Superbancos Informa
Séptima Edición
Reflexiones
21 de octubre 2011
El Rol de los Padres en la formación de un niño lector Es innegable que en esta época de videojuegos e Internet, resulta bastante difícil suponer que los alumnos, en especial siendo adolescentes, se refugien en los libros para buscar fuentes de entretenimiento o placer.
El hábito de lectura, como todo hábito, no se adquiere por arte de magia, sino que es el resultado de una serie de factores que interactúan en la creación de un ambiente propicio para la formación del niño lector. Y estos factores o condiciones determinantes, que enumeraré a continuación, deben nacer del seno familiar: a) b) c) d)
Presencia de libros en los hogares así como su valoración y uso cotidiano (se aprende por imitación) Dedicación de los padres a compartir parte de su tiempo, en momentos de lectura con sus niños. Esto ayuda a los pequeños a desarrollar su imaginación y les ayuda a interpretar el texto y reconstruir su significado. Es conveniente además, destinar en la casa un espacio apropiado para los libros. Este puede variar desde una valiosa biblioteca a una simple repisa. Lo importante es que los pequeños adviertan que estos huéspedes ilustres tienen su propio sitio en el hogar Seleccionar los libros de acuerdo con el gusto y la maduración del niño: en la etapa preescolar son aconsejables los libros con coloridas y elocuentes ilustraciones, con textos rimados, de los que se desprenda cierta musicalidad y con frases reiteradas que estimulen la memoria del pequeño y le permitan incorporar nuevo vocabulario. Posteriormente y en la medida que va creciendo, son apropiados los cuentos maravillosos poblados de hadas, duendes que desprendan en ellos su capacidad de asombro y su imaginación. Más adelante, entre seis y siete años, cuando el niño se desempeña como lector independiente, resultan apropiados los textos narrados, en los que abunda la fantasía mezclada con elementos moralizantes y de humor, como las fábulas, mitos y leyendas. En la pubertad son recomendables las novelas de aventura, en las que el protagonista es un niño o un animal o en los que reflejan su propia personalidad. A partir de la adolescencia, además de los cuentos fantásticos y de ciencia ficción, los artículos, revistas, fascículos referidos a distintos temas se convierten en el centro de sus lecturas.
Es importante que prevalezca el gusto de los niños ya que debe resultar una actividad formativa y placentera, jamás en ámbito hogareño debe ser tomada como un hecho obligado o impuesto como castigo. La base del aprendizaje debe ser la lectura, el internet no debe cambiar el hábito de los niños ni los adultos. Colaboración de: Diana Rodríguez de Alvarez, Directora de Gestión Humana