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Adele Bloch-Bauer La Modelo del Retrato más Costoso del Mundo

*Lic. Araceli G. de Enríquez Burgos

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Adele, la única mujer que el famoso pintor modernista Klimt se dignó pintar más de una vez, nació el nueve de agosto de 1881 en Viena, siendo la más joven de los siete hijos de la dinastía del notable financiero judío Moritz y de su esposa Jeannette Bauer. Moritz era el director general de la influyente Asociación del Banco de Viena y el presidente de la compañía de ferrocarriles del Oriente, todo un personaje del empresariado de su época.

A los quince años la burbuja que protegía a Adele terminó por la muerte prematura de su muy querido hermano mayor, Karl, al grado de que el trauma de su muerte la llevó a alejarse de la religión. Más adelante, en diciembre de 1899, Adele se casa con el empresario Ferdinand Bloch, 17 años mayor que ella; a su matrimonio siguió el de su hermana Teresa con el hermano de Fernando, el Dr. Gustavo Bloch. Adele y Fernando no tuvieron hijos. En 1917, las dos parejas unieron el nombre de las esposas de soltera con el nombre de la familia: Bloch-Bauer.

Adele estudió literatura clásica alemana, francés e inglés por iniciativa propia. Era delicada, con tendencia a estar enferma, y daba la impresión de alguien que había sufrido mucho. Su cara delgada y elegante, por otra parte, le daba un aire de intelectual arrogante. Tenía ansias de sabiduría idealista y, para ello, convirtió un salón de su casa -ubicado en la céntrica Elisabethstrasse- en un lugar de encuentro con la élite más progresista en ese entonces.

Entre los invitados más destacados en esas citas estaban los compositores Gustav Mahler y Richard Strauss, los autores Stefan Zweig y Jakob Wassermann, los artistas del círculo de Gustav Klimt, los actores del Burgtheater, y después de la Primera Guerra Mundial, Karl Renner y Julius Tandler.

La musa de Klimt

Según algunos expertos, en todas las representaciones que Klimt hizo de Adele -de hecho en todas las mujeres que le modelaron- se esconde un deseo desbordante del autor, que se percibe en detalles como en la mirada perdida o en la posición de las manos.

El 1919, después de que la pareja de Bloch-Bauer se mudara a su nuevo gran palacio frente a la Academia de Bellas Artes de Viena, Adele erigió una capilla dedicada a Klimt en sus cámaras. Sus pinturas decoraban las paredes, mientras que su foto estaba en una mesa auxiliar (hubo rumores de romance entre ellos, aunque nunca se confirmaron).

Lo que no cabe duda es que Adele Bloch-Bauer fue una mujer especial en su época, algo que todavía trasmite su imagen. Quizá por eso sus retratos son de las obras más codiciadas -y costosas- de la historia del arte mundial.

El 24 de enero de 1925 Adele murió repentinamente a los 43 años de meningitis, en Viena. Despues de su muerte, el “Salón de Klimt” se convirtió en una habitación conmemorativa de su vida y de la del pintor. En su testamento pidió a su marido donar pinturas de Klimt a la Galería Austriaca.

En junio de 2006 el cuadro titulado Adele Bloch-Bauer fue adquirido por la Casa de Nevé en Manhattan por Ronald Lauder, por la suma récord de 135 millones de dólares -jamás pagada por un retrato-y que hoy se encuentra en el museo Nueva Galería, en la Quinta Avenida de Nueva York, fundado en 1996.