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MUJERES EMPRESARIAS

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SOMOS ALTOS TRAVEL

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MUJERES EMPRESARIAS LINA TORRES MARTIN

TUNAS RANCHO LAS PAPAS

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Texto: SOMOS ALTOS Fotos: Carlos Hernández

El placer de cultivar la reina de las frutas

Cuando se habla de los Altos de Jalisco pasamos por alto que algunos municipios de la geografía de nuestro estado son también alteños. Tal es el caso de Ojuelos.

Este municipio pertenece a una de las regiones de la entidad más pobladas antiguamente por los primeros españoles. Además, por ahí pasa una sección del Camino Real Tierra Adentro, la supercarretera de la Colonia que iba desde México hasta Santa Fe, Nuevo México, y que es ahora Patrimonio Cultural de la Humanidad, de acuerdo con la UNESCO.

Ojuelos, con su pertenencia al gran desierto del Norte, es la zona árida de Jalisco pero no por eso infértil. El exitoso cultivo del nopal y la tuna en estas tierras y lo que han logrado empresarios como Lina Torres Martín, es muestra de ello.

A sus apenas 35 años, Lina es una mujer satisfecha de su vida, libre y sumamente activa. Organiza sus días para dedicarle tiempo a cada una de las actividades que realiza. Es propietaria junto a uno de sus hermanos de un restaurante en el centro de la ciudad de León, Gto.; cultiva más de cinco mil pinos a quienes cariñosamente llama sus hijos; participa también del cultivo de flores y verduras; cuida ovejas y algunas cabezas de ganado. Sin embargo, buena parte de su tiempo lo destina, junto a su padre y gran aliado, a la aventura de cultivar el nopal y la tuna. Lina ha sido una de las figuras protagónicas en la producción de dicha planta y fruto en Jalisco.

Es una mujer de ideas claras, de carácter, apasionada de lo que hace y que ha contribuido al trabajo de su padre, al inyectarle una visión más empresarial con un mayor conocimiento científico de la producción, a partir de lo aprendido sobre la comercialización.

Nació en Lagos de Moreno, estudió Licenciatura en Comercio Exterior en Guadalajara y maestría en San Luis Potosí. Ha desarrollado su trabajo profesional en empresas de producción de frutas y verduras en Zacatecas, así como en San Luis Potosí. Ha participado en numerosos foros, siempre tratando de absorber conocimiento y aplicarlo en su rancho. Es consciente de que está en un entorno difícil, no sólo por el clima o geografía, sino también por lo que envuelve el cultivo de la tuna. Se trata de una industria con mucho camino por recorrer pero también con un futuro prometedor.

La charla con Lina nos hizo descubrir a una mujer que no ignora prácticamente nada de la ciencia de la tuna. Ha recorrido muchos caminos para empujar el conocimiento de sus propiedades. Ha sido ella con esfuerzo propio quien se ha acercado a las instituciones universitarias con trabajo de investigación para ampliar la ciencia y generar variedades. A partir de la cooperación con la Universidad

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