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THE WORK TOPOGRAPHY

Durante nuestros veinte años de historia, Staf Magazine ha pasado por varios formatos y hemos celebrado cada aniversario de una manera muy especial. No importaba si éramos un simple fanzine de culto o una web con lectores en más de 70 países, porque las ganas de divertirnos siempre han sido un pilar fundamental de nuestra filosofía editorial. En ciertas ocasiones nos hemos atrevido a organizar exposiciones que han visitado ciudades tan emblemáticas como Madrid, San Sebastián, Lisboa o Málaga. También estuvimos de gira con los suecos Entombed por toda la península y recorrimos los chiringuitos playeros del sur de España y de Portugal con nuestros queridos The Mattson 2, tras una memorable actuación en el Teatro Cervantes de Málaga. Asimismo, es imposible olvidar una de las primeras fiestas-tours de Staf que trajo a nuestro país la legendaria gira del disco “Jane Doe” de Converge. Y la mayoria de veces simplemente quedamos con los amigos y echamos unas buenas cañas en un bar para celebrarlo como es debido.

Sin embargo, en los últimos meses soñábamos con preparar algo distinto para el vigésimo aniversario de la revista y hemos optado por volver al papel en forma de anuario. En pleno apogeo de la contracultura de 1969, Neil Armstrong pronunció la célebre frase: “Un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad” cuando piso la luna. Nosotros no aspiramos

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a cambiar el mundo con este lanzamiento, aunque creemos que algo tan simple y añorado como poner en marcha una imprenta se ha convertido en un acto revolucionario en esta época convulsa que nos ha tocado vivir.

En un momento en el que los contenidos tienen fecha de caducidad incluso antes de publicarse y su valor se centra sólo en el número de likes que obtienen en las redes sociales, queremos reivindicar la lectura tradicional como un acto 100% transgresor. Queremos dar valor a la tranquilidad, tanto del que escribe como del que lee. Deseamos reflexionar con libertad y con sentido del humor, algo que nos han arrebatado por el camino y que es indispensable recuperar para seguir disfrutando de todo aquello que tanto amamos. Por este motivo nos gusta considerar este anuario como una vuelta a las raíces. Un viaje apasionante, acompañados por una banda sonora única y el siempre inconfundible olor a salitre con el que plantamos la semilla de Staf Magazine en aquel lejano año 1997 gracias a una vieja fotocopiadora en blanco y negro.

No se nos ocurre mejor manera que volver a lo tradicional para cerrar una etapa tan especial y empezar una de nueva con mas energía que nunca. Esperamos que disfrutéis con esta lectura tanto como nosotros hemos disfrutado preparándola.

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