Los viajes del caballero inglés John Breval a España y Portugal

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Los viajes del caballero inglés John Breval a España y Portugal:novedades arqueológicas y epigráficas de 1726

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August(ali) (AE 1954, 16). Ello pienso que atrae nueva credibilidad también sobre esta CIL II 115 ya que, aparte del excelente aspecto de la inscripción, un sevir senior respalda per se la existencia de un sevir iunior, pudiendo tratarse de un procedimiento simple para indicar la antigüedad en el collegium sevirorum. No parece muy sólido el argumento de que se debe sospechar de textos o conceptos porque no estén atestiguados epigráficamente sino sólo por las fuentes (como en este caso los seviri iuniores Mediolanenses, en Apiano, v.c. 32, 2). Otras veces se da credibilidad a supuestas realidades antiguas mucho más difíciles de aceptar, aunque haya de ellas sólo un testimonio epigráfico de origen dudoso, y absolutamente ninguna fuente literaria que las respalde. Esto acaba de ocurrir, sin ir más lejos, con el reciente ejemplo de la para mí inverosímil provincia Transduriana que aparece en unos supuestos edictos de Augusto de El Bierzo del 15 a.C. (cf. amplios status quaestionis en HEp 7, 1997, 378 y 8, 1998, 325, actualizados al año 2002). A esta toma siguió la célebre batalla de Ameixial, 8 de junio de 1663, también bajo el mando de Schomberg y Vila Flor, en la que las tropas portuguesas, auxiliadas decisivamente por contingentes ingleses, franceses y holandeses, vencieron a las castellanas de D. Juan de Austria; la victoria de Montes Claros, dos años después, daría fin definitivo a los intentos de España de recuperar Portugal tras el largo periodo de dominación filipina; en el mismo año de 1665 moría, sumido en la mayor pesadumbre, Felipe IV de España y III de Portugal. De Évora al castillo de Evoramonte hay en realidad unos 30 km, de forma que debería decir 5 leguas cortas. Esto explica que, aparte de Lisboa-Sintra, las ciudades y zonas a las que Breval se refiere con más detalle sean del sur portugués: Évora, Vila Viçosa, Beja y la propia Estremoz. Vila Viçosa fue protagonista de un famoso asedio subsecuente a la recién citada batalla de Montes Claros de 1665, muy valorada en la Historia de Portugal al punto de que ambos sucesos se siguen conmemorando anualmente. «... and well stock’d with all manner of Game...». Aunque en teoría esta frase también pudiera traducirse como «bien equipado para todo tipo de diversiones», he preferido traducirlo en relación con la caza debido al vocablo inglés «gamekeeper» (guardabosque) y a la costumbre de la mayor parte de las cortes europeas de la época (como de otras antes y después) de dedicar este tipo de palacios a las actividades cinegéticas. Favorece esta interpretación el que hoy en día exista en Vila Viçosa, dentro del castillo, uno de los mejores museos de caza del mundo, señal inequívoca de la tradición del lugar. El vedado de caza del palacio de los Braganza del que habla Breval debía de incluir en su tiempo el terreno de los actuales Terreiro y Jardim do Paço, así como el moderno parque llamado, también significativamente, «Tapada Real», cuyo nombre conserva el recuerdo de sus primitivos vallado y privacidad. Hoy este extenso parque es un espacio de ocio público con una pequeña reserva de caza mayor y menor, concursos de cetrería, etc. [INSCRIPCIÓN N.º 9] = CIL II 144, sin citar a Breval. Resende, 1593, fol. 229; 1996, p. 204. IRCP 571. Para la importante serie que sigue, Hübner, que no fue personalmente a Vila Viçosa, indica (p. 17) que le enviaron, afirmando que eran las únicas que todavía se conservaban, cuatro inscripciones (CIL II 130, 136, 138 y 142) redactadas por un Anónimo satis imperito (in fine praef. ad Villaviçosam). Adelantaré ya aquí que Breval prueba que el antiguo templo de Proserpina (de donde proceden los tres epígrafes que siguen) se hallaba fuera de la ciudad, y también que este sitio es el mismo lugar donde Resende las coloca, in aede divi Iacobi in suburbio, mientras Pighio, citado por Hübner en primer lugar, lo pone en Santa María de Gracia, dentro de la ciudad, y Scaliger simplemente ad Villam Vizosam. La iglesia de Santiago se conserva en los

REVISTA PORTUGUESA DE Arqueologia.volume 7.número 2.2004,p.265-364

Alicia M.ª Canto

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alrededores de Vila Viçosa, pero se ha perdido por completo la memoria del templo romano y de su relación con Proserpina. Nuestro viajero pudo ver parte de él, puesto que da el detalle de que era dentro mismo del recinto del templo romano donde se levantaba la iglesia cristiana, lo que indica que quedaban restos suficientes del romano como para distinguir su ámbito primitivo. Esta primera inscripción no presenta prácticamente variantes con respecto a Resende, excepto un C(aius), mejor, en lín. 4 (no así con los otros dos autores antiguos, que dan varios errores). Es evidente, pues, que la vio. En mayo de 1999 se inauguró en los bajos del Castelo, al cuidado de la Fundação da Casa de Bragança, el museo arqueológico municipal, donde deben guardarse algunos de los epígrafes aquí mencionados, cuya fase preparatoria conocí personalmente pero que aún no he podido visitar. [INSCRIPCIÓN N.º 10] = CIL II 143, sin citar a Breval. Resende, 1593, fol. 230, 1996, p. 204. IRCP 570. En este caso Hübner parece otra vez conceder más crédito a Pighio, que equivocadamente dice que estaba también «en el pórtico de Santa María de Gracia» (pero allí estaban las de Endovélico, vid. infra), mientras Resende, como la anterior, que in aede divi Iacobi, en lo que coincide nuestro Breval. En la lectura Hübner no tiene más remedio que seguir a Resende, en vista del PROSIERPIN ‘sic’ que malamente le transmite Pighio para la lín. 3. Pero no Breval, que otra vez se aparta de Resende gracias a haberla visto: en lín. 3-4 el CIL, a partir del eborense, ofrece PROSERPIN /AE, mientras el inglés corta más lógicamente PROSERPI/NAE. En cuanto a la línea 5, la fórmula de Breval es otra vez distinta y la más esperable: mientras en CIL se da S·AN·, nuestro trotamundos inglés una vez más se aparta de todo lo impreso y de sus críticos, ofreciendo un S(olvit) · A(nimo) · L(ibens) · P(osuit) ·, que es, en efecto, la lectura más verosímil (véase la siguiente). En este punto, increíblemente, Hübner da crédito a Scaliger, que lee SAN · L · P, «i.e. san(us), fortasse recte», fórmula que dudo tenga paralelos. La tozudez de Hübner en despreciar a Breval le hizo incurrir aquí en otra mala localización y peor lectura. [INSCRIPCIÓN N.º 11] = CIL II 145, sin citar a Breval. Resende, 1593, fol. 230, 1996, p. 204; IRCP 572 (cf. in fine). Su paradero actual es desconocido. Tenemos aquí otro de los casos en los que Hübner, frente a una inscripción para la que Andrés de Resende es su única fuente (por eso ésta sí la pone «en la iglesia de Santiago, en las afueras»), tiene de inmediato la tentación de declararla falsa (...ut dubitationis ansam praebeat in titulo ab uno Resendio testato...), y ahora sólo porque le extraña el nomen tam singulare de Eunois Plautilla, queriéndose referir, supongo, al cognomen griego Eunois, y ello aunque por entonces ya estaba documentado, al menos una vez en Tarraco (CIL II 4393) y otra en el Piceno, en Hadria (CIL IX, 5031). Encarnação (ibid.) apunta a la misma extrañeza de los dos cognomina. Ahora bien, no siendo lo más común, muchas veces se cita a una persona sólo por su cognomen, mientras que el significado de Eunois («benevolente, simpática») permite considerarlo como un apodo o supernomen, en sentido quasiadjetival, siendo su cognombre único Plautilla, por lo que me inclino. El sentido podría ser perfectamente, e incluso mejor, «por haberle devuelto a su esposa, la amable (o buena, simpática) Plautilla». En todo caso, el testimonio de Breval nos confirma la inscripción y la lectura, y nuevamente prueba que no copia de Resende, pues da una variante más lógica: mientras Resende, y de él el CIL, dan SIL/VINVS en lín. 3-4, nuestro erudito leyó SIL/VANVS. Lo que, incluso aunque fuera una lectura suya incorrecta (lo que no podemos comprobar, por estar ya perdida), como mínimo demuestra que tampoco aquí Breval estaba copiando servilmente (como afirmaron Hübner y Mommsen) de la que por entonces era la única fuente impresa existente, Resende. Por otro lado, la lectura del inglés es estadísticamente más probable que la de Resende/ CIL/IRCP pues, aparte de existir el cognomen en la misma ciudad

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