, es pertinente para el presente trabajo dar cuenta de la experiencia de la 140

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Fundación un Distrito en Paz, que surge en los últimos años, y que permite ver un impacto que ha tenido el trabajo del colectivo barrista y el reconocimiento normativo del Barrismo Social.

(iii) Caso: Fundación un Distrito en Paz La Fundación Un Distrito En Paz (En adelante FUNDP) surge en el año 2016, lastimosamente, producto del asesinato de dos de los miembros del Bloque Distrito Popular de Barón Rojo Sur. Estos dos jóvenes asesinados, habían marcado un precedente dentro de la barra, pues, posterior al proceso de reconocimiento legal del barrismo social, ellos se encargaron de promoverlo dentro de la barra. “Por todo el tema de barrismo social, la barra avanzó muchísimo, la barra… el cambio que tuvo en esa dirigencia, yo creo que fue visible en toda la ciudad, una barra diferente, una barra donde los jóvenes ya no se veían consumidos por las drogas, sino que realmente había aguante, vos ya entrabas a la tribuna y sentías el aguante, los 90 minutos, cambio mucho la estética de la barra, era una barra que se preocupaba por hacer salidas espectaculares, sacar trapos espectaculares, tapa-tribunas, realmente una barra de proyectos. Él tenía un grupo de trabajo, y a ellos los empezaron a amenazar” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018).

Dada la complejidad de la barra y las dinámicas de criminalidad que existen en ella, ambos jóvenes fueron asesinados. A pesar, de los odios que quedaron luego de las muertes, se marcó un precedente y se dejó como legado la idea de que el Barón Rojo, podía ser diferente y apuntar hacía la función social y política de la barra. “La verdad la gente de este bloque querían acabar con todo, querían acabar con la barra, teníamos con qué, pero tomamos Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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la decisión de decir no, si ellos murieron fue porque realmente lucharon por algo diferente para la barra y lo demostraron con hechos” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018).

Así, quienes habían estado tras la sombra de ellos en los procesos de transformación de la barra, deciden continuar con el legado que les habían dejado sus referentes, y crean la FUNDP. Desde antes de crear la fundación, se había identificado que las problemáticas de la barra que se manifiestan durante los partidos, no se originan exclusivamente en ese momento, sino que son problemas que vienen desde los territorios. “Entonces nos empezamos a apropiar de espacios como esta plazoleta, que acá se hacen ciclovías, de las bibliotecas que hay acá. Empezamos a ir a las fronteras invisibles, que hay acá en el distrito con la pedagogía del fútbol, a cambiar todas esas realidades” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018).

Intervenir los territorios no solamente apunta a promover formas de barrismo positivas, sino a reducir en los jóvenes, niños y niñas, que posiblemente pueden ser futuros barristas, las condiciones de marginalidad, desigualdad y oportunidades, fomentando procesos deportivos y culturales que les muestren alternativas a la criminalidad y la violencia. Lo anterior, se debe a que, si no se trabaja la violencia en las barras como un fenómeno integral, este va a continuar materializándose en el estadio. En la misma vía, en la que FUNDP empezó a dirigir sus intervenciones, el teórico argentino José Garriga Zucal (2006) desarrolla el texto Acá es así, en el que describe el papel del barrio para el desenlace de la violencia de los barristas, porque, en los casos en donde ésta se remonta a unas condiciones de marginalidad y exclusión, se adquieren nuevos pilares para legitimar prácticas de violencia (Garriga, 2006). 142

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“Por un lado, una concepción del espacio ‘marginal’ o pobre vinculado a la violencia, que define como particularidad de la pobreza a la violencia. Por el otro lado, una recuperación del ‘pasado’ (recorte parcial y tendencioso) que tiene como objeto demostrar que desde hace muchos años la violencia es la característica que define la forma de relacionarse en estos lugares.” (Garriga, 2006, p.105)

El territorio donde se ubica el Bloque Distrito Popular, se llama, por divisiones político- administrativas, Distrito de Aguablanca. Este territorio cuenta con una serie de condiciones que hacen difícil la obtención de condiciones dignas, además de una alta tasa de homicidios. En los proyectos de barrismo social realizados en estos lugares, se encontraron con jóvenes que nunca había tenido la posibilidad de salir del distrito, así que, al finalizar un proceso pedagógico sobre las barras, se les llevó al Estadio, para que conocieran otra realidad y se enamoraran –así sea poco- de los valores del fútbol. Por tanto, en los jóvenes que provienen de estos contextos, hay una necesidad de que el barrismo social se realice considerando como un elemento clave al territorio, debido a que en él puede haber elementos que promuevan la violencia. En esta medida, FUNDP se ha encargado de resaltar el valor del territorio y de marcar la territorialidad de este, sin recurrir a prácticas violentas. Por ejemplo, en la plaza donde se reúne la barra, se pintaron murales en honor a uno de los jóvenes asesinados, y también, en conjunto con un colegio aledaño a la plaza, gestionaron una jornada de recolección de escombros para recuperar el espacio público. Este tipo de iniciativas han permitido que sean reconocidos dentro de la comunidad a la que pertenecen y que puedan usar el espacio público para reuniones de bloque, sin tener como enemigo a la comunidad. Por otro lado, FUNDP se ha dedicado también a dictar diversos talleres y ejercicios de pedagogía, Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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en relación con las dinámicas de la barra y la desestigmatización de ésta, a través de la creación de la escuela futbolera. Este proyecto representa una apuesta de la fundación por desmitificar todos aquellos imaginarios sobre los barristas, en los jóvenes del Distrito, y también, en la promoción de los valores del barrismo que no están relacionados con la violencia. “Primero que todo para ser barra se necesita saber la historia del equipo, historia de América de Cali, de cómo nace el fútbol, los movimientos barras en el mundo, como llega eso a Sudamérica a Colombia, como barras que ya han evolucionado mucho llegan a incidir en temas políticos y sociales de su país” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018). Este tipo de apuestas son posibles porque ya ha habido una reconfiguración del discurso tradicional de lo que implica ser barrista. La visión con la que FUNDP ofrece los talleres 144

“Primero que todo para ser barra se necesita saber la historia del equipo, historia de América de Cali, de cómo nace el fútbol, los movimientos barras en el mundo, como llega eso a Sudamérica a Colombia...”

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es, promover que lo necesario para ser parte de una barra, vaya más allá de las rivalidades con otras personas e instituciones y de acciones agresivas como fuente de reputación, e implique ser conscientes del rol que se tiene siendo barrista y del papel que representa el acompañamiento en el estadio. Este cambio en el discurso no afirma que se deje por fuera el fervor y la pasión característica del Aguante, sino que fortalece los aspectos positivos del barrismo. “Yo creo que, para ser barrista, es ese saber por qué estás ahí, por qué estás defendiendo a tu equipo, entonces si el equipo sacó a la venta acciones yo debo comprar acciones, debo saber qué es lo que se mueve, debo saber cómo funciona mi equipo, saber cómo funciona la barra. Sí, saber todo eso, el grupo de trapos, eso funciona así y asa, esas cosas, que lo van haciendo a uno un verdadero barra.” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018). “El aguante lo podemos mirar desde diferentes contextos, pero en pocas palabras, es la resistencia. La resistencia que yo tengo de cantar 90 minutos, de cantar y saltar 90 minutos derecho. El aguante que yo tengo 5 años en un descenso es algo realmente de aguante, el aguante que le tenemos que tener a un directivo, si esa constante resistencia. La hinchada utiliza mucho esa frase de aguante, porque digamos, el B.R. al ser la barra más estigmatizada, la que más represión le mandan, la que más, la más excluida, tales, lo que hacemos siempre es una cuestión de aguante, esa resistencia, estar ahí perseverando para impulsar al equipo hacía adelante.” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018).

En suma, el Barrismo Social, invita a los sujetos a entender su identidad como barristas, a través de un conocimiento sobre la historia, que posibilita la existencia de la barra, y la consciencia sobre el papel que juegan los barristas para el equipo, y para la sociedad. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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De la misma forma, el proceso de barrismo social trajo consigo la transformación de una serie de prácticas y de elementos que son fundamentales para la identidad del barrista y que hasta ahora se han entrelazado con prácticas violentas, precisamente porque corresponden al Aguante. No obstante, no todas las acciones ejercidas por FUNDP fueron bien recibidas por el resto de la barra, en una ocasión los integrantes de FUNDP lograron pasar un cierre de frontera establecido por la Policía, porque cumplían con un protocolo de viaje seguro para los integrantes, a diferencia de los buses comunes que usa la barra. Esta acción no fue bien recibida, en parte porque “las barras bravas son colectivos fuertemente organizados en torno a una estructura piramidal de jerarquías, rangos, asimetrías y roles bien definidos a partir de una distribución desigual de los recursos grupalmente valorados y de una aceitada división de trabajo interna.” (Cabrera et al., 2016, pp. 9). Esto quiere decir, que los privilegios, por lo general son para los líderes de la barra, o al menos, son aquellos quienes están en la parte más alta de la jerarquía, quienes deciden cómo distribuir los incentivos o privilegios. Dado que, ninguno de los integrantes de FUNDP, se encuentra en la cúspide jerárquica de la barra, ni ostenta un rol que no sea el de ser barrista de Barón Rojo se generaron fuertes tensiones con el resto de la barra. “Eso generó un recelo dentro de la barra, y la barra optó por excluir al bloque un tiempo, no nos daban boletería, ni nada de eso de la barra” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018).

La situación se tornó cada vez más complicada, pues en un viaje a Bogotá en un partido contra Santa Fe, el Barón Rojo estaba esperando el bus en el que venía la fundación y los integrantes del bloque, el cual era un bus de una empresa oficial, para atacarlo con piedras. 146

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“Por cosas de la vida, sacamos el bus de aquí y nos fuimos para la terminal de Cali, y nos pasamos de bus, cambiamos a un Velotax. Entonces, cuando llegamos allá a Bogotá ellos quedaron despistados, como que estaban esperando un Flota Magdalena, pero vieron llegar fue un Velotax, entonces no lo lograron pues, quebrarle los vidrios ni nada” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018).

En ocasiones, las prácticas que se fomentan desde el barrismo social interfieren con las mafias que utilizan a Barón Rojo como una plataforma de expendio de drogas, con las dinámicas de ilegalidad que ven en la barra un espacio donde la ley no rige de la misma manera que en el resto de la ciudad y contra los discursos del Aguante. “Porque pues ellos denunciaron todo el tema del micro-tráfico que había dentro de la barra, ellos lo denunciaron a las actividades, hubo capturas, y toda esa olla se destapo, como quien dice, ya los medios ahí, por eso es que en ese caso a ellos los asesinan” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018). “De ahí realmente fue que surgieron los problemas, porque toda la gente que ya venía acostumbrada a un chip, a un modelo de la barra más beligerante, y temas delincuenciales pues ya empezaron a ser la piedra en el zapato, porque los temas sociales siempre van a trocar los intereses oscuros que haya” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018).

Sin embargo, la fundación mantuvo sus actividades a pesar de las amenazas recibidas, hasta que, en mayo de 2017, durante el clásico América – Deportivo Cali, que contó con la presencia de las dos hinchadas en el estadio. Se generó una batalla campal en la gramilla del Pascual Guerrero al finalizar el partido. Este suceso generó Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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reacciones fuertes de parte de entidades gubernamentales, como la Alcaldía de Cali, que cortó temporalmente cualquier relación con la barra, y sancionó fuertemente al equipo, al Barón Rojo Sur y al Frente Radical Verde. En medio de esta desarticulación institucional, FUNDP mantuvo, por la confianza que había creado durante meses atrás, las relaciones con la personería municipal. “Nuestro contrapeso a eso fue hacer el taller de barrismo social, con la universidad cooperativa y con la personería municipal, y estuvimos en el taller de barrismo social y explicamos la normativa del fútbol, el código de policía que estaba próximo a ser vigente, y el código de infancia y adolescencia y empezamos a explicar esas dinámicas a los integrantes de la barra, entonces, las dependencias de la Alcaldía cuando querían hacer un trabajo de barras no buscaban a las barras sino que nos buscaban a nosotros” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018).

De esta manera, FUNDP se convirtió en la cara positiva de la barra, y en Barón Rojo, los líderes se vieron en la necesidad de aceptar que esos procesos de barrismo social también eran parte de Barón Rojo, y que trabajando en esa línea podían mejorar la relación con aquellas entidades que los pueden perjudicar. “La barra se dio cuenta digamos de eso, y ya fue que ellos luego sientan como cabeza y empezamos a hacer un proceso de paz entre nosotros, y ahora las cosas van bien” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018).

Barrismo Social sin colores. La visión sobre el barrismo social se ha transformado. Pues, según decreto 1007 de 2012, barrismo social son “Acciones en148

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caminadas a redimensionar las formas de expresión y las prácticas de los integrantes de las barras de fútbol” (Decreto 1007, 2012) sin determinar que la ejecución del barrismo por parte de integrantes de una barra deba dirigirse exclusivamente a los integrantes de la misma barra. Por ello, FUNDP ha realizado acciones en conjunto con miembros del Frente Radical Verdiblanco, e incluso con procesos de barrismo social gestados desde la barra del Independiente Medellín, Rexixtenxia Norte. “Como fundación se nos amplió la visión y cuando hicimos las paces con la barra eso fue lo que más claro le dejamos, en este momento nuestra apuesta es el barrismo social. Somos americanos y somos barón rojo y eso son códigos internos que uno lleva, y en el actuar de uno se sabe, uno no tiene que estar vociferando, ni mostrando los tatuajes ni nada, pero ya en nuestro actuar, como nuestra responsabilidad con el fútbol, desde que creamos la fundación ya nos sentimos responsables con la transformación del fútbol y de las hinchadas acá en Colombia. La visión se nos amplió a trabajar con cualquier tipo de fundación o con cualquier hinchada, y no solo barra brava” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018).

Es claro, que las acciones de la fundación están enmarcadas bajo los referentes identitarios e ideológicos propios del barrismo. Razón por la cual, una de las formas de tomar distancia por parte de los miembros de FUNDP fue a través de uno de los elementos que más valor tienen para la barra, los trapos. “Nosotros hicimos un trapo y ese trapo generó bastante controversia dentro de la barra, nosotros hicimos este trapo, ese fue el que nos amplió la visión a decir realmente podemos convivir todos los colores dentro de este mismo país porque tenemos un enemigo en común, y es este que siempre va a estar ahí presionándolos, para que Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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nunca salgamos adelante, para que siempre sigamos, como muchos dicen en su discurso, una manada de gamines, muchos dicen eso pero siempre le apuestan a que eso siempre siga siendo así, y ese es el enemigo en común y al que realmente las barras tenemos que trabajar articuladamente en esa transformación” (Héctor, comunicación personal, 16 de agosto de 2018). Imagen 1. Trapo Por un mejor país fútbolero.

Fuente: Elaborado por Fundación Un Distrito en Paz

Como se puede evidenciar, el trapo, a diferencia de los trapos utilizados por la barra que son principalmente de los colores alusivos a ésta, tiene los colores de varios de los equipos del país, con el fin de evidenciar que el barrismo social es un proceso que trasciende los colores de cada barra o de cada equipo. Este trapo es fundamental para la fundación, pues para los barristas “la identidad de la barra está en los trapos, ya que los jóvenes ven reflejados en estos la manera de representarse y ser identificados por 150

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la sociedad.” (Quintero y Delgado, 2013, pp. 85). En este orden de ideas, el hecho de que los integrantes de FUNDP se sientan recogidos en este trapo, permite ver el uso que le han dado a un elemento tan polémico y determinante para las barras, como los trapos. El trapo, involucra elementos simbólicos que marcan una distancia de la barra y plantea como postura de FUNDP que el barrismo social no puede discriminar por colores, ni rivalidades.

(iv) Reflexiones en torno al Barrismo Social Teniendo en cuenta que el Barrismo Social no ha sido ampliamente trabajado por la academia, el presente artículo pretende sentar una serie de elementos, que se consideran pertinentes para una futura agenda de trabajo en torno a este concepto. El caso de Barón Rojo y FUNDP permite ver como las prácticas características de la identidad de los barristas, que se ha dicho que son insumos para la legitimidad y la ejecución de la violencia, también, pueden convertirse en elementos útiles para el desarrollo de procesos positivos que aporten la individualidad de los barristas y a la construcción de un consciencia social y política. Por ende, los procesos de barrismo social pueden ser entendidos como procesos de empoderamiento sobre la identidad, en este caso sobre la identidad del barrista, pues se apela a elementos como el conocimiento de la historia sobre la barra y el equipo, y al reconocimiento de lugar y de la función social que cumple la barra para la sociedad. De igual forma, el barrismo social puede ser entendido como una metodología de intervención social, debido a que ofrece herramientas de pedagogía que son atractivas para los jóvenes, niños y niñas de la sociedad colombiana, como, por ejemplo, fomentar valores cíviTrans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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cos y sociales, a través del fútbol que puede ser un deporte cercano para ellos. De esta misma manera, el barrismo social apunta a las construcciones de una subjetividad política y de una ciudadanía. Se resalta su papel metodológico, pues no solamente se dirige a una población perteneciente a las barras, sino a quienes pueden tener cercanía. Además, en contextos donde se carece de oportunidades, hay condiciones de marginalidad y el reconocimiento social se convierte en una necesidad insatisfecha para la construcción de la identidad, la barra se presenta como una alternativa. Si bien en algunos casos la alternativa se entrelaza con prácticas violentas, el fin del barrismo es posicionar como discurso predominante, y sistema de prestigio y honor, el barrismo social. Sumado a todo lo anterior, la desarticulación de la fundación de la barra, y la ampliación de su visión como organización, permite ver que la definición de barrismo social ofrecida en la ley podría ser ampliada, apuntando a identificar en estos procesos, objetivos que trascienden a los barristas como sujetos de intervención, y situarse en un contexto mucho más amplio. Por consiguiente, se considera pertinente el siguiente apartado. Hoy en día, hablar de Barrismo Social es referirse a un proyecto social y político, cuyo propósito más amplio consiste en transformar las relaciones de desigualdad, exclusión y las prácticas con contenidos de violencia, en medio de las cuales constituyen su personalidad los niños, niñas y jóvenes en condiciones de vulnerabilidad y asociados a los parches y barras futboleras; lo anterior, otorgándole un papel fundamental y responsable a quienes hacen parte de estas formas de organización social y protagonizan sus acontecimientos cotidianos (Castillo, 2013). El fragmento citado, corresponde a lo que apunta FUNDP, puesto que finalmente los proyectos apuntan, a la transformación de la 152

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relación de desigualdad y exclusión que se dan asociados al territorio, en el que se encuentra el Bloque Distrito Popular, al que pertenecen. También, han participado o apoyado procesos de manifestación social en pro de la educación pública, pues reconocen que la falta de oportunidades es lo que genera marginalidad en su territorio, y en otros lugares, a nivel nacional, en donde también existe el barrismo. Por tanto, al construir una ciudanía activa, que incide y participa social y políticamente de manera positiva, lo que se genera es una continuidad de los procesos de barrismo social, que se ejecutan desde la noción e identidad de los barristas. Contrario a lo que sucede con las acciones del aguante tradicional que crean un círculo de violencia, el barrismo social y el aguante-social crean un ciclo de procesos positivos para la barra y para la sociedad.

Conclusión Finalmente, a manera de conclusión puede decirse que la barra B.R.S. no es un actor monolítico, sino que está compuesta por sujetos provenientes de contextos y realidades diferentes. Por ende, da lugar a procesos políticos y sociales, como los realizados por Barón Rojo y FUNDP, que evidencian la necesidad de repensar si el concepto de Aguante puede explicar la realidad de esta barra. De esta manera, a nivel nacional esta característica de las barras ha tenido un reconocimiento normativo en la ley 1270 de 2009, el decreto 1007 de 2012 y el Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol (PDSCCF) a través de un concepto, que podría llenar el vacío que hay en la literatura sobre la comprensión de las acciones de las barras colombianas, llamado barrismo social. Posterior a este reconocimiento normativo, en Barón Rojo surgieron procesos como los de FUNDP que tuvieron un marco en el Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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cual apoyarse para consolidar y formalizar sus procesos sociales y políticos, trascendiendo los colores y símbolos de una barra, y ampliando el significado de barrismo social a un proceso de lucha contra la exclusión y la marginalidad. De igual forma, se reconoce que se carece de la sufriente profundidad teórica sobre el concepto de barrismo social, por ende, se sientan cuatro reflexiones que puedan aportar a un futuro desarrollo teórico de este. El barrismo social (i) Puede ser entendido como un proceso de empoderamiento sobre la identidad. (ii) Puede usarse como una metodología de intervención social atractiva para los jóvenes en contextos donde hay grandes cantidades de barristas. (iii) Transforma el discurso tradicional de aguante hacía un enfoque social y político en el que el reconocimiento y reputación de la barra se consigue por medio de otros elementos distintos a la violencia, que generan formas de ciudadanía activas y participativas. (iv) Trasciende las dinámicas o problemáticas de la barra y se convierte en un proyecto social y político con características democráticas (Castillo, 2013).

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Barrismo social y política pública para la convivencia en el fútbol: Experiencias transformadoras en las ciudades de Bogotá y San Juan de Pasto. Diana Paola Salazar Arana1 dsalazar.arana4@gmail.com Artículo de investigación recibido el 01/02/2019 y aprobado el 02/03/2019

Cómo citar este artículo: Salazar Arana, D. (2019). Barrismo social y política pública para la convivencia en el fútbol: experiencias transformadoras en las ciudades de Bogotá y San Juan de Pasto. TransPasando Fronteras, (13). doi: doi.org/10.18046/retf.i13.3399

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Politóloga de la Universidad Icesi, con experiencia laboral en el análisis de política pública educativa, construcción de estrategias de innovación social y creación de iniciativas para la resolución de conflictos. Investigación en el campo de las ciencias sociales en el área de medios masivos de comunicación, rol del sector privado en la construcción de paz en Colombia y dinámicas sociales referentes al fútbol en Colombia.

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Resumen La presente investigación considera pertinente empezar a sentar un análisis sobre el estado actual de la implementación del Plan Decenal de Convivencia en el Fútbol 2014 – 2024, explorando el fenómeno de las barras desde su dimensión política, y partiendo de un reconocimiento de sus procesos organizativos en torno a la categoría de barrismo social. El artículo plantea como objetivo general analizar los factores que han incidido en los resultados de la implementación del Plan Decenal para la Convivencia en el fútbol 2014 – 2024 desde el eje de programas de barrismo social en la ciudad de Bogotá y San Juan Pasto. Como resultado del desarrollo argumentativo de la presente investigación, se ofrecen dos aportes para el estudio de las barras y de la política pública de convivencia en el fútbol: en primer lugar, se logra reafirmar la apuesta teórica del barrismo social, al mostrar cómo en los casos estudiados las acciones políticas y sociales de la barra se corresponden dentro del marco analítico del barrismo social, que da un reconocimiento a la barra como actor político relevante del proceso de construcción de lo público. En segundo lugar, el estudio exploratorio de las experiencias de barrismo social de la Guardia Albiroja Sur y la Banda Tricolor, permite ofrecer sugerencias puntuales a los hacedores de política pública.Por un lado, se muestra cómo la construcción de política pública participativa con barras es deseable en la medida que genera procesos de apropiación y defensa del discurso político-normativo del barrismo social dentro de las barras; y, por el otro, se explica el impacto que tienen en términos de aciertos y desafíos el contexto, la estructura interna de la barra, los liderazgos y el rol del Estado, para el proceso de articulación con las barras futboleras en Colombia. Palabras clave: Barrismo Social; Política Pública; Barras futboleras; Convivencia. 161

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Social Barrism and coexistence’s public policy in Soccer: Transformative experiences in the cities of Bogotá and San Juan de Past Abstract This paper analyzes the current state of the implementation of the Decenal Plan of Coexistence in Soccer 2014 - 2024, exploring the phenomenon of the football fans “barras” in its political dimension, and the part of an acknowledgment of its organizational processes around the category of “barrismo social”: The article has as a general objective analyzes the factors that have influenced the results of the implementation of the Decenal Plan for the Coexistence in Soccer 2014-2024 from the axis of “barrismo social” programs in Bogotá and San Juan Pasto. As a result of the argumentative development of the present investigation, two contributions are offered for the study of the “barras” and the public policy of coexistence in football: firstly, the theoretical commitment of “barrismo social” is reaffirmed, by showing how in the cases studied the political and social actions correspond within the analytical framework of “barrismo social”, which gives recognition to the football fans “barras” as a relevant political actor in the process of building the public policy. Secondly, the exploratory study of the experiences of “La Guardia Albiroja Sur” and “La Banda Tricolor”, explains the impact they have on the terms of the successes in the process of building public policy in each city. Also, the cases help to understand how the challenges Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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of the context, the structure of the football fans group “barras”, and the role of the State, are key variables for the process of articulation with football fans “barras” in Colombia. Keywords: “Barrismo Social”; Public policy; Football fans “Barras”; Coexistence.

“La política siempre ha tenido que ver con la aclaración y disipación del prejuicio” Hannah Arendt, 1997.

1. Introducción El barrismo es un fenómeno social que ha tomado fuerza en los últimos 25 años en Colombia, que se caracteriza por imitar sus prácticas más comunes de los modelos heredados de las barras “bravas” de Argentina y de los “Hooligans” de Europa2. Desde las definiciones clásicas, las barras han sido pensadas como comunidades sociales que mantienen su cohesión grupal a partir de la afinidad hacía un equipo de fútbol, del cual toman sus símbolos y colores para identificarse como sus seguidores (Arroyo, 2014). A partir de la definición clásica de barras bravas, diversos actores

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Las barras en Colombia se han caracterizado por la influencia de sus similares en Argentina y Europa, acogiendo términos lingüísticos, el tipo de actividades en los estadios y en las calles, los cantos y los iconos principalmente (Coldeportes, 2013: 10) es un tema de índole internacional y de al menos cuatro décadas de vigencia, ya que el fenómeno se originó en Inglaterra, aproximadamente en la década del sesenta del siglo XX, de donde se difundió, en un principio, al resto de países europeos con tradición en la práctica del fútbol profesional.

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sociales como los medios de comunicación, los equipos de fútbol, las administraciones municipales y la academia, han elaborado narrativas en torno a estas comunidades sociales donde predomina el énfasis en las acciones de violencia que suceden dentro y fuera de los estadios (Cf Londoño, 2008). No obstante, en los últimos 9 años, algunas barras futboleras en Colombia han tenido una transición importante: del fenómeno cultural, como tribus urbanas con ausencia de organización y estructura, hacía el fenómeno político de la acción colectiva, como agentes sociales, con objetivos establecidos desde su organización, es decir, estructura específica, manejo de las relaciones internas, incidencia en la esfera política y transformaciones conscientes de sus acciones (Cf Londoño y Pinilla, 2009). Este nuevo enfoque, ha logrado generar cambios en las relaciones de las barras con el Estado. Así, la expedición de la ley 1270 de 2009 (Creación de la Comisión Nacional para la Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol) y el Decreto 1007 de 2012 (Estatuto del Aficionado al Fútbol en Colombia) sientan las bases para el diseño del Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en Fútbol 2014-2024, que se constituye como el primer documento oficial de orientación a la entidades territoriales, para la disminución de las violencias que se generan en torno al fútbol, y para lograr promover políticas de promoción del Barrismo Social con la población perteneciente a las barras futboleras en el país. Teniendo en cuenta el proceso adelantado desde 2009, para determinar el enfoque de las políticas públicas dirigidas al fútbol como fenómeno social, y a las barras como población prioritaria, la presente investigación considera pertinente empezar a sentar un análisis sobre el estado actual de la implementación del Plan Decenal de Convivencia en el Fútbol 2014 – 2024, explorando el fenómeno de las barras Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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desde su dimensión política, y partiendo de un reconocimiento de sus procesos organizativos en torno a la categoría de barrismo social. Como pregunta orientadora de la investigación se plantea: ¿Qué factores explican los resultados de la implementación del Plan Decenal para la Convivencia en el Fútbol 2014 – 2024 en relación con los programas de Barrismo Social desarrollados por La Guardia Albiroja Sur y La Banda Tricolor? Para cumplir los objetivos planteados y dar respuesta a la pregunta de investigación, el proyecto siguió una metodología bajo dos enfoques: en primer lugar, se acudió a una revisión documental y de archivo, donde se solicitó a las entidades del gobierno nacional encargadas de la implementación del Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol 2014–2024 entregar un informe de los programas ejecutados hasta 2017 (Ver anexo No. 2 y No. 3). Asimismo, se realizaron dos entrevistas clave con funcionarios del gobierno nacional que han participado de manera directa en la implementación del Plan Decenal (Alirio Amaya de Coldeportes y Rosa Serpa de Ministerio del Interior En segundo lugar, desde un enfoque cualitativo, se realizaron entrevistas semi-estructuradas con dos funcionarios locales de ambas ciudades y con cinco integrantes de las barras La Guardia Albiroja Sur y la Banda Tricolor. Se contó con la participación de líderes de las dos barras organizadas (Diego González “Piojo” de la Guardia y Sebastián Cháves “Papá Dios” de la Banda Tricolor), integrantes de ambas barras y funcionarios públicos encargados de acompañar los programas de barrismo social (Camila Narváez de la Gobernación de Nariño y Juan Felipe Námen - Edil de la localidad de Chapinero)

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2. Marco Conceptual: Barrismo Social y políticas públicas. 2.1. Barras bravas: un concepto tradicional. Para los efectos de la presente investigación, se tomará la siguiente definición del concepto de barras (Pardey, Blanco & Galeano, 2001), citada en (Ministerio de Cultura, 2010),la cual recoge elementos centrales de las explicaciones estructuralistas,suma aspectos identitarios como los analizados por las perspectivas sociológicas (Dunning & Elias: 1992; Mignon, 1992),así como las psicológicas (Retomadas por Arroyo, Urrea & Guerrero, 2017), y tiene el valor agregado de responder a un análisis teórico (elaborado por más de 3 años) del contexto colombiano. “Las Barras son un escenario particular de encuentros plurales de hinchas fanáticos; en ellas confluyen diferentes etnias, disímiles estratos socioeconómicos, variadas edades, distintos credos y costumbres; también son el lugar en donde se dan procesos identitarios y de reconocimiento a partir de Celebraciones festivas y carnavaleras que les sirve como elementos de visibilización ciudadana y social” (Pardey, Blanco & Galeano: 2001: 51).

De esta definición, se destaca el reconocimiento integrador de elementos propios de las perspectivas anteriores, lo cual fortalece el análisis y la compresión de lo que son las barras. Ahora bien, es necesario complementar la interpretación de la barra como un escenario, lugar o espacio -planteada por Pardey, Blanco & Galeano (2001)- y dar paso a su reconocimiento como organización y como actor. Este reconocimientoes fundamental para analizarel rol transformador que han tenido las barras en la construcción de política pública para la convivencia en el fútbol, como se mostrará en el aparte sobre antecedentes normativos del Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol 2014 – 2024. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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2.1.2. Una Nueva Conceptualización: Barrismo Social. La caracterización inicial de la barra como comunidad violenta (tanto a nivel social, político y académico) se ha ido diversificando y complejizando, haciendo posible que las barras sean pensadas como un espacio donde se configura una comunidad social, con prácticas específicas y una identidad marcada. Por ejemplo, Coldeportes, máxima autoridad institucional del Estado en materia de convivencia en el fútbol, interpreta a las barras como un actor social que ha evolucionado de la siguiente manera: “Desde su origen como organización social, que en gran parte copió los elementos fundacionales de las barras bravas de Argentina a finales de los años 90, hasta la voluntad de constituirse como organizaciones sociales amparadas en los principios del Barrismo Social, las barras populares de fútbol han evolucionado hacia una condición de actores válidos en la construcción de su propio destino.” (Coldeportes, 2012: 6).

Por otra parte, autoras como Claudia Arroyo (2014) caracterizan a la “barra activa” (concepto ofrecido por la autora) desde su ubicación estratégica dentro de los estadios, en las localidades populares norte y sur; la exhibición de sus trapos (lo que incorrectamente fue llamado “pancartas”) y la posibilidad de entablar comportamientos de confrontación simbólica con el rival a través de cantos (Cf Arroyo, 2014: 90). Lo anterior, da cuenta de una postura donde es posible interpretar las dinámicas de las barras más allá de las relaciones de violencia que atraviesan algunos escenarios de estas comunidades sociales. A partir de estas nuevas interpretaciones, el barrismo social aparece como una categoría analítica para comprender los procesos organizativos que atraviesan a la barra (como comunidad) y que buscan re-significar su rol social tanto a nivel interno como externo. 167

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En conjunto con la progresiva aceptación de la categoría de barrismo social en el plano académico y social, el Estado colombiano también hace un reconocimiento institucional a las barras colombianas e incluye diferentes definiciones para efectos de aplicación legal y de política pública. Donde se incluye esta categoría y se interpreta el barrismo social de manera formal como:

“... una postura donde es posible interpretar las dinámicas de las barras más allá de las relaciones de violencia que atraviesan algunos escenarios de estas comunidades sociales.”

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“Acciones encaminadas a redimensionar las formas de expresión y las prácticas de los integrantes de las barras de fútbol que inciden negativamente en los ámbitos individual, comunitario y colectivo, y de potenciar los aspectos positivos que de la esencia del barrismo deben rescatarse. Esta propuesta se fundamenta en procesos formativos tales como el diálogo de saberes, que recoge valores sociales, normas, creencias, ideales y sentimientos, y le permiten a los barristas resignificar la realidad que los sumerge en su pasión por el 168


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mundo del fútbol, y a asumir así su identidad como sujetos sociales y participativos” Decreto 1007 de 2012.

Esta definición, sirve de pilar y fundamento para el diseño del Plan Decenal para la Convivencia en el fútbol 2014 - 2024, documento programático que orienta la política pública en esta área y que continúa dando un lugar central a los procesos de barrismo social, como líneas estratégicas para el acercamiento del Estado con la comunidad social denominada barras populares. En el Plan Decenal, los pilares del barrismo social se configuran en lo educativo, cultural, económico, participativo, social, deportivo-recreativo y ambiental, dando un amplío grado de gestión a las entidades territoriales, denominadas como Comisiones Locales para la Convivencia en el Fútbol (Cf Ministerio del Interior, 2014: 32). Asimismo, esta será la visión y definición del barrismo social que orientará el desarrollo de la presente investigación.

2.2. Enfoques para el análisis de las políticas públicas En el marco de estas discusiones, la presente investigación enfoca su análisis en los factores que han posibilitado los resultados de la política pública colombiana para la Convivencia en el Fútbol más reciente, en dos casos de estudio específicos. En este sentido, la pregunta por las discusiones principales que se han dado en torno a la política pública, sentará las bases para interpretar lo que ha sido el Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol 2014-2024 en Colombia. El término política pública fue formulado por primera vez en 1951, cuando Harold Lasswell plantea la idea de lo público, como una dimensión de la actividad humana regulada e intervenida 169

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por la acción gubernamental. (Cf Parsons, 2013). Al sentar esta posición, donde la acción gubernamental es en sí mismo un enfoque de estudio, se sientan las bases de los debates sobre el carácter de esta acción, así como los diferentes modelos bajo los cuales se puede analizar. Posteriormente, los primeros debates en torno a este concepto se suscitaron entre la visión que está limitada a la óptica gubernamental, y la visión que coloca en el centro al interés público, donde se sugiere poner en el centro los intereses de la ciudadanía como parte de la formulación e implementación de las políticas públicas (Cf Bazúa y Valenti, 1993). En el centro de estos debates sobre el que debería ser el foco principal de la política pública, surge una tercera corriente que hace énfasis en el carácter multidisciplinar que se requiere para analizar las políticas públicas de manera completa y eficiente. En este sentido, como se cita en Parsons (2013), autores como Wildavisky (1979) reconocen que “el análisis de las políticas públicas es un sub-campo aplicado cuyo contenido no puede ser definido a partir de límites entre disciplinas” (Wildavisky, 1979: 15). Así, se inaugura un enfoque en los estudios académicos sobre la materia donde la óptica gubernamental (propia de los primeros enfoques de politólogos como Lasswell) da paso a la visión del interés público, enfoque donde la sociología, la antropología, la psicología y otras corrientes de la ciencia política (referentes a movilización social y democracia) exploran las relaciones de la política pública con la ciudadanía. Bajo esta mirada multidisciplinar, autores como Peters (1995) han desarrollado nociones ampliamente conocidas sobre los modelos que se siguen a la hora de comprender las políticas públicas. Según el autor, estos modelos parten del conflicto contemporáneo que los gobiernos enfrentan entre el imperio de la ley y una mayor participación de la ciudadanía, apelando de nuevo a Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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dos dimensiones del mismo fenómeno: el marco gubernamental en que se gestan las políticas (marco legal, económico y político) y el marco de la participación ciudadana. A partir de este conflicto, Peters ofrece dos formas de enfocar la política pública, que son: El modelo de la política pública de arriba hacia abajo, el cual sigue los modelos formales y legales del proceso y supone que el enfoque de las políticas públicas está puesto sobre las acciones del gobierno y “El público se involucraría principalmente a través del proceso electoral y quizá mediante el cabildeo con los legisladores, pero este involucramiento sería en gran parte indirecto y ocurriría más bien al principio del proceso” (Peters, 1995: 259). El modelo de la política pública de abajo hacia arriba donde “el proceso de la política pública debería organizarse para reflejar de manera más directa las demandas de lo que constituye “la arena” de elaboración de políticas, así como los deseos de las masas. La formulación de las políticas públicas se abriría a diferentes influencias, en vez de reflejar principalmente las ideas de los funcionarios elegidos y nombrados” (Peters, 1995: 260).

3. Aciertos y Desafíos en los Primeros 4 años del Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia el Fútbol 2014-2024 3.1. Rol del Estado nivel nacional: entre la voluntad política y los desafíos económicos. Una vez entra en vigencia el Plan Decenal para la Seguridad, la Comodidad y la Convivencia en el Fútbol 2014-2024, la reglamentación y las líneas de acción para ejecutarlo encuentran un desafío económico para el cumplimiento de los términos que establece el Plan Decenal. Como lo explica Amaya: 171

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“Por la falta de recursos no hemos podido hacer las cosas en los tiempos que establece la política, entonces la política establece unos momentos: falta la primera que es crear una instancia en el Ministerio del Interior, con recursos, que se encargue de implementar la política” (Alirio Amaya, 13/09/2018).

Sobre este proceso de creación de la instancia que implemente la política pública, Alirio Amaya resalta que la tarea de socializar e implementar el Plan Decenal ha sido realizada hasta la fecha por la Comisión Técnica de Coldeportes que lo gestó, pero la política pública establece que sea una instancia del Ministerio del Interior, quien ejerza una Gerencia del Plan con recursos asignados para este fin. No obstante, la instancia no ha sido creada y durante el período presidencial 2014-2018 de Juan Manuel Santos, se delegó a la funcionaria Rosa Serpa -desde Ministerio del Interior- para dinamizar las relaciones con las entidades nacionales y territoriales involucradas en la implementación de este Plan Decenal. En entrevista con Rosa Serpa, se constató que el Plan Decenal no cuenta con una instancia propia en el Ministerio del Interior ni maneja presupuesto destinado de manera específica para sus programas; situación que ha sido tramitada a través de dos estrategias. En primer lugar, están trabajando de la mano con la Subdirección de Seguridad y Convivencia (Adscrita al Ministerio del Interior) para sumar a su Observatorio de Seguridad Ciudadana el Observatorio del Fútbol, y así poder tener un presupuesto en 2019 para monitorear los programas de Convivencia en el Fútbol. La segunda apuesta, ha sido la promoción del Plan Decenal con las Alcaldías Municipales, las Comisiones Locales de Seguridad del Fútbol y las Personerías de cada municipio. Con esta estrategia, el Ministerio del Interior hace un seguimiento a los avances territoriales y ofrece soporte técnico para la constitución de MeTrans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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sas de Barrismo Social a nivel departamental o municipal. De este proceso, es importante resaltar el enfoque territorial y participativo que ha mantenido el Ministerio para tramitar las demandas de las barras organizadas y otros actores en los territorios: “Lo que hicimos fue una estrategia territorial, porque nos dimos cuenta que solamente 7 ciudades incluían el Plan en sus planes de desarrollo, pero las que incluían no todas estaban cumpliendo con las mesas de barrismo social, entonces escogimos de las 26 ciudades donde se juegan fútbol en Colombia las que más problemas han presentados y fuimos allá: Lo primero que hacíamos era reunirnos con las barras, porque antes de tener la versión oficial de la alcaldía o de la comisión local, o gobernación, queríamos saber el panorama que veía la barra. Segundo nos reuníamos con las fundaciones u organizaciones que trabajaban el tema, también con la academia (…) finalmente nos reuníamos con las instituciones encargadas y les presentábamos las visiones recogidas con las barras y los otros actores, siempre hemos buscado ser un puente” (Rosa Serpa, 22/10/2018).

En este sentido, se encontró que el Ministerio del Interior y Coldeportes están trabajando de manera articulada para llegar a los territorios y hacer la promoción del Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el fútbol, preservando el enfoque participativo de la política pública frente a las barras organizadas. Por otra parte, las acciones que adelanta el Ministerio del Interior y Coldeportes a nivel territorial, y el rol preponderante que dan en la discusión a las barras organizadas, evidencian que en la articulación Estado-barras persiste el reconocimiento de las barras como actores válidos del proceso político-normativo, a quienes se les consultan los avances locales en materia de barrismo social, antes de llevar la discusión a las instituciones del gobierno local o a los 173

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organismos de control (Personerías), manteniendo un enfoque de la construcción de lo público de abajo hacia arriba Peters (1995). Ahora bien, la voluntad política de prestar soporte técnico y trabajar de manera articulada con las barras del nivel nacional, encuentra un limitante en la falta de recursos, lo que hace que la decisión final de implementar las Mesas de Barrismo Social, y prestar apoyo económico a las barras en los programas de convivencia esté supeditada a los mandatos territoriales de las Alcaldías o Gobernaciones; proceso que deja un balance positivo para algunas ciudades, pero negativo para otras. Por ejemplo, Alirio Amaya destaca que “la ciudad que mejor está trabajando es Medellín con el programa Cultura Fútbol, establecido con metas claras y un presupuesto” (Alirio Amaya, 13/09/2018). En esto coincide Rosa Serpa, quien afirma que: “Para nosotros un ejemplo es Medellín, el acalde se la jugó desde un principio, han salido cosas mal, pero han trabajado juntos, tienen las murgas un trabajo juntos, han hecho conciertos, todo es trabajo social. Lo primero que hay que tener es voluntad política, si al alcalde le interesa el tema la cosa funciona, pero siempre es muy difícil convencerlos” (Rosa Serpa, 22/10/2018).

Una muestra de las dificultades que se dan en el plano territorial está en Cali, ciudad que a pesar de ser epicentro del encuentro3 y cuna de los procesos de barrismo social desde el 2004 con la 3

Por la falta de Gerencia del Ministerio del Interior sobre la implementación del Plan y de los recursos para continuar con los proyectos desde el nivel nacional, Coldeportes tomó la decisión de realizar en 2015 un encuentro con Secretarios de Gobiernos de las 13 ciudades que estuvieron involucradas en la creación del Plan Decenal, para socializar los lineamientos de seguridad, comodidad y convivencia, y proponerles caminos para integrar estos pilares a los Planes de Desarrollo. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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hinchada del América, no ha logrado consolidar un proceso claro de promoción del barrismo social, ni ha articulado a su Plan de Desarrollo las metas de convivencia del Plan Decenal. En declaraciones para la Personería de Cali, realizadas en el año 20184, el Personero Municipal de Cali Héctor Hugo Montoya Cano reconoce que: “El Plan Decenal de Fútbol que va del 2014 al 2024 tiene tres elementos fundamentales, el tema de seguridad, el tema de convivencia y el tema de seguridad en el fútbol, en Cali se viene implementado todo lo que tiene que ver con el tema de seguridad, falta la convivencia y la comodidad (..) las Administraciones Municipales deben incluir dentro de su Plan de Desarrollo el Plan Decenal de fútbol, porque es un articulador de procesos sociales” (Héctor Hugo Montoya, fuente secundaria).

Lo anterior, muestra que al desafío económico5 del nivel central, se suma un problema central y es la falta de voluntad política de algunas administraciones locales para asignar recursos y responsabilidades dentro de los planes de desarrollo locales al tema de la convivencia el fútbol; mostrando que las barras organizadas (Con el apoyo de Coldeportes y Ministerio del Interior) tienen un desafío en el nivel local de posicionar una narrativa institucional de lo que es y lo que significa el barrismo social para Colombia; así como lo hicieron desde el 2004 en el nivel nacional.

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Ver nota completa en https://www.personeriacali.gov.co/se-realizo-en-la-biblioteca-dptal-un-gran-encuentro-con-personeros-alcaldes-y-autoridades5

“Por la voluntad política del Ministerio, se invirtió casi 1 millón de dólares en la construcción del Plan Decenal, y se espera que para la implementación esta cifra no sea inferior a la que se invirtió” (Alirio Amaya, 13/09/2018)

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3.2. Rol del Estado a nivel regional En los cuatro años que han transcurrido desde la expedición de la Política Pública (2014-2018) se ha hecho énfasis en el rol central que tienen las administraciones locales como puente entre la gerencia del Plan Decenal (instancia que no ha sido creada) y los procesos de barrismo social que llevan cada una de las barras, lo anterior, para impulsar el eje de convivencia desde las particularidades propias del contexto: “Nos hemos imaginado escenarios donde sea posible la Política Pública, nos hemos enfocado en los municipios con la esperanza que desde el nivel central se cree el grupo con presupuesto, que apoye a las alcaldías y también que apoye tareas como la investigación, el observatorio, estudio de las normas vigentes… hay un trabajo muy fuerte que no se está haciendo y que para eso serían los recursos” (Alirio Amaya, 13/09/2018).

Teniendo en cuenta el estancamiento a nivel nacional que ha presentado la implementación del Plan Decenal en estos cuatro años (2014-2018) es necesario analizar cómo se han dado el proceso de implementación a nivel local, en aquellas experiencias de éxito que tienen avances significativos en los programas de barrismo social. Para este fin, se presentan los casos de la Banda Tricolor y La Guardia Albiroja Sur, en la ciudad de Pasto y Bogotá respectivamente. El primer acierto que tuvo la implementación del Plan Decenal de Convivencia el Fútbol en Pasto y Bogotá, fue la inclusión de sus pilares dentro de los Planes de Desarrollo6 , lo que significó un 6

En la ciudad de San Juan de Pasto, el Plan de Desarrollo Municipal “Pasto educado constructor de Paz” 2016-2019 establece en su artículo 46, sobre Derechos Humanos, Seguridad, Justicia y Convivencia hacia la Paz, la implementación del Plan Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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reconocimiento normativo de la necesidad de involucrar el eje de convivencia como un complemento a los enfoques tradicionales de seguridad y comodidad, promovidos por las Comisiones Locales de Seguridad para el Fútbol (máximo órgano de decisión y regulación sobre el espectáculo deportivo en cada ciudad) Para el caso de Pasto, la Gobernación de Nariño también se involucró en la promoción del barrismo social y lo hizo a través del Centro de Innovación Social de Nariño (En adelante CISNA) el cual ha ejecutado metodologías de trabajo conjunto con las barras del departamento, orientadas a identificar cómo se pueden implementar en su contexto regional los pilares del Barrismo Social. Sobre el desarrollo de esta estrategia, María Camila Narváez, asesora del proyecto con barras para CISNA, explica que el objetivo de sus talleres fue: “Intentar escucharlos a ellos, qué les gusta, qué no le gusta, qué es lo que están buscando (…) y nos dimos cuenta que hay unos barristas que nada que ver con un partido, les gusta es sentirse parte de algo” (María Camila Narváez, 26/09/2018).

Por eso se tomó la decisión de trabajar con ellos desde el sentido de pertenencia, a su barra y al equipo, pero también al territo-

Decenal de Fútbol, estableciendo como meta “Espacios habilitados para garantizar la seguridad y la convivencia a través del carnaval” (Acuerdo N. 002, 2016: 166) La competencia sobre el desarrollo de esta meta, y la ejecución de los recursos, está a cargo de la Secretaría de Gobierno y la Administración Municipal de Juventud. En la ciudad de Bogotá, el Plan de Desarrollo Distrital “Bogotá Mejor para Todos” 2016-2019, establece en su Cuarto Eje Transversal: Gobierno legítimo, fortalecimiento local y eficiencia Fortalecimiento de las organizaciones, que “El fortalecimiento de los procesos de participación de las barras futboleras, se realizará a partir de los lineamientos establecidos en el Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Futbol 2014-2024.” (Acuerdo N. 645, 2016: 376)

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rio. De la metodología utilizada por CISNA y la voz de los asesores que hicieron parte del proceso, se resalta un primer factor diferenciador de la experiencia colombiana: los funcionarios públicos encargados de prevenir la violencia en los estadios, tienen una representación del fenómeno y de los actores (las barras) que trasciende el enfoque imperante en la literatura sobre el tema. Como lo explican Albarces, Garriga & Moreira (2008): Los funcionarios públicos encargados de prevenir estos episodios entienden el fenómeno como el resultado de la acción de un pequeño grupo de “locos” (…) y establecen una concepción de los sujetos practicantes de acciones violentas como “irracionales”. (Albarces, Garriga& Moreira, 2008: 114).

Esta visión del ejercicio público frente a las barras, proveniente del contexto Argentino, se ha transformado en Colombia bajo la acción de las entidades y funcionarios que acompañan los procesos de barrismo social en Nariño; quienes demuestran desde el discurso y desde el diseño de sus metodologías, haber asimilado los pilares de promoción de convivencia y barrismo social, dándole un nuevo significado a la visión tradicional de las barras como un “pequeño grupo de locos” para darle lugar a su reconocimiento como organizaciones sociales y actores políticos participes del proceso de construcción de lo público. Ahora bien, desde la perspectiva de los hinchas, los talleres de diagnóstico y acercamiento a la problemática de las barras no generó los resultados esperados y se constituye para ellos como un “doble esfuerzo”, por presentar una caracterización de la barra y su problemática que ellos ya conocían previamente. Como lo explica Sebastián Cháves “Papá Dios” líder de la barra La Banda Tricolor: “El proceso con el laboratorio Feeling –CISNA Nariño- es engañoso, muy bien lo de su metodología que la han probado no sé Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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en cuántas partes, pero con nosotros no fue nada nuevo, no nos dijeron nada que no supiéramos sobre los problemas de la barra” (Sebastián Cháves, 12/09/2018).

Su visión crítica sobre la efectividad de los talleres, da cuenta de un factor que deben tener en cuenta los hacedores de política pública a nivel nacional y local: las barras organizadas fueron las promotoras del enfoque de convivencia para el fútbol, porque de sus esfuerzos y acciones colectivas nació el concepto de barrismo social, y de sus acciones políticas resultó la inclusión de este enfoque en las leyes y en la política pública, como se mostró en el capítulo sobre el proceso de gestación del Plan Decenal. Por esta razón, pretender construir desde posiciones verticales un “diagnóstico” de las necesidades que tienen como barras, puede resultar redundante e innecesario, como lo fue para el caso de Pasto.En este caso, el trabajo entre la Gobernación (CISNA) y la Banda Tricolor, muestra que reconocer el carácter social y político de la barra no garantiza que se construya de manera participativa; para lograr este objetivo, también es necesario que los hacedores de política pública reconozcan la trayectoria y el nivel de apropiación que algunas barras –como la Banda Tricolortienen frente al concepto de barrismo social. En el caso de Bogotá, la experiencia de articulación de La Guardia Albiroja Sur con la Administración ha tenido una variante importante frente al caso de Pasto: los principales logros de promoción de barrismo social se han dado con procesos realizados en las localidades, y no con el conjunto de la barra a nivel de ciudad. Si bien desde la Alcaldía Distrital se promovieron las capacitaciones en Derechos Humanos (Dirección de Derechos Humanos de la Alcaldía Mayor de Bogotá) para la barra y los talleres con enfoque de género (Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal (IDPAC) una de las experiencias más significativas para tratar el tema de la violencia desde 179

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la convivencia se dio en la localidad de Chapinero.

“ Lo que más queremos es mostrar la parte cultural de las barras y mostrar que sus miembros se pueden entender, cuando se expresan de otras maneras, más allá de la violencia”

Sobre el caso de Chapinero, Juan Felipe Námen (Edil de la Chapinero) cuenta cómo la experiencia del Acuerdo 002 de 20167 de la localidad de Chapinero, permitió generar un espacio de diálogo entre las barras organizadas de Nacional, Santa Fe y Millonarios de lalocalidad. En sus reflexiones, nuevamente se refleja una visión amplía del fenómeno de la violencia y sus actores en torno al fútbol. “El Consejo Local de Barras es un escenario que coordina y facilita las acciones conjuntas entre las diferentes Barras. Lo que más queremos es mostrar la parte cultural de las barras y mostrar que sus miembros se pueden entender, cuando se expresan de otras maneras, más allá de la violencia” (Juan Felipe Namen, 23/10/2018).

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Ver Anexo No. 2 Acuerdo 002 de 2016 “Por el cual se crea el Consejo Local de Barras Futboleras y Convivencia” Chapinero, Bogotá.

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¿Por qué se construye desde las localidades? Según Diego González “Piojo” -líder electo de la barra de Santa Fe durante 9 períodos consecutivos- la importancia de la articulación a nivel de las localidades responde a los desafíos que tiene: la administración, por el tamaño de la ciudad y la barra, por el alto número de integrantes (alrededor de 7.000, según sus cálculos) y por estar dividida en 7 facciones principales. Como respuesta a estos desafíos, la división y el trabajo por localidades le ha permitido a la Guardia Albiroja y las instituciones distritales construir canales de comunicación, participación y trabajo conjunto más efectivos, como lo es la experiencia del Consejo Distrital de Chapinero. En Pasto, los desafíos de articulación con la barra no están dados por su tamaño (CISNA Nariño estima que la corriente principal de la barra del Deportivo Pasto tiene 150 miembros) sino por las dificultades que ésta tiene con otras corrientes de seguidores del Deportivo Pasto. Así, Camila Narváez explica que el principal reto del trabajo con la barra está en poder articular a los tres sectores del barrismo del equipo: La Banda Tricolor, Attake Massivo y Attake cero. Respecto al desafío de articulación que identifica la administración local, la barra Banda Tricolor aparece como un escenario donde se disputan identidades frente a otros colectivos más pequeños de hinchadas populares del Deportivo Pasto. En este sentido, la barra no actúa solamente como un actor u organización, sino que, desde su dimensión como lugar, se dan disputas internas que plantean un reto para la articulación administración local-barras organizadas. Al respecto, la funcionaria de CISNA Nariño explica que el proceso de trabajo con las barras fue difícil en la medida que problemas personales entre los diferentes líderes de estas facciones, gen181

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eran en graves consecuencias para el proceso de articulación con la institucionalidad. Además, el Municipio tiene una política de no apoyar iniciativas de cada facción, sino en financiar exclusivamente proyectos que se puedan hacer en conjunto, lo que condiciona y dificulta el ejercicio de algunos proyectos de barrismo social. Desde la institucionalidad se reconoce que el trabajo con las barras del pasto se facilitó por dos razones: primero, por el tamaño de la barra (la facción más grande, La Banda Tricolor, cuenta con alrededor de 150 miembros) y segundo, por la posibilidad de contar con una comunicación directa con los líderes, que viven el territorio; situación contraria con las filiales de América, Nacional y Millonarios, quienes tienen estructuras internas más complejas por relaciones de dependencia con los líderes que viven en Cali, Medellín y Bogotá.

3.3. Los desafíos del contexto a las propuestas de barrismo social: presencia de otras barras En el apartado anterior, sobre el rol del Estado y la relación de las administraciones locales con las barras, surgió el análisis sobre el tamaño de la barra y el tamaño de la ciudad como un factor que ha incidido en los procesos de articulación para la creación de proyectos barrismo social. En el caso de la Guardia Albiroja, factores contextuales como el tamaño de Bogotá y la cantidad de miembros de la barra, ponen un desafío extra al proceso de articulación; el cual ha sido tramitado a través del trabajo por localidades, logrando experiencias de éxito como el que se dio en la localidad de Chapinero. En el caso de la Banda Tricolor, su articulación con la administración se ve facilitada por el tamaño de la barra (menos de 200 miembros) y porque los liderazgos están concentrados en el territorio. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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Ahora bien, los líderes de ambas barras reconocieron un desafío adicional para su gestión de proyectos de barrismo social en el contexto de sus ciudades. Este desafío responde al requisito que se les ha impuesto desde la institucionalidad de construir escenarios de diálogo y gestión con otras barras presentes en el territorio. Para el caso de la Guardia Albiroja Sur, existe un distanciamiento desde la cúpula central de la barra (siete líderes electos) de los procesos de otras barras organizadas, especialmente de las barras de Millonarios: “Tengo una teoría que la he manifestado en varias partes, yo creo que nosotros como organización, como la Guardia Albiroja, nosotros también somos víctimas del desorden que tiene la barra de Millonarios; yo creo que eso ha hecho que en la ciudad se pierda mucha credibilidad frente a esos procesos, ellos comenten cualquier cantidad de comportamientos nocivos y lo que hacen es tratar de remediarlo con una actividad social” (Diego González “Piojo”, 20/10/2018).

Esta visión, muestra cómo La Guardia Albiroja Sur se ha posicionado en un discurso de oposición a la barra de Millonarios, que trasciende la rivalidad clásica del otro visto como un enemigo (visión que se atribuye a los problemas entre barras) y se posiciona en un discurso del otro como un igual, con el que se podría construir, siendo el problema principal que la barra de Millonarios funciona bajo “otras lógicas” y de forma desorganizada, pero dejan abierta la posibilidad, lo cual ya significa un cambio en la forma de posicionar su relación frente al rival directo. Asimismo, el líder de la Banda Tricolor, cuenta que dentro de la barra el discurso de barrismo social ha sido asimilado con facilidad cuando se trata de acciones sociales, pero su mayor reto como líder ha sido explicar al resto de integrantes la relación de 183

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colaboración con las filiales de otras barras (Nacional, América, Millonarios) presentes en Pasto: “Pasto es antifilial, y me dicen mucho que no tenemos por qué estar hablando con otros equipos, cuando planteamos alguna dinámica ellos copian de una, porque es la parte más humana de la barra, más organizativa, y ellos entienden que somos pueblo y que tenemos que aportarle al pueblo. Entonces el problema es decir que nos vamos a organizar con las otras barras locales. Para ellos son amistades, para nosotros no son amistades, se sabe que no vamos a ser amigos de ellos nunca, podemos ser compañeros de lucha, pero no, no, no nos vemos como amigos, no vamos a serlo, porque nos dividen otras cuestiones.” (Sebastián Cháves, 12/09/2018).

Sobre la relación que se establece entre barras rivales, la literatura plantea que: “la relación que establecen las barras rivales denota un claro distanciamiento y oposición social. Éstas se perciben no sólo como bandos separados y diferentes sino también como bandos opuestos y hostiles.” (Albarces, Garriga & Moreira, 2008: 129). Esta visión, encuentra una nueva perspectiva en el caso colombiano, ya que la promoción del barrismo social y la articulación institucional que este implica, ha hecho que líderes de barras rivales deban confluir en espacios de construcción colectiva. Estos espacios, como sucede en Pasto, encuentran resistencias en las barras (Por la visión clásica de hostilidad frente a la barra rival) pero desde los liderazgos se da una promoción continua de la importancia y la necesidad de colaborar, hacer alianza y ser “compañeros de lucha” para el barrismo social, sin que esto implique una separación y diferencia. En este sentido, lo que se encontró del caso colombiano, es que desde los liderazgos que promueven el barrismo social, se ha Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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empezado a construir una visión donde el rival es un bando separado, pero no un bando opuesto y hostil, y esto se ha logrado por las lógicas mismas de la propuesta de barrismo social. Finalmente, se debe tener en cuenta que el discurso de construcción colectiva con barras rivales, para alcanzar las metas de barrismo social, encuentra resistencias dentro de la barra, como se mostró para el caso de la Banda Tricolor; lo cual pone de manifiesto la dimensión de la barra como un escenario donde los discursos promovidos por los líderes confluyen con otras nociones heredadas de los modelos clásicos de barrismo (Albarces, Garriga & Moreira, 2008), y generan disputas internas, las cuales pueden ser tramitadas desde la re-significación paulatina de la identidad colectiva. En el siguiente capítulo se presenta una discusión exploratoria sobre el proceso de adquisición de nuevas fuentes de identidad cuando se intenta promover barrismo social dentro de una barra organizada.

3.4. La estructura interna de la barra Además de los procesos de articulación con el Estado y el contexto de las ciudades, el tercer elemento para el análisis son los aspectos internos de la barra y su relación con los procesos de barrismo social de la Guardia Albiroja Sur y la Banda Tricolor. A continuación, se presenta una descripción de la forma como se estructuran cada una de las barras y las formas de liderazgo que confluyen en ellas. La Guardia Albiroja Sur está compuesta por 41 parches y un comité de líderes distritales (7 representantes) elegidos por votación una vez al año. Sobre el mecanismo de elección de sus líderes, Piojo (Quien resultó electo durante 9 períodos consecutivos) explica que la decisión de elegir sus líderes mediante un 185

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mecanismo democrático nació como respuesta a una problemática de articulación y manejo interno de la barra: “La gente tiende a actuar de manera individual, el 80% de las problemáticas de las barras son esas, tú habrás escuchado esa frase de un parche que no copea, que son carreteros y no se van en los viajes de la barra, bueno, quieren actuar de una manera individual anteponiendo el nombre de la barra para interponer un miedo hacía los demás, entonces de dientes para afuera son miembros de algo, pero de dientes para adentro no, ignoran las orientaciones de la organización. Como identificamos esa problemática dijimos en el algún momento hay que fortalecer los parches, esas pequeñas organizaciones en pro del objetivo común que es la Guardia, nosotros pensamos que darle un matiz político a la elección de los miembros de la barra, y darles voz y voto como participantes, hace que esos parches se mantengan vinculados a la barra de una manera más estrecha.” (Diego González, “Piojo” 20/10/2018).

Al interior de la barra, se encontró, en los discursos de otros de sus integrantes, que la estrategia de elegir anualmente los líderes distritales ha servido para mantener la “disciplina” y la participación de los parches. Miller* (Integrante de la Guardia por más de 12 años) cuenta sobre este proceso que: “Es increíble la manera en que se quiere participar en las elecciones, entonces hay parches que no han cumplido la tarea y en noviembre-diciembre están viendo cómo remedian la situación para poder participar. Las elecciones se dan en enero, casi siempre con todos los parches al día, y se presentan 12 o 14 personas, y se realiza la votación, un voto por parche, un censo de 41 votos posibles” (Miller*, 20/10/2018). Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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Para los integrantes de la Guardia, “cumplir la tarea” hace referencia a la responsabilidad que tienen los parches de desempeñar las tareas logísticas asignadas y cumplir los compromisos con el cronograma de actividades de la barra. Por ejemplo, recoger el dinero y aportar para la compra de un bus, entregar el material solicitado para la salida del equipo en partidos importantes, cumplir con las cuotas mensuales para la logística del comité de los trapos, entregar 500 cuadernos –por parche- para la actividad social de la barra en escuelas públicas, etc. Al final de año, el comité de líderes distritales hace un balance de la participación que tuvo cada parche, y de esta decisión depende que el parche pueda presentarse a las elecciones. Si bien el mecanismo de elección de los liderazgos es percibido por los integrantes de la Guardia como una forma de organización y de cohesión (porque incentiva a los parches a cumplir sus compromisos con el conjunto de la barra) este tipo de organización interna, con mecanismos de elección e incentivos para el cumplimiento de actividades concretas, ha permitido que se fomente el barrismo social desde dos perspectivas: en primer lugar, porque el incentivo de elegir y ser elegidos, hace que los parches se preocupen por participar en las actividades sociales de la barra (que también son incluidas dentro la lista de actividades requisito para la elección anual) y en segundo lugar, y de manera indirecta, el mecanismo de elección ha hecho que dentro de la Guardia el modelo de liderazgo esté en transformación, rompiendo con la visión tradicional de lo que se espera de los líderes del grupo. En los modelos de barrismo estudiados en otras partes del mundo, como por ejemplo en Argentina “Los depositarios y garantes del sistema de valores y los que mejor interpretan el rol de hombres con aguante son los líderes del 187

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grupo. Los jefes han acumulado prestigio como buenos luchadores gracias a los enfrentamientos pasados, han demostrado regularmente que saben y se atreven valientemente a pelear” (Albarces, Garriga & Moreira, 2008: 128).

En contraste con esta visión, dentro de la Guardia se puede ser líder distrital porque se demostró tener control y manejo de un parche, para cumplir con todas y cada una de las actividades logísticas de la barra, y no necesariamente porque se demostró ser un buen luchador. Cambiar la forma de legitimar los liderazgos dentro la barra, hace que los líderes puedan acceder a estas posiciones con nuevas visiones de lo que es el barrismo, que no impliquen el aguante entendido como poner el cuerpo en combates y enfrentamientos; sino el aguante como el compromiso de las actividades y con el manejo de grupo. Con este cambio de visión, ha sido posible que líderes como Diego González –Piojo- puedan promover abiertamente nuevas apuestas –como la del barrismo social- sin perder la legitimidad o la posibilidad de seguir siendo líder distrital de la barra. La forma en que se organiza la Guardia Albiroja Sur para la elección de sus líderes, da cuenta de un proceso de transformación interna, donde la dimensión de la barra como un espacio de confluencia, se complementa con la transformación de la barra desde su dimensión como organización; con procesos de elección definidos, fuentes de legitimidad atadas al cumplimiento de cronogramas de actividades anuales y liderazgos que adquieren compromisos formales (definidos también en un período anual). Su constitución como organización, facilita los procesos internos y genera unidad en la barra (Como ellos lo reconocen) pero también ha permitido que se articulen mejor alrededor de las acTrans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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ciones de barrismo social que adelantan, y hace que exista claridad sobre los responsables (distritales y de los parches) frente a los compromisos que adquieren con la administración local. En el caso de Pasto, la barra también está subdivida en parches de los barrios, y de algunos municipios de Nariño, pero la elección de sus referentes no se legitima con un mecanismo formal (Como es el caso de la Guardia) sino que se han establecido de manera consuetudinaria, por tres factores: el tiempo que llevan en la barra, el manejo de la Murga Pedro Bombo (Factor esencial del carnaval en la tribuna) y por el manejo de la logística de los trapos. En conversaciones con integrantes de barra y uno de sus referentes -Sebastián Cháves- no salió abiertamente un reconocimiento del aguante y del ser “buen luchador”, como factores que incidan en el posicionamiento de un integrante como referente. No obstante, se debe tener en cuenta que en las formas de elección consuetudinaria, para las barras, el aguante es un factor de legitimidad que puede seguir siendo determinante ante la ausencia de otros mecanismos explícitos de elección de sus referentes8 En un análisis comparado de la forma en que los discursos y acciones de barrismo social han sido promovidos al interior de las barras por sus líderes o referentes, se encontró que la estructura formal y el mecanismo de elección ha facilitado los procesos de barrismo social para la Guardia Albiroja Sur. No obstante, en el caso de la Banda Tricolor, la estructura interna de la barra sigue funcio-

8 Como lo explica Paola Rivadeneira en entrevista para el presente trabajo, en la Banda Tricolor no se maneja el concepto de líderes sino de referentes; no sólo por una diferenciación lingüística, sino porque ser referente implica que el trabajo dentro de la barra es reconocido y esto da la legitimidad para manejar aspectos importantes de la barra, pero no implica que se asigne un cargo o un status de líder.

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nando bajo modelos de legitimación consuetudinaria, haciendo que la promoción del barrismo social dependa de la influencia que sus referentes, especialmente Sebastián Chaves, puedan tener sobre el resto del colectivo. Sobre este proceso, se reconoce que: “Hemos decidido tomar este discurso porque trabajamos siempre para las bases y desde las bases, construimos más desde lo popular, es una fuerza de cultura, como te digo, todos esos factores hacen que nosotros nos reconozcamos como organizaciones más populares que sociales. Promovemos la ideología antifascista, que va en contra del machismo, el racismo, todas esas cosas, lo implementamos para que ellos entiendan que el fútbol es revolución, con un sentir social, popular, para el pueblo y desde el pueblo. Ahora ya entienden esas dinámicas, empiezan a solidarizarse, a comprender dinámicas que no entendían antes, canalizamos la violencia de otras maneras, poco a poco lo hemos logrado.” (Sebastián Cháves, 12/09/2018).

Al intentar comprender cómo -desde un liderazgo que depende del continuo reconocimiento del colectivo- se ha impulsado el barrismo social, resulta pertinente explorar qué otros incentivos han tenido los referentes para posicionar el barrismo social dentro de la barra. En los modelos de barrismo estudiados en Suramérica, se ha identificado que el aguante no solamente da status sino también beneficios en términos de los contactos que se adquieren, “los hinchas, por su parte, saben que su aguante es el que les permite establecer contactos y conocidos.” (Garriga, 2009: 103). Este sistema de incentivos, también está presente en los liderazgos que promueven el barrismo social; esto se ve reflejado en la experiencia de los referentes de la barra del Pasto, específicamente Sebastián Cháves, quienes han llegado a espaTrans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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cios de vocería local, nacional e internacional, por la promoción del barrismo social que hacen. Por ejemplo, Sebastián ha trabajado en programas de promoción de paz en Nariño para el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, ha dictado cursos con la Gobernación de Nariño y la UDENAR sobre política pública de barrismo social; y ha participado en múltiples encuentros de jóvenes promotores de paz, realizados por la Defensoría del Pueblo y el Ministerio del Interior. De esta manera, se encontró que el discurso de barrismo social da incentivos a los referentes o líderes de una barra, para apostarle a la promoción de actividades y construcción de paz dentro de sus organizaciones. Teniendo en cuenta los resultados obtenidos para el caso de Pasto, se hace necesario un proceso de investigación con un enfoque hacia el interior de la barra que pueda rastrear cómo los discursos de barrismo social del referente actual (elegido de forma consuetudinaria) están generando, o no, apropiación en el resto de la barra, y si ante la transición de referente, sería posible mantener la promoción del barrismo social (Al no existir mecanismos formales que incluyan en los procesos de toma de decisión y de actividades fijas al barrismo social, como sí sucede con la Guardia Albiroja Sur). Ante este panorama, se puede concluir preliminarmente que la estructura interna de la Guardia Albiroja Sur ha facilitado la promoción del barrismo social en una organización con gran cantidad de integrantes, pero con divisiones internas y procesos de toma de decisión claros; mientras que, para el caso de la Banda Tricolor, la promoción del barrismo social sigue sujeto al sistema de creencias y el discurso del referente actual.

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4. Conclusiones En 1997, Hannah Arendt dejó al mundo un mensaje “La política siempre ha tenido que ver con la aclaración y disipación del prejuicio” (pág. 57) Veintitrés años después, en Colombia, el proceso de gestación y construcción del Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol 2014-2024 muestra una comprensión profunda de este mensaje por parte de los actores involucrados (Estado e integrantes de las barras) en el diseño y ejecución de la política, quienes lograron incluir el eje de convivencia y barrismo social como pilares fundamentales –junto a la seguridad y la comodidad- de la estrategia para resolver los problemas de violencia asociados al fútbol. Buscar disipar el prejuicio en torno a las barras, y legitimar desde la normatividad su rol como organizaciones que están transformando su repertorio de acciones y las fuentes de su identidad, son los mayores aciertos del proceso de construcción de política pública de abajo hacia arriba (Peters, 1995) y con enfoque regional, que se dio en Colombia con el Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el fútbol 2014-2024. De la experiencia de construcción política participativa, propia de los enfoques emergentes de construcción de lo público de abajo hacia arriba Peters (1995), queda un aprendizaje para los hacedores de política pública: el construir con la población directamente implicada en el fenómeno a tratar (en este caso las barras organizadas) permitió que surgiera un nuevo enfoque desde Colombia para resolver los problemas asociados a la violencia del fútbol; el Barrismo Social –como pilar de la propuesta de convivencia en el fútbol- responde directamente al contexto grupal (fue construido desde el análisis de las barras de su propia realidad) y territorial (fue construido en mesas regionales a lo largo Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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y ancho del país). Y son estas dos característicaslas que permitieron que hoy el Plan Decenal tenga un alto grado de legitimidad entre algunas barras colombianas, y se esté gestando un proceso de apropiación de las prácticas y los discursos del barrismo social, involucrando a las barras como actores activos del proceso de negociación y construcción de lo público. Sobre esta conclusión, se considera pertinente que en futuras investigaciones las tres variables propuestas (las cuales demuestran tener influencia en la construcción de barrismo social) sean analizadas de manera profunda dentro de las barras como organización: por ejemplo, es necesario contrastar el discurso de líderes-referentes comprometidos con el barrismo social, con aquellos integrantes de las bases de las barras que no han estado involucrados en estos procesos; también, sería pertinente proponer acercamientos cuantitativos, que validen estadísticamente las hipótesis y hallazgos presentados en la investigación. Asimismo, y para responder a un vacío de la presente investigación, es necesario explorar en futuros proyectos los recursos invertidos por las administraciones locales en la implementación de programas de barrismo social, con el fin de contrastar los discursos de funcionarios públicos con el barrismo social (que están respaldados por las metodologías utilizadas y formas de relacionarse con las barras) con las cifras de inversión y las acciones adelantadas. Finalmente, es necesario recoger los dos aportes para el estudio de las barras y de la política pública de convivencia en el fútbol que se hicieron en la presente investigación: en primer lugar, se logra reafirmar la apuesta teórica del barrismo social, al mostrar cómo en los casos estudiados las acciones políticas y sociales de la barra se corresponden y son posibles dentro del marco analítico del barrismo social, que da un reconocimiento a la barra como ac193

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tor político relevante del proceso de construcción de lo público. En segundo lugar, el estudio exploratorio de las experiencias de barrismo social de la Guardia Albiroja Sur y la Banda Tricolor, permitió ofrecer sugerencias puntuales a los hacedores de política pública, las cuales responden al impacto que tiene(en términos de aciertos y desafíos) el contexto, la estructura interna de la barra, los liderazgos y el rol del Estado, para el proceso de articulación con las barras futboleras en Colombia, estas son: • La construcción de política pública de manera participativa con las barras, es deseable en la medida que genera procesos de apropiación y defensa del discurso político-normativo del barrismo social dentro de las barras. • Incluir el Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol 2014 – 2024 (como documento orientador) en los planes de desarrollo local9 , facilita el proceso de articulación Estado-barras organizadas para la promoción de la convivencia en el fútbol desde el barrismo social. • Trabajar en unidades territoriales pequeñas facilita la construcción participativa de barrismo social con las barras. Para los casos donde el tamaño de la ciudad es un desafío, se recomienda tramitarlo a través de la subdivisión territorial, como se hace en Bogotá con las localidades. • Las barras futboleras pueden tramitar la hostilidad frente a otras barras cuando se apropian de un discurso de barrismo social (Como lo muestran los dos casos de estudio) pero la ri-

9 En Colombia sólo las ciudades de Pasto, Tuluá, Medellín, Cúcuta, Bucaramanga, Barrancabermeja, Tunja, Cartagena, Medellín, Bogotá e Ibagué, han incluido el Plan Decenal en su Plan de Desarrollo Local. (Ver Anexo No. 3)

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validad sigue presente, por eso no se deben presentar los espacios de construcción colectiva como amistades; porque estos le quitan legitimidad a los procesos. • Para los casos donde el liderazgo se legitima por mecanismos consuetudinarios, es necesario que se identifiquen cuáles son los líderes o referentes que podrían promover el barrismo social dentro de la organización, y ofrecer incentivos: como la participación en talleres, encuentros y foros, que muestren al líder que la promoción de barrismo social también tiene beneficios.

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Anexos

Anexo No. 1: • Documento adjunto: ACUERDO LOCAL NÚMERO 002 DE 2016 (MES 06 DIA 14 AÑO 2016) “POR MEDIO DEL CUAL SE CREA Y REGLAMENTA EL CONSEJO LOCAL DE BARRAS FUTBOLERAS Y CONVIVENCIA DE LA LOCALIDAD SEGUNDA DE CHAPINERO” • Facilitado a la investigación por: Juan Felipe Námen (Edil de Chapinero)

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Anexo No. 2: • Documento inédito adjunto: “COMISION NACIONAL PARA LA SEGURIDAD, COMODIDAD Y CONVIVENCIA EN EL FÚTBOL INFORME AÑO 2017” • Facilitado a la investigación por: Rosa Serpa Moncada. (Se autoriza su publicación)

Anexo No. 3: • Documento inédito adjunto: “COMISION NACIONAL PARA LA SEGURIDAD, COMODIDAD Y CONVIVENCIA EN EL FÚTBOL INFORME AÑO 2016” • Facilitado a la investigación por: Rosa Serpa Moncada. (Se autoriza su publicación)

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FUERA DE TEMA ¿Agarrar con gancho?: Aprehensión de técnicas corporales en la halterofilia



¿Agarrar con gancho?: Aprehensión de técnicas corporales en la halterofilia1 Diana Marcela Cardona Narváez2

Luisa María Castaño Saldarriaga3

dianamcn@hotmail.com

luimaicasa@gmail.com

Universidad Icesi

Universidad Icesi

Artículo corto de reflexión recibido 12/02/2019 y aceptado 02/03/2019

Cómo citar este artículo: Cardona Narváez, D., & Castaño Saldarriaga, L. (2019). ¿Agarrar con gancho?: aprehensión de técnicas corporales en la halterofilia. Trans-Pasando Fronteras, (13). doi: 10.18046/retf.i13.3417

1

Este texto es una reflexión grupal que ha tenido varias perspectivas de análisis que ha surgido por un interés mutuo frente al deporte y el cuerpo como objetos de investigación en las ciencias sociales. 2 3

Estudiante de noveno semestre de Sociología de la Universidad Icesi. Estudiante de noveno semestre de Antropología de la Universidad Icesi.

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Diana Marcela Cardona - Luisa María Castaño

Resumen Este texto pretende exponer la manera en que el espacio deportivo genera discursos técnicos sobre el cuerpo, su cuidado y su eficacia, reproduciendo constantemente determinadas prácticas que quedan a posteriori implantadas en el cuerpo de quien lo experimenta. Este planteamiento se desarrolla por medio de la halterofilia -también conocida como levantamiento de pesas-, como deporte ejemplo para dejar manifiesta la parte experiencial como deportista de una de las autoras del presente texto. Se añade también la apreciación conjunta de las autoras sobre cómo se extrapolan aquellos conocimientos físicos y emocionales que parecen sólo tener sentido en el deporte, a las diferentes esferas de la vida social, asegurando además la importancia del deporte, el cuerpo y la experiencia como objetos dignos de estudio en las ciencias sociales. Se sostiene entonces en este escrito que la adquisición de técnicas, gestos y la aprehensión de discursos sobre el cuerpo que se dan en el espacio deportivo, producen una re-interpretación del propio cuerpo y, por ende, una nueva forma de vivirlo. Palabras clave: Halterofilia; Cuerpo; Deporte; Técnicas corporales; Impulso emocional.

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¿Agarrar con gancho?: Aprehensión de técnicas corporales en la halterofilia.

Tenía 11 años cuando un par de mujeres invitaron a varios estudiantes de mi colegio a ser parte de lo que sería un nuevo club de levantamiento de pesas. En sus cuerpos se evidenciaba el compromiso con el deporte y en su discurso la confianza en el éxito de este proyecto, pero esto último no era algo que a mí me interesara. Decidí ingresar sólo porque quería un cambio en mi cuerpo, estaba pasada de peso para mi edad, así que planeé hacer ejercicio y retirarme de inmediato cuando empezaran a enseñar la técnica del levantamiento de pesas. Para mi sorpresa, desde el primer día mi plan fracasó, la halterofilia captó mi atención y durante cinco años disfruté todas mis tardes dedicadas al deporte. Hoy, después de seis años de haberme retirado, mi cuerpo aún tiene impregnada la técnica que me forjó como pesista. Es por esto que nos surge el interés por estudiar qué es lo que queda implantado en el cuerpo técnicamente después de ser deportista, teniendo en cuenta que aquello que perdura va de acuerdo a las experiencias por las que haya pasado cada cuerpo. Para este caso, la halterofilia es la que nos ayudará a ejemplificar la manera en que, en estos espacios deportivos, la técnica y los discursos sobre el cuerpo se adhieren de forma paulatina a cuerpo y mente, hasta quedar fijos en el cuerpo de quien lo vive. Cuerpo y mente son los encargados de reflejar y dar sentido a aquellos discursos y técnicas que se imparten en el deporte, y son de alta importancia porque son los elementos que se fusionan para llevar a cabo la disciplina deportiva. El control emocional y físico entra en juego al momento de realizar los movimientos; las sensaciones corporales, los impulsos emocionales y la aprehensión de la técnica se conjugan a tal punto que no se puede disociar cómo se piensan y emplean cada uno de los gestos que configuran el movimiento global del deporte. Wacquant (2006) hace mención Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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de la manera en que diversos atributos de la técnica deportiva se conectan para realizar los movimientos correspondientes al boxeo: “La imbricación mutua de las disposiciones corporales y mentales alcanza tal grado que incluso la voluntad, la moral, la determinación, la concentración y el control de las emociones se transforman en el mismo número de reflejos del cuerpo. En el boxeador hecho y derecho, la parte mental forma parte del físico y viceversa; el cuerpo y la cabeza funcionan en simbiosis total.” (pág. 95)

Al igual que en el boxeo, en la halterofilia se observa aquella imbricación de aspectos que contienen aptitudes tanto físicas como mentales que se refuerzan constantemente en el gimnasio, los entrenamientos y las competencias, siendo estos los espacios donde los y las deportistas ejecutan los movimientos que cada deporte requiere, asimilando profundamente la técnica por medio de la repetición. Así, aprender a levantar pesas como boxear, “(…) es modificar sin darse cuenta el esquema corporal, la relación con el propio cuerpo y el uso que de él hacemos habitualmente para interiorizar una serie de disposiciones mentales y físicas inseparables” (Wacquant, 2006, pág. 95) La relación con el cuerpo, y el uso que a éste se le da, cambia de acuerdo a las técnicas y los discursos que han sido incorporados en él; de acuerdo con el autor Mauss (1979), frente al concepto de técnicas y movimientos corporales, es en la incorporación de las técnicas donde entran a jugar reglas y normas sociales, técnicas y cuidados que moldean los cuerpos variando de acuerdo a los «hábitos» de cada sociedad, de la educación, de los individuos y demás. Al tomar el gimnasio como un espacio que contiene pautas propias sobre cómo debe ser el o la deportista y que construye técnicamente sus cuerpos, se deja en manifiesto el poder de este lugar tanto para consolidar la disciplina como para transformar 209

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reiteradamente al individuo e invitarlo al autodescubrimiento y a su creación (Wacquant, 2006). Los pies a la anchura de los hombros. Agarre con gancho. Pecho abierto, hombros hacia atrás. Saque cola. Espalda firme y mirando al frente. Estírese, hacia arriba, ¡hale duro y salte! ¡Arriba! Acomódese. Cambie el aire. Abra los brazos, abra el pecho y empuje duro. Salte y saque la pierna. ¡Téngalo ahí! Estas son algunas de las frases que acompañan la técnica del segundo movimiento olímpico de la halterofilia: el envión. Aunque es posible que no se entienda, en su conjunto, fue lo que escuché por tantos años por parte de mis entrenadoras. Tiempo después de retirarme, todo lo que mi cuerpo y mente habían asimilado, lo que habían aprehendido, comenzó a ser objeto de cuestión para mí, de alguna manera y sin lograr desnaturalizarlo, hay un proceso consciente de lo que hago que está fuertemente conectado con lo que fui como pesista. Me di cuenta que mientras se ejecutan algunos movimientos del levantamiento de pesas olímpico no se respira, así que ese cambio de aire que tanto gritaban mis entrenadoras, era realmente un: vuelva a tomar aire. La conexión que surge con el cuerpo por medio del deporte es difícil de comunicar, así como lo es la transmisión escrita de este conocimiento, sólo se comprende plenamente cuando se sumerge al propio cuerpo a la experiencia de la práctica deportiva, de este modo, la forma en la que los «hábitos» del gimnasio moldean el cuerpo reconfigura la interpretación del mismo. Lo que los y las entrenadoras dicen en reiteradas ocasiones sobre cómo realizar los movimientos, las posturas adecuadas, la concentración, el manejo de la respiración y los consejos sobre el cuidado del cuerpo, introduce a los y las deportistas en un estado Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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de ocupación permanente por el bienestar y eficacia de sus cuerpos, en el que se generan acciones conscientes e inconscientes que pasan a ser parte de la forma en la que se mueven y comportan cotidianamente, al punto tal de trasladar los discursos, que podrían solo tener sentido en los entrenamientos, a otras esferas de la vida social. Agarrar con gancho significa tomar con cada mano la barra de acero teniendo el dedo pulgar por dentro de dos de los dedos sobrantes, el índice y el corazón (o medio), esto se hace para sostener con más firmeza la barra y evitar que se deslice fácilmente mientras se ejecuta el movimiento.

“... cuando voy parada en un bus agarro con gancho y, además, los pies Pero, aunque esto conforma la los dejo a la anchura de técnica de la halterofilia, yo lo uso mis hombros para tener para sostenerme de cualquier obequilibrio dentro de él.” jeto con forma similar; por ejemplo,

cuando voy parada en un bus agarro con gancho y, además, los pies los dejo a la anchura de mis hombros para tener equilibrio dentro de él. Tengo mi espalda firme cuando voy a levantar cosas pesadas o cuando

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voy en moto para evitar sacudirme con los brincos de la carretera. Y también, miro al frente siempre que necesito concentración. La construcción de posturas corporales y el manejo de emociones adquieren un sentido particular en el campo deportivo, hay una finalidad, una razón por la que se debe llevar a cabo la halterofilia de una manera específica, pero porqué se replican estas posturas y porqué se busca controlar algunas emociones cuando el deporte ya no hace parte de la vida de un individuo; la adquisición de técnicas y gestos y la aprehensión de discursos sobre cuerpo y mente transgreden los imaginarios sobre las dinámicas que parecen exclusivas de determinados espacios, demostrando que aquello que tiene significado dentro del campo deportivo, también lo puede tener en otras dimensiones sociales del individuo y hacer parte de ellas como expresiones de la experiencia. Es así como este texto le da relevancia al resultado más evidente de la experiencia del deporte que es la cohesión entre cuerpo y mente; estos dos elementos son de carácter importante pues en el proceso donde se desarrolla esta unión, el o la deportista tiene que haber realizado una serie de movimientos y controles conscientes e inconscientes frente a la técnica y los impulsos emocionales. Conscientes en tanto se tienen que aprender todos los movimientos y posturas necesarias para que se realice de manera adecuada la técnica y también, debe haber una reflexión que permita conocer de antemano cuáles son los impulsos emocionales que invaden al individuo al momento de la acción y que, por ende, se hacen necesarios controlar como la ansiedad o el miedo. Inconsciente con respecto al tiempo, ya que llega un momento en que aquello en lo que se fija la atención constantemente (técnica y emociones) se encuentra en una sinergia tal que no es necesario pensar y re-pensar en el control que se ejerce sobre ello, pues en Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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cuestión de segundos todo se vuelve un elemento amalgamado. En conclusión -y con una suerte de sugerencia-, como investigadores e investigadoras de ciencias sociales, es necesario que haya una participación más activa que identifique, experimente y describa el o los objetos de estudio que nos interesa analizar. Como bien lo menciona Wacquant (2006): “Nada mejor pues como técnica de observación y análisis que la inmersión iniciática en un cosmos, e incluso la conversión moral y sensual, a condición de que tenga una armadura teórica que permita al sociólogo apropiarse en y por la práctica de los esquemas cognitivos, éticos, estéticos y conativos que emprenden diariamente aquellos que lo habitan.” (pág. 16)

De esta manera, es menester dar cuenta de desde la dimensión más experiencial del individuo mostrando la relevancia que esto tiene al momento de desarrollar una investigación que tome la experiencia como eje central de estudio, esta característica se destaca en el presente texto al confirmar su inherencia con el deporte. En este caso, la experiencia de ser deportista y vivir por medio del propio cuerpo la adquisición de nuevas técnicas y movimientos corporales permite dar nuevos significados de lo que es el cuerpo, una herramienta con la que nos comunicamos, interactuamos con el entorno reproduciendo aquellos gestos que dan cuenta de las vivencias de cada sujeto y brindando constantemente una nueva interpretación de la forma en que se entiende, siente y vive el cuerpo. Y es que es precisamente el deporte, una de las actividades que hoy en día se ha tomado el protagonismo para ser parte de la vida de muchas personas presentando elementos de estudio que las ciencias sociales pueden permitirse tomar para ofrecer nuevas perspectivas de investigación.

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¿Agarrar con gancho?: Aprehensión de técnicas corporales en la halterofilia.

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NO DEJES DE LEER De espectador a militante: los hinchas del fĂştbol y su lucha por el derecho al estadio y al club Manchester United, capitalismo global y resistencia local



De espectador a militante: los hinchas del fútbol y su lucha por el derecho al estadio y al club1 Irlan Simões Santos

Ronaldo George Hela

iirlansimoes@gmail.com

rhelal@globo.com

Universidade Estadual do Rio de Janeiro

Universidade Estadual do Rio de Janeiro

Cómo citar este artículo: Santos, I. & Hela, R. (2019). De espectador a militante: los hinchas del fútbol y su lucha por el derecho al estadio y al club (Traductor Londoño-Matta, J.).Trans-Pasando Fronteras, (13). doi: 10.18046/retf.i13.3493

1

Nota del editor: traducción de Jaime E. Londoño M. Orcid https://orcid.org/00000002-2128-727X Revisión final Jaime Amparo Alvez. Título original “Do espectador ao militante: a torcida de futebol e a luta pelo direito ao estádio e ao clube”, en. Tríade: comunicação, cultura e mídia. 4 (7), 53-69. Agradecemos a los colegas Irlan Simões Santos y Ronaldo George Hela por conceder el permiso para la traducción y publicación de este artículo- Asimismo a la revista Tríade: comunicação, cultura e mídia por su consentimiento.

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Resumen El artículo reflexiona sobre el origen de varias experiencias organizativas de hinchas en Brasil en los últimos años, creadas con el fin de canalizar sus intereses en torno al fútbol. Las agendas de estas organizaciones se pueden resumir en dos temas principales: el derecho al estadio y el derecho al club, que aquí se entenderán como bienes comunes amenazados por la lógica privatizadora y excluyente de la ciudad neoliberal de hoy. Con este fin, se hará una breve historia de la formación del fútbol, los estadios y la cultura de los hinchas; posteriormente, se discutirán los movimientos de los hinchas en el mundo y en Brasil.

Introducción Desde el segundo quinquenio de la década de 2000, se han identificado experiencias organizativas de hinchas brasileños con el propósito de establecer derechos democráticos de acceso a los estadios y a sus clubes. Estas experiencias se han ampliado considerablemente desde la realización del Mundial de Fútbol de 2014. A lo largo de este artículo argumentamos que estas experiencias no son exclusivas de Brasil, trataremos de entenderlas a partir del análisis de los cambios ocurridos en la estructura capitalista de las ciudades y cultura y cómo tienen un impacto directo en el fútbol. Con la pretensión de situar estas experiencias, como organizaciones de la sociedad civil”, con directrices establecidas, las denominaremos “movimientos de hinchas. Si bien algunas de estas agrupaciones se reivindican como un “movimiento social”, otras optan por utilizar el nombre de “grupo” o “frente”, configurando diferentes perfiles y métodos de acción, táctica y estratégica política. Las agendas de estas 219

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De espectador a militante: los hinchas del fútbol y su lucha por el derecho al estadio y al club

organizaciones se pueden agrupar en dos problemáticas fundamentales: el derecho al estadio y el derecho al club. En lo que concierne al derecho al club, se ha identificado el surgimiento de movimientos de hinchas comunes, quienes demandan una mayor participación política, tanto a partir de la presión ejercida sobre los dirigentes como de forma organizada a través de exigencias de redefinición de los estatutos sociales de estas instituciones, para hacerlas más accesibles y democráticas. Estos grupos se diferencian de antiguas experiencias, al no estar directamente relacionados con ninguna fuerza política ni con las familias tradicionales que conformaban los consejos directivos de estas instituciones. En lo que respecta al derecho al estadio, se plantean diferentes reivindicaciones: 1) La democratización de la entrada a los partidos e impugnan el precio elevado de la boletería; 2) el levantamiento de las disposiciones que restringen las manifestaciones festivas en las tribunas, la prohibición de banderas, los artefactos pirotécnicos, las bebidas alcohólicas y el derecho a ver el partido en pie; y 3) reclamaciones referentes al formato (modelo) del espacio físico del estadio; además de los horarios de los partidos. En este sentido, este es un estudio sobre los hinchas (fans, aficionados, supporters, tifosi) inmersos en una política identitaria y de afinidad con sus clubes [equipos], quienes rechazan los discursos que asocian el “fútbol a un negocio” y se oponen a directrices, que, si bien favorecen las finanzas del club, pueden ser contraproducentes para el resto de la hinchada2. Para una mayor compren2 Critcher (1979) desarrolló una taxonomía de las identidades de los hinchas en el fútbol inglés, los definió como “miembros”, clasificación mejorada y actualizada por Giulianotti (2012), quien los definió como “fanáticos”. Al respecto, véase Santos (2015b).

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sión de esta posición beligerante, analizaremos aspectos de la formación histórica del fútbol, el estadio y los hinchas.

Ciudad, capitalismo industrial, trabajo y tiempo libre Los cuatro conceptos del subtítulo tienen una relación tan directa con la historia del fútbol, que si no son tenidos en cuenta es casi imposible la comprensión de esta práctica cultural. Para eso es necesario retroceder a los finales del siglo XVIII, a la época de consolidación del capitalismo industrial en Inglaterra. En este entonces, el alto flujo de población que se desplazaba hacia las zonas urbanas era un grave problema para las clases dominantes, como también lo era la necesidad de “reeducar” a los nuevos trabajadores asalariados. En contraposición a la lógica de trabajo hasta entonces “orientada a las tareas”, se mejoró la fijación del tiempo con el reloj, campanas y sirenas. El resultado de eso fue la homogenización del tiempo y el aumento de la carga laboral hasta horas 16 al día. La ética protestante —que combinaba la lógica doble de un discurso religioso radical y punitivo con un ethos típicamente burgués del cuerpo para la producción de riqueza, restringiendo el tiempo al máximo de la racionalidad— sería ahora el bastión de la formación de esta nueva sociedad, que experimentaría largos años de conflicto, resistencia y divergencias. Después de todo, el problema no se reducía únicamente al rechazo de la gran mayoría de los trabajadores a las normas impuestas, sino también a las formas en que utilizaban su tiempo fuera de la fábrica. En términos más precisos: ¿qué pasó con el “tiempo libre” de estos trabajadores? Thompson (1998, p. 295) demostró como la sociedad de entonces disciplinaba, consumía y negociaba el tiempo. De lo contrario, se consideraría improductivo e inapropiado. 221

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De espectador a militante: los hinchas del fútbol y su lucha por el derecho al estadio y al club

A partir de la tercera década del siglo XIX se configuró la época victoriana, con ella se fortaleció y mejoró el marco de normalización moralista y disciplinaria; que a su vez, refinó las tecnologías sociales de control, fundamentalmente, la educación cívica. El nexo de la nueva moral burguesa con los preceptos religiosos explica los ataques iniciados contra las costumbres, juegos y fiestas populares de la época. Algunos documentos reseñan la clasificación de los sujetos que participaban de las actividades de ocio en las calles: disoluto, depravado, bruto, insolente, libertino, extravagante, ocioso, carente de religión, blasfemo, entre otros (THOMPSON, 1998, p. 308). Es justamente en la época victoriana cuando algunas de estas actividades de ocio, especialmente los juegos colectivos, serán apropiados e incorporados a la educación de los jóvenes ricos de las escuelas inglesas; en estas instituciones, se perfeccionarán e integraran con aquellos aspectos que representaban los valores predominantes de la época —disciplina, obediencia y competitividad— y los valores típicos del hombre burgués. En este contexto nace en cercanías de Londres, la Footbal association en 1863, reunión de doce clubes, que bajo principios comunes empezaron un proceso de definición y estandarización de las reglas del fútbol (SANTOS, 2014). A manera de contexto, la fundación de la primera asociación tuvo lugar cuatro años después del lanzamiento de dos obras históricas (Contribuciones a la Crítica de la Economía Política de Karl Marx y El Origen de las Especies de Charles Darwin) del pensamiento europeo. Casi veinte años después, más de mil clubes de fútbol estaban registrados en toda Inglaterra, cifra que revelaba la consolidación de la difusión de este deporte, incluso antes de su estandarización. El fútbol nació durante la segunda revolución industrial, que mejoró y Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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perfeccionó las tecnologías de la primera, acelerando la producción y transporte de mercancías. La difusión mundial de los componentes culturales ingleses, entre ellos el deporte, fue favorecido por la expansión imperialista del capitalismo industrial inglés. En este contexto el fútbol adquirió un protagonismo especial. En una reunión de un grupo de aristócratas europeos en 1890, bajo el mando del Barón de Coubertin, se determinó reanudar los Juegos Olímpicos de la Antigua Grecia (siglo XVIII a.C)— al menos lo que se idealizaba de esos acontecimientos—. Lógicamente, esta vez, resaltando los valores requeridos por la ética del mundo burgués, como la competitividad, el mérito y la disciplina, dejando de lado o haciendo caso omiso de valores menos “civilizados” para los estándares de la sociedad moderna, como la tolerancia a la violencia física. En este contexto se pueden identificar dos procesos desiguales pero relacionados: la expansión de una práctica “oficial” de jugar al fútbol, representada por torneos de clubes aficionados constituidos por comunidades locales; y la conformación de un “público” reunido en torno a los lugares donde se jugaba este fútbol. Este fue el embrión de lo que hoy conocemos como hinchadas. Jugar e hinchar se conjugaron mutuamente en el devenir del fútbol. Estas características fueron centrales en la expansión mundial del fútbol. Sin embargo, hay que tener en consideración las particularidades de casos específicos como el de Brasil, donde el fútbol, por ejemplo, fue introducido por jóvenes de la alta sociedad que regresaban después de sus estancias de estudio en Inglaterra. Su práctica “oficial”, era considerada símbolo de distinción social por una elite moderna entusiasta con el cuerpo. Por los objetivos del artículo y el poco espacio para el desarrollo de estas temáticas, nos limitaremos a trazar elementos similares en el desarrollo del fútbol.

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Fútbol entre el Estado y la Capital: pensando en el estadio En este periodo, la transformación del “fútbol oficial” (favorecido en términos dialécticos por la continuidad del “fútbol popular” jugado fuera de los circuitos relacionados con clubes y asociaciones), en una práctica popular de grandes dimensiones y adquirir la estructura necesaria y adecuada para convertirse en una mercancía, representó las fases iniciales de una de las industrias culturales más poderosas e influyentes del siglo XX. Con el creciente interés del público por los partidos, se crearon las diferencias espaciales definitivas entre el terreno de juego (cancha) y el espacio de las hinchadas (graderías)3. El uso de cuerdas y de rejas para distanciar el púbico del campo de juego se hizo pensando en el lugar que lo albergaría: las tribunas y graderías de los escenarios deportivos.

“Jugar e hinchar se conjugaron mutuamente en el devenir del fútbol.”

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Henrique S. Santos (2012), reseña registros periodísticos que atribuyen el cobro de entradas de fútbol en Salvador en 1907. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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En 1874, el Aston Villa, ya cobraba al público asistente por acceder a las graderías. Una cultura de hinchas más ligada a la clase obrera surgirá en este contexto, cuando las entradas más baratas permitieron su ubicación detrás de la portería, zona conocida popularmente como terrazas, donde no había asientos, sólo escombros y montones de tierra (CRUZ, 2005). La profesionalización de la práctica del fútbol no tardaría mucho en acontecer, ya que los jugadores más destacados necesitaban complementar los ingresos familiares con otras actividades. La búsqueda de suplir los trabajos agotadores o la ausencia de este, hizo que los clubes de los barrios y comunidades buscaron, a través de contribuciones y ventas de entradas para las tribunas de los estadios, la manera de financiarse para retener sus filas a los buenos jugadores4. Critcher(1979) puntualizó que de esta forma los valores esenciales del deporte profesional, como masculinidad, agresividad, empatía física, victoria e identidad regional, se fusionaron con la cultura de la clase obrera, mayoritariamente masculina. Se refiere a las organizaciones y a los mecanismos de solidaridad entre los trabajadores, como clubes, sistemas de seguridad, cooperativas, albergues, sindicatos y variados lugares de ocio, que congregaba a criadores de palomas, adiestradores de perros, futbolistas aficionados y muchos otros. Estos elementos dan pistas para explicar la normatividad sexista de los estadios, que perdura hasta la actualidad. El fútbol se configuró en un momento en que la ideología dominante predicaba —y el sentido común rectificaba— que las mujeres eran seres

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En Inglaterra, la solicitud de profesionalización ocurrió en 1885. En Brasil, último bastión de la resistencia del deporte amateur no ocurrió este cambio sino hasta 1933.

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inferiores, biológica y mentalmente incapaces de realizar ciertas actividades. A su vez, la formación de la cultura popular de las hinchadas surgió en el contexto de apropiación de los estadios por parte de una clase obrera masculinizada, que poco a poco ganó el derecho al tiempo libre, con la reducción de la jornada laboral. Estas conquistas se traducirían en la consigna “8 horas de trabajo, 8 horas de descanso, 8 horas de ocio”. Aunque muchas mujeres, desde muy jóvenes, eran trabajadoras remuneradas, a diferencia de los hombres, no tenían derecho a “tiempo libre” gratuito o remunerado para dedicarlo al ocio. El lugar de la mujer fuera de la fábrica estaba reservado para el trabajo reproductivo, en el ámbito doméstico. El tiempo libre estaba dividido social y sexualmente como trabajo en sí mismo5. Desde la perspectiva de la cuestión racial, (un aspecto sobresaliente en Brasil ya que las migraciones de las colonias americanas y africanas a Inglaterra sólo se producirían a mediados del siglo XX), el fútbol afrontó varias tentativas de segregación. No es raro que los estatutos de fundación de muchos clubes prohibieran categórica y explícitamente la participación de negros, pardos y trabajadores manuales. Estos impedimentos generaron divisiones en varias federaciones estatales, con muchos clubes fundados posteriormente por miembros de sectores populares. Con la admisión de negros y pardos en los clubes más ricos del país, estas tensiones disminuyeron. Ahora ellas se reflejaron en la estructura física de los estadios, que se pensaban, literalmente, de

5 En los primeros tiempos entre los espectadores del fútbol y otros deportes, la presencia de mujeres de las clases más acomodadas era muy común e incluso elogiada. En los tiempos aristocráticos del “fútbol profesional”, la asistencia a los estadios era un símbolo de distinción.

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manera clasista: sectores especiales y más costosos para la elite económica y política, graderías para la burguesía, y amplios sectores sin asientos, incluso sin gradas de cemento, pesimamente ubicados y con ángulos de observación deficientes respecto al terreno de juego (cancha), donde se permitía el apiñamiento de los más pobres para que apoyaran (torcieran o hincharan). El fútbol se transformó en una industria cultural y adoptó, en la clave propuesta por Bolaño (2008), una doble función: publicidad y propaganda. La propaganda fue una estrategia usada por el Estado y los grupos políticos dominantes, quienes instrumentaron la esfera cultural del fútbol para fines ideológicos. La función publicitaria hace referencia al uso dado por el Capital, a su condición de servir a los capitalistas individuales en competencia y, al mismo tiempo, a la moralidad general del capitalismo como sistema. Esta estrategia es muy cercana, a lo 227

“El fútbol se transformó en una industria cultural y adoptó, en la clave propuesta por Bolaño (2008), una doble función: publicidad y propaganda.”

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que Raymond Williams, llamó el “maná general” de la reputación pública del capitalismo; o sea, un recurso político de legitimación y consolidación de los valores rectores de la sociedad capitalista. En el marco de estas premisas, es que podemos entender los dos momentos que marcan el fútbol en el siglo XX. En los primeros años, el Estado se encargó de la difusión del fútbol como cultura de masas y fomentó la construcción de grandes estadios o estadios de regular tamaño en todo Brasil. En el Reino Unido, la capacidad de los estadios superaba los 80 mil asientos, como el de Wembley, construido en 1923. En Brasil, Pacaembu en 1940 y Maracanã en 1950 ejemplifican estas políticas. En Brasil en fútbol sobresalió durante los gobiernos de Getúlio Vargas y la dictadura militar, cuando este deporte fue un medio de propaganda; la construcción de grandes estadios fue una de las principales estrategias de articulación política y búsqueda de apoyo popular. Estas obras serían fundamentales para la sostenibilidad de los clubes, ya que en esa época la taquilla era una de sus pocas fuentes de ingresos. En este contexto nacen las “generales”, sectores populares que generan una cultura propia de hinchar notablemente festiva y en la que los hinchas más pobres se apilaban en emplazamientos donde no era posible observar bien el partido, pero que le otorgaban al club el estatus de “club de masas”, imprescindible para atraer a otros hinchas. A estos sectores se les puede denominar “supe estadios”, ya que están diseñadas para recibir la mayor cantidad posible de público. En el proceso de masificación del público en el estadio, se pueden identificar cuatro coyunturas históricas de gran importancia que caracterizan los procesos de mercantilización intensiva del fútbol. Llaman la atención porque impactan directamente en la producción del estadio— consecuentemente de su público—, ya que la función publicitaria se hipertrofia en la perspectiva reseñada arriba. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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La primera coyuntura, como observa Critcher (1979), tiene lugar en la posguerra europea, especialmente en la década de los sesenta, a partir de la configuración de la sociedad de consumo y de la competencia entre las diferentes industrias culturales y del entretenimiento. Se notará una nueva forma de gerenciar el negocio del fútbol por parte de una novel generación de líderes ligados al mundo de las empresas, influenciados en gran medida por la norteamericanización de la cultura global. Los efectos de la mercantilización del fútbol incide sobre los jugadores, ahora famosos; sobre los hinchas, tanto los trabajadores como de los consumidores de clase media; sobre los clubes, con la conformación de un oligopolio o grupo elite de triunfadores; y sobre el juego, con un estilo más dinámico, mecanizado y pragmático; sobresaliendo el cambio de sus patrones culturales, el fútbol empezaría a ser moldeado por los dictámenes de la ganancia y quedaría inserto en la lógica de las industrias culturales o industrias del espectáculo. La segunda coyuntura es la llegada de João Havelange a la presidencia de la FIFA en 1974, quien complejizó el negocio del fútbol, lo articuló a las grandes empresas multinacionales (globales) y encadenó su trasmisión a la tecnología satelital. Así, el valor de la boletería vendida para cada partido fue muy inferior a los ingresos percibidos por los clubes con la firma de los contratos de cesión de derechos de televisión. Estas transformaciones impactaron directamente en los estadios: el público objetivo de los clubes ya no estaba en sus ciudades de residencia, se había extendido por todo el país e inclusive por todo el mundo. De igual forma, surgieron nuevos actores económicos y se configuró una nueva relación económica entre clubes, futbolistas, hinchas de estadio y consumidores de televisión. En Brasil, el primer acuerdo televisivo importante con los clubes de fútbol fue en 1987. 229

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La tercera coyuntura es la tragedia de Hillsborough (Inglaterra) en 1989. El hacinamiento en el estadio Sheffield provocó 96 muertos y cientos de heridos entre los hinchas del Liverpool. El club más popular del país y famoso por sus hooligans, fue perseguido sistemáticamente por el gobierno inglés, que ignoró las causas reales del accidente, así como la negligencia de las fuerzas policiales que hicieron poco para evitarlo6. El caso favoreció el discurso neoliberal del entonces gobierno de Margareth Thatcher, que venía intentando intervenir agresivamente el fútbol local. Con base en el Informe Taylor, encargado de evaluar estas problemáticas, Thatcher promovió una serie de reformas de los estadios ingleses, cambios que propiciaron una nueva percepción de estos espacios y, en consecuencia, a un cambio total de su público, en línea con los elementos subrayados arriba. La conveniencia política de utilizar el tema de la violencia (real, pero sobreestimada) como fundamento para el cambio radical del público que asistía a los estadios, a través del incremento del precio de la boletería se replicaría en todo el mundo, incluso en Brasil en los años noventa y en la década del 2000. Finalmente, la cuarta coyuntura para comprender la transformación de los estadios en las últimas décadas es la exigencia, a nivel mundial, por parte de la FIFA y la UEFA a los países sedes de la Copa del Mundo y de la EUROCOPA (UEFA European Championship) de la adopción del concepto de estadios polivalentes, como condición básica para la organización de absolutamente todos y cada uno de los partidos del torneo. A partir del mundial de 1994 en Estados Unidos, estas entidades asumieron el

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En 2012, el Primer Ministro británico David Cameron, a través de una disculpa formal en nombre del Estado inglés, reconoció públicamente el fraude en los informes de accidentes, eximiendo a los aficionados del Liverpool de la responsabilidad por el mismo. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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papel de promotores internacionales de construcción de estos escenarios deportivos, que tienen altos costos de mantenimiento y fueron diseñados con el propósito de albergar diversos espectáculos de la industria del entretenimiento, como lo demuestran Cruz (2005), Mascarenhas (2013) y Simões Santos (2014). Estos escenarios deportivos requieren por encima de cualquier otro aspecto, transformar (formatear) el público (espectadores e hinchas) del fútbol, seleccionándolo en función de sus capacidades de consumo y exigiéndole un comportamiento más pasivo y menos apasionado hacia los clubes. En definitiva, transformando al hincha en un mero consumidor. Estos aspectos conducen a la coyuntura que se presentó en Brasil, con la construcción de 14 nuevos estadios, 12 de ellos directamente relacionados con la Copa Mundial de la FIFA (2014), que creemos fue el detonante para la configuración de muchos de los nuevos movimientos de aficionados (aunque no se limiten a este tema).

Resistencia de los hinchas a la comercialización El repentino incremento del valor de la boletería y la imposición de una serie de restricciones al carnaval (fiesta) de los hinchas en las tribunas desencadenó el rechazo por parte de las hinchadas brasileñas en los estadios y acercó a Brasil a los movimientos internacionales de hinchas. Como los procesos de circulación de ideas no son y no se crean de la nada, es conveniente reseñar brevemente dichos movimientos en el ámbito mundial, para tratar de entenderlos en el contexto global de las luchas por los derechos al estadio y al club. En 1999, un hincha italiano de A.S. Roma publicó en Internet un documento titulado Manifiesto Contra el Fútbol Moderno. En 231

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cuestión de días, este manifiesto fue firmado por 72 agrupaciones (barras) de hinchas de 21 países diferentes; en resumen, en su contenido se cuestionaba la extrema mercantilización del fútbol, la distorsión de sus significados y el irrespeto a la cultura de los hinchas (NUMERATO, 2014). A finales de los años noventa, Italia era la vanguardia del fútbol internacional, los mejores jugadores del mundo vestían las camisetas de los clubes italianos. De igual forma, concentraba el mayor número de hinchadas organizadas de Ultras, subcultura integrada por grupos de naturaleza diversa, que organizaban y realizaban coreografías en las tribunas y se identificaban indistintamente con tendencias políticas, tanto de extrema izquierda como de extrema derecha7. Desde las graderías italianas —y luego alemanas, francesas, españolas, búlgaras, etc.—, estas tendencias acogieron consignas políticas y durante algunos años organizaron acciones conjuntas. Para la derecha, la crítica del fútbol moderno simbolizaba la reivindicación reaccionaria de antiguos atributos de masculinidad, virilidad, honor, tradición y nacionalismo. Para la izquierda, la lucha fue categóricamente anticapitalista, cuestionaba la elitización de los estadios y la desmedida mercantilización del fútbol. Fueron dos caras distintas de las reacciones populares a los problemas derivados de los negocios del fútbol globalizado de los años noventa y los años dos mil; hoy en día, con la mediación de las redes sociales y con medios más ágiles y sencillos para el intercambio de información, se ha extendido por todo el mundo.

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Según una encuesta de la Dirección General de la Policía de Prevención, organismo vinculado a la Polizia di Stato de Italia, realizada entre 2003 y 2004, el país contaba con 445 grupos activos, de los cuales se destacaron cinco tipologías: apolíticos (54%), izquierdistas (13%), de extrema izquierda (6%), derechistas (16%) y de extrema derecha (9%). Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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Algunos autores ya han analizado experiencias de resistencia de hinchadas en las cinco principales ligas europeas —Alemania, España, Francia, Inglaterra e Italia—. Los investigadores utilizaron herramientas teórico-metodológicas muy diferentes, pero con hallazgos similares. Constaron, que estas luchas no eran libradas exclusivamente por grupos de Ultras (presentes en Italia, Francia, parte de Alemania y España), sino por una amplia variedad de formas organizativas, con diferentes características, métodos y composiciones sociales. La lucha de hinchas sobresale en estos países porque ellos constituyen los escenarios de mayor desarrollo de la mercantilización del fútbol, donde la fragmentación de contradicciones y los ataques a los derechos es más evidente (SANTOS, 2015a). En Brasil no sería diferente. Puede afirmarse que muchas de las recientes organizaciones fueron influenciadas directamente por las luchas de los hinchas europeos entre el 2000 y el 2010, difundidas a través de las redes sociales, los portales de periodismo deportivo críticos y los blogs. Es importante recordar, como señala Hollanda (2008), que en las décadas de los setentas y los ochentas del siglo pasado la lucha de los hinchas brasileños fue coyuntural, asociada con la formación de hinchadas organizadas (Torcidas organizadas) para enfrentar el autoritarismo y el mal gobierno de los dirigentes, además de cuestionar el alza en el precio de la boletería. Por tanto, es necesario distinguir estas experiencias de las surgidas recientemente, no sólo en lo que atañe al origen y composición de estas organizaciones y a las particularidades de la industrial del fútbol actualmente; sino también, de las nuevas representaciones y nuevos significados otorgados a la práctica de ser hincha. Brasil tiene una característica única con relación a las cinco grandes ligas del mundo. Con excepción de las asociaciones alemanas, los principales clubes europeos están todos en manos de un 233

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socio mayoritario, multimillonarios árabes, rusos, estadounidenses, tailandeses, malayos o ingleses. Estos ajustes fueron implementados a finales del siglo XX, con base en leyes que exigían la transformación de los clubes en empresas. En cambio, los principales clubes brasileños —a pesar de los diversos ataques promovidos en los años 90— no se transformaron en compañías. Ellos protegieron su carácter de asociación civil, base fundamental de su forma de organizativa. Si, por un lado, el “conservadurismo” estatutario sólo era posible gracias al esfuerzo de los altos dirigentes para conservar el control absoluto de estas instituciones, es también la divergencia política la que permite a los hinchas exigir un mayor poder de voz y voto en los órganos de gobierno de los clubes. El fútbol brasileño se puede imaginar como una tira y afloje, en el cual los directivos son intermediarios dobles, que juegan o actúan entre la democracia para los hinchas y el autoritarismo de los mercados. En otro momento, se identificaron e investigaron al menos siete experiencias de movimientos de hinchas que portaban pancartas defendiendo el derecho al estadio y al club (SANTOS, 2015a). Queremos ir más allá de este ejercicio descriptivo para proponer una interpretación más adecuada del proceso de internacionalización de la resistencia de los hinchas a la mercantilización el fútbol.

El Derecho al estadio y al club En la literatura sobre la resistencia a la mercantilización del fútbol, muchos autores comparten la idea de que los hinchas creen que tienen un sentido de propiedad (sense of ownership) o afirman ser dueños simbólicos (symbolic owners) de sus clubes. Este hecho nos permite concebir el club de fútbol como un “común”, en el sentido dado por Negri y Hardt (2009) a esta expresión. Para Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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estos autores, lo común es producto del trabajo vivo o del vivir de las personas, una forma de trabajo no alienada en la producción capitalista; por lo tanto, posee una poderosa subjetividad y es capaz de generar conocimiento, información, afectos, relaciones sociales, etc. Lo “común” en sí mismo supera la dicotomía público-estatal/privada, configurando una forma distinta de relación colectiva con lo producido. Para Negri y Hardt (2009) “los lenguajes que creamos, las prácticas sociales que establecemos, los modos de sociabilidad que definen nuestras relaciones” (p.138-14) son formas de bienes comunes culturales, entre los que se puede insertar el fútbol. Esta es una clave que permite entender el club y el estadio de fútbol como un “común” producido por la colectividad de hinchas, superando el límite del concepto capital-trabajo, que induce a pensar únicamente desde la perspectiva del futbolista. David Harvey (2014), en diálogo con Negri y Hardt, analiza cómo se encuentran los bienes culturales comunes bajo la lógica de la mercantilización y de los “cercamientos”, aspectos que define como “disneyficación”. Utiliza el término para caracterizar la estandarización y adaptación de los espacios comunes a los intereses del mercado, más precisamente a la industria turística; fácilmente, se puede adaptar el concepto para estudiar el espíritu emprendedor de los clubes, el areneramiento de los estadios y el intento de transformar a los hinchas en una masa de consumidores. El club, el estadio y la cultura de la hinchada son “comunes” producidos por los hinchas y, por tanto, expropiados por el Estado y el mercado. El análisis de la expropiación de este “común”, ubicado en el núcleo del fútbol, es el hilo conductor de la articulación que proponemos entre estos conceptos, como una forma de entender por qué, para qué y cómo los hinchas se organizan para resistir la 235

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mercantilización, proceso que los excluye del disfrute de lo que ellos mismos produjeron. Hollanda (2008), en su investigación sobre las luchas de las hinchadas organizadas, cita la obra de E.P. Thompson (1998), para afirmar que la mayoría de las luchas en la historia estuvieron guiadas por la noción de derechos y legalidad amanezados. Con estos argumentos vincula los movimientos de resistencia de los hinchas al contexto de las luchas anticapitalistas por el derecho a la ciudad. Harvey (2014) sugiere que el descontento surge en el ciclo de circulación del capital (mercancía y dinero) y no sólo en el de la producción (trabajo), señalando que los movimientos sociales urbanos siempre tienen un contenido de clase aunque se refieran directamente a derechos, ciudadanía y reproducción social. La cultura de los hinchas y el estadio —las formas y el templo de la hinchada— son también culturas comunes en el proceso de expropiación capitalista. Este es el punto de inflexión que se percibe en la interpretación de Gilmar Mascarenhas (2013), aunque basado en la misma matriz lefevbriana encontrada en Harvey, para actualizar la idea de derecho a la ciudad y reposicionarla para entender el estadio. Dado que el espacio social urbano es un producto inacabado del conflicto entre la lógica de la propiedad y las tácticas populares de apropiación, el estadio puede entenderse como un microcosmos de la reproducción social de la ciudad. La definición de sus condiciones de acceso y normas de uso produce conflictos y formas de negociación. Así, el acondicionamiento de espacios polivalentes representa un momento especial de esta realidad. Primero porque con el incremento de los precios de la boletería se propicia el proceso de exclusión de los sectores menos favorecidos de la sociedad; después porque dichos procesos enseñan y limitan diversas forTrans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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mas y prácticas de hinchar. Por lo tanto, cuando se analizan sus repercusiones sobre la cultura del fútbol, este nuevo modelo de estadio representa una faceta del asalto neoliberal a la ciudad, porque despoja, asalta y excluye, lo que significa un retroceso en el derecho a la ciudadanía. Este argumento está muy relacionado con la idea de producción de ciudad, lo “común” y sus recientes formas de expropiación. De este modo, las luchas emprendidas por los hinchas se enmarcan y de cierta manera reflejan la construcción de lo “común”. Aunque desconocen las ideas de lo “común”, estas luchas proponen su formación, construcción y defensa en el ámbito del fútbol, como una salida al agresivo proceso de mercantilización. Es así como las experiencias vividas nos hacen pensar que la lucha de los hinchas remite a dos banderas fundamentales: el derecho al estadio y el derecho al club.

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“Es así como las experiencias vividas nos hacen pensar que la lucha de los hinchas remite a dos banderas fundamentales: el derecho al estadio y el derecho al club.”

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Conclusión Como se mostró a lo largo del artículo, por medio del diálogo con varios autores, el derecho al estadio y el derecho al club se insertan en una lucha más amplia, ya consolidada, la del derecho a la ciudad. Pero hay una singularidad que sólo se puede percibir en el fútbol. Es que nadie se molestaría en liderar las políticas de federaciones deportivas como el canotaje, el atletismo o el tiro con arco, sino los atletas de estas modalidades, lo que nos lleva a creer que las cuestiones relacionadas con el fútbol están más ligadas a la vertiente cultural que a los deportes. El fútbol es un deporte singular. Es un deporte que a la vez de hacer parte del campo deportivo es una expresión cultural muy específica, que no puede situarse al mismo nivel de otras formas culturales. Pedimos permiso para incluir una cita que podría ser un epígrafe, pero que probablemente no tendría el mismo significado si se usa antes de considerar todo lo que se ha discutido hasta este punto: De todos modos, es sólo un juego.” No fue sólo un juego durante ochenta [ciento treinta] años: no desde que la clase obrera llegó a verlo como un escape del trabajo y lo reclamó como propio. No fue sólo una actividad secundaria en este siglo. Lo que sucede en el mundo del fútbol importa, no la manera en que la comida importa, sino cómo es la poesía para unos y el alcohol para otros: el fútbol expresa la personalidad. El fútbol tiene conflictos y belleza, y cuando estas dos características se unen para que el público las aprecie, representan gran parte de lo que yo entiendo por arte. La gente posee este arte de modo que nunca poseerán ninguna otra forma de música, teatro, literatura o religión, porque no puede ser engañada por el fútbol como lo es por estas cosas, donde las intenciones pueden ser deliberadamente oscuras y los métodos ocultos más allá de su alcance. (HOPCRAFT, 1971, p. 7). Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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Por esta razón, hablar de justicia en el fútbol va mucho más allá de la denuncia de corrupción en la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y la FIFA, como nos hacen creer los pocos y valientes periodistas críticos deportivos del país. En el caso del fútbol, las exigencias provienen de los hinchas mucho más que de los propios futbolistas (como desgraciadamente la experiencia de Bom Senso FC también hace creer). Estos son elementos de la cultura común que están en juego. Si el derecho al estadio —es fundamental por el elevado precio de la boletería, la limitación de la fiesta al hinchar (carnaval) y la imposición de un modelo de estadio— terminó adquiriendo notoriedad con la construcción de estas arenas higiénicas y elitistas, es el momento de avanzar en una problemática, aún más urgente, el derecho al club. Estamos hablando de la democratización de las instancias directivas de instituciones civiles centenarias que siguen siendo extremadamente limitadas y autoritarias, manteniendo a los hinchas habituales alejados de cualquier posibilidad de toma de decisiones. A pesar de avances recientes en algunos clubes, es muy difícil promover esta bandera. Es significativo, como PROFUT, la entidad federal para refinanciar las deudas de los clubes con el sindicato, exigió a los interesados en recibir su apoyo, una serie de cambios en sus estatutos, pero en ningún momento se refirió al tema de la democratización de las estructuras deliberativas y directivas de estas instituciones. Por ejemplo, exigía que los dirigentes rindieran cuentas de arriba-abajo de los déficits presupuestarios de los clubes, sin tener en cuenta que la mayor presión para que lo hicieran recaía en los hinchas, siempre y cuando tuvieran acceso a los documentos y deliberaciones con derecho a voto. Las experiencias analizadas 239

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muestran que hay opciones para avanzar en el proceso. Los nuevos desafíos están relacionados con la capacidad de convocar a las fuerzas supraclubisticas y lograr el apoyo de movimientos sociales, que comprendan de una vez por todas la importancia del fútbol y los aspectos que lo rodean, su significado en la vida cotidiana de millones de habitantes de las grandes ciudades brasileñas, sean o no hinchas de algún club o, al menos, de los que asisten a los estadios. El resultado de estas experiencias puede que no salga triunfante, pero dejaría un poderoso legado político al pueblo brasileño. O, como han empezado a vislumbrar algunos movimientos de hinchas ingleses: si todos estos esfuerzos no tienen éxito, recreemos el fútbol y nuestros clubes, volvamos a hacer todo lo que se ha hecho hasta ahora y cuidémonos de que no vuelva a ser tomado como una presa por un sistema voraz que convierte todo y a todo el mundo en mercancía.

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Irlan Simões Santos - Ronaldo George Hela

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De espectador a militante: los hinchas del fútbol y su lucha por el derecho al estadio y al club

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Chris Porter gustavolopez-3@hotmail.com

Cómo citar este artículo: Porter, C. (2019). Manchester United, capitalismo global y resistencia local (Traductora Jaimes-Peñaloza, S.).TransPasando Fronteras, (13). doi: 10.18046/retf.i13.3492

1 Nota del editor: traducción de Sonia M. Jaimes. Título original “Manchester United, global capitalism and local resistance”, en, Chris Porter, « Manchester United, global capitalism and local resistance », Belgeo [Online], 2 | 2008, Online since 20 October 2013, connection on 02 October 2016. URL: http://belgeo.revues.org/10271; DOI: 10.4000/belgeo.1027.

Agradecemos al colega Chris Porter por conceder el permiso para la traducción y publicación de este artículo- Asimismo a la revista Belgeo. Revue belge de géographie por su consentimiento.

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Resumen La adquisición en 2005 del Manchester United por el empresario norteamericano Malcom Glazer– así como la oleada de acciones seguidas por otros clubes de futbol inglés– sucitó muchas preocupaciones entre la hinchada, notablemente en cuando al rol jugado por los clubes en el seno de sus “comunidades”. Es así como las nociones de propiedad han sido confrontadas tanto como las de responsabilidad alrededor de este tipo de “activos” locales son cada vez más pasados por la lupa, no solo por los responsables encargados de reglamentar y de dirigir la industria del fútbol, sino también por los gobiernos a escala local y nacional, los medios y por quienes reivindican implicaciones más grandes, y sin duda mucho más apasionadas: la de los hinchas. Este artículo presenta algunas de las consecuencias culturales más importantes para los hinchas del Manchester United relacionadas con este asunto. Describe la movilización de la hinchada que se opuso a la compra de Glazer, tanto como las “caídas” culturales de los hinchas. Este caso, supera las nociones simplistas tanto como las confrontaciones banales entre lo “local” y los “global”. Pone en evidencia las implicaciones culturales y políticas eventuales seguidas por la inclusión continua del capitalismo global en la vida cotidiana de las personas.

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Manchester United, global capitalism and local resistance Abstract The 2005 acquisition of Manchester United by American businessman Malcolm Glazer – along with subsequent takeovers of other English football clubs – has raised many concerns amongst supporters, with questions increasingly being asked of the roles football clubs play within their “communities”. Contested notions of ownership and responsibility around such local “assets” are therefore under increased scrutiny, not just from those charged with regulating and governing the football industry, but from local and national government, the media and those who perhaps claim the biggest, and certainly the most emotional stakeholding of all – the supporters. This paper outlines some of the most pressing cultural implications this issue has raised for Manchester United fans. Accordingly, the mobilisation of supporters opposed to the Glazer takeover is documented, along with the resulting cultural “fall out” for fans. Going beyond simplistic notions of a clash merely between “the local’ and “the global”, this case highlights some of the cultural and political implications that global capitalism’s continuing encroachment into people’s everyday lives can have.

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Contexto de investigación y notas metodológicas Este artículo es un borrador de la información reunida como parte de una investigación en curso concentrada en la cultura futbolística de Manchester; específicamente apunta a registrar las implicaciones de recientes transformaciones que han impactado en los hinchas de los clubes de fútbol de la ciudad. La información empírica individual y los grupos focales han complementado la investigación etnográfica acerca de la cultura futbolística de Manchester. De este modo, ha sido posible desarrollar – tal vez de manera privilegiada y ciertamente “comprometida”– una perspectiva analítica desde la que se consideran asuntos sin resolver estructuralmente como lo son los “hábitos” de la cultura futbolística de Manchester. Como investigador, las implicaciones de este tipo de metodologías de observación participativa son algo bien conocido, y en efecto la naturaleza de “inmersión” del proyecto ha sido asunto de reflexiones significativas de principio a fin. El alcance y rango de este artículo restringe el análisis que se puede presentar acerca de los asuntos estudiados, más bien remite a ofrecer una breve justificación metodológica. El proyecto de investigación está centrado fundamentalmente en aspectos culturales, en los significados, valores, acciones y discursos, aunque en un entorno influenciado por muchos otros factores estructurales que podrían ser objetivamente tratados desde una perspectiva más individual. Por lo tanto, una clave objetiva de la investigación ha buscado proporcionar un enfoque hermenéutico de las respuestas culturales acerca de transformaciones más amplias. Siguiendo los preceptos de Gadamer e incluso los de Rorty, Foucault y Bauman, esto para documentar en un sentido signifi247

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cativo las implicaciones existentes para aquellos que viven dentro de la cultura local, es necesario experimentar con ellos desde una perspectiva anclada (Blackshaw, 2005). Simultáneamente se produce una transición del participante al investigador y viceversa, circunstancia que ciertamente genera problemas que requieren reflexiones explícitas, los puntos de vista culturales y naturalmente los que están incluidos en este tipo de posturas deben ser vistos tanto como un fuerte argumento justificador cuando se elaboran las criticas metodológicas del caso.

El contexto En mayo del 2005 el empresario norteamericano Malcom Glazer se convirtió en el accionista mayoritario del Manchester United Plc, muy a pesar de la opinión de muchos de los hinchas y accionistas del club. En solo dos meses compró más del 98% de las acciones de la compañía, y como nuevo dueño del club rápidamente lo retiró del mercado de valores, forzando con ello una compra obligatoria de los remanentes de los accionistas “disidentes”. El Manchester United había estado en el mercado accionario en 1991, y había existido como un club de fútbol de propiedad privada desde su formación en 1878. Muchas preguntas se hicieron públicamente en esos 14 años a la empresa, particularmente a lo que se vio como un conflicto inherente entre los intereses de quienes ven al club de fútbol como algo de interés común, y quienes lo ven públicamente como una empresa con obligaciones de producir beneficios y dividendos para los accionistas (Conn, 1997; Brown y Walsh, 1999). Los accionistas comunitarios –los hinchas del club– nunca tuvieron nada más que apuestas emocionales en el club hasta que la oportunidad de comprar se presentó Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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de manera tangible en el club. Sin embargo, asegurar algo más que una participación accionaria, probó más allá del alcance financiero de la mayoría de los hinchas, quienes en conjunto no vieron sus acciones más que en recuerdos, certificados y oportunidades de asistir a la empresa AGMs. En octubre de 1998, la radiodifusión satelital del barón de los medios Rupert Murdoch de la compañía BSkyB lanzó la oferta de adquisición por el club que fue eventualmente bloqueada por los Monopolios y la Comisión Mergers, tras la presión de la bien organizada campaña de los hinchas independientes quienes hicieron lobby al MPs a fin de desafiar al movimiento por motivos de competencia injusta (ver Brown y Walsh, 1999). Los hinchas más politizados del Manchester United, principalmente por la vía de la asociación de hinchas independientes del Manchester United (IMUSA)2 de manera independiente produjeron los fanzines Red Issue y United We Stand, para oponerse vehementemente a cualquier adquisición del club. Ellos veían constantemente su status de PLC como algo lejano y parte de una perfecta situación, ellos veían con temor las motivaciones de todo aquel que buscaba llevar al club a manos privadas y alejarlo de la responsabilidad pública. Siguiendo el miedo de la oferta de Murdoch, los hinchas se vieron urgidos de comprar acciones del club y confiárselas a los Shareholders United3–una organización conformada por hinchas 2

IMUSA fue formada en 1995 como una campaña independiente, reúne un amplio espectro de problemáticas relacionadas con los apoyos de las hinchadas por aquel entonces. 3

Su aumentó sus intentos por movilizar las acciones de valores de los hinchas en el periodo en que Murdoch intentó realizar la posesión del club en 1998, bajo el nombre original Shareholders United Against Murdoch (SUAM).

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con el objetivo de reunir la participación de los hinchas propietarios y darles el poder necesario para bloquear cualquier intento futuro de adquisición, y con la ambición de estar en una posición de darle control accionario a los hinchas, convirtiendo de este modo al Manchester United en un club de fútbol democrático constituido por sus hinchas como propietarios. A pesar del alto valor alcanzado en el mercado por la compañía, y pese a que muchos hinchas se unieron al club como accionistas (había alrededor de 32.000 accionistas individuales en el momento en que Glazer hizo su postulación de compra accionaria), los hinchas asociados no estaban en condiciones de poder prevenir la compra de Glazer. Aunque hubo un alto número de demostraciones de alto perfil que desde octubre de 2004 cuando la opción de compra se volvió un hecho altamente probable, mantuvieron el tema en los medios de comunicación otorgándole apoyo generalizado a la hinchada del club, aún así ello no impidió que Glazer ejecutara su compra. Hubo protestas y marchas afuera del Old Trafford, en los días de partido se exhibieron pancartas, trapos y se cantaron consignas que expresaban que los hinchas no permitirían la venta del club. “United, United no está a la venta” fue el estribillo general, junto a las pancartas, trapos y folletos en los que se leía el mensaje “Sin clientes no hay beneficios”, se instaba a los hinchas a efectuar un boicot a la idea del club como mercancía. Una efigie de Malcom Glazer quemada afuera del Old Trafford no les dejó duda a los observadores el tipo de bienvenida que le esperaba al nuevo dueño del equipo. Lejos del estadio hubo protestas, la hinchada rodeó, instigó y presionó las tiendas de Nike, Vodafone y Ladbrokes pertenecientes a los patrocinadores del equipo y ubicadas en el centro de la ciudad, irrumpieron en una reunión de los ejecutivos de la UEFA en la ciudad de Manchester para cuestionar la nueva Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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organización administrativa, y Manchester seguía adornada con calcomanías con el slogan: “Amor a United, odio a Glazer”, frase que se ha convertido en omnipresente del discurso de la hinchada. Aunque al parecer la mayoría de los hinchas del Manchester United han estado en la oposición, una vez se posesionó el nuevo dueño muchos no vieron el sentido de seguir protestando contra los nuevos dueños del club, y el punto de vista que primó fue el de conservar el tradicional lugar de una hinchada que apoya a su equipo de futbol sin importar el tipo de dueño que se tenga.

“United, United no está a la venta” ...

“Sin clientes no hay beneficios”

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El estatus de propiedad privada ha sido, después de todo, el estado que el club había tenido durante gran parte de su historia, y ciertamente a partir de los años sesenta del siglo XX los dueños del club habían cortejado con regularidad la controversia y habían estado lejos de obtener el apoyo popular de los hinchas del United (véase Crick, 1989; Conn, 1997).

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De la misma manera, los hinchas de Gran Bretaña nunca habían tenido una representación democrática clave en lo relacionado con los procesos de decisión, de modo que, podría decirse que se había desarrollado una especie de cultura de dependencia fatalista hacia sus equipos, que simultáneamente empoderaba a los clubes a explotar y disfrutar de las “audiencias cautivas” (Conn, 1997). Sin embargo, la experiencia de los años recientes produjo formas más politizadas y frecuentemente con elementos más militantes ente la hinchada del Manchester United, muchos de esos hinchas no tenían intención de continuar en ese rol de servilismo bajo lo que ellos denominaron la ocupación de su club por parte de Glazer.

Fútbol inglés y capitalismo global Como parte de una industria, e incluso de una nación, cuya estructura e intereses están explícitamente relacionados (podría decirse que son motores de dicha relación) las dinámicas de flujo de capital el club de fútbol Manchester United ha llegado a ser considerado una mercancía, es decir, empezó a ser visto como un commodity, y ha empezado a ser tratado de ese modo. Dicho commodity se ha construido desde una idea relativamente borrosa de comunidad o de cultura, y ambas, a su vez, están direccionadas y construidas en vías opuestas, desde las lógicas de una ideología capitalista global muy “dura”, que parece muy difícil de manejar para quienes ven al Manchester United como un fenómeno con el que se puede aumentar su fortuna. Dentro de esta globalización, el entorno corporativo y mercantilizado, así como las nociones de identidad local, capital cultural y autenticidad se han convertido cada vez más en objeto de escrutinio en el discurso de los hinchas del Manchester United, Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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quizás no sorprenda en este momento, cuando estos valores son vistos como los más amenazados. Los cuestionamientos a la identidad de los hinchas, así como a su credibilidad no es algo que sólo haya ocurrido en la coyuntura en la que la saga Glazer se posesionó en el club. La popularidad del fútbol inglés aumentó y refundó una nueva credibilidad dentro de un espectro social mucho más amplio durante los años noventa del siglo XX lo que interrumpió las nociones tradicionales de cultura futbolística inglesa, e indudablemente puso las bases sobre las cuales el juego se convirtió en una industria digna de atención a los ojos de inversionistas como Malcom Glazer. De hecho, fue este creciente valor del fútbol inglés como producto lo que convenció a Rupert Murdoch para realizar en última instancia su apuesta por el Manchester United en 1998 un equipo que por entonces estaba condenado al fracaso. Comprender este episodio de la reciente historia del club es crucial para entender la cultura de su hinchada, tanto la que existe desde entonces como la actual, así como para comprender mejor las reacciones que hubo entre los hinchas del Manchester United en el 2005 ante la posesión de Glazer.

Identidad local Tradicionalmente, los clubes de fútbol han estado vinculados tanto a espacios físicos como a sitios simbólicos, una evidencia de ello son sus nombres los que en pocas ocasiones adoptan los nombres de las ciudades o pueblos donde se crean y funcionan. Aunque existen estudios en los que se muestra que algunos clubes de fútbol han conseguido hinchas de fuera de sus lugares de procedencia, frecuentemente esto sucedió en las primeras décadas del siglo 253

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XX (Mellor, 1999), ciertamente en el Reino Unido existen pequeñas dudas acerca del ambiente contemporáneo que se vive en el fútbol, y especialmente en la cima del nivel del juego inglés, lo que ha sido tema de debate en lo referente al rol de los clubes de fútbol como símbolos representativos de identidades locales tradicionales. Esto ha sido especialmente exacerbado a la luz de varios clubes que han aumentado sus aspiraciones de globalización (Brown, 1998; King, 1998; Giulianotti, 2002; Crabble and Brown, 2003), lo que ha empujado al fútbol inglés a estar al frente del proceso de mercantilización de este deporte desde la primera etapa de la década del noventa del siglo XX (Conn, 1997). Durante este tiempo, el fútbol ha emergido como el deporte más globalizado, particularmente por el tipo de relaciones que ha establecido con los medios y las tecnologías de comunicación globales. Estas tendencias globalizadoras han creado nuevas audiencias local, nacional y globalmente. Esto inclusive ha causado dislocaciones de lo que era “tradicional” (i.e., desde hace mucho tiempo y/o de manera local) en cuanto al el sentido de identidad propia de los hinchas con relación a sus clubes de fútbol (Brown, 1998; King, 1998; Brown y Walsh, 1999), un modelo identificado por la taxonomía elaborada por Giulianotti (2002) para identificar las identidades de los “tipos” de hinchas. Entre estas formas tradicionales y nuevas de consumir el fútbol, las nociones de localidad y de ciudad, se juega el lugar de la cultura popular. Frecuentemente, las nociones de autenticidad –que en el caso de Manchester se vincula fuertemente con un sentido de pertenencia a la ciudad– están muy mediadas por los medios y la mercantilización cultural, de modo que son elevados y potencialmente cuestionados de amplias y múltiples maneras las nociones de globalización, sus características y sus consecuencias. Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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El contexto futbolístico de Manchester Una manifestación particularmente clara en este contexto es la concerniente, evidentemente, compleja y frecuentemente incompatible relación entre las imágenes públicas y las políticas corporativas de los dos principales clubes de fútbol de Manchester. Unidos son reconocidos como los líderes en este campo y el club es abiertamente vendido como una marca global. El Manchester City ha empezado a ser mucho más una mercancía de operaciones globales – parcialmente evidenciado por el movimiento que se ha realizado desde su tradicional calle Maine, conocida como su “casa” a una nueva sed, mucho más benéfica y compleja financieramente – así como sucedió en el 2007 con la toma de posesión de la firma tailandesa Thaksin Shinawatra PM. Simultáneamente, City continúa explicitándose como una marca del club “local” y tradicional de Manchester. Vale la pena enfatizar de nuevo que la hinchada del Manchester United había percibido su identidad local y su cultura tradicional bajo amenaza mucho antes de que Glazer tomara posesión de su cargo. Como ya se mencionó, durante los años noventa del siglo XX hubo transformaciones en el fútbol inglés que, en forma extrema, lo comercializaron; acciones que fueron parte esencial del Manchester United y que condujeron a fuertes críticas y debates hacia el club incluso desde su propia hinchada. Mientras se estaba disfrutando del periodo más exitoso en la historia del club, se produjo un cisma imaginario en las mentes de muchos de los hinchas del United y entre el equipo y quienes dirigían y controlaban el club, por lo tanto, la frase usada entre los hinchas de cultura independiente “ama al equipo-odia al club” estuvo muy bien empleada (King 1998; Brown 2004). Como el más apoyado, el más conocido, y durante este tiempo el más exitoso club en térmi255

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nos deportivos y comerciales, Manchester United se auto fundó como el centro de la mayoría de los debates relacionados con el estado del fútbol en Inglaterra. Como hinchas del club, que era tan amado como odiado, estos aficionados se convirtieron en blanco de las burlas de las hinchadas rivales y de algunas de las secciones de los medios de comunicación. Muchas de las burlas, que frecuentemente eran de desprecio, se centraron en el sentimiento que sostenía que los hinchas del Manchester United carecían de autenticidad, su credibilidad como hinchas leales del fútbol empezó a ser cuestionada, especialmente en lo relacionado con las nociones de localidad. Los hinchas del Manchester United que no vivían en Manchester fueron objeto de burlas, y el estereotipo más común empezó a sostener que los hinchas del Manchester United eran de cualquier parte que no fuera Manchester, la idea se difundió y aceptó sin inconvenientes en el mundo cultural futbolero y más allá de él. En la cultura inmediata del Manchester, el enfoque sobre lo local fue muy intenso, los hinchas rivales del Manchester City regularmente reclamaban la “propiedad” y “pertenencia” a la ciudad. Cánticos como: “vienes de Manchester?” fue lo que regularmente se escuchó en las voces de los hinchas de la ciudad en los partidos del campeonato entre los dos clubes (este canto se convirtió en la muestra de la mayoría de los rivales en los partidos contra el Manchester United). También se efectuaron burlas referidas al amplio apoyo que se le daba al United en el extranjero. Por ejemplo, los aficionados del City se burlan cantando “eres el orgullo de Singapur”, y ello se volvió un tema regular en el discurso de la hinchada, en las canciones que se cantaban en el estadio, en las bromas de los bares hasta en los artículo y cartas de los fanzines, tanto como en los medios de comunicación más convencionales (Crabbe and Brown, 2003; Brown, 2004). Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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Recientemente, las iniciativas de mercadeo oficial del Manchester City han resaltado los reclamos efectuados or parte del club que acreditan su autenticidad, tendencia que se destacó en la campaña del 2006, la que consistía en un despliegue de vallas publicitarias ubicadas alrededor de Manchester donde se leían los slogans: “Esta es nuestra ciudad” y “Manchester Real” contrastados con los colores del club urbano (Burrell, 2005). Como parte de la respuesta de este tipo de “ataques” contra la credibilidad y la autenticidad de la hinchada del club y de los manchesterinos, los hinchas del Manchester United fueron vistos como individuos que buscaban reafirmar y reevaluar su identidad local (King, 1998; Crabbe and Brown, 2003), esto fue así, en parte por la re-intensificación de su rivalidad con el City, lo que fue una reacción descrita por Brown como una variante asociada con el concepto de Appadurai (1996) según el cual “crear una diferencia cultural con el ‘otro’ ” tanto como con el concepto de Robertson (1992) según el cual se trata de trabajar en la resignificación de la “glocalización” (Brown, 2004, p. 8).

Globalización, mercantilización y la disputa por la propiedad cultural La globalización del fútbol inglés, y particularmente la del Manchester United, ha tenido claramente un impacto significativo no sólo sobre la comercialización adoptada por el tipo de “producto”, también ha incidido en los “consumidores” operando en sus complejas dinámicas de hinchar y en la cultura de apoyar a sus equipos, mucha de la que está basada en nociones de identidad local. Irónicamente, el club, que ha sido visto como un sujeto de vanguardia en la globalización del juego, y cuyos hinchas se han ridiculizado cotidiana y rutinariamente como ejemplo de lo no-local, el rostro de lo no auténtico de la cultura futbolística globalizada es el Club 257

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donde parece haber existido la oposición más vehemente a este tipo de transformaciones. La feroz campaña de resistencia de los hinchas del Manchester United contra la compra del equipo en 2005, y la resonancia cultural que dejó, no puede simplificarse a una mera batalla entre “lo local” y “lo global”. Este caso representa un ejemplo intrigante de las dificultades enfrentadas cuando una forma de cultura local se convierte en un asunto de intereses comerciales globalizados, y de cómo la identidad local se convierte, al mismo tiempo, en un asunto amenazado y revitalizado por la exposición a las fuerzas mundiales. La oposición contra la compra del Manchester United por parte de su hinchada, y más específicamente la búsqueda de su alma sin precedentes que muchos experimentaron a raíz de esa compra, ha provocado nuevas dinámicas culturales entre los hinchas del club. Este tipo de reflexiones individuales y colectivas, como las describe Giddens (1994) muestran como la globalización puede fomentar la construcción de una mayor conciencia sobre algunos antiguos y subconcientes aspectos de formación identitaria, lo que ha conducido, a cuestionar algunos de los elementos fundamentales de los valores y miradas de los hinchas. Los debates emocionales han sido desarrollados por las personas y en las imprentas; y han forzado a los hinchas a preguntarse a sí mismos qué es lo que los une cuando expresan sus lealtades al club. Por lo tanto, los hinchas examinan detalladamente lo que sentían hacia el valor relativo que pusieron a todos estos aspectos del “club”, incluyendo los dueños, los jugadores, los dirigentes, el estadio, la historia del club, la ciudad, los hinchas, las canciones, los rituales, la camaradería, las rivalidades, las experiencias compartidas y las herencias familiares. Los hinchas han reflexionado sobre el tipo de relación que ellos desean con su club, de modo Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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que, para muchos el poder entre los dueños y los hinchas, lo que previamente no había sido un asunto por mencionar como lo era el asunto de los productores y los consumidores, se fue convirtiendo en un problema de primer orden. Para muchos, la respuesta a este tipo de problemas significó que no se podía seguir poyando al club de la misma forma que se había hecho previamente. Algunos renunciaron a seguir asistiendo a los partidos, mientras que otros decidieron seguir asistiendo, pero evitando financiar al régimen de Glazer hasta donde les fuera posible, restringendo los gastos a la compra de sus entradas, o tal vez sólo asistiendo a los partidos jugados fuera del ámbito local. Para la mayoría, no había que realizar una decisión — sin hablar de los problemas de quienes adquirían y se adueñaban del club, de la deuda y de los accionistas—, los hinchas nuevos continuaron asistiendo al Old Trafford desde la compra de Glazer. Para quienes habían decidido dejar de asistir a los partidos, el plan inicial para mantenerse visibles y para hacer escuchar sus protestas contra los nuevos dueños fue rápidamente algo discontinuo no sólo por la apatía de muchos hinchas, sino por los inesperados niveles de hostilidad que algunos hinchas imprimieron a esas protestas. Como alternativa, los protestantes debían idear medios menos conflictivos para que sus voces de oposición quedaran registradas, ello a fin de no provocar altercados desagradables entre los hinchas, ni para motivar las divisiones inseparables entre la hinchada del club. Una dinámica interesante y controversial en la cultura del fútbol local de Manchester fue el resultado de esas divisiones, en la forma del FC United de Manchester — un club configurado por el desencanto y la marginalización de los derechos asociados con la situación del Manchester United—. Formados en la imagen 259

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del club, los hinchas querían que el Manchester United fuese, un nuevo club dirigido democráticamente, en el que cada miembro tuviera igualdad de voz para sugerir como debía ser su dirección. Su constitución (votada por 4.000 miembros fundadores, tanto como por los miembros de la Junta, el nombre del club y la cúpula) estableció una visión de un club de fútbol fuerte, con lazos orgánicos con la comunidad en el que nunca habría un interés por anteponer las preocupaciones comerciales sobre las de los hinchas que apoyaban al equipo en cada partido. A partir de las divisiones en grupos de diez de la Liga Premier Inglesa, el FC United clamó por proporcionar una experiencia futbolera regular y accesible para aquellos hinchas del Manchester United que entonces rechazaban, o no podían pagar para asistir a los partidos en el Old Trafford, aunque muchos de los que asistían a los partidos de la FC United seguían hinchando activamente al Manchester United. Para aquellos hinchas que boicoteaban cualquier apoyo al Manchester United, la retórica de “amor al equipo, el odio al club” se ha ido transformando en formas más complejas, de modo que, para muchos, la mirada de “amor a la historia, odio al presente” se ha vuelto más precisa. Para ellos, es de esta manera es como se han moldeado los recuerdos compartidos, los que se han vuelto como bonos con los que se puede ver el espíritu “intangible” o el “alma” del Manchester United, lo que ha legitimado su decisión de romper el hábito cultural de toda la vida.

Bienes culturales y regulación El nivel de sentimientos entre los hinchas del Manchester United concerniente a lo que ellos continúan viendo como la amenaza a su identidad cultural, plantea importantes interrogantes Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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en términos de cómo las instituciones culturales y las prácticas pueden seguir siendo protegidas. Aunque el sistema legal y político en el que opera la industria del fútbol inglés en gran medida impide las intervenciones en lo que se considera asuntos de índole privada, existen algunas áreas en las que el gobierno o las regulaciones gubernamentales previenen que el fútbol u otros “activos” queden a merced total de la economía de mercado. Temas como los niveles de endeudamiento, la solvencia financiera, el acceso público y los acuerdos televisivos están exentos de regulación en varios de los reglamentos, de hecho el intento de compra del Manchester United por parte de la BSkyB de Rupert Murdoch en 1998, fue bloqueado por los monopolios y fusiones de la Comisión Merger bajo el argumento de la competencia desleal, aunque el hecho fue mucho más revelador sobre lo que estaba sucediendo con la industria televisiva que con el futuro del fútbol (Brown and Walsh, 1999). Existen, ocasionalmente, acciones realizadas para proteger lo que es visto como un activo de la cultura o el deporte nacional, aunque en el caso de la compra efectuada por Malcom Glazer, no hubo procedimientos regulatorios ni sistemas que impidieran la acción, en últimas, se trató de una transacción perfectamente legal. Y cualquier efecto adverso ocurrido entre las partes involucradas no era parte de las preocupaciones de la Asociación de Fútbol, la Premier League, UEFA, FIFA o el gobierno inglés. De hecho, la única organización que declaró algún interés en el proceso relacionado con la intervención fue la Liga de Fútbol Nacional Americana quien expresó su interés con relación a que los dueños de los Bucaneros de Tampa Bay, la familia Glazer estuviera posiblemente jaqueando la estabilidad financiera de uno de los clubes miembros al comprometer demasiado capital en la nueva aventura empresarial (Griffiths, 2005).

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Existe, hace relativamente poco, un área de regulación en el fútbol inglés, con la que se habría prevenido la oferta pública de compra tanto de Murdoch como de Glazer, y con lo que de hecho se habría impedido la comercialización en bolsa del Manchester United, es la ya desaparecida regla 34 de la FA. Esta regla esencialmente prevenía a los clubes de fútbol ser empleados para hacer dinero por inversionistas, pues limitaba el pago de las utilidades, algo con lo que se preveía como una amenaza potencial para el juego, y al papel que este tenía para la comunidad en términos generales, cuando fue introducida por la Asociación de Fútbol a finales del siglo XIX (Conn, 1997). Casi por 100 años, los clubes de fútbol fueron regulados para proteger a sus comunidades de los accionistas y de las amenazas de las fuerzas del mercado, de modo que se “garantizaba que los clubes se mantuvieran como instituciones deportivas” (Conn, 1997, p. 41). El club de fútbol Tottenham Hotspur, sin embargo, evadió la regla 34 en 1983 por la reestructuración interna que se produjo e hizo del club de fútbol un simple subsidiario de una compañía filial mucho más grande, la que, por cierto, no estaba técnicamente sujeta a las reglas de la FA. La aquiescencia de la Asociación de Fútbol al permitir el no cumplimiento de esa regla tan fundamental por parte de uno de los clubes de fútbol miembros de la Asociación permitió al Manchester United ser el siguiente en la serie en 1991, cuando como con un Plc fue capaz de pagar altos dividendos a sus directivos después de haber jugado a la bolsa de valores. La omisión de la regla 34, y más puntualmente la voluntad del gobierno deportivo para permitir que los clubes de fútbol sean tratados como mercancía con una clara preocupación comercial a expensas de los intereses de la comunidad de base que es más cultural, crearon el ambiente en el que Malcom Glazer fue capaz de comprar el Manchester United, y montó al club con una deuda de Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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cerca de medio billón de libras, a pesar de la abrumadora oposición de los hinchas del club, tanto como de la fugaz oposición de los directivos y empleados del club. El verdadero miedo de los hinchas desde entonces es que el club, opere sin un esquema de rendición de cuentas pública y que dentro de ese esquema pueda parecer como una industria con regulaciones transitorias y muy flexibles, en la que el objetivo final sea hacer dinero para sus dueños. Es poco reconfortante que un equipo exitoso como este se vea en la necesidad de ser rentable, particularmente al considerar que los ingresos corrientes más fácilmente disponibles para su explotación son los suministrados por propios hinchas. Para la hinchada del Manchester United, disfrutar de la experiencia diaria de los partidos y apoyar a su equipo siempre ha sido un fin en sí mismo, y sin la regulación que proteja su dominio cultural por largo tiempo, ellos son, hoy por hoy, simplemente las vías mediante las que los propietarios del club seguirán buscando obtener su propio beneficio.

Exposición global, distinción local: ¿de quién es la cultura? “Lo local… es una arena donde los significados de los hábitos de varias personas se entrecruzan, y donde lo global, o lo que parece haber sido local en algún lugar, también ha tenido la misma oportunidad de hacerse a sí mismo en casa. En esta intersección, las cosas funcionan bien por si mismas todo el tiempo, entonces el cambio de este año será la continuidad del próximo. Nos preguntamos, entonces de manera simultánea, que es lo que el lugar hace por la gente, y que es lo que la gente hace por el lugar” (Hannerz, 1996, p. 28)

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En la teoría de la globalización, la interacción entre lo local y lo global ha probado ser un tema controversial y con una compleja particularidad, con viejas ideas de flujos de un solo sentido, en el que lo local ha sido concebido como un simple recipiente pasivo en el que caben todo tipo de asuntos, siendo reemplazable por una perspectiva mucho más multifacética en la que lo local es concebido como un agente de la globalización, y por lo tanto no necesariamente como la víctima que con frecuencia previamente se describía (Robertson, 1992; Hannerz, 1996). Las representaciones de “lo local” pueden también caer en la trampa de impregnar el concepto con cualidades ambiguas como tradición y permanencia (Hobsbawm and Ranger, 1983; Anderson, 1991). El romanticismo por lo local infiere profundidad, o autenticidad, lo que es por contraste ausencia de “superficialidad” global — una inferencia que puede fácilmente proporcionar mala comprensión y simplificación extrema en la mirada. El inconsciente y la naturaleza momentánea de las interacciones entre lo local y lo global debe tenerse en mente al momento de realizar análisis acerca de la vida cultural donde se encuentran los dos bandos, de modo que como infiere Hannerz, no podemos permitir que una cultura local no tenga los elementos que la alimentan. Es claro que, en la cultura futbolística, la creciente exposición a los flujos globales (Castells, 1996) no han tenido un efecto lineal ni unidimensional en la hinchada del Manchester United, mientras que se tomaba más conciencia de los objetivos globales del club, su alcance y popularidad, las peculiaridades de la cultura futbolística local han permitido reevaluar las identificaciones de los manchesterianos. Al mismo tiempo, ellos eran muy conscientes de la importancia de las dimensiones globales de las negociaciones de su club, dado que esto ampliamente les permitía continuar Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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siendo competitivos frente a sus rivales, ambos, local y globalmente. De modo que exhibir la conciencia amplia, o “globalizada” (Robertson, 1992), su identidad local no sólo ha quedado intacta, sino que incluso se podría decir: vigorizada. Sin embargo, los aspectos prácticos de las operaciones globalmente orientadas al Manchester United, junto con transformaciones más amplias en la industria del fútbol, han incrementado las formas tradicionales y locales de apoyar apreciadas por muchos hinchas que resultaban incongruentes con el nuevo y cambiante entorno, o estructura, en la que están actuando. Si bien podría argumentarse que no existía nada inherente entre la cultura de la hinchada del fútbol local que podía ser rechazada, o quizás mucho más apta de serlo por la exposición a las fuerzas globales, las instituciones y las formas estructurales con las que se les relacionan más allá de las culturas locales –como podría ser la “compañía” del club de fútbol y aquellas organizaciones que dirigen el juego– no han mostrado la capacidad o disposición para combinar adaptación y preservación dentro de este amplio entorno. Los intentos por gobernar grupos dirigentes y clubes de fútbol, particularmente en la Liga Premier Inglesa, para adaptar el cambio del entorno en el que ellos operan han tendido a favorecer un acercamiento que acople operaciones del club de fútbol a las formas más provechosas de los mercados de los que ahora hacen parte. Por supuesto, esto no puede ser visto como un intento de hacer lo mejor de la situación en la que ellos mismos están, ya que los beneficios percibidos de las fuerzas del mercado han estado explícitamente detrás de muchos de los avances más buscados en el fútbol inglés durante las décadas más recientes (Conn, 1996). Por lo tanto, la estructura del fútbol inglés ha sido moldeada por sus guardianes para sacar ventaja financiera del mercado global, en 265

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lugar de tener cualquier “valor de mercado” inherente por encima de los competidores más estrictamente regulados. Con motivos más altruistas, muchos hinchas de fútbol han buscado activamente oponerse a la mercantilización y corporativización de sus clubes de fútbol y del juego en general. El ejemplo particular de los hinchas del Manchester United muestra que mientras el atractivo del éxito local, nacional y global se ha mantenido fuerte las preocupaciones más fundamentales relacionadas con el mantenimiento de una cultura distintiva y local de seguidores ha requerido aumentar la hinchada que se opone con mayor frecuencia a los direccionamientos en los que se esta orientando a su club. La falta de poder de la hinchada en este tipo de preocupaciones ha llevado a muchos a cavar más profundamente, a cuestionar la naturaleza de sus identidades culturales, afiliaciones y relaciones. Para aquellos hinchas, sostener ideologías fuertemente relacionadas con los derechos de propiedad comunes de una institución local tan importante los ha llevado a considerar el tradicional supuesto según el cual los hinchas deberían tener un papel sumiso en su relación con los clubes de fútbol. Las preocupaciones de los hinchas, ignoradas por mucho tiempo, han empezado a estar más motivadas políticamente, con un resentimiento creciente hacia los encargados de supervisar el desarrollo saludable del juego. Si los guardianes del juego no están dispuestos o son incapaces de proporcionar la tutoría y la directriz moral que los hinchas anhelan, entonces ellos se convertirán más en simples consumidores si ellos desean alterar el curso actual que se está tomando. La democracia de la hinchada es sin lugar a dudas un problema en crecimiento en el futbol inglés, y el ejemplo del FC United representa algo nuevo, en ese sentido el número de hinchas de uno de los clubes de fútbol más “globales” sienten fuertemente que su club Trans-pasando Fronteras, Núm.13, 2019. Cali-Colombia ISSN 2248-7212 • ISSN-e 2322-9152

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ha empezado a dislocarse —al menos espiritualmente— de sus raíces locales tradicionales, que se habían hecho lo que previamente se consideraba impensable y formaron su propio club. Estos hinchas fueron capaces de “salirse” de los roles tradicionalmente definidos y alteraron sus perspectivas en lo que constituye “el club de fútbol” en aras de mantener una lealtad inmaterial a su club, y, de hecho, a fin de re-fundar su apoyo mediante la formación de una “re-ubicación” material para el ahora inaccesible (tanto financiera como éticamente) Manchester United. Este “estado alterado” de identificación ha tenido implicaciones no sólo relacionadas con la perspectiva de la “identidad local”, sino también con el compromiso político, en ello los hinchas –a través de su experiencia con las fuerzas del mercado impactando negativamente en sus vidas culturales– han sido también capaces de construir puntos de vista mucho más críticos acerca de los problemas de las cargas políticas y del poder de la propiedad, el consumo, la responsabilidad y la regulación.

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RESEĂ‘A Lima y Santiago de Chile, separados por una guerra, unidos por un balĂłn



Lima y Santiago de Chile, separados por una guerra, unidos por un balón Sonia M. Jaimes1 sonmil@gmail.com VV. AA. Amistad sin fronteras. La historia de la amistad entre el ColoColo de Chile y Alianza Lima del Perú., Avalancha Ediciones, Lima, 2017.

En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se lee: Semblanza: 1. f. Retrato o bosquejo biográfico de una persona; 2. f. desus. Semejanza o parecido entre varias personas o cosas. Amistad sin fronteras es justamente eso, una semblanza, de múltiples niveles, que en cuatro capítulos y varios anexos fotográficos y artísticos –elaborados por 18 personas entre autores, fotógrafos y diseñadores gráficos–, presentan bosquejos biográficos del Colo-Colo y Alianza Lima, dos escuadras futbolísticas emblemáticas para dos naciones: Chile y Perú.

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Maestría en Historia de la Universidad Nacional de Colombia y candidata a Doctora de Historia en la Universidad Andina Simón Bolívar.

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Las pinceladas biográficas de estos equipos son el pretexto para explicar las transformaciones en la semántica política chileno-peruana, cuyas identidades fronterizas se han tejido, históricamente, desde las lógicas de la legendaria Guerra del Pacífico (1879-1884). Aquel conflicto le sirve al peruano Alonso Pachuacho Portella, comunicador y especialista en estudios culturales, para acercarse –en el primer capítulo– con un enfoque sociológico a explicar las formas como el fútbol sirvió para re-semantizar la política internacional, mostrando que esta no sólo ha sido acción gubernamental. De modo que nos invita a pensar el deporte como escenario político, en el que se pueden mediar intereses económicos y se puede pacificar las emociones de sectores no gubernamentales como lo son las empresas, así como las de algunos de sectores sociales, cuya cotidianidad no está en la gobernabilidad de una ciudad o un país. Simultáneamente, el autor, nos invita a observar – implícitamente– cómo el Estado peruano le dio continuidad al proyecto modernizador, iniciado en los años veinte del siglo XX, con el que ha buscado transformar las prácticas de vida y consumo de los sectores populares, indígenas y no indígenas2; de manera que el fútbol también puede leerse como un elemento de modernización sociocultural con el que se han tejido los gustos de obreros, mujeres, niños y en general de los pobladores urbanos de un país cuya trayectoria histórica ha apropiado, moldeado y modelado el capitalismo haciéndolo particularmente suyo. En este contexto, el fútbol se convirtió no sólo en la bandera de la paz para dos naciones, pues en los juegos estuvieron como 2

Paulo Drinot, The Allure of Labor. Workers, Race, and the Making of the Peruvian State, Duke University Press, 2011.

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anfitriones los gobernantes de turno, también sirvió para que los periódicos peruanos de finales de la década del veinte comparasen el estilo futbolístico de ambos equipos. Al peruano se le calificó como un juego estilizado, técnico y habilidoso; en oposición al estilo chileno, dominado por fuerza, velocidad, pases largos y la tosquedad de tipo británico.

“... Al peruano se le calificó como un juego estilizado, técnico y habilidoso; en oposición al estilo chileno, dominado por fuerza, velocidad, pases largos y la tosquedad de tipo británico.

Con estas semblanzas, los cronistas peruanos en 1929 afirmaban que el chileno no era un mejor futbol respecto al peruano, y que los goles alcanzados por Alianza Lima eran la esencia de un estilo de juego nacional, autóctono, desarrollado en los terrenos del país. Más allá de las descripciones del encuentro mítico de 1929 entre Colo-Colo y Alianza Lima, lo que A. Pachuacho Portilla muestra es que el fútbol sirvió para construir al nuevo sujeto popular del siglo XX; idea que sugiere caminar hacia futuras investigaciones cuyo objeto sean otros equipos

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y claramente otras décadas. Asimismo, el enfoque lacaniano –el inconsciente está estructurado como lenguaje– encapsulado en algunos acápites del texto, nos invita a pensar las tramas emocionales y lingüísticas con las que se han tejido históricamente las rivalidades, enemistades, amistades y solidaridades en las canchas. En la segunda parte del primer capítulo, el historiador chileno Sebastián Salinas, presenta la semblanza, escrita casi como crónica deportiva, de los partidos jugados en 1933 entre los dos equipos. En este apartado, S. Salinas logra poner en contexto de la coyuntura económica, asociada con la crisis mundial, las dificultades internas del Colo-Colo, no sólo a escala financiera, sino sobre todo en el plano futbolístico. Acá se muestra el trasegar, del Colo-Colo, la forma de enfrentarse a equipos italianos y peruanos, en pro de mantener su nombre y forjarse como el equipo nacional chileno. Se hace lo propio con la trayectoria del Alianza Lima, dando más peso a las figuras heroicas que integraban el equipo, como lo fueron los hermanos Arturo y Teodoro “Lolo” Fernández. En el segundo capítulo, los peruanos Aldo Panfichi y Víctor Vich, el primero doctor en sociología y el segundo en literatura, presentan la crónica del 8 de diciembre de 1987, cuando en un accidente aéreo ocurrido en las costas de Ventanilla fallecieron los integrantes de la escuadra Alianza Lima. La tragedia se pone en contexto, dando así cuenta de la situación política y económica que vivía el Perú a fines de la década del ochenta del siglo XX. Este hecho se convierte así en el mito de los orígenes que ratifica no sólo la existencia de un club de fútbol, sino que visibiliza lo popular desde sus tensiones, precariedades, emocionalidades, solidaridades barriales y los rasgos de la cultura obrera limeña. La tragedia además sirve para tejer múltiples interpretaciones sobre la religiosidad, la espiritualidad y el mundo mágico andino; tanto 275

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como para discutir el lugar de Sendero Luminoso, el narcotráfico y la presidencia de Alan García como factores que configuraban un escenario lúgubre nacional. Para la memoria colectiva, el accidente no fue más que una mascarada para encubrir la corrupción de las fuerzas armadas, así como los nexos del narco con la política nacional, de modo que el accidente fue un hecho más del terrorismo con el que convivieron los peruanos en aquellos años. Entre tanto, el tercer capítulo, elaborado por los chilenos Diego Bravo, Juan Carlos Pérez y Carlos Vergara, constituye la mirada chilena de la misma tragedia. En este apartado, los autores muestran como los colocoenses tejieron su solidaridad respecto a su eterno rival. Lo que este capítulo sugiere, es que en los estadios las emociones son solo la espuma del mar, y que a veces como fiesta, a veces como tragedia, el futbol, en realidad, es un espacio para el amor, pues solo ese sentimiento puede tejer al rival.

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“... en los estadios las emociones son solo la espuma del mar, y que a veces como fiesta, a veces como tragedia, el futbol, en realidad, es un espacio para el amor, pues solo ese sentimiento puede tejer al rival.”

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Sonia Milena Jaimes Peñaloza

En el último capítulo, el periodista peruano Martín Roldán Ruiz, recuerda cómo vivió él aquella tragedia. Su recuerdo es complementario a las crónicas precedentes y se enriquece con un apéndice, escrito por los autores del tercer capítulo, quienes, se dieron a la tarea de explicar documentalmente cómo se vivió la tragedia del futbol peruano. Estos recuerdos rebasan los límites de los países andinos, pues se recuerdan y se hacen presentes en Chile Suecia y Suiza, donde la diáspora peruana y chilena se ha encargado de llevar tatuada en la memoria los efectos de la solidaridad, la hermandad de dos rivales futbolísticos históricos. El libro no sólo nos invita a conocer o recordar, según sea el caso, la tragedia de una hinchada, nos abre una ventana a indagar más por las relaciones que se tejen alrededor del fútbol. Este libro- homenaje a una historia de rivales amigos, es una invitación a estudiar el futbol más allá del deporte, nos permite vislumbrar los nexos con la política local, regional, nacional e internacional, con la economía en las mismas escalas. Nos insta a pensar lo popular encapsulado en las canchas. El futbol es mucho más que balones, canchas, jugadores, cuerpo técnico e hinchas. Se trata de un espacio donde la polifonía, las memorias colectivas, individuales y la policromía son partes de una complejidad emocional que sobrepasa el: ¡GOOOOOOLLLLLL!

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Este libro se terminรณ de imprimir y encuadernar en Abril del 2019 en los talleres de Carvajal Soluciones de comunicaciรณn (cotizaciones@carvajal.com), en la ciudad de Bogotรก, Colombia. En su preparaciรณn realizada desde la Editorial Universidad Icesi, se emplearon tipos Tisa pro en 10/14 y 9,2/13. La ediciรณn estuvo al cuidado de Ana Palma.


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