Chiquito de la calzada

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Chiquito de la Calzada: "En Japón para comer medio regular hay que ser cinturón negro"

"Cuando cantaba, me pedían que contara chistes y cuando hago humor, me piden que cante", dice el humorista y artista flamenco

Gran momento: cita con Gregorio Sánchez, Chiquito de la Calzada. Quedamos en el restaurante Chinitas y llega un poco tarde, pero se hace perdonar con una de esas salidas que lo consagraron como una superestrella del humor español: «Es que había una manifestación en Calle Larios». La calle Larios, a unos metros de distancia, no presenta


signo alguno de embotellamiento. En realidad se ha retrasado atendiendo a unos amigos íntimos de los que lo rondan constantemente desde que le falta Pepita García, esposa y compañera inseparable de toda

la

vida,

que

falleció

el

pasado

mes

de

marzo.

El restaurante Chinitas es un sitio donde la pareja paraba a menudo para comer. José Sánchez Rosso, el propietario y alma del lugar, es amigo «de cuando yo tenía el pelo ondulado», bromea el humorista. Sánchez Rosso le tiene reservado un lugar de honor a un gran retrato de Chiquito, y asegura que es un éxito comercial. «Todos los días viene algún cliente a fotografiarse con el retrato», dice el dueño. Reunión

de

amigos

El almuerzo se transforma en una reunión de amigos. Además de Sánchez Rosso, se incorpora a la mesa Miguel Ángel Piédrola, propietario de los comercios textiles Río de la Plata y gran aficionado a la música (presidente del Museo Interactivo de la Música y de la Orquesta de Cámara de la UMA). Chiquito se señala la camisa que lleva puesta y le dice: «ésta te la compré hace lo menos 15 años, y mira, impecable». Es cierto. «Yo le he comprado a él todas mis camisas, que han sido mi sello, porque nunca me he disfrazado para salir al escenario. Bigote Arrocet me dijo una vez que era el único humorista que conocía que no tenía que disfrazarse para transformarse en un personaje». De hecho, aunque es historia sabida, el oficio de Gregorio Sánchez hasta que el productor Tomás Summers lo fichó como humorista a los 62 años, era el de cantaor flamenco. «Yo empecé a cantar a los seis o siete años. Estaba con los Capullitos Malagueños, una compañía de chaveas que hacíamos espectáculos flamencos, y a los 13 años gané el primer premio en el concurso de cante del Conservatorio de Málaga», recuerda. Como cantaor se recorrió medio mundo, y asegura que en ningún lugar pasó tanto para comer como en Japón. Si tienen que invitar a almorzar a Chiquito, no le pongan sushi por nada del mundo. «En Japón se come muy malamente, y para comer medio regular tienes que ser cinturón negro de judo», se lamenta. Nada que ver con el Chinitas. «De aquí me


gusta todo: el jamón, las tortillitas de camarones, la carne al ajillo, las gambas...». Sánchez Rosso conoce los gustos del artista, y ordena un plato de jamón, unas tortillitas de camarones, gambas de Málaga, un plato de lomo, salchichón y queso y un entrecot de ternera al ajillo con patatas fritas caseras y ensalada de col lombarda. Para beber, Chiquito pide tinto. Cuando los amigos consideran que ya ha calentado la garganta, Miguel Ángel Piédrola se sienta al piano del restaurante Chinitas y le da el pie para entonar una copla. Cantaor

flamenco

«A estas horas no tengo la voz yo...», se excusa, pero la verdad es que la copla ha sonado muy bien y los presentes le jalean encantados, y Sánchez Rosso es de los que lo ha escuchado cientos de veces. El que tuvo, retuvo. Como cantaor flamenco especializado en cante para el baile, Chiquito actuó en El Pimpi con La Cañeta y La Repompa, La Quica o Pepito Vargas, y más tarde en los espectáculos flamencos del Circo Price con figuras como Rafael Farina. Hizo gira por Europa con Matilde Coral, Farruco, Rafael El Negro, Paco de Lucía, Camarón y Paco Cepero entre otros, y también hizo dos giras por Japón con Mariquilla y Merche Esmeralda. «Lo que pasa es que yo en los entreactos, para dar tiempo a que los artistas se prepararan, salía y contaba algunos chistes, y hubo un momento en que la gente me pedía siempre que contara chistes, lo mismo que después, cuando me dediqué al humor, la gente me ha pedido

que

cantara

algo»,

explica.

Su historia de amor con el humorismo tiene, pues, raíces profundas, pero ni él mismo esperaba convertirse en una figura mítica, con hitos como haber superado en 500.000 espectadores un partido europeo del Real Madrid con la emisión de un recopilatorio de sus chistes en televisión, haber dejado infinidad de giros y expresiones en el acervo popular o haber rodado ocho películas, entre ellas El oro de Moscú. ¿El secreto? Un poco de gracia natural y mucha seriedad en el trabajo. «Cuando yo empecé en Genio y Figura había mucha gente joven que se desmadraba por las noches. Yo me iba a la cama tempranito y a las ocho estaba como una rosa». Ya lo tenía todo en la vida, y sobre todo a


Pepita, a la que ahora extraña. «Se sentaba donde estás tú ahora», le dice a Piédrola, que le ha llevado una foto de su compañera que le tenía guardada. Chiquito besa la foto y apaga con chistes y anécdotas la chispa de la pena. Una, cuando le robaron la cartera en Antequera, y el ladrón, al darse cuenta de quién era el dueño, corrió a devolvérsela. «Como no llevaba más que tres euros, el hombre metió un billete de diez y me dijo que cómo se me ocurría ir por ahí sin dinero, pero esto no se lo cuentes a nadie, que me da apuro que sepan que salgo sin blanca». Mis labios están sellados. EN DOS PALABRAS ¿Su plato favorito?

Me gusta todo lo bueno, la calidad, y soy mucho

de

cuchareo.

¿Un alimento que deteste?

No me gusta el salmón, porque cojo el

bronceado

muy

pronto.

¿Su plato favorito de la gastronomía malagueña?

A mí de la cocina

malagueña me gusta todo, pero me quedo con el gazpachuelo. ¿Qué es lo que no puede faltar en su cocina?

Ahora me falta mi

cocinera, que es lo más importante, pero que no falte... El picoteo. ¿Cuál es el secreto de una comida perfecta? mejor

vete

para

Tener apetito. Si no, Carlos

Haya.

¿Un personaje con el que le gustaría compartir mesa?

Yo he

compartido mesa con todo tipo de personajes. En Torremolinos conocí a Anthony Queen Jr, que se hacía un lío con la palabra ‘cuidadín’. Y le dije

que

quería

comer

con

¿Una receta que le salga bien?

su

padre,

pero

no

pudo

ser.

Yo como mucho en la calle, pero

puedo hacer un filete, unas papas fritas, un huevo frito, una tortillita francesa

o

un

tomate

¿Por qué recomendaría el restaurante Chinitas?

aliñao. Porque son mis

amigos, porque aquí está todo bueno y porque es un sitio único de Málaga, por donde han pasado y pasan grandes artistas flamencos, toreros...


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