investigación educativa

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de leche sino de un líquido muy rico en calorías que se llama “calostro“ y es como una leche aguadita. Para que eso se transforme en leche, o sea para que las glándulas mamarias produzcan leche, se requiere el fenómeno de succión (un estímulo), y la succión sobre el pezón es lo que va a producir el estímulo para que las glándulas mamarias produzcan leche y además hormonalmente haya un control sobre esa producción de leche. Entonces si no se le da la oportunidad de mamar a un niño recién nacido (en las siguientes horas), se lo separa de la madre y se le tiene en una incubadora o en un sitio lejano, esa madre va a dejar de producir leche. Entonces hay un factor que está interfiriendo; lo normal es que produzca, lo anormal es que se le retire el mecanismo a través del cual la producción de leche debiera ser garantizada (o sea, la succión del niño). Incluso se recomienda que si por razones de fuerza mayor se tiene que retirar al niño, la madre tiene que succionarse ella misma y hay pezoneras a través de las cuales se realiza la succión, para que ese estímulo se mantenga. Entonces, este es un factor de corte de lactancia que no está bien tratado. También puede haber factores de interferencia cuando en la Maternidad, o donde sea, al niño le empiezan a dar biberón con leche artificial y el niño se acostumbra. Cuando el niño opta por el biberón y no por el pezón, no es porque no se hubiese podido acostumbrar al pezón, sino porque le están dando un pezón más largo, más fácil de coger, que invita a la comodidad del niño de chupar mejor la tetina del biberón que el pezón de la madre. Puede producirse también este mismo problema si es que en el transcurso de los primeros meses de vida se interrumpe la lactancia. Por ejemplo, es muy frecuente que si un niño tiene diarrea se le suspenda la leche durante tres o cuatro días, tiempo en el cual el estímulo cotidiano para la producción de leche se corta. Todos son factores que interfieren; sin embargo, lo normal es que haya leche. Ahora, es cierto que la duración de la lactancia materna es variable. Hay mujeres que pueden seguir produciendo leche hasta los siete u ocho meses (aunque ya tiende a ser una leche de menor riqueza), mientras hay otras mujeres que pueden tener ya dificultades a los tres o cuatro meses, o tal vez antes. Pero mucho depende también de los ritmos de trabajo, de los horarios, y de sí la madre está permanentemente dándole el pezón o no. Entonces, hay una serie de factores que pueden interferir más allá de los factores naturales de cada persona para tener más o menos. Pero lo que se considera es que el niño debería por lo menos tener lactancia materna durante seis meses, a partir de lo cual se puede hacer una transición progresiva a otro tipo de alimentación y aunque no se le quite definitivamente la lactancia materna y es capaz de ser complementaria, el hecho de que se mantenga tiene siempre su valor.

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