Temple N° 1

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Número

Junio 2021

Órgano de la Dirección Nacional de la Juventud Comunista de Bolivia

formación y disciplina para garantizar la victoria del proletariado

Lenin a las Juventudes Comunistas

El deber de ustedes no es sólo el de reunir sus fuerzas para apoyar el poder de los obreros y campesinos campesinos contra la invasión de los capitalistas.

Ustedes tienen que edificar la sociedad comunista comunista

¿Qué es la Juventud Comunista de Bolivia? Pág.

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Disciplina revolucionaria es disciplina consciente Pág.

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Sobre la despenalización del aborto Pág.

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Comunicado por el 68 Aniversario de la Juventud Comunista de Bolivia

l 27 de junio de 1953, hace 68 años, el sector más avanzado de la juventud obrera, trabajadora y revolucionaria de nuestro país funda la Juventud Comunista de Bolivia, destacamento juvenil del Partido Comunista de Bolivia. Este año la Juventud Comunista de Bolivia cumple 68 años organizando a la vanguardia juvenil de nuestro país, entregados a la tarea histórica de superación del capitalismo y construcción del socialismo–comunismo. Desde su fundación, la Jota ha desempeñado un papel de primera línea en las luchas de la juventud boliviana, coadyuvando y promoviendo la organización de los jóvenes en sus distintas organizaciones gremiales. Las primeras federaciones de estudiantes de secundaria y normalistas fueron organizadas bajo nuestra bandera. Así mismo, fuimos constructores de la Confederación Universitaria Boliviana. Bajo la dirección comunista la juventud boliviana combatió con audacia y firmeza a los distintos regímenes dictatoriales que asolaron nuestro país. Muchos de nuestros militantes que fueron dirigentes estudiantiles sufrieron represión, tortura, exilio y muchos fueron asesinados y desaparecidos. Entre ellos podemos destacar a Edilberto Osinaga y Alcides García, dirigentes universitarios asesinados durante el golpe fascista de Banzer. Si hoy existen determinadas libertades democráticas y derechos laborales, es en gran medida gracias a nuestros militantes que dedicaron la vida a la causa revolucionaria que impone la construcción del socialismo, y aún existe mucho camino por recorrer y muchas libertades por conquistar que requieren de la determinación de los comunistas. Estos 68 años de lucha consecuente templaron a nuestra organización hasta convertirla en un referente para la juventud revolucionaria de nuestro país, América Latina y el mundo. El Golpe de Estado de 2019 perpetrado por la oligarquía nativa en conjunción con el imperialismo abrió los ojos de la juventud más consciente de nuestro país, la cual ha encontrado en la Juventud Comunista de Bolivia y su Partido una trinchera de lucha en la cual se desarrollan sus capacidades y energías con el objetivo de transformar nuestra sociedad y comenzar la construcción de una Bolivia socialista. En este contexto nos encontramos en un proceso de reorganización y aglutinación de jóvenes trabajadores, campesinos, estudiantes y desempleados. Las fuerzas reaccionarias en Bolivia se están fortaleciendo, y seguramente asestarán golpes a la democracia en los años venideros, pretendiendo desestabilizar al gobierno actual

sin descartar la posibilidad de otro Golpe de Estado. En este contexto, nuestra tarea inmediata es forjar la unidad popular y organizar a la juventud para derrotar en todos los espacios a las fuerzas reaccionarias. Así mismo, la misión de orden para nuestra organización sigue siendo la lucha por la revolución socialista bajo los principios del marxismo-leninismo, con la clase obrera como guía y conductora de todo el pueblo trabajador. Debemos luchar decididamente contra el revisionismo y sus posiciones contrarrevolucionarias que se esconden bajo nombres pomposos como “socialismo de mercado”, “socialismo del siglo XXI” o “socialismo comunitario”, propuestas que no salen del marco político de la socialdemocracia y que en realidad pretenden perpetuar el actual sistema de explotación de los trabajadores. Estos intentos de alejarse de las bases del socialismo científico para caer en el reformismo o revisionismo con el objetivo de mantener el sistema capitalista intacto ya se han dado hace más de un siglo y fueron ampliamente derrotadas en el ámbito teórico con la cimentación de las bases del marxismo-leninismo y en el ámbito práctico durante el proceso de construcción del socialismo en varios países del mundo. Hoy, esa lucha se renueva, y requiere de la formación profunda y permanente de jóvenes militantes, comunistas entregados a la causa de la emancipación del proletariado y la humanidad. La JCB estará en primera fila por la reorganización del movimiento juvenil comunista internacional y en confrontación abierta contra el oportunismo y el revisionismo, manteniéndonos firmes en los principios del socialismo científico legado por Marx, Engels, Lenin, reafirmando así nuestra convicción de lucha por la construcción de una Bolivia socialista. ¡VIVAN LOS 68 AÑOS DE LA JCB! ¡VIVA LA JUVENTUD COMUNISTA DE BOLIVIA! ¡VIVA LA JUVENTUD TRABAJADORA! ¡HONOR Y GLORIA A NUESTROS CAÍDOS! ¡HACIA LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO – COMUNISMO! 27 de Junio de 2021 Dirección Nacional Juventud Comunista de Bolivia


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Jefe de Redacción Diego Ríos

¿Qué es la Juventud Comunista de Bolivia? Gustavo Baldiviezo Secretario General JCB

Equipo de Redacción: Gustavo Baldiviezo Eduardo Lohnhoff Verónica Castro Ana Molina Equipo gráfico: Sebastián Cuellar

@jcbbolivia templejcb@gmail.com

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a Juventud Comunista de Bolivia tal como lo señala nuestro estatuto orgánico en su capítulo preliminar “es el destacamento juvenil del Partido Comunista de Bolivia, partido cuya misión histórica es la de conducir a la clase obrera, en alianza con los campesinos y otras capas sociales progresistas a la toma del poder”. De aquí es importante extraer y sobre todo no olvidar el objetivo estratégico de nuestro partido, el cual es: la toma del poder político para iniciar con el proceso de construcción del socialismo. Durante la etapa previa de la toma del poder se “La defensa de la colaboración de clases, el abandono pueden construir alianzas con distintas de la idea de la revolución socialista y de los métodos reclases y capas sociales explotadas y volucionarios de lucha, la adaptación al nacionalismo burgués, el olvido de las fronteras históricamente transitorias subordinadas, pero no se debe caer en el de la nacionalidad o de la patria, la transformación de la leerror de subordinar nuestra acción política galidad burguesa en fetiche, la renuncia al punto de vista de a la burguesía ni a proyectos ajenos a los clase y a la lucha de clases por temor a que se aparten “las amplias masas de la población” (léase: la pequeña burgueintereses de la clase obrera ni a su misión sía): tales son, indudablemente, los fundamentos ideológiLenin histórica: la construcción del socialismo- cos del oportunismo.” comunismo. Al ser una organización de la clase obrera asumimos su concepción general del mundo, es decir, el marxismo-leninismo. Adoptamos el método del materialismo dialéctico que tal como lo dice Stalin en su excelente texto didáctico Sobre el materialismo dialectico y el materialismo histórico (1938), “El materialismo dialéctico es la concepción del mundo del Partido marxista-leninista. Llámase materialismo dialéctico, porque su modo de abordar los fenómenos de la naturaleza, su método de estudiar estos fenómenos y de concebirlos, es

dialéctico, y su interpretación de los fenómenos de la naturaleza, su modo de enfocarlos, su teoría, materialista”. Es decir, utilizamos el método científico para acercarnos a la realidad, estudiarla y sacar conclusiones que se materializan en nuestras tesis y lineamientos estratégicos para cumplir con nuestra misión histórica. Nuestros principios y forma de organización se basa en las características propias del movimiento obrero y sus formas de organizarse, las cuales fueron estudiadas y desarrolladas por Marx, Engels, Lenin, Stalin y otros, las cuales de manera muy breve las explicamos a continuación:

Principios leninistas de organización El centralismo democrático es un principio básico de la organización leninista, una concepción de cómo entienden los revolucionarios la relación entre el partido y las masas y entre la dirección y sus bases. Es así que se debe generar la Unidad dialéctica entre centralismo democrático y democracia. Según nuestros estatutos el centralismo democrático implica: a) b) c)

d)

Participación amplia en la discusión y ejecución de las actividades por parte de todos los militantes de J.C.B. Las determinaciones se adoptan en función del criterio de la mayoría debiendo la minoría someterse a el cumplimiento disciplinado de estas La elección y asignación de responsabilidades, de dirigentes y delegados por las bases en la totalidad de sus organismos La subordinación de los organismos inferiores a los superiores y del militante a su organismo respectivo

El centralismo democrático como veíamos anteriormente es un principio de organización leninista, sin embargo, el propio centralismo democrático está compuesto por lo que podríamos llamar sub-principios. Los cuales son:

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Subordinación de la minoría a la mayoría Crítica y autocrítica Principios de dirección colectiva Disciplina consciente partidista

Estos puntos si bien no son muy difíciles de comprender los desarrollaremos en el siguiente número de TEMPLE con el objetivo de que se entienda la importancia de dichos principios y su ligazón con nuestra concepción general del mundo. Es necesario recalcar que en nuestra organización si bien existe la discusión y el debate amplio en todos los niveles, las decisiones se toman por mayoría y de acuerdo a esto se genera una sola línea política y de acción con una sola dirección organizativa, romper este básico precepto organizativo es un atentado grave contra la JOTA. En anteriores oportunidades e incluso actualmente hay pequeños intentos de crear fracciones o bloques dentro de nuestra organización, forma típica de actuación del trotskismo en el movimiento obrero, formas que fueron denunciadas y derrotadas por el movimiento comunista internacional a la cabeza de Lenin y Stalin en el proceso de construcción del socialismo. Cualquier tipo de actuación que debilite la unidad y disciplina de una organización leninista debe ser sancionada según la gravedad y en base a sus normas y estatutos. Para finalizar esta primera parte es importante señalar que la integridad de nuestra organización y la coherencia de su conducta política se fundan en: Unidad Ideológica: Adhesión consciente del militante al Marxismo-Leninismo. Unidad Política: Reconocimiento de una línea común. Unidad orgánica: Vigencia de una sola norma estatutaria.


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Las Actividades de

la Jota

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Los días 6 y 7 de mayo la Juventud Comunista de Bolivia, junto a otras organizaciones políticas, se movilizó en varias ciudades del país en solidaridad con la clase trabajadora colombiana, que alzó la voz contra uno de los gobiernos más reaccionarios de latinoamérica, contra el paramilitarismo reinante en ese hermano país y contra las políticas de servilismo al imperialismo norteamericano de Duque y el uribismo gobernante.

Mural pintado por la Brigada Oscar Alfaro (BOA), histórico brazo artístico de la Jota, en honor a los compañeros de Sacaba y Senkata que dieron la vida en la lucha contra el gobierno policial-militar de Añez, Murillo y López.

La comprensión del marxismo-leninsmo es fundamental para una lectura adecuada de la coyuntura y de sus particularidades políticas, sociales, económicas e inclusive culturales. Por este motivo, La Juventud Comunista de Bolivia organizó un curso con el objetivo de adentrar en argumentos como las partes integrantes del marxismo; la concepción leninista del Partido; las diferentes formas de organización para la lucha política; el rol del Estado en la sociedad; las formaciones sociales y los modos de producción, entre otros. El curso estuvo dividido en 5 módulos: 1. Las tesis del Partido Comunista de Bolivia en la revolución democrática popular y anti-imperialista 2. Fundamentos del materialismo dialéctico 3. Fundamentos de economía política 4. Socialismo científico y aparatos ideológicos del Estado 5. Las tareas de la Juventud Comunista

Nuestros camaradas de la Jota en solidaridad con el pueblo peruano en momentos decisivos en los cuales, de la misma manera que sucedió en Bolivia el 2019, se está gestando un nuevo atentado contra la democracia en Latinoamérica, en complicidad con la OEA y el imperialismo norteamericano.

El marxismo leninismo es ciencia y como tal debe ser estudiada con la rigurosidad del caso. Es por ello que nos comprometemos a continuar con los ciclos de formación política, los cuales, en las dos ediciones anteriormente realizadas, tuvieron mucho éxito desde el punto de vista de la participación y la formación, aspectos fundamentales para la reorganización de la Jota.


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Canto a la JuventudOscar Alfaro Comunista Oscar Alfaro

“El partido se fortalece depurándose de los elementos oportunistas” J. Stalin

Disciplina revolucionaria es disciplina consciente Juventud Comunista de Bolivia Altiva como el cóndor de los andes Cuando asaltes el muro del mañana La patria será grande entre las grandes. Al cumplir tu noveno aniversario Bolivia te saluda alborozada Juventud de este pueblo proletario Que yergue su estatura agigantada. En la cumbre triunfal del Illimani Han puesto las legiones de la Aurora Una bandera roja deslumbrante Como signo vital de la victoria. Juventud de La Paz y de Bolivia Joven guardia de nuestro continente En tu pecho la fe jamás se entibia Y una estrella auroral signa tu frente. Marchas por llanuras y montañas Como dice aquel himno universal Que cantan los gloriosos camaradas Como un grito de luz y paz mundial. Avanti camaradas bolivianos Llegó la hora del hombre, la gran hora Corramos con la estrella entre manos Que en Bolivia por fin rompe la aurora.

La garantía de triunfo del partido del proletariado radica en la adopción de una acertada línea política y en la disciplina consciente que caracteriza a sus militantes; es decir, la disciplina de aquellos que llegan a sus filas gracias a la adopción libre y voluntaria de sus estatutos y línea política y dedican su vida y mejores esfuerzos a llevarlos a la práctica, a convertirlos en realidad. Se entiende, entonces, que esto no es el resultado de una declaración espontánea y voluntarista sino el fruto del proceso de formación comunista en el marco de la lucha de clases y de la acción colectiva ligada al combate a la explotación. La disciplina revolucionaria se expresa y a la vez es el fruto de la asunción y aplicación práctica de los principios leninistas de organización que rigen al partido. Dentro de ellos, el más importante el centralismo democrático, al tenor del cual, toda la acción del militante debe subordinarse a la organización, de la minoría a la mayoría, de los organismos inferiores a los superiores, de todo el partido al Comité Central. Esto tiene como sustento el ejercicio de la más amplia democracia, el derecho de los militantes y organismos a aportar en la elaboración de la política y el desarrollo de sus líneas tácticas; a impulsar la lucha ideológica a través de la crítica y autocrítica; a manifestar sus opiniones e incluso mantenerlas y expresarlas, a través de los canales correspondientes, si son discrepantes, pero, una vez tomada una decisión al respecto, tienen el deber de impulsarla con entusiasmo y férrea disciplina. Es decir, la disciplina revolucionaria se fragua en el proceso de formación comunista que vive el militante dentro del partido, el mismo que combina centralismo con democracia y disciplina con libertad. Al respecto el c. Stalin señala: “una vez terminada la lucha de opiniones, agotada la crítica y adoptado un acuerdo, la unidad de voluntad y la unidad de acción de todos los miembros del Partido es condición indispensable sin la cual no se concibe ni un partido unido ni una disciplina férrea dentro del Partido.” Se desprende, entonces, que la aplicación del centralismo democrático es el pilar organizativo que garantiza la unidad del Partido y forja la disciplina revolucionaria en sus militantes, la misma que se expresa en la ejecución, sin excusas ni pretextos, de las tareas y orien-taciones de la organización. Esta concepción y práctica es radicalmente antagónica al modus operandi de la burguesía, pues, al primar intereses económicos y políticos de grupos minoritarios impone, de manera arbitraria, sometimiento y obediencia, exige disciplina ciega a través de múltiples instrumentos de dominación con los que cuenta, como el aparato estatal y parte de él las leyes y la fuerza pública. Dentro de sus partidos políticos, concebidos como empresas electoreras, prevalece la voluntad de los caudillos o dueños de los mismos. De ahí que, solo la militancia en un partido revolucionario genera y fortalece una disciplina revolucionaria; aquella que moldea la personalidad comunista, que educa la voluntad para dejar de ser individualistas y libre pensadores; que impele al militante a vencer dificultades y encontrar con creatividad, diligencia y oportunidad el mejor camino para llevar a la práctica la orientación del Partido.


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El Manifiesto del Partido Comunista: El fantasma que recorrió el mundo

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Eduardo Lohnhoff

i hay un 21F que celebrar ese 21F es el 21 de Febrero de 1848, fecha de publicación del Manifiesto del Partido Comunista escrito por dos jóvenes alemanes: Karl Marx y Friedrich Engels. Una declaración de principios de los comunistas contra el régimen capitalista y a favor de la sociedad comunista.

En 1848, la entonces Liga de los Justos (que luego pasaría a llamarse Liga de los comunistas) encargó a Marx y Engels un programa que describiera los principios de los comunistas, su visión de mundo ante el estado de cosas, una especie de catequismo para iniciar a la clase obrera al sacerdocio de la Revolución, pero los padres del materialismo dialectico fueron mucho más allá y escribieron la primera obra científica del socialismo científico. Hay que aclarar que antes de Marx y Engels ya había un movimiento comunista muy fuerte en Europa, pero este movimiento tenia tintes utópicos y hasta religiosos, se trataba literalmente de la voluntad de construir el paraíso bíblico en la tierra, sueños imposibles de materializarse en la realidad concreta. Los mayores exponentes de este comunismo utópico serán los franceses Auguste Blanqui y François-Noël Babeuf. Justo una de las tareas que se proponen Marx y Engels con el Manifiesto del Partido Comunista es superar todo utopismo en el movimiento comunista. Los académicos, formados en el arte de tergiversar a Marx y Engels y atacar al movimiento comunista, quieren imponer la tesis de que “El Manifiesto” es una obra menor de Marx & Engels y que han escrito a un “movimiento comunista” en abstracto. Antes, Marx y Engels habían escrito entre 1845 y 1846 la “Ideología Alemana” donde exponen la tesis del materialismo histórico contra el idealismo burgués. Marx y Engels abandonan la idea de la Liga Comunista de presenatr un documento en forma de liturgia católica, en carta fechada el 23-24 de noviembre de 1847 de Engels a Marx, Friedrich escribe: “PIENSA un poco sobre la profesión de fe. Creo que sería mejor abandonar la forma de catecismo y llamar la cosa así: Manifiesto Comunista. Como es preciso hacer un relato histórico de cierta extensión, la forma que ha tenido hasta ahora es bastante inapropiada. Llevaré conmigo lo que he hecho aquí. ¡Es simplemente una narración, pero miserablemente compuesta en terrible prisa! Comienzo así: ¿Qué es el comunismo? Y luego voy derecho al proletariado: la historia de su origen, su diferencia con obreros anteriores, el desarrollo de la contradicción entre el proletariado y la burguesía, las crisis, los resultados. Mechado con esto, toda clase de asuntos secundarios, y finalmente la política de partido de los comunistas, en la medida en que pueda hacerse pública. Lo que aquí tengo, todavía no ha sido sometido a aprobación, pero a excepción de unos pocos y pequeños detalles, espero terminarlo en una forma en que por lo menos no haya nada contrario a nuestras opiniones...”. El borrador a que Friedrich Engels hace referencia es su texto “Principios de Comunismo” que es su borrador para el Manifiesto. Engels se encontró con Marx en Ostende, el 27 de noviembre, de donde partieron juntos para asistir al Segundo Congreso de la Liga Comunista y lograron cambiar la consigna de la liga de “Todos los hombres son hermanos” para “Proletarios de todos los países, uníos”. En suma, el Manifiesto del Partido Comunista tiene como base principal que toda la historia de la humanidad (desde el surgimiento de la propiedad privada) es la historia de las luchas de clases, la moderna sociedad capitalista tiene como antagonismo principal la lucha entre la burguesía (los dueños de los medios de producción) y el proletariado (lo que no tienen nada a no ser su fuerza de trabajo para vender a cambio de un salario, aunque en el Manifiesto Marx y Engels solo hablan de “trabajo” y luego Marx desarrollaría el concepto de fuerza de trabajo en sus obras Critica de la Economía Política y El Capital). Que la tarea principal de los comunistas es el hundimiento de la sociedad burguesa, a través de una Revolución Proletaria, la abolición de la propiedad privada y del Estado en una sociedad sin clases sociales, la sociedad comunista. Estas ideas aún están vigentes y el comunismo solo dejara de ser el objetivo de la clase obrera después que el modo de producción capitalista desaparezca completamente, no antes. Como dijo Engels, “El comunismo es la juventud del mundo”, donde realmente empezará la Historia para toda la humanidad.


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Sobre la despenalización del aborto Ana Molina

El debate sobre la necesidad de despenalizar el aborto ha sido largamente transitado y hasta superado en muchos países. La evidencia científica y la verdad terminan por imponerse. De lo que no se ha debatido y reflexionado con la necesaria profundidad es de la naturaleza de los planteamientos políticos e ideológicos de los distintos movimientos que se hallan bajo el paraguas de la lucha por la despenalización del aborto. La consigna más común y ampliamente difundida propugna el derecho a decidir, sin embargo la mayoría, las mujeres trabajadoras no podemos plantearnos el derecho a decidir, sino el derecho a la interrupción y a la planificación. Decidir es un lujo que no existe para la mayoría de las mujeres que abortan. La inviabilidad material y objetiva de una maternidad sana y digna hace que las mujeres pobres no decidan sino que se vean obligadas a abortar. Alvaro Cunhal, destacado dirigente del Partido Comunista Portugués, en su tesis sobre el aborto, distingue entre el aborto practicado por mujeres de clase trabajadora y mujeres de sectores acomodados, considerando el primero como un aborto de necesidad y el segundo como un aborto de lujo, porque existen condiciones materiales y objetivas que distinguen no sólo las condiciones sino también las motivaciones de cada caso. Debemos empezar reconociendo que hay mujeres abortando en la más precaria clandestinidad para reconocer las sistemáticas desigualdades e injusticias del sistema. Luego debemos comprender las condiciones de vida que llevan a las mujeres a abortar. Comprendemos que las injusticias de clase que no hacen más o menos legítimos a unos abortos que a otros, pero sí los hacen política y socialmente muy distintos. En países en los que el aborto es ilegal las trabajadoras deben acudir a centros clandestinos en los que no existen ni las mínimas medidas de salubridad necesarias; mientras las mujeres burguesas o aburguesadas pueden pagarse abortos en clínicas con óptimas condiciones o sencillamente se van a otros países a practicar el aborto. De igual manera, aún en países en los que el aborto ha sido despenalizado, la diferencia entre la sanidad pública y la sanidad privada marca profundas diferencias en las condiciones en las que trabajadoras y burguesas practican el aborto, como en cualquier otra intervención médica. Es en este sentido que, la despenalización del aborto es vacía si no va de la mano con la lucha por la sanidad pública, gratuita, universal y de calidad. El aborto es una política de salud pública urgente pero también hay que entenderla como una medida que logrará justicia económica para las mujeres, ya que la maternidad no planificada en las familias trabajadoras agrava su difícil situación. El capitalismo no oprime a todas las mujeres por igual y las desigualdades que marcan la condición de la mujer trabajadora en el sistema capitalista son particularmente lacerantes y violentas. Tampoco debemos olvidar que también existe mucha desigualdad en cuanto al acceso a la educación en general y a la educación sexual y de planificación en particular. Por todo lo expuesto anteriormente es que creemos que la lucha por la despenalización del aborto debe vincularse estrechamente a la lucha por la superación del sistema capitalista. La liberación humana de la opresión capitalista pasa por las liberaciones específicas que necesitan las mujeres trabajadoras. Nuestras voces deben alzarse por el derecho a la maternidad paga; por oportunidades de trabajo estable con salarios dignos; y por el derecho a una educación científica, gratuita, y de calidad y por el acceso gratuito y universal a la salud, incluida la interrupción del embarazo.

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ué violentos y peligrosos se han vuelto los feminismos inmersos solamente en sí mismos como principales fronteras de lucha y carentes totales de horizontes políticos. El tema de la revolución social aparece relacionado con el de la organización del proletariado en partidos políticos y los grupos de vanguardia de las clases sociales. Rechazar estos principios de organización estructurada en una sociedad condicionada económicamente, desconoce la necesidad impuesta a los trabajadores por su vida cotidiana y su actividad productiva, y amplía esta mitología del “individuo autónomo” que destruye las posibilidades que tienen las bases sociales de agruparse en función colectiva con el fin de oponer un frente a la burguesía en los terrenos políticos. Los orígenes del feminismo toman a la mujer blanca de primer mundo como sujeto político por miedo a la reproducción de jerarquías autoritarias que pretendían combatir mirando únicamente al hombre blanco como un referente de igualdad. Este feminismo burgués se multiplica cuando se habla de la necesidad de reconocer al Estado como herramienta y como símbolo de relaciones enfrentadas de clase, el cual no puede “abolirse” mediante un acto de voluntad, sino una vez que las relaciones sociales hayan cambiado radicalmente. Si el feminismo no se hermana urgentemente con la clase trabajadora, difícilmente podrá seguir denominándose como una lucha antipatriarcal. La praxis revolucionaria implica tomar posiciones que pueden parecer moralmente contradictorias, pero que son la única solución para alcanzar transformaciones estructurales. Mientras dentro del movimiento feminista se continúe excluyendo y agrediendo a compañeras que optaron por la izquierda partidista, el feminismo continuará siendo un espacio seguro solamente para algunas mujeres. Y mientras no sea un espacio seguro para todas las mujeres, el feminismo continuará siendo irrelevante para las mujeres obreras del sur global.

Sofía Gabriel Militante de la JCB


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Internacional Los senderos de la lucha colombiana Diego Ríos

Los paros nacionales en Colombia iniciaron a finales del año 2019, en respuesta a las condiciones determinadas por la crisis capitalista, agravada posteriormente no solo por la pandemia sanitaria sino también por las políticas antipopulares del gobierno de Iván Duque que recrudecen las condiciones de vida de los trabajadores, como la reciente propuesta de reforma tributaria cuyo fin es acrecentar la fortuna de la oligarquía colombiana y continuar financiando la guerra contra el pueblo y los préstamos del imperialismo norteamericano, el FMI y el Banco Mundial, necesarios para llevarla adelante. De hecho, en los últimos años, no solo aumentaron los índices de pobreza en Colombia, sino también los de desigualdad y desempleo. Mientras la clase trabajadora de la ciudad y el campo vive en la miseria, la clase dominante continúa enriqueciéndose, en parte a través de la intensificación de la explotación de los trabajadores, en parte a través de actividades ilegales como la corrupción y el narcotráfico, cuyos vínculos con el gobierno han sido ampliamente difundidos y demostrados. Adicionalmente, los acuerdos de paz firmados el 2016, con la esperanza de establecer un terreno que permita el desenvolvimiento democrático (aunque burgués) de las fuerzas políticas representativas de los sectores oprimidos de la población, fueron aniquilados por la oligarquía colombiana gobernante, enquistada en el poder desde hace muchas décadas, traicionando así las esperanzas de paz del pueblo y el compromiso de los combatientes desmovilizados. No es la primera vez que algo así sucede. Quienes detentan el poder económico habían ya arremetido contra la paz (genocidio de la Unión Patriótica, asesinatos de Manuel Cepeda, Jaime Pardo, Jaime Garzón, Bernardo Jaramillo, José Antequera, ruptura unilateral de los diálogos de paz por parte del gobierno de Pastrana en 2002, Plan Retorno, Plan Colombia, etc.). En estas circunstancias adversas, el pueblo colombiano decide salir a las calles el 28 de abril, debiéndose enfrentar a la violencia estatal que hace décadas ha caracterizado la respuesta del gobierno colombiano al descontento social causado por la miseria y la injusticia. A esto se suma el paramilitarismo que funge de complemento a la represión policial-militar, organizado y financiado por el Estado y por los grupos de poder anidados en él. Al día de hoy más de mil personas han sido asesinadas en 3 años del gobierno de Duque, entre obreros, campesinos, indígenas, estudiantes y exguerrilleros firmantes del proceso de paz. En la primera semana de protesta al menos 25 personas habían sido asesinadas, incluidos menores de edad. Al día de hoy, esas cifras son muchísimo mayores. La clase dominante, a través de sus órganos represivos, pretende infundir miedo a los trabajadores que se encuentran luchando en las calles, para así poder continuar enriqueciéndose a costa de ellos, quitándoles derechos laborales, reduciendo salarios, incrementando los impuestos. Pero la respuesta del pueblo no es el miedo, es la lucha. A continuación reproducimos una pequeña entrevista realizada a nuestros camaradas de la Juventud Rebelde de Colombia, a quienes agradecemos el tiempo y la dedicación que empeñaron para ilustrar con gran detalle la situación en su país.

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¿Cuáles consideran que sean las principales razones (sociales/económicas/políticas) que han dado inicio a las manifestaciones en Colombia? Hay factores de largo plazo que configuran el fondo de la disputa política en el país: el modelo económico extractivista y financiarizado viene en crisis desde hace años; el ordenamiento institucional, el régimen de dominación de clase, también refleja su descomposición. Es un orden institucional que está en un punto crítico y empieza a fracturar el consenso de las elites del país. Ambos aspectos se ven acentuados por los impactos políticos y culturales del acuerdo de paz de la Habana.

El acuerdo de Paz permitió evidenciar que el problema del país no era la confrontación armada ni la insurgencia. Al contrario, desnudó esa crisis institucional y económica, al punto que ni los grandes medios de comunicación han podido ocultarla. Pero el Acuerdo también decantó un mapa político de respuestas a esa crisis: una respuesta conservadora de los terratenientes, una “modernizante” de la burguesía vinculada al sector financiero; ambas propuestas coinciden en que los sectores populares, trabajadores paguen la crisis, así como legitimar el régimen político vigente. Una tercera alternativa, aún en proceso, es la del campo popular: que la crisis la pague el bloque en el poder que fue quién la generó. Ese es el transfondo de la situación. Allí emerge el Paro Nacional de 2019, muy potente y con un horizonte de reivindicaciones que beneficien las condiciones de vida del campesinado, comunidades indígenas y trabajadores urbanos. A ese paro se respondió con intensa represión, al punto que la denuncia por la brutalidad policial y el terrorismo de Estado se convirtió rápidamente en una bandera central del movimiento popular. Esa represión a la movilización se acompaña de una política no oficial de Estado: el paramilitarismo que coincide con las políticas económicas del Estado, logrando mediante la violencia y el asesinato mantener favorable la correlación de fuerzas a favor del bloque de poder.


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La Pandemia acentuó esa crisis. Salvo el sector financiero que logró enormes ganancias durante la pandemia, el resto de los sectores productivos se vieron afectados. De nuevo la intención fue que los trabajadores y sectores populares paguemos la crisis con decretos y reformas en lo laboral, tributario, pensional, seguridad social. Eso sumado a una gestión militar de la pandemia (toques de queda, patrullajes militares para garantizar la cuarentena e incluso represión estatal) acumularon la justa rabia que el pueblo colombiano expresa ahora en las calles. En ese contexto, ¿cuál es la situación actual de los jóvenes trabajadores y estudiantes? ¿Cuál es el rol que cumplen en la lucha y cuáles sus perspectivas? La situación juvenil en el país es aún más difícil. Las tasas de desempleo casi duplican el promedio nacional y casi un 40% de jóvenes que trabajan lo hacen en la informalidad. Eso significa que la mayoría de las y los jóvenes de Colombia no tenemos acceso a salud, perspectiva de pensión en la vejez, ni ningún tipo de seguridad social. En lo educativo, la Pandemia acentuó la deserción estudiantil que en algunas universidades alcanza el 40% de la matrícula. Acá decimos que somos una generación de no futuro. No tenemos, literalmente, nada que perder; nos han quitado absolutamente todo. Si a eso se suma que en los dos últimos años se han presentado masacres dirigidas hacia jóvenes en varias partes del país y una histórica represión policial y persecución hacia las prácticas juveniles (el bloque de poder en Colombia es profundamente conservador), tenemos una situación de precariedad económica, represión y persecución política, sexual, de género, exclusión del sistema educativo y desfinanciación de la educación pública. Nuestro rol como jóvenes ha sido protagónico. Sin negar importantes ejercicios de movilización campesina, indígena y afrocolombiana en territorios rurales, el sujeto urbano en movilización es juvenil y sin duda el movimiento antipatriarcal o de género. Pero en el caso de lo juvenil tenemos una dispersión y fragmentación muy fuerte. De allí que nuestra expectativa inmediata sea agrupar al movimiento juvenil que está en las barricadas; tejer las banderas de lucha que nos unifiquen y constituir el actor colectivo que nos represente. Ese ha sido un ejercicio difícil, pues la dispersión es reflejo de proyectos políticos diversos, a veces contrarios, e incluso planteamientos anti-organización. Pero como todo movimiento, esto también es una invaluable

escuela de formación política que empieza a hacer evidente que debemos articularnos como sujeto juvenil a nivel nacional. ¿Qué planteamiento propone la Juventud Rebelde para salir de esta situación? ¿Hacia dónde debe ir el Paro Nacional y cómo plantean la construcción de una Unidad de los sectores populares y una propuesta para hacer frente a una oligarquía paramilitarista que se encuentra en el gobierno desde hace tantos años? Ante la situación la tarea inmediata de la JR es contribuir a la articulación del movimiento juvenil y en segundo término del campo popular. En esa articulación radica la posibilidad de hacer síntesis del momento político, la capacidad de lucha y dar un salto cualitativo en organización popular. Sin negar la importancia de la elaboración programática, nos parece que esta depende del grado de organización popular para que sea representativa y tenga vocación de victoria. De facto el paro ha entrado en una etapa de reorganización. Las dinámicas de movilización han venido disminuyendo y en su lugar emergen asambleas populares, espacios de formación, reunión y articulación. El reto consiste en lograr tejer amplia unidad del campo juvenil y del campo popular hacia un solo espacio de articulación que potencie la beligerancia popular. Nos parece esa es la clave. La agudización de la crisis pone de presente que esta es una etapa de lucha política de mediano y largo plazo. El Gobierno ha cruzado una línea hacia la abierta represión estatal, una guerra irregular contra la movilización y de facto la subordinación de la autoridad civil a las autoridades militares. No es menor la realidad actual del país. Ante ella requerimos intensificar la denuncia internacional por el grado de crueldad del Estado hacia la movilización. Este es un momento coyuntural con alcances estratégicos. Es un pulso político que anuda procesos políticos de al menos una década; la respuesta es de largo plazo, de allí que la organización sea prioridad; organización en clave, al menos, anticapitalista que acumule organizativamente, y desprenda victorias parciales en una batalla que sin duda abre dos opciones: la restauración conservadora y fascista o la apertura democrática hacia las transformaciones que demandamos como pueblo y juventud. Como bien lo saben en Bolivia, acá tenemos el reto de dar el paso de un paro destituyente a un movimiento constituyente hacia una nueva Colombia.


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LA LUCHA DE CLASES

a lucha de clases es el enfrentamiento que se produce entre dos clases sociales antagónicas cuando luchan por sus intereses estratégicos de largo plazo. Por ejemplo, el interés estratégico a largo plazo de una clase dominante consiste en perpetuar su dominio, el de una clase dominada en destruir el sistema de dominación y el enfrentamiento que se produce entre ambas clases constituye la lucha de clases proclamada por el marxismo. Marx y Engels afirman en el Manifiesto Comunista: “La Historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases”. Hombres

libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, o sea, en términos marxistas, opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada algunas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes. Los marxistas señalan que las huelgas, manifestaciones callejeras, las tomas de fábricas, terrenos y fundos, etc., sólo pueden ser consideradas insertas en el contexto de la lucha de clases que sostiene el proletariado con la burguesía, en la medida en que el proletariado visualice como su objetivo final la destrucción de la burguesía como clase.

Marxista sólo es el que hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado. En esto es en lo que estriba la más profunda diferencia entre un marxista y un pequeño (o un gran) burgués adocenado Lenin

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Página de la “Revista Comunista Internacional”, revista que presenta varios artículos, documentos y tesis de organizaciones marxistas leninistas. El sitio presenta los artículos de la revista en su totalidad en distintos idiomas, sin duda un sitio importante en la lucha ideológica del movimiento comunista. Agradecemos a los lectores nos envíen sugerencias y comentarios a templejcb@gmail.com o a nuestras redes sociales @jcbbolivia Espera nuestro próximo número en Septiembre 2021!


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