San Pedro
...a la contra ¡Ostras Pedrín! Sueños de una noche de Verano Y llegó San Juan. Dicen que es una de las noches con más magia del año, y que la gente que normalmente no cree en nada baja a la playa a mojarse los pies (si vive aquí en San Pedro claro, porque si vive en Las Medranas o en El Salto, se mojan los pies en las duchas de sus casas o, para hacerlo más emocionante, en los fregaderos, que no veas qué divertido es hacer subir a la abuela a la encimera y que meta los garbanzos que tiene al final de las piernas en remojo) pero, como siempre, lo que dicen no tiene nada que ver con la realidad. Hay remojo, es cierto, pero más del gañote que de los pies y es que no sé si la gente lo hace por practicidad (empiezan bebiendo y ya llegará abajo) o por puro aburrimiento. Hemos heredado las costumbres para coger la cogorza del siglo y que al día siguiente todo el mundo nos excuse. Ya no nos vale con bajar a la playa, esperar a que se enciendan las hogueras con una cervecilla en la mano, a las doce o doce y cuarto acercarnos a la orilla, remojarnos, pedir un deseo, y esperar a que te toque la lotería, que es lo que normalmente todos pedimos. No. Ahora, y solo porque es San Juan, nos vamos a las siete de la tarde al Mercadona (¡huy, perdón, que no se puede hacer publicidad!) compramos nuestros litritos de Sandevid (¡otra vez con lo de la publi!), un poquito de ron, cuatro refresquitos para mezclar y… hala, a la playa, a beber todo lo que podamos, a criticar a los de las barras y al Ayuntamiento y a comer lo que haya, que como normalmente el presupuesto da para lo que da, no suele haber más que un paquetillo de patatas. A lo que hemos llegado señores. Al día siguiente, si te ven con mala cara en el trabajo, todo el mundo te pregunta que cómo fue la nochecita de San Juan. Tú le miras, te pones las gafas de sol y te vas a la cafetera a pedirte uno doble solo bien cargado, mientras piensas que el tinto de verano pre-fabricado, cuando está fresquito, es muy bueno, pero que al día siguiente…
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Y lo mejor de todo es que cuando estás en la maquinita esperando tu cafeína, notas que la gente se ríe, que no te pone verde y que encima te tiene envidia. Qué gran sueño de todo ser humano: que te tengan envidia. Y es que, tal como dijo mi tío, la bebida da sueño y los sueños, sueños son. Pedrín
Lecturas de Verano Hay mucha gente que dice que cuando más lee es en el verano. Yo les creo porque tengo que hacerlo, pero creo que mienten como piratas. Si tenemos en cuenta que en época estival es cuando más salimos, más calor hace, menos tiempo pasamos en la casa y más viajamos, ¿cuándo leemos? Es tan bonita la experiencia de mentir, que contamos a todo el mundo que durante el verano pasado nos leímos El Quijote, que para éste hemos dejado los Episodios Nacionales, y que ya hace dos años que terminamos Cien años de soledad. Qué poquita gente se ha leído un clásico. No sé por qué nos da miedo reconocerlo. Cuando se habla de Literatura, así, en mayúsculas, siempre nos da vergüenza decir que no tenemos ni idea y como la tele da mucho de sí y siempre has visto algo u oído alguna cosa, te enfrascas en la conversación dando el punto de vista de alguien que no conoces sobre algo que ni has leído, ni leerás. Si los que suelen leer, dejan el verano para lecturas más ligeras, no se pringue oiga. Usted diga que en verano solo lee el Marca y el Hola. Y las letras del banco, claro. Pedrín
San Pedro Información / Julio 2011