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Y ahora estás inmerso en la gira con la que presentas tu disco. El escenario, ¡eso sí es droga dura! De todos los procesos en los que te involucras cuando haces música, el escenario, sin duda, es el colofón de todos. Además me implico en toda la puesta en escena, en las imágenes, vestuario, etc…
alta costura. Me va a vestir desde el pobre Alexander McQueen hasta Kenzo o Montesinos. ¿Te divierte la moda? ¡Muchísimo! En ella hay muchas actitudes, ideas, estados de ánimo…cuenta muchísimo de cómo es una sociedad, es su reflejo. ¿Te has dado últimamente algún capricho? Acabo de llegar de Londres y me he traído tres maletas llenas de caprichos. Aquí es muy difícil encontrar cosas originales porque el hombre es muy aburrido a la hora de vestir. Por cierto, que tengo una reclamación que hacer a la gente que hace moda.
¿Cómo ha cambiado el público que va a verte a los conciertos? Hay un sector de seguidores que ya son abuelos y luego van incorporándose nuevas generaciones que te han escuchado desde que han nacido. ¿Vas a continuar siendo un vanguardista a la hora de vestir? ¡Por supuesto! El escenario va a ser como una pasarela de
Cuenta, cuenta… Ahora tengo dinero para gastar pero no puedo comprarme trajes de diseñadores porque no hacen tallas para mí. Los diseñadores sólo hacen ropa para “anchoas”. Protesto firmemente por esa discriminación a los que tenemos un cuerpo normal. Es curioso que te ocurra a ti con el aspecto tan jovial que luces. Dicen que tienes un secreto para mantenerte así, ¿algún pacto con el diablo? ¡Qué va, simplemente la alegría y el entusiasmo que pongo en todo lo que hago! María Palermo
B O S É