Presentacion jurado externo rg

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PRESENTACIÓN “La arquitectura es oficio, además de ser bella y pulcro oficio, no es sencilla por sus múltiples variables y por su compromiso con factores varios. Por esto Arquitectura es más que una profesión, ella es aquello que somos y debemos alcanzar mediante nuestro trabajo, estudio y preparación porque coexistimos con aquello que conocemos y aprendemos con ella ejerciéndola, porque hacer arquitectura es sentirla en cada faceta de nuestra existencia con creatividad y compromiso.” RG

Si Hacer arquitectura es apreciarla en cada jornada de nuestra existencia, integrándola en todo espacio de nuestra vida, conociéndola, apreciándola y hallándola en cada croquis, maqueta y planos, es decir en cada expresión de la vida de quien la concibe. Es por esto que permitirme opinar del trabajo de quienes están a punto de ser arquitectos oficialmente ya es una distinción otorgada a quien escribe este texto porque cuando por partida doble los profesores Jorge Gutiérrez y Julio Villabona me invitaron a ser jurado externo en la universidad donde obtuve el titulo de Arquitecto me sentí doblemente elogiado, porque humildemente, esto hace parte del oficio, este trabajo abundante de belleza, de sencillez, de variables infinitas, es como afirmamos inicialmente aquello que nos cimienta, que nos forma, que vivimos cultivándola es nuestro concebir, producto de nuestra emoción materializada en obra. Hablar de un gran maestro, el maestro de maestros de una buena parte de la Arquitectura es mas que un honor, casi un acto de voluntad, sin embargo sirvan estas palabras de José Quetglas para hacernos ver la grandeza de nuestro oficio y la oportunidad que nos brindan al ejercerla:

“Le Corbusier. Quizá, el arquitecto que mejor ha presentado el esfuerzo individual, el estar a la altura de las circunstancias, el enfrentarse a los tiempos en los que toca vivir, como condición, estimulo y objetivo de la existencia humana. Voz personal de un ambiente colectivo. Tratar de comprender a Le Corbusier significa, tratar de comprender lo que puede ser, debe llegar a ser un arquitecto.” Después de estas palabras, es mi compromiso decir que un honor es hablar de tres proyectos y ante todo expresarles con palabras que significa ser arquitecto a quienes comienzan su andadura. Comencemos por arquitecto, etimológicamente Arqui el que esta sobre todo, conociendo su diversidad de factores, los coordina y dirige, entre tanto que Tecto, es la estructuración, estabilidad y la programación de la obra.

Hablando de obra, estabilidad y programación conviene mencionar que al ser período de lluvia sobre un sencillo hombre que un día se encontró la


arquitectura o mejor, que la arquitectura lo encontró a el, para enseñarle a través de personas tan valiosas y valerosas como aquel que mencionamos anteriormente y que nos motivan a descubrir sus secretos, contenidos en su oficio y digamos que es fortuna inmensa para quien encuentra en ella su realización, asume esta responsabilidad, con valentía, fuerza y coraje, es decir con el carácter porque como nos dice el I Ching “si alguien no se preocupa de cosechar cuando llueve, no sabe nada de las formas de cultivo, alguien debe enseñarle algo.” Hoy llueve sobre estos tres católicos y a su vez sobre quienes los formaron en este pequeño gran templo del saber, que así sea siempre. Volvamos a Corbu y recordemos sus palabras cuando nos habla de la ciudad diseñada en la India y del monumento a la mano abierta que diseñó para esta urbe de paz a donde acaso condujo aquella que reinaba en Bogota cuando redacto su plan director y que hoy esta volviendo a toda nuestra nación, “Fue el único gesto político de mi vida: la mano abierta. Es anticomunista, me dijeron, en absoluto, es mano abierta para recibir y dar, es signo de optimismo ante el mundo moderno, catastrófico. Doy la palabra a los otros para solucionar este momento trágico.” [Le Corbusier – 1961] Momento trágico que con nuestras obras y el talento impregnado en ellas convenimos emprender e indudablemente estos tres nuevos arquitectos también lo harán con optimismo y mano abierta. Momento que Le Corbusier abordó en Bogotá, mediante el plan director antes de dedicarse en cuerpo y alma a trabajar en India junto a los arquitectos colombianos Samper y Salmona, expresándonos que “el lado filosófico del proyecto se ve de esta manera: La obra revolucionaria consiste esencialmente en volver al orden aquello que la indiferencia, la incapacidad, el egoísmo, la demagogia han perturbado, descentralizado, vuelto grotesco e ineficaz, hostil al bien público. Es por esto que, a menudo, la obra revolucionaria, se manifiesta por un carácter altamente tradicionalista. Porque reencuentra la raíz misma de las cosas, porque designa de nuevo su verdadero eje. Acá en Bogota, la historia, la geografía, la topografía, la acción del sol, de las aguas, los vientos, etc., han conducido al plan director de tal manera que se respeten las mismas leyes que habían descubierto respetado y seguido los fundadores de la ciudad.” Le Corbusier Preámbulo del informe técnico del plan director Bogotá

Acá en Bogotá nos dice Corbu, hoy en la misma ciudad se ubican estos proyectos, con elementos históricos, geográficos y topográficos que condujeron su plan director y coinciden en este momento con la recuperación y difusión de este plan, quizá no sea casualidad, mejor causalidad.


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