Sol Espiritual (Jakob Lorber)

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_______________________________El Sol espiritual 1_______________________________ Pero si se entristece y dice: “Señor, Tú sabes cuanto te amo, ¿por qué me has infligido tanto dolor y semejante tristeza?”. ¡Entonces ese hombre ama a su mujer más que a Dios! 23 Aunque ese hombre sobreviva a su mujer muchos años, aunque la olvide con el tiempo y se entregue enteramente al Señor, el antiguo amor se conservará todavía en el fondo de su corazón. Sólo haría falta que su mujer volviera después de diez años y él, encantado, la recibiría con el mayor amor, sobre todo si se le presentara “espiritualmente rejuvenecida”». 24 «¿Cómo será eso posible si el viudo se ha entregado completamente al Señor?», preguntan los visitantes. «Os pregunto: ¿Acaso tal entrega fue voluntaria o por resignación? ¿Acaso se hubiera entregado al Señor si Él no le hubiera quitado su mujer? Ante el Señor sólo cuenta la libre voluntad y la abnegación total en todo. 25 Este hombre se entristeció con la pérdida de su mujer, y por eso fue por lo que se dirigió al Señor: para encontrar consuelo y curación a su corazón roto. 26 En semejantes condiciones, ¿qué significaba el Señor para él? ¿Acaso fue el amor principal de este hombre? ¿No habrá sido más bien sólo un calmante para el dolor sufrido, un parche curativo? En tal caso resulta claro que el Señor fue el segundo. Y nadie puede decir que el amor por gratitud sea igual que el amor principal. 27 Si un hombre ama a un benefactor que le ha hecho feliz, ¿acaso este amor no es distinto de aquel con el que ama la buena suerte que le cupo? Yo diría que la diferencia entre estas dos formas de amor es considerable, porque el amor al bienhechor no es sino una consecuencia del amor principal que se concentra en el bien recibido; con lo cual no se trata del amor principal sino sólo de uno secundario. 28 ¿Cómo pensáis que tal amor podría sostenerse ante el Señor, si el hombre debería ver su verdadera suerte sólo en Él, y desde esta óptica todo lo demás debería resultarle nulo y sin valor, y por eso eternamente prescindible? Para sus adentros el hombre debería sentir y decir: “Si tengo al Señor, entonces no pregunto por el Cielo ni por la Tierra, y menos aún por una mujer”. 29 Ahora podréis comprender por qué os insistí tanto en que el hombre debe examinarse minuciosamente para ser consciente de hasta qué punto llega su amor a Dios y cuánto ama a su mujer. Porque el Señor mismo dice: “Quien ama a su padre, a su madre, a su mujer, a su hermano o a sus hijos más que a Mí, no me merece”». 30 «¿Acaso está perdido el hombre cuyo amor hacia el Señor es secundario?». «Ni mucho menos», responde el guía. «Pero no podrá llegar al Señor mientras no se haya alejado por completo de su amor principal y no haya transformado su amor secundario en principal. 31 De las dificultades que eso puede suponer ya os habéis hecho cierta idea al observar esta asamblea. En el próximo escenario todo ello os resultará aún mucho más evidente. Allí podréis ver que cuando un matrimonio vuelve a encontrarse en el reino de los espíritus, frecuentemente su amor equivocado, y en apariencia extinguido por completo, se despierta de nuevo. ¡Continuemos, pues!». 22

35 Un matrimonio se encuentra en el Más Allá 1

Todavía dirigiéndose a los visitantes, el guía continúa: «Allí se encuentra la pareja en cuestión; precisamente llegamos en el momento justo». «¿Qué tiene de particular este matrimonio?». «La mujer murió apenas seis años antes que su marido. Él se afligió mucho, pero al correr del tiempo se entregó con ardor a la religión y vivió una vida acorde con sus nuevos sentimientos. También ahora ha sido llamado de la Tierra y hace muy poco que llegó aquí. Esto como introducción; lo demás ya lo veréis. 2 Ya hemos alcanzado a la pareja. Escuchad, porque ella ya le está dirigiendo la palabra». - 79 -


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