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REPORTAJE / Revista Pasyegos

una revista para la historia

Vio la luz en 1986 como medio de transmisión de conocimientos, de información y, tal cual apuntaba el Dr. Manuel Oria Martínez-Conde en la primera editorial de este proyecto, “... como fruto de una impulsora y vital necesidad de comunicación entre gente que, desconociendo su potencia cultural, viven al amparo del río Pas sin un lazo de cultura comunicativa que exacerbe su tradicional inquietud y su peculiar forma de concebir la vida... “ y además, como toda publicación local que se precie, emanó llena de esperanza y con una filosofía abierta y plural, todo esto, hace ya 35 años.

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Con una gran diversidad de temas culturales, deportivos, sociales o de salud y procurando transmitir y analizar noticias que en aquel tiempo eran actualidad, la empresa necesitaba un nombre y este fue “Pasyegos”, con una seña de identidad en su propio rótulo y que daba la sensación de escribirse erróneamente el gentilicio con una “y” griega, cuando en realidad esta no era sino una alegórica referencia al tradicional juego infantil pasiego de las vacas y que, sustituyendo la apropiada vocal latina por una horquilla de palo, interpretaba este ancestral entretenimiento de los niños derivado de su particular imitación del mundo de los adultos, algo que, en el ámbito periodístico de este pequeño propósito, también nosotros en cierta manera emulábamos a los veteranos cronistas. Aquel atrayente croquis con esa vaca de madera fingida, propio del artista pasiego Nacho Sainz de Aja y hoy profesor de arte y diseño, nos pareció entonces original y metafórico por aunar de esta forma a una estirpe con un símbolo más de su particular civilización de los Montes de Pas y, sobre la forma y maqueta la revista, lejos de contar con el apoyo computerizado de hoy en día, fantaseábamos con la modernidad y la singu-

Con una gran diversidad de temas culturales, deportivos, sociales o de salud y procurando transmitir y analizar noticias que en aquel tiempo eran actualidad, la empresa necesitaba un nombre y este fue “Pasyegos”

laridad sin perder la esencia tradicional y haciendo uso del revolucionario método de la empresa Letraset con transferencia de letras en seco que, aunque hoy en día resulte rudimentario, todavía significaba entonces una verdadera innovación en el ámbito del diseño gráfico, por lo cual y como pueden imaginar ustedes, los bocetos de la publicidad y la composición decorativa de los artículos nos llevaba igualmente varias horas de trabajo que a su vez servían de entretenimiento y discusión, de percepción y aprendizaje.

Cuánta ilusión volcada en este cometido y cuánta satisfacción al ver cada revista en la calle, sin dejar tampoco de reconocer y valorar el apoyo económico que diversas empresas de toda la comarca nos brindaban, así que, gracias a su generosidad, hoy podemos estimar esta humilde fuente de información que ahora hace historia. Contando desde un principio con todo el apoyo del Ayuntamiento de Vega de Pas, cuna de estos atrevidos aficionados al periodismo y representado entonces por la figura de Juan Ruiz Gutiérrez como alcalde de la villa, nuestra idea necesitaba también de la asistencia profesional de alguien que conociera los entresijos de la edición, así que decidimos inclinarnos por un experimentado profesional y designamos por ello a Mariano Riego Herboso, quien hoy, después de tantos años y consolidada amistad, me pide este recordatorio sobre tan fértil cometido que, honestamente, hago muy gustoso en evocar. Mariano, con innegable y dilatada experiencia técnica en todos los ámbitos del periodismo y de la edición, no dudó un segundo en prestarnos su ayuda e instrucción y que quedaron plasmadas en una revista hermoseada con su trabajo, pues hay que reconocer que las portadas de esta publicación, como suele decirse, entraban por los ojos y por ello, como complacencia inconsciente y propia de la juventud, le bautizamos como director de la iniciativa, esto es, que le hicimos responsable máximo de la revista, por lo que solo espero que en aquel tiempo se lo tomase como lo que fue, una muestra de cariño y agradecimiento y que, también por ello, siga incluyendo como hasta ahora y en su extenso currículo la dirección de esta revista PASYEGOS.

Aquel grupo de soñadores, que tan pronto ejercíamos de articulistas y corresponsales de prensa como igualmente de publicistas y reporteros gráficos, tuvimos además un incondicional apoyo en grandes figuras de la cultura de Cantabria, como fueron el jefe de la Unidad de Programas Educativos del MEC Miguel Martín, el hispanista de la Universidad de Toulouse Arnaldo Leal, los investigadores y ensayistas Benito Madariaga de la Campa y su esposa Celia Valbuena, las historiadoras María del Carmen González Echegaray y su hija Amaya Medina, el atleta olímpico José Manuel Abascal, el médico y cirujano Manuel Oria Martínez-Conde o la hoy catedrática de Historia del Derecho Margarita Serna Vallejo, entre otros varios y voluntarios articulistas. Todos ellos nos cedieron su prestigio en sabiduría escrita para este fin y, ante todo, su cariño y ánimo por lo que estábamos llevando a cabo. Pero quizá lo más gratificante fue precisamente el público que tenía la revista y que englobaba a los propios vecinos de las tres villas pasiegas y muchos más de los valles

“... la revista PASYEGOS es un documento escrito que está ahí, y un documento escrito es siempre para la historia un documento vivo... ”

adyacentes, incluyendo también a turistas que se interesaban por saber un poco más de los rincones de Cantabria y, muy especialmente, a la inmensa cantidad de pasiegos que residían fuera de su pequeña patria y esparcidos por toda la geografía española o por otros diversos países que, en un reciente pasado carente de los ventajosos y extensos sistemas de comunicación de hoy en día, se mostraban tan agradecidos como emocionados, pues aquella humilde publicación les hacía seguir siendo partícipes de ese territorio que un día hubieron de dejar y en consecuencia, la revista “PASYEGOS”, si me permiten seguir simulando así escrita en la particular letra griega esa vaca de palo, llegaba a Francia, Italia, Suiza, Holanda, Estados Unidos de América, Argentina, México... y hasta un par de ejemplares que despachábamos a Japón y Australia, lugares todos desde donde felices por mantener ese vínculo con sus orígenes nos remitían igualmente cartas de agradecimiento y aliento para seguir con la empresa.

Tan solo fueron cuatro números en poco más de un año, menguada existencia pero fructífera labor que, en diversos trabajos posteriores y seguramente más profundos, ha sido constantemente referida por su consulta, pues como decía Benito Madariaga siendo entonces cronista oficial de la ciudad de Santander, “... la revista PASYEGOS es un documento escrito que está ahí, y un documento escrito es siempre para la historia un documento vivo... ”. Efectivamente una revista más activa que nunca y dispuesta a formar parte ahora de la red informática de comunicación internacional para su conocimiento y dictamen. Por todo ello, gracias desde aquí y por estas líneas a todos y cada uno de los que formaron aquel equipo, gracias también a todos esos atlantes y esas cariátides de la cultura de Cantabria que nos prestaron su sapiencia y a quienes nos ayudaron con su aportación económica y, por supuesto, a quien fuera nombrado entonces su director, Mariano Riego, por revivir hoy y después de tantos años esta revista titulada Pasyegos y que forma parte ya de la historia de la prensa escrita en Cantabria. J. Javier Gómez Arroyo