Historia del Desarrollo del Servicio Eléctrico en Venezuela 1880-1998

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La construcción exigía una gran cantidad de galerías y túneles y esto hacía que el proyecto tuviera una gran complejidad técnica. La situación financiera de Cadafe no era muy buena y la tarifa de la energía eléctrica era muy baja, por lo que el financiamiento debía realizarse con aportes de capital del Ejecutivo a través del Fondo de Inversiones de Venezuela y créditos nacionales e internacionales. Por parte de Cadafe, al proyecto le fueron asignados una serie de beneficios colaterales que permitían visualizarlo como un plan de objetivos múltiples, no solo como generador de energía eléctrica. Así, por ejemplo, se le atribuía el control de las aguas de los ríos en periodos de intensas lluvias para evitar inundaciones y se le consideraba como una fuente de agua para mejorar la navegabilidad de los ríos en periodo de sequía. En definitiva, en medio de las discusiones sobre las ventajas y desventajas de la obra y a pesar de las incertidumbres, el proyecto se inició en 1978 con el propósito de culminarse entre 1987 y 1990. Proyecto Uribante-Caparo Desarrollo

Central

Presa

Fecha prevista de entrada en operaciones

Capacidad MW

Capacidad Acumulada MW

I

San Agatón

La Honda

Septiembre de 1987

300

300

II

La Colorada

Las Cuevas

En proyecto

460

760

III

La Vueltosa

Borde Seco y La Vueltosa

En construcción

771

1.531

Como lo referimos anteriormente, en los primeros años de la década de los ochenta ocurrió una crisis económica que alcanzó su punto culminante en febrero de 1983 e influyó decididamente en la cantidad de recursos asignados al proyecto Uribante-Caparo. La crisis económica, junto al crecimiento de la demanda, tuvieron un efecto devastador en Uribante Caparo. A esta situación se sumaron deficiencias administrativas y retrasos en las obras, que incrementaron de manera importante el costo del proyecto y obligaron a paralizar el segundo desarrollo y a extender el plazo del tercero. Para 1985 un análisis de la situación del proyecto concluyó que los costos se habían incrementado en 70% por encima de lo previsto. Se hallaron problemas geológicos y de índole técnico y administrativo. Cadafe informó a los contratistas mayores acerca de las dificultades para obtener recursos financieros y les solicitó disminuir el ritmo de las obras. El Fondo de Inversiones de Venezuela, principal financista del proyecto, había reducido su capacidad para aportar financiamiento. De igual manera, las exigencias de los sectores a ser atendidos aumentaron significativamente, debido a la disminución de las fuentes de financiamiento nacional e internacional. Se profundizaban la crisis financiera global y los problemas de deuda externa de los países de Latinoamérica y de Venezuela en particular. A ese panorama económico se sumaba la difícil situación de Cadafe y el descuido gerencial del proyecto para mantener un adecuado control del flujo de fondos del mismo y sin una detallada supervisión y control de los gastos del propio proyecto hubo que detener la continuidad de las obras. Para la segunda parte de la década de los ochenta, la puesta en servicio de la etapa final de Guri y su sistema de 765 kV capta la atención de todo el sector eléctrico. En virtud de los bajos costos por unidad de energía eléctrica producida, se estima que en los noventa serán las plantas del Bajo Caroní (Macagua II, Caruachi y Tocoma) las que recibirán prioritariamente los escasos recursos económicos disponibles. Etapa 8: 1978-1988

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