Libro Las Huellas de Guatemala

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Las huellas de Guatemala

trataba de una embajada enviada por Moctezuma II quien, seguramente, comunicaba sus temores por la presencia de los españoles en las islas del Caribe, conocida por él años antes que los primeros navíos tocaran las costas de México en 1518. Los k’iche’ recibieron embajadas similares; sin embargo las contiendas entre ellos y los kaq’chiqueles no cesaron hasta la llegada de los españoles. En 1520 el cronista kaq’chiquel da cuenta del más terrible flagelo de la conquista, que habría de devastar a las poblaciones mesoamericanas mucho más que la guerra y sus secuelas: la peste. Cuatro años antes que Pedro de Alvarado y sus huestes ingresaran a Guatemala ya lo habían hecho las enfermedades traídas por ellos: “Primero se enfermaban de tos, padecían de sangre de narices y de mal de orina. Fue verdaderamente terrible el número de muertes que hubo en esa época... Poco a poco grandes sombras y completa noche envolvieron a nuestros padres y abuelos y a nosotros también ¡oh hijos míos! Cuando reinaba la peste... Grande era la corrupción de los muertos... Los perros y los buitres devoraban los cadáveres. La mortandad era terrible”.

D E ENCOMENDEROS A FINQUEROS A lo largo de los siglos XVI y XVII , la enorme mortandad de los indígenas por las pestes de sarampión y de viruela, su explotación como cargadores y su venta como esclavos, despoblaron el territorio y vulneraron el sistema de encomiendas y tributos; de manera que sólo pudieron sobrevivir como encomenderos los de mayor jerarquía, que habían recibido grandes encomiendas: es decir, muchos indígenas obligados a servirlos, a producirles los alimentos y a construir sus casas. Los medianos y los pequeños encomenderos, en cambio, se quedaron sin siervos ni tributarios por la peste y muchos de ellos dejaron Santiago de los Caballeros para trasladarse a distintos puntos del


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