La Penitenciaría Museo de Sonora
L
a primera cárcel de Hermosillo se instituyó en el año de 1815 y fue ubicada a un costado de la plaza principal, en la calle actualmente conocida como doctor Paliza. En el año de 1855 el penal fue trasladado a la calle del Datilito, hoy Garmendia, donde se juntaba con la calle de Los Laureles, hoy calle Morelia. En los últimos años del siglo XIX el gobierno del estado de Sonora decidió construir un moderno edificio con fines penitenciarios, para ello contrató al ingeniero francés Arthur Francis Wrotnowski, interesante personaje a quien se le atribuyen numerosos proyectos en el estado de Sonora, entre los que figuran el palacio municipal y la cárcel de Guaymas; y quien participó en importantes obras portuarias y civiles tanto en México como en el extranjero, tales como los puertos de Tampico y Veracruz. El inmueble es una magnífica construcción de época porfiriana, enclavado en las faldas del Cerro de la Campana y construido en gran parte con piedra granítica extraída del excepcional cerro. Aunque el proyecto arquitectónico original quedó inconcluso, fue inaugurado el 15 de septiembre de 1908, por el entonces gobernador Luis E. Torres, aunque se dice que fue ocupada como prisión desde varios años antes, siendo los mismos presos y en especial los indígenas yaquis, los que trabajaron para terminar la construcción. La solución arquitectónica del proyecto fue, para su época, de lo más moderna, dotando a las celdas de los servicios básicos de higiene y contemplando la edificaIMAGENES DE SONORA
Museo. Foto: Juan Luis Fernández
Por Dra. Guadalupe Sánchez Miranda
ción de diversos talleres que permitieran al interno alguna actividad productiva. En su momento la penitenciaría de Hermosillo fue una de las más higiénicas y mejores del país y funcionó como tal hasta el año de 1979, cerrando con ello 71 años de protagonismo en la historia carcelaria en la región y quedando sus muros de piedra como mudos testigos de los severos eventos acaecidos a algunos sectores de la sociedad sonorense de la primera mitad del siglo XIX.
La Transformación de la Antigua Penitenciaría
En el mes de abril de 1982, el Gobierno federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Go-
bierno del Estado de Sonora convinieron en darle un nuevo uso a la Antigua Penitenciaría ya abandonada. Para ello se acordó la restauración conjunta del edificio para que este monumento histórico y magnífica obra arquitectónica sirviera para albergar al Centro Regional de Sonora del INAH y se instaurara un museo regional con una temática enfocada en la historia y la Sociedad del estado de Sonora. A partir de ese momento se iniciaron los trabajos de limpieza, conservación y restauración, que tuvieron como objetivo principal habilitar el edificio para su nuevo uso sin alterar sustancialmente sus características formales de prisión y respetando la arquitectura original. Hermosillo Guía y Estilo 2010
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