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REPORTAJE / Las cuevas

Acceso a Cullalvera.

La cueva de Cullalvera se encuentra en la periferia de Ramales de la Victoria. A diferencia de otras cuevas, situadas en la cornisa cantábrica, el conjunto rupestre que contiene no se incluyó dentro de la lista de Patrimonio Mundial por UNESCO en 2008. Esto no implica que sea menos importante, todo lo contrario, ya que nos permite ampliar y comprender mejor algunos aspectos sobre el pensamiento simbólico de las poblaciones que decoraron las cavidades hoy declaradas Patrimonio Mundial, a través de sus signos, los animales representados o la profundidad a la que fueron realizados. De hecho, su conjunto rupestre fue declarado Bien de Interés Cultural en 1997.

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La cavidad sorprende al visitante por sus grandes dimensiones. Cuando uno camina hacia su boca, antes incluso de visualizarla, siente el aire frío que emana del interior de la cueva en verano o cálido si estamos en invierno. Bajo la boca, de 28 metros de alto y 14 de ancho, uno puede llegar a sentirse muy pequeño. Una sensación que se extiende durante toda la visita por el interior de la cueva.

Caballo.

En su interior, la red de galerías que componen el conjunto kárstico de Cullalvera es kilométrico. De hecho, numerosos espeleólogos han entrado en la cavidad con el propósito de encontrar nuevas salas y galerías. En la actualidad, sigue estudiándose, encontrándose galerías nunca antes transitadas que amplían el recorrido interior de la cueva. Por esta razón, la cueva fue incluida en 1965 en la Lista Mundial de las Grandes Cuevas, siendo en ese momento, la cuarta en toda España.

Las Grandes Cavidades son aquellas que tienen un recorrido interior que supera los 3.000 metros, habiéndose catalogado en España 279 grandes cuevas, 79 de ellas en Cantabria, ocupando actualmente Cullalvera el número 52 con 13.400m de desarrollo. Actualmente el número 1 en España, lo ostenta el sistema del Alto Tejuelo en San Roque de Río Miera con 173 km de desarrollo (aproximadamente) y el Sistema del Mortillano en Soba con 145 km. Ambas ostentan las posiciones 14 y 15, respectivamente, de la lista mundial de Grandes Cuevas y no es de extrañar, pues en Cantabria hay actualmente 9.000 cuevas catalogadas, de las cuales, 4.000 se encuentran en el Valle del Asón.

Los días de lluvia es el mejor momento para visitar la cueva de Cullalvera porque brota de su interior un caudaloso río que transcurre por debajo de la pasarela de 400 metros de longitud por donde discurre la visita guiada por el interior de la cueva. El río transcurre por el interior del Monte Pando, brotando por la boca de Cullalvera y desembocando en el río Asón a su paso por Ramales de la Victoria.

La visita guiada tiene una duración aproximada de 45 minutos y transcurre por una cómoda pasarela de 400 metros de desarrollo

Signos claviformes.

Debido a la cercanía de la cavidad con la villa de Ramales, existen numerosas historias y leyendas relacionadas con quienes en esta localidad han habitado o deambulado. Cabe destacar el uso de la cueva como refugio aéreo durante la Guerra Civil española, resguardando y reparando en su interior camiones y algún vehículo militar del bando republicano. Más recientemente, el vestíbulo fue utilizado como campo de tiro. Hoy pueden observarse numerosos impactos de bala en sus paredes rocosas. La cueva fue habitada por poblaciones prehistóricas hace, al menos, 13.000 años. Se sabe, a través de los suelos arqueológicos conservados –parcial-

Aunque la cavidad contiene arte rupestre, éste no se visita en parte, al quedar fuera del recorrido.

mente- en la entrada de la cueva. Se conservan en parte, debido al arrastre de los sedimentos por el flujo constante de agua.

A escasos metros de distancia, en un lugar de penumbra, situado hacia el interior de la entrada actual de la cueva, se dibujó un caballo de color

El recorrido turístico de la cueva está adaptado a personas con movilidad reducida, pudiéndose acceder a ella en silla de ruedas.

amarillento, muy descolorido por el paso del tiempo. Más adelante, a unos 250 metros de la boca, se encuentra un segundo conjunto formado por restos de pinturas rojas, muy desvaídas, cuya antigüedad debe asignarse al mismo momento del caballo mencionado, el cual, pudiera ser contemporáneo a las pinturas de otros conjuntos rupestres cercanos como los de Covalanas y La Haza. Ambos situados en el Monte Pando, cercano a Ramales de la Victoria, y asignados a una antigüedad de, al menos, 20.000 años.

A 782 metros la boca, y fuera del recorrido turístico, se dibujaron varios signos claviformes y series lineales de puntos, paralelos entre sí, en color rojo y negro. Estos se sitúan en un espacio apartado, ubicado en el margen izquierdo de la galería principal. Una sala elevada, de sección semicircular, donde se distribuyen a lo largo de su paredes los diferentes motivos. Los signos claviformes están compuestos por una línea vertical, con un ligero resalte, situado en un lateral de la línea. Estos se asemejan a los signos grabados, identificados en un fragmento de hueso recuperado en 2004, durante las obras de acondicionamiento en el vestíbulo de la cueva para las visitas. Los signos claviformes, han sido identificados en otras cuevas con arte rupestre paleolítico de la franja franco-cantábrica, asignándoseles una antigüedad en torno a los 14.000 años.

A 1.179 metros de la entrada, se dibujaron en una sala lateral elevada y situada en el margen izquierdo de la galería principal tres caballos negros. La tonalidad negra del trazo evidencia la técnica pictórica utilizada con carboncillo. Estos están asignados al Magdaleniense superior, en torno a unos 12.500 años de antigüedad. Pese a la simplicidad del trazo, destaca la representación de determinados rasgos anatómicos como los cascos o el pelaje del vientre y de la crin. Lamentablemente y fruto de la incursiones espeleológicas que tradicionalmente ha habido en esta cueva, el espacio donde fueron representados contiene numerosos grafitis en torno a las pinturas. El estilo en el que están dibujados recuerda al de otras cuevas decoradas, situadas en el Pirineo francés aunque existen diversos casos en el cantábrico de este tipo, fruto seguramente del contacto entre poblaciones prehistóricas en un radio de 500 km.

Cercano a los caballos, se representó un último conjunto, esta vez de puntos rojos. Para llegar a estos, es necesario acceder por una galería secundaria a la galería principal que contacta de nuevo con esta

En la actualidad se está remodelando el centro de recepción de visitantes de la cueva, que permitirá la mejora y ampliación de servicios a quieres visiten la cavidad

última a una elevada altura. El espacio elegido es el punto de intersección entre ambas galerías. Puntuaciones de este tipo, al igual que en Cullalvera, aparecen en otras cuevas asociadas a zonas de riesgo. Algunos investigadores indican que este tipo de signos puede ser una marca de advertencia ante la dificultad de este punto, a modo de marca topográfica.

Cullalvera se constituye como el conjunto de pinturas rupestres paleolíticas, situado a mayor profundidad de la Península Ibérica. Para llegar hasta ellas es necesario sortear grandes bloques de piedra, salas inundadas de agua y grandes desniveles, demostrando que quienes decoraron sus pareces hace miles de años eran verdaderos espeleólogos/as, con los medios necesarios y las capacidades físicas para recorrer grandes distancias por el interior de las cuevas.

Daniel Garrido Pimentel

Coordinador de las cuevas prehistóricas de Cantabria