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OPINIÓN

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DE INTERÉS

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Pongamos que hablo de vivir

“Septiembre es bueno, si del primero al treinta pasa sereno”, cierto como casi todos los refranes que forman parte del refranero español, realmente es así, septiembre es un mes complicado que, a veces, suele jugarnos malas pasadas a los que nos dedicamos al sector agropecuario. El motivo de esta complicación, se debe fundamentalmente a que las lluvias que suelen acontecer durante este mes suelen darse en forma de tormenta, casi siempre ataviadas de gran componente eléctrico, lo cual suele provocar, por ejemplo en los olivares, daños de muy diversa índole y gravedad. Decía el Quijote en una de sus aventuras manchegas, “Sin duda alguna, Sancho, que ya debemos de llegar a la segunda región del aire, adonde se engendra el granizo y las nieves; los truenos, los relámpagos y los rayos se engendran en la tercera región; y si es que desta manera vamos subiendo, presto daremos en la región del fuego, y no sé yo cómo templar esta clavija para que no subamos donde nos abrasemos. (Cervantes, 1615)”, bueno a tanto no llegamos ¿verdad?, bromas aparte, lo cierto es que durante algún que otro momento la cosa se puso algo peliaguda. Por ejemplo, en el olivar de nuestra zona, olivar en pendiente del norte de Córdoba, concretamente en Sierra Morena, hemos sufrido los estragos del temporal a finales de septiembre, diversas zonas del término de Pozoblanco y Villaviciosa han resultado afectadas por una tormenta de granizo, de gran tamaño por cierto, unida a fuertes rachas de viento, fíjense que descargó hasta 70 litros en menos de 50 minutos, afectando, lógicamente de diferentes formas y maneras según la ubicación, provocando graves destrozos al fin y al cabo. En el momento que tuvimos constancia de estos hechos, me desplacé inmediatamente a las fincas afectadas donde cayeron los granizos, y comprobé fehacientemente que la tormenta había provocado una auténtica escabechina en el olivar. Era devastador ver como había caído al suelo buena parte de la cosecha de algunos de nuestros socios, máxime con el agravante de que sucede una vez ha pasado el verano, a poco más de un mes del inicio de la recolección, con una buena carga por árbol para ser olivar de sierra, y un gran tamaño y porte de aceituna, en fin como se suele

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decir, las desgracias no vienen nunca solas. Una vez sucede esto, hay que tomar medidas y rápido, en estas fincas afectadas es recomendable hacer un tratamiento con abonos fortificantes y fitosanitarios lo antes posible, ya que los daños que ocasionan estas tormentas tan agresivas son variados: primero la aceituna que tira al suelo el granizo, segundo los daños en toda la parte foliar (copa) del olivo y en tercer lugar y esto es lo más frustrante, también se ve afectada la aceituna que queda en el árbol, ya que no solo pierde en peso y calidad (acidez del AOVE: Aceite ataque de escudete1 .

de Oliva Virgen Extra), sino que es muy susceptible al

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Daños de escudete en aceituna

Por tanto y por matizar, el granizo produce heridas en los frutos y en la corteza de brotes, ramos, ramas y troncos. Estas heridas son importantes ya que son puntos de infección y entrada en la para hongos (escudete) y bacterias (tuberculosis). Con objeto de evitar o disminuir estas infecciones, es necesario efectuar tratamientos en pulverización foliar (abonos y fitosanitarios) dentro de las 48 horas posteriores a la granizada. En el cultivo del olivo, deben combatirse las infecciones de la bacteria causante de la Tuberculosis con compuestos cúpricos (a base de cobre). En el caso de los frutales de hueso, la infección más peligrosa es la producida por monilia y en cuanto a la vid, también se recomienda el uso de compuestos derivados de cobre para limitar las infecciones de botrytis y podredumbre blanca. Daños de tuberculosis Por terminar, reincidir en el tema de la rapidez a la hora de atajar el problema, realizar una rápida cura con abonos y fitosanitarios es algo esencial para paliar el problema, siempre en la medida que nos sea posible, pues unos daños severos son muy difíciles de combatir y también cuantificar justo después de la tormenta, pero desde luego que no le quepa duda al lector que es lo único que puede hacer un agricultor para

intentar evitar este gran problema.

1El escudete de la aceituna (Camarosporium dalmaticum), es un hongo que

causa daños solo a las aceitunas, tiene como particularidad el transmitirse gracias al agua de lluvia, penetra en los tejidos por las heridas producidas bien por el granizo o por picadura de la Mosca del olivo, deprecia gravemente el fruto y el aceite que se obtiene de este, también influye negativamente sobre su peso, provocando como consecuencia la caída de este.

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