Glosario rural

Page 1

Silvino Pascual Martín

GLOSARIO CASTELLANO RURAL TRADICIONAL

PALABRAS, MODISMOS Y FRASES HECHAS RECOGIDAS EN Y DESDE TEJARES DE FUENTIDUEÑA (SEGOVIA)

Con explicaciones semánticas, fonéticas, etimológicas y etnográficas

—1—


DEDICATORIA A Maite y Eneko, que me animan cuando escribo. A mis padres, Florencio y Socorro, primeros referentes en el aprendizaje de la lengua. A mis abuelos y familiares, a quienes escuché, con quienes compartí lenguaje y vida, y muchos de los cuales, siguiendo la ley inexorable del trancurrir del tiempo, ya no están con nosotros. A todos los vecinos de Tejares, los que están y los que se fueron. A todos los que forman parte de la Asociación de Amigos de Tejares, entre los que hay jóvenes que percibirán, a través de las palabras, las costumbres de antaño. A todas las gentes de los pueblos limítrofes, especialmente de El Vivar, donde gocé de mi familia materna, de Castro, de Cobos, de Fuentesoto y San Miguel. A cuantos me enseñaron en las aulas a amar la lengua.

—2—


PRÓLOGO Cuando comencé a escribir este glosario, por puro divertimento, tras pasar unos días en el solar de mi infancia, pensé que en pocas páginas y en no muchas horas daría fin a este trabajo. Pero como el propósito de esta recopilación era tan amplio, por querer abarcar a un tiempo fonética, etimología, semántica y etnografía, en seguida me di cuenta de que nuevas palabras reclamaban mi atención y de que las horas se multiplicaban. Por otra parte, era necesario poner límites a mi cometido, pues no se trataba de reescribir el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE). Los términos recogidos son propios del mundo rural tradicional castellano, incluyendo algunos localismos y vulgarismos, con alusiones bien concretas a Tejares y con referencias a otros pueblos del entorno (entre los que destaca El Vivar, patria chica de mi familia materna), pertenecientes la mayoría a la que se llamó en la Edad Media Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña. NOTA SOBRE TEJARES DE FUENTIDUEÑA (SEGOVIA) Es una de esas localidades tocada por la despoblación. Está situada al nordeste de la provincia, a unos 30 kilómetros aproximadamente de Cantalejo, de Aranda de Duero, de Peñafiel y de Sepúlveda. Es pedanía de Fuentesoto. A algo más de 1000 metros de altitud. Nunca tuvo más de 40 casas ni más de 200 habitantes, pero con el éxodo rural desde mediados de los años 50 hasta 1970, el pueblo quedó en mínimos demográficos. Fue una pequeña comunidad organizada en la que había todos los servicios a pequeña escala: Maestra, cartero, zapatero, carpintero, albañil, además de herrero, cura y médico rural (que venían de Fuentesoto), tienda de comestibles y de telas y mercería. Ahora sobrevive del mejor modo que puede y solo en verano vuelve a recobrar un pulso sereno, pero interesante. En el glosario que ofrecemos a continuación quedan reflejadas todas las actividades, oficios y circunstancias tradicionales de este pueblo y, desde él, de otros muchos de Castilla, pues, al margen de los localismos, hay muchas palabras de uso general. Es probable que, si lo intentas, puedas encontrar alguna casa, aunque sea para reconstruir. Si has corrido mucho mundo y piensas que un rincón sereno puede merecer la pena, quizá tu lugar esté ahí. El diccionario de Madoz (obra publicada entre 1845-1850) dice de Tejares: “Lugar con ayuntamiento de la provincia y diócesis de Segovia (a 11 leguas), partido judicial de Cuéllar (6 leguas y ¼); audiencia territorial de Madrid (23 leguas), en la región de Castilla la Nueva; situado en terreno llano; le combaten los vientos del N., E. y O.; el clima es sano, padeciéndose por lo común algunas pulmonías. Tiene 20 casas; la de ayuntamiento, que a la par sirve de cárcel; escuela de ambos sexos dotada con 12 fanegas de trigo, y una iglesia parroquial (Santa María Magdalena), curato de entrada y de provisión real y ordinaria; el cementerio está en parage que no ofende la salud pública, y los vecinos se surten de aguas para sus usos de las tres fuentes que se encuentran a 250 pasos de la población. Confina el término al N. con Fuente Soto y Valtiendas; al E. con Torreadrada y Castro de Fuentidueña; al S. Cobos, y al O. San Miguel de Bernuy y Fuentidueña; se estiende ½ legua por el N. y 1 por el E., S. y O., y comprende a la parte S. un gran terreno de monte, que en el día no merece este nombre por estar muy poco poblado. El terreno es de mediana calidad. Caminos los que dirigen a los pueblos limítrofes; atravesando el término, un camino real que de Segovia va a Aranda; el correo se recibe en la administración de Peñafiel por valijero que paga la tierra de Fuentidueña, en cuya villa deja y toma la correspondencia los martes y sábados; produce trigo, cebada, centeno, avena, garbanzos, nabos esquisitos, yeros y —3—


muelas; mantiene ganado lanar y vacuno, y cría caza de liebres, conejos y perdices; población 13 vecinos, 51 almas. CAP. IMP. 5,462 reales CONTI. 20’72 por 100.” Sobre lo que dice Madoz algunas cosas han variado. El correo, hasta época reciente, se recibía en Tejares desde Segovia, pero la cartera pasó finalmente a Fuentesoto. Nunca en los últimos 50 años hubo nabos exquisitos ni ganado vacuno. Hacia 1950 había unos 35 vecinos. Con la despoblación y el cese del pastoreo de ganado lanar, el monte se está recuperando.

GEOLOGÍA Y GEOGRAFÍA DE LA COMUNIDAD DE FUENTIDUEÑA Desde el punto de vista geográfico, la Comunidad de Fuentidueña ocupa la llamada Cuenca Sedimentaria o Meseta, pudiendo distinguirse varias unidades naturales: los páramos (con una altitud media de 900 m), los valles (resultado de antiguos ríos), los interfluvios (tierras entre antiguos ríos), los arenales (extremo norte de la amplia comarca de Tierra de Pinares), las cuestas (con parte de los términos de San Miguel, Tejares, Fuentesoto, Castro y Torreadrada) y terrenos ondulados formados por conglomerados. —4—


Desde el punto de vista geológico, los materiales más antiguos de la comarca son de la Era Secundaria con presencia del mar, como lo atestiguan los fósiles de almejas, caracoles, erizos y estrellas de mar. Han sido muy buscados, pero a poco que paseemos por la pedriza de Tejares, Fuentidueña y alrededores los encontraremos. Es preferible dejarlos in situ como testimonio para futuras generaciones. La era geológica predominante es el Cenozoico (Terciario y Cuaternario). El plegamiento alpino del terciario hace surgir la Cordillera Central y la Cuenca Sedimentaria. En esta predominan los páramos calizos y, en menor medida, espacios ocupados por margas, arcillas y conglomerados. En los términos de Fuente el Olmo, Torrecilla, San Miguel y Cobos tenemos arenales silíceos del cuaternario, procedentes seguramente de las alteritas del Sistema Central, arrastradas por los ríos que iban al Duero y por los fuertes vientos del Pleistoceno. Los suelos son del tipo inceptisols (calveros sin vegetación) y entisols (tierras más fértiles formadas por limos fluviales y sedimentos recientes). El único río importante de la comunidad es el Duratón, con 115 km de recorrido desde Somosierra hasta el Duero, donde desemboca junto a Peñafiel. El clima es mediterráneo continentalizado, con un invierno muy largo y frío y un verano muy cálido, aunque suele refrescar por las noches. La elevada altitud media favorece los anticiclones en invierno y las depresiones en verano que traen fuertes tormentas. Los bosques se han perdido para hacer tierras de cultivo. Quedan, como testigos del pasado, pequeñas masas de quejigar, encinar y enebral. Y en las zonas arenosas, favorecido por el hombre, crece el pino resinero (Pinus pinaster). Cerca de los ríos, las choperas. En las últimas décadas hay un poco más de amor al árbol en sí mismo, pero tradicionalmente ha habido un gran desapego a toda planta que no fuera visiblemente productiva. Los cultivos de secano son los predominantes: trigo, cebada, avena y centeno. Hace no muchos años, se cultivaban yeros, algarrobas y garbanzos. En las últimas décadas se ha introducido el girasol. En regadío se da la remolacha azucarera. La ganadería estuvo bien representada por las ovejas, de las que hubo muchos rebaños, pero hoy están en declive, lo mismo que el oficio de pastor. Como fauna, asociada a lo poco que queda de quejigar y de encinar, tenemos mamíferos como el jabalí, el ratón de campo, el lirón careto, el conejo, el erizo, el tejón y el gato montés; aves como el pinzón, el petirrojo, el carbonero, el zorzal, la oropéndola, la tórtola, la paloma torcaz, el águila calzada, el búho chico, el cárabo, la curruca y el arrendajo; reptiles como la culebra de escalera. En las zonas de cultivo y sus aledaños hay aves granívoras e insectívoras, acechadas por milanos y cernícalos. En el ecosistema de ribera podemos encontrar, además, aves como la cigüeña, el ánade real y el martín pescador; aves rupícolas como el buitre, el mochuelo y la lechuza; peces como la trucha, el barbo y la bermeja; reptiles como la culebra de collar y la lagartija; anfibios como la rana y el sapo y mamíferos como la rata de agua y la musaraña. APUNTES SOBRE LA HISTORIA DE LA COMUNIDAD DE FUENTIDUEÑA Aunque los escasos restos encontrados hablan de pobladores desde la Prehistoria, no es hasta la Edad Media cuando se da una población organizada desde el punto de vista social, político y religioso. En el siglo VIII, en el momento de la invasión musulmana, apenas habría enclaves de población y, en todo caso, serían minúsculos, rodeados de enormes extensiones de montes de encinas y pinos. Pasados los invasores, o bien el territorio se despobló casi

—5—


totalmente (teoría de Sánchez Albornoz), o bien la poca población existente se quedó, pero más dispersa y desorganizada que antes (teoría de Julio Valdeón y otros historiadores). En cualquier caso suele hablarse de repoblación, que tuvo lugar entre el 711 (entrada de los musulmanes) y el 1085 (conquista de Toledo por Alfonso VI). Entre los siglos VIII y IX convivirían las poblaciones autóctonas con hispano-romanos, visigodos y los recién llegados musulmanes. En el siglo X, con la crisis política de AlAndalus, grupos de cristianos se asientan al sur del Duero, en las cuencas del Duratón y del Riaza. Y así, en el 937, el conde Fernán González hace donación del monasterio de Santa María de Cárdaba a San Pedro de Arlanza, y en el 940 ocupa Sepúlveda. Pero las posteriores campañas de Almanzor vuelven a causar despoblación. Tras el año 1002, los territorios reconquistados al sur del Duero (Extremadura castellana) se convierten en tierra de promisión para muchos que querían escapar del feudalismo del norte, y sería el conde castellano Sancho Garcés el coordinador de esta nueva repoblación, realizada a principios del siglo XI en Sacramenia y sus alrededores. A partir del 1085 se acentúa el fenómeno migratorio y repoblador, pero la repoblación definitiva se produce con Alfonso VIII (1158-1214), una repoblación concejil frente a la señorial que prevaleció al norte del Duero. Los pueblos de la Comunidad de Fuentidueña surgen o se consolidan de forma definitiva entre los siglos XII y XIII. Los repobladores procederían de Palencia y Burgos (hay topónimos que se repiten en esta comunidad y en esas provincias), pero también de otros lugares e incluso de Francia (un patronazgo como el de San Mamerto, obispo francés de Vienne, en Tejares, abonaría esta hipótesis). En la segunda mitad del siglo XIII hay despoblación, porque muchos emigran a las nuevas tierras conquistadas en Al-Andalus, ante la depresión de la agricultura. En los inicios del siglo XIV hubo muy malas cosechas, después Fuentidueña es convertida en señorío. Don Tello puede ser considerado como primer señor de Fuentidueña. A mediados de siglo, la peste negra produce gran mortandad y algunas aldeas de la comunidad se despueblan. El siglo XV está marcado por el señorío de los Luna y la población se recupera poco a poco del bajón sufrido con la peste negra. En el siglo XVI se suceden los señores de Fuentidueña: don Pedro de Luna Bobadilla, don Álvaro de Luna Manrique (casado con doña Mencía de Mendoza), don Antonio de Luna Valois, don Álvaro de Luna Sarmiento y don Antonio de Luna Enríquez. En agricultura hay que resaltar el cultivo del zumaque (arbusto cuyo fruto contiene mucho tanino empleado para curtir pieles) y la rubia (planta cuya raíz pulverizada daba un producto rojizo muy usado en tintorería). El sector pecuario se caracterizó por el auge del ganado ovino, favorecido desde que se creó la Mesta en 1237. La economía popular se completaba con aves de corral, palomas y colmenas. Los cereales se cultivaban con el sistema de rotación bienal (un año de cultivo y otro de barbecho). Las muchísimas faenas agropecuarias mantenían ocupada a la gente todo el año. En el siglo XVII Fuentidueña pasa de señorío a condado: don Antonio de Luna Enríquez fue hecho conde en 1602 por Felipe II. Le sucede su hija doña Ana de Luna Enríquez y Mendoza y otros condes se fueron sucediendo a lo largo del siglo, en el que muchos se hacen palacios en Madrid para estar más cerca del rey. A raíz del concilio de Trento (1545-1563), se crean los libros parroquiales, fuente histórica muy importante para conocer avatares de los pequeños pueblos, pero dichos libros no se hacen efectivos hasta finales del siglo XVII.

—6—


En el siglo XVIII don Cristóbal Gregorio Portocarrero, cuarto conde de Fuentidueña, fue un personaje muy influyente durante los reinados de Felipe V, Fernando VI y Carlos III, llegando a tener los cargos de mayordomo de la reina y presidente del Consejo de Indias. Hubo periodos de crisis por sequía y plagas de langosta. Se crean hospitales en Fuentidueña (la Villa), Fuentesaúco y Fuente el Olmo. En 1752 el Marqués de la Ensenada ordena hacer su famoso Catastro con datos individualizados sobre cada pueblo. Por referirnos a Tejares, diremos que llama la atención el hecho de que hubiese 83 colmenas, así como un palomar, ganado vacuno, mular, yeguar, jumentil, lanar basto, cabrío y de cerda. También se dice que había dos eclesiásticos: un cura párroco y un beneficiado. Son muchos los detalles de cada pueblo, que exceden este resumen. Otra cuestión muy importante de este siglo es la aparición de los cementerios, pues se venía enterrando dentro de las iglesias. Esa costumbre podía traer epidemias y, por ello, en 1787, reinando Carlos III, se promulga el Memorial de Campomanes, instando a la creación de un cementerio único en cada pueblo. Esto no fue bien aceptado, por lo que se seguirá dando leyes en este sentido, aunque se permitían las sepulturas de distinción para personas con derechos adquiridos en los templos. No se generalizará el enterramiento en cementerios hasta los años treinta de siglo XIX. En el siglo XIX la Guerra de la Independencia tuvo consecuencias económicas muy negativas en nuestros pueblos. Los impuestos, unidos a las malas cosechas, trajeron más pobreza, hasta el punto de que el cura de Fuentesaúco, en un apunte referido a los años 1804-1805, dice que la escasez era tan grande que muchos se mantenían con yerbas del campo y tortas de salvados… Así que en esos años y los posteriores hubo gran mortandad. En 1814, con la vuelta de Fernando VII, comienzan unos años de gobierno absolutista y una ligera recuperación económica. Entre 1820 y 1823, el Trienio Liberal, con su ambigua política agraria, fue recibido con indiferencia e incluso con hostilidad, quizá azuzada por el estamento eclesiástico. Tras 1823 comienza la Década Ominosa con medidas represivas. Poco influyeron las Guerras Carlistas (1833-1876) entre los absolutistas, partidarios de Carlos María Isidro de Borbón y sus descendientes, y los liberales, partidarios de Isabel II de España. La Desamortización, con sucesivas leyes que van desde 1836 a 1895, y que se dio por concluida en 1924, puso en venta muchos terrenos, gran parte de ellos propiedad eclesiástica, que fueron comprados por nuevos propietarios. Los campesinos pobres no mejoraron nada; los que ya tenían hacienda la aumentaron. Madoz fue uno de los implicados en el proceso desamortizador y ordenó su famoso diccionario para inventariar todas las posesiones de España. En él aparecen todos los pueblos. Lo que dice de Tejares ya lo hemos expuesto. A finales del siglo XIX aparecen los registros civiles y los libros de actas de los ayuntamientos. En el siglo XX se van sucediendo los acontecimientos: la dictadura de Primo de Rivera (1923), la proclamación de la 2ª República (1931), la Guerra Civil (1936-1939), la larga posguerra y la llegada de la democracia (Constitución de 1978). El hecho más traumático fue la Guerra del 36, en la que murieron muchos tanto del bando vencedor como del republicano. Los nombres de los muertos del bando vencedor aparecían en lápidas en las iglesias o en monumentos a los caídos. Tras la guerra se imponen las cartillas de racionamiento. Sabemos que en 1948 el suministro mensual por persona era de medio litro de aceite, 200 gramos de azúcar, otros 200 de sopa y 50 gramos de café, y para los niños 700 gramos de azúcar y dos botes de leche condensada. En los años 50 llegan el teléfono y la televisión y el campo se va mecanizando poco a poco. El éxodo rural produce despoblación. Últimamente se incentiva la fusión de municipios y la gestión común de ciertos servicios, pero, a veces, las fusiones acaban en perjuicio para los pueblos más pequeños. Los pueblos parecen más vivos en verano. El futuro no parece por ahora muy alentador, debido al envejecimiento de la población…

—7—


CLASIFICACIÓN DE LOS VOCABLOS POR ÁREAS DE INTERÉS

1.º El mundo de las plantas: Como los pueblos pequeños son un conjunto de casas en medio del campo, el contacto con las plantas es continuo y necesario. Otra cosa son las grandes ciudades, que constituyen trocitos de campo (llamados parques, jardines y bulevares) en medio de una inmensa aglomeración de casas y superficies asfaltadas. Las plantas son llamadas con nombres populares, que no solo difieren de unos pueblos a otros, sino que, además, pueden hacer referencia a plantas muy parecidas entre sí, pero que pertenecen a especies distintas. En todos los casos, se ha intentado dar el nombre científico al que alude la denominación vulgar. Se han recogido las plantas más significativas, o aquellas que más destacan en la mente del recopilador. No se ha pretendido, naturalmente, hacer un tratado de la flora castellana. En los nombres recogidos observamos los siguientes fenómenos: -Ballico y aballico: Vacilación entre la forma con prótesis y sin ella. -Acidera y aciderón: Por relación con ácido, en vez de acedera, acederón, relacionados con acedo y acedar. -Berros/berras: Uso generalizado del plural para referirse a estas plantas. -Localismos: Borrajas (para designar a la lenteja de agua), cagao de rana (nombre burlón para referirse a un alga verde), carambujo (palabra transformada a partir de escaramujo, con aféresis de la sílaba es- en inicio de palabra e introducción de una -mepentética, o, quizá, según Segura Munguía, palabra formada a partir del hipotético *scarambuculus), carniruelos (para designar a la Chondrilla juncea), chaparro (nombre usado para el enebro), clavel (nombre con el que se designan varias plantas a falta de conocimiento de otros nombres), espadaña (para el lirio y los juncos, también llamados cuetes, por cohetes), guindo (nombre del Solanum pseudocapsicum), hoja [de] romana (Tanacetum balsamita), jalvias (cualesquiera plantas arbustivas de porte similar a la salvia), lata (chopo joven y recto), lenchiterna (lechetrezna), pegote (lampazo menor), peranzul (azulejo, aciano), perejilón (Conium maculatum), perigallo (flor de la amapola), pluma de Santa Teresa (tanaceto), amapola de jardín (adormidera), anís (hinojo), abueluchos (vilanos), etc. -Corregüela: Desarrollo de una velar, a partir de la u semiconsonántica de correhuela. -Enredadera: Nombre genérico de cualquier planta trepadora, capaz de cubrir muros o verjas. -Fréjoles: Judías verdes, llamadas vainas en Aragón, Asturias, Burgos, Navarra, País Vasco y Rioja. Observemos que frijol es el nombre que se da a la judía (planta, fruto, semilla) en América. -Malvarrial: Malva real (Se deshace el hiato: real>rial, y se suprime el acento de malva, haciendo una sola palabra del género masculino: los malvarriales). -Nícalos: Níscalos. (Quizá se aspiró la s en la sílaba trabada nis- y, perdida la aspiración suave, se redujo a ni-). -Nogala, olma: Femeninos para indicar árboles grandes de copa ancha, conseguida al podar las guías para facilitar el crecimiento a lo ancho. El resto de los nombres de plantas del glosario están ampliamente extendidos por Castilla, e incluso por España. No podían faltar los cereales más sembrados (trigo, cebada, avena, centeno), ni algunas legumbres como los yeros y las algarrobas.

2.º El mundo de los animales : Tampoco se pretende en este campo hacer un tratado de la fauna castellana. Se han recogido, por lo general, nombres populares ampliamente extendidos. Algunas particularidades: —8—


-Buche: Borriquillo. -Fínife: Palabra preferida frente a cínife. -Cortapichas: Nombre entre vulgar y burlón de la tijereta. -Chicharra: Preferida a cigarra. -Parro: Palabra onomatopéyica para referirse al pato (parr, parr, parr…). -Manso: Para referirse al tritón. -Escuerzo, mastuerzo: Para referirse al sapo. -Gurriato: Nombre preferido frente a gorrión. -Pajarota moñuda: Cogujada común.

3.º Palabras referidas a excrementos: Cagarrutas, moñigos, gallinaza, palomina, etc.

4.º Los pescados: Se recogen algunos por su denominación particular: -Besugo negro: Palometa. -Cabezote: Pescado rojizo y de cabeza grande. Se dan varias posibilidades. -Charro: Por chicharro (con aféresis de la sílaba inicial). -Mermeja: Por bermejuela (asimilación de labiales: Bermeja>mermeja). -Rampliega: Por lamprea (metátesis de líquidas, diptongación y quizá epéntesis de g). 5.º La matanza: Palabras como tajo, botagueña, calducho, chicharrón, etc. 6.º Interjecciones para llamar o espantar a los animales : Tova, tuso, bis-bis, micho, ooos, piras-piras-piras, gorri-gorri-gorri…

7.º

Fenómenos

meteorológicos: Niebla meona, invernizo, zuruza,

aguarradillas, etc.

8.º Palabras de interés etnográfico: Se analiza en ellas la evolución de las costumbres. Palabras como: agricultor, palomar, cocina, escoba , cura, pastor, médico, zapatero, maestra, escuela, iglesia, etc.

9.º Enfermedades del ganado o relacionadas con él: Triquinosis, coccidiosis, glosopeda (vulgarizada como gusupera), etc.

10.º Aperos de labranza: Arado, trillo, hoz, bieldo, azada, azadilla, etc. 11.º Juegos: De calle: Chito, chufa, burro uncido, etc. De mesa: tute, subastao, etc.

12.º Cosas de la casa: Toza, serillo, salgadero, orinal, badil, cucharrena, balde, barreño, plancha, argadillo, palangana, etc. 13.º Cosas relacionadas con la Iglesia : Bodigo, hachero, tabla de cera hilada, responso, bonete, etc.

14.º Vocablos coloquiales: Ocupan una parte importante de este glosario. Basta darle un vistazo para caer en la cuenta de ello. —9—


15.º Recipientes para distintos usos: cesta, cesto, canasto, canasta, covanillo, conacho, espuerta, serón, serillo, capazo, etc.

16.º Nombres populares de monedas antiguas: rubia, perra gorda, perra chica, duro, dos reales.

17.º Vulgarismos, arcaísmos y palabras no recogidas por la RAE: Los vulgarismos tienen como finalidad observar cómo evoluciona la lengua cuando predomina la transmisión oral y cómo existe una pugna entre el uso, la norma, el pueblo llano y la presión culta. Se recogen algunos arcaísmos como aburrir (con el significado de aborrecer), cuasi (por casi), etc. Muchas palabras tradicionales están cayendo en desuso al desaparecer las actividades o los utensilios que designan. Entre las palabras no recogidas por la RAE están los vulgarismos y algunos localismos. Estos pueden ser formaciones bien justificadas, como es el caso de rebilla (palabra formada a partir del latín *ripella, orillita) o palabras más dudosas. Todo ello se comenta en cada entrada de este glosario. CÓMO ESTÁ ORGANIZADO EL GLOSARIO Todos los términos están ordenados alfabéticamente. Entre paréntesis se hace un resumen de la etimología de la palabra, generalmente siguiendo el criterio de la RAE, completado, en algunos casos, con el diccionario etimológico-crítico de Joan Corominas. Cuando no se da la etimología es porque se deduce fácilmente de la dada en palabras de la misma familia, o porque se desconoce. Después se da la definición de la palabra, que, en muchos casos, está copiada de la RAE, ya sea literalmente, ya recogiendo el sentido con palabras propias. En las palabras que no figuran en la RAE se hace un análisis de las mismas (etimología y definición) y se explica por qué no están recogidas: por ser vulgarismos flagrantes, por ser variantes fonéticas comprensibles pero de uso no generalizado, por ser localismos, etc. Después de la definición puede haber comentarios que sitúan la palabra en su contexto sociológico y etnográfico. A veces, se dan ejemplos de uso. También se recogen frases hechas, frases arrefranadas y refranes que tienen como base la palabra de referencia. Algunas frases hechas y locuciones tienen entrada propia. En ocasiones las palabras aparecen en el diccionario de la RAE, pero no con las acepciones o matices que son habituales en la zona de referencia de este trabajo. Se dan varias acepciones cuando es necesario, recogiendo aquellas que son más propias de la zona. En los pocos casos que es necesario se dan los homónimos (palabras iguales, pero con distinto origen y significado, como sucede con arrendar, vencejo, hoz, so). El presente glosario puede usarse de varios modos: leyendo palabra por palabra (lo que podría resultar aburrido), parándose en aquellas palabras que más choquen o buscando palabras que uno cree que es razonable que estén en una recopilación como esta. Cuando se dé este último supuesto, el autor agradecería la comunicación para ver si la palabra propuesta debe ser incluida. En cualquier caso, repito que no se trata de reescribir el diccionario de la RAE ni de recoger vulgarismos a troche y moche.

—10—


Muchas palabras están ilustradas con imágenes sacadas de internet, sobre todo las que aluden a plantas y animales, con intención de aclarar la idea que se da en la definición. EXPLICACIONES DE EVOLUCIÓN FONÉTICA La lengua es una manifestación típicamente humana y, como la vida misma, está sometida a continuos cambios, a los que llamamos evolución. Los cambios prosódicos obedecen al principio de máxima economía compatible con la intelegibilidad del código. El latín fue la lengua traída por Roma, y se asentó sobre el sustrato celtíbero precedente. Eso hizo que el latín de Hispania adquiriese un acento especial. Cuando cae el Imperio y cesa la presión culta de la administración romana y de las escuelas, el latín se fragmenta y aparecen las lenguas romances, entre las que está el castellano. En la evolución del latín al castellano hay que tener en cuenta el sustrato celtíbero, el adstrato vasco y el superestrato árabe.

1.º Evolución de las vocales: En latín había 10 vocales: 5 largas y 5 breves, que quedaron reducidas a un sistema de 5 vocales en castellano. (El signo > indica el sentido que ha seguido la evolución: damnatum>dañado, es decir, del latín damnatum ha salido la palabra castellana dañado). -Las vocales largas tónicas se conservan todas en castellano: Senatum>senado; decretum>decreto; maritum>marido; pastorem>pastor; censuram>censura. -Las vocales breves: La a breve, tónica o átona, se conserva: sacerdotem>sacerdote; la e breve tónica diptonga en -ie: Herbam>hierba; la i breve tónica pasa a e: silvam>selva; la o breve tónica diptonga en –ue: sortem>suerte; la u breve tónica pasa a o: currere>correr. -Las vocales en sílaba postónica tienden a desaparecer: nobilem>noble. Este fenómeno aún perdura en el habla popular: guapísima>guapisma.

2.º Evolución de los diptongos: au>o; ae>e (y a veces sigue la evolución a ie); au>o. Ejemplos: Paucum>poco; praemium>premio; poenam>pena; caelum>cielo. 3.º Evolución de las consonantes en sílaba inicial y final: -En sílaba inicial se conservan, excepto la f , que puede conservarse ante diptongos, o perderse pasando a representarse ortográficamente con h: fabam>haba; fontem>fuente. Sin embargo, sin diptongo: hontanar. -En sílaba final se pierden todas excepto l, s. La r pasa a sílaba interior (metátesis): mel>miel; minus>menos; semper>siempre; inter>entre; quattuor>cuatro.

4.º Evolución de las consonantes sordas y sonoras intervocálicas: p, t, c [k]>b, d, g. Las sordas sonorizan: Ejemplo: apotheca>bodega (con aféresis de a inicial). Las sonoras b, d, g pueden desaparecer o conservarse: lumbum>lomo; paradisum>paraíso; reginam>reina.

5.º Evolución de los grupos –gn-, -nn-, -mn-: Palatalizan pasando a representarse con la grafía ñ: signalem>señal; damnum>daño; pannum>paño.

—11—


6.º Evolución del grupo –ct-: Evoluciona a la palatal africada sorda ch. La c desarrolló una i que contagió su carácter palatal a la t. Ejemplos: Noctem>noite>noche; octo>oito>ocho; lacte>laite>leite>leche. 7.º Evolución del grupo consonántico –c(u)l-: Desaparece la u breve postónica y el grupo cl palataliza en ll, pero, por influjo del mozárabe, la palatal lateral pasa a velar fricativa sorda, representada hoy como j: auriculam>orec´la>orella>oreja. 8.º Evolución del grupo consonántico –li+vocal: Presenta la misma evolución que el grupo –c(u)l-. Ejemplo: consilium>consello>consejo.

9.º Evolución del grupo consonántico –ti+vocal: Evoluciona a ci. Ejemplo: malitiam>malicia.

10.º Evolución de los grupos consonánticos cl-, fl-, pl-: Dan la palatal lateral ll. Ejemplos: clamare>llamar; flammam>llama; plagam>llaga.

11.º Evolución de s líquida inicial, i consonante, -x- intervocálica, grupo –ns-: La s líquida desarrolla una prótesis vocálica e para apoyar su pronunciación: scalam>escala; la i consonante pasa a j: iustum>justo; la –x- pasa a j: exemplum>ejemplo; el grupo ns se simplifica dando s: ansam>asa.

12.º Metátesis: Es el cambio de lugar de dos sonidos. Actualmente lo tenemos en el lenguaje infantil (cocholate por chocolate) y en vulgarismos (dentrífico por dentífrico; cocreta por croqueta). Históricamente originó muchos cambios en las palabras latinas: parabolam>parabla>palabra; miraculum>miraglo>milagro. Se da mucho con las líquidas o laterales r y l. También metatizan los grupos latinos formado por ri+vocal y si+vocal: –arium>airo>eiro>ero; basium>baiso>beiso>beso.

13.º Dobletes y tripletes léxicos: Se llama doblete léxico a un par de palabras, denominadas divergentes, con un mismo origen etimológico. Triplete léxico es un grupo de tres palabras divergentes con el mismo origen etimológico. Los dobletes son muchos. Los tripletes, muy pocos, pero interesantes. De las dos palabras que forman un doblete, una es un cultismo y otra un vulgarismo (también llamado palabra popular o patrimonial). De las tres que forman el triplete, una es un cultismo, otra un semicultismo y otra un vulgarismo etimológico. Cultismo es la palabra derivada del latín sin experimentar las evoluciones fonéticas habituales: voluntatem>voluntad; causam>causa. Semicultismo es la palabra que no ha sufrido una evolución completa, presentando un aspecto más evolucionado que las palabras cultas, pero menos que las palabras populares: saeculum>siglo (no *sejo) (El * indica forma hipotética, que no existe, pero que habría existido si hubiera completado su evolución, según lo dicho para el grupo –c(u)l-). Vulgarismo etimológico es la palabra que ha experimentado todas las evoluciones fonéticas, según las reglas esquemáticamente expuestas. Ejemplos de dobletes:

—12—


Latín Cultismo Vulgarismo clamare clamar llamar absolutum absoluto absuelto litigare litigar lidiar fastidium fastidio hastío octavum octavo ochavo cubiculum cubículo cobijo Ejemplos de tripletes: Latín Cultismo Semicultismo Vulgarismo operam ópera obra huebra comitem cómite conde cuende apothecam apoteca botica bodega EXPLICACIONES DE EVOLUCIÓN SEMÁNTICA Aunque la mayor parte de las palabras conservaron, al pasar al castellano, su significado original latino, es frecuente que algunas palabras, sin cambiar su forma, cambien de significado con respecto al latín. Estos cambios se producen por: Restricción o especialización: El significado general de una palabra se restringe o limita: secare (cortar en general) ha dado segar (cortar las mieses); laborare (trabajar en general) ha dado laborar, pero también labrar (trabajar una materia, cultivar el campo). Ampliación o extensión: Se amplía el concepto primitivo de la palabra: salire (saltar en latín) ha dado salir (que significó primeramente brotar el agua, y luego salir en general, es decir, pasar del interior de algo al exterior). Transferencia o desplazamiento: El significado original es sustituido por un significado metafórico o metonímico: exitum (salida) pasa a éxito (salida airosa de una empresa, desenlace favorable, resultado feliz); sexta (hora sexta del día en que los romanos solían descansar) ha dado sexta, pero también siesta (descanso posprandial). FENÓMENOS FONÉTICOS POR ADICIÓN O SUPRESIÓN Hay fenómenos fonéticos generales que se producen por adición o supresión de determinados fonemas: Aféresis: Supresión de un fonema o de una sílaba al principio de una palabra. Esto ha dado lugar a vulgarismos como bujero (por agujero), esbalagar (por desbalagar), cehomo/ciomo (por ecce homo), Luterio por Eleuterio, Ulogio por Eulogio, etc. Prótesis: Adición de un fonema o sílaba al principio de una palabra: aballico (por ballico), vulgarismos como amoto, arradio (en estos la prótesis se debe a la repugnancia que siente el hablante ante femeninos en o, de la cual se salvan la mano, y nombres femeninos, con el artículo vulgar, como la Chelo, la Charo, la Patro, la Rocío,

—13—


etc. Por eso la moto pasa a ser el amoto, conservándose, como prótesis, la a del artículo. La presión culta hace que esos vulgarismos estén en regresión). Síncopa: Supresión de uno o más sonidos en el interior de una palabra. Así Natividad se ha convertido en Navidad. La caída de la vocal postónica o pretónica es una forma de síncopa producida históricamente: nóbilem>noble; Sanctemeter>Santemter>Santander. Epéntesis: Adición de un sonido o más en el interior de una palabra. Es epentética la b de carambujo, si partimos de caramujo, y la r de bridón, cuando lo correcto es bidón. Hay palabras que han llegado a nosotros con epéntesis en su evolución fonética: tenré>tendré; hominem>homne>homre>hombre, etc. Apócope: Supresión de uno o más sonidos al final de una palabra. Son formas apocopadas cien, tan, san respecto a ciento, tanto y santo. Y vulgarismos como to, pa, na (por todo, para, nada). Paragoge: Adición de uno o más sonidos en final de palabra: Infelice por infeliz, huéspede por huésped. Se utilizaba como licencia poética para aumentar artificialmente el cómputo silábico del verso. Es paragoge vulgar frecuente la s final de la segunda persona del singular del pretérito perfecto simple, quizá por analogía con la segunda del plural: hicistes por hiciste, amastes por amaste, etc. CARACTERÍSTICAS DEL HABLA POPULAR DE ESTA ZONA -Tendencia a pronunciar como z la c, d o t en las sílabas trabadas ac, ec, ic, oc, uc, ad, ed, id, od, ud, at, et, it, ot, ut: actor [aztor], octavo [oztabo]; a veces, desaparece en cultismos: ictericia>itericia; atmósfera [azmósfera], advertir, étnico, salud, etc. ; pared [parez], Valladolid [Balyadoliz/Bayadoliz]. -Tendencia generalizada a suprimir la d intervocálica de los participios en –ado: Trabajado [trabajao]. A veces, esa tendencia alcanza a otras palabras: todo [to], puede [pue], nada [na]. Aunque esto no es general como en las regiones del sur donde la boda se convierte en boa y comido se pronuncia comío. Sin embargo, hemos recogido cedazo y ceazo. Frente a este fenómeno, puede darse la ultracorrección, que se expresa en este chistoso ejemplo: Ha llegado el corredo de Bilbado con bacalado. En nuestro glosario ponemos la d entre corchetes para expresar esta tendencia: Achucha[d]o. El caso extremo se da cuando acaba cerrándose la o final: trabaja[d]o>trabajao>trabajau. -Avance imparable del yeísmo: La palatal lateral sonora ll se ha ido asimilando a la palatal central sonora y. Los hablantes de 50 años o más distinguen perfectamente entre ambos fonemas, articulando distintivamente pares como cayado/callado, haya/halla, poyo/pollo, huya/hulla, pulla/puya, vaya/valla, rayo/rallo, maya/malla, etc. Los de 40 o menos suelen confundir ambos fonemas. El influjo de Madrid y de la televisión y la radio, donde los yeístas son casi todos, ha ido extendiendo el fenómeno. Hace años, en el pueblo, se consideraba finolis al yeísta madrileño o influido por Madrid; ahora en Madrid consideran cursi al que pronuncia la ll. -La analogía: Creación o modificación de palabras por semejanza con otras. Históricamente las formas verbales tuve, estuve, anduve se formaron por analogía con hube. El vulgarismo quedré (por querré) se ha formado por analogía con valdré, tendré, pondré; unte, en lugar de unto, quizá por analogía con churre, moje, pringue; haiga (en vez de haya) por analogía con caiga, traiga, oiga, etc. Esa g analógica es una epéntesis para facilitar la pronunciación de los grupos vocálicos. -Asimilación y disimilación: Cambio en la articulación de un sonido del habla asemejándolo o diferenciándolo de otro inmediato o cercano. Ejemplos: ceranda por zaranda (disimilación); zangüengo por zanguango (disimilación); quinquillero por

—14—


quincallero (asimilación); mermeja por bermeja (asimilación de b a m); intierro por entierro (asimilación de la e a la i semiconsonante del diptongo), etc. -Refuerzo velar de la u semiconsonante: güevo, corregüela por huevo, correhuela. -Desarrollo de una labial a partir de la u semiconsonante: bueso por hueso. -Desarrollo de una velar a partir de b más u semiconsonante: agüelo por abuelo. -Cruce de palabras originando otra nueva: Acucularse puede proceder del cruce entre acularse y acuclillarse. -Usos típicos del imperativo: A) Infinitivo por imperativo: Salir, marcharos por salid, marchaos. B) Formas aberrantes se consideran, por ejemplo, marchaisus, limpiaisus por marchaos, limpiaos; cogilo por cogedlo, llamai por llamad, etc. Particular lío lo tenemos en el imperativo de ir: iros, visus, por idos. (Los vulgarismos aberrantes están en retroceso por la presión culta y, en general, por la elevación del nivel cultural). -Fluctuaciones en las palabras que empiezan por des- : despatarrar/ espatarrar; desbalagar/esbalagar. (Por aféresis o por contagio entre los sufijos latinos ex>ex/es, y dis>des/es). -Tendencia antihiática: En los grupos ea, eo, ae, oe, oa, ao se tiende a romper el hiato: peana [piana], líneo [linio], cae [cai], toalla [tualla], etc. Muy generalizado es el caso del adverbio de lugar ahí pronunciado como ai. -Contracciones y elisiones: pa´< para; mu<muy; pun<por un; po´l<por el; pa´l<para el; to´pa´na´<todo para nada; to´l por todo el; mia por mi[r]a; paece (e incluso paice) por pa[r]ece, etc. En el lenguaje oral, hablando rápido, son muy frecuentes. -Etimología popular: Ciertos vulgarismos se deben al cruce entre la forma original de las palabras y otras con las que el hablante cree que tienen relación: mandarina/mondarina (porque se monda bien); sandalias/andalias (porque se anda bien con ellas), etc. -Onomatopeyas en el origen de muchas palabras populares: Onomatopeya es la imitación de un sonido en un vocablo. Se consideran de origen onomatopéyico palabras como berrear, bufar, carraca (de crac), changarro (de chang, chang), chicharra, chicharrón (de chich), chirriscar, churruscar, chiscar, corrusco, cosque, cuesco, ñamñam (onomatopeya para comer), parro, pocho, rezongar, zambomba, zampar… -Laísmo y leísmo: Muy extendido en el habla popular castellana. Le, como complemento directo masculino de persona, es un leísmo permitido, pero los leístas lo usan para personas y cosas: Este cuadro le hizo Juana (por lo hizo). Le debe usarse como complemento indirecto masculino y femenino (del dativo latino illi>le), pero los laístas lo sustituyen por la creyendo que debe concordar en género femenino: Le dije (a Juan/a Juana) que viniera es lo correcto según la norma, pero el hablante laísta considera que si es a Juana debería decirse la dije que viniera. Ahora bien si a Juana funciona como complemento directo hay que decir la: A Juana la vi ayer en el mercado. En realidad se ha creado un sistema basado en el género, distinto al del español estándar: le se usa como pronombre masculino, la como femenino y lo suele emplearse como neutro (para cosas), pero hay excepciones como puede verse en el ejemplo dado arriba. -Preferencia de los sufijos –ito,-illo para el diminutivo: Frente a otros como –uco,ico,-ejo, etc. se prefiere –ito,-illo. -Metátesis: olmada por almohada, calcamonía por calcomanía, etc. -Uso de una de más sustantivo para expresar cantidad: Vino una de gente a la función que no se cabía en la plaza; este año la higuera ha dado una de higos que pa ´qué…

—15—


-Apócope de primero incluso ante nombres femeninos: Así se oye en la copla popular: Todas las efes tenía/ la primer novia que tuve/ todas las efes tenía:/ Francisca, fresca, fregona, / fea, flaca, floja y fría. -Uso de cada con valor ponderativo: Contaba cada chiste que nos meábamos de risa. -Cambios de significado entre el masculino y el femenino en algunas palabras: caracol (más grande)/ caracola (más pequeña y con franjas marrones y blancas); la oposición grande/ pequeño se da en dobletes como hoya / hoyo; talega/ talego; caldera/ caldero. A veces, el masculino y el femenino distinguen objetos con rasgos cualitativos diferenciados: banquillo/banquilla; jarro/jarra, berros/berras, etc. Caso aparte es el doblete banquete/ banqueta. -Usos peculiares del número gramatical: a) Palabras Usadas solo en plural: aguaderas, andas, angarillas, trébedes; b) Palabras usadas generalmente en plural: yeros, algarrobas, berros, tijeras, pantalones, etc.; c) Plurales con significados propios: los trigos y las cebadas equivalen a campos de trigo o de cebada… d) El plural de hora se usa con un matiz de crítica o reprensión: No son horas de volver; No son horas para andar callejeando, etc. -Uso de tú y Usted [Ustez/ Usté]: Tradicionalmente los mayores en edad, dignidad y gobierno eran tratados de Usted por los menores o por los considerados inferiores en todos esos aspectos o en alguno de ellos. También los padres y familiares (exceptuando los primos) eran llamados de Usted por sus hijos y allegados. Todo eso ha cambiado. Frases como “madre, a ver si usted me puede hacer un jersey de punto” han cambiado por “mamá, cómprame una sudadera de marca”. Actualmente lo que rige es el tuteo, menos cuando no se conoce al interlocutor o es de mayor edad, caso en el que suele empezarse tratándole de Usted, salvo que indique lo contrario por querer resultar más cercano o parecer más joven. -Vulgarismos en regresión: A) Uso de los pronombres me y te delante de se. Sirva como ejemplo una anécdota acaecida en una escuela: Dice un niño: “Señorita, me s´ha caído el lápiz: ¿Puedo levantarme a recogerlo?” Observa la maestra: “Oye, guapo, que no se dice me se, que se dice se me: se me ha caído, se me, se me… ¿está claro?” Replica el muchacho: “Entonces, señorita, no sé me la lección”…B) Uso de mucho, en vez de muy, más adjetivo para expresar una cualidad en grado superlativo: Este chorizo es mucho bueno (por muy bueno). C) Confusión entre comís, corrís (verbos de la 2.ª conjugación) y partís, venís (verbos de la 3.ª). D) Sigún por según. E) Amoto, arradio por moto, radio. Etc. -Uso de y todo, y nada/ ni nada al final de una enumeración con el sentido de incluso y ni siquiera: Al salir de Misa, los de la asociación repartieron chorizo y todo (incluso chorizo); La cosecha se puede dar por perdida, así que no hace falta cosechar ni nada (ni siquiera cosechar). -Peculiaridades del comparativo y del superlativo: A) Uso ponderativo del comparativo: ¡Qué rosquillas más buenas!; ¡Qué queso tan suave!; ¡Qué higos tan dulces da esta higuera! B) Uso de mucho, en vez de muy, más adjetivo para expresar una cualidad en grado superlativo: Este chorizo es mucho bueno (por muy bueno). Se trata de un vulgarismo en regresión, como acabamos de ver más arriba. C) Significados propios de los comparativos sintéticos mayor y superior: Ya es mayor (puede significar “ha crecido mucho”, si se trata de un niño, o “es de edad avanzada”, si se trata de un anciano); este vino es superior o muy superior (equivale a buenísimo). D) Uso de bien más adjetivo con el significado de muy: Como entonces no había otra cosa, bien buenas que nos sabían las patatas viudas; Esa chica es bien lista. E) Uso de altiricón y gordinflón: Equivalen a los superlativos muy alto y muy gordo. F) La locución adverbial

—16—


de puro más adjetivo equivale a muy en una oración con matiz causal: Es casi tonto, de puro bueno que es. -Uso peculiar de algunos adverbios: A) Justo con el significado de precisamente, exactamente: Y justo en el momento de salir se puso a granizar. B) Igual con el significado de quizá: Igual ya no viene, que se ha hecho mu[y] tarde. -Confusión en la 2.ª persona del plural del presente de indicativo entre los verbos de la segunda y la tercera conjugación: comís, corrís, etc. por coméis, corréis, etc. Son formaciones por analogía con los verbos de la 3.ª conjugación: salís, partís, etc. Son vulgarismos en regresión. Ejemplo: No comís ná, paicís forasteros (por “no coméis nada, parecéis forasteros”). -Uso de algunas perífrasis peculiares: A) Introducidas por ir y/ coger y más verbo, expresando acción repentina e inesperada: Van y se ponen a cantar; Cogen y se ponen a aporrear la puerta. B) Introducidas por venga a más infinitivo, expresando repetición: Ha estao to´l día venga a llover (“Ha estado todo el día venga a llover”, o sea, llueve que te llueve). C) Con dale que te pego, expresando insistencia machacona: La digo que no, pero ella, la muy cabezota, dale que te pego hasta que se sale con la suya; pues no, esta vez sí que no. D) Con dale que dale se expresa también insistencia repetitiva. Así en la canción popular: Dale que dale, / zumba que zumba, / ya las cotorras del barrio están. / Dale que dale, / zumba que zumba, / porque no paran de cotorrear. -Uso de algunas construcciones populares analíticas: Dar saltos (=saltar), dar brincos (=brincar/ a veces, por cambio de líquida, blincar), dar la gana (=querer), pegar una zurra (=zurrar), echar una partida a… (jugar a…), echar un trago (=beber), dar o tomar un mordisco (=comer algo entre horas). -Uso de di que incoando una frase como si el hablante fuese solo transmisor de un mensaje: -Han denuncia[d]o al vecino sin razón. -Di que no, que le dieron plazo pa[ra] poner las cosas en regla y no le dio la gana. -Uso popular de algunos adverbios y locuciones adverbiales: De seguida por en seguida, entoavía/ entodavía por todavía, escapao/ a escape con el significado de rápidamente, arribota (=muy arriba), lejotes (=muy lejos), en condiciones (=bien), de un empellón/ de un tirón/ de un viaje (=de una vez), de buena, de jarana (=de fiesta, de juerga). -Uso de para [pa´] con verbos de movimiento: Indica a la vez dirección y destino. Ejemplo: Se han ido pa´ Valtiendas. -Uso de sin con sentido irónico para indicar sobreabundancia o exageración: Pero, hija, ¿dónde vas sin hilo? (Y acaba de cortar una hebra larguísima). ETIMOLOGÍAS La etimología es el estudio del origen de las palabras atendiendo a su existencia, forma y significado. Las transformaciones experimentadas por una palabra desde su origen son rastreadas siguiendo la documentación histórica escrita, cuando la hay, y aplicando las reglas de evolución fonética. Estas son las procedencias de las palabras recogidas en este glosario: -Del latín y del griego: La mayor parte de nuestro léxico tiene origen latino, unas veces directamente y otras tomándolo del griego. -Del celta: Palabras prerromanas adoptadas por el latín. -Del árabe hispano, del mozárabe y del árabe clásico. -De cruces entre palabras.

—17—


-Del nahua como hule, cacahuete (vulgarizado como cacagüeses, cascagüeses). -Del euskera (zamarra). -De origen prerromano. -Del francés (virulé). -Del italiano (tute, de tutti). -Del caló (guipar). A través del glosario se va explicando la etimología de cada palabra, de forma escueta. LA LENGUA COMO SISTEMA CON MUCHAS VARIEDADES La lengua es un sistema organizado como código normativo para comunicarse, entender y entenderse en una comunidad de hablantes. Pero la norma, concebida como ideal al que tender, se incumple en muchos casos, dando lugar a variantes sistemáticas usadas según los lugares, la clase social y cultural y el contexto comunicativo. Es decir, dentro del sistema de la lengua hay una unidad básica que permite entenderse entre todos, pero también hay muchas variedades que establecen distinciones claras. Por decirlo técnicamente, dentro del sistema conviven muchos diasistemas. Y así hablamos de variedades, clasificándolas en: Variedades diatópicas: Determinadas por la situación geográfica (distancias, clima, formas de vida, barreras montañosas). Esto da lugar a regionalismos, provincialismos y localismos (desde el punto de vista léxico) y a curvas melódicas de entonación características y pronunciaciones propias de determinados fonemas (desde el punto de vista fonético). El castellano suele dividirse en dos zonas dialectales, separadas por una línea que va por el sur de Salamanca, sierra de Gredos, sur de Madrid (punto de encuentro de las dos) y baja por Cuenca hasta Albacete. Al norte de esta frontera, se sitúan las hablas más conservadoras y estables del castellano; al sur están las hablas caracterizadas por la pronunciación menos estable, la ausencia de leísmo y laísmo y algunas diferencias léxicas. Y dentro de estas dos zonas hay muchas “subzonas”, como la que pretende abordar este trabajo. Variedades diastráticas: Determinadas por la clase social y cultural. En el caso de la zona de Fuentidueña y pueblos limítrofes, estamos ante agricultores, ganaderos y pequeños artesanos, con una cultura ligada al medio. La diferencia cultural la marcaban el cura, la maestra, el jefe de almacén del servicio nacional de cereales y los que “cogían estudios”. Para vivir en un pueblo es más necesario saber cultivar y cuidar animales que saberse el código civil, por ejemplo. Variedades diafásicas: Determinadas por la intención comunicativa y el contexto. En el mundo rural la conversación es informal, espontánea y coloquial. La variedad lingüística de una zona se llama habla. Esta introducción y las páginas que siguen son un análisis del habla de Tejares de Fuentidueña y alrededores.

—18—


BIBLIOGRAFÍA • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA:

Diccionario de la lengua española, vigésima segunda edición, Madrid 2001, editorial Espasa. COROMINAS, J.: Diccionario crítico etimológico, Madrid 1974, editorial Gredos. ALARCOS LLORACH, E.: Fonología española, Madrid 1983, editorial Gredos. MENÉNDEZ PIDAL, R.: Manual de gramática histórica española, Madrid 1982, Espasa-Calpe. LAPESA, R.: Historia de la lengua española, Madrid 1983, editorial Gredos. LÁZARO CARRETER, F.: Diccionario de términos filológicos, Madrid 1981, editorial Gredos. FONT QUER, P.: Plantas medicinales, El Dioscórides renovado, Barcelona 1979, editorial Labor. OLEG POLUNIN/B. E. SMYTHIES: Guía de campo de las flores de España, Barcelona 1977, editorial Omega. GONZÁLEZ GALICIA , R.: Estudio dialectológico de nombres de plantas silvestres en la comarca de la Campiña segoviana, Madrid 2005, Biblioteca La mirada malva. INTERNET: Diccionarios de variantes del español. Recoge un amplio material: léxico castellano rural de Miguel Delibes y vocabularios locales de muchos pueblos. MARTÍN CRIADO, A.: Vocabulario de la ribera del Duero, Ayuntamiento de Aranda de Duero 1999, Biblioteca 14 estudio e investigación. GARCÍA TRAPIELLO , Fray José M.ª: Igual que cerezas o el desván de las palabras, León 2011, editorial Lobo sapiens, S. L. VILLAR HERRERO, Sarvelio: Oficios tradicionales, Valladolid 1996, Castilla ediciones. ROLLÁN MÉNDEZ, J. Mauro y SASTRE ZARZUELA , Eladio: Palabras para un paisaje, Valladolid 1989, editado por la Diputación de Valladolid. ROLLÁN MÉNDEZ, J. Mauro y SASTRE ZARZUELA , Eladio: Hablares: El mundo rural y sus aportaciones al léxico castellano (siete volúmenes), Valladolid 1999 (fecha del primer tomo), editorial Junta de Castilla y León. PANIZO RODRÍGUEZ, Juliana: Habla y cultura populares de Castilla y León. Valladolid 1999, Editores: Valladolid (Calle de la Rua Oscura, 4) y J. Panizo. ROLLÁN MÉNDEZ, J. Mauro y SASTRE ZARZUELA, Eladio: Estudio de la medida, Segovia 2005, editorial Junta de Castilla y León. ROLLÁN MÉNDEZ, J. Mauro y SASTRE ZARZUELA , Eladio: Del trigo al pan: Un camino antiguo en la alimentación humana, Segovia 2006, editorial Junta de Castilla y León. GONZÁLEZ CALVO, Gerardo: Palabras, Zamora 2000, Semuret ediciones. LÓPEZ GUTIÉRREZ, Luciano: Esbozo para un vocabulario de la Tierra de Campos zamorana, Zamora 2007, Semuret ediciones. DÍAZ, Joaquín, director de la revista de FOLKLORE (en el apartado de literatura hay muchos artículos sobre léxico rural castellano y temas afines). ALONSO PONGA, José Luis: Tradiciones y costumbres de Castilla y León, Valladolid 1982, Castilla ediciones. MARTÍN VELASCO, Aniceto: Relatos de mi vida, Madrid 2006, ediciones de la Ínsula Barataria (edición no venal).

—19—


• • • •

PRIETO BLANCO, Anselmo:

Historia y costumbres de la villa de Matadeón de los Oteros, Depósito legal: M-22581- 2001, 1ª edición: 18 de mayo de 2001, imprime: Pimakius, S. L., con la colaboración de Caja España. CUÉLLAR LÁZARO, Juan: Fuentidueña, comunidad de villa y tierra, Madrid 2007, edita: Real del Catorce Editores, S. L. CARO BAROJA, Julio: Los pueblos de españa, Madrid 1985, ediciones istmo (dos tomos). MOLINER, María: Diccionario de uso del español, Madrid 1975, reimpresión, editorial Gredos (dos tomos).

—20—


GLOSARIO RURAL TRADICIONAL CASTELLANO PALABRAS, MODISMOS Y FRASES HECHAS RECOGIDAS DE LA TRADICIÓN ORAL EN Y DESDE TEJARES DE FUENTIDUEÑA (SEGOVIA) Con explicaciones semánticas, fonéticas, etimológicas y etnográficas

A Aballico: Ver ballico. Abasto: Se usa en las expresiones dar abasto, no dar abasto, con el significado de desarrollar una actividad o no, al ritmo requerido por la ocasión. Ejemplo: Vino tanta gente a comprar que cuatro en el puesto no daban abasto para atender al personal. Abotaga[d]o,-a: (Quizá de la raíz expresiva bott-). Hinchado y torpe por obesidad mórbida o por cualquier otra enfermedad. La RAE recomienda abotagado, aunque también puede decirse abotargado (por influencia de botarga, palabra proveniente de Stefanello Bottarga, apodo de un actor italiano de finales del siglo XVI que usaba calzones anchos de colores, como si estuvieran inflados, para hacer reír). Ejemplo: La María no es que esté gorda, es que está abotagada. Y el apodo proviene, a su vez, del italiano bottarga, especie de caviar, y este del griego abrotárichon, de abrós, delicado, y tárichon, pescado o carne en salazón. Botarga, según la RAE, es, entre otras acepciones, el vestido ridículo de varios colores usado en el teatro, la persona que lo lleva, y también una especie de calzón ancho usado antiguamente. Abrigaño: (Quizá de *africaneus, con influencia de abrigo). Incluida en el diccionario de la RAE con el significado de lugar defendido de los vientos. Se usaba mucho en la expresión ponerse al abrigaño, o sea, en un lugar resguardado de los vientos del norte y soleado en los días de finales del invierno o en primavera y en otoño. Desde el punto de vista etimológico, es probable que haya habido un cruce entre la palabra abrigo (del latín apricus) y las palabras africus, africanus y quizá *africaneus. Si africus ha dado ábrego y ábrigo (esta forma con i solo se usa en Cantabria y Extremadura), es verosímil que *africaneus haya dado abrigaño y, en este caso, a la idea de resguardarse del norte se añade la de exponerse al viento del sudoeste, templado y húmedo. Existió en Tejares una rinconada formada por la bodega que perteneció al tio Simeón y la pared de la cuadra de la tia Basilisa, donde se ponían algunas mujeres al abrigaño para charlar mientras zurcían calcetines con un huevo de madera o una bombilla fundida o hacían punto o remendaban alguna prenda de vestir. Esa rinconada desapareció y la puerta de la bodega quedó arruinada y mirando al oeste, en vez de mirar al norte. Si se pretende una reconstrucción del pueblo guardando su sabor tradicional, habría que recuperar esa rinconada. Abubilla: (Del latín *upupella, diminutivo de upupa). Pájaro insectívoro, del tamaño de la tórtola, con el pico largo y algo arqueado, un penacho de plumas eréctiles en la cabeza, el cuerpo rojizo y las alas y la cola negras con listas blancas, como el penacho. Es muy agradable a la vista, pero de olor fétido y canto monótono. Parecen decir: bu-bububububú, y lo repiten muchas veces. La gente lo traducía con estas palabras: Dicen que huele mal.

—21—


Abubilla (Upupa epops) Abueluchos: (Probablemente de aguiluchos>aviluchos>abueluchos, cruzándose con abuelo). Esta palabra es un localismo, no recogido por la RAE, equivalente a la palabra vilanos (formada a partir de milano), que son los pelos y filamentos que coronan las semillas de muchas plantas compuestas y que les sirven para ser transportadas por el aire. Los más abundantes procedían de la planta conocida como amargón o diente de león, a la que en Tejares llamaban clavel amarillo y de la que se corría el bulo de que al olerla te dolía la cabeza. La forma aerodinámica de esos “abueluchos” recuerda la de un paraguas o un paracaídas en miniatura.

“Abueluchos” o vilanos de diente de león Abujero: (vulgarismo, lo mismo que bujero, por agujero, de aguja, del latín *acucula). 1) Oquedad o abertura pequeña en una cosa. 2) Pequeña marca circular en las orejas para poner un pendiente (hoy se habla de piercing, que ya no es solo agujerear las orejas, sino cualquier parte del cuerpo). (Ver bujero). Aburrir: (Del latín abhorrere, sentir aversión, aborrecer). Dicho de los pájaros, aborrecer los huevos o las crías, como cuando alguien fisga en un nido, que los padres lo aburren y lo abandonan. Es acepción recogida por la RAE, del mismo modo que recoge, como anticuada, la acepción de aborrecer en general. Al fin y al cabo, del verbo latino abhorrescere (alejarse, rehuir, evitar), incoativo de abhorrere, sale aborrecer, y en toda la Edad Media y en el siglo XVI es sinónimo de aburrir con el significado latino; hasta el siglo XVI no aparece la actual distinción entre aborrecer y aburrirse. —22—


A carta cabal: Locución adverbial que modifica a un adjetivo, pronunciada generalmente como una sola unidad fónica con acento en la última sílaba [akartakabál], y con el significado de íntegramente, totalmente, absolutamente. Ejemplos: Julianillo es tonto a carta cabal; Clotilde es limpia a carta cabal; don Frutos es bueno a carta cabal. Acarrear: (De carro). Llevar las mieses en el carro de las tierras a las eras para trillarlas. Acedar: (De acedo, y este de acetum, vinagre). Ponerse ácida una comida o bebida. Ejemplo: Esta sopa se ha acedao; hay que tirarla, que nos puede hacer daño. Aceitera: (De aceite, y este del árabe hispano azzáyt). 1) Vasija de hojalata para meter el aceite. En otras partes se llama alcuza. 2) Insecto coleóptero, también llamado carraleja y curica, que puede llegar a más de 7 cm de largo. Su nombre científico es Berberomeloe majalis. Es negro con rayas transversales rojas y carece de alas posteriores. Tiene élitros cortos y al andar arrastra el abdomen. Si se siente atacado, segrega una especie de aceite, que es muy tóxico.

Aceitera de hojalata y aceitera insecto (Berberomeloe majalis) Acémila: (Del árabe hispano azzámila, y este del árabe clásico zamilah, bestia de carga). 1) Mula, macho o asno. 2) Dicho de una persona: rudo, torpe, terco sin razón, de pocas luces, necio. (Ver burro). Acenagar: Tapar un pozo llenándolo de piedras. (Ver cenagar). La RAE solo recoge cenagar. Ejemplo: Este pozo es un peligro; vamos a acenagarlo, no sea que alguien se caiga y tengamos una desgracia. (Ver cenagar). Acerico: (Del latín vulgar faciarius, de facies, cara, sale *hazero, almohada, y con la terminación –ico de diminutivo y suprimiendo la h, sale acerico). Almohadilla para clavar en ella alfileres o agujas. Achantar: Achicar, apabullar, acoquinar. Como pronominal: Echarse para atrás, callarse por prudencia o cobardía, esconderse mientras dura un peligro. Achicharrar: (De chicharrar, voz onomatopéyica). 1) Cocinar algo en exceso hasta el punto de quemarlo un poco. 2) Como pronominal: quemarse por tomar mucho el sol y el aire. Ejemplo: No te pongas al resisterio, que te vas a achicharrar. Achicoria: (De chicoria, del latín cichorium, y este del griego kichóreia). 1) Planta de la familia de las Compuestas, de hojas recortadas, ásperas y comestibles, así crudas —23—


como cocidas. La infusión de la amarga o silvestre se usa como remedio tónico aperitivo. 2) Bebida que se hace por la infusión de la raíz tostada de esta planta y se utiliza como sucedáneo del café. Las variedades más conocidas son: Cichorium intybus y Cichorium endivia.

Achicoria silvestre, flor (Cichorium intybus) y cultivada (Cichorium endivia) Achiperres: Trastos, cosas inservibles. Localismo no recogido por la RAE. Ejemplo: Hay que hacer limpieza en el sobrao, que está lleno de achiperres. Achucha[d]o,-a: (De achuchar, voz onomatopéyica, cuyo primer significado es azuzar). Que tiene dificultades, sobre todo económicas. Acidera: (Del latín acetaria, de acetum, vinagre). Planta que en otras partes se llama acedera. RAE: Planta perenne de la familia de las Poligonáceas, con el tallo fistuloso y derecho, hojas alternas y envainadoras, y flores pequeñas y verdosas dispuestas en verticilos. Su sabor ácido se debe al oxalato potásico que contiene. Se come en ensalada. Nombre científico: Rumex acetosa. Florece de mayo a julio. Crece en sembrados, lindes y bordes de caminos. Se considera planta indicadora de nitrógeno. Las hojas se utilizan como regulador intestinal y tienen propiedades diuréticas y antiescorbúticas.

Mata de acideras (Rumex acetosa) Aciderón: Es una planta de la familia de las Poligonáceas, como la acedera, pero no se come. En otros lugares la llaman acedera de culebra o acedera de perro. Los nombres populares son muchos, según las zonas. Su nombre científico es Rumex crispus. Descripción: Planta erecta, muy ramificada, perenne, de hasta 1,5 m. Hojas estrechas y lanceoladas, normalmente de margen ondulado. Las basales con peciolos largos, lanceoladas a oblongo-lanceoladas, de 10 a 30 cm de largo, con la venación manifiesta, las hojas superiores más reducidas. La inflorescencia con las —24—


flores verticiladas y dispuestas en panículas densas, estrechas, alargadas, ascendentes, de 10 a 50 cm de largo, pedicelos florales de 5 a 10 mm de largo, articulados cerca de la base. Segmentos periánticos de fruto acorazonado, entero, con tres (raramente una) protubernacias. Florece en verano.

Aciderones (Rumex crispus) Acobarda[d]o, -a: (Da acobardar, este de cobarde, y este del francés couard). Tímido, retraído. Ejemplo: Como es nuevo, está un poco acobardao, pero, como coja confianza, no hay quien le pare. Acollar: (De cuello). Hacer un alcorque poniendo tierra alrededor de una planta para que recoja mejor el agua de la lluvia o del riego. Ejemplo: Voy a acollar un poco las tomateras antes de regarlas, porque si no, se va el agua y no la chupa la raíz. Acoquinarse: (Del francés acoquiner). Acobardarse, amilanarse, achantarse. Usado como transitivo, amedrentar, atemorizar a alguien. Ejemplo: Esos grandullones le tienen acoquinao al pobre chico. Acribar: (De criba, y esta del latín cribrum). Cribar. Es variante con a- protética. Acucularse: (Quizá de un cruce entre acularse y acuclillarse, este de cuclillas, y este de clueco). Acuclillarse, ponerse en cuclillas, es decir, doblar el cuerpo de modo que las posaderas se acerquen al suelo o descansen en los calcañares. No recogida por la RAE. Acusica: (Del latín accusare). Niño chivato. Equivale a acusón y acusique. Las tres palabras las recoge la RAE. Ejemplo: Chivato, acusica, / la rabia te pica. Adán: Hombre desaseado, descuidado en su atuendo, sucio. Al que así iba se le decía en tono de reprensión cariñosa: Adán murió por Eva y tú vas a morir por adán. Adefesio: (De ad Ephesios, a los efesios, título de una epístola de San Pablo, por alusión a las penalidades que pasó el santo en Éfeso durante su predicación). Persona ridícula o extravagante o con traje zarrapastroso. Ejemplo: ¡No se te ocurrirá ir a la plaza con esa bata! Cámbiate, que vas hecha un adefesio. Adobar: (Del francés antiguo adober, armar caballero, de donde pasó a la idea de preparar y aderezar). Poner las carnes del cerdo en un caldo compuesto de vinagre, sal, orégano, ajos y pimentón para sazonarlas. Adobe: (Del árabe hispano attúb). Barro mezclado con paja que se amasaba bien con los pies y luego se metía en moldes (adoberas), con forma parecida a la de los ladrillos actuales (pero sin huecos), y se secaba con el aire y el sol para emplearlo luego en la construcción de paredes o tabiques. En Tejares, debido al rigor del invierno con sus nevadas y a la cercanía de la pedriza, los exteriores de las casas se —25—


hacían en piedra irregular colocada manualmente (mampostería), revocada con cal, mientras que las separaciones interiores solían hacerse de adobe y cubrirse luego con una especie de cal o yeso blanco que se jalbegaba todos los años. En sentido figurado ser un adobe equivale a ser de cortos alcances. Ejemplo: Ese se cree Sandiós, pero es un adobe.

Muro de piedra abajo y de adobe en la parte superior Adobera: Molde u horma para hacer adobes. Adobo: Caldo que sirve para adobar. (Ver adobar). Adrede: (Quizá del catalán adret, y este del latín ad directum). A propósito, intencionadamente. Se usa mucho en sentido peyorativo. Afilador,-ra: (De afilar, este de filo, y este del latín filum, borde cortante). Persona que tiene por oficio afilar instrumentos cortantes, como cuchillos, navajas o tijeras. Era un oficio ambulante: Un señor con su bicicleta y su rueda y piedra de afilar iba por los pueblos, entonando su música monótona y repetida, y después de tocar un chiflo con melodía especial, decía: Eeel afila[d]ooor, se afilan cuchillos, navajas, tijeras. Afollar: (De follar, primero de los cuatro homónimos recogidos por la RAE, del latín follis, fuelle). 1) Quedar mal estirada una tela formando a modo de fuelles. 2) Abombarse o avejigarse una pared por estar mal construida o por la humedad. Ejemplos: 1) Estira bien la colcha, que la has deja[d]o afollada. 2) Se está afollando esa pared, porque dieron muy mal el yeso. Agachuparse: (De agacharse mezclado con agazaparse). Agacharse mucho para esconderse. La RAE recoge agachaparse. Agarrada: (De agarrar). Disputa, pelea. Ejemplo: ¡Menuda agarrada tuvieron ayer! ¡Uuuh…! Las voces se oían en Torreadrada. Agarrao: 1) Baile en pareja abrazada. 2) Tacaño. Juega con el doble sentido la frase es más agarrao que un chotis. Agarrar: Echar raíces un esqueje, prender un injerto o asentarse en el terreno un vegetal plantado a raíz desnuda. Ejemplo: Con lo que ha llovido agarrarán bien las tomateras que puse antiayer (=anteayer). Agigolar: Respirar compulsivamente y abriendo la boca, por efecto de la fatiga y el cansancio producidos por un ejercicio brusco o por un calor agobiante. Ejemplo: Están agigoladas estas pobres gallinas con la calorina que hace. La RAE no recoge este verbo, pero sí el sustantivo agigolón, usado en muchos países de América con el significado de prisa, ajetreo, aprieto, fatiga. —26—


Agonías: (Del latín agonia, y este del griego agonía, lucha, combate). Se usa en la frase ser un agonías, es decir, ser una persona apocada y pesimista. Agostero: (De agosto, y este de Augusto). Obrero que trabaja en las faenas de las eras durante la recolección de cereales. Agostizo: Dicho de un animal: Nacido en agosto y, por lo común, escuchimizado y friolero. Agraz: (De agro, y este del latín acrus por acer, acris, acre). Se dice de la uva sin madurar. Agrazón: (De agraz). Uva silvestre, o racimos atrasados que no llegan a sazón. Agrego: (De un cruce entre el verbo agregar y la palabra ábrego pasada a acentuación llana). Palabra no recogida por la RAE. El agrego era el sitio resguardado y cálido donde se juntaba la gente (agregándose unos a otros) para charlar, jugar o hacer labores. Viene a ser sinónimo de abrigaño. Ejemplos: ¡Qué bien se está aquí, al agrego!, ¡Vamos a echar una partida al agrego! Agricultor: (De ager, agri, campo y cultor, cultivador). Persona que tiene por oficio labrar la tierra. Es la ocupación principal, y a veces única, en los pueblos. En Tejares, el cultivo de cereales de secano era el más importante. Se completaba con la siembra de yeros, algarrobas y garbanzos. Cerca de las casas o en alguna pequeña parcela próxima al pueblo habitado, se sembraban ajos, cebollas y, a partir de mayo, tomates. También berzas, reserva de verdura para acompañar los garbanzos durante el largo y crudo invierno. En la casa se atendían los animales domésticos para consumo de la familia. Las tareas agrícolas se distribuyen a lo largo del año. Con las primeras lluvias se ara el campo y se estercola: “En octubre/ ara y cubre”, dice el refrán. Esas faenas constituyen la sementera. Antaño, con los machos y el arado romano; hogaño, con tractores y discos. Luego germinan los cereales, siendo el trigo el principal de ellos. Salvo los cereales de ciclo corto, que se siembran entre finales de febrero y hasta mediados de marzo, los demás van creciendo y profundizando sus raíces en medio de los hielos y las nieves. Con la llegada de la primavera encañan y comienzan a aparecer las espigas. Hay que escardar para que las malas hierbas no arruinen la cosecha. Poco a poco van granando las espigas. El agua de mayo termina por hacer crecer la cosecha: “Agua de mayo:/ pan para todo el año”. Sin embargo, en junio es mejor que no llueva: “Agua por San Juan/ quita vino y no da pan”. Los calores de junio van dorando las mieses, y a partir de julio empieza la siega, el acarreo a las eras, la trilla, la bielda, la recogida y la guarda en paneras o sobraos. Estas tareas duraban hasta septiembre. A veces, una helada tardía o un nublado inoportuno daban al traste con la cosecha. Y no había seguros, ni indemnizaciones. Simultáneamente, se han ido haciendo tareas en las viñas: podar, acollar, sulfatar; todo culmina con la vendimia entre septiembre y octubre. En el campo, en una economía casi autárquica, no se para en todo el año. Actualmente, los tractores y cosechadoras han introducido un nuevo ritmo. La ganadería de explotación completa la economía. Agua: (Del latín aqua,-ae). Lluvia. Ejemplo: Este año ha caído agua en condiciones. Aguachar: Estropear una planta por exceso de agua. Se usa mucho como pronominal. Son sinónimos: Aguachinar, enguachinar, enaguachar, enaguazar. Aguacil: (Del árabe hispano alwazír). La forma sin l es un vulgarismo local, explicable por tener la palabra dos eles y por la tendencia constante a la economía fonética. Era el señor que, a toque de chifla, con voz alta y canturreando, divulgaba las órdenes procedentes del alcalde o comunicaba a todo el pueblo que había llegado un vendedor ambulante con pescado, melones, etc. Solía comenzar su comunicado así: Por orden/ del Señor Alcalde/ se hace saber / que... Cuando se trataba de vendedores

—27—


ambulantes, como pescaderos, el discurso era, por ejemplo, así: Se venden besugos, sardinas, charros, cabezotes, anguiletas, congrio, gallos y almejas en la Calle Real. Cuando la gente oía la chifla ponía atención para ver de qué se trataba y, si no había entendido bien, preguntaba a alguna vecina. En unos minutos todo el pueblo estaba al corriente de la noticia. La RAE recoge 6 acepciones diferentes de la palabra alguacil y una serie de frases hechas con dicha palabra. Tal como funcionaba en Tejares venía a ser una especie de pregonero, que recibía una propina por su oficio. El señor Venancio y su hija, la Aguedita, fueron los últimos pregoneros. Cuando se fueron a Madrid, desapareció el oficio y la venta ambulante empezó a dar bocinazos y a traer altavoces anunciando sus mercancías. Aguaderas: Armazón de esparto o mimbre con dos o cuatro serones que se colocaba sobre caballerías para llevar cántaros con que acarrear el agua hasta casa. Las aguaderas no se usaban habitualmente para traer el agua de la fuente, pues para eso estaban las carretillas. Sin embargo, cuando los veranos eran muy secos y los inviernos habían sido poco lluviosos, las fuentes llegaban a secarse y había que bajar a buscar el agua a Fuentesoto con el burro y las aguaderas o con el carro y un bidón. En tiempos más recientes, cuando aún no había agua corriente y las necesidades eran mayores por la crianza de gallinas y de cerdos, bajaban con el tractor y la galera llevando una cuba. Entonces, de la roca viva, manaba un caudal grande de agua que daba lugar a un arroyo. De un tiempo a esta parte el arroyo se secó y es algo que parecía imposible. Ahora, tras las prospecciones que hicieron en el término de Tejares, sale un caudal de agua muy grande que abastece de agua corriente a ambos pueblos. (Ver serón). La frase coloquial “de todas maneras/aguaderas” era de mucho uso local, para indicar que un asunto no tenía salida, se mirase por donde se mirase, o para decir que había que elegir una posibilidad entre muchas, pues todas ellas tenían un valor casi igual e hicieses lo que hicieses siempre habría alguien para criticar la decisión tomada. El dicho se construyó buscando una rima fácil, como sucede frecuentemente también en otros refranes o frases arrefranadas.

Aguaderas Aguante: (De aguantar, y este quizá del italiano agguantare, de guanto, guantelete). Resistencia, paciencia. Aguardar: (De guardar, este de guarda, y este del germánico *warda, acto de buscar con la vista). Esperar a que llegue alguien o algo, o a que suceda algo. Popularmente, es de uso preferente frente a esperar. Aguarradilla: Llovizna de corta duración, que indica tiempo inestable. Suele ser intermitente e ir acompañada de viento. Existe también aguarrada, que es la palabra que recoge la RAE, pero se usa sobre todo en diminutivo. (Ver invernizo y zuruza). —28—


Agudo,-a: (Del latín acutus,-a,-um). Rápido, atento, diligente. Ejemplo: La lumbre y la levadura/ hacen andar a la mujer aguda. Águeda: Mujer que celebra la fiesta de Santa Águeda (5 de febrero). (Ver santaguedera). Aguja: (Del latín *acucula, diminutivo de acus, aguja). Picor y acidez que tienen algunos vinos y algunas bebidas carbónicas. (La RAE da 31 acepciones más). Agujo: (De aguja, y esta del latín *acucula, diminutivo de acus, aguja). Conjunto de las hojas aciculares del pino caídas al suelo y secas. Se recogían con un rastrillo o un gario y se llevaban para la gloria o para prender lumbre por lo bien y lo rápido que ardían. (No incluida en la RAE). En otras partes suele llamarse barrujo o burrajo. Ambas palabras las recoge la RAE, pero mientras que barrujo lo define como conjunto de hojas secas de los pinos que cubren el suelo de los pinares, burrajo (del latín buratulum, quema) dice que es el estiércol seco de las caballerizas, usado en algunas partes como combustible. Hay zonas donde las dos palabras, burrajo y barrujo, se refieren a las acículas secas de los pinos, quizá por confusión al parecerse mucho. Además, hay otra variante para referirse a la hojarasca de los pinos: borrajo (de origen incierto, quizá del latín burrus,-a,-um). Aguijada: (Del latín vulgar *aquileata). 1) Vara larga con punta de hierro para picar a la yunta. 2) Vara con un hierro cortante en forma de paleta, ancla o media luna en un extremo para apoyarse al arar y para quitar la tierra que se pega a la reja del arado. Ese hierro cortante recibe el nombre de gavilanes. (Ver gavilanes). Por deformación fonética podían oírse las formas ahijada e ijada para nombrar este utensilio. (Ver ahijada, ijada).

Aguijada del arado y de la yunta. Ahijada: Ver aguijada. ¡Ahí va!: Pronunciado como aivá, es una locución interjectiva de admiración o sorpresa. Ejemplo: ¡Aivá, qué cacho coche s´ha comprao el Jacinto! Ahuecar: (De hueco, y este del latín occare, ahuecar la tierra rastrillándola). 1) Mullir algo que está compacto, apretado, aplastado o apelmazado: Ahuecar la tierra, la

—29—


lana, etc. 2) Levantarse de un sitio: Ahueca, que ya ha sona[d]o el despartador y tienes que salir; ahueca, Pepe, y vámonos, que esta reunión es un rollo. Se usa mucho en la expresión ahuecar el ala, equivalente a marcharse. A huevo: Locución adverbial que significa que algo es muy fácil. Se usa especialmente con los verbos estar, ponerse, tener, etc. Este significado se deriva de un uso más antiguo con el que se indicaba el bajo precio de algo, pues, del mismo modo que lo muy caro se dice que está a precio de oro, lo muy barato se decía que estaba a huevo. Sin embargo, hoy día se usa en frases como estas: Tuviste la perdiz a huevo y no la cazaste, ¡so inútil!; te lo pusieron a huevo y, por eso, lo conseguiste. Ajilimoje: (De ajo y moje). Mezcla de cosas de comer que no casan bien entre sí o que forman un revoltijo difícil de paladear para la mayoría. Esta acepción no está recogida por la RAE. Ejemplo: Mezcla chorizo con chocolate y pepino. ¡Madre mía, qué ajilimojes! La RAE recoge ajilimoje y ajilimójili, recomendando esta última. La define así: Especie de salsa o pebre para los guisados. (El pebre es una salsa a base de pimienta, ajo, perejil y vinagre). (Ver mejunje, comistrajo). Ajo de cigüeña: (Ajo, del latín alium; cigüeña, del latín ciconia). Es una planta liliácea, como los ajos, que crece en las eras en primavera dando una inflorescencia en forma de racimo de color morado. El tallo subterráneo es como un ajo y de ahí le viene el nombre popular. El nombre científico es muscari y hay muchas especies: neglectum, racemosum, atlanticum, etc. A esta planta la llaman en otras partes nazareno por su flor y el nombre popular de ajo de cigüeña queda reservado para la planta cuyo nombre científico es allium sphaerocephalon.

Tres especies de muscari o ajo de cigüeña: racemosum, atlanticum y neglectum Ajuntar: (De a- y juntar, y esta de junto, del latín iunctus, unido). Admitir como amigo entre los niños. Ajustarse: Entrar a trabajar mediante un acuerdo verbal. Alabancioso,-sa: (De alabancia, variante de alabanza). Jactancioso. Alante: Forma vulgar sincopada por adelante. Ejemplo: Tira p´alante. Albañal: (Del árabe hispano alballá´a: literalmente tragona). Conducto que daba salida a las aguas inmundas. Por tanto, la palabra albañal designa la salida de las aguas sucias y las propias aguas. La palabra está recogida por la RAE que, además, define la frase coloquial salir por el albañal como quedar mal e indecorosamente en alguna acción o empresa. En Tejares los corrales originaban un agua casi negra al pudrirse la paja y por efecto de las deyecciones de animales y personas. Solían tener una salida a la calle y finalmente el agua sucia, mezclada con la lluvia, terminaba en los Charcos, uno de los cuales se rellenó, pero el otro perdura con patos. Con el agua corriente y el alcantarillado todo eso, afortunadamente, desapareció. También se llamaba albañal a un charco originado por las lluvias en los baches, que terminaba con agua sucia y con barro. Ejemplo: ¡No te metas en los albañales, chiquito, que te vas a poner perdido!

—30—


Albarcas (por abarcas): (De origen prerromano). Ambas palabras las recoge la RAE, pero recomienda abarcas. Son un calzado de goma que protege bien la planta de los pies, cubre un poco la parte superior del pie dejando un ligero respiradero por delante y se atan con una hebilla y una correa que arrancan del caucho que protege el talón. Los pies, antes de ponerse las albarcas, se envolvían en sendos paños llamados peales o piales (véase más abajo).

Albarcas Albarda: (Del árabe hispano albarda´ah). Pieza principal del aparejo de las caballerías de carga, que se compone de dos a manera de almohadas rellenas, generalmente de paja y unidas por la parte que cae sobre el lomo del animal. La albarda se sujeta con la cincha por debajo de la barriga o por la parte trasera del animal. Entre las frases coloquiales que el diccionario recoge con esta palabra, la que yo más he oído es poner albarda sobre albarda para burlarse de lo que se repite innecesaria o torpemente.

Burro con albarda sujeta por la parte trasera Albérchigo: (Del árabe hispano *albérsiq, y este del griego persikón, latín persicum). Variedad de melocotón. Albillo: Variedad de uva blanca. Tiene racimos de tamaño pequeño y poco compactos. Las bayas son de tamaño mediano, forma redonda y color dorado. Es una uva relativamente neutra. Se ha usado tradicionalmente en la elaboración de vino mezclada con otras variedades.

—31—


Uva albillo Alboroque: (Quizá del árabe hispano *alborók). Agasajo que hacen el comprador, el vendedor, o ambos, a quienes intervienen en una venta. Alcacel: (Del árabe hispano alqasíl). La RAE recoge alcacel y alcacer, recomendando esta última. Sin embargo, la forma con ele se atiene mejor a la etimología. Es la cebada verde cuando aún no ha empezado a formarse la espiga o cuando es muy tierna y pequeña. Existe una frase coloquial desusada, pero con el encanto de la tradición del mundo rural, que dice así: Está ya duro el alcacel para zampoñas. Significa que una persona ya no está en edad de aprender o hacer algo o que se le ha pasado el momento oportuno para lograr un propósito o resolver un asunto. Alcaldada: (De alcalde). Acción reprobable hecha por un alcalde, afectando autoridad o abusando de la que tenga. Alcalde: (Del árabe hispano alqádi). En un pueblo pequeño había alcalde pedáneo y teniente de alcalde. Hacían la vida de todo el mundo, no tenían sueldo y representaban al pueblo en los actos oficiales, ocupando un lugar destacado en la misa del día de la fiesta. Como suele suceder, si podían, “barrían para casa”. Pensaban lo que había que pensar y decían lo que había que decir. Mentalidad pesimista: Todo puede ir a peor; Virgencita, Virgencita, que nos quedemos como estamos. Ninguna confianza en la gran política expresada en el refrán: Cambiarás de molinero, pero no de maquilero. El conservadurismo de los pueblos se explicaba, porque siempre tenían que pagar y no se veían mejoras. “Que no nos saquen más cuartos es lo mejor que nos puede pasar”. Alcantarilla: (Del diminutivo de alcántara, este del árabe hispano alqántara, este a su vez del árabe clásico qantarah y este quizá del griego kéntron, centro de círculo). Puentecillo en una carretera o camino para dejar pasar el agua por su vertiente natural. Alcoba: (Del árabe hispano alqúbba). Era un cuarto para dormir separado del resto de la habitación por una cortina, a fin de que no entrara la luz ni el ruido y para preservar la intimidad. La forma moderna de concebir los dormitorios, la higiene y la ventilación han acabado con las alcobas. (RAE). Alcordarse: Vulgarismo por acordarse. Aldaba: (Del árabe hispano addabba, y este del árabe clásico dabbah, literalmente “lagarta”, por su forma, en origen semejante a la de este reptil). Pieza, ordinariamente de hierro y redonda, clavada en la pared para atar de ella a las caballerías. La RAE da otras acepciones, en las que aldaba equivale a llamador de las puertas y a cerrojillo. Es de uso coloquial la frase tener buenas aldabas que significa disponer de influencias y amistades poderosas. Equivale a tener buenos agarraderos. (Ver influencias, recomendación, bula, tejemaneje). —32—


Aldabilla: Pieza de hierro en forma de gancho que se mete en una anilla fija y sirve para cerrar puertas, ventanas, cofres, etc.

Aldaba y aldabilla Alfilerillos: (De alfiler, este del antiguo alfilel, del árabe hispánico alhilal, y este del árabe clásico hilal). Nombre de una planta, cuyos frutos terminan en largos picos que parecen alfileres. En algunas partes, es llamada “picos de cigüeña”. Nombre científico: Erodium cicutarium.

Alfilerillo o Alfilerillo de pastor (Erodium cicutarium) Alfiletero: Canutillo de madera con un taponcito a rosca para guardar los alfileres. Alforjas: (Del árabe hispano alhurg). Son dos bolsas grandes y cuadradas por lo general, unidas entre sí por una tela fuerte, pero de tal manera que haya la misma distancia a cada una de ellas desde el centro de dicha tela. En cada una de las bolsas se pone aproximadamente el mismo peso para equilibrar y poder llevarlo con mayor comodidad, ya al hombro, ya a lomos de acémilas. Es de uso tradicional la expresión coloquial para un viaje así no se necesitan alforjas, que admite variantes como para ese viaje no se necesitan alforjas o para un viaje como ese no se necesitan alforjas. Se dice cuando se hacen preparativos excesivos para algo que es simple, o cuando las expectativas de algo son muy grandes, pero al final todo se queda en nada o en muy —33—


poca cosa. En este caso, el verbo se pone en pasado: Para ese viaje no se necesitaban alforjas. Algarroba: (Del árabe hispano alharrúba). Planta herbácea anual de la familia de las Leguminosas y del mismo género que el haba, utilizada como forraje, pero más corrientemente se utiliza la semilla seca como pienso para el ganado. En Tejares se decía también garroba, con aféresis de la sílaba inicial, forma que también recoge el diccionario de la RAE. (Ver garroba). Las algarrobas, una vez secas, se arrancaban, se acarreaban hasta las eras, se trillaban, se beldaban con bieldo y así ya quedaban las semillas disponibles para dárselas a las ovejas en invierno, cuando con las nieves y los hielos no podían salir a pastar. Es planta que se adapta a terrenos pobres y les aporta nitrógeno para poder cultivar cereales al año siguiente. Nombre científico: Vicia articulata.

Algarroba: Vicia articulata Alicantina: (De alicante y este del árabe hispano al´aqráb, escorpión). Treta, astucia o malicia con que se pretende engañar. Se usa mucho en plural. Ejemplo: Tú tienes muchas alicantinas; déjate de alicantinas. (Alicante, como nombre de ciudad, procede de Al-Lucentum, por lo que es un homónimo de alicante, especie de víbora del sur de Europa). (Ver cantinelas y martingalas). Alinear: (De a<ad y lineare, poner en línea, ordenar). Pronunciado como aliniar: Reñir, pegar. Ejemplo: Calla, que te alinio. A veces, el grupo ni+vocal sonaba como ñ. (Ver aliniar y aliñar). Aliniar: Ver alinear y aliñar Aliñar: (De aliniar). Alinear: Reñir, dar leña, pegar. (En esta acepción, hay un cruce entre linea y leña). La acepción de aderezar o condimentar tiene la misma etimología que alinear, con esta evolución: alinear>aliniar>aliñar. (Ver alinear y aliniar). Alipende: Chico pillo o algo descarado. (No recogida por la RAE). Aljofaina: Ver jofaina, palancana, palangana. El término más usado era el de palangana, aunque también se oía palancana. Los términos aljofaina y jofaina con que se designa este recipiente tradicional eran de muy poco uso en la zona de referencia de este trabajo. Sin embargo, en las traducciones castellanas del Evangelio, se ha preferido la palabra jofaina, y, por tanto, se dice, a propósito del lavatorio de los pies, que Jesús echó agua en la jofaina (=palangana) y se puso a lavarles los pies a los discípulos (Jn. 13, 4-5). Allá que andará: Expresión que significa “faltará poco”. Ejemplo: Hay un nubazo negro por la pedriza que barrunta tormenta. Si no cae un pedrisco, allá que andará. Almirez: (Del árabe hispano almihrás o almihráz, y este del árabe clásico mihrás). Mortero de metal, pequeño y portátil, que sirve para machacar o triturar en él. (Ver mortero).

—34—


Almirez Almorranas: (Del bajo latín *haemorrheuma, y este del griego haima, sangre y rheuma, flujo). Hemorroides. Almorta: Ver muela y tito. Almuerzo: (Del artículo árabe al- y el latín morsus, mordisco). Comida que se toma por la mañana, después del desayuno y antes de la comida de mediodía. Alpaca: (Del francés antiguo pacque). Paquete de paja hecho con la empacadora. Según la RAE, paca. En los pueblos de Castilla, alpaca. La paca podría confundirse con la señora Francisca. Para la RAE, alpaca es solo o un mamífero o un metal. Como metal también lo he oído en Tejares, cuando se hablaba de cucharas de alpaca. Altiricón: Alto y desgarbado. Ejemplo: ¡Uuuh…qué altiricón se ha hecho este chico! Aluciar: (De lucio, del latín lucidus, terso, lúcido). Palabra recogida por la RAE. Significa dar lustre o poner lúcido y brillante algo material, especialmente los metales. Ejemplo: ¡Qué aluciadita te ha queda[d]o la chapa! Alverjana: (De arvejana, y esta de arveja, del latín ervilia, diminutivo de ervum, algarroba). Palabra no recogida por la RAE. Planta anual, arvense, parecida a la lenteja, con flores de color violeta azulado, en racimos densos. Florece entre junio y agosto. Crece en tierras de labor, cunetas de carreteras, eriales y rebillas. Trepa mediante zarcillos. Nombre científico: Vicia cracca. Familia: Fabáceas. Se recogía para dar de comer a los conejos. Así podíamos oír en boca de la señora Lucía: He venido de coger alverjana pa´los conejos. (Ver veza).

—35—


Alverjana o arveja silvestre (Vicia cracca) Alzar: Primera labor que se hace a la tierra con el arado. Levantar la tierra para enterrar el rastrojo. (Ver binar, terciar). Amachambrar: (De machihembrar, de macho y hembra). Ensamblar dos piezas de madera a caja y espiga o a ranura y lengüeta. En Tejares también se decía con el sentido de juntar las partes separadas de un objeto, intentando arreglarlo. Ejemplo: Se ha roto esto: Vamos a ver cómo lo amachambramos.

Pieza machihembrada —36—


Amagar: (Quizá del gótico af-maga, desamparar, y este derivado de magan, tener fuerza). 1) Hacer ademán de herir o golpear. 2) Amenazar con algún mal. Amagar y no dar es una locución sustantiva que alude al juego de muchachos, en el que uno de ellos levanta la mano para dar a otro un golpe, pero sin llegar a dárselo, porque de lo contrario pierde. Amapola: (De ababol, este del árabe hispano happapáwr[a], y este del latín papaver, con influencia del árabe habb, semillas). Planta anual, de la familia de las Papaveráceas, con flores rojas y semillas negruzcas. Es la más conocida en todas partes entre las plantas silvestres.

Amapola (Papaver rhoeas) Amapola de jardín: (De amapola y jardín, del francés jardin, diminutivo del francés antiguo jart, huerto, y este del franco *gard, cercado). Así se llamaba a la adormidera (Papaver somniferum) que se criaba en los jardines como ornamental. Es una planta de la familia de las Papaveráceas, con hojas abrazadoras, de color garzo, flores grandes y terminales, y fruto capsular indehiscente. Es originaria de Oriente y por incisiones en las cápsulas verdes, de su fruto se extrae el opio. Nadie sabía que de esa planta se sacaba droga y se la tenía como ornamental. Quizá cuando empezó a hablarse de ello, empezó a arrancarse y, a pesar de ser tan prolífica por su infinidad de semillas, acabó perdiéndose.

Flores y cápsulas verdes de adormidera o “amapola de jardín” ( Papaver somniferum)

—37—


Amargaza: (De amargo). Planta parecida a la manzanilla, pero de peor olor y sin los efectos medicinales de esta. Palabra no recogida por la RAE. En algunas partes la llaman gamarza y magarza. Nombre científico: Anthemis cotula.

Amargaza, manzanilla loca, gamarza o magarza (Anthemis cotula) A matacaballo: Locución adverbial, con toda rapidez, a todo correr. (Ver matacaballo). Amocer: Enmohecer. Amocido: Enmohecido. (Ver mocido). Amogar: Enmohecer. (Ver mogo). Amolar: (De muela). Molestar, fastidiar mucho, destrozar, estropear. Ejemplos: Le digo que saque las ovejas de mi trigo y encima me amenaza: ¿No te amuela?; déjate de enredar con el botijo que lo vas a amolar. (Palabra recogida por la RAE). Amorugarse: (De morugo, y esta de origen incierto). Enfadarse, poniendo un gesto huraño. Palabra no recogida por la RAE. Ejemplo: ¡Qué picajoso! A la más mínima va y se amoruga. Amoscarse: (De mosca, y esta del latín musca). Enfadarse. RAE. (El moderno mosquear(se) significa causar recelo o enfado). Amurcar: (De amorcar y esta, a su vez, de la hipotética *amorecar, de morueco). Embestir con los cuernos una res (toro, vaca, carnero, etc.). Ejemplo: Ten cuida[d]o con esa vaca, que, como está con el ternero, puede amurcarte por menos de nada. Amurriarse: (De murria). Entristecerse una persona o animal. (Ver murria). Anchuras: (De ancho). Amplitud espacial, espacio grande. Ejemplo:-Madre, no sé si cogeremos [=cabremos] todos en casa pa[ra] comer.-Pues, ¿qué hacer, hija? Vamos a poner las mesas en la portada, que tiene muchas anchuras. Andado,-da: (Del latín ante natus, nacido antes). Hijastro. Recogida por la RAE. Andalia: (De sandalia, relacionándola con andar por falsa etimología y haciendo un falso corte: las [s]andalias, singular la andalia. Sandalia viene del latín sandalium, y esta del griego sandálion). Vulgarismo recogido por la RAE. Calzado compuesto de una suela que se asegura con correas o cintas. Andancio: (De andar). Enfermedad epidémica leve. Va de un lugar a otro (anda). Ejemplo: No me extraña que se haya puesto mala; últimamente hay mucho andancio en el pueblo. —38—


Andaniño: (De andar y niño). Pollera para que los niños aprendan a andar. Se usaba en sentido figurado en la frase coger el andaniño, es decir, irse andando. Ejemplo: Este coge el andaniño y con las buenas zancadas que da se planta escapao en Laguna. Andar Cristo por los teja[d]os: Regañar mucho, encolerizarse y dar voces. Ejemplo: En cuanto sale ese tema, se encabrita y anda Cristo por los tejaos. Andarríos: Pájaro conocido más comúnmente como lavandera. Se caracteriza por andar correteando y moviendo la larga cola arriba y abajo en los caminos y márgenes de ríos en temporada fría. Nombre científico: Motacilla alba.

Lavandera blanca o andarríos (Motacilla alba alba) Andas: (Del latín amites, plural de ames, -itis, angarillas). Tablero, por lo común adornado y artístico, con varas paralelas y horizontales, llamadas palos (al menos, dos delante y dos detrás), que sirve para sacar imágenes en procesión a hombros de cuatro o más personas. (Ver palos, quedarse con el santo y la limosna). ¡Ándate a moras / con la cesta rota!: Frase coloquial con la que las personas mayores amenazaban a los chicos indicándoles que debían tener sumo cuidado en lo que hacían, porque, de lo contrario, podían ser objeto de una paliza o de un castigo. Vamos, que es como si fueran a moras con la cesta rota y todas se cayeran al suelo y no trajeran ninguna. Andorga: (Del cruce de andullo y pandorga). Tripa, vientre. Ejemplo: Estos hombres, en cuanto llenan la andorga, se levantan de la mesa y ya no se les ve. ¡Estáte cocinando to[da] la santa mañana pa[ra] esto! En tierras de Astorga fabrican un pan hueco y sabroso del que dicen: Pan de Astorga:/ Mucho en la mano,/ poco en la andorga. Andurriales: (De etimología discutida, quizá del cruce entre andar y andorra; andar procede de una variante romance del latín ambulare; andorra, del árabe hispano *haddúra o hadúrra, y este del árabe clásico hudurrah, charlatana; andorra se define como mujer andorrera, es decir, que todo lo anda y amiga de callejear). Paraje extraviado o fuera de camino. Ejemplo: Habiendo una buena senda, ¿cómo te metiste por esos andurriales? (Ver atajo, atrochar). Angarillas: (Del latín angariellae, diminutivo de angaria, prestación de transporte). Camilla rústica para llevar a alguien que está herido y no puede andar. Se usa en frases de este tenor: ¡Muévete, holgazán! ¿O es que quieres que te llevemos en angarillas?

—39—


¡Ángela María Antonia! : (De Ángel a María, referido al Ángelus). Frase con la que se expresaba admiración e incredulidad ante algo que se estaba comunicando. El comienzo de la frase procede del ámbito religioso Ángel a María, palabras referentes a la Anunciación en la que la Virgen quedó admirada de que el ángel Gabriel le dijera que iba a ser madre sin “conocer varón”. De ahí se pasó a Ángela uniendo la preposición al sustantivo. El añadido de “Antonia” es una ampliación graciosa de la frase. En Tejares la decía mucho la señora Fili, de grata memoria para quienes la conocimos. Anguares: (Quizá del cruce entre anguarina, enaguas y ajuares). Conjunto de enaguas y falda o vestido de las chicas o de las mujeres. Es palabra popular no recogida por la RAE. Se usaba en frases de este tenor: Te voy a levantar los anguares y a darte unos cuantos azotes en el culo; el viento le levantó los anguares a la Pili y se le vieron hasta las bragas. Esta palabra podría haberse formado a partir de un cruce entre anguarina (de hungarina), ajuares (del árabe hispano assuwár) y enaguas (de nagua, voz taína). Anguarina: Gabán rústico de paño burdo y sin mangas, que se pone sobre las demás prendas para protegerse del frío y de la lluvia. Ajuar: Conjunto de muebles, alhajas y ropas que aporta una mujer al matrimonio o que son de uso común en una casa. Enaguas: Prenda interior femenina, similar a una falda y que se lleva debajo de esta.(Definiciones de la RAE). Angulema: (De Angoulême, ciudad de Francia de donde procede). Zalamería, fingimiento, expresar lo que no se siente, hacer la pamema, hacer el paripé. Se usa en frases como hacer el angulema, andar con angulemas u otras similares. Ánimas: Almas de los difuntos. Día de ánimas: Día de difuntos (2 de noviembre). Anís: (Del francés anis, y este del griego ánneson). Nombre que se daba a la planta más comúnmente conocida como hinojo, por su olor y sabor anisados. Crecía a orillas del camino de la fuente y, a veces, probábamos los brotes tiernos. (Ver hinojo). Ansioso: Egoísta, ambicioso. Antiayer: Vulgarismo por anteayer o antes de ayer. Antonio (San): Santo muy popular, invocado para encontrar objetos perdidos y echarse novio las mocitas en edad de merecer. Vivió entre 1195 y 1231, muriendo, por tanto, cuando tenía 35 años. Natural de Lisboa, fue bautizado con el nombre de Fernando, ingresó en la orden de San Agustín y, tras ser fraile agustino, profesó como franciscano, cambiando su nombre por el de Antonio. Murió el 13 de junio de 1231, cuando volvía a Padua, tras haberse retirado, por padecer hidropesía, al bosque de Camposampiero. Fue ardiente predicador que arrastraba multitudes. Tal fue su fama y tantos los milagros que se le atribuyeron que fue canonizado el 30 de mayo de 1232, a los 352 días después de su muerte, siendo su canonización la más rápida que se ha dado en la Iglesia Católica. Fue proclamado Doctor de la Iglesia por Pío XII en 1946. Es costumbre popular tradicional que las mozas casaderas le pidan al santo un buen novio, con motivo de su festividad, que se celebra el 13 de junio. A esta costumbre se suma la de rezar al santo para que ayude a encontrar cosas perdidas, en cuyo caso solía rezarse un célebre responsorio. (Ver responsorio). Anzuelo: Vulgarismo por orzuelo. Añadir: (Del latín inaddere, de addere, poner, agregar). Echar agua a lo que está cociéndose en la lumbre para que no llegue a quemarse. Añudar: (Del latín innodare). Forma arcaica por anudar. (Ver ñudo). Apalabrar: (De palabra, y esta del latín parabola). Concertar algo dando palabra de realizarlo. Faltar a la palabra empeñada se consideraba gravísimo y el que faltaba quedaba como persona poco fiable para el resto de su vida.

—40—


Apaña[d]o,-a: Aplicado, curioso, que aprovecha bien los recursos. Aparcería: (De aparcero). Convenio de quienes participan en los beneficios de las fincas o ganaderías, que suelen ser el propietario y el que las cultiva o apacienta. Aparcero: (Del latín tardío partiarius, participe). Persona que tiene aparcería con otra u otras, es decir, que van a partes, según se convenga. Aparente: Adecuado, conveniente, que viene bien para hacer algo. Ejemplo: Mi[r]a qué viga más aparente pa[ra] arreglar el teja[d]o de la portada. Apartarse: Servirse la comida. Ejemplo: Apártate con tino, que somos siete. Apearse: (Del latín appedare, de pes, pedis, pie). Bajarse de una caballería o de un coche. Figuradamente, en frases negativas: No abandonar la idea propia. Apencar: Asumir las consecuencias de una acción inadecuada o reprobable. Apeos: (De aperos). Trastos desordenados. Mala compostura en el vestir. Ejemplo: ¡Quítate la bata de guata llena de lámparas y esa zapatilla rota, anda! ¿Cómo vas a salir a la calle con esos apeos? La RAE recoge la palabra apeo como acción y efecto de apear, pero no las acepciones explicadas arriba. Aperos: (Del latín *apparium, útil, aparejo). Utensilios necesarios para las labores del campo. Aplanar: Calentar mucho el sol, provocando decaimiento y galbana. Ejemplo: Llevamos unos días que hace un calor que aplana. Apolonia (Santa): Santa muy popular, martirizada en el siglo III sacándole los dientes, por lo que fue invocada contra los dolores de muelas y dientes. Es representada con unas tenazas entre las que hay un diente. Su fiesta es el 9 de febrero. Además de invocar a la santa, se ponía un diente de ajo con un grano de sal gorda sobre el diente afectado, o un trocito de cebolla, lo cual aliviaba algo el dolor. También se usa el clavo, la pimienta o un trozo de aspirina. Si a pesar de todo persiste el dolor, no queda más remedio que aguantarse, por lo que solía decirse: Reza a Santa Apolonia/ para calmar la muela/, y si te duele,/ que te duela. Pensar en lo mucho que sufriría la santa podía ser un alivio. Su martirio es narrado en la Historia Ecclesiae de Eusebio de Cesarea (hacia 275-339), el cual recoge una carta de Dionisio, obispo de Alejandría (247-265), en la que dice que, con repetidos golpes, le rompieron todos sus dientes y la amenazaron con quemarla viva si no blasfemaba contra Cristo e invocaba a los dioses paganos. Pero pidió ser ligeramente liberada y así ella misma se arrojó a las llamas. Apoquinar: Cargar con los gastos que a uno le corresponden, aunque sea de mala gana. Aposta: (Del latín apposita ratione). Intencionadamente, adrede. Apuntar maneras: Mostrar los niños o jóvenes habilidades y destreza para hacer algo. ¿A qué ton?: (Ton es apócope de tono, este del latín tonus, y este del griego tónos, tensión). Locución interrogativa que significa: ¿A qué viene eso? ¿De qué va o qué pretende quien dice o hace eso? ¿A santo de qué? ¿Con qué pretexto? ¿Cómo ha podido tener esa ocurrencia? La RAE recoge la frase completa: ¿A qué ton o a qué son viene eso? Arado: (Del latín aratrum>aradro>arado). Instrumento para abrir surcos en la tierra movido por fuerza animal o mecánica. El arado tradicional fue el arado romano y luego el de vertedera. Los arados de discos tirados por tractores acabaron con los sistemas antiguos de arar. Partes del arado romano: Belortas: Argollas para unir cama y timón y este con el rabizo. Cama: Pieza encorvada de madera o de hierro en la que enganchan por delante el dental y la reja y por detrás la esteva. Por el otro extremo está afianzada al timón.

—41—


Clavija: Pieza de hierro redonda que se introduce en el clavijero. Clavo de sujeción: Sujeta cama y dental en su parte trasera. Clavo regulador: Tornillo que une la cama y el dental por su parte media. Cornezuelo: Punta de cuerno con un atillo para sujetarlo desde la punta de la reja al clavo regulador para no hacer daño a la yunta. Dental: Palo donde encaja la reja del arado. Esteva o mancera: Pieza corva y trasera en la que pone la mano el que ara. Orejeras: Palos de madera acoplados oblicuamente en el dental, que sirven para marcar la anchura de los surcos. Pescuño: Cuña de madera gruesa y larga que sirve para apretar y sujetar la esteva, la reja y el dental que tiene la cama del arado. Rabiza: Pieza con agujeros donde se mete la clavija para dar y quitar tierra al arado. Reja: Pieza de hierro cogida por detrás para hacer los surcos. Timón: Pieza que une cama y rabiza. Tiene 3 o 4 agujeros para meter la clavija y proporcionar el tiro.

Partes de un arado romano Los nombres de las partes varían mucho de un sitio a otro. El arado de vertedera podía profundizar un poco más y volteaba completamente la tierra. Su uso se alternaba con el arado tradicional romano. Sobre este se han hecho infinidad de estudios, entre los que destacan los realizados por Caro Baroja. El arado surgió posiblemente en Mesopotamia y fue perfeccionado por los romanos, pasando por toda la Edad Media con adaptaciones locales hasta nuestros días.

—42—


Arado de vertedera Arencas (por arenques): (La palabra sigue este proceso: germánico *harenga> antiguo alto alemán hering>provenzal arenc>castellano arenque). Arenca es un vulgarismo, que se puede explicar a partir del sintagma sardinas arenques, que a la mente del hablante se le antoja como una falta de concordancia, pareciéndole mejor decir sardinas arencas y finalmente arencas. La RAE recoge el verbo arencar con el significado de salar y secar sardinas al modo de los arenques. La forma aceptada por la RAE es arenque, con género masculino. Definición: Pez teleósteo, fisóstomo, de unos 25 cm de longitud, cuerpo comprimido, boca pequeña, dientes visibles en las dos mandíbulas, aletas ventrales estrechas, y color azulado por encima, plateado por el vientre, y con una raya dorada a lo largo del cuerpo en la época de la freza (desove). Solía traer la señora Angelita una caja redonda grande de madera con muchas arencas, que eran una buena merienda, sobre todo en los días de otoño e invierno. Como estaban muy saladas había que beber bastante, ya agua, ya vino (los hombres solían echarse un trago de morapio).

Arenques, llamados arencas en Tejares Argadillo: (Quizá del mozárabe *allaqatél y este del árabe allaqah, accesorio para colgar). Armazón de una devanadera. La etimología de esta palabra ha pasado por infinidad de discusiones a lo largo de la historia de la lengua. Se habría formado la palabra

—43—


alcatello>argadiello>argadillo. Coloquialmente argadillo se aplica también a una persona inquieta, bulliciosa y entremetida.

Devanadera y argadillo Argallarse: (Quizá de arguellarse, con cambio semántico). Ladearse, inclinarse hacia un lado. Ejemplo: La carga del carro se está argallando. Hay que ponerla bien, no sea que vayamos a volcar. Esta palabra no la recoge la RAE. Aparece arguellarse (aragonesismo proveniente de arguello, y este del árabe hispano alqílla, y este del árabe clásico qillah, escasez) con el significado de desmedrarse por falta de salud o mala alimentación. Aro: (De origen incierto). Juego infantil consistente en rodar un aro metálico, guiándolo con una varilla y manteniendo el equilibrio. Arpar: (Del antiguo harpar o farpar, y este del francés antiguo harper, agarrar). Rajarse algo sin llegar a romperse, agrietarse. Ejemplo: Este plato está arpa[d]o, pero, como no se sale, todavía nos hace el apaño. El primer significado que da la RAE para arpar es arañar o rasgar con las uñas, no muy lejano al de agrietarse o rajarse. Arramplar: (De arramblar, este de rambla, y este del árabe hispano rámla, que a su vez viene del árabe clásico ramlah, “arenal”). Llevarse avariciosamente todo lo que hay en un lugar. Ejemplo: Ya ves lo que son las cosas; en cuanto cerró el ojillo su madre, le faltó tiempo a la Fermina para entrar en su casa y arramplar con todo. La RAE recoge arramplar, como coloquial, y arramblar como la forma originaria. El significado popular (llevárselo todo con codicia) procede del primer sentido de este verbo: arrastrar violentamente cuanto encuentra a su paso una lluvia torrencial, formando una rambla o cauce con depósitos de arena u otros materiales arrastrados durante la avenida. Por extensión, también arramblan/arramplan con todo los huracanes, las tormentas fuertes y otros fenómenos naturales de gran intensidad. Arrascar: (De rascar, y este del latín *rasicare, raer, de rasus). Frotar la piel con algo áspero, y generalmente con las uñas. Arrascar es forma popular por rascar. La frase coloquial dar a alguien qué arrascar significa pegarle. Tener o llevar alguien qué arrascar significa haber recibido un mal que no puede remediarse pronto. Arratonao,-da: (De ratón, y este de rata, voz onomatopéyica por el sonido que hace al roer). Se dice de la comida o los objetos roídos por los ratones y también del gato que se indigesta por comer ratones, manifestando esa indigestión con una especie de

—44—


ronquidos. Es popular la forma arratonao con la a como prótesis vocálica. (Ver gato, ratón, ratonar, ratonao). ¡Arre! : Interjección usada para incitar a las caballerías a ponerse en marcha. Solía emplearse seguida del nombre del macho o del burro al que el labrador se dirigía. Ejemplo: ¡Arre, Morito! ¡Arrea!: Interjección que demuestra pasmo, asombro, sorpresa o incredulidad. Puede equivaler a ¡Atiza! Arrear: (De arre). 1) Meter prisa, estimular al ganado para que ande. 2) Andar de prisa. Ejemplos: 1) Arrea a las ovejas para que salgan pronto de la tenada. 2) Dice que se va andando hasta Torreadrada y…¡cómo arrea el tío! (La RAE rocoge más acepciones). Arrebañaduras: Restos de comida muy pequeños que se aplican arrebañando. Arrebañar (por rebañar): (Del latín *rapineare, de rapinare, quitar). Recoger de un plato o vasija los residuos para comerlos hasta que no queda nada. Arrebujar/Arrebujarse: (De a-, re- y bujar, y este de burujar con haplología, del latín [in]volucrare, envolver, con la siguiente evolución fonética: volucrare>volucrar> voruclar>borujar>burujar>bujar). Hacer un envoltorio desordenado con la ropa o con otras cosas flexibles. Como pronominal significa envolverse con la ropa de la cama, con una manta o con otra ropa acercándosela bien al cuerpo para que no se escape el calor. Arrechucho: (De origen incierto). Quebranto leve de la salud. (Ver patatús). Arrecirse: (Del latín *arrigescere, de arrigere, atiesarse). Se usa como verbo pronominal defectivo con el sentido de aterirse o entumecerse por exceso de frío. Se usa solo en las formas cuya desinencia empieza por i: nos arrecimos, arrecido, etc. Ejemplo: Me he quedao arrecido esperando al coche de línea con la que cae. Arregazar(se): 1) Recoger las faldas hacia el regazo. 2) Por extensión, arremangar(se). Arregostarse: (Del latín regustare, gustar). Engolosinarse, aficionarse a algo. Ejemplo: Dale un palo a ese gato, que como se arregoste nos deja sin longanizas. Arrejuntarse: (De rejuntar, este de juntar, de junto, del latín iunctus). Vivir como matrimonio sin haberse casado oficialmente. Arrellanarse: (De rellano). Ensancharse y extenderse en el asiento con toda comodidad. Arremolinarse: (De remolino). Juntarse mucha gente en un sitio como si regalaran algo, apiñarse desordenadamente. También se dice del viento cuando junta papeles y cosas ligeras en un sitio. Ejemplo: Anoche no paró de bufar el viento y mira cuánta broza está arremolinada en mi puerta. Arrendar: Hay tres palabras homónimas: 1) De renda, renta: Alquilar o tomar en alquiler. 2) De rienda: Atar, sujetar y enseñar al caballo a que obedezca a la rienda. 3) De arremedar (del latín ad-re-imitari): Remedar, imitar la voz o los gestos y acciones de alguien. Este uso es muy típico de la zona. Ejemplo: ¡Qué bien arrienda Fulanito al señor Menganito! Arrendajo: (De arrendar 3, imitar). Pájaro que imita la voz de algunas aves canoras para sorprenderlas con mayor seguridad y destruir sus nidos.

—45—


Arrendajo común (Garrulus glandarius) Arreos: (De arrear, y este del latín vulgar *arredare, proveer, derivado del gótico*reths, consejo, previsión, provisión; comparar con el alemán Rat, consejo, y el alto alemán antiguo rat, provisión). Guarniciones o jaeces de las caballerías de montar o de tiro. En singular, arreo significa atavío o adorno. (RAE). Arribota: Muy arriba. Arroba: (Del árabe hispano arrúb, y este del árabe clásico rub´, cuarta parte). Medida de peso equivalente a 11,502 kilos. Artesa: (De origen incierto). Cajón cadrilongo, generalmente de madera, que se va estrechando por sus cuatro lados según se acerca al fondo. Se usaba ante todo para amasar el pan. La harina con agua, sal y levadura se amasaba bien con los puños y luego se dejaba reposar en la artesa, cubriendo la masa con una tela gruesa en el invierno para que el frío no retardase la fermentación.

Artesa Aruñar: (Del cruce entre araña y uña). Arañar. Palabra recogida por la RAE, que también recoge aruñazo y aruñón. Asado: (De asar, y este de assare, de assus,-a,-um, asado, tostado, seco, formado a partir de arsus, participio pasivo de ardeo). Es el cordero o lechazo asado, que, a la manera tradicional, se hace en tartera de barro y en horno de leña. Asadura: (De asar). Conjunto de las entrañas del animal (pulmones, hígado, tráquea), pero se usaba particularmente para referirse al hígado. La frase coloquial echar la —46—


asadura equivale a echar los bofes y con la exclamación ¡Pero qué asadura! Se da a entender que alguien tiene excesiva calma o indiferencia en asuntos que son para implicarse o conmoverse. Ejemplo: Me ve mi hijo que estoy echando los bofes pa ´mover este pedrusco y se queda tan pancho, sin echarme una mano. ¡Pero qué asadura! (o con elisiones: ¡Qué saúra!). Aserrín, aserrán: Comienzo de una coplilla infantil que decía más o menos así: Aserrín, aserrán, los maderos de San Juan. Piden pan, no se lo dan, piden queso, le dan un beso. Asistir: Cuidar a un enfermo o a quien no puede valerse por sí mismo. Aspaviento: (De aspaventar, y este del italiano spaventare). Demostración excesiva o afectada de espanto, admiración o sentimiento. Ejemplo: Hija, ya sabemos que lo sientes mucho, pero no hay por qué hacer tantos aspavientos. Asperón: (Del aumentativo de áspero, y este del latín asper,-era,-erum). Arenisca de cemento silíceo o arcilloso, que se usaba para aluciar la chapa de la cocina económica. Ejemplo: Dale bien a la chapa con el asperón, a ver si queda más limpia que la patena. Asperura: Especie de agua-nieve, que cae en un sí es, no es, muy menuda y fría. Ejemplo: Vamos a poner lumbre, que con esta asperura nos hemos quedao entelerí[d]os.(Ver entelerío). Astil: Mango de madera que llevan algunas herramientas. Asurar: (Del latín *arsura, de ardere, arder). 1) Quemarse la comida en la cazuela o puchero por exceso de fuego o falta de jugo. 2) Quemarse la ropa por descuido al plancharla. 3) Quemarse los sembrados por calor repentino y excesivo. Se usa casi siempre como pronominal. Ejemplo: ¡Uuuuh…cómo huele! Mira la cazuela, que creo que se está asurando la comida. (Ver socarrar). Atacar[se]: Usado como pronominal significa atarse, abrocharse o ajustarse cualquier pieza del vestido que lo requiera. Así, por ejemplo, si alguien va con la camisa fuera y el pantalón algo caído, es probable que algún familiar o vecino le diga: Atácate, hombre, que vas hecho un adefesio. Este atacar o atacarse deriva del árabe hispano tákka, cinta para sujetar una prenda. Existen otros dos homónimos: atacar (del italiano attaccare [battaglia], comenzar [la batalla]) con el significado de acometer o embestir con intención de causar daño y atacar (de taco) con el sentido de apretar el taco en un arma de fuego, una mina o un barreno. De este último sentido proceden frases como esta: Vamos a atacar bien la estufa con serrín, que hace mucho frío. Atajar: (De tajo). Tiene varias acepciones. Las tres usadas en Tejares son: 1) Tomar un atajo o senda para acortar un viaje. 2) Cortar un proceso. 3) Alcanzar a alguien siendo más rápido que él. Ejemplos: 1) Si vas a Fuentesoto, coge el camino de las bodegas, que por ahí se ataja mucho. 2) Hay que atajar ese fuego antes de que pueda meterse en el pueblo. 3) Vamos a echar una carrera, a ver si me atajas (esta acepción es muy típica de Tejares). Atajo: (De atajar). Lugar por donde se abrevia un camino o medio rápido para conseguir un objetivo. Es de bastante uso el refrán No hay atajo sin trabajo, dando a entender que, a menudo, el sitio por el que se abrevia suele ser más difícil que el

—47—


camino normal. Esto es particularmente cierto en las montañas, en las que los atajos suelen incluir pendientes más abruptas que aumentan el trabajo de la subida, aunque se emplee menos tiempo. A veces se confunden atajo y hatajo, pero deben distinguirse. (Ver hatajo; andurriales, atrochar). Atar a cabello: Atar los haces con la propia mies. (Ver cabello). Ateclar: (De a- y tecla). Andar con contemplaciones y tener atenciones excesivas con alguien, especialmente con los niños o las personas mayores. No recogida por la RAE. Ejemplo: ¡Ay, qué criatura! Me paso el día ateclándole, y no para de jimpliar. No sé qué puede pasarle. (Ver jimpliar). Atillo: (De atar, y este del latín aptare, ajustar, adaptar). 1) Cordel fuerte de esparto trenzado que sirve para atar fuertemente cualquier cosa, especialmente los cereales, formando haces o gavillas después de segarlos. 2) Bolsa hecha con una manta pequeña o tela gruesa y resistente, atando sus puntas. La RAE recoge hatillo, pero no atillo (Ver hatillo). ¡Atiza!: Interjección que indica desaprobación, sorna o sorpresa. Atizar: (Del latín *attitiare, de titio,-onis, tizón). Echar leña al fuego para avivarlo. Atollar: (De a-, del latín ad, y tollo). Dar en un atolladero. Como pronominal, atascarse, quedarse detenido por algún obstáculo. Ejemplo: Nos metimos en un barrial y nos quedamos atollaos. Atrenar: (De a- y trena, y este del latín trina, de trinus,-a,-um, y este de trini,-ae,-a, de tres en tres, cada tres). Hacinar. Poner los haces unos sobre otros formando montones de a seis o más. Palabra no recogida por la RAE. Atrochar: (De trocha, y este quizá del celta *trogia). Ir por trochas, es decir, por veredas para atajar, o a través del campo o entre la maleza con el mismo fin. (Ver andurriales, atajo). Atronar: Suele usarse como sinónimo de tronar. Sin embargo, según la RAE, estamos ante dos verbos distintos etimológicamente: atronar viene de attonare y significa ante todo asordar o aturdir con ruido como de trueno y tronar viene de tonare con la r de tronido y significa haber o sonar truenos. Ambos verbos tienen muchas acepciones, pero en el uso popular suelen confundirse. En el dicho Unos mean en caldera y no suena/ y otros mean en lana y atruena, el verbo atronar está tomado con el significado de aturdir con el ruido. La frase arrefranada solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena significa que solo cuando el peligro es inminente nos acordamos de los buenos consejos o de hacer buenas obras, como debería serlo invocar a la santa en cualquier momento y no solo cuando hay un nublado. (Ver nublado). Aturrullar: (De aturullar, y este de turullo, cuerno que usan los pastores para llamar y reunir el ganado). Confundir a alguien, de modo que no sepa qué decir o cómo hacer algo. Se usa mucho como pronominal. Atusar: (Del latín attonsus, participio pasivo de attondere, pelar, trasquilar). Alisar u ordenar el pelo con la mano mojada o con un peine. Como pronominal, atusarse significa arreglarse con esmero. (Ver emperifollarse, peripuesto, pincho). Aulaga: (Del mozárabe y árabe hispano alyiláqa, este de *algilaqa, este de algawláqa, y este del árabe clásico gawlaqah). Planta de la familia de la Papilionáceas, como de un metro de altura, espinosa, con hojas lisas terminadas en púas y flores amarillas. Las puntas tiernas gustan al ganado. El resto de la planta se machaca, aplastando las espinas, para darlo en pienso. Existen también las formas aliaga y ulaga. Todas están recogidas por la RAE, pero recomienda aulaga. (Ver ulaga).

—48—


Avechucho: 1) Sujeto despreciable por su figura o costumbres. 2) Dicho de niños: pícaro, revoltoso. También se oye la forma avichucho (no recogida por la RAE). Ejemplo: ¡Menudo avichucho está hecho el Julianillo! ¡Ave María Maristela! : Locución interjectiva con la que se demuestra admiración, incredulidad y sorpresa ante un hecho acaecido o ante algo que se está contando. Ejemplo: -Es como te lo estoy contando. -¡Ave María Maristela! ¿Quién lo iba a decir? ¡Vivir para ver! Esta locución tiene su origen en un himno católico que se canta en las vísperas de las fiestas de la Virgen María y que se conoce desde el siglo IX, habiendo sido atribuido a Venancio Fortunato y a Pablo Diácono, pero no se sabe la autoría con certeza. La primera estrofa de este himno es esta: Ave, maris stella, Dei mater alma, Atque semper virgo, Felix caeli porta. La traducción es: Ave, del mar estrella, Madre de Dios nutricia, Y virgen para siempre, Del cielo puerta y dicha. Por otra parte, hay que señalar que, en algunos pueblos castellanos, llamaban Maristelas a unas vírgenes pequeñas que se llevaban de casa en casa en su capillita o urna. Avena: (Del latín avena). La avena común, Avena sativa, es una especie fanerógama perteneciente a la familia Poaceae. Esta planta tiene un tallo de 5-10 dm de altura y las hojas son alternas, lanceoladas y planas. Tiene una panícula con espigas de 2 cm de largo. El fruto es el cereal utilizado en todo el mundo como alimento.

Avena sativa y Avena fatua

—49—


Avena loca: (Del latín avena). Especie de avena, cuya caña se levanta hasta un metro o más de altura, con hojas estriadas y estrechas, y flores en panoja desparramada, vellosas en su base. Perjudica a los trigos si crece entre ellos. Nombre científico: Avena fatua. ¡A ver!: Locución interjectiva pronunciada como ¡aver! para indicar conformidad y asentimiento. Ejemplo: ¡A ver, qué remedio! ¡Tendrá que ser así! Avichucho: Ver avechucho. Avío: (De aviar, y este del latín via, camino). Provisiones para alimentarse y, en su caso, ropas para mudarse los labradores y pastores durante el tiempo que estaban fuera de casa. Ejemplo: María, prepárame el avío. Avión: (Del latín gavia). Pájaro parecido al vencejo y a la golondrina, pero que, a diferencia de esta, hace sus nidos debajo de los aleros de los tejados.

Avión común (Delichon urbicum) A voz de pronto: Locución adverbial incorrecta (pues lo correcto es a bote pronto) con el significado de improvisadamente, rápidamente, inmediatamente. Azacán,-a: (Del árabe hispano assaqqá). Ocupado y afanado por trabajos duros y desagradables. Ejemplo: Estoy hecho un azacán limpiando to[do e]l día el gallinero. Azacanarse: Afanarse en un trabajo penoso. También existe la forma azacanear[se]. Azada: (Del latín vulgar *asciata, de ascia, azuela, especie de hacha). Herramienta formada por una lámina de acero, de unos 25 cm de lado, con un anillo grueso para sujetar el mango de madera, formando un ángulo agudo con la lámina. Se usa para cavar tierras roturadas o blandas, remover el estiércol, amasar la cal, etc. Azadilla: Herramienta parecida a la azada, pero más pequeña, útil para escardar y trasplantar plantas pequeñas. Azadón: Herramienta parecida a la azada, pero con la pala algo curva y más larga que ancha. Sirve para romper tierras duras, cortar raíces, etc. Azararse: (De azorarse, y este de azor). Ponerse nervioso, sobresaltarse, avergonzarse. Azuela: (Del latín *asciola, diminutivo de ascia). Herramienta compuesta de una plancha de hierro afilada, de unos 10 cm de ancha, y un mango corto de madera que sirve para desbastar tablas, palos o troncos. Azuelo: Herramienta compuesta de una lámina corta y estrecha de hierro y un mango de madera que se usa para labores finas como cavucar tomates, quitar alguna hierbecilla, sacar los ajos de la tierra, etc. Azupar (por azuzar): Es un vulgarismo no recogido por la RAE, quizá explicable por la disimilación de dos zetas en sílabas contiguas: azuzar>azupar. El verbo azuzar (que en su origen fue asusar) se formó a partir de la interjección sus usada para

—50—


excitar a realizar algo con fuerza y rapidez. Significa incitar a los perros para que embistan y, en general, estimular a alguien. Ejemplo: Como me llames motes, cuando pases por mi puerta te azupo el perro pa´ que te muerda.

B Babi: (De babero, y este de baba, del latín *baba). Prenda de vestir holgada, con mangas y abierta por delante, de uso exterior, a manera de blusa larga, de tela lavable, que se pone sobre el vestido como guardapolvos. Bacalada: (De bacalao, y este del euskera bakailao). Bacalao curado, salado, entero y abierto. Bacinilla: (Del latín medieval bacinus). Palanganita muy pequeña que se usaba para echar el agua templada para mojar la brocha de afeitar y darle jabón. En caso de estar muy acatarrado y con muchas flemas, podía ponerse una bacinilla junto a la mesilla de noche para echar en ella las mucosidades y esputos. Badajo: (Del latín vulgar *batuaculum, derivado de battuere, batir). Pieza metálica alargada de las campanas, que termina en un abultamiento en forma de pera y que cuelga en el interior de las mismas para hacerlas sonar al golpearlas. También se llama badajo a la pequeña pieza, frecuentemente de madera y, a veces, de hueso, que hay en el interior de los cencerros y esquilas para que suenen al moverse. Cuando algo o alguien no cumplen su cometido se dice que son como un cencerro sin badajo. Badanas: (Del árabe hispano batána, y este del árabe clásico bitanah, forro). Persona floja y perezosa. Ejemplo: Mi chico es un badanas. En singular se usa en frases como sacudir, sobar, zumbar o zurrar la badana a alguien con el significado de pegar, maltratar. (Ver zurrar). Badil: (Del latín batillum, pala para la lumbre, se pasa al latín vulgar batile). La RAE registra las voces badil y badila como sinónimas y define badil como una paleta metálica para mover y recoger la lumbre en las chimeneas y braseros. Sin embargo, en Tejares era la paleta metálica que se usaba como cogedor para recoger las barreduras con la escoba. Ejemplo: Tócame las narices con un badil.

Badil Bálago: (Quizá del celta hispano *bálago- o *bálaco-). Paja larga de los cereales sin el grano y también paja trillada. (Ver esbalagar). Balar: (Del latín balare). Dar balidos, como las ovejas y cabras. El refranero dice: Oveja que bala, boca[d]o que pierde, para dar a entender que quien habla mucho, cuando se come a pozal, come menos que los que callan y, cuando cada uno come en —51—


su plato, tarda más en comer. Actualmente se dice como una invitación a callar cuando se come. Baldao, baldada: (Del participio de baldar, verbo derivado de balde, que a su vez proviene del árabe hispano bátil, vano, inútil, sin valor). Cansado, fatigado. Baldao es la forma popular en que desaparece la d intervocálica. Ejemplo: Llevo to[do] [e]l día sacando piedras y estoy baldao. Balde: (De origen incierto). Es homónima de la palabra balde de origen árabe comentada antes, que se usa en la locución adverbial de balde (gratuitamente, en vano). Pero el balde al que aquí nos referimos es una palabra de origen incierto con la que se designa un recipiente más ancho que un cubo, empleado en distintos usos domésticos como lavar la ropa o los cacharros, recoger agua, etc. El típico balde tradicional era de zinc y tenía dos asas para transportarlo. A veces se llamaba también barreño.

Balde de zinc Baldragas: (Del árabe hispano *hatráq, charlatán). Hombre flojo, sin energía. Ballico: (Quizá del latín tardío ballare, danzar, procedente del griego ballízein. La RAE recoge la palabra ballico, pero no la forma vulgar aballico con la a como prótesis vocálica.). Planta vivaz de la familia de las Gramíneas, muy parecida a la cizaña, de la cual difiere por ser más baja y tener las espigas sin aristas. Es buena para pasto y para formar céspedes. Es mala para los cultivos de cereal porque les quita fuerza. Se eliminaba cuando se escardaba y ahora, con herbicidas. Se recogía para dar de comer a los conejos. Existen varias especies.

—52—


Dos especies de ballico (Lolium multiflorum y Lolium perenne) Banqueta: Asiento pequeño de patas cortas y sin respaldo. Equivale a banquilla. Ejemplo: Voy a sacar la banqueta pa[ra] sentarme a zurcir unos calcetines, aquí, al abrigaño.

Banqueta antigua Banquilla: Ver banqueta. Barajear: (De origen dudoso). Mezclar las cartas de la baraja. En otras partes se usa más barajar. Ejemplo: Barajea bien y no hagas marañas. Baratillo: (Del diminutivo de barato). Puesto de comercio ambulante en el que se vendían cosas de ocasión o de saldo y al que acudía la gente mirando la peseta. Bárbara (Santa): Santa muy invocada en las tormentas. (Ver nubla[d]o). Barbechar: (De barbecho). Arar la tierra para que se meteorice y descanse, quedando así recuperada y preparada para sembrar al año siguiente. Barbechera: (De barbecho). 1) Conjunto de barbechos. 2) Tiempo que dura el barbecho. 3) Acción y efecto de barbechar. Barbecho: (Del latín vervactum, de vervagere, arar la tierra en la primavera). Conjunto de tierras de labor que no se siembran durante al menos un año, para que el suelo recupere los nutrientes. Barbo: (Del latín barbus, de barba, barba). Especie de pez de río de la familia Cyprinidae. Tiene el cuerpo robusto, casi cilíndrico, con grandes escamas, aleta dorsal alta, hocico casi cónico, dorso entre verde oliva y pálido verdoso y vientre blanquecino. Tiene cuatro barbillones cerca de la boca. Desova de mayo a julio, en fondos con grava y buena corriente. Es omnívoro y puede levantar pequeñas piedras —53—


con su hocico para buscar comida. Es una especie en regresión. Abundaba en el río Duratón.

Barbo común (Barbus barbus) Barcillar: La RAE recoge bacillar. El vulgarismo con r epentética se podría explicar por una atracción hacia la primera sílaba de la r que existe en la final. Bacillar procede de bacillum, sarmiento, y significa viña nueva. De la misma etimología, a través del gallego-portugués, es bacelar que designa el conjunto de parras sostenidas con un armazón. En Tejares barcillar se empleaba como sinónimo de viña o majuelo y se la oí decir a mi tía Basilisa y a mi primo Dionisio. Bardal: (De origen incierto). Cubierta de sarmientos, paja, espinos o broza, que se pone, asegurada con tierra o piedras, sobre las tapias de los corrales, huertas y heredades, para su resguardo. La RAE da barda como sinónimo de bardal. La locución adverbial saltando bardales significa “huyendo sin reparar en obstáculos”. Existió hasta tiempos recientes un bardal en la casa que fue del señor Victoriano, el correo. Bardasco: (Probablemente del cruce entre barda y verbasco o varbasco, que es otro de los nombres del gordolobo). Palo con puntas de ramas o con espinas. Ejemplo: Como no pares de enredar te arreo con un bardasco. Palabra no recogida por la RAE.

Flores de verbasco o gordolobo (coda lupi en latín vulgar) Barreño: (De barro). En principio era una vasija de barro, generalmente más ancha por la boca que por el fondo, de bastante capacidad, con distintos usos domésticos: lavar la ropa, fregar los cacharros, mezclar la carne picada con el adobo preparándola para hacer chorizo, etc. Más tarde siguieron llamándose barreños los de plástico o metal. La palabra convive con balde. —54—


Barreño tradicional Barreñón: Barreño grande. Barrial: (De barro, voz prerromana, quizá de origen celta). Tierra gredosa o arcillosa, que con el agua se vuelve pegajosa y adhesiva. Barrujo: Véase agujo. Barruntar: (Quizá del latín promptare, descubrir). Prever, presentir por indicios algún acontecimiento. Barullo: (Del portugués barulho, consultar la forma latina involucrum). 1) Confusión, vocerío. 2) Mezcla desordenada de cosas o personas. 3) Se usa la expresión a barullo con el sentido de “en gran cantidad”. Ejemplos: a) Los mozos están armando un barullo que pa´qué… b) ¡Vaya barullo de trastos que hay en el sobrao! c) Al final de la comida dieron café y licores a barullo. Base: (Del latín basis, y este del griego básis). La palabra tiene hasta 13 acepciones en el diccionario de la RAE y muchas frases hechas con ella. Hay una particularmente usada en Tejares: Es la locución adverbial a base de bien, que significa mucho, con abundancia o muy bien, perfectamente. Ejemplo: Comimos a base de bien. Basilisco: (Del latín basiliscus, y este del griego basilískos, reyezuelo). Persona furiosa o dañina. Se usa mucho en frases como ponerse como un basilisco y estar hecho un basilisco: ponerse o estar muy cabreado. La RAE da 3 acepciones más. Basquilla: (Del diminutivo de basca, y este quizá del celta *waska, opresión). Enfermedad que padecen las ovejas por abundancia de sangre y que se manifiesta en dar vueltas y cerrar los ojos hasta que se caen. Basurero: (De basura y esta del latín versura, de verrere, barrer). En Tejares era el montón grande de paja sobrante que se dejaba al borde de algún camino o en el esquinazo de una finca para que se fuera pudriendo lentamente por efecto de los meteoros. Cuando el montón estaba de color casi negro se llevaba a las tierras y se esparcía como abono. Batiburrillo: (De baturrillo, y este de batir, mezclar, revolver). Mezcla de cosas de comer que no casan bien entre sí. También, coloquialmente, mezcla de cosas inconexas al hablar o al escribir. Bautizo: (De bautizar, y este de baptizar). Administrar el sacramento del bautismo y festejar el acontecimiento en familia. Lo antes posible después de nacer había que bautizar al recién venido a este mundo, para que tuviera la gracia de Dios, se librara del pecado original, adquiriese un nombre y, en caso de morir, para que no fuera al Limbo de los niños, sino al Cielo de los Bienaventurados. Se elegían el padrino y la madrina y se procedía al acristianamiento, actuando el cura como ministro. Arropado con una toquilla blanca, el neonato era llevado a la iglesia, con asistencia del padre de la criatura, de los familiares y del resto del pueblo. La madre guardaba cuarentena —55—


y no acudía al templo hasta 40 días después del nacimiento, tiempo de recuperación de la parturienta y recuerdo de la Purificación de la Virgen María. En el rito del bautismo se preguntaba a los padrinos: Vis baptizare? A lo que tenían que responder: Volo. Se hacían todas las ceremonias aproximadamente igual a como se hacen ahora, pero en latín: la unción con el crisma de los catecúmenos, la señal de la cruz, el rito de la sal, la vela encendida, el éffeta (abríos, oídos, a la voz de Dios), el paño blanco y el derramamiento de agua sobre la cabeza del niño mientras se decía su nombre y el ego te baptizo… Terminada la ceremonia y la misa que la acompañaba, los padrinos tiraban caramelos y algunas monedas para que los niños los cogieran a la repelea. Si alguno no cogía nada y no le daban algo, se consideraba con derecho a cantar esta coplilla: Bautizo cagao, que a mí no me han dao; si cojo al chiquillo, lo tiro a un tejao. Luego se celebraba la comida en familia, se daban los parabienes a los padres y se manifestaba el deseo de que la criatura se criase bien. Beldadora: Máquina que, accionada por una manivela o motorcito, separaba la paja del grano después de haber trillado el cereal.

Beldadora antigua Beldar: (Del latín ventilare). Aprovechar el viento para separar el grano de la paja usando un bieldo, de forma que las mieses o legumbres trilladas queden limpias, llevándose el viento la paja, que pesa menos, y cayendo el grano sobre una manta preparada al efecto. Esto era muy laborioso y la beldadora vino a facilitar la tarea, accionada al principio por una manivela y, más tarde, por un motorcito. Belezo: (De belez, y este quizá del árabe hispano *[a]b alhíss, cosa que suena). Cualquier vasija abierta que se usaba especialmente para contener líquidos. Eran belezos los bebederos de las gallinas, los barreños o baldes, los calderos (también llamados cubos o herradas), las calderas que se ponían a la lumbre, etc. Bendición: (Del latín benedictio,-onis). Acción y efecto de bendecir. Un uso típico se da en las frases ser una bendición, parecer una bendición o dar la bendición, con el significado de que algo es admirable, abundante, excelente o que está muy bien

—56—


hecho y realizado con primor. Ejemplos: Con estas lluvias el campo es una bendición; sus cuadros son tan bonitos que dan la bendición. Berbajo: (De brebajo, este de brebaje, y este del francés breuvage, bebida desagradable o pócima). Espuma de la saliva. La RAE recoge esta palabra con otro significado: Refresco que se da al ganado, sobre todo al de cerda, cuando son pequeños los animales, para irles acostumbrando al pienso y a las bellotas. Bergante: (Del gótico brikan, golpear, luchar; comparar con el catalán bergant, individuo de una brigada de trabajo, y con las palabras castellanas bregar y brigar). Pícaro, sinvergüenza, tunante. Berra: (Del latín berula, berro). 1) Berro crecido y talludo, basto y, por ello, menos apetecible para comer que el berro tierno. (Ver berro). 2) Planta de la familia de las Umbelíferas, que se cría en las orillas de los arroyos, de 6 a 7 dm de altura, con tallos cilíndricos y ramosos, hojas anchas, compuestas de hojuelas dentadas, lisas, algo duras con un verde muy bonito, y flores blancas. No comestible. Además de berra, es llamada en otras partes berraza o berrera. Por tanto, con la palabra berra se podía aludir al berro espigado, a la planta umbelífera más generalmente llamada berrera (de nombre científico Apium nodiflorum) y, tal vez, a la berraña. (Ver berraña).

Berra o berrera, no comestible (Apium nodiflorum) Berral: (De berro). Terreno encharcado, pero con aguas limpias, cercano a ríos, arroyos, torrenteras o gavias donde se crían berros. Berraña: Planta no comestible, variedad del berro común, del que se distingue por tener los tallos más robustos y las hojas grandes, de 8 a 16 lóbulos casi iguales, ovales u oblongos. (Ver berro).

—57—


Berraña, no comestible (Berula erecta) Berrear: (Voz onomatopéyica). Gritar desaforadamente los niños. Berretes: (Quizá de ribetes>birretes>berretes). Boceras. Ejemplo: Ha esta[d]o comiendo chocolate y…¡menudos berretes que se ha puesto la criatura! (Ver birretes). Berrinche: (Del latín verres, verraco). Enfado morrocotudo, especialmente el que cogen los niños, expresándolo con gritos y llanto. Berro: (Del celta *beruro-). Planta que la traían de Fuentesoto o El Vivar, pues crece en lugares aguanosos, que tiene un gusto picante y se come en ensalada. Pertenece a la familia de las Crucíferas, tiene varios tallos, hojas compuestas de hojuelas lanceoladas y flores pequeñas y blancas. Nombre científico: Nasturtium officinale. (Ver berra).

Berros (Nasturtium officinale) Berza: (Del latín vulgar viridia). Planta de la familia de las Crucíferas, bianual, de un color verde característico y tallos duros de color blanco. Es la Brassica oleracea, de la que hay muchas variedades. Se utiliza frecuentemente para hacer cocidos y con patatas. Las hojas de la berza son comestibles y las más externas (las que dan al aire) son de color verde claro, mientras que las del interior son semiblancas. El tallo es —58—


alto y se hace leñoso al envejecer la planta. Las flores son grandes, desplegadas en ramilletes, y pueden ser amarillentas o blancas. Los frutos que salen de ellas son alargados, una especie de vaina en resalto y acabadas en un apéndice puntiagudo. Se cultiva a partir de marzo o abril. Se recolecta sin problema en los meses de invierno.

Dos variedades de berza Berzotas: (De berza, este del latín vulgar virdia, plural neutro de virdis, y este de viridis,-e, verde). Persona tonta, ignorante, necia. Besugo: Con este nombre se designaba al besugo propiamente dicho (aunque hay muchas variedades), llamado por las gentes de Tejares besugo blanco. Se llamaba besugo negro al pescado conocido más comúnmente con los nombres de palometa, japuta y zapatero. La expresión coloquial Te veo, besugo, que tienes el ojo huero (o claro) da a entender que uno penetra en las intenciones ocultas de otro. El besugo es un pez teleósteo, acantopterigio, provisto de algunos dientes cónicos en la parte anterior de las mandíbulas, y de dos filas de otros tuberculosos en la parte posterior.

Dos variedades de besugo “blanco” y el llamado “besugo negro” (palometa). Bieldo: Instrumento para beldar que consta de un palo largo, perpendicular a otro de unos 30 cm , del que salen de cuatro a seis grandes púas. (Ver pajabieldo).

—59—


Bieldo Bien: Muy, antepuesto a un adjetivo o adverbio. Es de uso popular para ponderar algo: Bien tarde, bien bueno, bien guapo. La locución bien d[e] ello equivale a mucho. Binar: (Del latín bini, de dos en dos). Dar segunda reja a las tierras de labor. (Ver alzar, terciar). Birretes: (Metátesis de ribetes). Restos de comida o bebida alrededor de los labios (Ver boceras, ribetes y berretes). No recogido por la RAE, que sí recoge birrete (del provenzal antiguo birret, diminutivo del latín tardío birrus, capote con capucho, y este quizá del celta *birros, corto), con el significado de gorro con borla usado por profesores, magistrados, jueces y abogados en los actos solemnes. También, bonete usado por los clérigos. (Ver bonete). Biruji: Viento muy frío. Bis, bis, bis…: Voz con que se llama al gato. Bizma: (Del antiguo bidma, este del latín epithema, y este del griego epíthema). Entablillamiento de un miembro roto con emplasto de pez y vendas. Boca de dragón: Planta ornamental, cuyo nombre científico es Antirrhinum majus. Pertenece a la familia de las escrofulariáceas, su altura oscila entre los 40 y 60 cm. Sus hojas son opuestas, lanceoladas, enteras y casi completamente sésiles. Sus flores forman apretados racimos terminales y pueden ser de colores variados (rojo, amarillo, violeta, etc.). Les gusta el sol. El exceso de agua las perjudica.

Boca de dragón (Antirrhinum majus) Boceras: (Del latín buccea, bocado). RAE. Restos de comida o bebida que quedan alrededor de la boca. Ejemplo: Límpiate las boceras. (Ver birretes). También, según —60—


la RAE, puede ser un sinónimo de voceras, con el significado de bocazas, jactancioso, bravucón, persona despreciable. (Ver voceras). Boche: (Quizá de bache). Hoyo pequeño y redondo que hacen los chicos para jugar a meter en él las piezas con las que juegan. (RAE). A veces, hoyo pequeño y redondo sin más, como el que hacen las gallinas (Ver nidal). Boda: (Del latín vota, plural de votum, voto, promesa). Casamiento y ceremonia en que se celebra, incluyendo banquete y fiesta. En nuestra sociedad industrial y democrática, las bodas forman parte del sistema de producción y consumo, y de las nuevas mentalidades. Tradicionalmente, cuando los novios decidían casarse, lo notificaban a las respectivas familias (si es que los padres no habían concertado previamente la boda) y se fijaba el día de la ceremonia religiosa, hablando previamente con el cura del pueblo, que tenía que prever las amonestaciones durante tres domingos consecutivos. En la Misa dominical se hacía pública la decisión de casarse de la pareja solicitante. El cura leía siempre el mismo discurso: Quieren contraer matrimonio canónico, según lo manda la Santa Madre Iglesia y el Concilio de Trento lo dispone, de una parte Fulanito de tal y tal… y de otra Fulanita de tal y tal… Si alguien conoce algún impedimento por el que esta boda no pueda celebrarse, tiene el deber de comunicarlo. Durante los 21 días de las amonestaciones, los padres invitaban a todos los familiares y amigos que querían, y en los pueblos pequeños prácticamente todos quedaban invitados. De hecho todos iban a la ceremonia nupcial en la iglesia, aunque después no fueran a la comida. No había invitaciones hechas en la imprenta, pues todo se hacía verbalmente. Los novios también invitaban a sus amistades, contando siempre con el beneplácito de los padres. No había lista de bodas, ni grandes regalos, y los donativos en dinero, cuando los había, eran escasos… Se trataba de una invitación y de un acompañamiento que se agradecía sinceramente. No había que contratar restaurante, porque el banquete se celebraba en la casa de uno de los contrayentes. La novia llevaba un traje bonito, pero nada de color blanco ni con una cola impresionante. En la época de nuestros padres las mujeres se casaban con un traje negro y los hombres con un traje en tono oscuro hecho por el sastre del pueblo más próximo. La ceremonia religiosa se hacía en la iglesia. El día de la boda se levantaban temprano los novios, familiares e invitados. Al salir de la casa de los padres, por última vez como solteros, cada novio recibía la bendición de sus mayores. El novio, acompañado de la madrina y de familiares y amigos, y la novia, acompañada por el padrino e invitados, iban a la iglesia. El sacerdote preguntaba por última vez si alguien conocía algún impedimento para la celebración de aquella boda, y, como no lo había, proseguía el ritual con el intercambio de anillos, si es que la pobreza daba para ello, y la entrega de las arras a la novia. El punto culminante era el “Sí, quiero” que se daban mutuamente los contrayentes. Acabada la ceremonia, las mozas salían de la iglesia y se colocaban en lugares estratégicos para cantar a la salida de los novios. Cantando iban a la casa donde tenía lugar la comida de bodas, que solía ser la casa de la novia. Lo de tirar arroz no lo recuerdo (seguro que no se hacía, porque era tirar comida a lo tonto). Se decían vivas a los novios, a los padrinos y al acompañamiento. Era muy típica, y por lo visto, estaba muy extendida por toda Castilla, la canción cuyo estribillo era: Crezca el honor de la espiga y el trigo, Crezca el honor de novios y padrinos, Crezca el honor de los mozos y mozas, Crezca el honor de la espiga y la rosa.

—61—


El acontecimiento solía estar amenizado, al menos por un dulzainero y un tamboritero. El banquete lo preparaban, ya desde la víspera o la antevíspera, las mujeres de la casa ayudadas y dirigidas en todo momento por una guisandera, que venía de algún pueblo próximo y que tenía experiencia en este campo. Los gastos corrían por cuenta de la familia del novio y de la novia. Se mataban corderos, pollos, gallos y conejos; se compraban pescados; se hacían natillas al baño maría… La comida solía ser opípara y los invitados aprovechaban para resarcirse del poco comer que era lo común en los días ordinarios. No faltaban buenos vinos y agua de la fuente. Empezaba el banquete con unos aperitivos consistentes en rodajitas de limón y naranja con un poquito de azúcar. Podía haber luego una paella con pollo (y entonces todos los pollos eran de corral), platos de carne y pescado, cordero asado en el horno de leña, natillas y pastas, rematando con copas de anís y coñac y algún puro para los fumadores. No era costumbre que los novios diesen un detallito a los invitados como recuerdo del evento. Los actos se prolongaban hasta entrada la noche. Se bailaba, se conversaba y, a veces, de una boda salía otra. Los novios pasaban la noche en la casa que se hubiese decidido, pues, nada más casarse, era difícil que tuvieran casa propia, aunque en seguida se afanaban en hacerse una o cogerla en alquiler si la había, siguiendo el sabio refranero que dice que “el casado casa quiere”. La noche de bodas no solía faltar la cencerrada dirigida por los mozos del pueblo. El viaje de novios, si lo había, no solía ir más allá de la capital de la provincia y, como recuerdo, una única foto de estudio, en blanco y negro, que se enmarcaba y conservaba toda la vida. A partir de ese momento comenzaba la vida de casado, el recibir los hijos que Dios enviara y el trabajar hasta deslomarse para sacar adelante a la prole. Y como no tocaban a “descasar”, el matrimonio tenía que ser para toda la vida. Bodega del agua: En los carteles de hogaño llaman bodegas del agua a lo que antaño llamábamos la fuente, la fuente del señor Cipriano y la bodega-fuente de la tía Basilisa. Llamábamos el depósito a un pozo cercano a la fuente. Eran manantiales pobres. La fuente es una construcción subterránea de piedra, parecida a un aljibe árabe, que ha sido testigo de muchas confidencias y suspiros a lo largo de los años. Es bonita y debería mantenerse como modelo único en su género entre los pueblos de los alrededores. Bodigo: (Del latín panis votivus, pan ofrecido en voto). RAE. Panecillo hecho de la flor de la harina, redondo, que se llevaba a la iglesia por ofrenda. Solía llevarse con motivo de las misas de difuntos y se colocaba sobre un paño bordado en negro o en un mantelito dentro de un cestillo al lado de los hacheros. Terminada la misa y los responsos, el bodigo pasaba a manos del sacerdote, que se lo llevaba para comerlo o lo repartía entre los monaguillos. Esa costumbre se perdió en Tejares hace cerca de 50 años. Bodón: (Del latín buda, espadañal). Zona de un río donde cubre mucho, no se ve bien a simple vista cuál es la profundidad y el agua puede hacer remolinos y succionar hacia lo hondo a quien se mete en él. Ejemplo: No te metas tanto, que por ahí dicen que hay un bodón y, si no nadas bien, te puedes ahogar. La RAE recoge la palabra, pero con otras acepciones: 1) Charca o laguna invernal que se seca en verano. 2) Espadañal. (Ver espadaña). Bodoque: (Del árabe hispano búnduq, avellanas, este del árabe clásico bunduq, y este del griego [kárpon] pontikón, [nuez] póntica). De las 10 acepciones que recoge la RAE se usan estas tres: 1) Reborde con que se refuerzan los ojales del colchón por

—62—


donde pasan las bastas. 2) Relieve redondo de algunos bordados. 3) Persona de cortos alcances. Bofes: Pulmones de las reses destinadas a consumo. La frase coloquial echar los bofes significa poner todo el empeño, el ahínco y la fuerza en hacer algún trabajo físico. Boina: Gorra redonda y chata, sin visera, de una sola pieza, de color negro y con un rabillo en el centro. Era costumbre (hoy casi totalmente desaparecida) que los hombres se la pusieran, sobre todo al llegar la edad en la que el pelo suele ser más ralo y aparece la calva. Bola: (Del provenzal bola y esta del latín bulla, burbuja, bola). La RAE da hasta 16 acepciones de esta palabra y muchos giros y frases con ella. Hay un uso coloquial típico con el significado de mentira, rumor falso o infundio con fines políticos o de otro género. (Ver trola). Un significado de bola muy usado en Tejares es el de relleno que se prepara para el cocido. Constaba, básicamente, de pan desmigado y huevo con lo que se hacían bolas más o menos grandes y se freían. Luego se echaban al caldo del cocido y cocían con todo el preparado, volviéndose muy jugosas. “Rellenaban” a los comensales, por si era poco todo lo demás. (Ver cocido). Bonete: (Del francés bonnet, y este del bajo latín abonnis). Especie de gorra de cuatro picos que antaño usaban los curas y seminaristas. (Ver birrete). Boñiga: (De origen discutido). Excremento del ganado vacuno y de otros animales con excremento semejante al del vacuno. Boqueada: (De boquear). Dos acepciones: 1) Suspiros que se hacen abriendo mucho la boca antes de morir. (Se dice ante todo de animales). 2) Momento final de algo (en sentido figurado). Ejemplo: La trucha está dando las últimas boqueadas. Borrachera: (De borracha, bota para el vino, quizá del catalán morratxa, redoma, con influencia de botella). Nombre popular de una planta silvestre, de la familia de las solanáceas, que da un fruto pequeño y redondo, de color morado, que, al espachurrarse, suelta un líquido del color del vino tinto. También es conocida como hierba mora.

Borrachera o hierba mora (Solanum nigrum) Borrajas: (Del catalán borratja, y esta del latín borrago,-inis). Impropiamente se llamaba borraja en Tejares a un tipo de planta acuática, verde, en forma de lentejuela,

—63—


con un pedúnculo filamentoso subacuático, que en el verano llegaba a cubrir casi totalmente los Charcos. A veces, había tal cantidad de esa planta que era necesario quitarla para despejar la superficie del agua. Los machos y las ovejas la bebían y no se sabe que enfermasen por ello. Debajo de las “borrajas” solía haber muchas ranas que asomaban la cabeza entre las plantas y se escondían ante cualquier movimiento sospechoso. En fechas más recientes se desecó uno de los Charcos y en el otro se pusieron patos. Últimamente no se ven “borrajas” y han desaparecido los mansos y las ranas. (Ver manso). La planta que crecía en los Charcos no era, evidentemente, la que el común de los hablantes del castellano llama borraja, sino otra de la familia de las Lemnas, de la cual existen varias especies. Se trata probablemente de la Lemna minor. En general, las Lemnas son llamadas vulgarmente lentejas de agua. Crecen libremente flotando sus tallos, que son muy cortos, bajo la superficie del agua.

La llamada “borraja” de los Charcos (Lemna minor) La borraja propiamente dicha es la Borrago officinalis, cuyo nombre castellano ha sido tomado del catalán borratja, y este del latín borrago,-inis. Es una planta anual, de la familia de las Borragináceas, de 20 a 60 cm de altura, con tallo grueso y ramoso, hojas grandes y aovadas, flores azules dispuestas en racimo y semillas muy menudas. Está provista de pelos ásperos y punzantes, es comestible y la infusión de sus flores se emplea como sudorífico.

—64—


Borraja (Borrago officinalis) Para decir que algo carece de importancia se emplean las expresiones agua de borrajas o agua de cerrajas. Pero esto nos complica aún más, porque, ¿qué es la cerraja? La cerraja (del latín vulgar serralia) es una hierba de la familia de las Compuestas, de 6 a 8 dm de altura, con tallo hueco y ramoso, hojas lampiñas, jugosas, oblongas y con dientecillos espinosos en el margen, y flores amarillas en corimbos terminales.

Cerraja (Sonchus oleraceus) Borrajetos: (De borrajear, hacer rasgos por entretenimiento o por probar la pluma). En lenguaje infantil, hacer rayajos desordenados, garabatear sin orden ni concierto. Borrego,-a: (De borra, y esta del latín burra, borra, lana grosera). Cordero o cordera de uno a dos años. A veces, oveja o cordero en general. Botagueña: (Del latín *botus, de botulus, embutido, y güeña, de boheña y esta de bofes). RAE. Longaniza hecha de asadura de puerco. Era de calidad inferior al chorizo normal y se usaba normalmente para echar un poco en el cocido. En una economía de subsistencia todo se aprovechaba. Había incluso un “chorizo de patata”,

—65—


que, además de algo de patata, tenía mucho tocino y trozos de carne que se desechaban para hacer el chorizo normal. Del latín botulus procede la palabra culta botulismo con la que se designa una enfermedad producida por la toxina de un bacilo específico contenido en los alimentos envasados en malas condiciones. La palabra boheña (de bofe) es una forma anticuada de referirse al pulmón y con la que, en algunas partes, llaman a la longaniza de bofes. Boticas: (Del latín apotheca, y esta del griego apothéke, almacén). Medicamentos. Ejemplo: Me he gastao mis ahorros en boticas. Botifuera: (Seguramente del latín votum,-i, voto, promesa, compromiso y fuera). Pago que se exigía a los forasteros que se echaban novia en el pueblo, según las posibilidades de cada uno: generalmente consistía en pagar una merienda. Es palabra de uso regional con distintas acepciones según las zonas. No la recoge la RAE, pero sí aparece el el “Diccionario del español actual” , dirigido por Manuel Seco, como un regionalismo propio de Jaén: Convite que el dueño del olivar hace a los trabajadores el día que acaba la recolección. En “El vocabulario particular de Riosalido (Guadalajara)”, su autor, Ranz Yubero, define así botifuera: Efecto de concluir una construcción o sellar un trato. Botija: (Del latín butticula). Vasija de barro con una sola boca muy estrecha, abultamiento en el centro y un poco más estrecha en el fondo, de poca altura, con dos asitas, usada para llevar el agua tapando la boca con un corcho para que no se derrame. La llevaban los segadores y agosteros. Botijo: (De botija). Vasija de barro con un asa alta en la parte superior y con dos aberturas, una por delante (el pitorro con un agujerito para beber) y otra por detrás (la canaleja para llenar el botijo), que mantiene fresca el agua en verano.

Botija y botijo Boto: (De bota, y esta del francés botte). Bota alta que llega hasta media pierna. Ejemplo: Acabo de hacer unos botos camperos a base de bien. (Ver base). Bozal: (De bozo, y este del latín bucceus, de la boca). Aparejo que se ponía a las caballerías en la boca para que no comieran. Bramante: (De brabante). Hilo gordo hecho de cáñamo. Brasero: (De brasa). Mueble metálico redondeado a modo de plato muy grande donde se ponían ascuas para templarse en invierno. Era peligroso por el tufo.

—66—


Brasero antiguo Braza[d]o: (De brazo). Cantidad de leña, paja o cosa similar que se puede llevar de una sola vez con los brazos. Ejemplo: Trae un brazao de leña pa´la lumbre. Brete: (Quizá del provenzal bret, y este del alemán antiguo bret, tabla). Aprieto, apuro sin escapatoria. Se usa en las frases estar alguien en un brete, poner a alguien en un brete. Ejemplo: La vecina me puso en un brete al decirme: “Me enterao de que se casa tu chica. Me invitarás a la boda, ¿no?” Bridón: (Del francés bidon). Bridón es un vulgarismo que introduce una r epentética, quizá para hacer más sonora la palabra, quizá por un cruce subconsciente con brida. Debe, pues, decirse bidón, y es un recipiente con cierre hermético, que se destina al transporte de líquidos o de sustancias que requieren aislamiento. En Tejares, cuando echaban alquitrán en la carretera de Cantalejo-Aranda, dejaban los bidones vacíos, que solían recogerlos los vecinos y reutilizarlos para usos domésticos, particularmente para almacenar en ellos gran cantidad de agua, poniéndolos al gotereo, o llenándolos a base de traer cántaros del Charco. Ejemplo: He [en]llenao dos b[r]idones pa tener agua a mano pa las gallinas por una temporadita. Brisca: (Del francés brisque). 1) Juego de cartas en el que se dan tres a cada jugador y se saca una, llamada pinta, que indica el palo de triunfos. Después de cada baza, se van robando las cartas que quedan una a una hasta terminar. Gana el que hace más tantos. 2) El as y el tres de los palos que no son triunfo, tanto en el juego de la brisca como en el del tute. Ejemplo: ¡Echa brisca, que nos la llevamos con el as! Broza: (Del provenzal brossa, y esta del gótico *brukja). Suciedad, malas hierbas. Ejemplo: Trae el badil y la escoba, pa´ recoger la broza que hay junto a la puerta. Brucelosis: Enfermedad infecciosa de las ovejas, cabras, cerdos, vacas, u otros animales domésticos, producida por bacterias del género Brucella, que puede ser transmitida al hombre. La entrada de brucela, a partir de animales infectados, suele ser por vía digestiva, por consumo de leche sin tratamiento previo, carne poco cocinada e incluso agua.

—67—


Bacterias del género Brucella al microscopio Búcaro: (Del mozárabe *búcaro, y este del latín poculum, taza, vaso). Botijo. Esta acepción la recoge la RAE como propia de Cádiz, Huelva, Málaga y Sevilla, pero la he oído en Tejares con un sentido entre humorístico y culto. Ejemplo: Alcánzame el búcaro, que tengo mucho reseco y voy a echarme un buen trago de agua. Buche (1): (Quizá del latín tardío bucula, ampolla, y este del latín vulgar *buccula, derivado de bucca, carrillo hinchado, con influencia del francés antiguo bouge, bolsa). Bolsa membranosa que comunica con el esófago de las aves en la cual se macera el alimento. Buche (2): (De la voz buch con que se llama al borriquillo). Borrico recién nacido y mientras mama. La expresión burra, buche y leche no puede ser es de carácter local, no recogida por la RAE. Significa que si se quiere mantener a la burra en buen estado, dar de mamar al buche para criarlo y ordeñar a la burra, todo junto no puede ser, porque o enfermará la burra, o no se criará el buche o la burra no dará leche. (Ver: Sopas y sorber…; repicar e ir a la procesión). Bufar: (Voz onomatopéyica). 1) Manifestar un grave enfado de algún modo. 2) Soplar mucho el viento. Ejemplo: El tio Pifas se fue bufando y echando sapos y culebras por la boca, porque le dije que yo eso no le iba a pagar, que yo no soy el conde de Romanones y que a robar, a otra parte. Buitre: (Del latín vulturem, Acusativo de vultur,-uris). Ave rapaz de cerca de dos metros de envergadura, con el cuello desnudo, rodeado de un collar de plumas largas, estrechas y flexibles, cuerpo leonado, remeras oscuras y una faja blanca a través de cada ala. Se alimenta de carne muerta y vive en bandadas. Tiene una vista muy aguda, pero no tiene olfato. Por Tejares sobrevuelan bandadas de estas rapaces carroñeras y antaño limpiaban los campos de todos los animales muertos que allí se dejaban. En años posteriores, con las grandes naves de cerdos, se les echaban estos cuando morían. Pero, últimamente, se prohibió esa práctica ante la posibilidad de que transmitieran enfermedades, cuando la muerte de los cerdos es por alguna peste y no por simple accidente o asfixia. Hemos podido observarlos a escasos metros comiendo carroña.

—68—


Buitre común o buitre leonado (Gyps fulvus) Bujero: (De agujero, y este de aguja, del latín *acucula). Vulgarismo por agujero. Se explica por aféresis de la a inicial y desarrollo de una b a partir del grupo gu. (Ver abujero). Bula: (Del latín bulla). Documento eclesiástico por el que se pagaba una cierta cantidad de dinero para mitigar los ayunos o abstinencias prescritos por las normas de la Iglesia. Recibía también el nombre de bula de la Santa Cruzada. Después del Concilio Vaticano II, han cambiado algunos conceptos y, en todo caso, existe la llamada limosna penitencial que los fieles aportan sin tener que comprar ningún documento. Hay dos expresiones muy populares con esta palabra: haber bulas para difuntos (tener privilegios que otros no tienen para librarse de alguna carga) y tener bula para algo (gozar de más facilidades que los demás para conseguir algo u obtener privilegios). Suelen andar en boca de quien se siente agraviado por no tener los beneficios de los que otros gozan. Ejemplo: No dejan entrar a nadie, pero a él sí. ¡Ya lo ves! ¡Hay bulas para difuntos!; Pepi consiguió la plaza, siendo una chica de pocos alcances. ¡Ha tenido bula! (Ver Cuaresma, influencias, recomendación, aldaba, tejemaneje). Bulto: (Del latín vultus, rostro). Palabra con 8 acepciones en la RAE. En el uso popular destacan la locución adverbial a bulto (aproximadamente, sin cálculo previo, poco más o menos, grosso modo, a ojo de buen cubero) y la expresión coloquial a menos bulto más claridad (no importa que falten ciertas personas en un grupo o reunión). Bureo: (Del francés bureau). Entretenimiento, diversión. Se emplea en la frase irse o marcharse de bureo, con el significado de ir de fiesta y a divertirse. Burra, buche y leche: Ver buche. Burro,-a: (De borrico, y este del latín burricus/buricus, caballejo). Animal solípedo, más pequeño que el mulo y el caballo, indispensable colaborador en todas las tareas del campo. La humanidad le debe tanto que ningún monumento podría ser reconocimiento suficiente. Siempre que había que llevar algo pesado, allí estaba el burro para ponérselo sobre sus lomos: una carga de piñas o leña, unos serones con arena, unas aguaderas con cántaros, unas alforjas llenas de ropa para ir a lavarla a La Maluca (ver Maluca), unos sacos llenos de hierba, garbanzos, trigo, etc. También las personas salvaban distancias a lomos del burro, pues, de lo contrario, llegaban —69—


cansados al terreno que había que trabajar y sin energía para acometer la faena. ¿Quién podría cantar los múltiples servicios prestados por tan noble animal? En cambio, con frecuencia, la recompensa era pegarle con una vara, demostrando a menudo que el verdadero burro era el amo. Pues el burro es animal inteligente y de tan buena memoria que no tropieza dos veces en la misma piedra. A pesar de ello, llamar burro/burra a una persona es lo mismo que tildarla de necia, incivil, ruda, bruta y de cortos alcances. En el mismo orden de cosas se han creado las palabras burlescas asnografía y burrología, para encarecer la ignorancia de alguien, diciendo que es licenciado en esas irónicas materias. Sin embargo, decir de alguien que es un burro de carga es lo mismo que decir que es trabajador, paciente y resistente, cualidades todas que convienen a este solípedo, aunque suele decirse en tono de queja, compasión o con matiz peyorativo. Por otra parte las frases apearse/ caerse/ bajarse del burro significan convencerse o ser convencido alguien del error en que “está montado”. Poner a alguien a caer de un burro equivale a insultarlo o reprenderlo duramente. La expresión arrancada de caballo, parada de asno se aplica a quien comienza con brío y entusiasmo una actividad, pero que pronto se desanima y termina disminuyendo el ritmo y parándose, como lo haría un asno cargado en las horas de mediodía solar durante el verano. La presencia milenaria de este animal en el mundo rural ha dado lugar a muchos sinónimos para nombrarlo: asno, jumento, pollino, rucho, ruche, buche. La palabra acémila alude, simultáneamente, al burro y a la mula o macho. (Ver rucho, buche, acémila, mosca borriquera). Con la mecanización del campo, la presencia del burro ha dejado de ser una nota distintiva del paisaje rural. Es una responsabilidad que toman sobre sí algunas asociaciones conservar este patrimonio que durante milenios formó parte de las civilizaciones: el burro en sus múltiples razas. Burro uncido: Juego infantil que consistía en ponerse dos chicos agarrándose con los brazos a la altura de los hombros y entre ambos otro agachado sobre el que se montaba un cuarto. Por turno le tocaba hacer de burro a cada uno de los participantes.

C Ca: 1) Apócope de casa (Ver en ca). 2) Apócope de cada en lenguaje coloquial rápido. Ejemplo: Ca´uno es ca´uno. Caballete: Cumbre del tejado. Caballito del diablo: Nombre popular de unos insectos, parecidos a las libélulas, que revoloteaban por encima de los Charcos. Libélulas y caballitos del diablo, aunque muy parecidos, sin embargo, no son el mismo insecto, pues las alas del caballito (dos a cada lado) son prácticamente iguales, mientras que la libélula tiene las alas posteriores un poco más anchas. Se confunden fácilmente. Las especies de ambos son numerosas.

—70—


Caballito del diablo(Calopterix maculata) y libélula (Anax junius) Caballo percherón: La palabra caballo procede del latín caballus, con el significado de caballo castrado, caballo de trabajo, caballo malo, jamelgo; en latín vulgar se empleó con el sentido de caballo en general, sustituyendo al clásico equus. Caballus la tomaron los romanos probablemente del celta. (Comparar con el griego kabálles, galo caballos, búlgaro antiguo kobyla). RAE. Es un mamífero del orden de los Perisodáctilos, solípedo, de cuello y cola poblados de cerdas largas y abundantes. Percherón, na (del francés percheron, natural del Perche, antigua provincia de Francia) se dice de un caballo o de una yegua, perteneciente a una raza francesa que por su fuerza y corpulencia es muy a propósito para arrastrar grandes pesos. En Tejares hubo un caballo percherón que usaba la señora Justina cuando iba con sus mercadurías por los pueblos. ¡Todo un ejemplo de superación! Cabás: (Del francés cabas). Antigua cartera de madera, o de cartón muy duro, para llevar los libros a la escuela. Cabello: Se usa en la locución atar a cabello, o sea, atar los haces con la propia mies. (Ver atar a cabello). Cabezada: (De cabeza). Se usa principalmente en las expresiones dar/echar una cabezada y poner la cabezada a las caballerías. Dar una cabezada es ir inclinando poco a poco la cabeza quien se va durmiendo sin estar acostado. Equivale a dormir poco y de forma ligera. Ejemplo: Después de comer suelo echar una cabezada en el sillón. La cabezada de las caballerías es el correaje que ciñe y sujeta su cabeza y al que está unido el ramal. Cabezón,-na: Persona terca, testaruda, de ideas fijas, que siempre quiere tener la razón. Cabezote: (De cabeza y –ote, sufijo de aumentativo). Nombre popular local de un pescado rojizo con la cabeza muy abultada. Quizá estemos hablando de un pescado de la familia de los Tríglidos (Triglidae), ya sea el escacho o rubio (Trigloplorus lastoviza), ya el garneo (Trigla lyra), ya la alfondega o chirriola (Trigla lucerna). O quizá la cabrarroca (Scorpaena scrofa) o algún otro similar.

—71—


Rubio, garneo, alfondega y cabrarroca Cabo: (Del latín caput, cabeza). Hilos retorcidos de cáñamo que, unidos con pez y cera, sirven para coser cuero. Cabo de año: Aniversario de la muerte de alguien y funeral que con tal motivo se celebra. Cabras: Ver cabrillas 2. Cabrillas: (Del diminutivo de cabra, del latín capra). 1) Las siete estrellas de las Pléyades. 2) Manchas o vejigas que salen en las piernas por estar mucho tiempo al brasero o cerca del fuego. También se llaman cabras. Cabrio: (Del latín capreus). Viga de madera para sujetar las tablas del tejado. Cachar: (De cacho). Partir o rajar frutos secos de cáscara leñosa o huevos. Equivale a cascar. (Ver cascar). En algunas partes se dice escachar. Cacharrazo: Golpe fuerte. Ejemplo: Iba a to´meter y se dio un cacharrazo morrocotudo. Cacharrero: (De cacharro, y este de cacho, del latín vulgar cacculus, y este del latín caccabus, olla). Vendedor de recipientes de barro (cántaros, barreños, botijos, etc.). El cacharrero podía ser, a su vez, alfarero. En distintas zonas de la provincia de Segovia había alfares y alfareros, los cuales fabricaban su preciada mercancía y luego iban a venderla por los pueblos, bien ellos mismos, bien otras personas de la familia o vinculadas de algún modo al alfarero. Por Tejares era frecuente que pasasen cacharreros procedentes de Sebúlcor (Segovia), que pregonaban a voces su mercancía. Ollas y cazuelas de distintos tipos y tamaños, botijos y botijas, cántaros y barreños, pucheros y pucheras formaban parte de la exposición que hacían para la venta. Y en todas las casas, en una época en que otros materiales como el plástico casi no existían, había que adquirir algún nuevo cacharro para reponer los que se rompían o desgastaban por el uso. Cacharro: (De cacho, del latín vulgar cacculus, y este del latín caccabus, olla). 1) Cualquier vasija o recipiente de cocina, como sartenes, ollas, pucheros y cazuelas. 2)

—72—


Cualquier máquina, aparato o persona que están viejos y funcionan mal. Ejemplo: La tia Tomasa ya va pa´vieja y está hecha un cacharro; ¿cómo va a rular este cacharro, si es más viejo que la pana? (Ver Más viejo que..., barreño, botijo, botija, puchero, puchera, cántaro). Cachava: Cayado, bastón curvado en la parte superior. (Ver garrota y cayada). Cachaza: Lentitud para hacer las cosas, parsimonia. Cachena: (Quizá del gallego cacheno, “trozo de una cosa”). Se usa en la locución adverbial de media cachena, que significa “de medio lado, en equilibrio inestable, mal colocado y a punto de caerse”. Ejemplo: No dejes ahí la cazuela, justo en el borde y de media cachena, porque se puede caer. Es palabra no recogida por la RAE. Sin embargo, es palabra usada en Galicia principalmente, para designar una raza bovina, que, en la antigüedad, se aprovechó para trabajo, carne y leche, y hoy se usa como productora de carne. Son animales de pequeño tamaño y cuernos muy grandes. Cacho: (Del latín vulgar *cacculus, y este del latín caccabus, olla; en gallego cacho, vasija rota, pedazo quebrado de una vasija). Pedazo, trozo, fragmento. Se usa también para reforzar el significado del sustantivo o del adjetivo al que se antepone: ¡Qué cacho moza!, ¡Cacho animal, bájate de ahí!, ¡Cacho perro! (Ver perro). Cachuscas: Forma popular de decir katiuskas. (Ver katiuscas). Cacilla: (Quizá del bajo latín cattia). Utensilio de cocina que consta de un recipiente semiesférico con mango largo y que se destina a trasvasar sopas, purés u otros alimentos de poca consistencia de un recipiente a otro. Se llamaba así a lo que en otros lugares llaman cazo, para distinguir el recipiente de metal o porcelana con mango, usado para hervir líquidos y cocer alimentos, del pequeño recipiente semiesférico que se emplea para servir la sopa. Cada: Se usa mucho coloquialmente como adjetivo ponderativo. Ejemplo: Se ve cada cosa últimamente. Cagadillo: (De cagar, y este del latín cacare). Nombre popular del guirlache (quizá del francés antiguo grillage, manjar tostado), pasta comestible de almendras tostadas y caramelo. Era costumbre en Tejares en las tardes dominicales de invierno hacer un dulce a base de azúcar caramelizado al fuego con almendras. Por su aspecto gelatinoso y marrón se le llamó cagadillo y hacía las delicias de todos, especialmente de los más pequeños. Cagajón: Porción del excremento de una caballería, y también excrementos de una persona. A falta de agua corriente y de servicios, la gente hacía sus necesidades en los corrales o en algún lugar oculto. Al final alguien terminaba pisando un cagajón. En eso no es envidiable el pasado. Ejemplo: Detrás del palomar hay muchos cagajones. Cagalera: Diarrea, colitis. Caganidos: (Del latín cubare y nidum, con influjo de cagar). RAE. Puede significar tres cosas: 1) Último pájaro nacido en la pollada. 2) Hijo último de una familia. 3) Persona enclenque o raquítica. Lo usaba la Aguedita como mote: ¡Pero qué caganidos! Cagao de rana: Nombre vulgar con el que en Tejares se designaba un tipo de alga verde y fina que crecía en los Charcos. Las algas verdes suman entre 6.000 y 7.000 especies. La primera alga verde aparece en el registro fósil hace más de 2.000 millones de años. Se las considera predecesoras de las plantas verdes terrestres.

—73—


Alga verde similar a la de los Charcos, vulgarmente llamada “cagao de rana”. Cagaprisas: El que siempre anda metiendo prisa a los demás. Ejemplo: Madre, que ento[d]avía falta una hora pa[ra] que pase el coche [de] linia; no sea cagaprisas, que como vayamos tan pronto, nos vamos a hartar de estar aguardando. Cagarruta: (Según Corominas, de cagar y el sufijo –uta, usado en muy pocas palabras: langaruto, viruta, canuto). Cada una de las porciones redondas, más o menos compactas, de los excrementos de las ovejas, cabras y conejos. Ejemplo: Ha pasao el rebaño del tio Santiaguillo y ha dajao la calle llena de cagarrutas. Palabra recogida por la RAE. Sinónimos de cagarruta son escíbalo y estercolito, palabras de uso en otras zonas y niveles de habla. Escíbalo procede del griego skýbalon, restos, despojos, excrementos. Cagazón: Vulgarismo equivalente a cagajón (Ver arriba). Calcamonía: Coloquial por calcomanía, con metátesis vocálica propiciada por calcar. Caldera: (De caldo, y este del latín calidus). Recipiente de cobre para cocer morcillas o usos parecidos. Caldero: Cubo. La frase arrefranada detrás de la soga va el caldero, o, según se mire, delante de la soga va el caldero hace referencia a dos cosas que van juntas o que son causa y efecto o que se necesitan mutuamente, del mismo modo que el caldero usado para sacar agua del pozo va atado a su soga. Calducho: Caldo que sale de las morcillas al hacerlas. En otras partes lo llaman chichurro. Con el calducho se hacían unas sopas muy apreciadas. No tiene significado despectivo. Calentar: Pegar. Ejemplo: Como sigas moniando, te voy a calentar. Calentura: (De calentar, y este del latín calentare). 1) Fiebre. 2) En plural: Pupas de los labios que pueden aparecer a causa de la fiebre. Caletre: (Del latín character). Inteligencia, discernimiento, buen criterio. Calleja: (Del diminutivo o despectivo de calle, en latín callicula, y este, a su vez, de callem, acusativo de callis,-is, senda, camino ). Calle de segundo orden, generalmente estrecha y corta. Ejemplo: Métete por la calleja a ver si está el señor Paco. Callejón: (Del aumentativo con valor despectivo de calleja). Paso estrecho y largo entre medianiles, casas o elevaciones del terreno. Ejemplo: Me voy en ca la Antonia por el callejón. (Ver ca). Calostros: (Del latín colostrum). Primera leche que da la hembra después de parida. Camella: Gamella. Yugo para uncir a las vacas. (Ver gamella). Caminero: (De camino, y este del celtolatín camminus, voz de origen hispano, comparable al celtíbero camanon). Peón del Ministerio de Obras públicas que,

—74—


antiguamente, se encargaba de conservar y arreglar la carretera en el tramo que tenía asignado, tapando baches, limpiando las cunetas, quitando tierra, etc. Camisa: Piel de culebra cambiada y abandonada en el campo. Campana (de chimenea): (Del latín campana, de Campania, en Italia, donde se usó por primera vez). Construcción abierta y más ancha en la parte inferior, de forma semejante a una campana, situada entre el hogar donde arde el fuego y el comienzo de la chimenea. La parte inferior de la campana tenía un borde donde se ponían utensilios de cocina: almirez, pucheros, etc. Para sujetar la leña en el hogar estaban los morillos. (Ver morillos). Campante: (Del antiguo participio activo de campar). Ufano, satisfecho. Ejemplo: ¡Qué indino y qué sinvergüenza! Me ha roto la mitad de la cerca y se ha quedao tan campante, como si na´. Camposanto: Cementerio. Camuñas: Nombre popular de un personaje imaginario malvado, usado para meter miedo a los niños. Canasta: (De canasto con la terminación de cesta). Cesto de mimbres, ancho de boca, que suele tener dos asas. (Ver canasto, cesta, cesto, covanillo, conacho). Canastilla: Cesta pequeña de mimbre para poner objetos menudos de uso doméstico: La canastilla de la costura (con hilos, bobinas, carretes, alfileteros, acerico, huevo de madera, botones, corchetes, etc). Canasto: (De canastro, y este del griego kánastron). Canasta de boca estrecha. A veces, nombre genérico aplicado también al conacho y al covanillo. (Ver estas dos palabras).

Canasta o cesta de dos asas y canasto o cesto con tapa Candajear: Andar de calle en calle o de casa en casa. La RAE no recoge este verbo, pero sí el adjetivo candajón,-na. Candela: (Del latín candela). Lumbre, fuego. Candelas (Las): Festividad religiosa, conocida litúrgicamente como Purificación de Nuestra Señora, que se celebra a los 40 días de la Natividad, es decir, el dos de febrero. Recuerda la ley judía de la cuarentena después del parto. El nombre procede del hecho de encender velas o candelas en honor de la Virgen. Hay quienes opinan que, en esta fiesta, se produce un sincretismo entre la fiesta romana de las Lupercales, en la que había una procesión con candelas, y la fiesta cristiana, que toma las candelas como símbolo de la luz de la fe y de la Luz de Cristo traída al mundo por la Virgen María. Candil: (Del árabe hispano qandíl, del árabe clásico qindil, y este del latín candela). Utensilio para alumbrar, dotado de un recipiente de aceite y torcida y una varilla con gancho para colgarlo. Canear: Pegar. Con este significado no lo recoge la RAE.

—75—


Canilla: (Del latín cannella, diminutivo de canna, caña). Grifo de madera para sacar el vino de las cubas. (Ver espita). Cantamañanas: Persona informal, fantasiosa, irresponsable, que no merece crédito. Cántara: Medida de capacidad equivalente a 16,133 litros. (Ver cuartilla). Es parecida a un cántaro, pero de boca más estrecha. Generalmente de barro, pero también de metal. Ante todo, para medir el vino, pero también la leche y el aceite. Cantar el gori-gori: (De la onomatopeya gorg- por reduplicación, remedo del canto de los sacristanes; relacionable con el latín gurges,-itis, y con palabras como gorgorito, gorguera, gorjear y gorga, del bajo latín gurga, garganta). Cantar el entierro. Es expresión de uso coloquial y humorístico. Cantarera: (De cántaro). Mueble o lugar destinado a guardar los cántaros. Cantarilla: Cántaro pequeño. Cantar la tremenda: Cantar la misa de difuntos en el funeral corpore insepulto o en las misas subsiguientes. La expresión procede de una secuencia gregoriana que comenzaba así: Libera me, Domine, de morte aeterna in die illa tremenda quando caeli movendi sunt et terra, dum veneris iudicare saeculum per ignem… De todo el texto la palabra más entendible a las gentes del pueblo era tremenda. Cántaro: (Del latín cantharus, y este del griego kántharos). Vasija grande de barro con boca estrecha, abultada en su mitad y estrecha en la base, con una o dos asas. La expresión alma de cántaro se aplica a la persona pasmada, simplona o insensible. El refrán tanto va el cantarillo a la fuente/ que acaba por romperse significa que, cuando algo se hace muchas veces con la posibilidad de que salga mal, por mucho cuidado que se ponga, alguna vez acabará por salir mal.

Cántaro para el agua, cántaros tumbados y cántara Cantazo: (De canto, y este del latín cantus, llanta de metal de una rueda, voz de origen celta). Golpe dado con un canto. Ejemplo: ¿A qué has ido? ¿A dar un cantazo a un perro? (Frase irónica con la que se da a entender que para no hacer nada que mereciera la pena no se necesitaba haber ido). Cantear: (De canto). Tirar piedras contra otros. (A veces, acantear). Cantero: (De canto). Extremo de algunas cosas duras que se pueden partir con facilidad. Ejemplo: Un cantero de pan. (Ver picapedrero). Cantinela: (De cantilena, por metátesis). Repetición molesta e importuna de algo. (Ver alicantinas, martingalas). Canto: Morrillo. Cantosal: ¿Terreno donde crece el cantueso o terreno cantoso? Palabra no recogida por la RAE. Recoge cantizal, terreno donde hay muchos cantos y guijarros. El Diccionario del español actual, dirigido por Manuel Seco, incluye cantuesal, terreno poblado de cantuesos. En cantosal parece haber un cruce de ambas palabras.

—76—


Ciertamente, en Tejares Los Cantosales son una zona donde afloran cantos, pero también en sus inmediaciones crece el cantueso. Cantueso: (Quizá del mozárabe qantwês, y esta del latín *Chamaetusius). Planta perenne, de la familia de las Labiadas, semejante al espliego, de 5 a 6 dm de altura, con tallos derechos y ramosos, hojas oblongas, estrechas y vellosas, y flores olorosas y moradas, en espiga que remata en un penacho. RAE. Respecto a la etimología, Corominas dice que probablemente proceda del griego chamaì thýos (propiamente incienso de tierra, del suelo), en forma latinizada *chamaetusius. La 1ª documentación está en el anónimo mozárabe de 1100, Qantwês; cantuesso está documentada por Guillén de Segovia (1475). Hay zonas donde llaman al cantueso romero de piedra y tomillo borriquero (pero no en Tejares).

Matas de cantueso (Lavandula stoechas) Cañada: (Del latín canna, caña). Camino para el ganado trashumante con 90 varas de anchura. Cañizo: (Del latín cannicius, derivado de canna). 1) Entramado de cañas sobre el que se fija el cielorraso. 2) Timón del trillo: iba desde el yugo al trillo y podía ser un tronco de madera e incluso una cadena. Cañón: Base de las plumas que comienzan a salirles a los pájaros, pasando de estar en chichas a encañonar. (Ver encañonar y chicha). Capacho: Ver capazo. Capador: (De capar, este de capón y este del latín vulgar cappo, por capo,-onis). El que castraba a los cerdos, u otros animales. Capazo: (Del latín capax,-acis, capaz). RAE. En Tejares se usaba como sinónimo de capacho y serillo. Era como un bolso grande, con dos asas, hecho de palma entretejida, que se usaba para meter lo que se compraba cuando se iba a la tienda. Ejemplo: Coge el capazo y trae una lata de escabeche de casa de la tia Angelita (de ´n ca la…). Capón: Significa dos cosas: 1) (Del latín vulgar *cappo, por capo,-onis). Pollo castrado al que se cebaba para comerlo. 2) (Del latín vulgar *cappo,-onis). Golpe dado en la cabeza con los nudillos, especialmente con el nudillo del dedo corazón. Ejemplos: 1) Tengo unos capones para Navidad. 2) Como no me atiendas, te voy a dar un capón. Caraba: (Del árabe hispano qarába, y este del árabe clásico qarabah, parientes próximos). Se usa en la frase: ser alguien o algo la caraba, que significa “ser extraordinario tanto para bien como para mal”. Caracol: Rizo del pelo.

—77—


Caracola: (De caracol, derivación popular de cochleare). Caracol pequeño y con la concha formando bandas de color marrón y blanco. Carámbano: Ver caramelo. Carambujo: (De caramujo, y este de origen incierto). Localismo por escaramujo. Se trata del rosal silvestre. La RAE recoge caramujo, forma explicable por aféresis de la sílaba inicial. La b epentética de carambujo es ampliación de la labialidad de la m, quizá por considerar el hablante que así la palabra es más sonora. Corominas, con muchas reticencias, hace derivar escaramujo del latín escarius, comestible, y mulleus, encarnado. Santiago Segura Munguía, en su “Diccionario etimológico latino-español” dice que es probable que la voz escaramujo esté relacionada etimológicamente con crabro,onis, “cambrón” (palabra referida a varias plantas espinosas), a través del diminutivo latino *scrabrunculus [>scarambuculus, con disimilación y metátesis; compárese con el aragonés escalambrujo, el santanderino calambrojo, nuestro carambujo y en otras partes caramujo]. Si se da por buena la hipotética forma latina *scarambuculus, las formas carambujo, escaramujo y caramujo estarían bien justificadas etimológicamente, pues el grupo sc- inicial puede evolucionar o tomando e como prótesis vocálica (es) o perdiéndose la s (como en scientia>ciencia), y el grupo mb puede permanecer o simplificarse (como en lumbum>lomo). El escaramujo es una especie de rosal silvestre, con hojas algo agudas y sin vello, de tallo liso, con dos aguijones alternos, flores encarnadas y por fruto una baya aovada, carnosa, coronada de cortaduras, y de color rojo cuando está madura, que se usa en medicina. El fruto también puede llamarse escaramujo, caramujo, carambujo, tapaculos y trampaculos. En otras partes, al escaramujo se le llama agavanzo o gavanzo (tanto a la planta como al fruto). Con el mismo significado se usa el femenino agavanza o gavanza, aunque, en tierras de León, he oído que los términos agavanza y gavanza se reservan para el fruto de esta planta. La RAE recoge gavanza con el significado de “flor del gavanzo”. El verdadero fruto son las semillas que hay dentro de la baya, pero la parte exterior, ligeramente carnosa, se usa en medicina y como base para una exquisita mermerala. En cuanto a la etimología, agavanzo,-a es de probable origen prerromano, según la RAE. El nombre científico latino de esta planta es Rosa canina, calco del griego kynorhodon. Tapaculos y trampaculos son palabras que aluden al hecho de que si se comen muchos frutos con sus muchas semillas pueden producir obstrucción intestinal y, además, el alto contenido en taninos de las bayas causa estreñimiento. Como curiosidad hay que señalar que los cinco sépalos de la flor del escaramujo tienen la característica de estar sueltos y con esta distribución: dos tienen una especie de barbas a los lados, dos son lampiños y el otro tiene media barba. Todo ello se expresa en estos simpáticos versos latinos: Duo barbati, Duo sine barba nati, Et alius qui remanebat Dimidiam barbam habebat.

—78—


Planta, flor y fruto de carambujo (Rosa canina) Caramelo: (Quizá de carámbano, y este del latín *calamulus, de calamus, caña, palito, cruzándose con caramelo por semejanza fonética. Y caramelo procede, a su vez, del portugués caramelo, carámbano, caramelo). Carámbano. Ejemplo: ¡Vaya caramelos que cuelgan de las tejas con la helada que ha caído esta noche! Carapito: Silbato. (Ver garapito). Carapuchete: (Diminutivo de carapucho, que proviene de capirucho). Carapucho se usa en Asturias con el significado de capucha. En Tejares se usaba carapuchete de forma afectuosa para animar a un niño cuando se le vestía. Al meterle las perneras de los pantalones o las mangas de una camisa o un abrigo se le decía: ¡Mete, carapuchete! Carátula: Máscara para ocultar la cara. Carbunco: Enfermedad de las ovejas y las vacas, producida por la bacteria Bacillus anthracis. Carburar: (De carburo). 1) Funcionar un artilugio mecánico. 2) Por analogía, razonar correctamente (se usa en frases negativas). Ejemplo: 1) Este motor no carbura: habrá que mirar para ver dónde está la avería. 2) La tia Bonifacia dice muchas tonterías de un tiempo a esta parte; yo creo que no rige bien, vamos, que no carbura. Carburo: Lámpara que usaba el producto químico llamado carburo, combinación del carbono con un radical simple, para iluminar, aunque dejaba un mareante olor en el ambiente. Se usaba cuando no había luz eléctrica, o, aunque la hubiese, si había apagones, lo que era frecuente por la rotura de los cables o palones que formaban el tendido eléctrico. Ventiscas, vendavales o nublados dejaban a la gente sin luz y entonces se suplía con velas, candiles o carburos.

—79—


Luz de carburo Carcañal: (De calcaño, y este del latín calcaneum, talón). Parte posterior de la planta del pie. La RAE registra carcañal y calcañar, pero recomienda calcañar. Cárcava: (De cárcavo, y este del latín caccabus, olla, influido por concavare, cavar). Hoya grande o surco que, a veces, hacen las aguas torrenciales en terrenos blandos.

Cárcavas Cardar: (De cardo, y este del latín cardus). Ahuecar la lana con la carda antes de hilar. Cardenillo: (Del diminutivo de cárdeno). Materia verdosa o azulada que se forma en los objetos de cobre o sus aleaciones. Se trata de una mezcla venenosa de acetatos básicos de cobre. A causa del cardenillo fueron retirados los cacharros de cobre de las cocinas y hoy han quedado solo como objetos decorativos. Cardo: (Del latín cardus). Planta caracterizada por sus hojas espinosas, de la que existen muchísimas especies y variedades, que pueden verse por doquier en los campos, ya infestando los sembrados, ya en los bordes de los caminos, ya en los ribazos o en otros lugares donde no entra el arado ni siega la hoz. Entre los cardos, los más conocidos son el borriquero, el corredor o setero, el mariano y el cardillo o cardo zafranero. Cardo borriquero: El receptáculo de sus capítulos es rico en inulina y se puede comer, quitando los pinchos, como la alcachofa. También lo comen los burros, a lo que debe uno de sus nombres vernáculos. Cardo corredor o setero: Una vez seco corre dando vueltas con el viento. Junto a él crece una típica y sabrosa seta y por eso se dice este proverbio: Cardo corredor,/

—80—


dame una seta,/ que yo te daré dos. En efecto, bien se pueden dar dos cardos por cada seta. Cardo mariano: Se conocen y usan los efectos medicinales de sus semillas desde hace siglos. De ellas se obtienen sustancias como la silimarina, que se usa en afecciones crónicas del hígado y la vesícula biliar, o la silibinina (o derivados de la misma), que se usa en casos de intoxicación por comer setas venenosas como la amanita phalloides o la amanita muscaria. Otras sustancias de interés medicinal presentes en sus semillas son la silydianina y la silychristina. Cardillo o cardo zafranero: Es comestible y su látex se ha empleado para cuajar la leche; asimismo sus flores se han utilizado para adulterar el azafrán.

Erygium campestre (Cardo corredor) y Onopordum Acanthium (Cardo borriquero)

Silybum marianum (C. mariano) y Scolymus hispanicus L (Cardillo) Carear: (De cara). Pastar el ganado cuando va de camino, ir paciendo de cara a un lugar o limpiar el rastrojo metiendo el ganado. También se usa la frase estar de careo. Careo: Acción y efecto de carear. Cargársela: Llevarse la culpa. Cariar: (De caries). Picarse una muela por efecto de la caries.

—81—


Caricojo: Se usaba en la expresión infintil andar al caricojo, es decir, a la pata coja. Palabra no recogida por la RAE. Carlanca: (De origen incierto; compárese con el latín tardío carcannum, collar). Collar ancho con pinchos o puntas que se pone a los mastines para preservarles de los mordiscos de los lobos. (Ver perro). Carnal: (De carne). Referido a familiares de primer grado (tíos, primos...). Les siguen los segundos (tío segundo, primo segundo...). Carnaval: (Del latín carnem levare, “abandonar la carne”). Periodo del año, anterior a la cuaresma, caracterizado por el disfraz y la merendola. En un pueblo pequeño no había demasiado, pero no solía faltar el humor, sobre todo entre los más jóvenes. Comenzaba con el domingo gordo y seguía con el lunes y martes de Carnaval. Un día de ellos se hacía juerga y los mozos y mozas pedían por las casas un donativo en dinero o especie para la merendola en las bodegas o en alguna casa. Los disfraces eran humorísticos y las bromas no solían ser pesadas, pues molestar gravemente a alguien podía enturbiar la convivencia durante mucho tiempo. En caso de que la broma tomase un sesgo avieso, solía decirse: ¿Qué se va a hacer? En Carnaval, todo pasa. Es decir, cosas que, fuera de esas fechas, se tomarían a mal, se daban de paso por carnestolendas. (Ver Cuaresma, domingo gordo). Carniruelos (escoba de carniruelos): Esta palabra es un localismo, que no figura en ningún diccionario. Tras muchas horas de búsqueda, he llegado a la conclusión de que, con este término, se alude a la planta conocida científicamente como Chondrilla juncea. Es una planta bianual de 4 a 8 dm, con ramas semejantes a juncos que, al partirlas cuando están verdes, echan una savia lechosa. Tiene hojas basales en roseta, flores amarillas en forma de estrellita, que nacen a finales de la primavera y durante el verano. Crece en lugares secos, en las rebillas, al borde de los caminos y en los campos de cereales. Tiene usos medicinales y en alimentación, pero en Tejares nunca oí que se usara para nada más que hacer escobas fuertes con las que barrer las eras, las calles o las portadas cuando se llenaban de paja o de moñigos. (Ver la palabra escoba). Los carniruelos se cortaban cuando los tallos estaban empezando a secarse y se dejaban secar del todo. Luego se juntaban formando un manojo y se ataban bien por la parte más estrecha. La parte más ancha, por donde se barría, se remojaba un poquito para que fuera más flexible y, a veces, se separaba en dos partes con un atillo. Con el uso, la escoba se desgastaba y se rompía, por lo que había que renovarla casi todos los años. Las palabras más parecidas fonéticamente a carniruelo son carneruelo y carnigüelo. Ninguna figura en el diccionario de la RAE. Carneruelo se puede interpretar como diminutivo de carnero y no creo que tenga nada que ver con carniruelo. En cuanto a carnigüelo, es palabra recogida por Corominas como un aragonesismo que significa “diente de león”. No es demostrable que tenga nada que ver con carniruelo, al menos por la distancia geográfica. La única semejanza es la flor, pues de lejos recuerda la del diente de león. Pero todo son suposiciones.

—82—


Chondrilla juncea. Familia: Asteráceas. Nombres populares: Achicoria dulce, ajonjera, condrila. Y en Tejares, carniruelo. Carpanta: Galbana. La otra acepción (hambre violenta) no se usaba en Tejares. Carpintero: (Del latín carpentarius, derivado del celtolatín carpentum, carro en forma de cesto). Persona que trabaja y labra madera para hacer utensilios y muebles. Hubo en Tejares un carpintero a tiempo parcial (pues la agricultura era su principal ocupación como la de la mayoría), que hacía banquetas, mesas, taburetes y otras cosas, generalmente por encargo. Los nuevos tiempos y la emigración acabaron con la transmisión de aquellas habilidades. Un recuerdo para el señor Valero. Carraca: (De la onomatopeya crac). Instrumento de madera en que los dientes de una rueda, levantando consecutivamente una o más lengüetas, producen un ruido seco y desapacible. Los días de Jueves Santo y Viernes Santo no se tocaban las campanas, sino que se avisaba a la gente de los oficios religiosos tocando la carraca. Se dice que está como una carraca alguien que está viejo, achacoso o que dice muchas tonterías. (Ver matraca). Carracuca: Personaje ficticio, de fonética expresiva y jocosa, con el que suelen compararse la desorientación de alguien, su falta de salida en una situación

—83—


angustiosa o comprometida, o su tontería: estoy más perdido que Carracuca; Pepín es más tonto que Carracuca. (Ver tonto). Carrendilla: Se usa en la frase saberse algo de carrendilla (equivalente a carrerilla): Sabérselo perfectamente como para recitarlo con toda rapidez. Expresiones con significado parecido: saber de memorieta, saber de papagayo, saber de pe a pa. Carretear: Andar de acá para allá con el carro. Refrán: El que carretea vuelca. Es decir, puede fallar quien hace cosas, el que no, es imposible. Carretero: (De carreta y -ero). Oficio tradicional consistente en fabricar, vender y reparar carros. La nueva maquinaria acabó con este oficio. (Para información más completa, se puede consultar el libro “Oficios tradicionales” de Sarvelio Villar, citado en la bibliografía). Carretilla: Carro pequeño de mano, de una sola rueda por lo general, con un tablón con varios agujeros para poner los cántaros, botijos o botijas, o con un cajón para poner carga, y dos varas en la parte de atrás para dirigirlo y dos patas para descansar. La carretilla de tablón con agujeros se usaba para traer agua de la fuente o del Charco y la de cajón se usa en las obras para transportar materiales como tierra, piedras, cemento, etc. Estar como una carretilla es estar un poco tonto y decir disparates. Carretón: (Del catalán carretó). Taburete sobre cuatro ruedas pequeñas, donde se pone a los niños cuando empiezan a sostenerse de pie. Tiene una bandejita a la altura de las manos para poner algún juguete. Carrilleras: (De carrillo, y este de carro). Parte grasa que tiene el cerdo a uno y otro lado de la cara. (En otros lugares, carrilladas). Carro: (Del latín carrus, y este del galo carros). Vehículo de dos ruedas con varas o viga para uncir una o dos caballerías. Sus partes fundamentales eran la caja y las ruedas. Lo habitual en la zona era el carro de viga para un par de machos.

Partes de la caja de un carro —84—


Partes de la rueda de un carro Carromato: (Del italiano antiguo carro matto). Carro con dos varas para enganchar una caballería o más en reata y con toldo. También se llama así a un carro grande y destartalado. Cartones: (De carta, papel, y este del latín charta, y este del griego chártes). Tapas recortadas e ilustradas de las cajas de cerillas. Casa: (Del latín casa, choza). Edificio para vivir, vivienda, domicilio. La casa rural tradicional de Tejares y de los pueblos de la zona se articulaba de este modo: Una grandes puertas, llamadas puertas carreteras, daban acceso a un espacio techado y abierto llamado portada, desde el que se pasaba al corral en torno al cual había diversas dependencias como el gallinero y la cochiquera. También había un cocedero con lumbre baja y horno para cocer el pan o asar. Al fondo estaba la vivienda propiamente dicha y, a veces, delante de ella había un pozo y una pila para lavar la ropa. En el interior, a un lado estaba la cuadra comunicada con la cocina por un ventanuco; las habitaciones con alcobas ocupaban el resto. En la planta alta, el sobra[d]o. En la habitación principal solía haber un armario de madera con cristaleras para poner los cacharros más finos y guardar una cajita de pastas que se sacaban a las vivitas, una botella de anís y otra de coñac. Debajo de la escalera que daba acceso al sobrao, podía haber una cantarera. Las casas más grandes tenían una segunda planta con dormitorios y algún balcón y más arriba, el sobrao, pero las más tradicionales sólo tenían planta baja y sobra[d]o. Esta dependencia, llamada en otras partes desván y en otras cámara o cámbara, era un espacio diáfano donde se veían las vigas y las ripias que formaban el tejado. En él se guardaban trastos, pero también servía de panera para guardar trigo. ¡Duro trabajo subir los sacos a cuestas hasta el sobrao!

—85—


Entre el trigo solían guardarse los últimos melones de la cosecha para que acabasen de madurar y poder comerlos en invierno. La casa estaba separada de las colindantes por paredes medianeras o medianiles, hechos de mampostería, y en la parte superior de ellos podían poner vidrios rotos para impedir el paso de posibles ladrones y, a veces, crecía una planta a la que llamaban siempreviva. (Las palabras de este artículo que van en cursiva pueden consultarse en el lugar que les corresponde por orden alfabético). (Ver reca[d]o, en la locución “a casa con el recao”). Cascabillo: (Del latín vulgar cascabus/cascabellus). Cascarilla en que se contiene el grano de trigo o cebada. Cascagüeses: (Del nahua cacáhuatl). El localismo y vulgarismo se ha formado sobre la idea de cascar. El cacahuete, cacahuate o maní (Arachis hipogaea), es una planta anual de la familia de las Papilionáceas. Procede de América. Tiene tallo rastrero y velloso, hojas alternas lobuladas y flores amarillas. Los frutos crecen bajo el suelo, dentro de una cáscara coriácea redondeada con semillas oleaginosas, que se comen una vez tostadas.

Cacahuetes nada más arrancar la mata (Arachis hipogaea) Cascajo: (De cascar). Trozos de piedra, de tejas o ladrillos rotos y otras cosas parecidas que se usan como relleno al hacer una obra. Cascar: (Del latín *quassicare, de quassare, golpear). 1) Romper algo quebradizo, como las nueces o la cáscara de los huevos. (Ver cachar). 2) Coloquialmente, charlar, hablar mucho. 3) Pegar a alguien. 4) Morirse, en frases como ya cascó, ha cascao o la ha cascao. (Es acepción derivada de la 1). Cascarria: Ver cazcarria. Casilla: (Del diminutivo de casa). Casa aislada que tenía el caminero cerca de la carretera, hoy arruinada. Hubo muchísimas casillas de guardas, pasos a nivel, etc. Salvo unas pocas, ocupadas o alquiladas, las demás son hoy un majano. Casta: (Del gótico kastan; compárese con el inglés cast). Linaje, ascendencia o raza, sea de personas o de animales. Es palabra muy común recogida por la RAE. La frase de casta le viene al galgo suele usarse en sentido figurado para indicar que alguien hace muy bien una cosa o tiene una cualidad que también tenían sus antepasados, del mismo modo que el galgo ha heredado la agilidad en la carrera. (Ver descastar, descasta[d]o). Castañetear: Sonar los dientes al tiritar moviendo la mandíbula por efecto del frío intenso. Catacaldos: (De catar y caldo). 1) Persona que emprende muchas cosas sin rematar ninguna. 2) Persona entremetida. Esta 2ª acepción es la más usada en Tejares. Cataplines: Testículos, perendengues. Catón: (De D. Catón, escritor latino del siglo III). Libro de frases cortas y dificultad graduada para leer los niños, después de haber superado las cartillas. El escritor —86—


Catón, al que hace referencia el libro de lectura, no debe ser confundido con Marco Porcio Catón (234-149 a. C.), estadista y escritor romano famoso por su austeridad. Catre: (Del portugués catre). Cama ligera para una sola persona. Cayada: (Del latín caia, garrote). Palo que sirve de bastón. (Ver cachava y garrota). Cazcarria: Barro que se coge y seca en la parte de abajo de la ropa o en los vellones de las ovejas junto con algún trozo de excremento. Se usa mucho en plural. (Ver zarria) Cazurro: Bruto, inculto, tosco, zafio, duro de mollera, lento en comprender. Ceazo: Ver cedazo. Cebada: (Del latín cibata, terminación femenina del participio pasivo del verbo cibare, cebar, alimentar). Es una planta monocotiledónea anual perteneciente a la familia de las poáceas (gramíneas), cereal muy importante para la economía, cuyo nombre científico es Hordeum vulgare. Se distinguen dos tipos de cebada: la cebada de dos carreras o tremesina, y la cebada de 6 carreras o castellana. La tremesina es la mejor para hacer cerveza.

Cebada: Grano y espigas (Hordeum vulgare) Cebadera: Saco que se cuelga del cuello de las caballerías con paja y cebada, para que coman mientras descansan. Cebadilla ratonera: Planta gramínea silvestre, muy abundante, llamada también zaragüelles, que produce pequeñas espigas, las cuales, una vez secas, se agarran fácilmente a la ropa. Científicamente es llamada Hordeum murinum. Como crecen en cualquier parte, servían a los chicos para jugar con ellas partiéndolas en trozos puntiagudos y lanzándoselas a la ropa para ver si se clavaban en ella. (Ver zaragüelles). Cebolla matancera: (Del latín cepulla, cebolleta, diminutivo de cepa). Es llamada científicamente allium cepa. Se recoge entre el final del verano y el otoño. El bulbo es de gran tamaño, pudiendo tener hasta 30 cm de diámetro y 700 gramos de peso. Tiene gruesas capas carnosas, muy jugosas, de color blanco-amarillento, con suave picor. Se picaban la víspera de la matanza en un recipiente de madera con una especie de cortador grande hasta dejarlas reducidas a trozos muy pequeños. Las mujeres se reunían en la cocina para hacer la tarea y, al saltar el jugo, lloraban. Si les preguntabas por qué lo hacían, decían que se apenaban por la muerte del cerdo que iba a ocurrir al día siguiente. Eran la base de las morcillas que se elaboraban. (Ver cerdo, matanza).

—87—


Cebolla matancera, variedad ocal (Alium cepa) Cebollino: 1) Cebollas chiquititas cuando salen del semillero para ser trasplantadas. 2) Persona torpe e ignorante. Ejemplo: ¡Qué cebollino! ¡No acierta una ni por casualidad! Cedazo: (Del lat. saetaceum, cribo de seda). Instrumento compuesto de un aro y de una tela, por lo común de cerdas, más o menos clara, que cierra la parte inferior. Sirve para separar las partes sutiles de las gruesas de algunas cosas, como la harina, el suero, etc. Con pronunciación relajada, ceazo, sin d. Sinónimos: criba, zaranda. Cehomo: (De Ecce homo, con aféresis de la e inicial y reducción de la doble c; alude a las palabras con que Pilato, según el texto de la Vulgata, presentó a Cristo ante el pueblo después de azotarlo). Sucio, sudoroso, polvoriento, roto y con aspecto lastimoso. Ejemplo: ¡Uuuh…, vas hecho un cehomo! ¿Pero cómo te has caído en to ´el barrizal? Celemín: (Quizá del árabe hipano *tamaní, de un octavo). RAE. Medida de capacidad para áridos, que tiene 4 cuartillos y equivale en Castilla a 4,625 l aproximadamente. También es la cantidad de grano, semillas u otra cosa semejante que llena exactamente la medida del celemín. Podía dividirse en cuatro cuartillos; 12 celemines hacían una fanega; 6 celemines hacían media fanega; 5 celemines hacían una hemina; 3 celemines hacían una cuartilla (cuarto de fanega). (Ver Fanega, Media y Hemina).

Celemín Cenagar: (Del latín *coenicare, enlodar). Enlodar. Esta es la definición de la RAE, y dice que es verbo desusado. Este verbo o su forma acenagar se emplea con el significado de tapar o cegar un pozo. Ejemplo: Este pozo ya no se usa, y alguien por descuido podría caerse y ahogarse. Vamos a [a]cenagarlo. (Ver acenagar). Cencerro: Ver changarro.

—88—


Ceneque: Es palabra coloquial que la RAE define como panecillo o trozo de pan. Se usa comúnmente para censurar o reprender la mala conducta o la torpeza de alguien. Equivale a mendrugo, rudo, tonto, zoquete. Ejemplo: ¡Qué ceneque! ¿Por qué has tirao la merienda al perro? Cenizo: (Del latín *cinisia, y esta de cinis,-eris, ceniza). 1) Planta silvestre, de la familia de las Quenopodiáceas, con tallo herbáceo, blanquecino, erguido, de seis a ocho decímetros de altura; hojas romboidales, dentadas, verdes por encima y cenicientas por el envés, y flores verdosas en panoja. Su nombre científico es Chenopodium album. Florece de julio a octubre y es común en terrenos sin cultivar y bordes de caminos. Los nombres populares de esta planta son muchos, según las zonas. En Tejares he oído solo los nombres de cenizo y ceñiglo. (Ver ceñiglo). Dicen que se puede comer la parte superior, más tierna, antes de que haya florecido, como se comen las espinacas o las acelgas. Nunca he visto comer esta planta en Tejares, aunque, en épocas malas, ¿quién sabe lo que puede haber hecho la gente? 2) Aguafiestas, mala sombra, que atrae la mala suerte, gafe. Ejemplos: Fulanito es un cenizo; ¡Cállate, cenizo, que no paras de hablar de muertes y percances! Cenoria: Vulgarismo por zanahoria. En retroceso por la presión culta.

Dos aspectos del cenizo o ceñiglo (Chenopodium album) Centeno: (Del latín centenum, sobrentendiéndose hordeum, de centum, ciento). El centeno (Secale cereale (L.) es una planta monocotiledónea anual de la familia de las gramíneas. El grano del centeno se utiliza para hacer harina y para la fabricación de licores (aguardiente, vodka, algunos tipos de whisky). Tolera muy bien suelos ácidos.

—89—


Centeno Cenutrio: Se aplica al que es lerdo, zoquete, estúpido y corto de entendederas. Ceñiglo: Es otro de los nombres del Chenopodium album, el popular cenizo. (Ver cenizo). Cepa: (De cepo, y esta del latín cippus, cipo, hito, estaca). Se llama así especialmente al tronco de la vid, del que salen los sarmientos, y por extensión, a toda la planta. Se usa en las locuciones de buena cepa (de calidad y origen reconocido como bueno) y de pura cepa (auténtico y con las características propias de su clase). Cepellón: (De cepa). Conjunto de raíces y tierra adherida a ellas con que se sacan las plantas para cambiarlas de emplazamiento. Ceporro: Tonto, corto. Cerca: 1) Tapia que se pone alrededor de una finca. 2) Finca con tapia. Cerco: 1) Tierra pequeña con una cerca, destinada por lo común a plantar hortalizas. Ejemplo: Voy a coger una berza del cerco pa hacer el cocido. 2) Halo de la luna. Cerdo: (De cerda, pelo grueso). Animal doméstico sobradamente conocido, indispensable en la economía rural. Los dos tipos de cerdo que se criaban habitualmente eran los de piel rosada y los de piel negra, llamados moratos. (Ver morato). El lugar donde vivían era la pocilga, llamada corte. (Ver corte). Se le alimentaba con harina y salvaos, cereales cocidos (cebada), patatas y mondas de ellas, tronchos de berza y restos de comida humana. Tanto en el corte como en el corral hozaba buscando algo que comer entre la paja o bajo la capa superficial de la tierra. La matanza se hacía en los meses fríos a partir de noviembre, pues el frío ayuda a conservar y curar las carnes. (Ver matanza). Contra la creencia común de que el cerdo es un animal sucio, hay que decir que, cuando dispone de amplio espacio, no lo es en absoluto y le gusta bañarse y embarrarse para mantener limpia su piel y libre de parásitos. La suciedad nace de la condena a vivir en un espacio pequeño y cerrado. De él se aprovecha todo. Los beneficios que proporciona son tantos que bien se merecería un monumento, pero, por encima de todo, un buen trato durante toda su vida y una muerte digna e indolora. El hacinamiento y la suciedad son dos formas de maltrato. Hoy día los cerdos se crían en naves industriales, en las que los principios del buen trato a los animales deberían vigilarse tanto como los demás aspectos. Los cerdos de las dehesas, llamados ibéricos, tienen ventaja sobre los estabulados, al disponer de mucho espacio y poder alimentarse básicamente de bellotas. Su presencia entre los humanos (salvando las prohibiciones por motivos —90—


religiosos, económicos y de salud, entre judíos e islámicos) ha sido importantísima para la supervivencia y continuidad de la especie humana. (Ver triquinosis). En todos los pueblos de España su crianza y aprovechamiento ha impregnado las costumbres y estilos de vida. Eso se manifiesta en el lenguaje, pues son muchos los sinónimos para llamar a este mamífero artiodáctilo: puerco, gorrino, gorrín (especialmente en Asturias), guarro, cocho (y gocho, por sonorización de la c [k]), cochino (ver chino), marrano, chancho (en América). Con las expresiones animal de cerda, animal de la vista baja y animal de bellota nos referimos al mismo concepto. La locución adverbial como un cerdo es despectiva e indica exceso en sintagmas como sangrar como un cerdo, comer como un cerdo y sudar como un cerdo (a pesar de que los cerdos no sudan). Cerner: (Del latín cernere, separar). Limpiar la harina de cascarillas e impurezas con un cedazo. Una lluvia suave y menuda se llama lluvia cernida. (Ver invernizo). Cerril: (De cerro, elevación de tierra menor que el monte). Dicho de una persona: Que se obstina en una actitud o parecer, sin admitir trato ni razonamiento.// Grosero, tosco, rústico. Cesta: (Del latín cista). Recipiente hecho de mimbres, juncos u otra materia, a menudo con un asa grande para llevarla en la mano, sobre el brazo o colgarla. El refrán de lo que poco cuesta/ se llena la cesta es de sentido claro. La frase no poner todos los huevos en la misma cesta tiene un sentido literal obvio, que también se aplica en economía, pues, si se ponen en varias cestas, aunque se rompan los de una, pueden quedar intactos los de las demás. (Ver cesto, canasto, canasta, conacho y covanillo). Cestero: (De cesta y -ero). Oficio tradicional de quien hacía y vendía cestas. La revalorización de lo artesanal ha hecho que este oficio no haya desaparecido del todo. Entre las materias primas se usan los mimbres, la madera, la paja, la espadaña, el esparto y el palmito. Cesto: (De cesta). Cesta grande y más alta que ancha. Cesto de vendimiar: Tipo de cesto de mimbre, alto y fuerte, con bastante capacidad, casi con la misma anchura en la base y en la boca, donde se van echando las uvas de los cestos más pequeños, según se van vendimiando. En algunas zonas, al cesto pequeño usado para vendimiar o para otras tareas, lo llaman cuévano. La frase dormir como un cesto significa dormir profundamente. (Ver canasta, canasto, cesta, conacho y covanillo).

Cesta, cesto y cestillo

—91—


Cestos de vendimiar que se usaban para trasnportar las uvas Chacha: Acortamiento de muchacha. En el lenguaje infantil se usaba como sinónimo de hermana. Más en general, se usa coloquialmente con los significados de niñera y sirvienta (ambas acepciones las recoge la RAE). Ejemplos: 1) Dale un besito a la chacha. 2) Siempre tengo que recogerlo todo como si fuera la chacha. Chache: En lenguaje infantil, hermano. Localismo. Chacho: Acortamiento de muchacho. Se usaba mucho como interjección demostrando admiración, sorpresa, socarronería y familiaridad ante un interlocutor. Ejemplo: –Juan se encontró un millón de pesetas al levantar una baldosa. –¡Chacho…! ¡Menuda sorpresa! (Solía decirse alargando las vocales). Chalina: (De chal). Bufanda, tapabocas. La RAE recoge la palabra, pero no con esta acepción. Chamarra: (De zamarra). Vestidura de jerga o paño burdo, parecida a la zamarra. Hoy se dice de las prendas de abrigo a modo de cazadoras. Chambergo: (De C. Schömberg, 1601-1656, mariscal de Francia que introdujo la moda en el uniforme durante la guerra de Cataluña hacia 1650). Abrigo grueso. Chambra: (Del francés [robe de] chambre). Vestidura corta, con poco o ningún adorno, que usan las mujeres sobre la camisa. Es prenda que ya no se usa. Formaba parte de la indumentaria antigua. Se ponía dentro de casa (en la habitación, chambre en francés). Sin embargo, aún he oído en tiempos recientes, cuando una mujer empieza a sentir frío: Voy a ponerme una chambra (aunque se arrope con una prenda cualquiera de abrigo).

Chambra tradicional

—92—


Chamizo: (De chamiza, y esta del gallego-portugués chamiÇa). Cobertizo. En principio era una choza cubierta de una planta llamada chamiza, pero como esa planta es propia de tierras aguanosas, en Tejares, pueblo de secano, el techo del cobertizo o chamizo se haría con lo que hubiera a mano. Chamuscar: (Del portugués chamuscar). Quemar los pelos de la piel del cerdo después de haberlo matado. En general, quemar algo por la parte de fuera. Chanchi: Estupendo, muy bueno. Tiene valor de adjetivo o de adverbio. Uso coloquial, transformado modernamente, por supresión de la n, en chachi. Changar: (Del quichua chamkay, majar, estropear). Romper, descomponer, destrozar. Es de uso coloquial. Ej.: Se me ha changao el motor. Changarro: (De la onomatopeya chang, chang, chang...). Cencerro. Ejemplo: Se oye a lo lejos mucho ruido de changarros. Es el rebaño de Felipe que se va acercando al pueblo. Chapa: (Voz onomatopéyica). Se decía, por metonimia, de la que en su día se llamó “cocina económica”. La palabra tiene otras muchas acepciones recogidas por la RAE. (Ver placa). Chapar: (Quizá acortamiento de chapotear, voz onomatopéyica). Chapotear, agitar un líquido para que le caiga a otro salpicándole. Esta acepción no la recoge la RAE. Chaparrada: (De chaparrón, voz onomatopéyica). Lluvia rápida y que dura poco. Chaparrear: Llover con intensidad. Chaparro: (Del euskera txaparro). En Tejares significa enebro o sabina, especialmente cuando tienen muchas ramas y poca altura. En otras partes llaman así a las matas de encina o roble de poca altura. Y en otras, chaparra es la coscoja. También se aplica a una persona rechoncha, generalmente en diminutivo. Ejemplo: ¡Qué chaparrete es el tio Miguelillo!

Chaparro (Juniperus oxycedrus) con gallaritas (gálbulos) Chapazo: Chaparrón, aguacero. Chapu-chapu: Onomatopeya para indicar el ruido que hace el agua al ser batida con los pies o las manos. Ejemplo: Mí[r]ale, va haciendo chapu-chapu con sus katiuskas (cachuscas) metiéndose en to[dos] los charcos. Charro: (De chicharro, voz onomatopéyica, con aféresis de la chi- inicial). El chicharro es también llamado en otras partes jurel o escribano, pez azul del Atlántico y el Mediterráneo. Se come frito, asado o en escabeche. Nombre científico: Trachurus trachurus. Con este significado no lo recoge la RAE. La palabra charro,-a (del vasco txar, defectuoso, débil) significa recargado o abigarrado y se aplica especialmente a vestimentas. Ejemplo: ¡Qué vestido más charro! (o sea, tiene demasiados colorines y llama mucho la atención). RAE.

—93—


Charros Chascar: 1) Partir o hacer crujir algo haciendo “¡chas!” 2) Hablar bastante. (Ver chiscar). Chascarrillo: (De chascarro, y este de chasco, voz onomatopéyica). Anécdota o cuentecillo entre picante y gracioso. Ejemplo: Nos desternillábamos con tu padre cuando nos contaba tantísimos chascarrillos como se sabía. Chasco: Sorpresa, decepción y asombro ante algo inesperado. (Ver pachasco). Chaspillo: Pestillo de la puerta. Chatear: (De chato). Tomar chatos. Chato: (Del bajo latín plattus, aplanado). Vaso bajo y ancho de vino. Chavea: (Del caló chavaia, vocativo masculino singular de chavó, muchacho). Muchacho. Chaveta: (Del italiano dialectal ciavetta, italiano chiavetta). 1) Cabeza, facultades mentales. Ejemplo: Ha perdido la chaveta. 2) Loco, que ha perdido la razón. Ejemplo: Se ha vuelto chaveta. ¡Chica, chica, la que dices!: Frase coloquial con la que una de dos interlocutoras le da a entender a la otra que está de acuerdo con lo que dice y que ella conoce situaciones o casos parecidos a los que está narrando. En Tejares, era frase que usaba mucho la señora Fili, a la que tanto recordamos. Chicazo: Chica que se comporta como un chico. Chicha: (Voz infantil; comparar con el italiano ciccia). Carne comestible. (Ver chiche). En chichas: Se dice de los pájaros que acaban de salir del cascarón. Chicharra: (De cigarra, influida por la onomatopeya chich; y cigarra, del latín cicala, por cicada). Insecto hemíptero, del suborden de los Homópteros, de unos 4 cm de largo, de color verdoso amarillento por lo general, con cabeza gruesa, ojos salientes, antenas pequeñas, cuatro alas membranosas y abdomen cónico, en cuya base tienen los machos un aparato con el cual producen un ruido estridente y monótono. Después de adultos solo viven un verano. Nombre científico: Cicada orni. Esta palabra designa además, coloquialmente, a la persona que habla mucho y de forma muy estridente.

—94—


Cigarra o chicharra (Cicada orni) Chicharrón: (De la onomatopeya chich, imitadora del ruido del chicharrón al freírse). Residuo de las pellas del cerdo, después de derretida la manteca. Chiche: Chicha. Voz muy usada en lenguaje infantil. Ejemplo: Cómete la chiche, que viene el gato y se la lleva… ¡Micho, no le quites al nene la chiche! Chichicalla: (Del cruce entre chicha y quincalla). Cosa menuda y de poco valor. No recogida por la RAE. (Ver quincalla). Chichón: (Del latín abscessio,-onis, de abscessus, tumor). Abultamiento que se produce en el cuero de la cabeza como resultado de un golpe. Solía tratarse poniendo algo frío y, a falta de hielo, valía el metal de las monedas. Chifla: (De chiflo). Trompetilla de sonido agudo y estridente al soplar en ella y que era usada por el alguacil para dar sus mensajes o pregones. Chiflo: (Del latín sifilum, silbo). Especie de silbato. Se llamaba así también al instrumento que tocaba el afilador antes de anunciar su trabajo: ¡El afila[d]or…! ¡Se afilan cuchillos, navajas, tijeras, …! Chilindrina: Dicho de poca importancia, pero que puede resultar picante o molesto. Ejemplo: Mi Celipe es mu bueno, pero tira chilindrinas. (Confusión entre c y f). Chimorrete: (De origen incierto). 1) Pequeña estructura, no muy elaborada, más alta que ancha, que remata un majano, un chozo, un tejado, una tapia u otras cosas por el estilo. 2) Montoncito de monedas que se coloca encima del chito. (Ver chito). Ejemplo: 1) Mira qué chimorrete ha plantao el Teófilo en el caballete de su tejao. Feo no hace, pero tampoco es que le dé mucho a ganar. 2) Como nadie se la ha llevao, ¡menudo chimorrete que se ha preparao encima del chito! A ver si el Aniceto tiene suerte con la tanga y buena puntería, y se lo lleva todo. Palabra no recogida por la RAE. China: (De la voz infantil chin). Piedrecita. Chinarro: Piedra algo mayor que una china. Chinchar: (De chinche). Significa molestar a alguien dándole motivos de envidia. Usado como pronominal significa fastidiarse o aguantarse. Así, por ejemplo, en la expresión ¡Chínchate! Equivale a ¡Fastídiate!, ¡Aguántate! Había una cantinela infantil que decía: Chincha, rabiña, Que tengo una piña, Con muchos piñones Y tú no los comes. Chinche: (Del latín cimex,-icis). Tres acepciones: 1) Insecto hemíptero, de la familia de los cimícidos (Cimex lectularius), de color rojo oscuro que segrega un líquido fétido

—95—


y chupa la sangre humana taladrando la piel con picaduras muy irritantes. 2) Clavillo de punta muy fina. 3) Persona molesta y pesada. Es palabra ambigua en cuanto al género.

Chinche (Cimex lectularius) Chingar: (Del caló cingarár, pelear). Significa beber con frecuencia vino o licores. Ejemplo: ¡Cómo le gusta chingar! Se pasa la mitad del día en la bodega. En este sentido es de uso coloquial. En Tejares no tengo conciencia de haber oído esta palabra con el uso que posteriormente he escuchado en Madrid, significando “practicar el coito”. Chingoleta: Voltereta. También se dice pingoleta. (Ver pingoleta). Ejemplo: Vamos a darnos la chingoleta. ¡Chino, al corte! : Equivale a ¡Cochino, a la corte! Se ha producido una aféresis de la sílaba inicial de cochino. La corte es la pocilga del cerdo. La RAE da esta palabra como femenina: la corte (del latín cors, cortis, o cohors, cohortis, cohorte). Entre sus varias acepciones está la de corral, establo o aprisco. El lenguaje oral modificó el sintagma “a la corte” por “al corte”, interpretable como una caída de la vocal pretónica. No creo que se haya producido en la mente de los hablantes un cruce con el corte, del verbo cortar. Chipén: (Equivale a chipé; ambas palabras son de origen caló: chipén, vida y chipé, verdad). Extraordinariamente. Ejemplo: Nos lo hemos pasao chipén. También se usaba en la locución de chipén. Chiquilicuatro: (De origen expresivo a partir de chico). Niño o jovencito muy movido, enredador e informal. (Ver chisgarabís). Chiribita: Equivale a margarita, concretamente la Bellis perennis, también conocida por los nombres populares de margarita de los prados o bellorita. Aparte de su significado botánico esta palabra se emplea mucho en la frase hacerle a alguien los ojos chiribitas que significa ver chispas movibles por breve tiempo delante de los ojos, por efecto de un fuerte golpe o expresar con los ojos la ilusión de que algo deseado va a suceder pronto.

Chiribitas o margaritas (Bellis perennis) Chirimbolo: (Del euskera chirimbol, rodaja, bola). Objeto de forma extraña que no se sabe cómo nombrar.

—96—


Chiripa: Se usa en la locución de chiripa (por casualidad, por suerte) Chirle: Ver jirle. Chirriar: (Voz onomatopéyica). Cantar los pájaros sin armonía, chillar las puertas mal engrasadas, los ejes del carro, etc. Chirriscar: (Voz onomatopéyica: chirris, chirris…). Hacer ruido a modo de chasquido, especialmente la leña cuando arde y salta alguna porción de ella o alguna pavesa. Ejemplo: ¡Cómo chirriscan estas mostelas, cuando las prendes! (Ver mostela). Chiscar: (Voz onomatopéyica). En Tejares significa: 1) Hacer ruido algo al ser partido o al masticar un alimento crujiente. Se confunde con chascar. 2) Sacar chispas del eslabón chocándolo con el pedernal (Ver riscar). La RAE solo recoge este significado. 3) Comer, beber. 4) Hablar. Ejemplos de todos estos significados: A) Ese palo seco chisca si lo partes (equivale a chasca). B) Esta cerilla no chisca (ver riscar). C) Había una hogaza casi entera y se la ha chiscao (equivale a se la ha comido). D) ¡Hay que ver cómo chisca la tia Gertrudis! (equivale a habla). Chisgarabís: (Voz onomatopéyica). Chiquilicuatro, zascandil, mequetrefe, ligero, enredador, entremetido, bullicioso, de poco provecho. (Ver chiquilicuatro). Chispa: 1) Rayo de tormenta. 2) Gota de lluvia. Chispear: (De chispa, voz onomatopéyica). 1) Llover poco y con gotas muy pequeñas. 2) Echar chispas. Ejemplo: ¡Cállate, que chispea! (en otras partes, pintear). Chisquereta: (De chiscar, en el sentido de sacar chispas). Es palabra de la misma raíz que chisque y chisquero, pero no la recoge la RAE. Significa hoguera. Ejemplo: La Isidra ha prendido las jalvias y ha preparao una buena chisquereta. (Ver jalvias). Chisquero: Encendedor de bolsillo. Equivale a yesquero, encendedor que usa la yesca como combustible. La yesca era una especie de trapo quemado, que prendía con la chispa salida del pedernal al accionar una ruedecilla dentada y que se usaba para encender los cigarros, dejando olor a chamusquina.

Chisquero antiguo Chistar: (De la onomatopeya chist). Replicar renegando. Ejemplo: Vete ya a la cama sin chistar. También se usa rechistar. (Ver rechistar). Chito: (De origen incierto, quizá del lenguaje infantil). Pequeño cilindro de madera sobre el que se ponen las monedas apostadas (comadra) en el juego que consiste en lanzar discos de hierro, llamados tangas, para derribar el chito, de tal forma que el jugador que logra hacerlo caer se lleva todas las monedas que han quedado más cerca de la tanga que del chito. Normalmente las dos tangas son diferentes (pues son dos en cada tirada): una, más pesada, se tira primero para arrimar y luego la otra a dar. Si se juega por parejas, el primer jugador tira las dos a dar y su compañero arrimará. Se tira desde una distancia de 22 metros (22 zancadas más o menos). Se juega en la plaza del pueblo. El orden de tirada se establece tirando del chito al pato (raya en el suelo desde donde los jugadores deben tirar al chito). El jugador o pareja que deje la tanga más cerca de la raya comienza el juego y luego los demás por orden de arrimada. El orden es muy importante, porque, como se juega dinero, el último

—97—


jugador o la última pareja pueden tener que poner dinero varias veces antes de que les llegue el turno de tirar, si los jugadores anteriores dan al chito y se llevan el dinero. Para esto, las monedas tienen que estar más cerca de la tanga que del chito y, cuando no se ve a simple vista, se recurre a medir usando lo que hay más a mano según la distancia: una cuerda, o echar pasos, pies, manos o dedos. Si tira el chito con la primera tanga y las monedas quedan más cerca de ella que del chito, el jugador afortunado recoge el dinero y luego se levanta el chito y se vuelven a poner monedas para que el mismo tire la segunda tanga. Si tira el chito con la primera tanga, pero no se lleva el dinero, tiene que tirar la segunda, y puede hacerlo de dos maneras: o a arrimar, es decir, procurando dejar la segunda tanga más cerca del dinero que el chito; o a dar, es decir, a dar al chito para alejarle más de las monedas y llevársela con la posición de la primera tanga. Si se juega por parejas, el primer jugador puede dejar el turno a su compañero si él no gana, cosa que se hace habitualmente, salvo cuando la tirada es difícil y merece más la pena levantar el chito. Siempre que se levanta el chito hay que poner (poner cada uno su moneda encima del chito), si han conseguido el dinero (llevársela); o engordar (poner, pero cuando se ha tirado el chito y no se la han llevado o no se lo han llevado todo, pues a veces sucede que las monedas salen desparramadas al tirar el chito y unas quedan más cerca de la tanga, pero otras no, en cuyo caso el jugador correspondiente sólo se lleva las primeras). Un lance destacado del juego, por su dificultad, es el denominado morro. Se produce morro cuando al tirar el chito queda en contacto con una tanga, ya sea por quedar encima, debajo o tocándola de lado. Si el jugador no desmorra en su tirada, no se lleva nada, independientemente de la posición del dinero, y hay que engordar y poner el chito tumbado y de perfil, con las monedas detrás, hasta que un jugador le dé y le desmorre, se la lleve o no. En este lance es importante saber rastrear, es decir, tirar las tangas de forma que vayan a ras de suelo. Si durante la partida un nuevo jugador quiere incorporarse al juego, tiene que esperar a que alguien se la lleve; entonces pone ("poner" es dar su moneda al chito) y va inmediatamente detrás del jugador que se la ha llevado, pero en el siguiente reo, es decir, tiene que esperar un turno completo para empezar a tirar, pues todos los jugadores antiguos tienen que tirar antes con su dinero. Muchos de los párrafos anteriores han sido transcritos de Carlos Cabrero, que ha publicado en Internet un artículo sobre el juego del chito en tierras de Segovia. En otras partes a este juego lo llaman tanga, tanguilla, tuta, tarusa, percho o tula.

El juego del chito: chito, tangas y chito con chimorrete de monedas

—98—


Chivarse: (De gibar). Acusar a alguien para que se sepa alguna fechoría que ha cometido ocultamente y sea castigado o quede perjudicado. Se usa mucho en lenguaje infantil: Como no me ajuntes, voy a chivarme a la señorita pa´que te castigue por lo que hiciste el otro día, ¡hala!. Chivo,-a: (De chib, voz con que se llama a este animal). Macho cabrío, cabra. Chocho: (Del mozárabe sos, y este del latín salsus, salado, por presentarse así habitualmente). 1) Altramuz. 2) Fruto o grano de algunas plantas como las pipas de girasol, los cacahuetes, el trigo o la cebada. Esta acepción no la recoge la RAE. Choclas: Rodillas. Quizá tenga algo que ver con choquezuela, palabra recogida por la RAE, con el significado de rótula. A su vez, choquezuela procede del diminutivo de chueca, que significa hueso redondeado, como la rótula. Las choquezuelas aparecen en el Quijote aludiendo a las bolas de las rodillas: «¿Cómo tengo de caminar, desventurado yo —respondió Sancho—, que no puedo jugar las choquezuelas de las rodillas…?» (II.53). También es probable que la palabra choclas tenga que ver con el verbo choclar, recogido por la RAE, con el significado de “introducir de golpe la bola por las barras, en el juego de la argolla”. Chola: Cabeza, caletre. Equivale a cholla, pero esta no se usa en Tejares. Chongazo,-a: (Quizá de chungaza, y esta de chunga). Se dice de quien se ríe por todo y de todo. (Ver chungo,-a). Téngase en cuenta que la RAE recoge chonguearse como palabra usada en Méjico equivalente a chunguearse (=burlarse festivamente). Chorrear: (De chorro, voz onomatopéyica). Salir un líquido a chorro. Se dice especialmente cuando alguien se moja la ropa totalmente por la lluvia o por otras causas. Ejemplo: ¡Cámbiate rápido, que estás chorreando y te vas a costipar! (culto: constipar). Choteo: (De chotear, esta de choto, esta de chotar y esta del latín suctare, chupar, mamar). Burla, pitorreo. Choto,-a: Ternero,-a. Para ponderar la dureza de algo que se come suele decirse esta frase: Esto no hay quien lo coma: está más duro que la pata [de] un choto. De una persona que está alborotada y que dice muchas tonterías se dice que está como una chota. Choza: Familiarmente, casa. Chozo: (De choza, y esta del gallego-portugués choza). Pequeño refugio de piedra en el campo, cubierto de una pequeña bovedilla hecha por aproximación de hiladas, disponible ante cualquier chubasco imprevisto. Chufa: (Del latín cyphi, perfume de juncia). Con este nombre se conoce, en general, a la planta de la que se saca la horchata. También significa bofetada o tortazo. De esta acepción surgió, probablemente, en Tejares, el nombre de un juego infantil, equivalente al llamado en otras partes pilla-pilla, en el que se perseguía corriendo a otro y, al tocarle, se decía: ¡Chufa! Chufla: (De chuflar, y este del latín siflare). Cuchufleta (De chufleta): Palabras de zumba o chanza. La expresión tomarse algo a chufla significa tomárselo en broma, como una chanza, tomárselo a pitorreo o a chunga. (Ver chungo,-a). Chuminada: (De la voz vulgar chumino, órgano sexual de la mujer). Tontería, estupidez, cosa baladí y sin importancia. Chungo,-a: (Del caló chungo, feo). Malo, difícil, complicado. Se usaba sobre todo en la expresión tomarse algo a chunga, es decir, a chacota, en broma y burlándose. (Ver chongaza y chufla). Actualmente chungo se usa mucho en otros contextos. Churre: Pringue gruesa y sucia que corre de una cosa. A veces, se usaba como sinónimo de jugo. Ejemplo: Apretó el tomate y se le salió el churre.

—99—


Churro,-a: (Voz de origen prerromano; comparar con el portugués surro, sucio, suciedad). Dicho de un carnero o de una oveja: Que tiene las patas y la cabeza cubiertas de pelo grueso, corto y rígido, y cuya lana es basta y larga. La frase mezclar las churras con las merinas significa confundir cosas que son diferentes.

Raza churra Churruscar: (Voz onomatopéyica con influjo de chamuscar). Tostar demasiado algo por estar muy caliente el horno o el aceite de la sartén. Churumbel: (De origen caló). Chico, niño, hijo. Chusco: Pedazo de pan, mendrugo. Chusco,-a: Que tiene gracia y picardía. Chuzo: (Quizá de la metátetis de *zucho, y este del árabe hispano zúgg, y este a su vez del árabe clásico zugg, cuento de la lanza). Palo armado con un pincho de hierro, que se usa para defenderse y ofender. Este es el primer significado que da la RAE, pero no se conoce más que en la frase caer chuzos de punta, donde chuzos se emplea de forma metafórica e hiperbólica. Caer chuzos de punta: Frase coloquial que se dice cuando graniza, llueve o nieva con mucha fuerza e impacto. Cielorraso: Techo enyesado. Cieno: (Del latín caenum). Lodo blando que forma depósito en el fondo de ríos, y sobre todo en lagos y charcas. (Ver acenagar y cenagar). Cigüeña: (Del latín ciconia). Es una de las aves más populares y grandes de España, con una longitud de 102 cm y una envergadura de alas de más de 150 cm. Su peso oscila entre 2,5 y 4 kilos. Sus nidos pueden llegar a pesar hasta una tonelada. Suele poner de tres a cuatro huevos. Se alimenta de saltamontes, gusanos, anfibios, lagartijas, pequeños mamíferos y peces. Aprovecha la materia orgánica de los vertederos, cuando puede. Es ave migratoria. Inverna en África. Sin embargo, desde hace unos años se observa un cambio en sus hábitos migratorios. Tradicionalmente llegaba por San Blas (3 de febrero). En la torre de Tejares hizo nido hace unos años, después de haber estado ausente muchos más. Últimamente no ha nidificado. Son bonitas de ver y aves de buen agüero, asociadas al nacimiento de los niños. El refranero decía: Por San Blas la cigüeña verás, y si no la vieres, año de nieves. Otra versión, aludiendo a lo del buen o mal agüero, decía: Y si no la vieres, mal año tuvieres.

—100—


(Aunque esta versión puede entrar en contradicción con otro refrán: Año de nieves,/ año de bienes). La copla infantil decía, en Tejares, así: Cigüeña marigüeña, la casa se te quema, los hijos se te van a Pecharromán, escribeles una carta y ellos volverán Lo de marigüeña no es más que una deformación de malagueña, y lo de Pecharromán es un añadido local, alusivo a un pueblo próximo. Las crías de la cigüeña reciben los nombres de cigüeñillos, cigüeñitos, cigüeñatos y cigoñinos. La RAE recomienda cigoñino. Cigüeño es el macho de la cigüeña.

Cigüeña blanca (Ciconia ciconia) Cincha: (Del latín cingula, ceñidores). Correa con que se asegura la albarda, ciñéndosela a las caballerías por debajo de la barriga o por detrás de los codillos. Cincho: (Del latín cingulum, ceñidor). Especie de faja ancha de esparto que servía de molde para hacer los quesos. Cínife: (Del latín cinyphes, y este del griego kníps). Mosquito: Insecto díptero, de tres a cuatro milímetros de largo, cuerpo cilíndrico de color pardusco, cabeza con dos antenas, dos palpos en forma de pluma y una trompa recta armada interiormente de un aguijón; pies largos y muy finos, y dos alas transparentes que con su rápido movimiento producen un zumbido agudo parecido al sonido de una trompetilla. El macho vive de los jugos de las flores, y la hembra chupa la sangre de las personas y de los animales de piel fina, produciendo con la picadura inflamación rápida acompañada de picor. Las larvas son acuáticas. (Ver fínife). Cinto: Cinturón.

—101—


Cisco: (De origen incierto; comparar con el latín ciccum, cosa insignificante). 1) Polvo visible que se levanta por efecto del viento, al barrer, al golpear algo que desprende partículas, etc. (Acepción no recogida por la RAE). 2) Bullicio, alboroto. 3) Hacer cisco algo significa destruirlo, hacerlo trizas. 4) Estar hecho cisco: estar hecho polvo, estar muy cansado física o moralmente. Civiles: La guardia civil. Clamor: (Del latín clamor,-is, grito, gritería hostil, aclamación). Toque de campanas por los difuntos. La RAE recoge otras acepciones, pero la referida al toque por los difuntos era la más usada. Clavada: (De clavar, este del latín clavare y este, de clavus, clavo). Sablazo, precio exagerado e inesperado por un servicio. Ejemplo: ¡Vaya clavada que nos han metido en este restaurante! La RAE recoge esta acepción en clavar. Clavel: (Del catalán clavell). Con esta palabra se designaba, en primer lugar, la planta ornamental llamada comúnmente clavel y, a falta de conocimiento sobre el nombre de otras plantas, se le aplicaba al diente de león (clavel amarillo), a la caléndula (clavel amarillo-naranja) y al tagete (clavel chino).

Clavel, diente de león, caléndula y tagete. Clavo: (Del latín clavus). 1) Pieza metálica, más o menos larga según los usos, y de grosor variable, pero muy pequeño en comparación con su longitud, que tiene cabeza y punta para asegurar cosas uniéndolas entre sí. Los tipos de clavos son muchos según los usos, desde los chinches y clavillos usados en zapatería, hasta los clavos machoneros usados para ensamblar vigas. 2) Pequeña verruga que sale en la piel y que, según el principio de la magia simpática, se curaba tradicionalmente cortando tantas ramas como clavos tuviese el paciente hasta que se secaran; cuando las ramas estaban secas los clavos desaparecían. Son de uso muy generalizado expresiones como quedarse o estar como un clavo (fijo en un sitio haciendo una tarea), no dar ni clavo (ser un vago), dar en el clavo (acertar) y agarrarse a un clavo ardiendo (valerse de un medio difícil para evitar un mal mayor).

—102—


Clavos machoneros Clueca: (De clocar, de la onomatopeya cloc, latín *clocca). Se dice de la gallina cuando se echa sobre los huevos para empollarlos. También se oían las formas llueca y cuecla. Sabemos que los grupos cl, pl, fl del latín han palatalizdo dando ll. A veces, hay dobletes con significados distintos (como clave, llave). Raramente conviven dos palabras con el mismo significado como en el caso de clueca, llueca. Ambas están recogidas por la RAE. (Ver llueca). Era costumbre preparar un conacho con paja y con una docena de huevos más o menos e instalarlo en un lugar tranquilo para que la clueca los incubara durante tres semanas. Cerca se ponía agua y, a sus horas, se echaba comida, para que la gallina comiera y bebiera durante el periodo de incubación. El resultado eran unos hermosos pollitos cuidados por su madre y cobijados bajo sus alas. ¡Preciosa estampa!

Gallina clueca o llueca con sus pollitos Coba: (Del antiguo cobar, empollar, y este del latín cubare, acostarse). Halago o adulación fingidos. Se una en la expresión dar coba, que significa halagar, adular, dar jabón, ser lisonjero con alguien. El objeto de la coba es que la persona lisonjeada se crea la alabanza para conseguir el cobista beneficios o prebendas. (Ver cobista). Cobertón: (Del latín coopertorium, cubierta). Manta o cobertura de abrigo para la cama. La RAE solo admite cobertor. Cobista: Adulador. (Ver coba). Cobrar: Recibir golpes o tortas. Ejemplo: Deja de enredar, que vas a cobrar. Coccidiosis: (De coccidio, este de cóccido, y este del latín coccum y el griego eídos, forma). Enfermedad parasitaria de las gallinas y otras aves, que afecta al intestino, causada por el coccidio, protozoo específico para cada especie de ave. Se transmite a través del aire y de las heces del animal afectado. Se manifiesta en diarreas más o —103—


menos severas. Se combate a base de sulfamidas. La limpieza del gallinero blanqueándolo con lechada de cal viva es garantía para evitar enfermedades. Cocedero: (De cocer, y este del latín coquere). Estancia de la casa donde se cocía el pan. Constaba, básicamente, de una lumbre baja con campana, de un horno de barro con bóveda, cuya curvatura aparecía al exterior; de una artesa donde se amasaba y se heñía el pan, de una mesa o superficie plana para hacer las hogazas y de una paleta grande para meterlas al horno. Cochambre: (De cocho, puerco). Suciedad, basura, cosa puerca y maloliente. Coche [de] línea [linia]: Autobús que sale de la capital de la provincia y recorre muchos pueblos, parando en cada uno de ellos, hasta llegar al final de su recorrido, que puede ser otra capital o localidad importante. Ahora se habla, en general, de autobuses. Ejemplo: Me voy pa la capital en el coche linia. Coche de San Fernando: Ir en el coche de San Fernando: / un rato a pie y otro andando es dicho humorístico para decir que alguien se desplaza sin ningún medio de locomoción, salvo sus propias piernas. (Ver tren: Ir en el tren de las dos). Cochiquera: Cochinera, pocilga. Cochura: (Del latín coctura). Masa de pan preparada para cocer en cada hornada. Cocido: (Del participio de cocer). Guiso típico que consta de sopa de fideos, hecha con el caldo de cocer los garbanzos, la carne, el chorizo (a menudo botagueña), el tocino y la bola (relleno). Aparte se cuece la berza para acompañar a los garbanzos. Casi a diario se ponía cocido, por lo que poner el puchero pasó a significar preparar el cocido. (Ver garbanzo, puchero). Cocina: (Del latín coquina, de coquere, cocer). Pieza o sitio de la casa en el que se guisa la comida. La cocina ha evolucionado en los últimos cincuenta años. Primero fue la cocina de lumbre baja, con el hogar donde se ponía la leña y se hacía el fuego. El hogar estaba pegado a una pared, negra por el hollín, y sobre él había una campana que daba acceso a la chimenea para salida de humos. A los lados del hogar había unos morillos, que servían para sujetar la leña y para que las brasas no salieran fuera. Los morillos podían ser de piedra o de forja. En el hogar o fogón había unas trébedes para sujetar las sartenes, peroles, calderas y cacerolas. Para hacer el cocido en puchero de barro solía hacerse un buen rescoldo y ponerlo en la panza del puchero, que, colocado en el mismo hogar, se sujetaba por detrás con unos calzos de hierro. El gancho servía para mover el rescoldo, las tenazas para arrimar convenientemente las ascuas o para mover los troncos que ardían, el fuelle para avivar el fuego y las cadenas que pendían de la campana para sujetar calderas cuando se hacía la matanza. Este tipo de cocina tenía su horno con bóveda de barro donde se cocía el pan una vez a la semana, se asaba en las fiestas y se hacían dulces distintos según las épocas del año. Era lugar de reunión en invierno donde se contaban cuentos, leyendas y narraciones al amor de la lumbre. Los días de mucho viento la chimenea revocaba y la cocina podía llenarse de humo. Ese tipo de cocina fue sustituida por la placa o cocina económica, con la que convivió durante muchos años, usándose el cocedero en el verano y la placa en el invierno. Era un aparato de hierro en el que la circulación de la llama y el humo del fogón comunicaba el calor a varios compartimentos, ahorrando combustible. Constaba de una placa o chapa con tres arandelas, un hogar para poner la leña, una rejilla para dejar pasar el aire y la ceniza, un cogedor donde caía la ceniza, un hornillo donde se podía asar, un depósito que se llenaba de agua y se calentaba con la leña que ardía y una salida de humos con un cortafuegos que se abría más o menos según el estado de la combustión de la leña. Esta cocina gastaba menos, hacía menos humo y calentaba más al evitar el escape de calor a través de la chimenea como

—104—


sucedía en las cocinas de lumbre baja con campana. Y además se conseguía agua caliente. Después llegó el butano que, por considerarse más rápido y menos engorroso, terminó imponiéndose. Una bombona abastecía de gas a los quemadores sobre los que había una rejilla que servía de soporte para poner los cacharros al fuego. El calentador de butano superó a los antiguos depósitos de agua caliente. Finalmente estamos en la época de las vitrocerámicas, ya eléctricas, ya eléctricas por inducción, ya alimentadas con butano, propano o gas ciudad. Al considerarse más fáciles de limpiar y más seguras, están triunfando.

Cocina de lumbre baja y cocina económica que la sustituyó Cocinilla: (De cocina). Hombre que se mete en cosas de la casa que se consideran propias de las mujeres. Coco: (Del portugués côco, fantasma que lleva una calabaza vacía, a modo de cabeza). 1) Fantasma con que se mete miedo a los niños. RAE. Palabra de uso general en todo el ámbito del español. 2) Insectos que se crían en las plantas. Codorniz: (Del latín coturnix,-icis). Ave gallinácea, de unos 2 dm de largo, con alas puntiagudas, la cola muy corta, los pies sin espolón, el pico oscuro, las cejas blancas, la cabeza, el lomo y las alas de color pardo con rayas más oscuras, y la parte inferior gris amarillenta. Emigra a África en otoño. Ave muy común y codiciada por los cazadores.

Codorniz común (Coturnix coturnix) Coger el andaniño: Frase coloquial: Irse andando, ponerse en camino. (ver andaniño). Coger el dos: Marcharse. Coger las de Juan danzante: Frase coloquial: Irse andando, viajar a pie. Cogorza: Borrachera. Cojona: Interjección que usaban las mujeres. Los hombres decían ¡Cojones! Cólico miserere: Apendicitis. Se llamó así, porque, dadas las distancias de los hospitales y la dificultad de acceder a ellos, así como las propias dificultades de la —105—


cirugía y su coste, el que padecía inflamación del apéndice vermicular era candidato casi seguro para que le cantasen, una vez muerto, el canto penitencial llamado “Miserere”. Colleja: (Del latín caulicula, de caulis, tallo). Planta cuyo nombre científico es Silene vulgaris. Es de color verde grisáceo, con hojas ovaladas, opuestas y sin peciolo, de la familia de las Cariofiláceas y crece en eriales, caminos y terrenos de labranza. Puede tener hasta 60 cm de altura. Florece a finales de primavera, su flor es blanca, con cinco pétalos y el fruto es una cápsula en cuyo interior se encuentran unas semillas negras. Cogiéndola tierna, hay quienes la comen como verdura.

Colleja (Silene vulgaris) Collera: (De cuello). Collar de cuero, relleno de paja, terminado en pico, que se pone al cuello a las caballerías para que no les haga daño el horcate. (Ver guarnicionero). Colmena: (Quizá del celta *kolména, derivada de kólmos, paja). Caseta construida para que vivan en ella las abejas. También se llama así al enjambre. En Tejares, según el Catastro del Marqués de la Ensenada, del año 1752, había 83 colmenas. En las últimas décadas las colmenas fueron instaladas en el término de Tejares por unos murcianos y hoy en día un albaceteño afincado en Elche trae cada año 800 colmenas y comercializa la miel. La Asociación de Amigos de Tejares promociona, con tal motivo, un mercadillo en el mes de agosto. Todo un acontecimiento para un pueblo tan pequeño. Colmenero: Oficio de quien tiene colmenas y cuida de ellas, extrayendo la miel y la cera y respetando las necesidades del enjambre. Si a mediados del siglo XVIII había 83 colmenas, según el Catastro del Marqués de la Ensenada, eso significa que una familia o varias tenían como ocupación muy importante recoger y comercializar la miel y la cera. Hasta época reciente ha habido algún colmenar antiguo. En las últimas décadas se han impuesto nuevos métodos con colmenas portátiles que las llevaron gentes de Murcia y, últimamente, las lleva Diego Cano, de Albacete. Actualmente el producto más demandado es la miel, seguido por el polen, el propóleo y la jalea real. Hoy la cera no está tan solicitada, pero en siglos pasados, y en ausencia de luz eléctrica, tenía importancia capital. Frente a las velas de sebo, que ahumaban mucho y dejaban mal olor, estaban las de cera de abeja, con agradable aroma y poco humo. En la Iglesia, siguiendo un canon del Concilio de Nicea (325), debían usarse velas de cera de abeja. Esa costumbre se fue abandonando, usándose velas de parafina que

—106—


arruinaron con sus humos muchas obras de arte. Hoy las velas tienen un valor meramente simbólico y, en muchos casos, los lampadarios han sido sustituidos por bujías eléctricas, evitando el humo que terminaba volviendo grises las iglesias. Colorado: Rojo, encarnado. Colorete: Polvos que usa la mujer para dar color a la cara, cuando va de ceremonia. Colorín: Jilguero. Comadra: Monedas que se ponen encima del chito en este juego. (Ver chito). Comadreja: (De comadre, y este del latín commater,-tris). Mamífero carnívoro de unos 25 cm de longitud, de cuerpo delgado y flexible de color rojizo, vientre y cuello blancos, ojos pequeños y brillantes y patas cortas. Es de costumbres nocturnas y se alimenta de ratones, ardillas, pollos e insectos. (Ver mostela).

Comadreja (Mustela nivalis) Combar[se]: Torcerse, cuartearse, encorvarse una superficie que debía estar recta. Comerse a Dios por las patas: Coloquialmente, comer mucho y con rapidez. Comer tallos: En primavera, cuando las cepas echan los pámpanos (tallos de las cepas tiernos, verdes y delgados), se cortan algunos para comerlos por su suave y grato sabor. Comidilla: Chismorreo. Ejemplo: Han visto a la Pili con el hijo del tio Ramonete, y está siendo la comidilla de to´l pueblo. Comistrajo: (De conmisto). Mezcla extravagante de alimentos. (Ver ajilimoje, mejunje). Comparanza: (De *comparantia, y este del latín comparare). Comparación. Componedor: (De componer). Hojalatero, estañador, quinquillero. Artesano ambulante que reparaba cacharros metálicos con pegotes de estaño y ponía lañas en recipientes de cerámica, usando básicamente un soldador. (Ver estañador, lañador, quinquillero). Comunión: (Del latín communio,-onis). Hecho de recibir la Eucaristía. La primera comunión fue tradicionalmente una fiesta religiosa y civil al mismo tiempo. Cuando los niños llegaban a los siete u ocho años, se consideraba que ya tenían uso de razón y debían estar preparados para recibir la primera comunión. El proceso comenzaba al menos un año antes con el aprendizaje y memorización del catecismo, que era como un tratado de teología resumido. Estuvieron en boga antes de los años 50 del siglo XX los catecismos del Padre Astete y del Padre Ripalda. Con pequeñas reformas fue el catecismo que estudiaron los nacidos en torno al año 50 y siguientes. Memorizar la doctrina era indispensable. Luego venía la primera confesión. La víspera todo estaba —107—


ya preparado para la ceremonia. Como entonces estaba vigente la norma del ayuno eucarístico, que prescribía que no se podía comer nada desde las doce de la noche del día anterior, había niños que, con tantas horas sin probar bocado, sufrían un desvanecimiento durante la ceremonia. Los niños y niñas se ponían en reclinatorios que las madres habían cubierto con sábanas blancas el día anterior, en las que prendían algún ramillete de flores, pues las comuniones eran en mayo y era fácil cogerlas. Según las posibilidades, las niñas llevaban un vestido blanco, tal vez hecho en casa si la madre se daba buena maña para coser, y, en todo caso, nadie se gastaba un dineral en un vestido para un solo día. Los niños puede que llevasen un traje blanco, pero era más frecuente que fuesen con uno gris, y crecedero, que podría usarse muchas veces más. Terminada la ceremonia, se comía en casa en familia y no había grandes invitaciones. Había recordatorios de primera comunión y el señor Cura daba a cada niño, como recuerdo, una lámina que podía enmarcarse. Por la tarde y hasta que empezaba la noche, todos los de la comunión se reunían en una casa, se jugaba a las cartas, se merendaba algo y solía estar allí también el señor Cura jugando. Y cuando se despedía, siempre daba algún buen consejo para hacer la vida más humana entre todos. Conacho: (De cuna y –acho). Cesto de láminas de madera. También podía oírse la variante cunacho. Por lo general, el conacho se usaba para meter paja, sacar basura u otros usos bastos, mientras que el covanillo solía emplearse para llevar ropa, manzanas, uvas u otras cosas por el estilo. Sin embargo, cada uno lo usaba según sus posibilidades y según le pillara. Incluso los nombres se intercambiaban en algunas ocasiones, aunque propiamente el conacho es el de láminas de madera, mientras que el covanillo es el de mimbres. (Ver covanillo).

Conacho, también llamado cesto, canasto o, a veces, covanillo Condumio: (Quizá de condir, y este del latín condire, sazonar la comida). 1) Manjar que se come con pan, como un guiso. 2) Comida en general. Conejo: (Del latín cuniculus, de origen prerromano). Mamífero del orden de los Lagomorfos, de unos 4 dm de largo, incluyendo la cola. Tiene pelo espeso de color ordinariamente gris, orejas tan largas como la cabeza, patas posteriores (con 4 dedos) más largas que las anteriores (con 5 dedos), y cola muy corta. Vive en madrigueras, se domestica muy bien, su carne se come y su pelo se emplea para fieltros y otras manufacturas. Generalmente en todas las casas había conejeras donde vivían, comían y criaban estos animales. Buscar hierba para los conejos era una actividad más y todo el mundo sabía lo que más les gustaba (amapolas, alverjana, mielgas, etc). Tampoco le hacían ascos a las mondas de patata. Cuando se necesitaba se cogía uno y con un golpe certero detrás de las orejas se le mataba. El conejo de campo (Oryctolagus

—108—


cuniculus, según Linneo) dicen que tiene un sabor más intenso que el doméstico (Oryctolagus cuniculus cuniculus).

Conejo (Oryctolagus cuniculus) Confite: (Del catalán confit). Dulce, caramelo y, especialmente, bolitas de anís. Confitero: Señor que el día de la fiesta del pueblo vendía golosinas varias que los niños compraban con las propinas que les daban sus padres y familiares. Conformidad: (Del latín conformitas,-atis). Capacidad para adaptarse a las circunstancias, sin luchar contra lo inevitable ni dar coces contra el aguijón y tolerando con paciencia las adversidades. Conocer: (Del latín cognoscere). Verbo con muchas acepciones. Popularmente, se usa mucho la locución se conoce que: al parecer. Ejemplo: Entraron muchos en el restaurante; se conoce que venían de Madrid a comer lechazo. Conocimiento: Sentido común. Conti más.../ conti menos...: Formas vulgares incorrectas usadas en estas estructuras correlativas comparativas: Conti más... [tanto] más, conti más... [tanto] menos, conti menos... [tanto] menos, conti menos... [tanto] más. Huelga decir que lo correcto es cuanto más... tanto más, etc. El adverbio tanto se omite a menudo en el habla coloquial. Por supuesto, la RAE no recoge este vulgarismo, pero sí registra la palabra contía, en desuso, por cuantía. Más frecuente es oír en estas estructuras la preposición contra: contra más... más... Ejemplos: Conti [contra] más se lo digo, menos caso me hace. (Ver contra). Contra: Preposición con muchos valores. Es frecuente, pero incorrecto, usarla con el valor de cuanto. Ejemplo: Contra más rico se hacía, más intratable era. Convidar: (Del bajo latín convitare por invitare). Invitar. Coña: Palabra exclamativa propia de mujeres, equivalente a ¡coño! En boca de hombres. Expresan sorpresa o enfado. Coretes: (Del latín corium, cuero y el sufijo –ete). Se emplea en la locución en coretes: En cueros, totalmente desnudo. La RAE recoge la locución en cueros, pero no en coretes. Cornezuelo: (Del diminutivo poco usado de cuerno). Parásito de las espigas de centeno. Corral: (Quizá del latín vulgar *currale, circo de carreras, y este derivado del latín currus, carro). Sitio cerrado y descubierto junto a las casas donde hay animales y donde se arrojan desperdicios de las casas. El corral solía estar habitado de continuo por unas cuantas gallinas, algún gallo y, en ocasiones, algunos pavos, que no paraban de escarbar en la paja y en la tierra y comían cualquier resto orgánico de las casas (comida sobrante, cáscaras de patata, hojas duras de las berzas, etc.). A falta de

—109—


cuarto de baño las heces fecales terminaban en el corral, bien directamente o lanzadas desde un orinal. La paja podrida se sacaba en otoño para abonar las tierras y se sustituía por paja limpia. En un lateral del corral estaba “el corte” del cerdo, el gallinero con palos para que durmieran las gallinas y, a veces, un segundo pajar y el cocedero con su horno, su lumbre baja, su artesa y otros enseres. Pasado el corral, y ya cerca de la vivienda propiamente dicha, podía haber un pozo y una pila para lavar ropa. Correa: Ver correoso. Corregüela (Correhuela): (Del diminutivo de correa, y esta del latín corrigia). Mata de la familia de las convolvuláceas, de tallos largos y rastreros que se enroscan en los objetos que encuentran; hojas alternas, acorazonadas y con pecíolos cortos, flores acampanadas, blancas o rosadas, y raíz con jugo lechoso. Se emplea como vulneraria. Nombre científico: Convolvulus arvensis. El nombre popular corregüela se explica por el desarrollo de una velar a partir de la u semiconsonante en la sílaba – ue.

Corregüela o correhuela (Convolvulus arvensis) Correoso,-a: Dicho del pan o de otros alimentos: Revenido por la humedad u otros motivos. Jugando con el doble sentido, he oído esta frase: Este pan tiene más correa que San Agustín. Corre que se las pela: Corre a toda velocidad. En sentido figurado, se apresura para conseguir lo que desea. Correr el burro: Expresión coloquial con la que se da a entender que alguien siempre está de acá para allá, viajando por placer o para asistir a fiestas. Ejemplos: 1) ¡Cómo le gusta correr el burro a Fulanito! 2) Dice Fulanita que se va a ir a Tailandia: ¡Pues sí que va a correr bien el burro! Correr el gallo: Rito, que hoy consideraríamos bárbaro, mediante el que los mozos que entraban en quintas para ir a la mili tenían que demostrar su virilidad: Se colgaba un gallo atado por las patas de una soga y los mozos, a lomos de un burro o mula, armados con un palo, tenían que matarlo y descabezarlo. Luego servía de cena. El que lograba la cabeza del animal se supone que era el más valiente. Antes de morir sangraba en una agonía horrible. El espectáculo entraría en lo que hoy se llama maltrato animal. ¡Cómo cambian las mentalidades y las costumbres! (Ver gallo). Corro de la patata: Juego infantil en el que los participantes forman un círculo cogidos de la mano, mientras van dando vueltas y cantando esta cancioncilla: Al corro de la patata,/ comeremos ensalada,/ lo que comen los señores,/ naranjitas y limones,/ a lupé, a lupé,/ sentadito me quedé. Corrosco (corrusco, currusco, cuscurro): (De origen onomatopéyico). Parte del pan más tostada que corresponde a los extremos o al borde. La RAE recoge corrusco y

—110—


cuscurro, recomendando esta última. En Tejares se oía sobre todo corrosco. Todas las formas tienen una explicación fonética lógica. Cortapichas: (De corta y picha, por la tijereta de su abdomen). Tijereta, insecto. No recogida por la RAE.

La popular cortapichas o tijereta (Forficula auricularia) Corte: (Del latín cors, cortis, o cohors, cohortis, cohorte). Cochinera, pocilga, cuchitril para el cerdo. Popularmente, en la zona, es masculino: el corte. Corvejón: (De corva, y esta del latín curvus,-a,-um). Articulación situada entre la parte inferior de la pierna y superior de la caña, y a la cual se deben los principales movimientos de flexión y extensión de las extremidades posteriores en los cuadrúpedos. La expresión meter la pata hasta el corvejón equivale a equivocarse bastante o hablar inoportunamente y con errores. Coscas: (De cosquillas, creando un falso positivo frente al supuesto diminutivo en – illas, que es palabra de origen onomatopéyico). Cosquillas. Cosecha: (Del antiguo cogecha). Conjunto de frutos que se recogen de la tierra: trigo, cebada, uvas,… Del vino propio se dice que es de la cosecha. Cosque: (Voz onomatopéyica). Coscorrón, golpe que no produce sangre y duele. La RAE también recoge la forma cosqui. Costal: (Del latín costa, costilla). Saco grande de tela ordinaria, en que suele llevarse grano u otras cosas. El nombre procede de que se llevaba a cuestas, sobre las costillas. El dicho popular a propósito del casamiento decía: -¿Me quieres, Talega –Te quiero, Costal. ¡Y hala, a casarse y a apechugar con lo que viniera! Cotarro: (Del despectivo ce coto, y este del latín cautus, defendido). Cerro en una ladera, ladera de un barranco. Covanillo: (Diminutivo de cuévano, del latín cophinus, y este del griego kóphinos). Cesto un poco más ancho de arriba que de abajo, tejido de mimbres. (Ver conacho).

Covanillos con uvas, también llamados cestos

—111—


Coyunda: (Del latín coiungula). Correa o cordel con que se uncen las vacas o bueyes al yugo. Criao: Por criado, obrero fijo que tenían algunos labradores con más hacienda para ayudarles en las labores del campo. Criba: (De cribo, del latín cribrum). Cuero ordenadamente agujereado y fijo en un aro de madera, que sirve para cribar. También se fabrica de plancha metálica con agujeros, o con red de malla de alambre. Si algo está muy roto y agujereado, se dice que está como una criba. En el mundo rural tradicional era un utensilio muy importante y diversificado: Criba garbancera, triguera, ce[d]azo, harnero. Crisma: (Del latín chrisma, y este a su vez del griego χρῖσμα). Cabeza. Como la mezcla de aceite y bálsamo que forman el crisma, se aplica sobre la cabeza en alguno de los sacramentos en los que se usa, pasó a significar cabeza, con cambio de género. Ejemplo: No te metas por esos riscos, que te vas a caer y te vas a romper la crisma. Cruzar la cara: Dar tortas, pegar en el rostro. Cuadra: (Del latín tardío quadra, un cuadrado). Lugar para estancia de caballerías. En otras partes, establo o caballeriza. En la cuadra había un pequeño pajiguero y estaban los pesebres o pesebreras donde se ponía la paja y la cebada para que comieran las acémilas. Era un lugar caliente y hubo tiempos en que era ocupado en invierno para hacer labores y charlar. Un ventanuco comunicaba la cuadra con la cocina, desde la que se podía echar un vistazo a la yunta. Cuajo: (Del latín coagulum). Sustancia que se usaba para cuajar la caseína de la leche con la que se hacía el queso. Esa sustancia está en el estómago de los corderos lactantes. También puede sacarse de plantas o elaborarse químicamente. Cuaresma: (Del latín quadragesima, periodo de 40 días). Periodo de cuarenta días, propio del calendario cristiano, que abarca desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Ramos, con el que termina la Cuaresma y empieza la Semana Santa. Los 40 días se basan en referencias bíblicas: los 40 días de ayuno de Jesús en el desierto, los 40 años de peregrinación de los judíos por el desierto en busca de la tierra prometida, los 40 días del diluvio universal y los 400 años (40x10) del destierro del pueblo judío en Egipto. Es un tiempo de penitencia y reflexión. Comenzaba con la imposición de la ceniza, mientras se pronunciaban las palabras: memento, homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris (acuérdate, hombre, de que eres polvo y al polvo volverás). Todas las imágenes de la iglesia se tapaban con paños morados y las mozas del pueblo iban a pedir una limosma para la Iglesia, con un santocristo adornado con cintas, no sin antes cantar alguna de las canciones del repertorio propio de ese tiempo litúrgico, en las que había una mezcla entre lo religioso y lo profano. Era tiempo de ayuno y abstinencia de carne, salvo las excepciones hechas al pagar la limosna por la bula. (Ver bula). Los viernes de Cuaresma era costumbre cantar un Trisagio ante una imagen barroca de Cristo en la cruz y con faldillas moradas. (Ver trisagio). Durante la Semana Santa solía venir algún predicador de fuera para exhortar al arrepentimiento y a la penitencia e invitar a la confesión general. (Ver carnaval, cura, iglesia, domingo gordo, jueves lardero, miércoles de ceniza, semana santa). Cuartearse: Dicho de una pared, techo, suelo, ventana, etc.: Henderse, rajarse, agrietarse, combarse, torcerse. Ejemplo: Se cierran muy mal estas ventanas, porque están cuarteadas. Cuarterón: (Del francés quarteron, derivado de quart, cuarto). Cada una de las hojas interiores de madera que había en las ventanas antiguas para entornarlas o cerrarlas, según la cantidad de luz preferida o para preservar la intimidad de la estancia. Las

—112—


ventanas modernas de aluminio ya no tienen cuarterones, pues la función de estos la realizan las persianas empotradas. Cuartilla: (Del diminutivo de cuarta). 1) Medida de capacidad para áridos, cuarta parte de una fanega, equivalente a 1387 cl aproximadamente. 2) Medida de capacidad para líquidos, cuarta parte de la cántara, o sea, unos 4 litros. (Ver cántara). Pagar una cuartilla: Pagar el que llegaba a la mocedad esa cantidad de vino (algo más de 4 litros). Cuartillo: (Del diminutivo de cuarto). 1) Medida de capacidad para áridos, cuarta parte de un celemín, equivalente a 1156 ml aproximadamente. 2) Medida de líquidos, cuarta parte de una azumbre, equivalente a 504 ml. Por tanto 1 litro de leche era poco menos de dos cuartillos. Cuarto: (Del latín quartus). Habitación, dormitorio, espacio entre tabiques de una vivienda. Cuasi: (Del latín quasi). Forma arcaica del adverbio de cantidad casi. Poco menos de, aproximadamente, con corta diferencia, por poco. La forma arcaica ha desaparecido y solo queda como prefijo de algunas palabras cultas: cuasicontrato, cuasidelito. Cuatropies: Se usa en la locución a cuatropies, aplicada a los caballos, mulas o burros cuando corren a mucha velocidad. Cubete: (Del diminutivo de cubo, y este de cuba, del latín cupa). Cuba pequeña para guardar vino. La RAE recoge cubeto y cubeta, pero no cubete. Cubrir: (Del latín cooperire). 1) Tapar con el arado la semilla arrojada en la sementera. Ejemplo: Octubre:/ ara y cubre. 2) Montar el mancho a la hembra. Cucar: (De cuco, de origen onomatopéyico; consultar el latín tardío cucus y el griego kókkyx). Picar, chinchar, hacer burla. Ejemplo: No cuques a tu hermano, que luego te pega y lloras. Cuchar: Arcaísmo por cuchara: La cuchar, las cuchares. La búsqueda de la regularidad dio origen a las cucharas y al singular la cuchara. Cucharrena: (Quizá de cuchara, esta de cuchar y esta del latín cochleare). Especie de paleta redonda para cocinar, parecida a una espumadera, pero sin agujeros. La RAE la hace sinónima de rasera, dice que a veces puede tener agujeros y que es palabra coloquial, propia del mundo rural en las provincias de Segovia y Soria.

Cucharrena Cuchitril: Establo pequeño o cuadrilla donde hay algunos animales. También, en sentido figurado, habitación estrecha y desaseada. La RAE solo recoge esta última acepción. Cuenco: (De cuenca, y este del latín concha, con o breve y pronunciación del grupo ch como k). Recipiente no muy grande, hondo y ancho, de forma semiesférica y sin asas, de barro, madera u otro material, usado para contener líquidos o áridos. Parecido a un tazón.

—113—


Cuenco de madera Cuesco: (Voz onomatopéyica). Ventosidad, pedo ruidoso. Cuete: (De cohete, y este del catalán coet, rompiendo el hiato y convirtiéndolo en diptongo al cerrar la o en u). Vulgarismo para designar: 1) Tubo resistente cargado de pólvora que se eleva por combustión de su mecha y explota en el aire con estruendo. 2) Planta herbácea de la familia de las Tifáceas, de metro y medio a dos metros de altura, con las hojas casi en forma de espada, el tallo largo, a manera de junco, con una mazorca cilíndrica al extremo, que después de seca suelta una especie de pelusa o vello blanco, ligero y muy pegajoso. Crece en las márgenes de los ríos. El tallo y la mazorca recuerdan un “cuete”, por lo que reciben este nombre popular. Esta acepción no la recoge la RAE. (Ver espadaña). Cuéntate: Casi seguro que es así (palabra de uso coloquial). Sirve para dar la razón al interlocutor (función fática del lenguaje) y para introducir una nueva información que avala lo que está diciendo. Ejemplo: -La Nicolasa debe de estar un poco pachucha últimamente. –Pues, ¡cuéntate!, porque la vi ir al médico antiayer… Cuezo: (De origen incierto). Se usa en la frase coloquial meter el cuezo: Meterse en algún asunto o conversación de forma indiscreta e imprudente. Culebrilla: (De culebra, y esta del latín colubra). Relámpago. La RAE recoge culebrina: Meteoro eléctrico y luminoso con apariencia de línea ondulada. Cumplido,-a: Educado, atento. Cundir: (Del gótico *kundjan, propagarse). Dar mucho de sí, aumentar de volumen. (Ver rundir). Cura: (Del latín cura, cuidado, solicitud). Sacerdote encargado, en virtud del sacramento del Orden y por mandato del obispo, de cuidar y curar las almas a él confiadas, instruyéndolas en la doctrina cristiana y administrando los sacramentos. En el pueblo era persona muy respetada, no solo por convicción religiosa, sino por la estructura social, pues era una de las fuerzas vivas y podía dar informes desfavorables. Los momentos más importantes de la vida (nacer, casarse y morir) estaban bajo su supervisión. Presidía los actos religiosos, principalmente la Misa, a la que nunca llegaba tarde. Vestía sotana con alzacuellos según los cánones. Se le saludaba besándole la mano. Vivía en una casa, llamada casa curato, cerca de la iglesia. En Tejares hubo una casa del cura hasta que el obispado decidiera que con uno solo era suficiente para el pueblo y para Fuentesoto (y esto fue seguramente en el siglo XIX). Era atendido por una mujer, de cierta edad, ya soltera, ya viuda, llamada el ama. Los lugares propios del cura eran la iglesia, la sacristía y su casa. Fuera de ahí no estaba bien visto, salvo que fuese a visitar enfermos o se juntase con los hombres a echar una partida de cartas. El refrán decía al respecto: —114—


Sol madrugador Y cura callejero, Ni el sol durará mucho, Ni el cura será bueno. Contaba con la colaboración incondicional de la feligresía, que era todo el pueblo, salvo que por su cuenta y riesgo quisiera cambiar tradiciones arraigadas, en cuyo caso se le echaban encima y le censuraban porque quitaba la religión. Las Hijas de María y la Cofradía de la Vera Cruz estaban para hacer lo que pidiese. Supervisaba la catequesis que corría a cargo de la maestra, y que consistía en memorizar el catecismo. La Misa del domingo era sagrada, y, a no ser por enfermedad, nadie faltaba. Y si alguien no iba, pero luego salía a otros menesteres, se le aplicaba este dicho: No voy a Misa, porque estoy cojo, Pero voy a la taberna poquito a poco. La Misa la decía en latín y de espaldas al pueblo, ayudado por dos monaguillos que memorizaban los textos latinos, especialmente el Confiteor. El pueblo se unía espiritualmente a la celebración, sin importarle que fuese en latín, que para eso era la lengua sagrada. El sermón, hoy llamado homilía, lo pronunciaba desde el presbiterio o desde el púlpito en las solemnidades más importantes o cuando venía algún sacerdote de fuera. El comienzo y el final estaban prefijados por la tradición: Amadísimos hermanos en Nuestro Señor Jesucristo (comienzo), Que tengamos la suerte y la dicha de vernos un día todos juntos cara a cara en el Cielo por toda la eternidad (final). Y la feligresía musitaba: Así sea. Estaba bien visto que dijera citas en latín, que luego explicaba. Las misas corpore insepulto y las dichas para recordar a los difuntos eran especialmente serias y solemnes, con el canto gregoriano entonado por el cura y el sacristán lo mejor que podían y sabían. Las mozas formaban un coro para cantar la Misa, villancicos en Navidad y todos los cantos de Cuaresma y Semana Santa. Presidía las procesiones y las rogativas. El rosario, las novenas y los viacrucis se hacían sin que fuera necesaria su presencia. Tradicionalmente, los territorios bajo la jurisdicción espiritual de los curas se clasificaban en tres categorías: Curato de entrada (pueblos pequeños, pocos feligreses, pocos ingresos), curato de ascenso (pueblos medianos) y curato de término (pueblos grandes y ciudades). Tejares era un curato de entrada. Andando o en bicicleta iba de Fuentesoto a Tejares y viceversa para atender a los feligreses. El Concilio Ecuménico Vaticano II y la escasez de curas han creado un nuevo escenario. (Ver iglesia, cuaresma, semana santa). Curado,-a: (Participio de curar). Dicho del lomo, el chorizo, el jamón u otras carnes, oreado y seco para propiciar su conservación. Curar: (Del latín curare, cuidar). 1) Poner los chorizos colgados de palos o de clavos del techo para su oreo y conservación aprovechando el frío seco de la Meseta. 2) Hacer lo mismo con otras partes del cerdo o con otras carnes. Curioso,-a: 1) Limpio, bonito. 2) Cuidadoso, apañado.

—115—


D Dar las últimas: 1) Última señal para ir a Misa. 2) Morirse. Darse el pote: Querer aparentar más de lo que se es, darse postín, darse tono. ¡Date!: (De ¡tate! Con sonorización de la t). Interjección equivalente a ¡tate! (Ver ¡tate!). De aquí te espero: Expresión para ponderar y llamar la atención sobre algo. Ejemplo: Cayó un pedrisco de aquí te espero. De buten: Locución adverbial o adjetiva que significa bueno en cantidad y calidad, excelente, lo mejor en su clase. Ejemplo: Hemos comido de buten. Es locución antigua, transformada en tiempos recientes en dabuti. De chichiná (por de chicha y nabo): Es una locuión adjetiva coloquial que significa de poca importancia, despreciable. También: de chichinabo. De chúpame dómine (por chupa de dómine, en frases como ponerse de chúpame dómine o poner a alguien de chúpame dómine): Chupa (Del francés jupe, y este del árabe clásico gubbah) significa chaqueta, chaquetilla, cazadora. Dómine (Vocativo del latín dominus,-i, señor) significa maestro, preceptor de gramática latina y, despectivamente, persona que sin mérito para ello adopta el tono de maestro. Suponemos que la chupa de un dómine estaría muy sobada, un tanto raída e incluso con algunas manchas. De ahí vendría la frase coloquial poner a alguien como chupa de dómine equivalente a ponerle como un trapo. Por deformación sale la vulgarización chúpame dómine. Ponerse a sí mismo de chupa de dómine es como ponerse perdido con mucha suciedad. Dedil: (De dedo y este del latín digitus). Funda de cuero para proteger el dedo índice durante la siega y, en su caso, los dedos corazón, anular y meñique de la mano contraria a la hoz, generalmente la izquierda. (Ver zoqueta).

Dediles para la siega Degüello: (De degollar, y este del latín decollare). Aparte otras acepciones, popularmente se usa mucho en la locución adverbial a degüello, en frases como tirar a degüello y tratar a degüello: Tratar de perjudicar a alguien con encono. De hoja perejil: Poner a alguien de hoja perejil o como hoja de perejil equivale a ponerle verde, insultarle o criticarle con acritud y de forma desabrida y áspera. Deje: (De dejar, este del antiguo lejar, y este del latín laxare, aflojar, influido por dar). 1) Acento peculiar de un hablante. 2) Regusto que deja una comida. Ejemplos:

—116—


Habla con deje andaluz; este dulce tiene un deje amargo. La RAE recoge deje y dejo. Del caño al coro, del coro al caño: Especie de trabalenguas que se proponía para pronunciarlo con toda rapidez, con la certeza de que, en algún momento, se iba a equivocar el que lo decía, pronunciando cosas como del coño al caro, del caro al coño, para regocijo general. Dentera: 1) Sensación desagradable en dientes y encías, o a nivel somático en general, al tomar algo muy agrio o amargo, al oír ruidos chirriantes o desapacibles, al tocar ciertas superficies o al recordar esas circunstancias. 2) Coloquialmente, envidia (tristeza o pesar por el bien ajeno). 3) Ansia o deseo vehemente. Ejemplo: Deja de rayar el cristal, que me da dentera. De pelo conejo (poner a alguien de pelo conejo): Expresión de sentido similar a poner verde a alguien: echar defectos en cara, censurar comportamientos y cosas por el estilo. El pelo del conejo es ordinariamente gris y, en este caso, se interpretaría como ponerle a uno de color ceniza, o sea, mortificarlo. Derrengar: (Del latín *derenicare, lastimar los riñones). Lastimar gravemente el espinazo o los lomos de una persona o de un animal. También se usa como pronominal. Derritir: (De derretir, por asimilación de la vocal e, en la sílaba -rre- a la i de la desinencia -ir, propia de la 3ª conjugación verbal, y por generalización de la i que aparece en algunos tiempos de la conjugación: derrito, derriten, derrita, derritió, derritiera, etc.). La RAE recoge derretir, y no el vulgarismo derritir. Etimológicamente, derretir procede del cruce de los verbos latinos deterere y reterere, “deshacer”. La RAE da, como primera acepción, ésta: “liquidar; disolver, por medio del calor, algo sólido, congelado o pastoso”. Se usa mucho como pronominal: derretirse. Por tanto, diremos que la cera, la pez o el hielo se derriten. La RAE recoge, como sinónimo de derretir, el verbo regalar (del latín regelare, “deshelar”), que no hay que confundir con su homónimo, relacionado con el italiano regalare y con el francés régaler (dar algo por afecto, consideración, agradecimiento u otros motivos similares). Por consiguiente, en algunas zonas (y no en la que hemos recogido este glosario), podremos oír: “los carámbanos se están regalando, porque ha templa[d]o un poco después de la helada de ayer”. Desaborido o desaborío: (De desabor). Dicho de una persona: Sosa, de carácter indiferente, que pone gesto de desagrado aunque le ofrezcas ricas dádivas. De aquí viene el saborío andaluz. Del mismo origen es la voz desabrido,-a. Desaflojao: (De des-, a- y flojo, y este del latín fluxus; el des- es redundante). Que lleva muy poca ropa y mal atada. Así, por ejemplo, si vas sin camiseta en verano y con un pantalón corto y ligero, puedes oír: Parece que vas mu desaflojao. No recogido por la RAE. Desajuntar: Echar los niños a alguien de la cuadrilla. Desapuntar: Dar de baja a alguien. Como pronominal, darse de baja a sí mismo. Desazón: 1) Malestar físico que se manifiesta con desasosiego o picazón. 2) Disgusto, pesadumbre, inquietud interior, reconcomio, remordimiento. Desbalagar: Ver esbalagar. Desbaratar: (De des- y baratar, y este de origen incierto). Deshacer, arruinar, malgastar, desordenar. (Por aféresis de la d- inicial puede oirse a veces esbaratar). Desbrozar: Quitar la maleza de una finca. Descagaza[d]o,-a: (De des- y cagar). Dicho de un niño pequeño o de un animal joven: Que ya ha pasado la lactancia y empieza a crecer y a controlar los esfínteres. No

—117—


recogido por la RAE. Ejemplo: ¡Qué [d]escagazadito está ya este gato! (ver escagazado). Descalabrar: (a veces, escalabrar por aféresis de la d inicial). (De des- y calavera, y esta del latín calvaria, cráneo). Herir en la cabeza. Se usa también como pronominal, descalabrarse. Descambiar: Devolver una compra. El des- es enfático y redundante. Descapuchar: Ver escapuchar. Descarriar: 1) Salirse el carro del carril y las ovejas del grueso del rebaño. 2) Dicho de una persona, andar fuera de lo que se considera bueno, conveniente o útil. Descascarillarse: Saltarse el vidriado que cubre un cacharro. (Ver esmoroñar). Descasta[d]o,-da: Que manifiesta poco cariño a los parientes. Ejemplo: ¡Pero qué descastao! ¿No le vas a dar un beso a tu tía? (Ver casta, descastar). Descastar: Acabar con una casta de animales o plantas, por ser considerados dañinos. Ejemplo: Antes se veía mucho esta planta, pero, con tantos herbicidas, la han descastao; no hay manera de descastar a estos malditos fínifes. (Ver casta, descastao, fínife, cínife). Descuajeringar: (De descuajaringar, composición entre descuajar -de des- y cuajar, del latín coagulare- y jeringar). Desvencijar, desunir, destrozar. Se usa también como pronominal. Descuajeringarse de risa: Troncharse, desternillarse. Desgarramantas: Patoso, rompilón, desastroso. A veces, con aféresis de la d inicial, se dice esgarramantas. Ejemplo: ¡Pero qué [d]esgarramantas es el Genaro! De seguida: En seguida. Deslomar: (De des- y lomo). 1) Romper los lomos, moler a palos. 2) Como pronominal, trabajar mucho. Ejemplo: Ven p´acá, cacho burro, que te voy a deslomar por dejar cojo al macho. ¡Y te parecerá bonito! Desmadeja[d]o,-a: (De des y madeja, y este del latín mataxa, seda en bruto, hilo, y este del griego métaxa). Dicho de una persona: Que siente flojedad y decaimiento, a causa del calor, del cansancio, de una enfermedad, etc. Ejemplo: Este mes de agosto me encuentro mu desmadejao, no hago más que tirar de botijo y tener galbana. ¡Con la faena que entodavía nos falta por hacer! (Ver entodavía). Desmochar: (De mocho). Quitar, cortar, arrancar o desgajar la parte superior de algo, dejándolo mocho. Desollar: Despellejar una res. Despanzurrar: Reventar algo relleno, esparciéndolo por fuera. Como pronominal, despanzurranse significa repanchingarse, caer en la cama estirándose después de un trabajo o ejercicio agotador. Esta acepción no la recoge la RAE. Despelujar: Ver espelujar. Despensa: (Del latín dispensus,-a,-um, administrado, aprovisionado). Estancia de la casa donde se guardan alimentos, como las ollas con la matanza y cualquier vianda que necesite ambiente fresco y seco. Estaba junto a la cocina y solía tener un ventanuco orientado al norte. (Ver dispensa). Despendolarse: Desmadrarse, conducirse sin respeto ni medida. Despiporre: Acción de desternillarse o morirse de risa. La RAE da también la forma despiporren y lo define como desbarajuste, desorden, en sentido festivo. Desportillar: (De des- y portillo, y este del latín porta, puerta). Deteriorar algo, quitándole parte del borde, haciendo como un portillo o abertura. Se usa mucho como pronominal. Despotricar: (De des- y potro). Hablar criticando a los demás sin ningún tipo de reparo. Ejemplo: Se pasó to´la tarde despotricando contra los curas.

—118—


Destajo: (De destajar, este de des- y tajar, y este del latín taliare, cortar). Obra ajustada en una cantidad global, independientemente de las horas que se empleen en realizarla. Se usa sobre todo en la locución adverbial a destajo: Dicho de una obra, ajustarla en cierta cantidad, según acuerdo entre quien manda la obra y el que la ejecuta. Ejemplo: Vamos a arrancar yeros a destajo, y, aunque nadie nos mete prisa, nos interesa acabar la faena cuanto antes. Destartala[d]o: (De origen incierto). Descompuesto, desproporcionado, sin orden. Destripaterrones: Hombre tosco, cazurro. (Ver estripaterrones, rapaterrón, terrón). Desuncir: (Del latín disiungere). Sacar del yugo a las caballerías. Día de los difuntos: Celebración que se hace el 2 de noviembre para recordar a quienes nos precedieron y ya no están con nosotros. La cosa empezaba el día 1, festividad de todos los Santos, incluso unos cuantos días antes se desbrozaban las humildes sepulturas de las hierbas que crecen por doquier. Cada santo reconocido tiene su día, pero hay muchos que alcanzaron la santidad y que no han pasado por ningún proceso público de canonización. El recuerdo de su vida queda en quienes los conocieron y, pasado el tiempo, cuando ya no quede ningún recuerdo en nadie, estarán para siempre en la memoria eterna de Dios o en la memoria eterna de la Vida o del Cosmos. Todos ellos son conmemorados por la Iglesia el día 1. A la caída de la tarde y hasta entrada la noche, tocan las campanas con el toque de ánimas invitando a rezar por aquellos que se están limpiando en el Purgatorio antes de gozar de la presencia plena y serena de Dios en la Gloria del cielo. La noche se va apoderando del pueblo y un resabio triste hay en todas las almas que oyen el clamor quejumbroso de las campanas. Ya se han cortado los crisantemos, esa flor que se muestra esplendente cuando todo presagia la decadencia de la naturaleza de cara al sueño del invierno. Ya se han sacado los aros, hechos con palos flexibles, que servirán de soporte para colocar una a una las flores, formando una preciosa corona para llevarla al cementerio. Y mientras se va entretejiendo, entre efluvios de aroma amargo, se rememora al destinatario de la misma y se habla de sus virtudes. Se recuerda y se pronuncia respetuosamente el nombre de los antepasados que duermen el sueño eterno, mientras se musita “que en paz descansen”. Una luz tenue agiganta las sombras. Es la noche de ánimas, en que los corazones se recogen y oscilan entre sentimientos de recuerdo sereno y dolorido, miedo misterioso y deseo de luz entre las tinieblas. Dimpués: Después. El adverbio después es una recomposición a partir de la preposiciones latinas de y ex, y el adverbio post. Dimpués no lo recoge la RAE, pero supongo que se trata de un arcaísmo formado por los adverbios latinos dein y post, o de una forma influida por antes. Diñar: (De origen caló). Morir. Es coloquial y vulgar la expresión la ha diñao para decir ha muerto. Dir: Vulgarismo por ir (está en retroceso). Dispensa: (Ver despensa). Era la forma tradicional de llamar a la despensa en Tejares. Actualmente, dispensa equivale a exención de una ley u obligación. Sin embargo, responde mejor a la etimología la palabra dispensa. Ambas palabras proceden del verbo latino dispensare que significa distribuir, administrar. A través del derivado dispensatio se pasó a la idea de “administración de una ley” y de ahí a “exención de algo”. Por tanto, podríamos estar de hecho ante palabras iguales con dos acepciones: administrar leyes y administrar alimentos. La mayoría de los hablantes optó por la asimilación de la vocal i del prefijo dis- a la e de pensare en el caso de administración de alimentos, y por mantener la i para significar administración de una ley, dando lugar a dos palabras.

—119—


Divieso: (Del latín diversus, separado). Tumor inflamatorio, pequeño, puntiagudo y doloroso, que se forma en el espesor de la dermis y termina por supuración seguida de desprendimiento del llamado clavo. Por mutación fonética, también se oye livieso. Domingo gordo: Domingo de Carnaval, anterior al Miércoles de Ceniza. En él se comían carnes, más o menos grasientas, prohibidas durante toda la Cuaresma. (Ver Cuaresma y jueves lardero). Dominguillo: (De domingo, del latín dominicus [dies], [día] del Señor). Muñeco ligero, con un contrapeso en la base y que siempre vuelve a quedar derecho por mucho que se le mueva en cualquier dirección. Las frases coloquiales traer a alguien como un dominguillo o hecho un dominguillo significan mandarle hacer muchas cosas en diferentes partes y con urgencia. Se empleaban cuando la mujer era muy mandona y el marido nunca se oponía a lo que ordenara. Donde Cristo dio las tres voces: Frase para indicar que algo está en un lugar muy lejano o apartado. La frase alude al texto de Mateo 27:45-46: “Desde la hora sexta en adelante cayó sobre toda la tierra una oscuridad, hasta la hora nona. Cerca de la hora nona Jesús clamó con voz fuerte, y dijo: “Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?”, esto es: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Duermevela: (De dormir y velar). Sueño ligero del que está dormitando. Duerno: (De duerna, y este quizá del celta *durno-, cierta medida de capacidad). Tronco hueco en forma de canal, cerrado por sus dos extremos, donde se echa de comer a los animales. En general, cualquier recipiente donde comían los animales, excepto los metálicos modernos que se colgaban en los gallineros y que se llamaban simplemente comederos. Duro: (Del latín durus). Antigua moneda de cinco pesetas. En la frase más da el duro que el desnudo se juega con los dos sentidos de duro.

Monedas de 5 ptas, llamadas duros

E Echar: (Del latín iactare). 1) Dar de comer a los animales. 2) Echar al cinto: comer. 3) Echar la llave: cerrar con llave una puerta. 4) Echar un trago, echar un vaso: Beber. (La RAE da 48 acepciones). El que tiene un vicio, / si no sale por la puerta, / sale por el quicio: Refrán que significa que aquel que está dominado por un vicio termina realizando su deseo de cualquier forma posible o imaginable, si no se le permite que lo haga de forma normal. El que asó la manteca: Personaje proverbial para designar a alguien que tiene ideas absurdas o que hace cosas desatinadas que ni se le ocurrirían al que dice la frase. Ejemplo: Mi[r]a que ponerse a retejar en plena nevada. Vamos, eso no se le ocurre ni al que asó la manteca. A veces, la frase se amplía humorísticamente diciendo: Eso no se le ocurre ni al que asó la manteca en el dedo pa[ra] conservarla. (Ver tonto).

—120—


Empacar: (De en- y paca). Hacer grandes paquetes de paja con la máquina empacadora. Esos paquetes, que, según la RAE deberían llamarse pacas, se llaman comúnmente alpacas en los pueblos de Castilla. (Ver alpaca). Empalme: Cruce de caminos o carreteras. Ejemplo: Salir a esperarme al empalme, que vuelvo en el coche de Albarrán.(Salir=salid: Uso de infinitivo por imperativo). Empantana[d]o,-da: Se dice de cualquier cosa que se comienza y no se acaba, causando muchas molestias. Se aplica sobre todo a obras, que se paran sin plazo para retomarlas. Ejemplo: Se fueron los albañiles hace un mes sin terminar la obra y nos han dejao empantanaos; tengo la casa empantanada con esta obra que dura tanto. Empecatarse: Empeñarse en algo. Empecinarse: (De El Empecinado, sobrenombre de Juan Martín Díaz, 1775- 1825, guerrillero durante la Guerra de la Independencia, natural de Castrillo de Duero, en Valladolid. A los naturales de Castrillo se les llamaba con el mote de empecinados, por un arroyo, llamado Botijas, lleno de pecina —cieno verde de aguas en descomposición— que atraviesa el pueblo y de ahí le vino el apodo a este personaje. Como fue muy terco en su lucha, empecinarse pasó a significar obstinarse). Obstinarse, ser terco y pertinaz, aferrarse a ideas o hábitos. (Ver pecina). Empeine (1): (De en- y peine, conjunto de tarso y metatarso, por su parecido con un peine). 1) Parte superior del pie, entre la caña de la pierna y el principio de los dedos. 2) Parte de la bota desde la caña a la pala. Empeine (2): (Del latín impetigo, inis; acusativo, impetiginem). Enfermedad leve del cutis que lo pone áspero y rojizo, causando picor, debida al frío intenso con humedad. Ejemplo: Sécate bien la cara después de lavarte, porque, si no, te van a salir empeines. Recogido por la RAE. Empellón: (De empellar, este de empeller y este del latín impellere). Empujón, último y decisivo esfuerzo. Ejemplo: Tira bien de la viga, que la subimos de un empellón. Emperifollarse: (De en y perifollo). Adornarse excesivamente. Es sinónimo de emperejilarse, según la RAE. (Ver atusarse, peripuesto, pincho). Emperrarse: Obstinarse, empeñarse en algo y manifestarlo con llantos, gritos o ira. Empinar: (De en- y pino, derecho). De las varias acepciones recogidas por la RAE, estas son las más usuales: 1) Beber mucho, especialmente vino. Ejemplo: ¡Cómo empina el codo el tio Jacinto! 2) Levantar en alto algo o a alguien. 3) Como pronominal: Levantarse sobre las puntas de los pies para ver algo o parecer más alto. Emplumar: (De en- y pluma). 1) Echar plumas un ave. La RAE recoge esta acepción en emplumecer. 2) Arrestar, condenar. Enaguas: (De nagua, voz taína). Prenda interior de la mujer que se llevaba debajo de la falda y semejante a esta. La frase ser un enaguas se decía del hombre apocado o afeminado. En ca: Es curiosa esta forma apocopada: En lugar de en casa de Antonia, se dice en ca l ´Antonia, obedeciendo a la tendencia popular muy extendida de poner el artículo delante de los nombres propios. Y en vez de en casa del tío Juan se dice en ca´l tio Juan. Esta locución tiene un equivalente exacto en francés: chez Maurice (en casa de Mauricio). Pero lo que más llama la atención de este sintagma es que se emplea solo con la preposición en: Estoy en ca la Resu; vengo de´n ca la Resu; voy en ca la Resu. Encabritarse: Dicho de una persona: enfadarse mucho, subirse por las paredes, armar la de Dios es Cristo, andar Cristo por los tejaos. Encallarse: Quedarse a medio cocer las legumbres por añdir agua fría en medio de la cocción, interrumpiéndola. Encañar: (De en- y caña, y este del latín canna). Empezar a echar los cereales la caña, creciendo con más fuerza antes de que salgan las espigas.

—121—


Encañonar: Salir los cañones de las plumas a los pájaros. (Ver cañón). Encasquetar: Endilgar, enjaquimar. Encentar: (De encetar, con epéntesis de la segunda n por influjo de comenzar, y encetar, del latín inceptare, empezar). Comenzar, empezar una hogaza de pan, un queso, un jamón, etc. No significa comenzar en general, sino específicamente algo material. No se dice “vamos a encentar la siega”, pero sí “vamos a encentar el jamón”. La RAE recoge encetar y encentar, pero recomienda encentar. Encetar: Ver encentar. Endeve: Vulgarismo por en vez de, con la siguiente evolución: en vez de>envede>endeve (asimilación z/d>d; metátesis: envede>endeve, quizá influída por debe, del verbo deber). (Ver envede). Endilgar: (De origen incierto). Endosar a alguien algo desagradable o impertinente. Endiñar: (voz caló). Cargar a otro con algo desagradable. Asestar un golpe. Endosado, -da: (De en- y dos). Que va de dos en dos. Acepción no recogida por la RAE. Endrina: (De andrina, del antiguo *adrina, y este del latín vulgar [pruna] *atrina, ciruelas negruzcas, derivado del latín ater, atra, atrum, negro; comparar con el italiano [a]trigna). Fruto del endrino, ciruelo silvestre con espinas en las ramas, hojas lanceadas y lampiñas, y fruto pequeño, negro azulado y áspero al gusto.

Endrino y endrinas (Prunus spinosa) En el coche de San Fernando: Locución popular muy extendida que significa ir andando. A la pregunta ¿cómo vas a ir? se responde: En el coche de San Fernando: Un rato a pie y otro andando. Enfurruñarse: Enfadarse, entristecerse, encogerse, callarse con gesto desabrido. (También existe engurruñarse y en Álava y Aragón, enfurruscarse). Refiriéndose al tiempo atmosférico, enfurruñarse equivale a enfoscarse o encapotarse. Enfurruscarse: Enfadarse. Engorro: Actividad molesta y de poco provecho. Ejemplo: Déjame el saco de harina cerca del corte pa echar al marrano, que si se queda en el sobrao, es un engorro tener que andar subiendo y bajando to los días. Engorroso,-a: Se dice de la actividad molesta, poco útil y fastidiosa. Engurriar: (De engurrar, y este de enrugar, arrugar, encoger). Engañar, camelar. Ejemplo: Decía la Pepi que no se iba a casar, pero mira cómo la ha engurriao el Miguelete. No recogido por la RAE, que sí registra engurrar (sin i) y engurriado con otros significados (arrugar y rugoso), añadiendo que esta es palabra anticuada.

—122—


Engüerar: (De enhuerar, y este de huero, y este del castellano dialectal gorar, empollar, incubar). Incubar las gallinas. La RAE no recoge engüerar, solo enhuerar. Enjambrar: (Del latín examinare). Coger enjambres que están fuera de las colmenas para meterlos en ellas. Enjaquimar: (De en- y jáquima, y esta del árabe hispano sakíma). En sentido literal, poner la jáquima a una bestia; en sentido figurado, endilgar, endosar, endiñar. (Ver jáquima). Enjaretar: (De en- y jareta, y este del árabe hispano saríta, cinta). Endilgar, encajar, intercalar algo molesto. Ejemplo: Quería enjaretármela el tio sinvergüenza. Esta acepción coloquial procede de la primera: pasar un cordón por la jareta o dobladillo. Enlucir: (De en- y lucir, y este del latín lucere). 1) Poner una capa de yeso o mezcla a las paredes, techos o fachadas de los edificios. 2) Abrillantar los objetos de metal. (Ver aluciar). Enramada: (Del participio de enramar). Adorno formado de ramas de árboles y flores con motivo de alguna fiesta. En Tejares solía hacerse una bonita enramada, que se ponía sobre un soporte que hay encima de la puerta de la iglesia, con motivo de las fiestas de San Mamerto, el 11 de mayo. En la enramada no faltaban ramas de olmos y algunas peonías. Enredadera: Cualquier planta de tallo trepador que se agarra a vallas, muros o verjas. La llamada parra rusa era una enredadera muy resistente, que cubría la tapia de la que fue casa del señor Bernardo. Aguanta el sol y también las bajas temperaturas.

Enredadera llamada parra rusa (Polygonum aubertii) Enredador: (De enredar, y este de en- y red, del latín rete). Revoltoso, travieso, inquieto. Se decía de los niños. (Ver chiquilicuatro y chisgarabís). Entelerío, -a: (De entelerido). Muerto de frío, congelado, aterido, rígido a causa del frío intenso. La RAE recoge entelerido con el significado de sobrecogido de frío o de pavor. Entodavía: Vulgarismo por todavía. Entornar: (De en- y tornar). Volver una puerta o ventana sin cerrarla del todo. Entresacar: (De entre y sacar, y este quizá del gótico sakan, pleitear). Aclarar un monte o un sembrado, dejando las plantas suficientemente espaciadas para que puedan crecer bien, pues, al estar muy juntas, se quitan fuerza unas a otras y no crece ninguna en condiciones óptimas. Entresaque: (De entresaca, y esta de entresacar). Acción y efecto de entresacar. La RAE recoge entresaca, pero no entresaque. (Ver entresacar). Entreverado,-da: (Del participio de entreverar, y este del latín inter, entre, y variare, variar). Que tiene entremezcladas cosas varias y diferentes. —123—


Envede: Por en vez de, asimilándose la z de vez a la d de la preposición. Vulgarismo. (Ver endeve). Envite: (quizá del catalán envit). Envión, empujón, tirón repentino. Equilicuá: (seguramente deformación del italiano eccoli qua). Adverbio usado para expresar asentimiento o conformidad. También se oyen formas como equilicuai y equilicual (igual, lo mismo). Era: (Del latín area). Espacio de tierra liso, limpio y firme, donde se trilla. Esbalagar: (De des- y bálago). Esparcir los haces para formar la parva. En la palabra popular, no recogida por la RAE, ha habido aféresis de la d-. (Desbalagar>esbalagar). (Ver bálago). Esborcicar: (De [d]es- y quizá del cruce entre borde y hocicar). Romper el borde o la boca de alguna vasija o cacharro (jarra, cántaro, plato, etc.). También esborciquiar. No recogido por la RAE. (Ver desportillar). Esborciquiar: Ver esborcicar. Escabiosa: Planta velluda, de la familia de las Dipsacáceas, con raíz perenne, que puede llegar a un metro de altura; tallo erecto y rígido; hojas grisáceas, pareadas y divididas en segmentos desiguales; flores muy pequeñas de color lila, en capítulos de 4 cm de diámetro; fruto grande con cuatro esquinas, coronado por frágiles pelillos. Crece a pleno sol, en rebillas, cunetas, y bordes de los caminos. El fruto es muy decorativo y se cogen ramitos para hacer floreros de flor seca. Nombres científicos: Knautia arvensis (según Coulter) y Scabiosa arvensis (según Linneo). Hay muchas especies y subespecies. Otros nombres populares: Lengua de vaca, viuda silvestre, farolillos.

Escabiosa: Knautia arvensis (según Coulter) o Scabiosa arvensis (según Linneo). Detalle del fruto en aquenio de la Scabiosa simplex, llamado “farolillos” Escacharrarse: Partirse de risa, desternillarse. La RAE solo recoge las acepciones de romper un cacharro o estropear algo. Es frecuente decir escacharrarse de risa, y, sobrentendiéndose risa, queda escacharrarse. Escachifollar: (Probablemente del cruce entre escacharrar y follar). Estropear, destrozar, espachurrar. Escagazar: Ver descagazar. Escamondar: (Del latín ex y caput mundare, podar lo somero). Limpiar algo quitándole lo superfluo y dañoso. Se usa en varios sentidos: pelar algo, como los tallos tienos de las cepas para comerlos; quitar las hojas de la remolacha antes de llavarla a la fábrica azucarera; limpiar las legumbres para guardarlas o antes de cocinarlas; quitarle las ramas superfluas o chupones a un árbol. Ejemplo: Vamos a escamondar estas cuatro matas de garbanzos. (Ver escapuchar, escucar). —124—


Escampar: (De es- y campo, dejar el campo). Dejar de llover. Es coloquial la frase Ahora sí que escampa sin llover, con la que se expresa admiración, sorpresa e incredulidad ante un razonamiento o narración incongruentes e ilógicos. Escañador: (De des>es, caña y el sufijo –or que indica agente). El que corta las ramas superfluas de los árboles. Palabra no recogida por la RAE. Recoge descañar: Romper la caña (de las plantas gramíneas). Escaño: (Del latín scamnum). Banco con respaldo para poder sentarse tres personas o más. En las cocinas solía haber un banco de este tipo. Hoy, más bien, un escaño es el asiento de los parlamentarios en las Cámaras. El sentido popular de la palabra aparece en este célebre refrán: En mayo/quemó la vieja el escaño/y en junio,/porque no lo tuvo. El refrán queda abreviado de esa forma, pero quienes quieren hacerlo más explícito dicen: Y no lo quemó en junio, porque no lo tuvo. Escapa[d]o: (De escapar, y este del latín ex, fuera, y cappa, capa). Muy deprisa. Ejemplo: Ahora, con el coche, llegan escapao. Escape: Aparte de otras acepciones, es típica la locución adverbial a escape, con el significado de a todo correr, a toda prisa. Escapuchar: (De descapuchar con aféresis de la d- inicial). Quitar la capa exterior dura que cubre ciertos frutos, como garbanzos, alubias, nueces o almendras. No recogida por la RAE. (Ver escamondar, escucar). Escarabajo: (Del latín vulgar scarabaius). Nombre de varios insectos coleópteros, de cuerpo ovalado, patas cortas y generalmente coprófagos. El escarabajo propiamente dicho es el pelotero o bolero. Entre los agricultores es bien conocido el escarabajo de la patata.

Escarabajo de la patata (adulto rayado y larva naranja) y escarabajo pelotero (negro). Escaramujo: Ver carambujo. Escarapela: Riña, principalmente entre mujeres. Escarbar: Mover la paja o la tierra con las patas, tal como lo hacen las gallinas. Escardar: (De es- y cardo). Quitar los cardos y otras malas hierbas de los terrenos cultivados. Escarmenar: (Del latín ex y carminare, cardar). Desenredar, desenmarañar y limpiar la lana, o sea, carmenarla. Escoba: (Del latín scopa). Dos acepciones: 1) Utensilio compuesto por un haz de ramas flexibles o de filamentos de otro material bien atados y, a veces, sujetos al extremo de un palo o de un mango, que sirve para limpiar el suelo. 2) Juego de naipes entre dos o cuatro personas, consistente en alcanzar quince puntos, cumpliendo ciertas reglas. Desde el mundo rural hasta nuestra sociedad postindustrial un utensilio doméstico tan cotidiano y necesario ha experimentado muchos cambios. En las sociedades campesinas tradicionales, casi autárquicas, se aprovechaban todos los recursos del medio para cualesquiera faenas o necesidades cotidianas. Básicamente había dos tipos de escobas: La de carniruelos (ver carniruelos) y la de paja. La primera era más sólida y fuerte y se usaba para barrer cosas gruesas y suelos ásperos. La segunda —125—


era más fina, hecha con alguna gramínea seca, y se usaba para barrer el portal, la cocina y las alcobas de la casa. En un principio no tenían mango, por lo que había que agacharse un poco para barrer. Un modelo de escoba moderno y con mango estaba hecho con hojas de palmito o de palmera seca y se compraba, porque no se hacía en el pueblo. Más adelante, con fibras de plástico, se fabricaron los cepillos, con cerdas más ásperas o más suaves según los usos. Estudios de etnobotánica han catalogado más de cien plantas diferentes usadas en los distintos países y regiones de Europa para hacer escobas a la usanza tradicional. Algunas de esas plantas son: Adenocarpus complicatus (codeso), Stipa tenacissima (esparto), Mantisalca salmantica (alcabota, hierba de escobas), Cytisus scoparis (retama negra, piorno), Sorghum technicum (sorgo de escobas), Salix purpurea (sauce colorado, mimbrera púrpura), Chamaecytisus (género con 63 especies de la familia de las Fabáceas: Citiso), Genista juncea (retama de olor), Spartium junceum (gayomba), Retama sphaerocarpa (retama amarilla, retama común), Genista monspessulana (retamilla), Bassia scoparia (falso ciprés), Sorghum bicolor (zahína), Cornus mas (cornejo macho), Marrubium vulgare (marrubio), Olea europea (olivo), Cistus ladanifer (jara pringosa), Phillyrea angustifolia (labiérnago, olivilla), Chondrilla juncea (achicoria dulce, carniruelo, condrila), … Entre las gramíneas, está la Briza media (cedacillo), usada para hacer escobas finas. Puede haber otras muchas siempre que tengan longitud y flexibilidad suficiente para el uso que se les da.

Escoba antigua fina para barrer la casa

—126—


Cedacillo (Briza media), gramínea usada para escobas Escofina: Lima de sección semicircular, de dientes gruesos, usada por el carpintero para pulir la madera y por el zapatero para lijar las suelas. Escote: (Del francés antiguo escot, y este del franco *skot). Parte que toca pagar a cada uno por un gasto común. Se usa mucho en la locución adverbial a escote: Pagando cada uno lo que le toca en un gasto común. Ejemplo: A escote nadie es pegote (Ver pegote). Escriño: (Del latín scrinium, estuche, cofrecillo, caja cilíndrica). Especie de cesta o canasta, hecha de hierbas o pajas cosidas con mimbres o cáñamo. Servía para guardar trigo, bellotas, nueces, etc.

Escriños tradicionales. Escucar: (De [d]escocar, y este de coco, del latín coccum, y este del griego kókkos). 1) Quitar la cáscara más exterior a las nueces y almendrucos. 2) Quitar a las lentejas las posibles piedrecitas o cocos que hay entre ellas antes de cocinarlas. (Ver escamondar, escapuchar). Escuchimiza[d]o: Muy flaco y débil. Escuela: (Del latín schola, y este del griego scholé). Edificio público para la enseñanza primaria de los niños. En un pueblo pequeño como Tejares solo había una escuela donde iban todos los niños y niñas. Era una escuela unitaria, con una sola clase, en la que, lejos de las discusiones sesudas de pedagogos posteriores, se practicaba la coeducación por necesidad. La antigua escuela ocupaba la parte alta del edificio recientemente restaurado bajo el nombre de “la panera”. Se accedía al local por una escalera exterior de piedra (hoy diríamos que eso es una barrera arquitectónica para minusválidos, pero entonces ni se planteaba). Era un espacio grande y bien iluminado por varias ventanas con marcos de madera que no ajustaban muy bien. Tenía el suelo de tarima, y en la unión de las tablas había algunas rendijas que —127—


dejaban pasar el aire frío de la parte baja (la panera) en el invierno. Había dos pizarras o encerados, superficies negras hechas de una especie de lona especial enmarcada en un grueso marco de madera. En ellas se escribía con tiza de yeso y sobre la parte superior de una había un crucifijo y un retrato de Franco. Pupitres bipersonales de madera, con una repisa bajo el tablero para poner libros y agujeros para meter los tinteros, constituían el mobiliario de los alumnos. Los tinteros se llenaban de una botella de tinta, que la maestra hacía con unos polvos y agua. En la parte de atrás había un cuarto oscuro para meter la leña de la estufa, al que, para amedrentar a los más pequeños, se le llamaba “cuarto de los ratones” (y es fácil que hubiese algunos escondidos entre la leña). La mesa de la maestra era grande y en el centro de ella había un cartapacio negro para guardar listas y papeles. Además, un tintero especial de vidrio con muesca para poner la pluma y un secante grande. Este tenía una superficie semicilíndrica con papel muy absorbente y remataba en una madera negra con una bola del mismo color para agarrarlo. Como se escribía con pluma mojando en el tintero había que tener sumo cuidado para no echar borrones, y a ello contribuía el papel secante. Un banco corrido se reservaba para los más pequeños. Una estufa de leña calentaba la escuela. Estaba cerca de la mesa de la maestra. Se encendía con piñas y teas y se atacaba con leña, la que trajesen según lo que acordasen los padres, ya pino, ya roble, ya encina. Entre las fugas que había y lo grande del local, los que estaban lejos pasaban frío y pedían permiso para calentar un poco sus manos entumecidas, y tal vez con sabañones, para poder seguir escribiendo. Actividad básica era poner la fecha, copiar la lección y hacer el dibujo de la misma con todo esmero. Esto para los medianos y los mayores. Los pequeños tenían bastante con leer y hacer muestra y cuentas. Esto lo solían hacer en una pizarrita con un pizarrín. Todo el material escolar (la cartilla, el catón, la enciclopedia, el lápiz, la goma, el sacapuntas, la pizarra, el pizarrín, la pluma y el cuaderno) se llevaba en una especie de maletita de cartón fuerte, llamada cabás. En Navidad se ponía un nacimiento en el rincón derecho de la escuela según se entraba. Los chicos hacíamos con barro las figuritas y las cocíamos en la estufa. Después se pintaban y quedaban muy bonitas. La maestra solía dar los retoques definitivos. (Ver maestra). Escuerzo: (De origen incierto). Sapo.

Escuerzo o sapo común (Bufo bufo) Escurridor: Plato de barro con muchos agujeros para dejar escurriendo el pescado, después de haberlo destripado y lavado.

—128—


Plato para escurrir o escurridor Escurriduras: (De escurrir, y este del latín excurrere). Últimas gotas de un líquido que quedan en una vasija. Escusas: (Del latín absconsam, escondida). Se usa en la locución adverbial a escusas, a escondidas, con disimulo. Ejemplo: El médico le prohibió la matanza, pero a escusas coge de las ollas lo que no le conviene. No hay que confundirlo con excusas, que significa pretextos para eludir una obligación o disculpar una omisión. Esguardamilla[d]o: (Participio de esguardamillar). Desbaratado, descompuesto, descuadernado o desencuadernado. En Tejares se emplea con el significado de hecho polvo por el cansancio, cansado y con agujetas. También existe desgualdramillar con el mismo sentido: desvencijar, desencuadernar. Esguardamillar: Desbaratar, moler a palos. Ejemplo: ¡Menuda picia que ha hecho el chico! ¡Como le coja le voy a esguardamillar! Esmirria[d]o: Raquítico, flaco, extenuado, consumido. Esmoroñar: (Del cruce entre desmoronar y arañar). Rayar o desconchar un cacharro sin llegar a romperse. Palabra no recogida por la RAE. Ejemplo: ¡Hija, qué manos tienes! ¡Cada vez que fr[i]egas un plato lo esmoroñas! (Ver porcelana). Esmorrarse: Caerse de bruces. Espadaña: (De espada, este del latín spatha, y este del griego spáthe). 1) Torre de una sola pared con huecos para las campanas. 2) Planta herbácea de la familia de las Tifáceas, de metro y medio a dos metros de altura, con las hojas casi en forma de espada, el tallo largo, a manera de junco, con una mazorca cilíndrica al extremo, que después de seca suelta una especie de pelusa o vello blanco, ligero y muy pegajoso. Sus hojas se emplean como las de anea. (Ver cuete). 3) En Tejares, cualquier planta cuyas hojas tienen forma de espada, y, más concretamente, los lirios. (Acepción no recogida por la RAE).

—129—


Espadañas: “cuetes” y lirios Esparrancado,-a: (Participio de esparrancar). Que anda o está muy abierto de piernas. Esparrancarse: (De desparrancarse). Abrirse de piernas, separarlas. Espelujar: Despeinar. Se usa mucho como pronominal. Ejemplo: ¡Anda, atúsate un poco! ¡No salgas así a la calle, to[d]a [d]espelujada! La RAE recoge espelucar, despelucar, espeluzar, despeluzar y espeluznar con el significado de descomponer, desordenar el pelo de la cabeza, de la felpa, etc. No recoge las variantes espelujar, despelujar. Además, espeluznar tiene también el sentido de espantar, horrorizar, equivalente a la frase coloquial ponérsele a alguien los pelos de punta. (Ver despelujar). Espetar: (De espeto, y este del gótico *spitus, asador). Entre las acepciones recogidas por la RAE la más usual es la de decirle algo a alguien causándole sorpresa o molestia. Espetera: (De espeto). Tabla con garfios que hay en las cocinas para colgar cacharros o carnes. Como está en un lugar bien visible, la frase poner algo de espetera es ponerlo bien a la vista, cuando más valdría que estuviera guardado. Coloquialmente, de una mujer con mucho pecho se dice que tiene una buena espetera o ¡vaya espetera que tiene Fulanita! Espicharla[s]: Morir. Espiga: (Del latín spica). Forma en que se agrupan, en torno a un eje, los granos de los cereales, como el trigo, la cebada, la avena o el centeno. (Ver estas palabras). Desde el punto de vista botánico, es llamada espícula o espiguilla, reservando el nombre de espiga para una inflorescencia formada de espiguillas. Espigador,-a: (De spica y el sufijo -dor). Se decía de quien se dedicaba, tras haber sido segado un campo, a recoger las pocas espigas que quedaban, haciendo manojos con ellas, y usándolas para alimentar a los animales domésticos, especialmente las gallinas, que daban buena cuenta de ellas. Es tarea que puede darse por extinguida. Espigar: (Del latín spicare). 1) Coger las espigas que han quedado en el rastrojo. 2) Como pronominal, espigarse, dicho de algunas hortalizas como la lechuga o la alcachofa, significa crecer demasiado y endurecerse de modo que no se pueden comer. 3) De un chico o chica se dice que está muy espigadito,-a cuando ha crecido bastante. Espita: (Del gótico *spitus, asador). Canuto que se pone en el agujero de la cuba o de otra vasija, para que salga por él el líquido que contiene.

—130—


Espliego: (Del latín spiculum, diminutivo de spicum, espiga). Mata de la familia de las Labiadas, de 4 a 6 dm de altura, con tallos leñosos, hojas elípticas, casi lineales, enteras y algo vellosas, flores azules en espiga, de pedúnculo muy largo y delgado, y semilla elipsoidal de color gris. Toda la planta es muy aromática, y principalmente de las flores se extrae un aceite esencial muy usado en perfumería. También es conocida en otras zonas con los nombres de lavanda y alhucema.

Espliego o lavanda (Lavandula angustifolia) Espolón: (Del aumentativo de espuela). Apófisis ósea en forma de cornezuelo, que tienen en el tarso varias aves gallináceas. Ejemplo: ¡Vaya espolones que tiene ese gallo! Esporosis: (Quizá deformación de grafiosis, cruzándose con espora). Grafiosis. (Ver grafiosis). Espuerta: Especie de cesto de mimbre, esparto u otros materiales que sean resistentes para llevar en ella cosas pesadas como tierra, piedras, troncos de leña, etc. La locución adverbial a espuertas significa en abundancia, en cantidad, a montones.

Espuerta de pleita (trenza de esparto, palma, pita o similar) Espulgar: Limpiar de pulgas o piojos. Esquilador: (De esquilar y el sufijo -(d)or). Oficio tradicional ejercido temporalmente por quien tenía maña y arte para cortar el pelo o la lana a los animales. El esquileo de las caballerías podía ser todo un arte, cuando se realizaban dibujos en las ancas de las

—131—


mulas, burros y caballos. Se usaban como herramientas el acial, varios tipos de tijeras de gran tamaño, la máquina de esquilar y la bruza. Esquilar: (Del antiguo esquirar, este del gótico tardío *skiran, y este de *skaíran; comparar con el inglés antiguo y con el alto alemán antiguo scëran). Cortar el pelo, vellón o lana de los ganados. Se dice especialmente de las ovejas. Se hacía al comienzo del verano, a mediados de junio más o menos. Se les ataban a las ovejas las patas para inmovilizarlas y, con unas tijeras especiales, se les iba quitando el vellón. (Ver vellón). Había riesgos de cortes si no se iba con cuidado. En la actualidad, allí donde aún quedan rebaños, esquilan con máquina, que, sabiendo manejarla, es más rápido y sin riesgos de cortar al animal. La lana se comercializa. Hubo épocas históricas en que tenía mucho valor y produjo riqueza en muchas zonas ganaderas. Esquileo: Acción y efecto de esquilar. Estaca: (Quizá del gótico *stakka; comparar con el inglés stake). Especie de clavo grueso y puntiagudo de hierro para clavarlo en tierra sujetando con él las caballerías en el campo para que comieran en una zona determinada y no pudieran escaparse. Estacar: Fijar en tierra una estaca y atar a ella una bestia. Estacazo: 1) Golpe dado con una estaca. 2) Golpe o choque intenso. Estandarte: (Del francés antiguo estandart, y este del franco *stand hard, mantente firme). Insignia religiosa consistente en una tela alargada y rematada por abajo en picos o flecos; en el centro de la misma se representa una figura del titular de la corporación o cofradía y la parte superior va sujeta por una vara horizontal que se ensambla con un astil vertical formando cruz y que sirve para llevarlo en procesión. Estañador: (De estaño, y este del latín stagnum, voz de origen celta). Quincallero o componedor que cubría con estaño los agujeros de las sartenes, aceiteras u otros cacharros de metal para poder seguir usándolos. (Ver lañador, componedor, quinquillero). Estazar: (De des- y tazar, este de retazar por derivación regresiva). Trocear el marrano en la matanza. RAE: destazar. Estomagar: (Del latín stomachari). Causar fastidio o enfado. Estraperlista: Persona que practicaba el comercio ilegal llamado estraperlo. Estraperlo: (De straperlo, juego fraudulento de azar que intentó implantarse en España en 1935). Comercio ilegal de artículos intervenidos por el Estado o sujetos a tasa (especialmente artículos básicos de alimentación), que tuvo lugar durante el racionamiento que siguió a la guerra civil española (1936-1939). Se usó mucho la lucución adverbial de estraperlo para referirse a este tipo de comercio. Esta palabra se introdujo entre 1933 y 1935, cuando dos holandeses, Strauss y Perlowitz, intentaron implantar, con aprobación del gobierno, una ruleta fraudulenta, viéndose implicado el mismo presidente Alejandro Lerroux. La ruleta se llamó “straperl” (del nombre de sus pícaros inventores) y consagró las palabras estraperlo y estraperlista, tan usadas en la posguerra. Estrinque: (De estrenque, este del francés antiguo estrenc, y este del nórdico strengr). Cadena para desatascar el carro, enganchándola a las ruedas para que las caballerías tiren de ella. Estripaterrones: (De destripar y terrón). Hombre tosco, cazurro. (Ver destripaterrones). Ejemplo: Se va dando el pote, pero no deja de ser un estripaterrones. Estrompar: (De destrompar, y este de des- y trompa). Romper, destrozar. No recogido por la RAE. Esturrundir: (Quizá del cruce entre [d]estruir y rendir). Destruir, marrotar. (Ver).

—132—


Esturrumpir: (Quizá del cruce entre [d]estruir y romper). En lenguaje de niños, destruir o destrozar algo que otro ha hecho. (Ver marrotar).

F Facha: (Del italiano faccia). Pinta, aspecto. Ejemplo: ¡Vaya una facha que tienes con el pantalón caído! Faena: (Del catalán antiguo faena, hoy faina, cosa que se ha de hacer). 1) Trabajo, quehacer. 2) Mala pasada. Falleba: (Del árabe hispano hallaba, y este derivado de mahlab, garra, hoz). Varilla de hierro acodillada en sus extremos, sujeta en varios anillos y que sirve para asegurar puertas o ventanas. Falto,-a: Persona con las facultades mentales algo menguadas. Fanega: (Del ár. hisp. faníqa, medida de áridos, y este del ár. clás. faniqah, saco para acarrear tierra). 1) Medida de capacidad para áridos que, según el marco de Castilla, tiene 12 celemines y equivale a 55,5 l, pero es muy variable según las diversas regiones de España. 2) Medida agraria que, según el marco de Castilla, contiene 576 estadales cuadrados y equivale a 64,596 áreas. Esta cifra varía según las regiones. Fanfarrón,-a: (Quizá del árabe hispano *farfál o *farfár, y este del árabe clásico farfara, romper, desgarrar). 1) Que presume de lo que no es, exagerando mucho lo que hace, lo que tiene, lo que come, etc. 2) Se dice de una variedad de trigo que da mucho salvao (ver salvao) y poca harina. Fardel: (Del francés antiguo fardel, hoy fardeau). Saquito de tela para llevar algo de comer cuando se iba al campo. Fárfara: (Quizá del árabe hispano *falgalála, en fárfara). Telilla que tienen los huevos de las aves por la parte interior, pegada a la cáscara. Cuando las gallinas no tienen calcio suficiente ponen huevos en fárfara. Farfullar: (De farfulla, y este de la onomatopeya farf). 1) Hablar de prisa, de forma confusa y atropelladamente. 2) Hacer algo con prisa y para salir del paso, de manera que lo hecho queda con muchas faltas. Ejemplo: 1) Era un cura muy mayor y farfullaba los latines pa´acabar pronto la misa. 2) Hacer esto requiere su tiempo, y, si lo farfullas, queda muy feo y mal rematado. Farruco,-ca: (Del árabe hispano farrúg, pollo, gallo joven). Fanfarrón, insolente, altanero. Fato: 1) (De olfato, con aféresis de la sílaba inicial). Olor desagradable. 2) (De fatuo). Tonto, bobo, estúpido. Fenefa: Cenefa. (Asimilación de fricativas: c [z]=f). Fiambrera: (De friambre, derivado de frío). Cazuelita con cierre seguro para llevar fiambres al campo. Fiesta: (Del latín festa). Día solemne de celebración y diversión. Dos son las fiestas más importantes de Tejares: San Mamerto, el 11 de mayo, y Santa María Magdalena, el 22 de julio, aunque últimamente, para que la gente pueda acudir, se ha puesto en el segundo fin de semana de julio. Hubo un tiempo en que la solemnidad era San Mamerto, y la Magdalena, que pilla en pleno verano, era una festividad secundaria. Ahora, con la poca gente que hay y que acude, se hacen las dos celebraciones dentro de lo que cabe. La víspera repicaban las campanas y se preparaba todo lo necesario para la buena comida con la que debía singularizarse la fiesta. Acudían algunos puestos para vender chucherías y una caseta tipo tómbola. Se contrataba a unos músicos que —133—


tocaban diversas piezas hasta altas horas de la madrugada. (Entre los años 50 y 60 del siglo XX, estuvieron de moda en la zona unos músicos llamados “Los Pichilines”). El día mismo de la fiesta comenzaba con un repique de campanas, seguía la misa solemne con la procesión, en la que se llevaba en andas al santo y se bailaba delante de su imagen. Luego se iba desarrollando el día con la comida en familia, a la que acudían familiares y amistades de otros pueblos, y por la tarde comenzaba el baile. Un pequeño receso para la cena y luego venía la velada que se prolongaba hasta muy tarde y en ella había búsqueda de pareja y hasta concertación de matrimonio. Se tiraban cohetes que metían mucho ruido. El segundo día de la fiesta se recordaba a los difuntos. Para quienes habían perdido recientemente algún ser querido eran días de extraña tristeza en medio de la alegría general. Así pasaban las fiestas y se decía, al final, “que lo veamos a otro año”. Era muchísimo lo que parecía que había que esperar hasta la fiesta siguiente. Para los amigos de celebraciones había la posibilidad de ir por todos los pueblos del contorno donde había fiestas en todos los meses del año. Fijo: (De fixus, participio de figere). Seguro, firme. Ejemplo: Eso es así: ¡Fijo! Fínife: Es palabra no recogida por la RAE. Es forma más popular que cínife. Se explica por asimilación de fricativas: la interdental fricativa sorda es sustituida por la labiodental fricativa sorda. (Ver cínife). Finústico,-ca: (De fino, con la terminación de rústico). 1) Finolis, que afecta finura y delicadeza. (Acepción de la RAE). 2) Prenda de vestir u objeto exageradamente fino. Ejemplo: Ese vaso tan finústico no tiene más que un golpecito. (Acepción popular). Fisgar: (Del latín vulgar *fixicare, derivado del latín fixus, participio pasivo de figere, clavar, hincar). Husmear, indagar, inspeccionar. Fogón: (Del latín focus). Sitio adecuado en las cocinas para hacer fuego y guisar. Fole: Dedo. Ejemplo: Niño, no te chupes el fole, que ya eres grande. No recogido por la RAE. Follón: (De follar, de folium, hoja). Lío, confusión, algarabía, batahola, alboroto, desorden. Forastero,-ra: (Del catalán foraster). Que es de fuera del pueblo. Cada vez se usa menos esta palabra, debido a la gran movilidad de la población. Pero antiguamente, en los pueblos pequeños, donde todo el mundo se conoce, si se veía a alguien desconocido se preguntaba: ¿Quién es ese forastero? Si alguien se comportaba con timidez o retraimiento en casa de algún familiar se le decía: No andes con tantos cumplidos, que pareces forastero. Fragua: (Del latín fabrica). Edificio y fogón utilizado por el herrero para hacer herraduras, rejas y otros aperos de labranza o utensilios domésticos. Fratiquera (por faldriquera o faltriquera): (Del mozárabe *hatrikáyra, lugar para bagatelas). Bolsillo que se atan las mujeres a la cintura y llevan colgando debajo del vestido o delantal. Este es el significado de la RAE, pero, además, por transposición semántica, significaba la portañuela o bragueta del pantalón de los hombres. Fréjoles: (Del latín faseolus, y este del griego pháselos, influido por el mozárabe brísol, gríjol, guisante). Judías verdes. Fresco,-ca: (Del germánico *frisk, nuevo, ágil). Entre las muchas acepciones de esta palabra vamos a citar las más típicas: 1) Pescado fresco, no congelado. Ejemplo: Ha llegado el fresco y hay sardinas, charros y cabezotes. 2) Descarado, desvergonzado. Ejemplo: El Juanito ese es un fresco de mucho cuidao. 3) En femenino, son frecuentes frases como estar a la fresca o salir con la fresca, refiriéndose al frescor de las últimas horas del día y primeras de la mañana, principalmente en verano. 4) La

—134—


frase echarle a alguien una fresca equivale a regañarle y decirle cosas que no le van a gustar. Fresquera: (De fresco). Pequeño mueble con malla muy fina que dejaba pasar el aire, pero impedía el paso de mosquitos y la zarpa del gato. Se colocaba en la despensa, cerca de la ventana que daba al norte, para mantener frescos algunos alimentos. Fresquero: Pescadero, el que trae fresco en la furgoneta y lo vende. Ejemplo: ¿Qué pasa, Filo? ¿Vamos a la plaza que ha venido el fresquero? Friegas: (De fregar, restregar). Especie de masaje que se da con las manos y algún linimento, o con un paño o cepillito, para aliviar molestias musculares. Ejemplo: La curandera me dio unas friegas y…¡mano de santo! Se me fueron to´las molestias que tenía desde hacía mucho. Fu: Onomatopeya que imita el bufido de los gatos. Fuelle: (Del lat. follis). Instrumento para recoger aire y lanzarlo con una dirección determinada, que esencialmente se reduce a una caja con tapa y fondo de madera, costados de piel flexible, una válvula por donde entra el aire y un cañón por donde sale cuando, plegándose los costados, se reduce el volumen del aparato. Se usaba mucho en las cocinas de lumbre baja para avivar el fuego o provocar la llama cuando la leña ardía a humo muerto.

Fuelle Fuente (de comer): Era un plato grande y hondo donde se ponía la comida para toda la familia y cada uno comía por su parte. La única ventaja era que había que fregar un solo plato. Fuente de la rana, / que cuando llueve mana: Es un pareado que alude a la precariedad de los manantiales de agua potable que había en Tejares, pues, cuando venía un verano muy seco, se agotaba el agua y había que bajar a buscarla a Fuentesoto. Todo eso cambió con las últimas prospecciones que han hecho aflorar agua en abundancia. Fulero,-a: (Del germánico ful, falso, fallido). 1) Dicho de una persona: Falsa, embustera, o, simplemente, charlatana y sin seso. 2) Coloquialmente, chapucero, inaceptable, poco útil. Recogido por la RAE. Ejemplo: ¡No te fíes de ese, que es un fulero y un liante! Fules: Pinta de poco valor en el juego de la brisca. Ejemplo: ¡Uuuuh…qué buena baza me he llevao, y solo con unos fules! Fumaque: Palabra de creación popular para referirse al tabaco y al cigarro. Fumaria: (Del latín fumaria, y este de fumus, humo, quizá por el color o el olor de las raíces frescas de esta planta). Planta muy abundante, ya en los cultivos, ya en las lindes, ribazos o cunetas, conocida por el nombre científico de Fumaria officinalis. Pertenece a la familia de las Papaveráceas. Es planta herbácea, con hojas —135—


pinnaticompuestas, alternas, con inflorescencias en racimos terminales de color entre violeta y granate, por lo que, vista entre la hierba, se asemeja a pintitas de sangre a lo que debe uno de sus nombres populares, el de sangre de Cristo. (Ver sangre de Cristo). Para Plinio el Viejo el nombre de fumaria se debe a que su jugo puede provocar el lagrimeo, como lo haría el humo. El nombre específico officinalis alude a su uso en medicina.

Fumaria o sangre de Cristo Función: (Del latín functio,-onis). Fiesta mayor del pueblo. Ejemplo: El día de la función estaba la plaza abarrotada de gente. La RAE recoge 14 acepciones de esta palabra y muchos sintagmas con ella. La acepción más propia de Tejares es la explicada. Fuste: (Del latín fustis, palo). Sustancia, fundamento. Así, por ejemplo, de una comida insulsa se dice que no tiene fuste y lo mismo se predica de una persona poco fiable y algo tarambana.

G Gabán: (Quizá del árabe clásico qabá). Abrigo. Gacho, cha: (De agachar, y este quizá del latín coactare, frecuentativo de cogere, apretar, reunir). Inclinado hacia abajo. Ejemplo: Se fue con las orejas gachas. Galbana: Desgana, pereza producida por el calor. Galera: (De galea). Remolque del tractor. Galga: (Del latín vulgar Gallicus [canis], perro de la Galia). Palo grueso y largo atado por los extremos fuertemente a la caja del carro, que sirve de freno, al oprimir el cubo de una de las ruedas. Gallarita: (Diminutivo de gállara, y este del latín gallula). 1) Bolitas rojas en estado de madurez, propias de los enebros. En botánica se llaman gálbulos y arcéstidas. 2) Pequeñas agallas de los robles, que se forman como respuesta de estos árboles a la picadura de un insecto. La RAE recoge gállara, pero no el diminutivo. Gallarinta: Gallarita. Palabra popular con epéntesis de la n. —136—


Gallarón: (Aumentativo de gállara). Son las agallas grandes del roble, de color marrón, que se forman por la picadura de un insecto. La RAE recoge gallarón, pero solo como sinónimo de sisón, ave zancuda.

Gallarita y gallarones Galleta [de cuello vuelto]: Bofetada. Gallina: (Del latín gallina). Ave de corral. Había una biodiversidad que se ha perdido en aras de las razas para la producción industrial. Esa pérdida es muy lamentable ecológicamente. Había gallinas de diversos colores y tamaños: blancas, negras, pintas, pardas… y no faltaban las reculas (sin plumas caudales) y las que tenían el cuello pelado. La fraseología popular con el nombre de este animal es abundante: sentirse o estar como gallina en corral ajeno se aplica a quien se siente incómodo en un grupo o fuera de lugar en una reunión, como sucede con la gallina, que, saltándose los medianiles, se mete en otro corral, siendo recibida a picotazos; gallina vieja da buen caldo se usa tanto en sentido literal como figurado para decir que no siempre la edad es un condicionante negativo; por San Antón, la gallina pon significa que, por la fecha en que se celebra ese Santo (17 de enero), las gallinas empiezan a poner más huevos... (Ver pollo, polla, gallo, clueca). Gallinaza: Estiércol de las gallinas, bueno para abonar las tierras. Gallinero: Edificio para las gallinas. Con la producción masiva se edificaron gallineros y casas enteras se dedicaron a la crianza de pollos y gallinas. Gallo: (Del latín gallus). Animal arrogante, de creta roja y erecta, carúnculas rojas bajo el pico (ver mermellas), plumaje variable y generalmente vistoso, plumas de la cola formando arcos y espolones en las patas. Eran los perfectos guardianes de las gallinas, siempre dispuestos a fecundarlas, con agresividad como para tirarse y picar a cualquier intruso que se acercase al gallinero. Cuando empezó la producción industrial de huevos, poco importaba que estuvieran fecundados, por lo que, en los gallineros, se prescindió de los gallos. La llamativa presencia de este animal originó una abundante fraseología, de la que destacaremos: hacerse el gallito/ ponerse gallito (mostrarse orgulloso y agresivo), ser gallo de pelea (estar dispuesto a armar bronca), en menos que canta un gallo (rápidamente), otro gallo cantaría (sería mejor, tendríamos mejor fortuna), misa de[l] gallo (la de Nochebuena, a eso de las 12 de la noche), salir como el gallo de Morón sin pluma y cacareando (salir malparado en una pelea o negocio, a pesar de haber mostrado coraje, orgullo y arrogancia). (Ver el sintagma correr el gallo en este glosario). Gallo, gallina o pollo (el juego adivinatorio de la amapola): El capullo de la amapola, cuando está recubierto por los sépalos antes de abrirse, según su grado de madurez puede presentar tres colores: el rojo (gallo), el rosa (gallina) o el blanco —137—


(pollo). Era un juego de niños divertido y de observación de la naturaleza. A la pregunta ¿gallo, gallina o pollo? había que responder y si se acertaba cambiaba el turno. Gamella: 1) Recipiente excavado en el tronco de un árbol para echar de comer a los animales, picar cebolla para hacer morcillas, lavar, etc. En algunas partes lo llaman gamello, pero esta palabra, para la RAE, es un sinónimo desusado de camello. 2) Yugo para uncir a las vacas. (Pronunciado como camella). (Ver camella). Gamón: Es la planta también conocida con el nombre más culto de asfódelo, y, en algunas partes, lo llaman vara de San José. Es de la familia de las Liliáceas, con hojas erguidas, largas, en forma de espada. Tiene flores blancas con una línea rojiza en cada pétalo, formando una espiga apretada sobre un escapo rollizo de un metro de altura aproximadamente. Las raíces son tuberculosas, fusiformes y están íntimamente unidas por uno de sus extremos; su cocimiento se ha empleado para combatir enfermedades cutáneas. Nombre científico: Asphodelus albus. Por confusión de labiales también puede oírse la forma gabón. (Ver vara de San José).

Gamón, asfódelo (Asphodelus albus) Gancho: 1) Instrumento corvo y puntiagudo para agarrar al cerdo y llevarlo al tajo para matarlo (Ver tajo). 2) Instrumento de hierro con un ángulo en un extremo y un agarradero en el otro, usado para mover la lumbre. Gandumbas: Haragán, dejado, apático. Garambainas: Cosas y dichos inútiles, tonterías, pamplinas. Garapito: (De origen onomatopéyico, al fundirse en una sola palabra las onomatopeyas gar, gar y pit, pit). Silbato. A veces, por ensordecimiento de la velar g, se oía decir carapito. (Ver carapito). Con este significado no lo recoge la RAE, sino con este: insecto hemíptero que vive en aguas estancadas, en las que suele nadar de espaldas. Nombre científico: Notonecta glauca (Linneo, 1758). Otros nombres populares: Chinche de agua, nadador de espaldas, remero, abeja de agua.

—138—


Garapito o silbato y garapito insecto. Garbanzo: (De origen incierto). Leguminosa herbácea de poca altura, de cuyas flores blancas o violeta sale una vaina con dos o tres semillas en su interior. Era la base del menú diario, "el cocido". Solía salir, entre los garbanzos, alguno de color negro que se apartaba y no se comía. De ahí vino la frase ser un garbanzo negro para referirse a una persona de conducta irregular o extravagante con relación a los de su familia, vecindario o pueblo. También se decía otra frase relacionada: por un garbanzo, no se va a estropear to[do] [e]l cocido, con el significado de que, por uno que discrepe en una reunión o en un grupo, no se va a dejar de hacer lo que la mayoría quiere. El nombre científico de esta planta es Cicer arietinum. Las variedades de garbanzo más conocidas son la de Fuentesaúco (Zamora) y la de Pedrosillo (Salamanca), que da origen al nombre de "garbanzo pedrosillano". (Ver cocido, puchero). Garbeo: Vuelta, paseo sin un destino concreto. Se usa en la expresión darse un garbeo. Gargajo: (De la raíz onomatopéyica garg-). Flema casi coagulada que se expulsa por la garganta. Esputo. Gargavero: Parte superior de la tráquea. Popularmente, garganta. Existen también garguero y gargüero con el mismo significado. Garillo: Hoja de hierro curvada, con mango largo de madera, usada para escardar, ayudándose de una horquilla para sujetar el cardo sin tener que agacharse. Gario: (De garfio). Instrumento acabado en cuatro o seis puntas de hierro sujetas a un pequeño cuerpo con muesca donde se incrusta el mango de madera para agarrarlo. Se usa para coger paja, limpiar cuadras y cosas similares. Garnacha: (Del italiano vernaccia). Especie de uva roja que tira a morada, muy fina, de muy buen gusto y muy dulce. Es una variedad tardía, muy vigorosa y productiva. Se adapta bien a suelos arenosos o con piedras y a los ligeramente ácidos. Es sensible al mildiu y a la excoriosis. También hay garnacha blanca.

—139—


Uva garnacha Garrafón: (De garrafa, este quizá del portugués garrafa, botella, y este del árabe marroquí gerraf). Especie de redoma grande de vidrio, de unos 15 litros de capacidad, recubierta de mimbre entretejido u otra fibra, para llevar vino y que no se caliente. Este tipo de vasijas, de menor a mayor, son: Garrafilla, garrafa y garrafón.

Garrafón Garraspera: (De carraspera con sonorización de la c [k] inicial). Aspereza de garganta que enronquece la voz y que conduce a fuertes espiraciones no convulsivas y más suaves que la tos para aclarar la voz. La RAE solo recoge carraspera y carraspear. Garroba: Ver algarroba. Garrota: (Del francés garrot). Palo o bastón corvo por la parte superior. (Ver cachava y cayada). Garrulo,-a: (Quizá de gárrulo, con cambio de acento). Se dice de la persona zafia, rústica, basta. Ejemplo: Cállate, garrulo, que ni sabes de qué estamos hablando. Gatera: Pequeño agujero que se hacía en las puertas para que pasaran los gatos. Gato,-a: (Del latín cattus). Animal doméstico sobradamente conocido. Los gatos andaban por la casa y dependencias anexas y espantaban a los ratones y, a menudo, los cazaban. Entraban y salían por las gateras y, en invierno, buscaban un lugar cerca del fuego para calentarse. Con el nombre de este animal hay un trabalenguas que dice: gato cenizoso, sal de la ceniza y desencenizósate. Muy conocido es el dicho no busques tres pies al gato, porque sólo tiene cuatro. De alguien muy friolero se decía: Es más friolero que un gato agostizo (pues es fama que los gatos nacidos en agosto son muy frioleros). De la facilidad de los gatos para sobrevivir después de un percance se hizo la frase ponderativa: ese tiene siete vidas como los gatos. Asimismo es sabido que los gatos, acorralados, se defienden con uñas y dientes, por lo que, cuando alguien, en circunstancias difíciles, echa el resto para defenderse, se dice: se defiende como gato panza arriba. Cuando alguien se va de una reunión de forma brusca y malhumorada, por considerar que ha sido molestado u ofendido, se dice: se ha ido haciendo fu como el gato. Se llama ronroneo al suave ronquido que emiten los gatos cuando están contentos. (Ver arratonao, ratonao, ratonar, ratón y ronronear). Gatuña: (De gato y uña, por alusión a las espinas de la planta). Planta herbácea de la familia de las Papilionáceas, con tallos ramosos, delgados, casi tendidos, duros y —140—


espinosos, hojas compuestas de tres hojuelas pequeñas, elípticas y dentadas, flores solitarias, axilares, rojizas o blancas, y fruto en vainillas ovales, con pocas semillas. Es muy común en los sembrados, y la raíz se ha empleado como aperitivo.

Gatuña (Ononis spinosa) Gavilán: (Quizá del gótico *gabila,-ans). Ave rapaz de unos tres decímetros de largo, plumaje gris azulado en la parte superior del cuerpo, blanco con fajas onduladas de color pardo rojizo en el cuello, pecho y vientre, y cola parda con cinco rayas negras. La hembra es un tercio más grande y de plumaje más claro. Nombre científico: Accipiter nisus. Gavilanes: (De gavilán, por la forma de los hierros que pueden recordar las alas extendidas de esta rapaz). Hierros cortantes en la punta de debajo de la aguijada para limpiar el arado. (Ver aguijada).

Gavilanes de la aguijada y gavilán en vuelo Gavilla: (Quizá del latín *cavella, derivado de cavus,-a,-um, hueco entre las manos; comparar con el italiano covone). Conjunto de mieses, hierbas, sarmientos, cañas, ramas, etc., mayor que el manojo y menor que el haz. Esta es la definición de la RAE, pero, popularmente, viene a ser sinónimo de haz de trigo u otro cereal después de seagado y atado. En cuanto a los sarmientos, suele hablarse de mostelas. (Ver mostela). Gazuza: (De origen discutido). Hambre. Gibar: (De giba). Fastidiar, molestar. Gloria: (Del latín gloria). Sistema de calefacción consistente en una bovedilla, que va por debajo del suelo de las habitaciones de la casa, en cuyo interior se quema la leña que va calentando el suelo y, con él, las habitaciones. Es una herencia casera y popular del hipocausto romano empleado para el caldarium de las termas. El nombre

—141—


es una alusión a la gloria del cielo, donde se espera estar en las condiciones mejores que puedan imaginarse. Glosopeda: (Del griego glóssa, lengua, y el latín pes, pedis, pie). Enfermedad epizoótica de los ganados, que se manifiesta por fiebre y por el desarrollo de vesículas o flictenas pequeñas en la boca y entre las pezuñas. En Tejares, se daba en los cerdos, hacinados en los nuevos modos de producción a escala industrial. Como la palabra parecía difícil, muchos terminaron convirtiéndola en gusupera. Golondrina: (Del latín hirundo,-inis, siguiendo esta evolución: hirundinem>*eróndene>* erondre>*elondre>*olondra>[g]olondra>golondr-ina. Estos cambios fonéticos (asimilación de la e inicial a la o tónica y disimilación de las dos r cambiando una por l) y la terminación de diminutivo se generalizaron para evitar la confusión inminente entre olondra, golondrina, y alondra. El origen de la g es discutido: Quizá por desarrollo natural en la secuencia la [g]olondra, quizá por influjo de la vacilación entre avión y gavión, pájaro parecido a la golondrina; quizá por influjo de volar se produjo una forma *volondrina, cambiando luego fonéticamente la v en g). Pájaro migratorio muy generalizado en todas las regiones. Llegan para señalar el comienzo de la primavera, y se van al terminar el verano o comenzar el otoño. Tienen unos 15 cm de longitud, pico corto, negro y alesnado, frente y barba rojizas, cuerpo negro azulado por encima y blanco por debajo, alas puntiagudas y cola larga y muy ahorquillada. Nombre científico: Hirundo rustica. La leyenda popular las hace muy respetables por haber quitado las espinas a Cristo en la cruz. Hacen sus nidos aprovechando cualquier cobertizo o portada. En un constante ir y venir van trayendo barro de las orillas del charco para hacer sus nidos o reparar los de años anteriores. Dicen que en su canto hablan de este modo cuando llegan al pueblo: Fui al mar, vine del mar, las madejitas sin hilar. Tú, cochina, tú, marrana, ni has barrido, ni has fregao: Pues, ¿qué has hecho? Borrachí-borrachí-borrachí-borrachí, Borrachí-borrachí-borrachí-borrachí…

Golondrina (Hirundo rustica) Gorgojo: (Del latín *gurgulim, de gurgulio,-onis). Insecto coleóptero cuyas larvas se alimentan de semillas, pudiendo echar a perder el trigo almacenado, las lentejas, los garbanzos, etc. Gorgorito: (De gorgor). 1) Quiebro que se hace con la voz en la garganta, especialmente al cantar. 2) Ruido que hace el botijo u otra vasija semejante, cuando se mete en el aljibe de la fuente, mientras se va llenando de agua y expulsando el aire

—142—


acumulado en su cavidad. Se usa normalmente en plural. La segunda acepción no la recoge la RAE. ¡Gorri, gorri, gorri, gorri, …! : (De gorrino>gorrín>gorri). Interjecciones repetidas para llamar a los gorrinos. Grafiosis: (Del griego grapho, escribir y la terminación –osis, que indica enfermedad o deformación, pues en los vasos del xilema del olmo se forman surcos parecidos a los grafismos de la escritura). Enfermedad de los olmos, causada por un hongo del género Ophiostoma, propagado normalmente por escolítidos (escarabajos del género Scolytus), los cuales transportan las esporas del hongo desde los ejemplares enfermos a los sanos. El hongo afecta al sistema vascular de los árboles, impidiendo que la savia llegue a las hojas y produciendo su muerte. Afecta más a ejemplares grandes. (Ver esporosis).

Ulmus minor, muerto por la grafiosis Grajo: (Del latín graculus). Ave parecida al cuervo, con el cuerpo de color violáceo negruzco y la base del pico desprovista de plumas. Es un refrán muy extendido y repetido aquel que dice: Cuando el grajo vuela bajo/ Hace un frío del carajo. Hay una ampliación de dudoso gusto que reza así: Cuando el grajo vuela a trompicones/ Hace un frío de los cojones.

Grajo (Corvus frugilegus) Grama: (Del latín gramina, plural de gramen). Planta medicinal de la familia de las Gramíneas, con el tallo cilíndrico y rastrero, que echa raicillas por los nudos. Tiene hojas cortas, planas y agudas, y flores en espigas filiformes que salen en número de tres o de cinco en la extremidad de las cañitas de 2 dm de largo. Grana: (Del latín grana, plural de granum). Semillas menudas de varias plantas. Granar: 1) Desarrollarse el grano en las espigas. 2) Desarrollarse la semilla hasta madurar en las plantas.

—143—


Granear: (De grano, y este del latín granum). Esparcir el grano a voleo durante la siembra para cubrirlo luego con el arado. Granzas: (Del latín grandia, plural neutro de grandis,-e). Residuos de paja larga y gruesa, espiga, grano sin descascarillar, etc., que quedan del trigo y la cebada cuando se bieldan y criban. Grilla[d]o,-da: (De grillo). Loco, chiflado, de ideas extrañas y poco lógicas. Grillo: (Del latín gryllus). Insecto ortóptero, de unos 3 cm de largo, color negro rojizo, con una mancha amarilla en el arranque de las alas, cabeza redonda y ojos muy prominentes. El macho, cuando está tranquilo, sacude y roza con tal fuerza los élitros, que produce un sonido agudo y monótono. La expresión tener la cabeza llena de grillos significa tener muchas ideas revueltas y poco estructuradas o muchos proyectos que bullen sin llegar a concretarse en nada.

Grillo campestre (Gryllus campestris) Gris: (Quizá del provenzal gris). Frío o viento frío. Ejemplo: Cierra la puerta, que entra un gris forastero… Gruñir: Protestar, refunfuñar. Gua: (De origen onomatopéyico). Juego de chicos consistente en meter una canica o bolita en un agujero u hoyito, hecho en el suelo a propósito para jugar. También el propio hoyo puede llamarse gua. Guantazo: Tortazo. Guarnicionero: Oficio consistente en hacer arreos para las caballerías. Se ajustaban a la talla de los animales para facilitar sus movimientos y evitar roces. El cuero era la materia prima básica de este oficio. Hacía cabezadas, colleras, collerones, cinchas, ramales y otros muchos tipos de arreos. Guasa: (Voz caribe). Chanza, burla, broma, sorna. Guasón,-a: Burlón, bromista. Existió una moda, venida de Francia, consistente en cortarse las mujeres el pelo muy cortito, es decir, a lo garçon, pero como la palabra francesa no sonaba se dijo, popularmente, cortarse el pelo a lo guasón. Güero (por huero): (Del castellno dialectal gorar, empollar, incubar). Vano, vacío y sin sustancia. Huevo huero es el que no produce cría por no estar fecundado por el macho, aunque lo incube la hembra. La RAE recoge huero y güero, pero recomienda huero. ¡Güesque…! ¡Güellao…!: Interjecciones que se usaban para que las caballerías girasen a la izquiera (güesque/ buesque) o a la derecha (güellao/ buellao). Guijarro: (De guija, y este quizá del latín tardío [petra] aquilea, piedra aguda, derivado de aquileus, aguijón, y este del latín aculeus). Pequeño canto rodado. Guindal: (De guindo, este de guinda y este quizá del germánico *wíksina). Árbol de la familia de las Rosáceas, especie de cerezo, del que puede distinguirse por ser las hojas más pequeñas y el fruto más redondo y comúnmente ácido.

—144—


Guindo o guindal (Prunus cerasus) Guindo: 1) Guindal. 2) Planta ornamental, de la familia de las Solanáceas, que da unos frutos rojos, similares a pequeñas bolas que recuerdan a las guindas. Científicamente: Solanum pseudocapsicum. Nombres populares: guindo, guindalera, tomatillos, tomatillo de Jerusalén. Frase coloquial: Caerse alguien del guindo: Enterarse de algo que ya sabía todo el mundo, pasando por desinformado, despistado, inocente o crédulo.

Guindo de adorno (Solanum pseudocapsicum) Guipar: Ver, percibir, descubrir. Gulusmear: Andar comiendo golosinas y picando fuera de horas, sin llegar a hacer comidas con fundamento. Gurriato: (Del diminutivo de gorrión). Pollo del gorrión. A veces, por extensión, gorrión. Gusarapis: Ver gusarapo.

Gorrión común (Passer domesticus): macho y hembra —145—


Gurriatos empezando a echar la pluma (encañonando) Gusarapo: Bicho, gusano. Esta palabra aparecía deformada en un gracioso brindis que decía: Al agua la llaman lipis / Y al vino confortitatis. / Lipis no entra en mi cuerpo, / Porque cría gusarapis. / Pues para librarnos de esto / Tomemos confortitatis. (Ver gusarapis). Gusupera: Vulgarismo por glosopeda (Ver glosopeda).

H Hacendera: (De facienda>facenda y el sufijo -era). Trabajo de utilidad común al que se acudía a toque de campana. (Ver sendera). Hacer balsas: (De facere, y balsa es voz prerromana). Juego infantil que consistía en poner barro y piedras en los regueros de las calles cuando llovía deteniendo el agua hasta que esta sobrepasaba la balsa o la rompía con su fuerza. Hacerse cruces: Mostrar admiración, asombro, incredulidad o escándalo exagerados, santiguándose o de cualquier otro modo, como arqueando las cejas, inflexionando la voz, juntando las manos, frunciendo el ceño o con un rictus de estupefacción. También podía oírse esta frase poniéndole la preposición de: me hago de cruces. Ejemplo: Dicen que se ha salido de monja la hija del tio Facundo. ¡Me hago de cruces! Hachero: (De hacha, y este del latín *fascula, cruce de facula, pequeña antorcha, y fascis, haz). Mueblecito consistente en dos o tres tablas horizontales con varios agujeros redondos, sujetas por dos verticales con pie ancho; en los agujeros se metían cirios y velas. Se usaba en las iglesias delante de los reclinatorios, para recordar a los difuntos. Desaparecieron con las nuevas concepciones litúrgicas después del Concilio Vaticano II. Hacienda: (Del latín facienda, acusativo neutro plural del gerundivo faciendus,-a,-um, lo que ha de hacerse). Conjunto de bienes y riquezas que alguien tiene, como fincas, casas, rebaños, colmenares, palomares, etc. Que la hacienda requiere atención lo declara este refrán en sus distintas versiones: Hacienda, hacienda, que tu dueño te vea; el que tenga hacienda, que la atienda y si no, que la venda; hacienda, hacienda, que tu dueño te atienda y si no, que te venda. Hacina: (De haz, y este del latín fascem, acusativo de fascis). Montón de haces de cereales en forma piramidal que se hacía en las eras. Haragán,-na: (Del árabe hispano hará kán, excremento, ha sido usado para descalificar a alguien). Vago. Hargunero: (Quizá de *hurganero, con metátesis de las vocales, y este de hurgar). Palabra no recogida por la RAE, que sí registra hurgonero, con el mismo significado

—146—


que hurgón. 1) Instrumento de hierro para remover y atizar la lumbre (definición de la RAE). 2) Palo muy largo con punta de hierro para mover las ascuas del horno del pan. 3) Por extensión, cualquier palo muy largo, que se usa para alcanzar algo que ha quedado colgado a mucha altura. Harnero: (Del latín [cribrum] farinarium). Especie de criba que se usaba para cribar el trigo. Hatajo: (De hato, y este quizá del gótico *fata, vestidos). Grupo pequeño de ganado. Despectivamente, grupo de personas con algún defecto o predisposición negativa: Un hatajo de ignorantes, de pícaros, etc. Hatillo: (Del diminutivo de hato). Envoltorio en el que alguien que va de un lado a otro lleva lo más imprescindible, como una muda, un moquero o una navaja. La frase coger alguien su hatillo equivale a marcharse. Esta palabra la recoge la RAE, pero no su homónima sin h, relacionable con la idea de atar. (Ver atillo). Hato: Porción de ganado mayor o menor. Hebra: (Del latín fibra). 1) Porción de hilo para coser. 2) Fibras vegetales o animales. Ejemplo: Estos fréjoles están ya mu[y] grana[d]os: tienen demasiadas hebras. Cuando una hebra para coser es muy larga se dice: La hebra de Marimoco,/ Que cosió siete costales/ Y le sobró para otro. Hemina: (Del latín hemina, y este del griego hemína). Medida muy variable según las zonas. 1) Medida para áridos, equivalente a la mitad de media fanega, es decir, a una cuarta parte de la fanega (unos 14 litros). 2) Medida de superficie equivalente a unas 16 áreas. Heñir: (Del latín fingere). Sobar con los puños la masa del pan. Herrada: Cubo, caldero. Herrador: Encargado de herrar las caballerías, es decir, de ajustar y clavar las herraduras. Herrero: (Del latín ferrarius). Hombre que labraba el hierro en la fragua. Venía de Fuentesoto y hacía los arreglos o encargos que se le pedían. Con los nuevos tiempos se fue abandonando la fragua y, arruinada, el pueblo ha perdido otra de sus señas de identidad. Los golpes sobre el hierro que se oían en la plaza son uno de esos recuerdos del pasado que no volverá. Por las manos del señor Manín pasaban rejas de arado, herraduras, verjas o rejas para ventanas e incluso, por encargo, esos moldes de hierro que se usaban para hacer florones en las cocinas. Los nuevos tiempos hicieron desaparecer este oficio tan duro. Hierbabuena: (De hierba y buena). Planta herbácea, vivaz, de la familia de las Labiadas, con tallos erguidos, poco ramosos, de cuatro a cinco decímetros, hojas vellosas, elípticas, agudas, nerviosas y aserradas, flores rojizas en grupos axilares, y fruto seco con cuatro semillas. Es de olor agradable y se emplea en infusión y para condimentar. Pronunciación popular: yerbabuena.

—147—


Yerbabuena: Mentha spicata (Crantz), sinónimo Mentha viridis (Linneo) Hijuela: (Del diminutivo de hija; latín filiola). Documento donde se reseñan los bienes que tocan en una partición a cada uno de los partícipes en la herencia del difunto. La RAE da, además de esta, otras trece acepciones. Hincar: (De fincar, y este del latín vulgar *figicare, fijar, con –n-, quizá por influjo de fingere). Introducir o clavar algo en otra cosa. Se hinca, por ejemplo, la estaca, el hinquete, un palo en tierra para señalar algo, etc. La frase coloquial no hincarla alguien equivale a no dar un palo al agua, no hacer nada, ser un vago de siete suelas. Hinojo: (Del latín vulgar fenuculum, con i por confusión con el homónimo hinojo, procedente de genuculum, rodilla, con i resultante de yenojo). Planta herbácea de la familia de las Umbelíferas, con tallos de doce a catorce decímetros, erguidos, ramosos y algo estriados, hojas partidas en muchas lacinias largas y filiformes, flores pequeñas y amarillas, en umbelas terminales, y fruto oblongo, con líneas salientes bien señaladas y que encierra diversas semillas menudas. Toda la planta es aromática, de gusto dulce, y se usa en medicina y como condimento. Nombre científico: Foeniculum vulgare.

Anís o hinojo (Foeniculum vulgare) Hinquete: Juego en que se clava un palo en la tierra y los demás intentan derribarlo. Si lo consiguen, tiran el palo puntiagudo, llamado hinquete, lo más lejos que pueden y el dueño va a buscarlo mientras los demás deben clavar el suyo tantas veces como se haya determinado. Si cuando vuelve no han acabado de hincar las veces fijadas y clava el suyo, gana y le toca empezar. En otras partes se llama simplemente hinque. Hito: (Del latín fictus, participio pasado de figere, clavar, fijar). Mojón o poste de piedra, que sirve para indicar la dirección o la distancia en los caminos o para delimitar fincas. Hogaño: (Del latín hoc anno, en este año). En el año en curso, actualmente. Hogaza: (Del latín focacia, terminación femenina de focacius,-a,-um, cocido al fuego). Pan grande que pesa más de dos libras. Hoja: (Del latín folia, neutro plural de folium). Cada una de las partes que se abren y cierran en las puertas y ventanas. Acepción recogida por la RAE. Hoja de plata: Especie de planta de hasta 140 cm de alto, de tallos pilosos, bienal, con hojas simples, de ovadas a lanceoladas, acuminadas, dentadas irregularmente; flores en racimo con 4 pétalos cada una de color violeta o blanco; el fruto es una silícula latisepta, con varias semillas en el interior, que caen al abrirse, quedando los septos plateado-nacarados tras la dehiscencia. Esos septos son muy decorativos y se usan para hacer ramos de adorno. Esta planta da flor y fruto en el segundo año. Puede

—148—


crecer silvestre en ribazos con algo de sombra, pero también se cultiva en los jardines por su valor ornamental como planta seca. En otras partes recibe los nombres de lunaria, monedas del Papa y hoja de nácar. Familia botánica: Brasicáceas (Brassicaceae) o Crucíferas (Cruciferae). Nombre científico o latino: Lunaria annua.

Hoja de plata (Lunaria annua): flor, silículas verdes y septos plateados Hoja [de] romana: Planta de hojas grandes y alargadas que desprenden un olor entre incienso y amargo. Se usaba para tirarla por el suelo de la iglesia el día del Corpus, dejando agradablemente perfumado el ambiente. Su nombre científico es Tanacetum balsamita. Esta hoja, una vez seca, se usó en la Edad Media como marcapáginas de las Biblias. Es una planta herbácea, de la familia de las Compuestas (Asteráceas), cuyo tallo puede llegar a 60-90 cm de altura. Las hojas inferiores son pecioladas y las superiores sésiles. Las flores, pequeñas, de color amarillo, agrupadas en capítulos formando un corimbo, aparecen en verano. Es estimada por sus hojas y su aroma. También es llamada en otras partes hierba de Santa María, menta romana, hierbabuena romana y balsamita.

Hoja [de] romana (Tanacetum balsamita) Hojalata: (De hoja y lata). Chapa de hierro o acero con un baño de estaño. Se usaba para hacer recipientes para el aceite o la leche. Hojalatero: (De hojalata y -ero). Oficio tradicional ambulante consistente en hacer utensilios de hojalata, muy usados en la economía rural. Una variante del hojalatero era el componedor. (Ver componedor). El hojalatero fabricaba una gran variedad de objetos como candiles, faroles, aceiteras, lecheras, regaderas, baldes, embudos, etc. Hojuela: (Del diminutivo de hoja; latín foliola, plural neutro de foliolum). Dulce típico hojaldrado y fino, frito en la sartén y servido con un poco de azúcar por encima, o, mejor aún, con miel. La expresión miel sobre hojuelas significa que algo bueno queda potenciado por otra cosa igualmente buena.

—149—


Hojuelas Hollejo: (Del latín folliculus, saco pequeño, cascabillo). Piel delgada que cubre algunas frutas y legumbres, como la uva, el tomate, la habichuela, etc. Se habla particularmente de hollejos refiriéndose a las uvas. Honda: (Del latín funda). Banda de cuero, u otro material resistente (como lana, esparto o cáñamo trenzados), con dos cabos finos sueltos, a modo de cuerdas, usada para depositar piedras sobre ella y lanzarlas con fuerza, para lo cual se juntan los cabos, se hace girar circularmente el conjunto a gran velocidad hasta soltar certeramente uno de los cabos y lanzar la piedra que estaba en la banda a mayor o menor distancia, según la destreza y puntería de quien la maneja. Era muy usada por los pastores para recoger los rebaños, haciendo que los perros fuesen corriendo a los lugares donde caía la piedra, al lado de ovejas rezagadas o descarriadas, las cuales, temerosas ante la amenaza del perro, corrían a juntarse con el resto del rebaño. Manejar bien la honda es todo un arte. Cuando alguien hace algo para lo que se requiere ciencia, arte, maña, agilidad y otras cualidades de las que otros, en comparación, carecen, se dice que ese da o puede dar a los demás, menos preparados, sopas con honda. Ejemplo: En ese tema no te puedes comparar con Pepito; vamos, que te da sopas con honda. (Ver sopa). Hondón: (De hondo, este del antiguo fondo, y este del antiguo *perfondo, del latín profundus. El prefijo per- fue probablemente interpretado como intensivo y se suprimió). Fondo interior de un recipiente grande. Así en el refrán arcaizante: Do se saca y no se pon/ Pronto se llega al hondón. Horca: (Del latín furca, horca del labrador). Palo que remata en dos o más púas hechas del mismo palo o sobrepuestas de hierro, con el cual los labradores hacinan las mieses, las echan en el carro, levantan la paja y revuelven la parva. Había horcas de madera de dos, cuatro y cinco picos o púas para usos diversos como [d]esbalagar y volver la parva. (Ver horcón).

—150—


Horcas de madera con cuatro púas Horcajado,-a: (De horcajo y este del diminutivo de horca). Se dice del que va con una pierna a cada lado de una caballería, persona o cosa sobre la que está subido. La RAE no recoge el adjetivo, sino solo la locución adverbial a horcajadas. Horco: (De horca, y esta del latín furca). Ristra de ajos o de cebollas entretejidos. Horcón: (De horca). Herramienta de hierro, acabada en dos o tres picos largos, con mango de madera, usada para coger los haces y levantarlos hasta el carro. Hornacha: (De hornaza, y este del latín fornax,-cis). Nicho bajo los fogones para guardar leña u otras cosas. La RAE no recoge esta palabra. Horno: (Del latín furnus). 1) Fábrica abovedada con boca y chimenea donde se quema leña para luego asar o cocer pan con la alta temperatura conseguida en el interior. 2) Parte de una cocina que puede alcanzar temperatura suficiente como para asar, calentar o gratinar alimentos. El horno tradicional estaba hecho con adobes y el interior, debido al calor, acababa siendo un bloque de cerámica. Tenía la base plana, una bóveda y una boca de entrada, que se tapaba después de consumida la leña y apartada la ceniza. En él se cocía el pan, se hacían distintos tipos de bollos, tortas y molletes, y, en las ocasiones, se asaba el cordero. El cochinillo al horno se ha popularizado con el turismo, pero no era muy común en la economía tradicional. Es muy conocida la frase no está el horno para bollos, con la que se da a entender que no es el momento oportuno o conveniente para tratar con una persona o emprender una negociación. Del mismo modo que los bollos necesitan que el horno esté a temperatura media, porque a temperatura muy alta se quemarían, es necesario que la persona o personas con las que vamos a tratar un asunto estén serenas y no muy calientes o enfadadas, porque, de lo contrario, lo que le pedimos (los bollos) puede derivar en exabruptos y no conseguiremos lo que pretendíamos, sino malos efectos (los bollos quemados).

—151—


Boca de horno antiguo y abajo, fogón de cocina de lumbre baja Horquilla: (Del diminutivo de horca, y este del latín furca). 1) Palo terminado en dos puntas. 2) Pieza metálica o de otro material que se usa para sujetar el pelo. 3) Tallitos con bifurcación que echan las vides. 4) Ramas de un árbol que forman entre sí una Y. Hoyada: (De hoya, y este del latín fovea, hoyo, foso). Terreno bajo que no se descubre hasta estar cerca de él. Las Hoyadas es el nombre de unas tierras del término municipal de Tejares. Hoz (1): (Del latín falx, falcis; acusativo falcem). Instrumento que sirve para segar y que consta de una hoja curva y afilada por la parte cóncava y un mango de madera al que va sujeta la hoja. Hoz (2): (Del latín faux, faucis; acusativo faucem). Angostura de un valle profundo con peñascos a los lados, producida por erosión secular de un cauce de agua. Las hoces de los ríos son auténticas fauces o gargantas profundas abiertas por la erosión en las rocas, dando lugar a paredes muy escarpadas y taludes casi verticales. Eventualmente describen curvas que recuerdan la forma de una hoz de segar, pero, en origen, hoz de segar procede de falcem y hoz de un río, de faucem.

Hoces de segar y hoces del río Duratón Hozar: (Del latín vulgar *fodiare, cavar). Levantar la tierra con el hocico, como lo hacen los cerdos. (Ver cerdo).

—152—


Hueveril: (Palabra formada por la necesidad de la rima, a partir de huevero). Relativo a los huevos y a su puesta por las aves y pájaros. Como eso sucede, generalmente, en Castilla en el mes de abril, se acuñó un refrán (inventando terminaciones a las palabras para buscar la rima), que dice: Marzo, nidarzo;/ Abril, hueveril;/ Mayo, pajarayo. Eso significa que los pájaros hacen los nidos en marzo, ponen los huevos en abril y los pajarillos se crían en mayo y, una vez emplumados, empiezan a volar. No obstante, dependiendo de zonas, de años y de cambios climáticos, la nidificación y la subsiguiente puesta de huevos y cría de pájaros puede adelantarse uno o varios meses, aunque también puede retrasarse y, en ese caso, los pájaros no salen del nido hasta junio. Huevo de zurcir: Huevo de madera que se empleaba para coser o zurcir, especialmente calcetines o medias gruesas, juntando los bordes del roto con puntadas muy finas y bien dispuestas, para que el cosido se identificase con el resto de la tela y el roto quedase disimulado.

Huevo de madera para zurcir Hule: (Del nahua ulli). Tela pintada al óleo y barnizada por un solo lado, que tiene una capa que la hace impermeable y que se ha usado como mantel permanente para las mesas, debido a que se limpia muy fácilmente. Con esta palabra existen algunas expresiones como aquí hay hule, va a haber hule, lo que necesitas es hule, con las que se amenaza a los niños de un castigo físico. La RAE recoge la expresión haber hule como propia de la tauromaquia, dando a entender que hay heridas o muerte de algún torero o picador. Huso: (Del latín fusus). Instrumento manual, generalmente de madera, de forma redondeada, más largo que grueso, que va adelgazándose desde el medio hacia las dos puntas, y sirve para hilar torciendo la hebra y devanando en él lo hilado. (Ver rueca).

Huso —153—


I Ido,-a: 1) Despistado, distraído, abstraído. 2) Loco. Iglesia: (Del latín ecclesia, y este del griego ekklesía, asamblea). Congregación de los fieles cristianos y edificio donde se reúnen, llamado también templo. El edificio más singular de un pueblo pequeño como Tejares es su iglesia. Es casa de todos, en la que se nota el paso de los siglos y de las generaciones. Fue fundada en el siglo XII en honor a Santa María Magdalena y del románico primitivo quedan dos capiteles deteriorados que soportan el arco de acceso al presbiterio, un Cristo crucificado en la sacristía, la torre de espadaña y la pila bautismal , un enorme bloque de gran tonelaje que no cabe por la actual puerta de acceso: ¿Cómo lo movieron? ¿Cómo lo metieron? ¿Qué lugar ocupó en sus orígenes? Son preguntas sin resolver. De época románica, con retoques posteriores de pintura y collares añadidos como ofrenda, es la imagen de Santa Águeda, martirizada en Catania hacia el 251 d.C. Está construida con sillarejo y barro, excepto en las esquinas y vanos, que hay piedras sillares. La puerta de acceso primitiva estuvo ubicada en la pared que da al sur, pero, al hacer el cementerio, se decidió trasladarla al norte para no tener que pasar sobre las sepulturas para entrar al templo. Para preservarlo del frío, se hizo un pórtico (llamado “el portalillo”), aprovechando un trozo de una antigua vivienda anexa al edificio (la que en su día fue ocupada por unos frailes, según tradición). El cambio del acceso tuvo lugar en 1880, según parece deducirse del “Libro de cuentas de fábrica” (1852-1892), folio 44. Y la obra costó 1.322 reales. Interiormente está concebida como una iglesia de tres naves, siendo la principal algo más alta que las laterales. Solo la lateral que da al sur está incorporada a la iglesia, mientras que la norte sirvió de vivienda a unos frailes. Grandes losas de piedra cubren el suelo. Bajo ellas hay huesos anteriores al siglo XVIII o de ese siglo, cuando se legisló prohibiendo enterrar dentro de las iglesias. La techumbre es de madera y un enorme pilar separa la nave principal de la lateral sur y sirve para sujetar la techumbre. De época gótica (siglos XV-XVII) o de imitación gótica son el arco apuntado de la puerta de entrada y un arco que parece querer ser ojival en el presbiterio. Llaman la atención varias cosas: La espadaña que, por sucesivas reformas, ha quedado en el centro del actual tejado de la iglesia y está sustentanda por la arquería doble del presbiterio; el acceso a la torre que tiene un espacio donde hubo, según tradición, un pequeño eremitorio; el reloj de sol sobre uno de los laterales de la torre, los espacios abiertos al Este del edificio y en el interior de la sacristía, el osario incrustado en una pared lateral exterior formado por 21 calaveras probablemente de niños y el portalillo o zaguán que hay antes de entrar en el recinto del templo. Los frailes o monjes que hubo, ¿dependían de Navalilla, según dicen algunos? ¿Estaban bajo la jurisdicción del monasterio de San Bernardo de Sacramenia, una de las primeras fundaciones cistercienses en España? ¿Dependieron de San Frutos de Duratón y de Silos? La gran reforma del templo se hace en el siglo XVIII cuando se inaugura, en arte barroco, el retablo mayor, los retablos y altares que hay a los lados del presbiterio (dedicados a San Vicente Ferrer, 1350 -1419, y San José) y el altar y retablo lateral centrado por una imagen de vestir de la Virgen. Todo ello es un trabajo impresionante, labrado en madera y luego estucado, pintado y con pan de oro en

—154—


algunas molduras, y está pidiendo limpieza y restauración. A ambos lados del altar de la Virgen, llamada del Rosario y usada tradicionalmente en la ceremonia del encuentro del domingo de Resurrección, están las imágenes de San Francisco de Asís (1181-1226) y Santa Águeda (¿?- 251). De época mucho más reciente es el altar y retablo donde están hoy San Isidro (Madrid hacia 1082-1172), San Antón (Egipto, 251-356) y San Antonio de Padua (Lisboa 1195-Padua 1231). También son de los siglos XIX y XX las imágenes del retablo mayor (excepto la Magdalena y el cuadro del Santo Niño Jesús, del siglo XVIII) y la Virgen de Fátima (situada sobre una palomilla en los años sesenta del siglo XX). Santa Lucía (hacia 283-310) es una de las imágenes del retablo mayor. Fue martirizada por decapitación en Siracusa hacia el año 310. Es una leyenda posterior la que dice que se arrancó los ojos, pues, habiendo hecho voto de virginidad para consagrarse a Dios, su pretendiente la acusó de ser cristiana ante el procónsul Pascasio, en tiempos del emperador Diocleciano. Entonces fue a ver a su pretendiente y le pregunto qué era lo que le gustaba de ella y él le respondió que sus ojos; entonces tomó una espada y se los sacó, los colocó en una bandeja de plata y se los entregó al joven pidiéndole que la dejara consagrar su vida a Dios. A esta leyenda se añadió en la Edad Media el episodio de que, estando Lucía en el tribunal, ya sin ojos, seguía viendo perfectamente. Por ello es invocada como protectora de la vista. Otra imagen del retablo mayor es San Mamerto, obispo de Vienne (Francia), muerto poco después del año 475. Fue fundador de las rogativas, que estableció para pedir remedio contra las calamidades que asolaron su ciudad. Que sea un santo francés abonaría la hipótesis de que algunos repobladores llegaron de Francia a través del Camino de Santiago. Completan el retablo las imágenes de la Virgen del Carmen, la Inmaculada y los Sagrados Corazones de Jesús y de María. (Ver rogativa). El Cristo que ocupa la pared frontal de la nave lateral sur es de época barroca y tuvo faldillas moradas hasta los años setenta del siglo XX. Está en el mismo lugar que ocupaba su retablo, eliminado tras las reformas del Concilio Vaticano II y por estar muy deteriorado. Era un pequeño retablo hecho por 220 reales en Segovia en 1732, de donde se trajo junto con la imagen pagando por los portes 42 reales. Las imágenes se tapaban totalmente con telas moradas durante toda la Cuaresma hasta la noche del sábado de Pascua de Resurrección. En las misas de aniversario por los difuntos se ponía un túmulo o catafalco cubierto de telas negras y sobre él unos fémures y una calavera. El día del Corpus se alfombraba el suelo de la iglesia con plantas aromáticas y lo mismo se hacía en las calles por donde iba a pasar la procesión (Ver hoja de romana, cantueso y pluma de Santa Teresa). El púlpito con tornavoz ocupaba la esquina, izquierda para los fieles, del presbiterio. La iglesia se reformó en los años posteriores al Concilio Vaticano II: se quitó el púlpito, se sacó el altar del retablo y se puso para decir la misa mirando a los fieles, se quitaron antiguas lámparas de aceite, se picó toda la iglesia y aparecieron los vestigios románicos ocultos bajo el yeso, se reorganizaron las imágenes manteniendo la mayoría de ellas, se quitó el altar del Santo Cristo y a este se le quitaron las faldillas moradas que lo cubrían, se quitaron los hacheros y los reclinatorios y se pusieron los bancos actuales, desapareció la costumbre de echar responsos al final de la misa, las vestiduras negras para los funerales se cambiaron por moradas, dejaron de taparse las imágenes en Cuaresma y de ponerse túmulos en las misas por los difuntos. En la sacristía se guardan imágenes que en otro tiempo estuvieron en el templo: un cristo románico, una graciosa imagen de San Mamerto y una pequeña de la Inmaculada (Maristela). Un confesionario antiguo se lo llevaron a Fuentesoto. Atrás y arriba está el coro con un armonio. Aún hay dos

—155—


curiosidades más en la parte de atrás: una tabla que perteneció a un sagrario gótico del siglo XV (anterior seguramente al actual, acorde con el retablo barroco) y un cuadro bordado a devoción por Ana Pascual muy a principios del siglo XX. (Ver cura, cuaresma, semana santa y Magdalena). Iguala: Pago que se hacía, en virtud de un convenio, para tener derecho a atención médica. Ejemplo: Ya hemos paga[d]o la iguala. Ijada: Ver aguijada. Ijar: (Del latín ilia, ijares). Cada una de las dos cavidades simétricamente colocadas entre las costillas falsas y los huesos de las caderas, tanto en el hombre como en algunos mamíferos. Se usa en plural: los ijares. Implar: (Del latín implere, llenar, cruzado con inflare). Estar muy lleno o inflado por haber comido mucho. Se una mucho como pronominal: implarse. Ejemplo: Me he chiscao media sandía y estoy implao. Indición: Vulgarismo por inyección. (Ver médico). Indino: (Del latín indignus). Forma vulgar de indigno, que convive también con la pronunciación endino. Significa travieso, descarado, trapisondista. Ejemplo: ¡Ya ves cómo está el corral! Las gallinas, alborotadas, porque Florencio, el muy indino, no ha parao de espantar a los animales. Influencias: (Del latín influens,-ntis, participio activo de influere, fluir sobre un líquido; penetrar insensiblemente, insinuarse). Personas con poder o autoridad, que pueden intervenir en favor de algún conocido para beneficiarle o darle ventaja en algún asunto de interés. Se emplea mucho en la frase tener influencias. Expresiones equivalentes a tener influencias: tener buenos agarraderos, tener buenas aldabas. (Ver aldaba). Ejemplos: ¿Dónde vamos a ir si no tenemos influencias?; creemos que aprobó por influencias; habla con don Mauricio, que ese tiene muchas influencias sobre los del tribunal de oposiciones; decían que iban a acabar con las influencias, pero… ¡qué va…! Siguen y seguirán... (Ver recomendación, bula, aldaba, tejemaneje). Injerto: (Del latín insertus, introducido). Parte de una planta con una yema al menos, que, aplicada al patrón, se suelda con él. Inocente: (Del latín innocens, -entis). 1) Crédulo, sin malicia. 2) Deficiente mental. (Ver falto,-a). Inopia: (Del latín inopia). Se usa en la frase coloquial estar en la inopia: Estar distraído y no haberse enterado de lo que otros ya saben. Inquina: (Quizá de inquinar, y este del latín inquinare). Aversión contra alguien, tirria. (Ver tirria). Intemerata: (Del latín intemerata, no manchada o no contaminada). Se usa para indicar que algo ha llegado a lo sumo. Ejemplo: Llovió la intemerata; el agua llegó hasta la cocina. Intierro: Vulgarismo por entierro. Son de uso común y coloquial frases como ¿quién te ha dado vela en este entierro?, no tienes vela en este entierro o nadie te ha dado vela en este entierro, para dar a entender que alguien se está metiendo donde no le llaman. Invernizo,-za: (De invierno). Propio del invierno. Se aplica a la lluvia fina y lenta, que va calando poco a poco. También existe la variante hibernizo, con la h y la b etimológicas del latín hibernum. Ejemplos: Llueve invernizo; ¡Qué buena es la lluvia inverniza! En algunas partes, envernizo, se ha interpretado como en vernizo o en bernizo, formando una locución adverbial de modo, como lo son llueve en gordo, llueve a cántaros, y otras por el estilo.

—156—


Ir a nidos: Actividad furtiva que realizaban los chicos para descubrir dónde habían hecho nido los pájaros. Los padres solían regañarlos, porque consideraban que, una vez descubierto el nido, con tanto ir y venir, los pájaros que andaban criando terminaban aburriéndolo. (Ver aburrir). Todos sabían un refrán, un tanto forzado por la necesidad de la rima, que decía: Abril,/ Hueveril,/Mayo,/Pajarayo. Irrigación: Lavativa, enema. Consiste en la introducción de agua templada por el ano ayudándose de un recipiente conectado a una perilla, a fin de limpiar y descargar el vientre. Irse: Morirse. Así, por ejemplo, en esta sentencia: Pobre del que se va, que el que se queda Tarde o temprano se consuela.

J Jalbegar: (Del latín *exalbicare, blanquear). Blanquear las paredes con cal, yeso o tierra blanca. La RAE recomienda enjalbegar. También recoge la forma jabelgar. Ejemplo: Vamos al Terrero, que sale una tierra mu blanquita, estupenda pa´ jalbegar. Jalbiegue: Preparación de agua y cal, yeso o tierra blanca con la que se jalbiega. Delibes usa la forma jalbegue. Jalipeo: (Quizá de jaleo). Jarana, juerga, jolgorio, juego, diversión. No recogido por la RAE. Jalipear: (De jalipeo). Jugar, andar de jolgorio, divertirse. Ejemplo: Los niños quieren jalipear, así que lo mejor que pueden hacer es irse a la calle de jalipeo. Jalvias: (Quizá de salvia, con pronunciación palatal primero y luego velar, por influjo del dialecto mozárabe). Con el nombre genérico de jalvias se designaba una serie de pequeñas plantas, de un porte parecido al de la salvia, que se segaban, una vez secas, y ardían muy bien en la lumbre baja, dando un rápido calentón en los días fríos y haciendo arder la leña más gruesa que mantiene el rescoldo. (Ver salvia). Palabra no recogida por la RAE. Jamacuco: (De zamacuco, y este quizá del árabe clásico samakúk, necio malicioso). Enfermedad repentina y pasajera. Palabras de significado parecido son patatús, arrechucho y soponcio. Jamar: comer. Se usa también como pronominal: Se ha jamao to´ las galletas. Jáquima: (Del árabe hispano sakíma). Cabezada de cordel, que suple por el cabestro, para atar las bestias y llevarlas. (Ver enjaquimar). Jarana: (De origen incierto). Diversión bulliciosa y alborotada. Jarca: (De harca, este del árabe marroquí harka, campaña militar, y este del árabe clásico haraka, movimiento). Despectivamente, grupo de gente parecida, a menudo bullanguera y desenfadada. (Ver recua). Jarrear: Sacar frecuentemente agua del pozo. Ejemplo: Hace mucho que no se jarrea el agua de este pozo, así que estará llena de gusanos. Jarrillas: Aislantes de cristal de los postes del teléfono o de la luz sobre los que pasaban los cables. Jaspea[d]o,-da: (De jaspe). Veteado o salpicado de pintas como el jaspe. Ejemplo: Te estoy haciendo un jersey jaspea[d]o pa[ra] este invierno.

—157—


Jergón: (Del aumentativo de jerga, tela tosca, colchón de paja o hierba). Colchón de paja, esparto o hierba y sin bastas. Jeringar: (De jeringa, y este del latín siringa). Molestar, jorobar. (Ver gibar). Jijas: (Quizá del mismo origen que chicha). Persona endeble, delgaducha, escuchimizada. Ejemplo: Pepito es un jijas, un tirillas y un lameruzo. (Ver escuchimiza[d]o, tirillas, lameruzo). Jimpliar: (De himplar quizá por cruce con jipiar, de la onomatopeya jip, jip, del gemido). La RAE recoge himplar y jipiar, no jimpliar. Lloriquear, gimotear, hipar. Jinglear: (De jinglar, y este del francés antiguo jangler, burlarse, parlotear). La RAE recoge jinglar, no jinglear. Se usaba en el sentido de gritar, bromear, armar jaleo o andar de juerga de acá para allá. A menudo, pronunciado como jingliar. Ejemplo: ¡Cómo le gusta andar jingliando a la Maxi! ¡Qué cosas, eh! ¡Lo que es la juventud! ¡Que aproveche ahora que puede! Jipío: (De hipido). Se usaba como amenaza con el significado de sopapo. Curiosa evolución semántica a partir de su uso en el cante jondo para indicar los gritos y lamentos de los cantaores. Ejemplo: ¡Para ya y deja de moniar, que doy un jipío! Jirle: Excremento del ganado lanar y cabrío. La RAE recomienda sirle (voz de origen prerromano). De una pronunciación palatal -sirle/ chirle- se pasó, por influjo del dialecto mozárabe, a una pronunciación velar –jirle- (Ver chirle). Es lo mismo que sucedió con salvia/ jalvia, y quizá con jijas (de chichas). Joder la marrana: (De joder, del latín futuere y marrana, que aquí es un homónimo de la hembra del cerdo, pero no tiene nada que ver, pues es palabra que procede del francés merrain, madero del fondo de un pozo). Frase coloquial vulgar, de uso muy difundido en todo el ámbito de la lengua española, en la que marrana significa eje de la rueda de la noria. El que estropea ese eje (la marrana) hace que no pueda funcionar la noria, con todos los inconvenientes que eso trae consigo. Jofaina: Ver palancana y palangana. Jolín, Jolines: Interjección que expresa protesta, admiración o enfado. Ejemplo: ¡Jolines! Podías haberme avisao y habíamos ido juntas a la fiesta de Cobos. Jorguete: Poca ropa. Es palabra no recogida por la RAE, que se emplea en las frases estar en jorguete o ir en jorguete, que es tanto como decir llevar muy poca ropa o ir muy destapado. En las altiplanicies mesetarias recomiendan no ir en jorguete, pues, aun en los días de calor, el viento puede cambiar de improviso y venir una rasca que deja constipada a la gente. En ese contexto se acuñaron refranes como estos: 1º) Hasta el cuarenta de mayo,/No te quites el sayo,/Y para estar más seguro,/ Hasta el cuarenta de junio. 2º) Ni en invierno ni en verano/ Olvide la capa el amo. 3º) Quítate la capa/ De Santiago a Santa Ana. (Huelga decir que Santiago es el 25 de julio y Santa Ana el 26). Jornal: (Del provenzal jornal, derivado del latín diurnus). Lo que gana cada día un trabajador, sueldo. Jota: (Del antiguo xota, este del mozárabe sawta, salto, y este derivado del latín saltare, bailar). Baile tradicional al son de gaita y tamboril. Juan lanas: Hombre apocado y fácilmente manipulable. Juego pelota: Frontón. Jueves lardero: Jueves que precede al carnaval, anterior al llamado domingo gordo. Como despedida de las carnes, se comían torreznos y chorizos, aprovechando ya este jueves y el posterior domingo. Los adjetivos gordo y lardero hacen alusión a esos alimentos grasos, prohibidos durante toda la Cuaresma, que empieza el Miércoles de Ceniza. (Ver Cuaresma, Miércoles de Ceniza, domingo gordo y lardero).

—158—


Julepe: (Del árabe hispano gulláb, este del árabe gul[l]ab, y este del persa gol ab, agua de rosas). Juego de naipes en que se pone un fondo y se señala triunfo volviendo una carta, después de repartir tres a cada jugador: Por cada baza que se hace se gana la tercera parte del fondo, y quien no hace ninguna queda obligado a reponer el fondo. El fondo puede ser dinero o algo simbólico para pasar el rato como garbanzos o alubias. Jupa: Trabajo o ejercicio prolongado y que requiere mucho esfuerzo. Se usa en frases como darse o pegarse una jupa. (Ver soba). Esta acepción no la recoge la RAE. Juramento: Blasfemia. Justo: Con valor adverbial, ahora precisamente. Ejemplo: Si llegas hace un segundo, la encuentras; justo ahora acaba de salir.

K Katiuskas: (Del nombre propio ruso Katjusa, hipocorístico de Katjia, y este de Ekaterina, Catalina). Botas de goma u otro material impermeable, de caña alta, para no calarse los pies cuando hay que meterse en lugares con bastante agua. Las usan los pescadores para meterse en los ríos donde cubre por debajo de la rodilla y las usaban algunos niños para poder meterse en los charcos. (Ver cachuscas). Ejemplo: Se pasa el día chapu-chapu, metiéndose en to[dos] los charcos con sus cachuscas [katiuskas].

L Lagar: (De lago). Edificio donde había un recipiente donde pisar la uva para sacar mosto. Se hundió y el pueblo perdió otra de sus señas de identidad. Lagarearse: Estrujarse un poco la uva (y por extensión, cualquier fruta) con el traqueteo del transporte. Lagarejo: Hecho de que un mozo estrujara una uva sobre el moflete de una moza. Esta solía correr para evitarlo, pero si el chico corría más acababa con la cara pintada por la uva y por el rubor. Ejemplo: Corre, Pili, corre, que viene el Mauri a darte un lagarejo. Lagareta: Lagar pequeño. Hubo una que se hundió. Lagarta: Mujer astuta y taimada. Ejemplo: ¡Menuda lagarta está hecha la Tesi! Lamerón,-a: (De lamer, y este del latín lambere). Se dice de la persona golosa. La RAE recoge laminero,-a como sinónimo, derivado de lamín (golosina, en Argentina). Lameruzo,-a: (De lamer). Aficionado a golosinas y chucherías, pero que rehuye la comida de fundamento. Palabra no admitida por la RAE. Ejemplo: ¡Qué lameruzo es mi chico! No le des un buen asao o unas buenas alubias, que ni las cata, pero se pirra por las natillas y los caramelos. (Ver gulusmear, jijas, escuchimiza[d]o, tirillas). Lámpara: (Del latín lampada). Mancha en la ropa, especialmente cuando es de grasa. Lamparilla: Pequeña lámpara consistente en una tacita o vaso con agua y aceite, y con una torcida o mecha, para iluminar la capillita de la Sagrada Familia que se llevaba de casa en casa. Lamparón: (De lámpara, esta de lámpada, esta del latín lampada, acusativo de lampas,-adis, y este del griego lampás,-ádos). Mancha grande en la ropa.

—159—


Lancha: (De origen incierto). Piedra más bien grande, lisa, plana y no muy gruesa. Laña: (De lañar, y este del latín laniare, desgarrar). Grapa de metal para unir o sujetar las partes de un objeto que se ha roto, para poder seguir usándolo. Lañador: Hombre que compone objetos rotos, especialmente de barro o loza, mediante grapas de metal, llamadas lañas. (Ver componedor, estañador, quinquillero). Lardero: (De lardo, y este del latín lardum, que a su vez proviene de laridum, tocino, manteca de cerdo). Graso, pingüe, mantecoso. Se usa en el sintagma jueves lardero. (Ver jueves lardero). Larguruto: (Quizá del cruce de estas dos variantes admitidas por la RAE: langaruto y larguirucho). Langaruto, según Corominas, procede de largaruto por disimilación. Ejemplo con la variante larguruto, no admitida por la RAE: ¡Uuuh, qué huevo más larguruto ha puesto esa gallina! Seguro que tiene dos yemas. Lasca: (Del alto alemán antiguo laska). Trozo pequeño y delgado desprendido de una piedra. Lastra: (De origen incierto). Lancha. Se llaman lastras los terrenos pedregosos con piedras grandes y más o menos lisas en la superficie, inservibles para cultivar, pero buenos para el pastoreo y las colmenas, porque en las fisuras de las piedras y en el manto térreo que queda entre ellas suelen crecer tomillos y espliego. Lata: Chopo joven y recto. Lebrato: Cría de liebre. Lechazo: Cordero lechal, es decir, que solo ha tomado leche para alimentarse. Lechigada: (De lechiga, cama, y esta del latín lectica, litera, cama portátil). Conjunto de animales que han nacido de un parto y que se crían juntos en el mismo sitio. Legua: (Del celtolatín leuga, quizá de origen prerromano). Medida itineraria, variable según los países o regiones, definida por el camino que regularmente se anda en una hora, y que en el antiguo sistema español equivale a 5572,7 m. Lejotes: (De lejos, y este del latín laxius, adverbio comparativo de laxus). Muy lejos. Superlativo popular de lejos, especialmente en el lenguaje de los chicos. Lenchiterna: (De leche interna con metátesis). Planta glauca, con cepa leñosa pero endeble y flores de color amarilloverdoso dispuestas en umbela. Vive en cunetas, ribazos y baldíos y florece a principios de primavera. Sinónimos: Lecherina, lechetrezna, chirrihuela, lechera, lecheinterna, lechinterna, leche de bruja.

Lechetrezna (Euphorbia serrata) Letaina: Letanía. La palabra vulgar se ha formado al romper el hiato y hacer una metátesis. La letanía estaba formada por una larga serie de invocaciones a la Virgen o a los Santos, a las que solía contestar el pueblo diciendo ora pro nobis (ruega por nosotros). Usando esta palabra había una rima que decía: Lunes letaina,/ martes letaina,/ miércoles letaina,/ jueves la Ascensión/ y toda la semana/ de procesión.

—160—


Leto,-a: (Quizá de paleto, con aféresis de la sílaba pa). Tonto, bobo, lelo, alelado. Palabra no recogida por la RAE. (Ver quedarse leto). Lezna: Punzón con mango de madera, usado para hacer agujeros. Lía: (De liar). Cuerda para tender la ropa. Las antiguas eran de esparto trenzado. Libra: Medida de peso, equivalente a 16 onzas o 460 gramos. Librillo: Ver librito. Librito: (Del diminutivo de libro, del latín liber, libri). Pequeño estuche de cartulina roja con las hojas de papel de fumar. Hubo unos libritos o librillos de papel de fumar que tenían una hoja roja para avisar al fumador que se estaba acabando y que era momento de comprar otro. La metáfora de “la hoja roja” como aviso de un final próximo le sirvió a Miguel Delibes para titular su novela. Liebre: (Del latín leporem, Acusativo de lepus,-oris). Mamífero del orden de los Lagomorfos, que mide unos 7 dm desde la cabeza hasta la cola, y de 20 a 24 cm de altura. Tiene el pelaje suave y espeso de color negro rojizo en la cabeza y lomo, leonado en cuello y patas, y blanco en pecho y vientre, la cabeza proporcionalmente pequeña, con hocico estrecho y orejas muy largas, de color gris con las puntas negras, el cuerpo estrecho, las extremidades posteriores más largas que las anteriores, y la cola corta, negra por encima y blanca por debajo. Animal tímido, solitario, veloz. Vive preferentemente en las llanuras, no hace madrigueras y descansa en camas que cambia a menudo. Su carne es comestible y muy apreciada y su piel, más estimada que la del conejo. Codicia de todos los cazadores en Castilla. En sentido humorístico coger una liebre significa caerse al suelo por un tropezón, resbalón u otra causa inesperada.

Liebre ibérica (Lepus granatensis granatensis) Limonada: (De limón). Bebida propia de festejos, hecha con vino tinto y frutas, especialmente trozos de limón y naranja. Limoncillo: Arbusto de entre 1 a 3 m de altura, densamente ramificado y cubierto de espinas; las hojas son trilobuladas o pentalobuladas, profundamente crenadas, con las nervaduras bien marcadas. Las flores son acampanadas, axilares, surgen solitarias o en pares, pedunculadas. El fruto es una falsa baya comestible de apariencia pilosa y normalmente de color verde, aunque en ocasiones se dan variantes rojas y púrpura oscuro. Nombres científicos: Ribes uva-crispa, Ribes grossularia. El nombre popular de limoncillo se debe a su sabor ácido que recuerda al del limón. Suele recogerse entrada la primavera. Lo llaman, en otras zonas, acigüembre.

—161—


Limoncillos (Ribes uva crispa y ribes grosularia) Lindar: (Del latín limitare). Estar contiguas dos fincas. Linde: (Del latín limes,-itis, límite, frontera, muga). Límite entre fincas, marcado por hitos. Lindero: Línea que delimita dos fincas contiguas. Viene a ser sinónimo de linde. Líneo: Conjunto de cepas agrupadas en una línea, surco recto donde hay plantado algo. A veces, por la tendencia antihiática del castellano, se oye linio. Ejemplo: Cada uno coge su líneo a ver quién se lo vendimia antes. Linio: Ver líneo. Llega[d]o,-da: Se dice de un fruto refiriéndose a su punto óptimo de maduración. Ejemplo: Aquellas uvas están en agraz; esas, casi pasadas; estas sí que están llegadas. (Ver pasa[d]o). Llegar al humo de las velas: Llegar cuando algo ha terminado. Frase muy generalizada, procedente del ámbito litúrgico, en el que las ceremonias y ritos acaban con el apagado de las velas, que humean unos segundos tras ser apagadas. Llorar como una Madalena: Frase muy generalizada. Madalena suele decirse por Magdalena en pronunciación popular relajada. Significa llorar mucho y de forma sincera, como es tradición que lo hizo María de Magdala a los pies de Jesús. (Ver Magdalena). Lloraviernes: Niño que llora muy a menudo, de forma prolongada y por motivos muy baladíes. 2) Persona que se queja y lamenta constantemente, queriendo hacer ver que es la más desafortunada del mundo. No recogido por la RAE. Llueca: Clueca, con palatalización del grupo cl. (Ver clueca). Longaniza: (Del latín vulgar lucanicia, influido por longus,-a,-um). Pedazo largo de tripa estrecha, rellena de carne de cerdo picada y adobada. Longuis (hacerse el longuis): Hacerse el desentendido. Lorza: (De alforza). Pliegue que se hace en una prenda para acortarla o como adorno. Lucera: (De luz). Ventanita abierta en una estructura cilíndrica que comunica con la bodega para que corra el aire y deje salir el tufo producido al fermentar el mosto. Para la RAE es una claraboya abierta en la parte alta de los edificios. Lucerina: Lucerna, especie de lamparilla. No recogida por la RAE. Lucero: (De luz). Dicho de un toro, de un caballo o de un macho: De pelo oscuro y con una mancha blanca en la frente. Lujerón,-na: (De lujo, del latín luxus). Amante del lujo y de lo limpio. Se aplica a las gallinas y a las palomas, que se cagan en lo más barrido, mientras el ama exclama: ¡Qué lujeronas…! Palabra no recogida por la RAE.

—162—


M Machaca: (Acortamiento de machacante, este de machacar, y este de machar). Soldado destinado al servicio de un superior. (Ver recomendación). Ejemplo: No le va mal a mi chico en la mili, pues está de machaca de un coronel y así le dan muchos permisos. Machar: (De macho, y este del latín marculus, martillito). Golpear algo para romperlo. Se emplea cuando se golpea con la mano del mortero o del almirez los ajos u otros condimentos para desmenuzarlos y sacarles la sustancia que se echará a la salsa de un guiso. En otras partes, prefieren el verbo majar. Machar el ajo: Crotorar, ruido que hace la cigüeña con el pico para llamar la atención de su pareja y que recuerda el de los crótalos o castañuelas o el de la mano del mortero al machar algo en él. Macho: (Del latín masculus). Mulo. La yunta de machos era la fuerza de trabajo principal de un agricultor. Gran desgracia era que a alguien le robasen la yunta. No hay que confundir estos homónimos: Macho (de masculus), con que se designa en general al animal de sexo masculino, y macho (de marculus), que significa mazo grande que hay en las herrerías para forjar el hierro. Se distinguían: Macho burreño (hijo de burra y caballo) y macho yeguato (hijo de yegua y burro, más rápido que el burreño, pero menos fuerte). (Ver mulo). Machón: (Aumentativo de macho, y este de masculus). Viga muy gruesa que sujeta una parte importante de la estructura de un edificio. Machonero,-a: Se dice del pilar o viga que sujeta una parte importante de un edificio. Ejemplo: Como quites la viga machonera, se te viene abajo to[da] la casa. Machorra: Oveja que no cría, por ser estéril. Machucar: (De machar). Machacar, golpear algo para aplastarlo o quebrarlo. Machuela: Fruto del majuelo o espino albar, llamado Crataegus monogyna. (Ver majuela). Macuca: Planta perenne de la familia de las Umbelíferas, de raíz globosa, hojas con lacinias y peciolos largos, flores blancas muy pequeñas y fruto parecido al del anís. Se cría en la pedriza y su raíz se come. Nombre científico: Bunium macuca=Bunium alpinum, subespecie macuca. Otros nombres populares: castaña de tierra, jurgas.

Florecillas de macuca (Bunium macuca) Madre: Tela de vino que produce vinagre. Maestra: (Del latín magistra). Mujer con el título de magisterio por una Escuela Normal, que regentaba la escuela unitaria del pueblo, enseñando todas las bases de la cultura entre los 6 y los 14 años. Entre los años 1957 y 1974, hubo seis maestras. Los niños empezaban la escolaridad a los 6 años y terminaban a los catorce,

—163—


obteniendo el Certificado de Estudios Primarios. Quienes, según criterio de la maestra y de los padres, podían seguir estudios de bachillerato eran preparados para las pruebas de ingreso en un instituto, colegio religioso o seminario, donde, entre los 10 y los 14 años, se hacía el bachillerato elemental y la reválida. Para atender tanta diversidad en la escuela unitaria del pueblo, se dividía el alumnado en tres grandes grupos: Los pequeños (de 6 a 8 años), los medianos (de 9 a 11 años) y los mayores (de 12 a 14 años). Los pequeños usaban cartilla y catón, aprendían la lectura básica y la escritura y, a veces, eran ayudados por los mayores más aventajados. No había un libro por asignatura, sino que todo se solucionaba con tres enciclopedias por niveles: Grado elemental (pequeños), grado medio (medianos) y grado superior (mayores). Actividades básicas eran: leer, hacer cuentas y problemas, hacer dictados, copiar las lecciones y aprender los conceptos básicos. Era muy importante memorizar los temas. Se escribía con lápiz a sucio. Una vez corregidos los problemas, se pasaban a limpio con pluma. En el cuaderno de limpio se copiaban las lecciones, y los dibujos, una vez diseñados con toda la exactitud posible, se coloreaban con pinturas “Alpino”. La maestra tenía autoridad absoluta sobre sus alumnos. Podía darles unos palos con la vara, ponerlos de rodillas y con los brazos en cruz, darles una torta si era necesario, castigarlos sin recreo y sin comer. Los padres nunca se oponían. Incluso le decían a la maestra: Zúrrele si le hace falta. Había clases por la mañana, de diez a una, y por la tarde, de tres a cinco. Después de la una, había permanencias (como sucedió con doña Asun), pagando un módico precio, para redondear el exiguo sueldo que entonces cobraban. Entre los deberes ocupaban un lugar preferente las cuentas largas y los problemas. Se daba mucha importancia a la ortografía y había dictados con homófonos para ver si los alumnos se confundían: Quisiera que vinieses para que vieses los bieses del vestido. En 1957 era maestra doña Sole, que usaba profusamente la vara para poner orden. Con ella las lecciones se estudiaban en voz alta y canturreando. La escuela era un guirigay de voces diversas. Maestras posteriores tenían otros métodos y no usaban la vara. A la maestra se la saludaba cuando se la veía por la calle. Los alumnos corrían ante su presencia y decían: Buenos días tenga usted, buenas tardes tenga usted. Vivían a pupilo en casa de algún vecino, es decir, con alojamiento y manutención por el precio que se pactase. Doña Asun estuvo viviendo sola un tiempo en la que fue casa de la señora Patricia, que se había ido a Madrid. Luego vivió en casa de un vecino a pupilo. Las maestras participaban en todos los actos religiosos y, con ellas, los chicos, y ocupaban un lugar preferente el día de la primera comunión. Durante el mes de mayo hacían aprender poesías a los niños para que las recitasen durante el piadoso ejercicio de las flores. A las maestras se las agasajaba lo mejor que se podía, llevándoles calducho, una cesta de uvas, unos huevos de las gallinas, etc. (Así era con doña Asun, cuando vivió sola). A principios de los años 60 hubo un plan nacional de nuevas construcciones escolares y en muchos pueblos como Tejares se hicieron escuelas nuevas y casa de maestros. Por la escuela nueva pasaron (siempre con el doña delante como entonces era preceptivo): Henar, Sagrario, María Luisa y María José. Esta última, en 1973, con la tendencia a las concentraciones escolares, hizo lo posible para que se

—164—


suprimiera la escuela, y los niños que había tuvieron que ir a la escuela-hogar de Carbonero el Mayor. (Ver escuela). Magdalena (Santa María Magdalena): Patrona de Tejares, El Vivar, Aldeasoña y otros muchos pueblos, tanto próximos como alejados. Durante casi dos mil años los cristianos han considerado a María Magdalena como una prostituta que, al escuchar un día las palabras amorosas de Jesús, se arrepintió de su pasado y se convirtió en discípula suya, dedicándole su vida y su amor. Sin embargo en el Nuevo Testamento no hay ni un solo episodio que refleje la imagen de prostituta que tenemos de ella. Como María era un nombre muy corriente, se le dio el sobrenombre de Magdalena por haber nacido en el pueblecito de Magdala, en la orilla occidental del lago de Galilea, cinco km al norte de la ciudad de Tiberíades. Aparece en cinco ocasiones en el Nuevo Testamento: 1.ª En Lc 8, 2-3, ayudando con sus bienes. Se nos dice que a Jesús le acompañaban los doce apóstoles y algunas mujeres que habían sido curadas, entre ellas María Magdalena, “de la que habían salido siete demonios”, y que ayudaban con sus bienes. De esto se deduce que la Magdalena tenía fondos para ayudar a Jesús en su ministerio. 2.ª En Jn 19, 25 y en Mc 15, 40, junto a la cruz y en el momento de la crucifixión. Dice Juan: “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la mujer de Cleofás y María Magdalena”. Y Marcos, hablando del momento de la crucifixión, dice: “Había también unas mujeres mirando desde lejos; entre ellas, María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y José, y Salomé; ellas lo habían seguido y servido cuando estaba en Galilea”. 3.ª En Mc 15, 47, mirando dónde ponían el cadáver de Jesús. Cuando José de Arimatea pide a Poncio Pilato el cadáver de Jesús, lo envuelve en una sábana y le da sepultura, dice Marcos: “María Magdalena y María la de José miraron dónde lo ponían”. 4.ª En Mc 16, 1, como una de las primeras en enterarse de la resurrección de Jesús. Algunas mujeres, entre ellas la Magdalena, van a visitar la tumba y la encuentran abierta y vacía; entonces un ángel les comunica que ha resucitado como lo había predicho. 5.ª En Mt 28, 9-10, en un fascinante encuentro con Cristo resucitado. Entonces Jesús la envía a anunciar a los apóstoles la buena noticia de su resurrección. ¿Qué fue lo que pasó para que la tradición la convirtiera en prostituta arrepentida y penitente? Se produjeron varias confusiones y mezclas entre los relatos evangélicos: a) La pecadora pública anónima que entró en casa de Simón el fariseo y lloró a los pies de Jesús, secándolos con sus cabellos y ungiéndolos con perfume, (Lc 7, 36-50) se identificó con la mujer de Magdala de la que Jesús había sacado siete demonios (Lc 8, 1-3), por ser relatos contiguos, por identificar los siete demonios con pecados vergonzosos y por considerar que Lucas no nombra a la pecadora pública por delicadeza hacia la Magdalena. b) La mujer de Betania que, poco antes de la muerte de Jesús, derramó sobre su cabeza un perfume muy caro (Mc 14, 3-9) fue, a su vez, identificada con la pecadora anónima de Lucas. Esto dio lugar a interpretar como la misma persona a La Magdalena con sus siete demonios, la pecadora anónima que unge los pies de Jesús y la mujer de Betania que le unge la cabeza.

—165—


c) Convertida por mala interpretación en prostituta, la tradición llegó a identificarla con la promiscua samaritana de los siete maridos (Jn 4) y con la adúltera pillada in fraganti (Jn 8), aunque algunos Santos Padres no compartían tales identificaciones. Para complicar aún más la cosa, el papa Gregorio Magno, en una homilía del año 591, identificó a las tres mujeres: María Magdalena con sus siete demonios, la pecadora anónima y la mujer de Betania. Actualmente los biblistas piensan que la Magdalena era una mujer muy enferma y que los “siete demonios” no aluden a todos los pecados, como afirmó Gregorio Magno, sino a graves enfermedades, de las que Jesús la curó; que la pecadora pública es una segunda mujer, de nombre desconocido y que la mujer de Betania es otra mujer diferente. Pero la confusión parte incluso del evangelista Juan que mezcla los relatos anteriores de Lucas y Marcos, dándole a la mujer de Betania los rasgos de la pecadora de Lucas. Por tanto, María Magdalena, enferma curada por Jesús y seguidora de él en todo momento, no es la prostituta arrepentida que la tradición nos ha legado. (Ver Llorar como una Madalena). Majada: Aprisco de ovejas. (Ver tenada). Majano: Montón de piedras. Ejemplos: 1) He limpia[d]o esa finca y he hecho un majano de tantas piedras como había. 2) Esa casa parece que tiene goteras y los dueños hace mucho que no se dejan caer por el pueblo. Como no lo remedien, pronto se convertirá en un majano como ya ha pasa[d]o con otras. Majuela: Fruto del majuelo. Majuelo (1): (De etimología discutida). Espino de hojas cuneiformes, dentadas y divididas en tres o cinco segmentos, flores blancas en corimbo y muy olorosas, pedúnculos vellosos y lo mismo las hojillas del cáliz, fruto rojo, dulce y de un solo huesecillo redondeado. Nombre científico: Crataegus monogyna. Majuelo (2): (Del latín malleolus, martillo, tipo de injerto, botón en forma de mazo). Viña. (Ver ba[r]cillar).

Espino albar, espino blanco o majuelo (Crataegus monogyna) ¡Malagueña cuchicharra!: (Quizá de malagueña con chicharra, por hacer de malagueña algo que da mala espina, por relacionarlo con mala por etimología popular, y chicharra, tanto por el sonido desapacible de este animal como por el que emiten ciertos juguetes infantiles que reciben también el nombre de chicharra). Locución interjectiva que indica recelo, resquemor, que hay gato encerrado, que hay intenciones ocultas, que algo da mala espina, que se oculta algo peor de lo que se —166—


dice o aparenta. Ejemplos: Aunque sus hijas dicen que está estupendamente…, ¡malagueña cuchicharra! ¡Si últimamente no sale del médico!; venían unos chalanes vendiendo un burro, pero…¡malagueña cuchicharra! Algo tendrá cuando lo daban tan barato. Malhada[d]o,-a: (De mal y fatum, hado, destino). Estropeado, echado a perder. La RAE lo define así: Infeliz, desgraciado, desventurado. (Se opone a bienhadado). Malhadar: Estropear, echar a perder. La RAE no recoge este verbo. Ejemplo: Cómete el pan y no lo malhades, que cuesta muchos sudores. Malmeter: 1) Hablar mal de una persona, incluso con mentiras y calumnias, para que quien oye se predisponga negativamente contra ella. 2) Meter cizaña y aconsejar mal para que otro cometa aciones reprobables. Malqueda: Informal, que no cumple lo prometido. Ejemplo: Dijo la Uti que iba a venir y ni ha venido ni ha llamao pa[ra] dar razón. ¡Es una malqueda de tomo y lomo! Maluca (La): Topónimo con el que se designa una lagunilla que hay entre el término municipal de Castro y Tejares, la cual, alimentada por una fuentecilla, llamada La Salvadora, servía como abrevadero para el ganado, pero también para lavar en ella la ropa. Desde Tejares, no había nada mejor ni más cerca, por lo que las mujeres iban, atravesando peñascos, a lavar la ropa en ella, llevándola a lomos de un burro. Malva: (Del latín malva). Planta de la familia de las Malváceas, con tallo áspero, ramoso, casi erguido, de cuatro a seis decímetros de altura, hojas de pecíolo largo, con estípulas partidas en cinco o siete lóbulos dentados por el margen, flores moradas, axilares, en grupos de pedúnculos desiguales, y fruto con muchas semillas secas. Es planta abundante y muy usada en medicina, por el mucilago que contienen las hojas y las flores. Esta planta tan popular ha dado lugar a una amplia fraseología: criar malvas es estar muerto y enterrado; ser una malva o como una malva es ser apacible y bondadoso; quedarse, estar o dejar a alguien como una malva es volverlo dócil y calmado por efecto de una regañina o de un castigo.

Malva silvestre (Malva sylvestris) Malvarrial: Es la forma popular de llamar a la malva real, haciendo un plural masculino, los malvarriales. La malva real (llamada también malva arbórea, malva loca o malva rósea) es una planta de la familia de las Malváceas, con tallo recto y erguido, de dos a tres metros de altura, hojas blandas, vellosas, acorazonadas, con lóbulos festoneados, y flores grandes, sentadas, encarnadas, blancas o róseas, que forman una espiga larga en lo alto del tallo. Se cultiva en jardines.

—167—


Malvarrial, Malva real o malvarrosa (Althaea rosea) Mamola: Barbilla. Se usaba, por ejemplo, en este juego que se hacía a los niños pequeños: ¡Mira, un pajarito sin cola! (Se decía mientras se invitaba al niño a mirar hacia arriba). Y cuando inocentemente miraba, se le hacía cosquillitas debajo de la barbilla diciendo: ¡Mamola, mamola, mamola…! Mamporro: (De mano y porra). Golpe, coscorrón, puñetazo. Manada: (De mano). 1) Rebaño o conjunto pequeño de animales. 2) Porción de espigas o hierbas que se puede coger de una vez con la mano. Ejemplo: He cogido en ese rastrojo una manada de espigas pa[ra] las gallinas. Si se trata de plantas medicinales, como el té de roca, se prefiere decir manojo. Mancera: (De un derivado del latín manus). Pieza curvada de madera colocada en la parte trasera del arado, sobre la cual lleva la mano el labrador para dirigir el arado. Sinónimo: esteva. Mandil: (Del árabe hispano mandíl, del arameo mandila, y este del latín mantile o mantele, toalla, mantel). Prenda para cubrir la delantera, metiéndosela con una cinta por la cabeza y atándosela por detrás alrededor de la cintura. Se usa en la cocina o en labores artesanales para no mancharse la ropa ordinaria. Actualmente, es palabra que convive con delantal. Manear: (De mano). Poner maneas a una caballería para que no se escape. Se dejaba a los machos aplicando los rastrojos y maneados [maniaos]. A un vecino, con aire algo fatalista, le oí decir en una ocasión: Si está de Dios que has de morir espatarrao, no sirve que te manees. Manflorita: (De hermafrodita). Dicho de un hombre: afeminado. Manguito: Funda en forma de media manga, usada por las mujeres para no pincharse al segar y para cubrirse los antebrazos en verano cuando no se podía ir a misa en manga corta. Manguza: (De manguzada>manguzá>manguza, de mano). La RAE admite manguzada, no manguza. Sopapo, bofetada. Manso,-a: (Del latín vulgar mansus, que sustituyó al clásico mansuetus). 1) Dicho de un animal: Que no es arisco, sino tranquilo y tratable. 2) En Tejares: En masculino, anfibio que se criaba en el Charco, más comúnmente conocido como tritón. Este también recibe el nombre de salamanquesa de agua. (Ver tritón). Manta de trapos: Manta que se hacía aprovechando todas las ropas viejas de la casa, para lo cual se cortaban en tiras y se hacían ovillos. Luego, un tejedor terminaba la labor haciendo una especie de mantas, que se usaban particularmente para cubrir los somieres de las camas. Tales mantas o piezas tejidas (para servir como alfombras, cortinones, etc.) son llamadas jarapas en Andalucía, palabra fromada a partir de harapo con aspiración de la h.

—168—


Manteo: (Del francés manteau). Ropa de bayeta o paño que llevaban las mujeres, de la cintura abajo, ajustada y solapada por delante. Mantón: Especie de manta, cuadrada o rectangular, de color negro, acabada en flecos, que usaban las mujeres para abrigarse, echándosela sobre los hombros doblada en pico. Manzanilla: (Del diminutivo de manzana). Hierba de la familia de las Compuestas, con tallos débiles, comúnmente echados, ramosos, de 2 a 3 dm de longitud, hojas abundantes partidas en segmentos lineales, agrupados de tres en tres, y flores olorosas en cabezuelas solitarias con centro amarillo y circunferencia blanca. La flor se usa en infusión como estomacal, antiespasmódica y febrífuga.

Manzanilla (Matricaria chamomilla) Maña: (Quizá del latín vulgar *mania, habilidad manual). Merienda. La expresión dar la maña significa ofrecer una merienda, en la que participan los obreros y los más allegados, cuando se da por terminada una obra o una parte importante de ella. Esta acepción no la recoge la RAE. Ejemplo: Cuando echamos el teja[d]o, les di la maña a los albañiles y con ellos merendaron también los familiares más allegados. Maquila: (Del árabe hispano makíla, y este del árabe clásico makilah, cosa medida). Porción de grano o harina que corresponde al molinero por la molienda. (Ver molinero). Maquilero,-a: Perteneciente o relativo a la maquila; encargado que cobra la maquila. El refrán sentenciaba: Cambiarás de molinero,/ Pero no de maquilero. Con ello se daba a entender, en sentido genérico, que, aunque cambien ciertas apariencias o circunstancias, en el fondo las cosas van a seguir igual o poco más o menos. Maraña: Trampa en el juego. Marañoso: Tramposo. Marcear: (De marzo, y este del latín Martius). Hacer el tiempo propio del mes de marzo. El refranero asegura: Cuando marzo mayea / Mayo marcea. Margaza: Ver amargaza. Marimandona: (De Mari, apócope de María, y mandona). Mujer a la que le gusta mucho mandar y que es autoritaria. Mariposita de Dios, cuéntame los dedos y vete con Dios: Cancioncilla infantil que se cantaba cuando una mariquita se posaba en la mano y, tras andar por ella con sus patitas, se echaba a volar por propia iniciativa o dándole un soplo. El nombre científico de este simpático insecto es Coccinella Septempunctata (tiene 7 puntos negros).

—169—


Mariposita de Dios o mariquita (Coccinella Septempunctata) Marranazo: Caída al suelo con fuerte impacto y golpe que sigue como consecuencia. Ejemplo: ¡Menudo marranazo que se ha pegao la Juana cuando corría a tometer! (Ver tometer). No recogida por la RAE. Marras: (Del árabe hispano márra, y este del árabe clásico marrah, una vez). Antaño, en tiempo pasado. La locución adjetiva de marras significa que algo es conocido sobradamente: No vuelvas a contar la historia de marras. La locución sustantiva lo de marras designa algo bien sabido y cuyo relato puede ahorrarse. Marrotar: La RAE admite malrotar (De un antiguo marrotar, influido por el prefijo mal y derivado de un adjetivo *manroto, manirroto). Disipar, destruir, malgastar la hacienda. En Tejares se usaba en lenguaje infantil con el sentido de destruir, deshacer, echar por tierra. (Ver esturrundir y esturrumpir). Martingala: (Del francés martingale). Artimaña para engañar o para otros fines. Se usa casi siempre en plural. Ejemplo: El caso es que siempre viene con sus martingalas y al remate se sale con la suya. ¡Mi[r]a tú si no es lista! (Ver alicantina, cantinela). Mastuerzo: (De nastuerzo, del latín nasturtium). 1) Planta de la familia de las Crucíferas, comestible. 2) Berro. 3) Majadero. 4) En Tejares, por cruce con escuerzo, sapo. (Acepción no recogida por la RAE). Más viejo que...: Para ponderar la vejez de algo o de alguien se usan expresiones populares como estas: es más viejo que Matusalén (de quien se dice que vivió 969 años: Gén. V, 25-27), es más viejo que San Antón (al que se representa muy anciano en la iconografía y con luenga barba), es más viejo que la nana/la pana/ la tana. Parece que originalmente se dijo nana, pero de ahí derivaron formas cercanas fonéticamente como pana (tejido fuerte con acanaladuras verticales, cuya antigüedad no es excesiva, pues su uso generalizado no va más allá del siglo XIX) y tana (palabra inventada que no figura en ningún diccionario). Matacaballo: Se usa en la locución adverbial a matacaballo, corriendo, con mucha rapidez. (Ver a matacaballo). Matanza: Faena de matar el cerdo y aprovechar su carne y sus despojos. En otro tiempo, constituía una fiesta familiar, que empezaba la víspera picando cebollas para hacer morcillas. Con un gancho se llevaba el cerdo hasta el tajo, donde el más experto le asestaba golpes certeros con el cuchillo para que sangrara. Esto era muy truculento y los gritos del pobre animal eran sobrecogedores. Una vez muerto, era chamuscado, abierto en canal, puesto a orear y destazado. Una muestra pasaba por el veterinario para prevenir la triquinosis. Los días siguientes se hacían todas las faenas conducentes a hacer chorizos, aprovechar los lomos, salar el tocino, etc. La frase coloquial disfrutar como un gato en una matanza o más que un gato en una matanza es de significado claro. (Ver cerdo y triquinosis). Material: Cuero. Ejemplo: Estos zapatos son de material. Matojo: Planta de monte muy poblada y espesa. Matraca: (Del árabe hispano matráqa, martillo). Se usa mucho en la frase dar la matraca: importunar, dar la lata, meter ruido sin parar, insistir machaconamente en algo. (Ver carraca). Maula: (De maular, y este de maullar). 1) Cosa inútil. 2) Engaño, artificio encubierto. 3) Persona tramposa o mala pagadora. 4) Persona perezosa y mala cumplidora de sus obligaciones. Ejemplos: 1) Cuenta, cuenta, que a ti maulas no te faltan (chismes, engaños). 2) Fulanito es un maula (perezoso o tramposo, según el contexto). Mayar: Maullar el gato.

—170—


Mayordoma: Señora encargada de cambiar el manto de la Virgen en la procesión del encuentro del día de Resurrección. Las mozas cantaban: Mayordoma, mayordoma,/ quítele el manto a María,/ quítele el manto de luto,/ que otro tiene de alegría. Mazacote: (Del italiano marzacotto, este del árabe mashaquniya, y este del siriaco msah qunya, literalmente ungüento de sosa). 1) Edificio que da la sensación de pesadez, faltándole esbeltez, airosidad y elegancia. 2) Comida demasiado densa, un poco dura y algo pegajosa, difícil de tragar. 3) Libro muy gordo y pesado. Estas son las acepciones más empleadas de las siete que da la RAE. Mazarrón: Pintura de color ladrillo para marcar a las ovejas. Mazo: (De maza, y este del latín vulgar *mattea). Martillo grande de madera. El refranero, aludiendo al sol fuerte que puede haber en marzo, sentenciaba con su gusto por la rima: En marzo,/ el sol da con el mazo. Medalla: (Del italiano medaglia). Irónicamente, azada. Media: (Del latín medius, -a, -um; sobreentendiéndose calza o fanega, según el contexto). 1) Prenda de punto, seda, nailon, etc., que cubre el pie y la pierna hasta la rodilla o más arriba. Jugando con el doble sentido, solía decirse: Las medias no son buenas ni pa´las piernas, porque se rompen, dando a entender que cuando se hacen trabajos y reparten ganancias entre dos, si uno de ellos es quisquilloso o poco trabajador, la cosa acaba en discusión y enemistad. 2) Sobreentendiendo fanega, medida para áridos equivalente a seis celemines. (Ver celemín y hemina).

Media fanega, equivalente a 6 celemines (entre 27 y 28 litros) Medianil: Pared que separa una casa de otra. Médico: (Del latín medicus). Persona legalmente autorizada para ejercer la medicina. El médico rural vivía en Fuentesoto, era médico de familia y, cuando alguien se ponía malo, se le pasaba recado y subía a hacer la visita, que solía ser muy breve, por lo que una visita rápida pasó a llamarse “visita de médico”. Solía llevar el fonendoscopio y mirar la lengua del paciente. Palpaba la tripa y hacía preguntas al enfermo. Era muy respetado. Hacía todo lo que podía con los pocos medios que entonces había. Era inusual que la gente fuera a un hospital a Segovia y, cuando sucedía, era muy mala señal. Los enfermos terminales acababan por lo común en su cama y en su casa. A veces, una inyección devolvía la salud al enfermo. Eran muy temidas las “indiciones”, como se decía vulgarmente. (Ver indición). Se consideraba mejor médico al que más recetaba. Los vecinos pagaban la iguala para tener derecho a asistencia médica. Cuando el médico terminaba la visita se lavaba las manos en la palangana. Los médicos rurales, en cuanto podían, se iban a la capital, donde había más medios. Con el cambio de las cosas, ahora existen centros de salud comarcales y la gente va al hospital cuando es necesario.

—171—


Mejunje: (Del árabe hispano mamzúg, mezclado). 1) Cosmético o medicamento formado por la mezcla de varios ingredientes. 2) Mezcolanza de varios alimentos que no casan muy bien entre sí. (Ver ajilimoje, comistrajo). Esta 2ª acepción no la recoge la RAE. Sí recoge otras dos variantes de esta palabra: menjunje y menjurje. Ejemplo: 1) No por darse muchos mejunjes es una más joven. 2) ¡Qué comistrajos y qué mejunjes hace la chica esta! Melindre: (De etimología discutida). 1) Delicadeza afectada y excesiva. 2) Dulce hecho con miel y harina. Melindroso: Que anda con demasiados remilgos y reparos, en la comida o en otras cosas. Ejemplo: Luisito es un melindroso que no come de na´. Melón: (Del latín tardío melo,-onis). Tonto, cabeza huera. Ejemplo: ¡Ay, qué melón…! Melonar: Tierra sembrada de melones y sandías, muy importante en la economía tradicional de subsistencia. Los últimos melones de la temporada acababan madurando metidos entre el trigo y eran llamados “melones de invierno”. (Ver sandiar). Mendrugo: (Del árabe hispano matrúq, tocado, marcado, influido por mendigo). 1) Trozo de pan duro. 2) Tonto, fatuo. Por asimilación progresiva de la e a la u de la sílaba siguiente, también puede oírse mondrugo. Ejemplo: ¡Ven p´acá, mondrugo, que te lo voy a explicar! Mentar: (De mente). Mencionar algo o a alguien. Ejemplo: Ahora mismito, según entrabas por la puerta, te estábamos mentando. Mentecato,-ta: (De mentecapto, y este del latín mente captus, falto de mente). Tonto, falto de juicio, privado de razón, de entendimiento escaso. Menudillos: (Del diminutivo de menudo). Interior de las aves (hígado, molleja, sangre, madrecilla y yemas). Merienda-cena: Comida que se hace un poco más tarde que la hora de la merienda y un poco antes de la hora de la cena, juntando ambas en una sola. Merino,-a: (Del latín maiorinus, perteneciente al mayor o a lo mayor). Dicho de una oveja o de un carnero: Que tiene el hocico grueso y ancho, la nariz con arrugas transversas, y la cabeza y las extremidades cubiertas, como el resto del cuerpo, de lana muy fina, corta y rizada.

Oveja merina Merluza: (De origen incierto). Borrachera. Esta acepción es de uso muy generalizado. Merluzo: Hombre bobo, tonto. Es de uso coloquial muy generalizado. Ejemplo: ¡Pero qué merluzo! ¿Cómo se le habrá ocurrido tirar el jamón al Charco? Mermar: (Del latín vulgar *minimare, de minimus). Menguar, disminuir, rebajar.

—172—


Mermeja: (De bermeja con asimilación de labiales, y esta del latín vermiculus, gusanillo). Pez teleósteo, fisóstomo, de río, de unos 5 cm de largo y con color que en unos es totalmente verdoso con una mancha negra junto a la cola y otros tienen bandas y manchas doradas y encarnadas. Los nombres más generalizados son bermeja y bermejuela, siendo este último el recogido por la RAE.

Mermeja o bermejuela (Rutilus arcasii) Mermellas: (De bermellón, con asimilación de labiales, y este del francés vermillon). Carúnculas rojas de los gallos y gallinas que les cuelgan debajo del pico. Ni esta palabra ni esta acepción las recoge la RAE. Meticón,-a: (De met[er] e –icón). Entremetido, que se mete donde no le llaman. Miaja: Ver mieja. Micho: Interjección usada para espantar al gato. Para la RAE micho equivale a gato en lenguaje coloquial. En otras partes usan zape para ahuyentar a los gatos Mieja: (De miaja, y esta de migaja). Porción muy pequeña de algo. La RAE admite miaja, no mieja. Mielga: (Del latín melica, variante de medica [herba], hierba médica, procedente de Media). Planta herbácea anual, de la familia de las Papilionáceas, de raíz larga y recia, vástagos de 6 a 8 dm de altura, hojas compuestas de otras ovaladas y aserradas por su margen, flores azules en espiga, y por fruto una vaina en espiral con simientes amarillas en forma de riñón. Existe también la llamada mielga de flor amarilla, que se diferencia de la común por tener vástagos leñosos, hojas en forma de cuña cubiertas de borra y vainas con aguijones.

Mielga común (Medicago sativa) y mielga de flor amarilla (Medicago falcata) Miércoles de Ceniza: Miércoles, que cae en fecha variable, con el que comienza oficialmente la Cuaresma. (Ver cuaresma). —173—


Mies: (Del latín messis). Cereal con cuya semilla se hace pan. Mieses: Sembrados, campos de cereales. Mildiu: Enfermedad fúngica de la vid, que afecta a las hojas cuando la temperatura y la humedad son favorables. El hongo que la produce es el Phytophtora infestans. Puede secar las hojas y arruinar la cosecha, por lo que hay que combatirlo con fungicidas. Por ultracorrección puede también oírse mildeu. Mingaina: (De minga, pene, abreviatura del nombre propio Dominga, por alusión a su pequeñez, y la terminación -aina, de tipo coloquial y festivo). Porción muy pequeña de algo, objeto insignificante, restos en ínfima cantidad, ración exigua, menudencia, minucia, adminículo. Es palabra no recogida por la RAE. Ejemplos: ¡Anda, comer eso! ¿Cómo vais a dejar esa mingaina?; ¿Quién te ha dao esa mingaina? Eso no llega ni al gaznate; vamos a terminar esta mingaina pa´ dejar limpio el plato. Mirasol: (De mirar y sol, variante de girasol). Planta anual, oriunda del Perú, de la familia de las Compuestas, con tallo herbáceo, derecho, de unos 3 cm de grueso y cerca de 2 m de altura, hojas alternas, pecioladas y acorazonadas, flores terminales, que se doblan en la madurez, amarillas, de 2 a 3 dm de diámetro, y fruto con muchas semillas negruzcas, casi elipsoidales, comestibles, y de las que puede extraerse un aceite bueno para condimento. Se cultiva para extraer aceite y también, aunque en menor escala, para consumir las semillas.

Girasoles o mirasoles (Helianthus annuus) Moca: (Del latín muccus). Moco acuoso que se forma en la nariz, a causa del frío intenso, al condensarse el vapor de agua del aire al espirar. Ejemplo: Con este frío se le cae a uno la moca. (Ver moco). No recogida por la RAE. Mocho,-a: (De origen incierto). Sin pelo, sin punta, sin ramas, sin cuernos…, según a quien se aplique. Ejemplos: 1) ¡Estás mocho! Sí que te ha pelao bien el barbero. 2) Un rayo dejó mocha la torre. 3) Han hecho una poda exagerada: han deja[d]o mocha a la olma. Además hay un uso típico en la frase la has hecho mocha, para indicar que aquel a quien se dice ha cometido una fechoría o ha llevado a cabo un estropicio mayúsculo. Mocido: (De enmohecido, por la secuencia está´nmoecido>está mocido). Vulgarismo por enmohecido, cubierto de moho. (Ver amocido). Moco: (Del latín muccus). 1) Humor espeso que segregan las mucosas y que, a menudo, fluye por las narinas. 2) El sintagma moco de pavo alude al apéndice carnoso y eréctil que esta ave tiene sobre el pico. Como se supone que tiene poca importancia, la frase no ser moco de pavo significa tener importancia y valor. Modorro,-a: 1) Inadvertido, ignorante. 2) Modorra: somnolencia, sopor profundo. 3) La modorra es una enfermedad grave que afecta al ganado lanar, producida por los

—174—


cisticeros de los cenuros que se alojan en el cerebro y que pueden alcanzar gran tamaño, causando aturdimiento patológico. Mogo: Moho. Es arcaímo. (Ver amogar, amocer, amocido, mocido). Moje: (De mojar). Salsa de cualquier guisado, donde se puede mojar o untar el pan. Mojete: Coloquial e irónicamente, cagajón. Acepción no recogida por la RAE. Mojiganga: (De bojiganga, y este de voxiga, variante de vejiga). Se usa en la frase hacer la mojiganga con el significado de hacer burla, hacer el ridículo, causar risa con muecas e imitaciones burlescas. La RAE define mojiganga como obra breve de teatro para hacer reír con figuras ridículas y extravagantes. Mojón: (Del latín hispano *mutulo,-onis, de mutulus). Piedra muy grande, o señal equivalente, con la que se marcan límites, fronteras, distancias, etc. Molinero,-a: (De molino y el sufijo -ero; y molino, a su vez, del latín molinum, y este del verbo molo,-is,-ere,-ui,-itum, moler). Oficio tradicional propio de la persona que se encargaba de un molino. Tenía como cometido moler el trigo a cambio de una cantidad de grano o harina, llamada maquila. (Ver maquila, maquilero). Las nuevas tecnologías fueron acabando con este oficio. Molino: (Del latín molinum). Máquina compuesta de una muela, una solera y los mecanismos necesarios para transmitir y regular el movimiento producido por una fuerza motriz. En Fuentesoto hubo un molino movido por la fuerza de caída del agua del arroyo. Molondro/molondrón: (De molondra, y este del cruce festivo de mondo, orondo y remolón). Hombre perezoso y torpe. Mollar: (De muelle, y este de mollis,-e, blando suave, delicado). Blando y fácil de partir. Mollera: (De muelle y -era). 1) Parte más alta del casco de la cabeza, junto a la comisura coronal. 2) Seso, prudencia, juicio, capacidad de aprendizaje. Así en frases como no le entra en la mollera y es duro de mollera. Mollete: (De muelle y -ete). Panecillo de forma ovalada, esponjado y de poca cochura, ordinariamente blanco. Mondarina: (De mondar). Mandarina (del portugués mandarim, propio de los mandarines de China; por alusión al color de su traje, sale naranja mandarina y, finalmente, mandarina). Variedad de naranja que se distingue por ser pequeña, aplastada, de cáscara muy fácil de separar y pulpa muy dulce. Como la mandarina se monda muy bien, se ha formado el sustantivo mondarina, ampliamente difundido, pero no recogido por la RAE. Mondongo: (De mondejo, y este quizá de bandujo). Preparado con el que se hacen morcillas y chorizos, empleando los intestinos del cerdo. Mondonguero: Enredador, entremetido, que manipula cosas que no entiende y termina estropeándolas. Mondrugo: Ver mendrugo. Moniar (por monear): (De mono). Hacer monerías, tontear, zascandilear. Monicaco: (Cruce de monigote y macaco). Hombre de mala traza, de poco valor. Aplicado a niños: revoltoso y picaruelo. Ejemplo: ¡Mira con lo que nos sale ahora este monicaco! ¿Habráse visto? ¡Monis, monis, monis…! : Interjección para llamar a los conejos. Monserga: (De origen incierto). Charla repetitiva, fastidiosa y pesada que se le da a alguien con ánimo de reprender, pedir algo o liberarse de alguna obligación. Ejemplo: Vete a hacer el reca[d]o y déjate de monsergas. Montes y morenas: Expresión coloquial para exagerar la magnitud o importancia de lo que se quiere, promete o espera. Se construye con los verbos querer, esperar,

—175—


pretender o prometer. Ejemplos: Ese quiere montes y morenas (desea algo muy grande e importante, por encima de su valía o méritos, o pretende quedarse con la mayor parte de una hacienda). La RAE recoge la expresión “montes y maravillas”. (Ver morena). Montonera: Montón, gran cantidad de algo acumulado con desorden. Moña: (Quizá de la raíz prerromana *munn-, protuberancia, bulto). Muñeca con la que juegan las niñas. Moñigo: (De boñigo). Cada uno de los trozos de los excrementos de las caballerías. Se usa en plural. Ejemplo: Han pasao los machos y han dejao la portada llena de moñigos. La RAE no recoge moñigo, solo boñigo y boñiga, refiriéndolas al excremento del ganado vacuno. Parece mentira, siendo palabra tan generalizada y recogiendo el doblete albóndiga/almóndiga. Moquero: (De moco). Pañuelo de nariz. (Han sido sustituidos por los kleenex). Morapio: (Del árabe hispano murabbí, y este del árabe clásico murabbà, electuario, por murabbab, hecho arrope). 1) Vino oscuro, tinto. 2) Porrón (por metonimia). (Ver porrón). Morato,-a: (De moro, en el sentido de negro, y -ato, sufijo que, en adjetivos, indica cualidad). Se dice del cerdo o cerda con la piel casi negra. (Ver cerdo). Ejemplo: Este año hemos comprao un marrano morato, que dicen que da mu buen resultao; por lo menos eso ha dicho el marranero que me lo ha vendido; a ver cómo lo cebamos pa que engorde. Esta acepción no la recoge la RAE, que sí incluye trigo morato, para referirse a una variedad de álaga (trigo muy parecido al fanfarrón) con el grano de color oscuro. (Ver fanfarrón). Morcilla: (Quizá de la raíz de morcón). Embutido hecho con sangre cocida, especias, cebolla y arroz. Mordisco: (De morder). Corta cantidad de alimento. Ejemplo: Voy a parar un poco pa[ra] tomar un mordisco y echar un trago. Morena: (De origen prerromano; cotéjese con el euskera muru, montón). Montón de mieses apiladas en el rastrojo o en la era. Es este el significado de morena en la frase querer montes y morenas, con la que se indica que alguien es muy ambicioso, similar a querer el oro y el moro. (Existen otros dos homónimos: A) Pez de hocico prolongado con dientes fuertes y puntiagudos. B) Color oscuro que tira a negro). (Ver montes y morenas). Morgas: Boceras, ribetes en torno a la boca. Acepción no recogida por la RAE. Ejemplo: Límpiate esas morgas, que vas cantando que has comido chocolate. Morgueras: Morgas. Acepción no recogida por la RAE. Morillos: (Del diminutivo de moro, por las figuras con que suelen estar adornados o por el color negro que adquieren en contacto con el fuego). Caballetes de hierro o soportes de piedra que se ponen en la lumbre baja para sustentar la leña, y, cuando la parte horizontal del morillo llega a tocar el suelo del hogar, evita que las ascuas salgan fuera de él.

—176—


Morillos Morral: (De morro). Especie de macuto, mochila, zurrón o escarcela, que se llevaba a la espalda generalmente, para guardar provisiones, ropa y otras cosas. Morrazo: Caída de bruces golpeándose la cara. Morrillazo: Golpe dado a alguien al lanzarle un morrillo o piedra. Ejemplo: No me llames motes, que te doy un morrillazo. Morrillo: (Del diminutivo de morro, y este de origen incierto). Canto rodado. Por confusión de labiales, he oído decir borrillo, pero no en Tejares. Morrocotudo,-a: (De morrocota, y esta quizá de morocoto o morrocoto, nombre indígena, en Venezuela, de un pez de gran tamaño y colores brillantes). De mucha importancia o dificultad. Mortero: (Del latín mortarium). Almirez de madera. Recogida por la RAE. (Ver almirez).

Mortero de madera para machar ajos y otros condimentos Morugo,-a: (De origen incierto). Taciturno, huraño, esquivo, mohíno, cabizbajo. Ejemplo: Ven, niño, saluda a la tía y no te hagas el morugo. Mosca: (Del latín musca). Insecto díptero, muy común y molesto, de unos 6 mm de largo, de cuerpo negro, cabeza elíptica, más ancha que larga, ojos salientes, alas transparentes cruzadas de nervios, patas largas con uñas y ventosas, y boca en forma de trompa, con la cual chupa las sustancias de que se alimenta. En Tejares, como en todos los pueblos hace unas décadas, pululaban las moscas a sus anchas, debido a la existencia de corrales con basuras y deyecciones, y al gran número de animales estabulados junto a las viviendas. Cuando se hacía queso, centenares de moscas caían —177—


al suero. Vendían unas cintas especiales con una sustancia pegajosa que las atraía, y centenares quedaban pegadas en ellas. No obstante, durante el verano no dejaba de haber miríadas de esos molestos dípteros, a pesar de las cintas y de otros insecticidas. Por eso, con humor, decían nuestras abuelas: Por cada mosca que matamos, cien vienen al intierro. Terminaban infestando las casas y llenando las paredes de pintitas negras, que no eran más que sus cagaditas. Eso ha desaparecido en parte, debido al agua corriente y a que las naves con animales están a cierta distancia de la población. Mosca borriquera: Insecto díptero que vive parásito sobre las caballerías, pardoamarillento, de alas grandes y patas cortas; más grande, aplanada y mucho más dura que la mosca común; transmite enfermedades, pues pica y chupa la sangre. Los burros, mulas y caballos se pasaban todo el día en el verano moviendo el rabo para espantar y alejar a tan molestos dípteros, que se agarraban particularmente en torno al ano. Recibe también los nombres de mosca cojonera y mosca culera de las caballerías. Nombre científico: Hippobosca equina. En sentido figurado se llama mosca cojonera a la persona que es muy molesta e importuna. Mostela: (Del latín mustela, comadreja, por la forma y color de este animal). Haz o gavilla, según la RAE. En Tejares y en toda la comarca, una mostela es un haz de sarmientos o palos de las viñas trenzados. Por la base se ponen todos al mismo nivel y se atan, y por las puntas, como los hay de varias longitudes, se unen mediante un trenzado. (Ver comadreja). La mostela arde muy bien y deja muy buena brasa para poder asar chuletas en la parrilla al modo tradicional. Mu: 1) Vulgarismo muy extendido por muy. 2) ¡Muuu…! Onomatopeya del mugido o bramido de vacas y toros. Mudarse: (Del latín mutare). Cambiarse de ropa. Muela: (Del latín mola). Almorta, guija, tito. Planta anual de la familia de las Papilionáceas, con tallo herbáceo y ramoso, hojas lanceoladas con pedúnculo y zarcillo, flores de color morado y blancas, y fruto en legumbre con cuatro simientes de forma de muela. Su ingestión produce, a veces, una parálisis grave de las piernas llamada latirismo. Florece por junio y es indígena de España. Nombre científico: Lathyrus sativus. (Ver tito). Muera: (Del latín muria, salmuera). Sal de cocina. Ejemplo: Esto no hay quien lo coma, está como la muera. (Ver salmuera). Muerte: (del latín mors, mortis). Cesación o término de la vida, que consiste, según el pensamiento tradicional, en que el alma se separa del cuerpo. Es la última labor. En las sociedades industriales de hoy, la muerte es un negocio más: hay que pagar el tanatorio, las flores, el féretro, la capilla si se quiere una misa, la traslación al cementerio, el nicho o el panteón y, en su caso, la incineración (que está penetrando decididamente en las costumbres). En la sociedad rural tradicional, la muerte tenía muy poco de negocio y mucho de actuación misericordiosa. Cuando se preveía que alguien se iba a morir, el cura pasaba a visitarle y le invitaba a confesarse y a recibir el viático y la Extremaunción. Todos morían en su casa con asistencia médica y espiritual. Durante la agonía se hacían oraciones propias, llamadas “la recomendación del alma”. (Ver recomendación). Cuando expiraba, el médico certificaba la defunción y comenzaba la triste y dolorosa tarea de preparar al difunto para el velatorio: cerrar sus ojos y su mandíbula, poner algodones en las narinas y amortajarlo. Sus pies quedaban mirando hacia la puerta de acceso. Acto seguido, en la propia casa del finado comenzaba el velatorio que duraba, al menos, 24 horas, durante las cuales se turnaban los familiares, amigos y vecinos. Velas, cirios, lámparas de aceite, media luz, lutos, suspiros y sollozos, plegarias y rosarios. Los más allegados solían pasar las veinticuatro horas comiendo poco y durmiendo

—178—


menos. Se pasaba recado a familiares, amigos y conocidos de los pueblos cercanos, yendo alguien a pie o en caballerías a decírselo. (Hablamos de tiempos en que aún no había teléfono). La noticia corría como reguero de pólvora, se suspiraba, se decía “que Dios le haya cogido en buena hora”, se comentaban las cualidades del difunto y las circunstancias que habían rodeado su muerte y a qué hora era la misa de entierro. Lo que se pagaba era la caja, ya la hiciera el carpintero en el pueblo, ya se trajera de algún pueblo cercano. No había coronas de flores. Los cofrades más jóvenes de la Cofradía de la Vera Cruz se aprestaban a hacer el hoyo para enterrar, levantando la sepultura más antigua del pequeño cementerio. Las mujeres más jóvenes y las mejor dispuestas de la casa, previendo el camino y el tiempo de los que se desplazarían para asistir al entierro, preparaban la comida para el día del sepelio, matando gallinas y conejos. Así pasaban las horas, se daban los pésames y se expresaban las condolencias. Y entre el rumor de las preces, se oía algún suspiro y sollozo entrecortado y alguna declaración trágica sobre el sentimiento tan hondo que atravesaba, como una espada de dolor, el corazón de los familiares más directamente afectados. Siempre había alguna mujer que se sabía mejor las oraciones y las iba recitando: Virgen del Carmen bendita,/ Virgen del Carmen sagrada,/ por tu santo escapulario,/ salva a esta alma… Y ya pasaba la noche, alboreaba un nuevo día y la hora del funeral se acercaba. Llegaban el cura y el sacristán a la casa mortuoria, cuatro hombres de la familia llevaban a la iglesia el féretro a hombros mientras se iban cantando salmos del Oficio de Difuntos. Llegados al templo, comenzaba la misa corpore insepulto: Requiem aeternam dona eis Domine: et lux perpetua luceat eis. Se iban cantando las distintas partes, entre las que producían honda conmoción el Libera me, Domine, de morte aeterna in die illa tremenda quando coeli movendi sunt et terra… y el Dies irae, dies illa, / solvet saeclum in favilla, / teste David cum Sybilla! … Lucían los cirios en los hacheros (y más en el de la mujer más cercana al fallecido) y las grandes lámparas de aceite. El sermón tendía a glosar la vida del feligrés que había terminado el curso de su vida mortal, haciendo consideraciones sobre la brevedad de la vida, la certeza de la muerte, el juicio inexorable de Dios, la importancia de morir en gracia, el destino definitivo que es la Gloria inmarcesible, la adquisición de una mansión eterna en el Cielo al deshacerse la morada terrenal y la resignación cristiana con que ha de llevarse la pérdida de un ser querido. Concluida la liturgia en el templo, seguía el acompañamiento hasta el cementerio, los responsos y el descenso de la caja, mediante fuertes sogas, hasta el fondo de la fosa. En el silencio, sollozos, tal vez gritos desgarradores, mientras la tierra y las piedras caían con recios golpes sobre la madera. Pero antes de que las palas empezasen a rellenar la fosa, era costumbre que el sacerdote y algunos familiares directos cogiesen un puñado de la tierra extraída y, tras besarlo, lo echasen sobre la caja. Todo terriblemente serio y real. Era una auténtica inhumación. Parte de muchos corazones quedaba también allí sepultada. Y luego, los que habían venido de lejos comían antes de partir. Los nueve días siguientes al entierro, en la casa mortuoria, se rezaba una novena por el eterno descanso del difunto. A continuación, venían los recordatorios y los cabos de año. Una sencilla cruz señalaba el lugar del enterramiento y, a veces, también una lápida con las fechas clave de la vida del finado y alguna leyenda del tipo “tus hijos no te olvidan”. Así se iba asimilando el duelo, que podía durar años con la costumbre, perdida hace años, de los lutos rigurosos. La locución de mala muerte significa despreciable, de poca importancia, vulgar: Una pensión de mala muerte, un vestido de mala muerte. Mujeriegas (a mujeriegas): Forma de montarse la mujer en una caballería, poniendo las dos piernas hacia el mismo lado. (Ver horcajado,-a y a horcajadas).

—179—


Muleto: Mulo pequeño, hasta los tres años. Mulo,-a: (Del latín mulus/mula). Animal híbrido estéril que resulta del cruce de caballo y burra o de burro y yegua. Por reunir las cualidades del burro y del caballo, eran los animales más usados para las faenas agrícolas. Los del sexo masculino eran llamados machos. (Ver macho). Desaparecieron con la mecanización del campo. La frase ser mulo de carga equivale a ser el que hace los trabajos más pesados. Ser terco como una mula o más terco que una mula es frase para ponderar la obstinación de alguien. Las frases trabajar como una mula cocera y ser una mula cocera o como una mula cocera se aplican a las personas resistentes y trabajadoras, y a las que tienen mal genio y pueden soltar una coz a la primera de cambio. (Ver acémila, buche, burro). Murga: (Quizá de *musga, forma semipopular de música). Compañía de músicos malos que toca a las puertas de las casas para recibir algún regalo. Se usa en la frase coloquial dar la murga, equivalente a dar la lata, molestar con dichos o hechos causando hastío. Ejemplo: Niños, salir un poco a la calle a jugar y dejar de dar la murga en la cocina. (El uso del infinitivo por imperativo es popular y se halla muy extendido). Murria: Tristeza, desgana, malestar inconcreto, melancolía. Musgaño: (Del dialectal murgaño, y este del latín *muricaneus, ratoncillo, con influencia de musaraña). Pequeño mamífero insectívoro, semejante a un ratón, pero con el hocico largo y puntiagudo. Varias de sus especies son propias de Europa. El musgaño común es una especie que se da en España y que habita en las huertas. El musgaño enano es una especie de unos 7 cm, de los que corresponden 4 al cuerpo y 3 a la cola. El vulgo le atribuye falsamente propiedades venenosas. También existe la forma con r, murgaño. Sobre las supuestas propiedades venenosas del musgaño enano existía un refrán que decía: Si te pica la salamanquesa,/ Cógete el manto y vete a la iglesia./ Si te pica el musgaño,/ Cógete el manto y vete al camposanto. En honor a la verdad ni el musgaño ni la salamanquesa tienen las propiedades venenosas que se les atribuyó. (Ver salamanquesa).

Musgaño común (Neomys fodiens)

N Nabo: (Del latín napus). Hortaliza de suculenta raíz napiforme, de piel y carne blanca, de la familia de las Crucíferas. Crece bien en climas fríos o templados. Sus hojas se llaman grelos o nabiza. Tiene sabor acre, que se suaviza al cocinarlo. Nombre

—180—


científico: Brassica napus. Según Madoz, en Tejares se cultivaron nabos exquisitos, pero actualmente no se cultivan. Quizá desde aquellos tiempos se ha conservado el dicho no corta ni nabos cocidos, aplicado a un cuchillo, navaja u otro objeto cortante, cuando cortan muy mal.

Nabos (Brassica napus) Navegar: (Del latín navigare). Avanzar rápidamente al andar, al trasladarse o al realizar cualquier faena. Ejemplo: ¡Cómo navega Gumer segando! Mientras los demás hacen un surco, él hace dos. Esta acepción no la recoge la RAE. Necesaria: (Del latín necessarius,-a,-um). Herramienta de hierro de zapatero, en ángulo recto, y acabada en dos extremos con forma de zapato, donde se meten estos para poder martillearlos y arreglarlos más cómodamente. (Ver zapatero). Neguilla: (Del latín nigella, diminutivo femenino de niger, negro). Planta herbácea anual, de la familia de las Cariofiláceas, lanuginosa, fosforescente, con tallo ramoso de 6 a 8 dm de altura, hojas lineales y agudas, flores rojizas terminales y solitarias, y fruto capsular con muchas semillas negras, menudas, esquinadas y ásperas. Crece en los sembrados, pero los herbicidas están acabando con ella, lo que, desde el punto de vista de la biodiversidad, es una pena. Su nombre científico es Agrostemma githago.

Neguilla (Agrostemma githago) Neviscar: (De nevisca, y este de nieve e -isca). Nevar ligeramente, de forma muy menuda o en corta cantidad.

—181—


Nícalo (por níscalo o mízcalo): (De origen incierto). Hongo que sale en los pinares, comestible, muy jugoso y fácil de distinguir por su color naranja y por el color verde oscuro que toma cuando se corta en pedazos.

Níscalo o nícalo (Lactarius deliciosus) Nidal: (De nido y -al). Lugar señalado donde la gallina pone sus huevos. A veces, nial. Niebla meona: Niebla húmeda y densa de la que se desprenden gotas menudas que al congelarse hacen blanquear el campo. No estar muy literal: Estar algo indispuesto, con molestias no bien determinadas. Equivale a no estar muy católico. Si literalidad significa exactitud de un texto, no estar literal es una metáfora para decir que la salud no es exacta y buena como suele. Nogal: Árbol de la familia de las Yuglandáceas, de unos quince metros de altura, con tronco corto y robusto, del cual salen gruesas y vigorosas ramas para formar una copa grande y redondeada, hojas compuestas de hojuelas ovales, puntiagudas, dentadas, gruesas y de olor aromático, flores blanquecinas de sexos separados, y por fruto la nuez. Su madera es dura, homogénea, de color pardo rojizo, veteada, capaz de hermoso pulimento y muy apreciada en ebanistería, y el cocimiento de las hojas se usa en medicina como astringente y contra las escrófulas. Nogala: (Del latín nucalis, relativo a la nuez). Nogal con la copa muy ancha. (Ver olma).

Nogal (Juglans regia)

—182—


Nones: (Del latín non, no, adverbio de negación). No, pero de forma insistente, repetida y pertinaz. Ejemplo: La daban el oro y el moro, pero ella dijo que nones. (La por le, laísmo muy frecuente). No saber…: 1) No saber alguien de la misa la media: Desconocer un tema o desconocerlo aparentando que se sabe. Ejemplo: Dice que a Valdezate se va por el camino [de] Castro. ¡[V]amos, anda! Ese no sabe de la misa la media. Este modismo podría tener su origen en los llamados “curas de misa y olla”, clérigos ignorantes de hace tres o cuatro siglos. De hecho, en un manuscrito del siglo XVII, conservado en la Biblioteca Nacional y titulado “Vejamen que dio don Juan de Orozco en caso del Contador Agustín de Galarza”, podemos leer estos versos: Misa digo, y me parece/ que tengo mala conciencia, / que aunque siempre estudio, nunca/ sé de la misa la media. 2) No saber alguien ni a tocino aunque le unten: Frase coloquial humorística, que juega con el doble sentido del verbo saber: Ese no sabe ni a tocino, aunque le unten. 3) No saber alguien lo que se pesca: No saber dónde se mete o de qué se trata. Ejemplo: Dice que esa tierra se la siega él solo en una mañana. ¡Ese no sabe lo que se pesca! Nubazo: Nube muy grande y negra que barrunta tormenta. Nubla[d]o: (De nublar, y este del latín nubilare). Tormenta con aparato eléctrico, truenos y pedrisco. Ejemplo: Le temo más que a un nublao. (Le: leísmo de persona muy habitual, permitido por la RAE). (Ver atronar y pedrisco) . En efecto, los nublaos eran temibles, porque, aparte del pánico que produce el fragor de los truenos y las culebrillas de los relámpagos, el granizo, sobre todo si era gordo y caía con furia, podía destrozar en un momento las cosechas. Como no había seguros, un nublao con granizo podía suponer un año de hambre o estrechez por malas cosechas. En ese contexto rural, se hacía todo lo posible por alejar las tormentas, tanto con un toque especial de campanas para alejar la nube que se aproximaba, como con oraciones y ritos cuando se desataba la tormenta. Por ello, en cada casa se encendía una vela, que había alumbrado en el monumento de la iglesia el día de Jueves Santo, mientras se rezaba a Santa Bárbara. (Ver Bárbara-Santa). La fiesta de esta santa era el 4 de diciembre. Según la leyenda recibida de Metaphrastes (siglo X), es una joven conversa de los primeros siglos de la era cristiana. Su padre, pagano, la encerró en su castillo para forzarla a la apostasía. Al no conseguirlo la asesinó y él murió fulminado por un rayo. Según el Misal Romano previo a 1970, su martirio ocurrió en Nicomedia bajo el emperador Maximinus Thrax (siglo III). Tradicionalmente se la considera protectora contra rayos, truenos y centellas, fuego, muerte repentina e impenitencia. La tienen como patrona los mineros y el arma de artillería. Era invocada durante las tormentas recitando oraciones. Una de ellas era: Santa Bárbara bendita,/ que en el cielo estás escrita/ con papel y agua bendita/ y en el aro de la cruz/ Pater noster y amén Jesús. (Lo de “aro” puede ser una variante de “ara” o de “árbol” en la transmisión oral). (Ver responsorio). Otra oración era, al mismo tiempo, una narración de la vida de la santa (que me trae recuerdos de mi tía Trinidad) y, conocida como “Gozos a Santa Bárbara”, decía así: Bárbara divina y santa que con palma de martirio estáis con Cristo y su madre gozando en el cielo empíreo. Lo que Cristo predicaba creíais con grande amor:

—183—


de la virgen la pureza y la santa Encarnación. Tu padre, herético Rey, en un castillo te encierra colgándote de los pies con grande ira y soberbia. Aquella noche te deja encerrada en el castillo. Dices con ansia de muerte: “Yo creo en Dios uno y trino”. Vienen al siguiente día a ejecutar la sentencia. Te encuentran sana del todo, muy agradable y risueña. Tu padre, de que lo supo, sube al castillo y con ira: -“¿Quién ha sanado tus males y te ha dado nueva vida?” -“A Cristo y su madre hablé y ellos al punto vinieron, los que sanaron mis males y nueva vida me dieron”. Mandó tu padre otro día por el pueblo te arrastrasen y en un muladar hediondo tu cuerpo lo sepultasen. Con un alfanje a su hija hizo su cuerpo pedazos diciendo: “¡A ver si te libra ese Dios profeta y falso!”. Y Dios al ver esta injuria arrojó un rayo encendido y en cuerpo y alma a su padre lo sepultó a los abismos. Bárbara Divina y Santa, por tu muerte y tu martirio líbranos a tus devotos de riesgos y de peligros. De rayos y de centellas, de morir sin confesión libre Dios a los devotos que le tienen devoción.

Ñ Ñam, ñam: Onomatopeya infantil: Comer, devorar. —184—


Ñudo: (De nudo con la ñ de añudar, del latín innodare). Nudo. Lo decían, a veces, nuestras abuelas. Añudar ha cedido el paso a anudar, aunque la ñ está más cerca de la etimología que la n, puesto que la doble n etimológica ha palatalizado normalmente en ñ. Ñoño,-ña: (Del latín nonnus, anciano, preceptor, ayo). Apocado, soso, corto de ingenio, quejica, melindroso, remilgado.

O Obrada: Medida agraria usada en las provincias de Palencia, Segovia y Valladolid, en equivalencia, respectivamente, de 53,832 áreas, de 39,303 áreas y de 46,582 áreas. Ofender: (Del latín offendere). Hacer daño, molestar, fastidiar, desagradar (dicho del sol, los olores, el aire, etc.). Ejemplo: Hoy hace un sol que ofende. La RAE da otras acepciones. Ojarapel: Ano. No recogido por la RAE. Palabra de creación popular, un tanto graciosa, para referirse al ano. Ojete: (De ojo, y este del latín oculus). 1) Agujerito redondo y reforzado en su contorno para meter por él un cordón u otra cosa que sujete. 2) Coloquialmente, ano. Ojímetro: Se emplea en la locución adverbial coloquial a ojímetro: a bulto, a ojo de buen cubero, sin precisar, poco más o menos. (Aplicado a medidas). Olma: (De olmo, y este del latín ulmus). Olmo grueso y de copa muy ancha. Las olmas eran el centro de muchas plazas en los pueblos. Acabó con ellas la grafiosis, producida por el hongo Ceratocystis ulmi, que obstruye los vasos y hace que se sequen las hojas. El nombre científico es Ulmus minor, menor, por ser sus hojas las más pequeñas entre las especies europeas. En Tejares hubo una olma, cerca de la antigua panera, hoy restaurada, que fue sustituida por un plátano de sombra.

Ulmus minor(Miller) o ulmus campestris (según otros autores, no Lineo) Olmada: Vulgarismo por almohada, al producirse una metátesis de la o. El hablante busca facilitar la pronunciación, evitando el hiato oa. Onde: Donde. Vulgarismo por aféresis de la d inicial. —185—


Onza: Medida de peso en desuso, equivalente a 28 o 29 gramos. ¡Ooos!: Interjección para espantar a las gallinas. La RAE admite os y ox. ¡Órdiga!: Interjección que expresa sorpresa o extrañeza. Se usa sola y también en las expresiones ¡anda la órdiga! , ¡la órdiga! Orear: (Del latín aura, aire). Dar el aire en algo para secarlo o quitarle la humedad o el mal olor que ha cogido por estar encerrado. Ejemplo: Abre bien la ventana pa[ra] que se oree la alcoba. Orejeras: (De oreja, y este del latín auricula). 1) Cada una de las dos piezas o palos que el arado lleva introducidos oblicuamente a uno y otro lado del dental y que sirven para ensanchar el surco. 2) Cada una de las piezas de vaqueta que se ponen a las caballerías para que miren de frente y no puedan ver por los lados. Organillo: (Del diminutivo de órgano). Órgano pequeño o piano que se hace sonar por medio de un cilindro con púas movido por un manubrio, y encerrado en un cajón portátil. Uno le daba al manubrio o manivela originando música y los demás bailaban. Orillarse: (De orilla, este de orella, y este de ora). Apartarse a una orilla. Orinal: (Del latín urinalis). Recipiente para recoger los excrementos humanos. Ortiga: (Del latín urtica). Planta herbácea de la familia de las Urticáceas, con tallos prismáticos de seis a ocho decímetros de altura, hojas opuestas, elípticas, agudas, aserradas por el margen y cubiertas de pelos que segregan un líquido urente, flores verdosas en racimos axilares y colgantes, las masculinas en distinto pie que las femeninas, y fruto seco y comprimido. Es muy común en España. Hay dos especies: La ortiga mayor (Urtica dioica) y la ortiga menor (Urtica urens).

Ortiga mayor (Urtica dioica) y otiga menor (Urtica urens) Orujo: (De borujo, y este del latín *voluculum, envoltura). 1) Hollejo de la uva después de exprimida y sacada toda la sustancia. 2) Aguardiente. Orusco,-a: Deformación de arisco,-a: Áspero, intratable (puede referirse a personas o animales). Ejemplo: Mi Pepi es mu abierta y simpática, pero mi Pili es mu orusca. (Vulgarismo extendido: mu por muy). Otear: Mirar desde un lugar alto lo que está abajo. Ova: Planta que crece en el río. Recogida por la RAE.

P Pa: Apócope de para. Vulgarismo muy usado.

—186—


Pabilo: (Del latín vulgar papilus). 1) Mecha que está en el centro de la vela. 2) Parte carbonizada de esta mecha. Pachanga: Fiesta bulliciosa y con música estridente. Pachasco: (De pa, apócope de para y chasco, burla, decepción). Interjección, no recogida por la RAE, con la que un interlocutor manifiesta que, de no haber sido las cosas como él las cuenta, la decepción habría sido mayúscula. Ejemplo: -Trataba bien a todos, pero con su hijo se volcaba en atenciones. -¡Pachasco! Pachorra: Flema, tardanza, indolencia, dejadez, pereza. Ejemplo: Estás viendo que no puedo hacerlo yo solo, y sigues ahí repanchingao como si tal cosa. ¡Pero qué pachorra! Pader: Vulgarismo por pared, al producirse una metátesis. Pago: (Del latín pagus, aldea, poblado). Tierra, parcela. La locución por estos pagos tiene este mismo significado: por estas tierras, por estos lugares. La RAE recoge cuatro homónimos en la entrada pago. El recogido aquí es de uso rural y tradicional. Pajabieldo: (De paja y bieldo). Herramienta más grande que el bieldo, más ancha y con más púas, reforzada y ampliada con travesaños o cimbras por la parte superior que se une al mango, que se usaba para cargar la paja y meterla en el pajar. En otras partes, llaman a esta herramienta bielda. (Ver pajabieldos). Pajabieldos: Pajabieldo. La forma pajabieldos es de formación popular. Se decía “el pajabieldos”, dando a entender que era una herramienta formada por varias partes, pues tenía púas y mango como el bieldo y un reforzamiento de travesaños o cimbras. (Ver bieldo).

Pajabieldo o pajabieldos Paja pa’l burro: Expresión coloquial y humorística usada en los juegos de naipes para indicar que la baza que se ha llevado un jugador no contiene ningún tanto. Pajar: (De paja, y este del latín palea). Local, generalmente ubicado entre el techo de madera de las portadas y el tejado, donde se almacenaba la paja, para ir usándola a lo largo del año para camas o sustrato en cuadras, gallineros y corrales. Una ventana o boquete abierto en una de las paredes servía para meter la paja, y, una vez metida, se cerraba con tablones de madera. Pajarota moñuda: (De pájaro y moño, por las plumas eréctiles de su cabeza). Cogujada (Del latín * cuculliata, provista de capucho, derivado de cucullio,-onis, capucho, por alusión al copete que diferencia a las cogujadas de las demás alondras). Pájaro de la misma familia que la alondra (Aláudidas) y muy semejante a esta, de la que se distingue por tener en la cabeza un largo moño puntiagudo. Es muy andadora

—187—


y anida comúnmente en los sembrados. El ornitólogo diferencia 3 especies para las que el campesino raras veces utiliza más de un término: la cogujada común (Galerida cristata), la cogujada montesina (Galerida theklae) y la totovía (Lullula arborea). En todo caso, a las tres les gusta andar, tienen plumas eréctiles en la cabeza y su canto es dulce y monótono. Nosotros nos referimos a la cogujada común con el nombre de pajarota moñuda.

Cogujada común o pajarota moñuda (Galerida cristata) Pajiguero: (De paja, y esta del latín palea). Montón de paja para uso diario. Palabra no recogida por la RAE. Pajón: Pajas de centeno para atar la mies. Pajuela: Azufre que se quemaba dentro de la cuba. Pala: (Del latín pala). 1) Herramienta de mano usada para excavar o mover materiales, que consta de una superficie plana, por lo común con una ligera curvatura, y de un mango con el que se maneja, rematado generalmente en un asidero. 2) Parte superior del calzado que abraza el pie por encima. Esta palabra tiene otras muchas acepciones. En lenguaje coloquial, a punta pala: En abundancia, como por un tubo, a manos llenas, a tutiplén, a raudales. (Ver tutiplén). Palancana: Ver palangana. La RAE recoge tanto palancana como palangana. Palangana: (De origen incierto). Jofaina (De aljofaina, y este del árabe hispano algufáyna). Vasija en forma de taza, de gran diámetro y poca profundidad, que sirve principalmente para lavarse la cara y las manos. En los tiempos en que no había agua corriente, la palangana era el lavabo de todas las casas; en ella se echaba agua de un cántaro o de un jarrón para lavarse. (Ver jofaina, aljofaina). Palanganero: Armazón de hierro consistente en un aro para meter la palangana y unas patas, tres por lo general, de algo más de un metro para sujetarlo, a fin de lavarse inclinándose un poco. Suele tener sujeciones para poner jabón, una toalla y, en la parte de abajo, un jarrón.

—188—


Palanganero Paletos: Incisivos centrales de la mandíbula superior. Acepción no recogida por la RAE. Palmatoria: Base circular con un resalte en el centro adecuado para meter y sujetar una vela, y un asa o mango para poder cogerla y trasladarla.

Palmatoria Palo (de las andas): (Del latín palus,-i). Cada uno de los cilindros o prismas de madera que salen del tablero en que se porta una imagen y que son puestos en sus hombros por cofrades o fieles. Según sea la imagen y las andas, así será mayor o menor el número de portadores. Los pasos de Semana Santa que no van en andas o van sobre ruedas o son llevados por costaleros. En Tejares las andas son pequeñas, y con cuatro personas, que pueden turnarse a voluntad, es suficiente para llevarlas. Es costumbre tradicional subastar los cuatro palos y quien dé más tiene el honor de meter las andas con la imagen. Del mismo modo, se subasta por meter al santo en su trono. (Ver andas, quedarse con el santo y la limosna). También se llaman en otras partes varales. Paloma: (Del latín vulgar palumba). Las tres especies de palomas más comunes son: 1) Paloma doméstica: Ave doméstica que provino de la paloma silvestre y de la que hay muchas variedades o castas, que se diferencian principalmente por el tamaño o el color. La columba livia tiene una envergadura alar de unos 68 cm y un peso de unos 400 gramos. Hacen los nidos acumulando ramas y paja en cualquier nicho que encuentran. Pueden sacar adelante cuatro nidadas al año, con dos huevos al menos en cada una. El periodo de incubación es de 17 días y durante ella se turnan los dos progenitores. Pueden volar a los 35 días. Los pichones son alimentados con comida regurgitada. Comen granos y semillas, pero cualquier desperdicio de comida les viene bien. Algunas palomas —189—


domésticas son difíciles de diferenciar de las zuritas, pero mirando con atención vemos que tienen dos franjas negras en cada ala, rabadilla y plumas de las alas por debajo claras. Sean domésticas o bravías, tienen patas rojizas, ojos anaranjados y picos grises, a veces con la base blanca. En la economía popular tradicional, los pichones eran un complemento muy importante. 2) Paloma torcaz: Es la Columba palumbus, la mayor de las palomas de la Península Ibérica, con manchas blancas a los lados del cuello, a modo de collar (de ahí le viene el nombre de torcaz, ya que torques es collar en latín). Tiene una franja blanca en la parte superior de cada ala, muy visible cuando el ave vuela. El plumaje es gris azulado en el dorso y algo más claro en su parte inferior, con pecho de tintes vinosos y cola terminada en una banda negra. El pico es anaranjado y las patas rojizas. El colorido es muy parecido en ambos sexos. 3) Paloma zurita: Es la Columba oenas, especie de ave columbiforme de la familia Columbidae. Es una paloma parecida a la doméstica, pero un poco más pequeña y de un gris uniforme, también por debajo de las alas, que la hace característica. Además, los ojos de la paloma zurita son negros, siendo anaranjados los de la doméstica. El pico es rojizo con la punta amarilla. Algunas veces vuela en bandadas junto con la paloma torcaz. Anida en árboles, zonas rocosas o edificios. Es migradora parcial.

Palomas: Doméstica (Columba livia), torcaz (Columba palumbus) y zurita (C. oenas) Palomar: Edificio hecho para criar palomas y aprovechar la carne de los pichones. En Tejares y en la zona, los palomares eran edificios cuadrados, con pequeñas aberturas en el tejado para que pudieran entrar y salir las palomas, pero no los gatos u otros depredadores. Eso sí, podían entrar tordos y gorriones. Las paredes interiores del palomar estaban llenas de nichos donde hacían sus nidos las palomas. La puerta de acceso para el dueño era pequeña y tenía que agacharse al entrar. Les echaba grano de vez en cuando y controlaba las crías para llevarse las que le parecían cuando ya estaban a punto de volar. La carne de pichón es suave y de fácil digestión. El palomar se limpiaba de vez en cuando y se recogía la palomina para usarla como abono. Con el éxodo rural los palomares fueron abandonados, a pesar de que las palomas, fieles a una costumbre de siglos, no dejaron de acudir a ellos y de buscarse la vida en el campo. Poco a poco se hundieron todos o fueron reformados y destinados a otros usos. De los antiguos palomares solo quedan las ruinas.

—190—


Palomar antiguo en tierras de Segovia Palomilla: (Diminutivo de paloma). Armazón de tres piezas en forma de triángulo rectángulo, pegado a un muro a modo de voladizo, que sirve para sujetar tablas o estantes sobre los que poner objetos. Ejemplo: Han hecho una palomilla en la iglesia pa[ra] poner a la Virgen de Fátima. Palomina: (De paloma). Excremento de las palomas, considerado como buen abono, pero del que no hay que abusar, so pena de quemar la planta estercolada. Palón: (De palo, y este del latín palus,-i, poste, madero). Tronco de madera grueso, alto y vertical sobre el que se sujetaban los cables de la luz eléctrica o, más tarde, los del teléfono. La telefonía móvil terminará haciéndolos inútiles. Pamema: (Del cruce de pamplina y memo). 1) Hecho o dicho baladí que pretende pasar por importante. 2) Delicadeza afectada. 3) Simulación, fingimiento. (Ver angulema). Pampirolada: Hecho o dicho tonto, desatinado, sin cabeza. A veces, pampirolá. Pamplina: (De *papaverina, y este del latín papaver, amapola). 1) Planta herbácea anual, de la familia de las Papaveráceas, con tallos de 2 a 3 dm, hojas partidas en lacinias muy estrechas y agudas, flores de cuatro pétalos amarillos, en panojas pequeñas, y fruto seco en vainillas con muchas simientes. Infesta los sembrados de suelo arenisco, qu en la primavera parecen teñidos de amarillo por la abundancia de flores. 2) Dicho de poca importancia o utilidad. 3) Manifestación poco sincera para halagar o congraciarse con alguien.

Flor de pamplina (Hypecoum imberbe) —191—


Pamplinero,-a: Se dice de quien es propenso a decir pamplinas o a manifestarse de forma poco sincera y con halagos y alabanzas que no siente. Panadera: Soba, somanta, tunda. Pandero: Culo de mujer cuando es muy gordo. Ejemplo: ¡Vaya un pandero que tiene la Reme! Panera: Almacén de trigo. Pánfilo,-la: (Del latín Pamphilus, nombre propio, y este del griego pamphilos, bondadoso). Bobo, cándido, soso, lelo. En la etimología de esta palabra se demuestra que se confunde muy fácilmente “ser bueno” con “ser tonto”. Panolis (o panoli): (Del valenciano pa en oli, pan con aceite, una especie de bollo). Simple, apático, abúlico, tontorrón. Pan sin sal: Se dice de alguien que es soso, sin gracia, con poca iniciativa. Si se dice de forma muy rápida solo se oye como tónica la úlima sílaba, percibiéndose como una palabra compuesta, pansinsal. Papel: (Del catalán paper, y este del latín papyrus). Periódico (por metonimia). Papón,-na: (De papo, y este de papar, del bajo latín pappare, comer). La RAE recoge estas palabras como propias de Galicia, León y Salamanca con los significados siguientes: 1) Babieca, simplón. 2) Glotón, comilón. Por su parte, babieca (de baba) significa persona floja y boba. En Tejares he oído esta palabra con el sentido de simplón, bobo. Ejemplo: No sé qué he hecho pa´perder la sortija. ¡Pero qué papona! Pa´quemao y el agua lejos: Expresión socarrona con la que alguien contradice las bondades de otra persona alabada por el interlocutor. Ejemplo: -Miguelín es mu bueno... -Sí, sí … Mu bueno pa´quemao y el agua lejos. Solía articularse como un todo fónico [pakemáoielagualéjos]. ¡Aviesa socarronería! Paralís: Vulgarismo por parálisis, producido por haplología de dos sílabas percibidas como iguales: lisis, con escansión lis-is. Así una parálisis queda convertida en un paralís. Pardilla: La burra. Parientes: (Del latín parens,-ntis, padre o madre, y, en época tardía, pariente). Familiares lejanos. Solía usarse el sintagma parientes de los dientes para indicar la lejanía, que se convertía en trato cercano, si, por circunstancias, se presentaba la necesidad de quedarse a comer. Por eso mismo, solía también decirse el refrán: parientes y trastos viejos, pocos y lejos. Parlerón,-a: (De parlar, y este del latín parabolare). Que habla mucho y descubre secretos. Parranda: Juerga, diversión. Ejemplo: Los mozos están de parranda y que les dure, que la vida son dos día y uno de ellos está nublao. Parrillas: Cuadrado con cintas metálicas y patas para asar sobre brasas. Parro: (Quizá de parr, parr, onomatopeya para la voz del pato). Pato (ave palmípeda). Nombre científico: Anas platyrhynchos.

—192—


Pato doméstico (Anas platyrhynchos) Parva: (Del latín parvus,-a,-um). Mies tendida en la era para trillarla, o después de trillada, antes de separar el grano. Pasa[d]o,-da: Dicho de un fruto: Que está demasiado maduro. (Ver llega[d]o). Pasarlas más negras que en vendimia: Frase metafórica que significa pasar grandes apuros y angustias, jugando con los varios sentidos que tiene la palabra negro. En vendimia, se pasan muchas uvas negras por el gaznate; en la vida, se pasan situaciones muy negras y angustiosas. Pase [de] pernocta: Permiso que se da a un soldado para que pueda pasar la noche fuera del cuartel. (Ver machaca, recomendación). Pasmarote: (De pasmar). Alelado, indeciso, abobado, pasmado. Pastor: (Del latín pastor,-oris). Persona que guarda, guía y apacienta el ganado, especialmente el de ovejas. En Tejares, si nos remontamos a tiempos antiguos, podemos decir que hubo bastantes rebaños y bastantes pastores. Los dueños de los rebaños contrataban pastores ajustándose por un sueldo más la manutención. Hoy el que pastorea es, casi siempre, el dueño de su propio ganado, aunque en Tejares no queda ni un solo rebaño. Hasta época reciente hubo rebaños que pastaban por todo el término, respetando los sembrados en las épocas correspondientes. La pedriza ofrecía muchas hierbas y plantas aromáticas para apacentar las ovejas, de raza churra. En épocas antiguas hubo trashumancia, pero en los últimos sesenta años no la hemos conocido. Las tenadas antiguas se han ido arruinando poco a poco. También se perdió hace unos 50 años el hacer queso artesanalmente. El oficio de pastor, que exige dedicación plena, está en gran decadencia. Al ganado hay que sacarlo a diario y estabularlo es condenarlo a una vida precaria y una peor producción (al menos, esa ha sido la creencia tradicional). Pero, si el modelo de producción y consumo cambia, y si la gran ciudad llega a ser una aglomeración invivible, puede que alguien retome el oficio, completándolo con la fabricación artesanal de queso y su comercialización. Los llamados “neorrurales”, tímidamente, están volviendo, y algunos con gozo y éxito, no exento de trabajo. (Ver honda). Patatas viudas: Patatas solas cocidas, sin acompañamiento alguno. Se preparan rehogando un poco de cebolla en una cazuela, luego se añaden las patatas que han sido cortadas chascándolas, se continúa rehogando todo y se añade una cucharadita de pimentón evitando que se queme, se echa agua hasta cubrir las patatas y se sala, se hierven y antes de terminar la cocción se añaden unos ajos machados en el mortero o el almirez. Las patatas, con caldo espesito, se dejan reposar un poco y se sirven calientes. Plato ideal en invierno. Patatús: (De pata, y este de origen incierto). Desmayo, lipotimia. —193—


Pavesa: (Del latín *pulvisia, y este de pulvis, -eris, polvo). Chispita que salta del fuego y acaba convertida en ceniza. En otras zonas se dice pavisa o povisa. Pazguato,-ta: (Seguramente formado como apazguado). Simple, que se asombra por cosas que no son para ello. Peales: Ver piales. Pecina: (Del latín picina, femenino de picinus,-a,-um, y este de pix, picis, la pez). Lodo, cieno negruzco de los cauces o charcos donde hay materias orgánicas en descomposición. (Ver empecinarse). Pedernal: (Formado a partir del latín petrinus, de piedra). Variedad de cuarzo, que puede fracturarse en lascas, de color gris amarillento, y que da chispas herido por el eslabón (hierro acerado). Las lascas se ponían en la base de los trillos, debido a su gran dureza. (Ver trillo). Pedo de lobo: Seta que al secarse despide un polvillo negruzco. Nombre científico: Lycoperdon perlatum.

Pedo de lobo (Lycoperdon perlatum) Pedrisco: (De piedra, y este de petra, piedra). Piedra o granizo grueso que cae de las nubes en abundancia y con ímpetu. Pedriza: Terreno donde hay muchas rocas, peñascos y piedras. Pegote: 1) Es una planta, conocida también por los nombres de lampazo o bardana, con ciclo bianual y tallos entre 50 y 150 cm, que surgen de largos rizomas. Hojas alternas, tomentosas, con pecíolo hueco, anchas, entre ovadas y cordadas. Flores en capítulos reunidos en racimos. Brácteas externas rígidas y con punta ganchuda. Flores tubulares y hermafroditas, generalmente de color púrpura. El fruto es un aquenio, oblongo y pardo con un vilano formado por pelos amarillos. El nombre popular de pegote hace alusión a la propiedad de sus brácteas de engancharse al pelo o lana de los animales y al vestido de las personas. También pueden pegarse entre sí formando bolas, con las que se tapaban los agujeros para ahuyentar a los ratones. 2) Persona gorrona e impertinente que no se aparta de otra, sobre todo a la hora de comer y que no paga nunca cuando acompaña en un bar o restaurante. (Ver escote).

—194—


Lampazo menor o pegote (Arctium minus) Pegujal: (Del latín peculiaris,-e). 1) Pequeña poción de tierra o ganado. 2) Trozo de tierra que el dueño cede al guarda o encargado para que la cultive para sí mismo como parte de su paga anual. La forma pegujar ha caído en desuso. Peine: Pieza metálica que contiene una serie de proyectiles para cargar un arma de fuego. Pelanas: Persona mediocre e inútil, aunque quiera darse importancia. Pelele: (De origen incierto). 1) Traje de punto de una sola pieza que se ponía a los niños para dormir. 2) Persona simple, inútil o manejable. Pellas: (Del latín pilula, diminutivo de pila, pelota). 1) Manteca del cerdo tal como se saca de él. 2) Masa compacta de paja, que, por estar apisonada, cae toda junta desde la parte alta de un pajar. Ejemplo: Si duermes en el pajar, ten cuidado con las pellas, que, si te cae una encima, te asfixia. La RAE recoge varias acepciones más. Pellejero: Comprador de pieles al que se vendían las de los conejos y corderos que se sacrificaban en la localidad. Pellejo: (De pelleja, y esta del latín pellicula). 1) Odre para llevar el mosto a las cubas. 2) Piel con pelo de los animales. 3) Persona malvada. Ejemplo: Cuanto más viejo, más pellejo. Pellica: Especie de brocha hecha con las plumas largas de las alas y de la cola de las gallinas, que se usaba para jalbegar los tabiques interiores de las casas. Acepción no recogida por la RAE. Pelliza: (Del latín pellicia, de pellicius, hecho de pieles). Prenda de abrigo hecha o forrada de pieles finas. Pelusilla: Envidia propia de los niños. Pendejo: (Del latín pectiniculus; de pecten,-inis, pubis). 1) Hombre cobarde. 2) Hombre estúpido. 3) Persona de vida licenciosa. Pendón: (Del francés antiguo o provenzal penon). 1) Estandarte muy alto que se sacaba en las procesiones. 2) Persona que está siempre fuera de casa o callejeando. 3) Persona de vida irregular y desordenada. Pendonear: Callejear. Peonía: (Del latín paeonia, y este del griego paionía). Planta de la familia de las Ranunculáceas, de grandes flores rojas o rosáceas, propia de lugares húmedos y laderas montañosas. Crecen muy bien en la pedriza de Tejares.

—195—


Peonía (Paeonia mascula) Pepita: (Del latín vulgar pippita, alteración del latín pituita). Tumor que las gallinas suelen tener en la lengua y que no las deja cacarear. Tomando como referencia esta enfermedad, se decía el siguiente refrán: Que viva la gallina,/ aunque sea con la pepita. Es decir, que, a pesar de no quedar en óptimas condiciones, es mejor seguir vivo que morirse. Peplo,-a: Pepino, sin madurar. No recogido por la RAE. Ejemplo: Por cómo suena, esta sandía parece que está pepla; vamos a abrirla y salimos de dudas. Pera: (Del latín pirum, a través dela forma, originalmente neutra y luego femenina, pira). Interruptor de la luz con forma similar a la de la pera. Solía usarse en diminutivo: perilla. (Ver perilla). Expresiones coloquiales muy conocidas son: ser la pera y ser la repera, para encarecer lo bueno o lo malo de una situación o de una persona. (Ver reoca). Peranzul: Nombre local de la planta más conocida generalmente como azulejo o aciano (del latín cyanus, y este del griego kýanos, azul). Responde al nombre científico de Centaurea cyanus. El nombre peranzul es bien curioso. Quizá, en algún momento de la transmisión oral de la lengua, fue perazul, palabra formada con per- (prefijo que denota intensidad o totalidad) y azul, aludiendo al color inconfundible de esta planta. La –n- epentética se añadiría para dar más sonoridad a la palabra. Definición de la RAE: Planta de la familia de las Compuestas, con tallo erguido, ramoso, de 6 a 8 dm de altura, hojas blandas y lineales, enterísimas y sentadas las superiores, y pinadas las inferiores, flores grandes y orbiculares, con receptáculo pajoso y flósculos de color generalmente azul (aunque también los hay rojos o blancos). Crece en los cultivos y en las orillas de los caminos.

—196—


Peranzul, azulejo o aciano (Centaurea cyanus) Percal: (Del francés percale, y este del persa pargale, trapo). Tela de algodón blanca o pintada más o menos fina, de escaso precio. La frase coloquial conocer alguien el percal significa estar bien enterado de algo o de cómo es alguien. Perdido,-a: Dicho de una tierra: Yerma, baldía o abandonada. Perdigón: (De perdiz). 1) Pollo de perdiz. 2) Grano de plomo de la munición de caza.

Pollo de perdiz o perdigón Perdiz: (Del latín perdix,-icis). Ave gallinácea, de hasta 40 cm de longitud y 50 de envergadura, con cuerpo grueso, cuello corto, cabeza pequeña, pico y pies encarnados, y plumaje de color ceniciento rojizo en las partes superiores, más vivo en la cabeza, y cuello blanco con un collar negro, azulado con manchas negras en el pecho y rojo amarillento en el abdomen. Anda más que vuela, se mantiene de semillas silvestres, y su carne es muy estimada, por lo que se convierte en pieza predilecta de los cazadores de caza menor en España en general y, particularmente, en los campos de Castilla.

—197—


Perdiz roja (Alectoris rufa) Perejil: (Del provenzal pe[i]ressil). Planta herbácea, de la familia de las Umbelíferas, de hasta 7 dm de altura, con tallos angulosos y ramificados, hojas pecioladas, lustrosas, de color verde oscuro, partidas en tres gajos dentados, flores blancas o verdosas y semillas menudas, parduscas, aovadas y con venas muy finas. Se cultiva para ser usada como condimento. Nombre científico: Petroselinum sativum.

Perejil (Petroselinum sativum) Perejilón: (De perejil, y este del provenzal pe[i]ressil). Con este nombre se designaba la planta más comúnmente conocida con los nombres de cicuta menor, perejil de perro y perejil lobuno. Nombre científico: Conium maculatum. Planta de la familia de las Apiáceas. Puede alcanzar unos 2 m de altura. Tallo hueco con manchas rojas. Hojas muy divididas. Flores pequeñas y blancas, en umbelas. Semillas pequeñas y negruzcas. Jugo venenoso. Olor desagradable. Es semejante al perejil, del cual se distingue por el color oscuro y el olor desagradable de sus hojas.

—198—


Perejilón (Conium maculatum) Perendengues: (Del latín pendere, colgar). 1) Pendiente. 2) Adorno femenino de poco valor. 3) Moneda de la época de Felipe IV. 4) En plural: Adornos, atavíos. 5) Requilorios, trabas. Estas son las cinco acepciones que recoge la RAE, pero hay una más, de carácter coloquial: Arrojo, valor, agallas, ímpetu, determinación, acometividad, brío, pujanza, decisión: ¡Menudos perendengues tiene Fulano! Perigallo: Pétalos rojos que forman la flor de la amapola. La RAE recoge esta palabra, pero, entre sus varias acepciones, no figura esta. Quizá se llamó así por semejanza con la cresta y las carúnculas rojas de los gallos. Existe otra palabra parecida, pipirigallo, con la que se designa otra planta. (Ver pipirigallo). Perilla: (De pera, este de pira, y este del latín pirum). Interruptor eléctrico antiguo de forma alargada que terminaba en un botón que, al apretarlo, encendía o apagaba la luz. (Ver pera). Perillo: Perita de San Juan. Periñán,-na: (De Perillán,-na, por confusión de las palatales, y este de Per, Pedro, e Illán, Julián). Persona pícara y astuta. La RAE sólo admite perillán,-na. La palabra surgió por alusión a un pícaro famoso llamado Per Illán. Peripuesto: Muy acicalado y arreglado con esmero. (Ver pincho, atusarse, emperifollarse). Pero: (Del latín pirum). Variedad de manzano cuyo fruto es más largo que grueso. Haciendo un juego de palabras, cuando alguien ponía reparos poco creíbles, encabezados por la conjunción adversativa pero (del latín per hoc), a la acusación que se le hacía, la persona acusadora, con tono burlesco, solía decir: pero el pero no madura. Perol: (Del catalán perol). Vasija de metal, de forma semejante a media esfera, que sirve para cocer diferentes cosas. Perola: Especie de perol, más pequeño que el ordinario. Perra: Rabieta de los niños, llantina con pataleo. Perra gorda, perra chica: Así se llamaban las monedas fraccionarias de la peseta, en aleación de aluminio, con valor de diez céntimos (perra gorda) y cinco céntimos (perra chica). En ambas se representaba un jinete montado a caballo. Sustituyeron a la perra chica y gorda originales en cobre, acuñadas durante el Gobierno Provisional que siguió al exilio de Isabel II, en cuyo reverso había un león, que, confundido con un perro, dio origen al nombre popular de las monedas. Estuvieron en curso desde —199—


1868 hasta 1941. Entonces se acuñaron otras, con un lancero a caballo, que heredaron los mismos nombres. Todavía hoy la frase tener perras equivale a tener dinero, aunque está cayendo en desuso. (Ver real, rubia).

Perra chica y perra gorda que circularon entre los años 40 y 60 del siglo XX Perro,-a: (De origen incierto, quizá de la onomatopeya prrr, brrr con que los pastores incitan al perro; es voz exclusiva del castellano, pues en los demás romances ha prevalecido, con una u otra evulución, la latina canis). Animal doméstico sobradamente conocido, del que existen muchísimas razas. En el mundo rural tradicional, el perro no sólo era animal de compañía, sino también una ayuda casi indispensable en las tareas agropecuarias: guadaba la casa, la yunta y era colaborador indispensable de los pastores. En efecto, los llamados perros pastores recogían el ganado, corrían tras las piedras lanzadas por el pastor con su honda, hacían reintegrarse al rebaño a las ovejas rezagadas o descarriadas, ahuyentaban a los lobos... Había mastines muy eficaces contra el ataque del lobo, los cuales llevaban una carlanca al cuello (collar con puntas de hierro) para resistir las mordeduras en caso de enfrentamiento directo. Los perros galgos eran los mejores aliados a la hora de la caza, por su velocidad y resistencia en la carrera, del mismo modo que lo eran los lebreles, los perdigueros y los podencos. El perro, en fin, como se ha dicho hasta la saciedad, era y es el mejor amigo del hombre. En cambio, el hombre ha sido muchas veces ingrato con tan noble animal. Pues sabido es que, cuando se hacían viejos y ya no eran útiles, eran sacrificados, y no de forma que no sufrieran, sino con una muerte infamante como era el ahorcamiento. De ahí la expresión morir como un perro, para indicar una muerte dolorosa y en medio del abandono. La omnímoda presencia de este animal ha dado lugar a muchas frases arrefranadas como échame pan y llámame perro (dando a entender que no importa un tratamiento verbal avieso, con tal de obtener finalmente un beneficio), por el pan baila el perro (cada uno hace todo lo posible cuando está en juego la comida o un beneficio), ser un perro (refiriéndose a una conducta cínica), a otro perro con ese hueso (a mí no me vas a engañar ni convencer con esa oferta, que es un dolo encubierto), echar a alguien el perro o los perros (echarle una regañina), hinchar el perro (exagerar, hablar hiperbólicamente), atar perros con longaniza (se dice con sorna frente a quien cuenta que en otros sitios hay abundancia y esplendidez), etc. De sentido claro es el refrán quien da pan a perro ajeno / pierde pan y pierde perro. La frase interjectiva ¡cacho perro! se usa para recriminar acremente a alguien su mala conducta, sus intenciones inconfesables, su ligereza de cascos o cualquier otra circunstancia por el estilo. (Ver cacho y honda). Pescuezo: Cuello, especialmente el de los animales. La frase ser más malo que la carne de pescuezo pondera lo revoltoso que puede ser un chico y la poca calidad de la carne de esa parte de la res. Pesebre: (Del latín praesepe). Compartimento de obra donde comían los machos, hecho a la altura de su boca para que no tuvieran que agacharse mucho ni estirar el cuello. En el pesebre se les echaba paja y, a veces, cebada.

—200—


Pesebrera: Orden de los pesebres y conjunto de los mismos. A veces, se usa como sinónimo de pesebre. Petaca: (Del nahua petlacalli, caja hecha de petate). Pequeño estuche de cuero para guardar el tabaco picado con el que liar luego los cigarrillos, sirviéndose de una hojita de papel de fumar y mucha habilidad. Petar: (Del catalán petar, peer). Agradar, complacer. Ejemplo: No voy de paseo, porque no me peta. ¡Pi, pi, pi,…!: Interjección repetida para llamar a las gallinas. (Ver piras/pitas). Piales (por peales): (De pedalis,-e, propio del pie, y este de pes, pedis, pie). Paños con los que se cubrían los pies antes de ponerse las abarcas para ir a labrar la tierra, hechos generalmente de retor (una tela muy resistente) o de lona fina. Picadillo: (De picado). Lomo de cerdo picado y adobado que se prepara para hacer chorizos. Picado,-a: 1) Dicho del vino: avinagrado. 2) Dicho del tabaco: que venía picado para liarlo los fumadores. (Ver librito). 3) Dicho de dientes o muelas: cariados. La RAE recoge muchas acepciones más. Picapedrero: 1) Cantero: el que labra piedras, las saca de una cantera o las machaca para una obra. (Ver cantero). 2) Empedrador de trillos. Picapinos: Picamaderos, pájaro carpintero. Picaza: (Del latín pica). Urraca. Otros nombres: Pega, marica. Ave del orden de los Paseriformes, con plumaje de color negro brillante con reflejos verdosos en la parte superior y blanco en el vientre. Tiene una cola bastante larga. Es omnívora y guarda en su nido los objetos brillantes que encuentra. Nombre científico: Pica pica.

La popular picaza (Pica pica) Pichón: Cría de la paloma. (Ver paloma). Pichote: Ser más tonto que Pichote. Personaje real o imaginario que sería muy tonto para comparar con él a todos los demás. No recogido por la RAE. Picia: Hecho reprobable, fechoría, especialmente si lo hacen los niños. No recogido por la RAE. Sí registra pifia (de pifiar, del antiguo alemán medio pfifen, silbar), con el significado coloquial de “error, descuido, paso o dicho desacertado”. Por tanto, ha habido un cambio de la f por c (con sonido interdental fricativo sordo). Pico: (Del celtolatín beccus). Herramienta con mango de madera inserto en una estructura de hierro que acaba en pico fino por una de las partes y en punta algo más roma por la otra y que sirve para ahuecar terrenos muy duros, picar piedra y otros usos.

—201—


Herramientas: hoz rota, pala, hachas, garios, sierra, azuela, rastrillo, pico y azadas. Picón: (De picar, y este de pico, del celtolatín beccus). Esquinazo o trozo pequeño de tierra con un ángulo muy agudo. Ejemplo: He sembrao un picón de garbanzos en el Camino Castro. Después de la concentración parcelaria, no quedan picones. Piejo: Vulgarismo por piojo (del latín peduculus). Insecto hemíptero, anopluro, de 2 a 3 mm de largo, con piel flexible, resistente y de color pardo amarillento; cuerpo ovalado y chato, sin alas, con las patas terminadas en uñas, y antenas muy cortas, filiformes y con cinco articulaciones, y boca con tubo a manera de trompa que le sirve para chupar. Se alimenta de la sangre de los mamíferos de los que es parásito externo y se reproduce mucho y muy rápidamente, pudiendo originar epidemias. Nombre científico: Pediculus humanus capitis.

Piojo (Pediculus humanus capitis) Piejoso,-a: (De piejo, por piojo). Que tiene piejos o que tiene mucha suciedad como para cogerlos. Suele usarse como insulto, significando miserable o sucio. Pila: (Del latín pila, mortero). Pieza grande de piedra o de otra materia, cóncava y profunda, donde cae o se echa el agua para varios usos. La pila tradicional para lavar la ropa era de piedra y se llenaba con agua del pozo. El desagüe de la pila acababa en el corral y en los albañales. Todo esto era una mejora considerable, pues no había que ir a buscar agua a Los Charcos, ni que ir con la ropa hasta la Maluca. Había también pilas para que bebieran las gallinas, que eran una obra de arte popular tradicional por estar excavadas sobre un bloque de piedra con una piqueta y mucha paciencia. En la iglesia están la pila del agua bendita y la pila bautismal. Esta última es obra románica del siglo XII-XIII, muy grande y de una sola pieza, una maravilla de los maestros canteros. (Ver iglesia).

—202—


Pila de piedra, bebedero antiguo para las gallinas Pilila: (Voz expresiva). Pene, principalmente en lenguaje infantil. Pilón: 1) Del latín pila, columna: Contrapeso de la romana. (Ver romana). 2) Del latín pila, mortero: Estanque donde cae el agua de la fuente. Piltra: (Del francés antiguo peautre, catre). Cama. Pimplarse: Beber en exceso, especialmente vino o licores. Pincho: (De pinchar, y este de punchar, influido por picar. Y punchar, del latín *punctiare, de punctus). Bien vestido, compuesto y aseado. Ejemplos: ¡Qué pincho va!, ¡Qué pincho te has puesto! (Ver Peripuesto, atusarse, emperifollarse). Pindongo,-a: Callejero, que le gusta mucho salir. Pindonguear: Pendonear (Ver pendonear). Pingar: (Del latín *pendicare, de pendere, colgar, suspender). 1) Apartar algo de su posición vertical o perpendicular, inclinar. 2) Pender, colgar. Ejemplos: 1) Pon el tentemozo pa´que no se pingue el carro. 2) Ponte bien la falda, que te pinga mucho por la parte de atrás. Pingo: (De pingar). 1) Harapo. 2) Vestido feo y que sienta mal. 3) Persona que está mucho tiempo fuera de casa. De ella se dice que va, está o anda de pingo. Pingoleta: Voltereta, pirueta. Palabra no recogida por la RAE. (Ver chingoleta). Pino negral: Tipo de pino que no da piñones comestibles. Puede llegar a más de 40 m de altura, con la corteza de un blanco ceniciento, hojas largas y fuertes, piñas pequeñas y madera muy elástica y resinosa. También es conocido en otras partes con los nombres de pino salgareño, pino laricio y pino gargallo. Su nombre científico es Pinus nigra.

—203—


Pino negral (Pinus nigra) Pino piñonero: Da piñones comestibles. Nombre científico: Pinus Pinea.(Ver negral). Pino resinero: Se usaba para sacar la resina en los pueblos con grandes extensiones de pinar. Nombre científico: Pinus Pinaster. Se le conoce también con los nombres de pino rodeno, marítimo o rubial. Es un árbol que puede tener entre 20 y 35 metros de alto, de 1,2 a 1,8 m de tronco, corteza rojo anaranjada, gruesa y profundamente agrietada sobre todo en la base. Copa irregular y abierta. Las aciculas se distribuyen de dos en dos y son gruesas y largas, de 12 a 22 cm de largo, de azul verdoso a amarillo verdoso. Las piñas son cónicas, de 10 a 20 cm de largo y 4 a 6 cm de ancho cuando están cerradas; verdes al principio para pasar a un marrón rojizo a los 24 meses cuando se abren alcanzando entre 8 y 12 cm de ancho. Los piñones son de 8 a 10 mm con un ala de 20 a 25 mm que dispersa el viento.

Pino piñonero y pino resinero (Pinus pinea y Pinus pinaster) Pinrel: (Del caló pinré). Pie. Pinta: (Del latín vulgar pinctus,-a,-um, participio pasivo de *pinctare, pintar). 1) Aspecto o facha que presenta algo o alguien, de lo cual puede deducirse su calidad o índole. 2) Carta que, en el juego de naipes, se descubre para saber el palo de triunfos. 3) Sinvergüenza, desaprensivo. (La RAE da 10 acepciones más). Pintón,-na: (De pintar). Que va tomando color al madurar, como los tomates o las uvas. Ejemplo: Ya puedes coger esos tomates, que están pintones. —204—


Piñero: (De piña, y este de pinea). Hombre que vendía sacos de piñas, llevándolos a lomos de un burro. Solía venir de Navalilla. Como las piñas arden tan bien, se solían comprar para encender la lumbre o para dar un calentón rápido. Piñita: Planta perenne de la familia de las Asteráceas (Compuestas), que crece en los pinares, de unos 30 cm de altura como máximo, tallo simple y blanquecino, flor en capítulo con forma de pequeña alcachofa o piña de color plateado, la cual, cuando está seca, resulta muy bonita y decorativa, por lo que suele recogerse para adorno. Nombre científico: Leuzea conifera. Otros nombres populares: alcachofilla, cuchara de pastor.

Piñitas de adorno (Leuzea conifera) Piñote: (De piña, y este del latín pinea). Nombre que se da a la piña del pino cuando aún está cerrada. Palabra no recogida por la RAE. También se aplica a la persona cerrada de mollera y temerosa ante las novedades, en frases comparativas como esta: El Ponciano es más cerrao que un piñote. Pipirigallo: (De la onomatopeya pipiri y gallo). Planta herbácea vivaz, de la familia de las Papilionáceas, con tallos torcidos, de unos cuatro decímetros de altura, hojas compuestas de un número impar de hojuelas enteras y elípticas, flores encarnadas, olorosas, en espigas axilares y cuyo conjunto semeja la cresta y carúnculas del gallo, y fruto seco, cubierto de puntitas y con una sola semilla. Es común en España, se considera como una de las plantas mejores para prados, y una de sus variedades se cultiva en los jardines por la belleza de la flor. En algunas partes equivale a perigallo (Ver perigallo).

Pipirigallo (Onobrychis viciifolia) Pipo: Hueso de las frutas. Piquera: (De pico, y este del celtolatín beccus). Herida hecha en el cuero cabelludo. Suele ser muy aparatosa, por lo mucho que sangra. Ejemplo: Pero, hijo, ¿quién ha sido el cacho animal que te ha hecho esa piquera? —205—


¡Piras, piras, piras, piras…! : Interjección que se repite con tono cariñoso para llamar a las gallinas, las cuales, sabiendo que, como de costumbre, el grito va acompañado de algo de comer, acuden a rebatiña y en pocos minutos eliminan cuanto se les echa. La RAE admite pitas, pitas,… Pirindola: Coloquialmente, pene. En otras partes, perinola. Pirolo: Se usaba para encarecer la tontería de alguien en frases de este tenor: Es un tonto pirolo; ¡Qué tonto pirolo…! No recogido por la RAE. (Ver tonto). Pirrarse: Gustarle mucho algo a alguien y desearlo con ansia. Aunque, a veces, se oye pirriarse, la RAE solo admite pirrarse. Ejemplo: Me pirra lo dulce. Pirulí: Caramelo en forma de cono, recubierto con una especie de oblea y con un palillo para sujetarlo cuando se chupa. Pistorejazo: (De pestorejo, y este del latín post auriculum, detrás de la oreja). Golpe, cachete, colleja. Este significado general proviene del significado inicial, según la RAE: golpe dado en el pestorejo o cerviguillo. La RAE solo admite pestorejazo. Pitiminí: (Del francés petit, pequeño, y menu, menudo). Se usa en la locución adjetiva de pitiminí: De poca importancia. Los rosales de pitiminí son los de rosas muy pequeñas. Pitoste: Altillo hecho con piedras planas, de no más de 50 por 50 cm y de una altura no superior a 80 cm, donde se colocaba la jaula con la perdiz, como reclamo para atraer a otras piezas y cazarlas. Palabra no recogida por la RAE. Pizarrín: Barrita de lápiz o de pizarra no muy dura, generalmente cilíndrica, que se usa para escribir o dibujar en las pizarras de piedra. Placa: Parte superior de las cocinas económicas y, por metonimia, la propia cocina. Plancha: Utensilio con un asa arriba para agarrarlo y una superficie lisa casi triangular abajo, que, caliente, se repasa sobre la ropa para quitarle las arrugas. Las antiguas eran de hierro y se calentaban sobre la placa o tenían una cavidad que se llenaba de ascuas.

Planchas antiguas Platao: Gran plato de comida. Ejemplo: Se ha metido un platao de alubias, que tiembla el misterio. ¡La de pedos que se va a tirar! Plexiglás: (Del inglés plexiglas, y este del latín plexum, plegado, y el inglés glass, vidrio, cristal; marca registrada). Plástico muy fino, transparente y flexible. Pluma de Santa Teresa: Nombre popular de una planta llamada comúnmente tanaceto, conocida por los nombres científicos de Tanacetum vulgare y Chrysanthemum vulgare, perteneciente a la familia de las Compuestas. Tiene hojas muy aromáticas, finamente divididas en segmentos, de color plata brillante, pubescentes. Las flores se presentan en racimos umbeliformes, son blancas o amarillas, parecidas a margaritas. El nombre de pluma de Santa Teresa se debe a la forma de la hoja, sin embargo con este nombre he oído llamar en otras partes a otras plantas diferentes. Al ser sus hojas tan aromáticas, se usaban para echarlas por el suelo de la iglesia el día del Corpus

—206—


Christi, también llamado día del Señor. Otros nombres populares de esta planta son: Anastasia, Atanasia, Hierba de San Marcos, Hierba lombricera.

Pluma de Santa Teresa o tanaceto (Tanacetum vulgare o Chrysanthemum vulgare) Pobeda: Sitio o lugar poblado de pobos. Pobo: (Del latín populus, con o larga, álamo). Álamo blanco. Álamo en general. (Ver púa, tiemblo). Pobre: (Del latín pauperem, Acusativo de pauper,-ris). Necesitado, indigente, mendigo. Entre las clases populares, en un momento en que no había seguridad social, los que no tenían hijos o no eran atendidos por ellos pasaban, en su vejez, a ser pobres de solemnidad y no tenían más remedio que ir mendigando por los pueblos de casa en casa, pidiendo un mendrugo de pan por amor de Dios, o cualquier otra cosa que la gente quería darles. En algunas casas, se les solía dar 5 céntimos (ver perra chica).Se les decía ¡Dios te ampare! Y si les sorprendía la noche en el pueblo se les dejaba un pajar para dormir. ¡Triste condición! Mal alimentados, desaseados, tal vez con algo de vino para ahogar las muchas penas… terminaban ofreciendo un lamentable espectáculo que despertaba la compasión y el deseo de justicia. ¡Tantos años vividos y trabajados para acabar así…! Lo mejor que podía pasarles es que, por influencias, acabasen en las Hermanitas de los Pobres o en otra institución benéfica. Pocho,-cha: (Voz expresiva). Descolorido, ajado, que empieza a pudrirse (hablando de frutas), enclenque, flojo de carnes, que no disfruta de buena salud. Polla: (De pollo, y este del latín pullus). 1) Gallina joven que no pone o que acaba de empezar a hacerlo. 2) Vulgarmente, pene. (Ver pollo, gallina, gallo, clueca). Pollera: (Del latín pullaria, por la semejanza con la red de mimbres dentro de la cual se criaban los pollos). Artificio de mimbre que se ponía a los niños para aprender a andar. Pollino: (Del latín pullinus, y este de pullus, cría de un animal). Asno, burro. Pollo: (Del latín pullus). Cría de ave, especialmente de la gallina. La crrianza de pollos fue siempre básica en la economía rural. Antes de que llegasen las exigencias de la producción en masa, propia de la sociedad industrial, los pollos se criaban en los corrales y gallineros de las casas. Cuando una gallina estaba clueca (ver clueca), se seleccionaban diez o doce huevos entre los mejores y se la ponía a incubar. A las tres semanas salían los pollitos, y los huevos que no daban crías se decía que estaban —207—


hueros. La gallina cuidaba a sus pollos con celo y los escondía bajo su cuerpo y sus alas para darles calor. El agudo pío, pío de los pollitos alertaba a la gallina para ir en su busca, si alguno se separaba del grupo. Entre finales de los años 50 y principios de los 60 del siglo XX, se comenzó a criar pollos en grandes cantidades para la venta. Los pollitos procedían de una incubadora industrial y se criaban en números que oscilaban entre varios centenares y algunos millares, dependiendo de la capacidad de los locales que se habilitaron para ello o de las naves que se construyeron con ese fin. Algunas casas deshabitadas por la emigración a la ciudad fueron destinadas a criar pollos. Se cebaban con piensos compuestos y a los dos meses estaban listos para ser llevados al matadero. Se ganó dinero, pero los pollos perdieron la calidad de vida que tuvieron los de su especie, por estar al aire libre y gozar de mayor espacio, cuando se criaban en los corrales. La presencia de estos animales dio lugar desde antiguo a la frase no decir ni pío, aplicada a quien calla o guarda silencio. Los pollos, tras la segunda muda, eran considerados manjar exquisito guisados con tomate, por lo que se llamaban pollos tomateros. A pesar de que los pollos no sudan, cuando alguien suda mucho se dice que suda como un pollo. (Ver cerdo). Como quiera que los pollos, cuando se exaltan o alborotan por cualquier circunstancia extraña, arman un guirigay estontóreo con sus cacareos, montar o armar un pollo equivale a originar un griterío y confusión grandes, por efecto de una riña, altercado o pelea. (Ver polla, gallo, gallina). Polvorilla: Persona que tiene rápidos y bruscos arranques de cólera, sin que llegue la sangre al río, pues sus arrebatos no dejan de ser pasajeros e intrascendentes. Pompis: Trasero. Ponedero: Nicho de un gallinero donde ponen sus huevos las gallinas. (Ver nidal). Poner el culo como un tomate: Locución familiar que significa pegarle a alguien una azotaina en los glúteos, dejándole las posaderas, por efecto de la tunda, rojas como un tomate maduro. Es frase de uso muy general. Porcelana: (Del italiano porcellana). Generalmente, se entiende como loza fina, transparente, clara y lustrosa, pero en Tejares un plato o cazuela de porcelana es un recipiente metálico, recubierto de una capa dura de esmalte. Este tipo de cacharros “de porcelana” no se rompen al golpearse, pero pueden saltar esquirlas afeando el recipiente; entonces decimos que se ha “esmoroñado”. El acero inoxidable y la loza han sustituido este tipo de cacharros. (Ver esmoroñar).

Platos de hierro con esmalte, llamados “de porcelana” Porción: (Del latín portio,-onis). La locución una porción de se usa coloquialmente para indicar un número grande e indeterminado de personas o cosas. Por —208—


deformación solía decirse un porción de. Ejemplo: Ha venido un año mu[y] bueno y hemos cogido un porción de ciruelas claudias. Por manera que…: Locución conjuntiva ilativa o conclusiva, propia del habla personal, equivalente a de manera que, de modo que, así que. Porrada: (De porra, y este del latín porrum, puerro, por la forma de esta planta). Se usa en la expresión una porrada de con el significado de “montón o abundancia de cosas”. Ejemplo: Este año hemos cogido una porrada de almendrucos. La RAE recoge otras acepciones. Porreta: Se usa en la locución en porreta, equivalente a desnudo. Porrillo: Se usa en la locución adverbial a porrillo: En abundancia, copiosamente, a espuertas, a manta. Porrón: (De origen incierto). Redoma de vidrio para beber vino a chorro por el largo pitón que tiene en la panza. (Ver morapio). Portada: Espacio donde se guardaba el carro y los aperos de labranza. Según su anchura podía haber en ella alguna conejera o algún nidal para las gallinas. Entre el techo de la portadas, formado por ripias y vigas, y el tejado había una zona, destinada a meter la paja (el pajar) o a poner aperos. La paja se metía por una ventana abierta al efecto en algún lateral, y, una vez metida, se tapaba con maderas y piedras. En las vigas de la portada solían hacer sus nidos las golondrinas y no faltaban escondrijos para los gurriatos. La parte abierta de la portada enlazaba con el corral. Portal: (Del latín porta,-ae, puerta). Primera estancia de la vivienda que da acceso a las demás. Nada más pasar la puerta estaba el portal, llamado zaguán en algunas partes y algo parecido a lo que en las casas actuales se llama vestíbulo o hall. El portal era amplio y el piso estaba cubierto de lanchas. Por él entraban los machos (la yunta) hasta la cuadra que ocupaba un lateral de la casa. Portalillo: Antesala que hay antes de entrar en la iglesia. En ella solían jugar los chicos antes del Rosario o la Misa al juego de las esquinas, mientras iban de una a otra a la pata coja diciendo: ¿Quién, quién, quién, quién pone lumbre? A lo que respondía el preguntado: En aquella casa se reúnen. Mientras tanto, se aprovechaba para cambiarse de esquina y el de la pata coja para ocupar una, con lo cual pasaba a ir a la pata coja el que había sido desplazado y a repetir el estribillo. (Ver iglesia, ¿quién pone lumbre?). Portón: (Del latín porta,-ae). Hoja superior de madera de la puerta de acceso a la casa tradicional. La hoja inferior solía estar cerrada y sujeta con un cerrojo o aldabilla, mientras que la superior (el portón) estaba abierta para ver lo que pasaba en el corral o quién entraba por las puertas carreteras y solo se cerraba por las noches o cuando los dueños se ausentaban por un tiempo, cosa que no solía suceder, pues una casa de pueblo con tantos animales no se podía dejar sola un día entero. Por un garbanzo/ no se va a estropear to´l cocido: Frase usada para expresar que todo un grupo no se iba a deshacer por el enfado de uno solo, del mismo modo que un cocido no se tira porque haya un garbanzo negro o malo. (Ver cocido, garbanzo, puchero). Pos: Pues. Vulgarismo en regresión. Postilla: (Del latín *pustella por pustula). Costra de las heridas. Poyo: (Del latín podium). Banco de piedra a la puerta de las casas. Pozal: 1) Vasija más grande que un cubo para contener líquidos. 2) Cuba partida por la mitad para el trasiego del vino. Comer a pozal: Comer toda la familia de la misma fuente. La única ventaja de eso era que se fregaban menos platos. Costumbre desaparecida, por razones de higiene y por cambio de mentalidad.

—209—


Pozo: (Del latín puteus). Perforación hecha en la tierra para acumular agua de lluvia. Es lo que en otras partes llaman propiamente aljibe. Era una gran ventaja y no todas las casas lo tenían. Hacerlo a pico y pala y recubrir el interior de cemento para evitar que se filtrase el agua acumulada era un trabajo como para deslomarse. Los canalones recogían el agua del gotereo del tejado que desaguaba en el pozo. Prender: Encender la lumbre, empezar a arder la leña. (Ver tea). Presinarse: Persignarse, es decir, hacer todas las señales de la cruz: la primera en la frente, la segunda en la boca y la tercera en el pecho con el dedo pulgar de la mano derecha (a lo que se llama signarse); luego se hace una cruz grande con los dedos índice y corazón desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo hasta el derecho (a lo que se llama santiguarse). Pretina: (Del latín *pectorina, de pectus,-oris). Cinta con hebilla para ajustar a la cintura los pantalones u otras prendas. Preto: Prieto. Vulgarismo en regresión. Pringue: 1) Grasa que sueltan las carnes sometidas a la acción del fuego. 2) Grasa que se pega a la ropa u otra cosa. 3) Unte/unto (Ver unte). Prójima: En frases de crítica o censura, individua, mequetrefe, malintencionada. Ejemplo: ¡Vaya una prójima! Prometer: Asegurar. Ejemplo: Es así, te lo prometo (=te lo aseguro). Púa: (Quizá de poba, femenino de pobo, con la siguiente evolución: po[b]a>poa>púa). Álamo blanco, tiemblo o álamo en general. No recogido por la RAE. (Ver pobo y tiemblo). Puchera: (Del latín [olla] pultaria, esta de pultarius, y esta de puls, pultis, “papilla, puches, gachas; sopa de harina, puré”). Puchero pequeño donde se hacían sopas para los niños que ya empezaban a destetarse. Para la RAE es sinónimo de olla (de carne, tocino, legumbres y hortalizas). Puchero: (Del latín pultarius, propiamente “olla para puches” y por extensión “vasija, puchero”). Vasija de barro, con base más estrecha que la boca, panza abultada y un asa junto a la boca. Se ponía en la lumbre baja arrimando el rescoldo a la panza y a la base para preparar el cocido, de modo que “poner el puchero” equivalía a “preparar el cocido”. (Ver cocido, garbanzo). La expresión coloquial “hacer pucheros” o “hacer pucheritos” se refería, especialmente, a los gestos de los niños antes de echarse a llorar. Pueblos pequeños, infiernos grandes: Expresión proverbial con la que se da a entender que, en un pueblo pequeño, si hay roces fuertes entre vecinos, la cosa puede llegar a ser insoportable, porque, quieras o no, te los vas a encontrar en cualquier parte. Cuando los odios son enconados pueden acabar en tragedia, o en situaciones de familias que no se hablan entre sí durante generaciones. Por fortuna, hay muchos pueblos pequeños que son modelo de buena convivencia y familiaridad, donde todos ayudan a todos y nadie se siente solo. Puertas carreteras: Eran de madera, grandes y resistentes, con los tablones y travesaños unidos por grandes clavos de cabeza muy grande que se veían por fuera de la puerta. En ella había otra puerta más pequeña (a la que llaman en algunas partes postigo) para pasar las personas y los machos cuando iban sueltos. Para meter o sacar el carro las puertas carreteras se abrían totalmente. Se aseguraban mediante una gran falleba de hierro; el postigo abierto en ellas podía cerrarse mediante una gran llave. Giraban sobre un gran quicio o gozne. Pulgón: (De pulga). Insecto hemíptero, de uno a dos milímetros de largo, color negro, bronceado o verdoso, sin alas las hembras y con cuatro los machos, cuerpo ovoide y con dos tubillos en la extremidad del abdomen, por donde segrega un líquido

—210—


azucarado. Las hembras y sus larvas viven parásitas, apiñadas en gran número sobre las hojas y las partes tiernas de ciertas plantas, a las cuales causan grave daño. Puñetero,-a: (De puño, y este del latín pugnus). Molesto, fastidioso, cargante. Pupa: En lenguaje infantil, pequeña herida o rasguño. Purga benito: Solución rápida, sobre todo a una dolencia. Ejemplo: Este medicamento no es la purga benito. Purrela: Cosa despreciable, de mala caliadad, de poco valor. La RAE también recoge purriela.

Q Quedarse con el santo y la limosna: Expresión coloquial, relacionada originalmente con el ámbito eclesiástico, que pasó a significar quedarse con todo de forma artera en el reparto de bienes que corresponden a varias personas, como lo haría quien, a la chita callando, se quedara con la imagen del santo y con las limosnas dadas por los devotos, bien sea las que se ponen en el cepillo, bien las que se pagan, al subastar los palos de las andas, por meter al santo en la iglesia o en su trono. (Ver andas, palos). Quedarse leto,-a: 1) Expresión coloquial, que podemos considerar como un localismo, con la que se indica que una peonza o un peón, tras ser lanzados, se quedan girando rápidamente como si aparentemente no se movieran. La palabra leto,-a no la recoge ninguno de los diccionarios al uso, por lo que nos aventuramos a decir que puede ser una forma creada a partir de paleto,-a con aféresis de la sílaba pa. Solía decirse: Mira, la peonza se ha quedao leta, leta, leta... 2) Quedarse una persona casi inmóvil cuando gira sobre sí misma vertiginosamente. 3) Quedarse una persona absorta e inmóvil contemplando algo que le produce estupefacción o asombro, como se supone que lo haría una persona paleta. (Ver leto,-a). Quedo: (Del latín quietus, participio pasivo de quiescere, descansar). En voz baja. Quedré…: Vulgarismo por querré, formado por analogía con podré, vendré, etc. La conjugación quedaría así: quedré, quedrás, etc. Desterrado por la presión culta. Que le den por donde amargan los pepinos: Frase coloquial eufemística de significado e intención claros. Que lentejas dampunturo: Expresión comparativa que forma parte de la frase: “Te voy a dar más palos que lentejas dan por un duro”. En pronunciación rápida y con elisiones queda dan-p´un-turo, que puede transcribirse dampunturo. Ahora por un duro, 5 pesetas antiguas, no se venderán muchas lentejas. ¡Quia!: (De qué ha [de ser]). Interjección para expresar incredulidad o negación. Quien conoce Tejares/ conoce todos los lugares: Refrán que viene a decir que las mismas situaciones, vicios, problemas y vivencias se dan en todas partes, de modo que quien conoce una conoce todas. Por otra parte, cualquier rincón del mundo puede ser una síntesis de todo el planeta. No es una invitación a no conocer otras cosas, sino a saber que la condición humana es básicamente la misma en cualquier sitio. El refrán se lo aplican a sí mismos otros pueblos. ¿Quién pone lumbre?: Juego de las esquinas, en el que el chico que se quedaba sin esquina iba de una a otra a la pata coja diciendo: ¿Quién, quién, quién, quién pone lumbre? A lo que respondía el preguntado: En aquella casa se reúnen. Mientras tanto, se aprovechaba para cambiarse de esquina y el de la pata coja para ocupar una, con lo cual pasaba a ir a la pata coja el que había sido desplazado y a repetir el estribillo. Era frecuente jugar a este juego en el portalillo de la iglesia. (Ver portalillo, iglesia).

—211—


Quijada: (Del latín *Capseum). Cada una de las dos mandíbulas de los vertebrados que tienen dientes. Quincalla: (Del francés quincaille). Conjunto de objetos de metal, generalmente de escaso valor, como tijeras, dedales, imitaciones de joyas, etc. (Ver chichicalla). Quinchar: Pinchar, incordiar, molestar. La RAE da otro significado muy distinto. Quinchón: Esquina. No recogido por la RAE. Quinquillero: (De quincallero, por asimilación vocálica). Persona que fabrica o vende quincalla. Estañador, componedor. La RAE admite solo quincallero. (Ver componedor, estañador, lañador). Quintal: (Del latín centenarium, a través del árabe hispano qintár). 1) Cien libras (unos 46 kilos en Castilla). 2) Quintal métrico: 100 kilos. Quinto: (Del latín quintus). Mozo desde que se sortea hasta que se incorpora al servicio militar. Se llamaron quintos, porque, en origen, iba al servicio uno de cada cinco. En todos los sorteos quedaban exentos los excedentes de cupo y los que tenían algún defecto físico reconocido como incapacitante para la mili (pies planos, estrechez de espaldas, minusvalías, etc.). ¡Quis, quis, quis, quis…!: Voz para llamar al perro. En otras partes, cus y cuz. ¡Quisio, quisio…!: (De ¡Qué se yo, qué sé yo…!). Frase para expresar duda. La relajación en la pronunciación produce curiosas formaciones como esta, que es un flagrante vulgarismo. Así cambió el latín dando lugar al español actual. Quisqui: (Del latín quisque, cada uno). Cada uno. Se usa en locuciones como cada quisqui y to quisqui. Quitameriendas: Planta de la familia de las Liliáceas, muy parecida al cólquico, del que se distingue por no estar soldadas entre sí las largas uñas de sus sépalos y pétalos. Nacen al final del verano. En algunas partes son llamadas [d]espachaveraneantes.

Quitameriendas (Colchicum montanum o Merendera montana) Quitar: Deshacerse de algo. Ejemplo: Voy a quitar las gallinas.

R Rabadilla: (Del diminutivo de rabada, y esta de rabo). Parte trasera y movible de las gallinas y otras aves, donde se asientan las plumas de la cola. Ejemplo: Lo que más me gusta del pollo es la rabadilla. Rabanada: Ver Rebanada.

—212—


Rabo: (Del latín rapum, nabo). Uso típico en la locución adverbial al rabo, que significa detrás. Ejemplo: ¡Huuy…este niño siempre está al rabo! Racanear: Rehuir el trabajo, vaguear. Rácano: 1) Taimado. 2) Tacaño. 3) Vago. Las acepciones 2 y 3, las más usadas en Tejares y alrededores. Raedera: (De raer, y este del latín radere). Paleta de hierro para rascar la artesa, quitando los restos que quedan pegados después de amasar. Raigón: (De raigar, del latín radicare). Raíz de muelas y dientes. Ralo,-a: (Del latín rarus,-a,-um, escaso). Dicho del pelo o de un sembrado: poco denso, con los elementos muy separados. Ramal: Ronzal asido a la cabezada de un burro, macho o caballo, del que se tira para llevarlos y guiarlos. Ramera: (De ramo, y este del latín ramus). Conjunto de ramas cortadas de los pinos y recogidas para la lumbre. Ejemplo: Vamos a coger ramera al pinar, que es mu[y] buena pa[ra] prender la lumbre. Rampliega: (Del bajo latín lampreda>rampliega, habiéndose producido metátesis de líquidas l y r, diptongación de e en ie y quizá cambio, poco habitual, de la d en g, aunque podría tratarse de una g epentética para facilitar la articulación de las vocales). Lamprea o anguila de río. La RAE no recoge rampliega, pero sí lamprea. La lamprea de río (Lampreta fluviatilis) es una especie de pez agnato (sin mandíbulas) del orden Petromyzontiformes, una de las pocas especies actuales de su clase Hyperoartia. De unos 30-40 cm de largo, posee una boca en forma circular capaz de roer; con ella se sujeta a su presa, comportándose como predador/parásito de la misma. Vive en aguas poco profundas. Tiene un ciclo de reproducción similar al salmón, ya que nacen en los ríos y luego se dirigen al mar, y cuando llega el momento de procrear se dirigen nuevamente al río. L. fluviatilis posee siete orificios branquiales, característica de los agnatos; poseen una aleta dorsal primaria, una aleta dorsal secundaria y una aleta caudal.

Lamprea de río (Lampreta fluviatilis) Rampujo: (De rampojo). Escobajo que queda tras comerse las uvas de un racimo. La RAE recoge rampojo (que el lo mismo que raspajo o escobajo) y ramujo (ramas que se cortan del olivo), pero no rampujo. Rapaterrón: Se usa mucho en la locución a rapaterrón, con el significado de de raíz, de forma radical. Lo recoge la RAE. Ejemplo: Han cortao el árbol a rapaterrón. (Ver terrón, estripaterrones). Rape: (De rapar, y este del gótico hrapôn, arrancar). Se usa en la locución a rape, que significa a ras de tierra, a ras de piel. Ejemplo: Se ha cortao el pelo a rape. Rasar: (De raso, y este de rasus, participio de radere, raer). Igualar por arriba el contenido en áridos (trigo, cebada, etc.) de un recipiente ajustándolo al borde.

—213—


Rasca: (De rascar, del latín *rasicare, raer, de rasus). Frío muy intenso. Ejemplo: Pero, hombre, ¿cómo vas a salir con esta rasca? Rascuñar: (Del cruce entre rascar y uña). Arañar, herir con las uñas. A veces, se puede oír arrascuñar. Rasero: (Del latín rasorium). Palo cilíndrico que sirve para rasar las medidas de los áridos y que, a veces, tiene forma de rasqueta. Raso: (De rasus). 1) Dicho del cielo y de la atmósfera: Limpio y sin nubes. Se usa en la locución al raso: al sereno, a la intemperie, sin techo. 2) Dicho de una medida: colmada justo hasta el borde pasando el rasero. Raspa: 1) Espina del pescado. 2) Terminaciones finas de las espigas de cereal. 3) Persona irritable o antipática. Ejemplo: ¡Menuda raspa es Fulanita! Rastrilla: Instrumento o herramienta con mango largo y travesaño perpendicular al mango, más largo y con más púas que el del rastrillo. (Ver rastrillo). Existe una anécdota popular en la que un chico labrador, que se fue a estudiar a la capital, volvió al pueblo hecho un señorito y con aires de superioridad. Un día llegó a la era y fingía haber olvidado los nombres de las herramientas. Cuando vio tirada la rastrilla al pie de la parva (lo normal es que estuviera de pie, apoyada en la hacina, para rastrillar la parva a la hora de amontonar por la tarde), preguntó: “¿Qué es este bichillo con tanto ganchillo?” Cometió entonces la torpeza de poner el pie en las púas y, al apretar, la rastrilla se levantó bruscamente y le dio en las narices. Entonces, echando mano del vocabulario que fingía haber olvidado, exclamó: “¡Me cagüen la rastrilla y la madre que la parió!” El padre con sorna le dijo: “¡Qué pronto has recuperao la memoria, muchacho!” Esta anécdota, contada por nuestros abuelos, tiene sabor popular tradicional y se hace difícil saber dónde y cuándo se origina, pues la encontramos, narrada esencialmente del mismo modo, en el autor ruso Gógol (N. V. Gógol, Obras completas, Madrid, Aguilar, 1968, pág. 40). Rastrillo: (Del latín rastellus). Instrumento compuesto de un mango largo y delgado, cruzado en uno de sus extremos por un travesaño con púas para recoger hierba, paja, broza, etc. Rastrojera: Conjunto de tierras que han quedado de rastrojo. Rastrojo: (De restrojo, y este del latín re-stipula). Residuo de las cañas de la mies, que queda en la tierra después de segar. Ratel: Ver retel. Ratón: Pequeño roedor muy abundante y prolífico, contra el que se luchaba a base de gatos. (Ver gato, arratonao, ratonar, ratonao). Solía decirse con tono irónico: ¡Qué tontas son las mujeres/ que se asustan de un ratón,/ y no se asustan del hombre,/ que es el animal mayor! Ratonao,-da: Ver ratonar y arratonao. Ratonar: 1) Roer los ratones comida, ropa, madera, etc. 2) Ponerse enfermo el gato de comer muchos ratones, por lo cual emite sonidos roncos como si quisiera vomitar. Ejemplos: Esa falda está ratonada y ya no sirve ; parece que ese gato está ratonao. (Ver arratonao, gato). Raya: (Del bajo latín radia, y este de radius, rayo). Límite de un término o provincia. Real: Esta palabra tiene tres homónimos: 1) Real (de res, rei , cosa). Verdadero, efectivo. 2) Real (de regalis,-e, propio del rey, y este de rex, regis, rey). Relativo al rey o a la realeza. 3) Real (Del árabe hispano rahal, campamento). Campamento militar y lugar donde se asienta. Del 2º homónimo proviene el nombre de la moneda llamada real. El nombre se remonta al siglo XIV. Modernamente el real equivalía a 25 céntimos de peseta. Se presentaba

—214—


en monedas de 50 céntimos de peseta, llamados dos reales, caracterizados, en tiempos de Franco, por tener un pequeño agujero en el centro. Esta moneda, con cambios de diseño, fue fabricada desde 1944 hasta 1982 y disfrutó de curso legal hasta 1997. Su escaso valor fue disminuyendo conforme avanzaban los años, de ahí que se dijesen frases como “esto no vale ni dos reales”, “malvendió la hacienda por cuatro reales”, y otras por el estilo, que daban a entender el poco valor de aquello a lo que se referían. (Ver perra gorda/perra chica; rubia; rial).

Monedas de 50 céntimos, llamadas de dos reales, de Franco y Juan Carlos I Reata: (De reatar, y este del latín *reaptare, atar). Hilera de caballerías que van atadas y correa que las une. Hablando rápido puede oírse riata. Rebaba: Bordes irregulares de un objeto, o materia sobrante de una superficie. Ejemplos: Lima estos bordes para quitar la rebaba; quita la rebaba que hay entre los ladrillos para que quede liso el muro. Rebanada: (De rebanar, y este del latín rapinare, quitar). Porción delgada, ancha y larga que se saca de una cosa, y especialmente del pan, cortando de un extremo al otro. También se oye rabanada. Rebato (tocar a rebato): (Del árabe hispano ribát, servicio en rábida, fortaleza musulmana en la frontera con los reinos cristianos). Tocar la campana de forma rápida y nerviosa para convocar a los vecinos ante un peligro (incendios, ataques, etc). Rebilla: (Quizá de *ripella). Pequeño talud o caballón con vegetación silvestre (como zarzas, majuelos y gramíneas espontáneas) que separa una finca de otra o que se encuentra en los límites con un terreno no cultivado o con un camino. Las rebillas introducían una pequeña variación en la monotonía del paisaje cerealista, y los arbustos que crecían en ellas servían de refugio a distintos tipos de aves. Fueron eliminadas casi todas tras hacer la concentración parcelaria. Para mí es palabra bien legítima, salida de la evolución del latín *ripella, pero no está incluida en el diccionario de la RAE, que, sin embargo, recoge ribazo con el significado de talud entre dos fincas que están a distinto nivel o caballón que divide dos fincas o cultivos. Esta palabra es empleada en otros pueblos de Castilla en género masculino: el rebillo/los rebillos. Rebujo: (De rebujar, este de reburujar, y este de burujo, del latín *voluculum, por volucra,-ae, envoltura). Envoltorio desordenado de ropas, trapos o papeles. (RAE). Ejemplo: Podías haber recogido tu ropa, en vez de dejarla ahí tirada y hecha un rebujo. Rebullir: (Del latín rebullire). Meter ruido, moverse algo que estaba quieto. Reca[d]o: (De recadar, y este del latín *recapitare, recoger). 1) Mensaje que se manda a alguien. 2) Encargo, cometido que se ha de realizar. Es de uso coloquial la frase a casa con el recao, para indicar que alguien no pudo hacer aquello que se le mandó o que tenía previsto, por razones de fuerza mayor, y tuvo que volverse a casa sin

—215—


hacerlo, posponiéndolo para mejor momento. Ejemplo: Llegamos con la hora justa y ya habían cerrao, así que…¡a casa con el recao!; fuimos a vendimiar, se preparó un nublao impresionante y a casa con el recao. Recaudador: (De recaudar, del latín *recapitare, recoger). Persona encargada de cobrar contribuciones o impuestos. Recentadura: Porción de levadura que se deja reservada para fermentar otra masa. Rechistar: (De chistar, y este de chist, voz onomatopéyica). 1) Emitir algún sonido con intención de hablar. 2) Contestar, replicar. Ejemplo: ¡Vamos, Pepito! ¡A la cama sin rechistar! (Ver chistar). Recio,-cia: 1) Fuerte, vigoroso. 2) Duro, difícil, intenso, violento. Ejemplos: No hables tan recio; sopla muy recio el viento. (Más acepciones en la RAE). Reclinatorio: (Del latín reclinatorium). Mueble que consta de una superficie sostenida por cuatro patas muy cortas y preparada para arrodillarse, y un antepecho que va desde las rodillas dobladas hasta la altura de los brazos flexionados, que se colocan sobre la superficie superior del antepecho, en actitud de oración. Recochineo: Burla o ironía molesta en palabras o acciones. Recocho: (Del latín recoctus, participio pasivo de recoquere).Excesivamente cocido y, por tanto, con un tono grisáceo o negruzco. Se aplicaba al tiempo y en los días nublados se decía: Está recocho. (Palabra incluida en el diccionario de la RAE, pero no con la acepción de tiempo nublado). Recomendación: (Del latín commendatio, con el prefijo re- puesto en castellano en el siglo XV; a su vez, procede del verbo commendo, encomendar, confiar, valorar, ensalzar; por su parte commendo está compuesto por cum y mando, encargar, confiar, mandar). Acción y efecto de pedir a alguien que se interese especialmente por una persona o asunto. Se pedía recomendación a las personas que se suponía que tenían influencias. (Ver influencias, bula). Entre las recomendaciones estaban la recomendación del alma (ver muerte), las recomendaciones por los difuntos, las recomendaciones del médico y las que se pedía a gentes influyentes. La recomendación del alma es la oración que se reza ante el enfermo in articulo mortis (“que está en las últimas”), pidiendo a Dios que lo acoja misericordiosamente para que goce de la Gloria eterna. Las recomendaciones por los difuntos consisten en rezar en todas las misas dominicales, en el momento señalado por la liturgia, por los difuntos, citando su nombre y primer apellido y haciendo una breve pausa para decir en silencio un Padre Nuestro. Por las recomendaciones se pagaba un estipendio anual, que se renovaba cada año a petición de los familiares del difunto. Había difuntos cuya recomendación podía prolongarse por 50 años o más, por lo que su nombre sonaba incluso entre muchos que no lo habían conocido en vida. Las recomendaciones del médico eran programas de salud para la gente: no comer cerdo, abstenerse de sal, no fumar, no beber, etc. Todo ello constituía un motivo de desazón para quien tenía mala salud, a pesar de su estricta necesidad para no empeorar, por lo que se acuñó una expresión para indicar que alguién no estaba dispuesto a hacer algo bajo ningún concepto: Eso no lo hago yo, ni aunque me lo recomiende el médico. Las recomendaciones que se pedían a gentes influyentes (cura, maestra, gente de buena posición, etc.) tenían como fin granjearse influencias para acceder a algún puesto al que se presentaban muchos candidatos o para gozar de algún privilegio en ciertas corporaciones (servicio militar, instituto, etc.). El que pedía la recomendación se veía obligado a agradecer el interés que ponía la persona a la que se le solicitaba el favor.

—216—


La manifestación del agradecimiento se demostraba con regalos en especie, como jamones, pollos (entonces todos eran “de corral”), pavos, cestas de uvas o manzanas (las mejores entre las primicias), morcillas, longanizas, etc. En el caso del servicio militar, “el recomendado” podía librarse de guardias o pasar a depender directamente de algún capitán o coronel, que le daba algún pase especial (como el pase pernocta), a cambio de servicios particulares que hacía el soldado para los susodichos jefes, por lo que el soldado era llamado machaca. (Ver machaca, pase pernocta). Reconcomerse: Dar vueltas mentalmente a una ofensa, una falta o delito, una preocupación excesiva o una carga moral. Ejemplo: Desde que me insultó, estoy que me reconcomo, y ,cuando le vea, le voy a decir cuatro cosas al chulo ese. Recua: (Del árabe hispano rákbah, cabalgado). 1) Conjunto de animales de carga que sirve para trajinar. 2) Conjunto de personas mezcladas. Se dice despectivamente. (Acepción no recogida por la RAE). (Ver reata y jarca). Ejemplo: ¡Cuántos chicos se han metido en casa! ¡Vaya una recua! Recular: (Del francés reculer, derivado de cul, culo). 1) Andar hacia atrás, dar marcha atrás un vehículo, retrocder. 2) Cejar una persona en un empeño pretencioso o en una opinión obstinada. Reculo,-a: (De re- y culo). Dicho de un pollo o de una gallina: Que no tiene cola. Se usa la locución a reculas, que significa hacia atrás. Redondel: (De redondo, y este del latín rotundus,-a,-um). Círculo. Refajo: Falda interior que llevaban las mujeres sobre la camisa o enagua. Recogido por la RAE. Refilón: Se usa en la locución adverbial de refilón: oblicuamente, al sesgo, de soslayo; de pasada. Ejemplo: Me tiraron una piedra y menos mal que me pasó de refilón, que si me atinan me hacen una buena avería. Reguero: (De regar, y este del latín rigare). Pequeño cauce por donde corre el agua, sea de forma permanente, sea en época de lluvias. En Tejares es famoso el Reguero de las Hoces, con paisajes similares a los que vemos en San Frutos de Duratón. Las aguas que discurren por este reguero van al río Duratón. Reguilar: (Quizá de regular, en el sentido de ordenar o someter a regla una cosa). Podar. Acepción no recogida por la RAE. Ejemplo: Vamos a reguilar las púas. (Ver púas). Rejacar: (De arrejacar, y este de origen discutido). Dar a los sembrados, cuando ya tienen bastantes raíces, una labor que consiste en romper la costra del terreno con azadilla, grada o rastra, a través de los surcos que se abrieron para sembrar el grano. Rejón: (De reja, y este del latín regula). Aguijón de la abeja o de la avispa. Acepción no recogida por la RAE. Ejemplo: Sácate el rejón y úntate con un poco de barro, que´s mu bueno pa bajar la hinchazón. Rejonazo: (De rejón). Golpe de rejón o herida causada por un rejón. Ejemplo: Contra pereza, rejonazos. (Versión popular del clásico “contra pereza, diligencia”). Remanecer: (De re- y el bajo latín manescere, amanecer). Aparecer de nuevo o inesperadamente. Así lo tenemos en la popular canción tradicional del segador: Se remaneció a un pastor/ la Virgen San Salvadora… Rematar: Concluir o acabar una tarea para completarla. (Otras acepciones en la RAE). Ejemplo: Sólo nos queda este picón por segar: ¡Vamos a rematar la faena! Remilga[d]o,-da: (Del participio de remilgarse). Que afecta excesiva delicadeza y escrúpulo en gestos y acciones. Ejemplo: ¡Qué remilgao se ha vuelto el Tiburcio desde que se ha ido a Madrid! ¡Hay que joderse! ¡Pues si antes era capaz de asar las chuletas encima de los moñigos de los machos y decía que lo que no mata engorda!

—217—


Remo: (Del latín remus). Uso típico en la locución a remo, de mala gana. Ejemplo: ¡Qué penitencia! Siempre que tiene que ir a escardar va a remo, pero háblale de ir de jarana y verás cómo cambia la cosa. Remolón,-na: (De remorar). Que intenta evitar el trabajo o la realización de algo. Rendibú: (Del francés randez-vous). Acatamiento o agasajo empalagoso y adulador. (Ver angulema, pamema). Rendija: (De re- y hendija). Hendidura o abertura larga y estrecha que se produce en un muro, tabla u otro cuerpo sólido, atravesándolo de parte a parte, de modo que pasa la luz y el aire. Renegar: Reprender o mostrar desacuerdo refunfuñando o gruñendo. Renuncio: (De renunciar, y este del latín renuntiare). Falta que se comete en los juegos de naipes, cuando alguien se salta las reglas. Ejemplo: No vas a jugar más con nosotros, porque eres muy tramposo y no paras de hacer renuncios. Reo: (Del catalán reu, y este del gótico reths, consejo, previsión, provisión). Vez, turno. Palabra muy usada en los juegos de cartas. Reoca: (De re y oca, quizá por referencia a las muchas vicisitudes de este juego). Palabra coloquial usada en la expresión ser la reoca, con la que se encarece lo bueno o lo malo de alguien. Recogido por la RAE. (Ver pera). Repanchingarse: (De re- y pancho). La RAE recoge repantigarse y repantingarse (del latín pantex,-icis, panza), pero recomienda repanchigarse o repanchingarse. Arrellanarse en el asiento y extenderse lo más cómodamente posible. Repasarse: (De re- y pasar, del latín passare, de passus, paso). Filtrarse el agua. Ejemplo: Hay que revocar el sótano, porque se repasa en cuanto llueve. Repelea: Hecho de coger algo con prisa entre muchos que quieren cogerlo a la vez. Se usaba en la locución “a la repelea”, equivalente a “a rebatiña”. En los bautizos se tiraban caramelos y algunas monedas a la repelea y los chicos se mataban a cogerlos, intentando quitárselos unos a otros para ver quién cogía más. (Palabra no incluida en el diccionario de la RAE). (Ver bautizo). Repelús: 1) Temor indefinido o repugnancia que inspira algo. 2) Especie de castigo jocoso que recibe el que pierde en ciertos juegos de naipes. Esta acepción no la recoge la RAE. Repente: Impulso inesperado, precipitación que sobreviene. Ejemplo: Al Pachi le dio un repente y se fue escopetao sin decir ni tus ni mus. Repicar: Tañer rítmicamente las campanas en señal de fiesta y alegría. RAE. Ejemplo: Están repicando en vísperas, que mañana es fiesta. La expresión No se puede repicar e ir a la procesión es de sentido claro: si estás tocando las campanas para señalar que la procesión está discurriendo, mal puedes ir simultáneamente al desfile procesional. Se dice para significar que no se pueden hacer a la vez dos cosas que se excluyen entre sí. (Ver burra, buche y leche… y sopa). Repiquetear: Verbo frecuentativo o iterativo de repicar, que significa repicar una y otra vez y con mucha viveza. RAE. Ejemplo: ¡Qué bien repiquetea el sacristán! Requetebién: Bien en sumo grado. Requilorio: Rodeo innecesario antes de hacer o decir lo que es obvio, fácil y sencillo. Ejemplo: Total, pa´decir al final que no viene no hacían falta tantos requilorios. Resabio: (De un derivado del latín resapere, tener sabor, saber a). Sabor desagradable que deja algo. Rescoldo: (De rescaldo). Últimas ascuas de la lumbre mezcladas con ceniza. Reseco: Sed. Ejemplo: Trae el botijo, que con la calorina me entra un reseco que parece que tengo estropajo en la boca.

—218—


Resisterio: (De resistero, y este de re- y sexta>siesta). Sol fuerte de mediodía y de la hora de la siesta y lugar donde más aprieta, sobre todo en los meses de verano. Ponerse al resisterio puede producir una insolación. La RAE admite resistero. Ejemplo: No te pongas al resisterio, que se te va a cocer la sesera. En otras partes dicen retostero (de re-, tost-, de tostar, y el sufijo -ero). Respingar: (Del latín *repedinare, de repedare, recular). 1) Retozar una caballería levantando las patas traseras (acepción no recogida por la RAE). 2) Hacer sacudidas y gruñidos las bestias, porque algo las molesta, lastima o produce cosquillas. 3) Por analogía, saltar alegremente una persona. Respondón: (De responder, y este del latín respondere). Que protesta y contesta de forma algo desabrida e irrespetuosa. (Ver retrucar). Responso: (Del latín responsum, respuesta). Oraciones que hacía el señor cura acompañado de un monaguillo al final de las misas, pasando por los hacheros para rezar por los difuntos, mientras iba poniendo el bonete para que las devotas o devotos le echasen unos céntimos de peseta. (Ver perra chica, perra gorda). Responsorio: Rezo a dos coros, en el que se repite una antífona. Fue famoso el responsorio de San Antonio (que me trae entrañables recuerdos de la tía Trinidad, de Castro de Fuentidueña). (Ver Antonio, San). Solía rezarse para encontrar objetos perdidos. Dice así: Si buscas milagros, mira Muerte y error desterrados, Miseria y demonio huidos, Leprosos y enfermos sanos. El mar sosiega su ira, Redímense encarcelados; Miembros y bienes perdidos Recobran mozos y ancianos. El peligro se retira, Los pobres van remediados; Cuéntenlo los socorridos, Díganlo los paduanos. El mar sosiega su ira, Redímense encarcelados; Miembros y bienes perdidos Recobran mozos y ancianos. Gloria al Padre, gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo. Ruega a Cristo por nosotros, Antonio, glorioso Santo, Para que dignos así De sus promesas seamos.

Restranco: (Quizá de resto). En frases negativas, nada. Ejemplo: No queda ni un restranco. (Ver rucho). Palabra no recogida por la RAE. Resuello: (De resollar, y este del latín re- y sufflare, soplar). Respiración, especialmente la jadeante por un esfuerzo o sobresalto. Se dice que a alguien se le corta el resuello cuando se tiene que callar por miedo.

—219—


Retahíla: (De recta e hila). Serie larga de cosas que se van enumerando según el orden en que están o han sucedido. Retejar: (De re- y teja, y este de tegula). Reparar un tejado, cambiando las tejas rotas y recolocando las que están movidas. Retel: (Del catalán y aragonés retel, del latín *retellum, de rete). La RAE solo recoge retel, aunque se oye mucho ratel, por disimilación vocálica. Arte de pesca que consiste en una red, sujeta a un aro, en forma de bolsa y que se usa para la pesca de cangrejos de río. (Ver ratel). Retor: (Del francés retors, retorcido). Tela de algodón fuerte y ordinaria en que la trama y urdimbre están muy torcidas. Por ser tan gruesa y resistente, se empleaba en hacer ropa de batalla, como por ejemplo los piales. (Ver piales). Retortero: (Del latín retortum, supino de retorquere, retorcer, envolver). 1) Se usa en las expresiones traer a alguien al retortero (no dejarle parar con ocupaciones continuas y urgentes) y andar al retortero (andar de acá para allá sin parar). 2) Usar muchas cosas a la vez produciendo desorden o dejar muchas cosas por todas partes desordenadamente. Ejemplos: Para hacer una simple sopa has deja[d]o todas las cazuelas al retortero; ¡mi[r]a que tener siete pares de pantalones al retortero, cuando con uno o dos te bastaría…! Retortijón: Retorcimiento doloroso de alguna parte del cuerpo, especialmente de las tripas. Ejemplo: Me dio un retortijón y tuve que ir corriendo a tirar el pantalón. Retratista: (De retrato, y este del latín retractus). Fotógrafo. Retrucar: Protestar, refunfuñar. Ejemplo: ¡No me retruques! Para la RAE: Replicar con acierto y energía. Del que retruca mucho se dice que es un protestón, contestón o respondón. (Ver respondón). En otras zonas de Catilla y León, con el sentido de protestar, refunfuñar, rezongar, usan el verbo relatar, llamando relatón/relatona a la persona que refunfuña o gruñe. Revenido,-a: Dicho de un alimento, reblandecido a causa del ambiente húmedo. Ejemplo: ¿No hay más pan que este? Pues se ha revenido y parece chicle. Revuelta: Curva. Ejemplo: Iba lanzao y al coger la revuelta casi me salgo de la carretera. Rezongar: (De la onomatopeya zong, zong, zumbar). Gruñir, refunfuñar a lo que se manda o dice, admiténdolo de mala gana. Rial: Real, moneda antigua de poco valor. Ejemplo: Yo no pagaría por eso ni dos riales, pero el amo cree que tiene un tesoro y pide montes y morenas. La moneda llamada de dos riales tenía un agujerito en el centro en su forma antigua, durante los años del franquismo. (Ver real). Ribetes: (Del francés rivet, y este del latín ripa). Morgas, boceras, birretes. (Ver estas tres palabras). Acepción no recogida por la RAE, que sí recoge la de cinta del borde de un vestido, tela, calzado, etc. En plural y en la frase tener ribetes de, significa mostrar maneras, asomos o indicios de algo: Tiene sus ribetes de poeta. (RAE). Rilar: (De rehilar, del latín *refilare, de filum, hilo). Temblar, tiritar. De la misma etimología es rielar (vibrar, temblar; brillar con luz trémula). Ejemplo: He salido un momento y vengo rilando. ¡Menuda helada está cayendo! Rimero: Montón de cosas apiladas. Ejemplo: Buen rimero de leña estás preparando pa ´l invierno. Rinche: Se usa en la expresión de rinche, es decir, de lado. No recogida por la RAE. Ringorrango: Movimiento en zigzag, recargamiento ornamental. Ejemplo: 1) Hace una letra con muchos ringorrangos. 2) Hace ringorrangos al andar, puede que esté un poco piripi.

—220—


Ringlera: (Del catalán renglera, este de renguera, influido por regla, este de reng y este del franco*hring, círculo, corro de personas). Fila o línea de cosas, puestas en orden unas tras otras. Ripia: (Del latín replere, rellenar). Tabla delgada, desigual y sin pulir que se usa para poner sobre las vigas gruesas que forman la estructura del tejado; sobre ellas se asientan las tejas con barro o cemento. Nuevos materiales están acabando con los tejados antiguos. Ejemplo: Quita esa ripia, que está podrida de tanta agua como ha caído, pon una nueva y arregla la gotera. Riscar: (Voz quizá onomatopéyica). Frotar las cerillas o fósforos contra algo áspero para que se enciendan, generalmente contra la especie de lija o risque que viene a un lado de las cajas. La RAE recoge riscar, pero con otro significado y etimología. Risco: (De riscar, y este del latín resecare). Peñasco alto y escarpado, difícil y peligroso para andar por él. Ejemplo: ¡Chiquitos, no os subáis por esos riscos, que os vais a despeñar! Risión: 1) Burla o irrisión que se hace a alguien. 2) Risa que se produce en un grupo sin que sea burla contra nadie. Esta acepción no la recoge la RAE. Ejemplo: Chiste tras chiste acabamos desternillándonos: ¡Fue una risión tremenda! Risque: Parte áspera de las cajas de cerillas, donde estas se frotan para que ardan. No recogida por la RAE. Robar: (Del latín vulgar *raubare, y este del germánico raubôn, arrebatar). Coger cartas del montón en algunos juegos de naipes. Rodera: (De rueda). Huellas o surcos dejados por las ruedas de los carros y hoy, de los coches. Rodilla: (Del latín rotella, diminutivo de rota, rueda). Paño de cocina que sirve para secar cubiertos o vasijas. El origen de esta acepción, según Corominas, está en la analogía con la almohadilla circular que se pone sobre la cabeza para soportar peso, llamada rodilla en tierras de Zamora. En otras partes llaman rodea al paño de cocina. En Asturias, distinguen entre rodillo (paño de cocina) y rodilla (paño al que se da forma redonda para ponerlo sobre la cabeza, a fin de llevar encima cubos de agua, cántaros de leche, cestas, etc.). En Andalucía, al comerse la -d- intervocálica, queda, en algunas zonas, la forma roílla, mientras que, en otras, rompiendo el hiato y cerrando la o en u para formar diptongo, dicen ruilla. Por muchas partes está extendido el refrán la rodilla de Mariquita, que pone más que quita (o ruilla, si se dice en Andalucía), con el que se da a entender que el paño está ya bastante sucio y, por tanto, en vez de limpiar, ensucia. Rodillo: (Del latín rotella). Cilindro grueso y pesado, de piedra o de hierro, que se hace rodar para allanar o apretar la tierra o consolidar el firme de las carreteras. Rogativa: (Del latín rogatum, supino de rogare, rogar). Oración pública para pedir el remedio de una grave necesidad. Se hace de forma procesional, se suele pedir lluvia y protección para los campos. Las rogativas fueron creadas por San Mamerto. (Ver iglesia). Romana: (Del lat. [statera] romāna). Instrumento que sirve para pesar, compuesto de una palanca de brazos muy desiguales, con el fiel sobre el punto de apoyo. El cuerpo que se ha de pesar se coloca en el extremo del brazo menor, y se equilibra con un pilón o peso constante que se hace correr sobre el brazo mayor, donde se halla trazada la escala de los pesos.

—221—


Romanas antiguas Ronchar: (De origen incierto). Masticar produciendo crujidos algo duro, como los caramelos, el guirlache, etc. Ronchón: (De origen incierto). Bulto o hematoma que se forma en el cuerpo de un animal o de una persona por efecto de un golpe u otras causas. Rondar: Recorrer las calles los mozos parándose en las casas de las mozas casaderas. Pero… más vale llegar a tiempo que rondar un año. Ronronear: (Voz onomatopéyica). Emitir el gato una especie de suave ronquido para manifestar que se encuentra a gusto y contento. En sentido figurado, significa cuchichear o susurrar, hablando bajo, pero de forma algo molesta, durante una reunión en la que se requiere un mínimo de atención y silencio. (Ver gato). Ronroneo: Acción y efecto de ronronear. Roña: (Del latín aerugo,-inis, orín, roña). 1) Corteza del pino. 2) Suciedad acumulada en el cuerpo. 3) Mezquindad. 4) Persona roñosa. (La RAE da más acepciones). Ejemplos: 1) Echa unas roñas a la lumbre, que dan un calorcito mu[y] bueno. 2) Límpiate bien detrás de las orejas, que tienes mucha roña. (Las dos acepciones de estos ejemplos son las más usadas. Para los tacaños se emplea más el adjetivo roñoso). Rosco de cera hilada: Vueltas de cera superpuestas, enrolladas para tener mucha longitud en poco espacio, que se iban desenrollando según se gastaban para alumbrar a los difuntos, consistentes en un fino cilindro de cera alrededor de un pabilo. La cera hilada podía enroscarse o ponerse alrededor de una tabla. (Ver tabla de cera hilada).

Rosco de cera hilada Rosquilla: Especie de masa dulce y delicada, hecha en forma de rosca pequeña. La variedad de rosquillas era grande y acorde con la época del año. Las había fritas y cocidas al horno. Y dentro de ellas, rosquillas tontas, listas, de palo, etc.

—222—


Rosquillas listas y rosquillas tontas

Rosquillas de palo y rosquillas fritas Rubia: (Del latín rubia). 1) Planta que se cultivó, especialmente en los siglos XVI y XVII, para teñir de rojo la lana u otras fibras, muy usada por el gremio de tintoreros. El rojo se sacaba de su raíz, después de seca y pulverizada. Nombre científico: Rubia tinctorum. Familia: Rubiáceas. Las flores se producen en conjuntos de 4-7, alrededor de un tallo central, son pequeñas de 3-5 mm y de color amarillo pálido agrupadas en densos racimos y surgen en junio-agosto. El fruto es una pequeña drupa. 2) Nombre que se dio a la moneda de 1 peseta, debido al busto femenino (alegoría de la República) y al color dorado del baño de cuproníquel de la que se acuñó y emitió en 1937 por la Segunda República en Castellón antes del fin de la guerra. El reverso pretendía ser un acercamiento al mundo rural, representando una rama de vid con uvas. La rubia también fue llamada “peseta de Negrín”. Siguiendo la tradición y por alusión a su color, se siguieron llamando rubias las pesetas del franquismo y de la democracia antes de entrar en el euro. (Ver perra gorda/ perra chica; real).

—223—


Rubia: Rubia tinctorum

La rubia de la República y rubias de Franco y Juan Carlos I Rucho: (De rucio, burro, pollino). 1) Trozo, pequeña cantidad de algo. 2) Canto pequeño. En frases negativas como no tengo ni un rucho, no me queda ni un rucho equivale a nada. La RAE admite ruche y rucho (burro, pollino) y la locución adverbial a ruche con el significado de sin dinero, arruinado. (Ver restranco). Ruda: (Del latín ruta). Planta perenne, de la familia de las Rutáceas, con tallos erguidos y ramosos de 6 a 8 dm, hojas alternas, gruesas, compuestas de hojuelas partidas en lóbulos oblongos y de color garzo, flores pequeñas, de cuatro pétalos, amarillas, en corimbos terminales, y fruto capsular con muchas semillas negras, menudas y en forma de riñón. Es de olor fuerte y desagradable y se usa en medicina. Nombre científico: Ruta graveolens. Dicen que tiene efectos sobre la menstruación e incluso propiedades abortivas. Usarla es peligroso, si no se sabe bien el modo y la dosis (dicen que no más de una taza de infusión al día). De todos modos, a la señora Nicolasa de Tejares la oí decir esto de la ruda: Si la casada supiera/ Para qué es buena la ruda,/ Madrugara trasnochara,/ La buscara con la luna.

—224—


Ruda (Ruta graveolens) Rueca: Palo abierto y abombado en su parte superior, donde se ata la lana o el cáñamo para hilarlo. Recogido por la RAE. (Ver huso). Rular: (Del francés rouler). Funcionar. Ejemplo: Este motor no rula. Rumboso,-a: (De la onomatopeya rumb). Pomposo y magnífico. Ejemplo: Fue una boda muy rumbosa. Rundir: (Probablemente deformación de cundir). Gastar poco a poco. Durar por ser bastante denso algo. (Ver cundir). Palabra no recogida por la RAE. Runrún: Soniquete, ruido de los oídos, reconcomio moral, dolor leve e intermitente de alguna parte del cuerpo. Ejemplo: Voy a ir al dentista, porque tengo últimamente un runrún en una muela que no barrunta nada bueno.

S Sabañón: (De origen incierto). Enrojecimiento, hinchazón o ulceración de la piel, principalmente de las manos, de los pies y de las orejas, con ardor y picazón, causada por frío excesivo. Saber: Tener sabor. Ejemplo: Esto sabe a pescao. Saca: (De saco, y este del latín saccus). Saco grande y fuerte, más largo que ancho, para meter harina u otro producto. Sacacuartos: 1) Negocio o actividad que induce a gastar el dinero tan fácil como inútilmente. 2) Persona que se da maña para sacar dinero a otras. Sinónimo: Sacadineros. Sacamantecas: Personaje malvado y truculento con que se mete miedo a los niños. Está basado en un personaje histórico: Juan Díaz de Garayo Ruiz de Argandoña (18211881). Sacar: (Quizá del gótico sakan, pleitear). Extraer. Según el contexto, vamos a sacar puede dar por sobreentendido lo que se saca: patatas, remolacha, zanahorias, cebollas, etc. Sacar de pila: Ser padrino o madrina de un niño en el bautismo. O sea, lo sacaron de la pila bautismal después de acristianarlo. Sacudir: (Del latín succutere). 1) Mover algo agitándolo. 2) Pegar. Ejemplo: No te subas ahí, que te sacudo. Sainar/sainarse: (Del latín sanguinare, sangrar). Sangrar, desangrarse.

—225—


Salamanquesa: (Alteración de salamandra, a la que el vulgo atribuía poderes maléficos, por influencia del nombre de la Universidad de Salamanca, que, según la creencia popular, era sede principal de actividades nigrománticas). Saurio de la familia de los Gecónidos, de unos 8 cm de largo, con cuerpo ceniciento. Vive en las grietas de los edificios y debajo de las piedras, se alimenta de insectos y se la tiene equivocadamente por venenosa. (Ver musgaño). Parece mentira que un animalito tan beneficioso haya sido objeto de tantas especulaciones negativas. En la zona de Binéfar (Huesca) dicen que se cuela en los armarios y rompe la ropa, por lo que la llaman esgarrarropas.

Salamanquesa (Tarentola mauritanica, L. 1758) Salcochar: (De sal y cocho, participio de cocer). 1) Cocer carnes, pescados, legumbres u otros alimentos, solo con agua y sal. 2) Quemarse la lengua por tomar algo excesivamente caliente. La RAE solo recoge la 1ª acepción. La 2ª es metafórica y deducible de la primera: Se me ha salcocha[d]o la lengua por tomar esa sopa hirviendo. (Sancochar es otro verbo: cocer la comida dejándola medio cruda y sin sazonar). Salgadero: (De salgar, y este del latín *salicare, echar sal). 1) Cajón o arca grande llena de sal donde se metían los jamones y tocinos para salarlos y conservarlos. 2) Lugar donde se echa sal para el ganado. La RAE recoge saladero y salgar, pero no salgadero. También recoge salegar. Salga el sol por donde quiera: Frase arrefranada con la que el hablante expresa despreocupación por el resultado de una resolución, o propósito firme de hacer algo, sean cuales fueren las consecuencias. En realidad es una alteración de la frase salga el sol por Antequera y póngase por donde quiera, de la que solo se dice la primera parte. Es de suponer que la gente no situaba Antequera en el mapa y, por ello, el sintagma por Antequera se transmutó en por donde quiera. En ambos casos, el sentido de la frase no cambia, que es hacer algo, aunque suceda lo imposible, como sería que el sol saliese por el sur, donde está Antequera (Málaga) y no por Levante, o que el sol fuese tan caprichoso que cada día cambiase el punto de salida. Salir: (Del latín salire, saltar, brotar). Verbo con muchísimas acepciones y abundante fraseología. Aquí comentamos dos frases populares: salir al paso (enfrentarse a, contradecir) y salir del paso (superar un mal trago o un suceso adverso). Salmuera: (Del latín sal muria). 1) Agua con mucha sal en solución concentrada. 2) Agua con bastante sal y vinagre para aliviar los esguinces. Ejemplo: Me he retorcido el tobillo y voy a meterlo en salmuera, a ver si me descansa. 3) Agua con sal y otros condimentos para conservar carnes, pescados u otros alimentos. (Ver muera).

—226—


Salva[d]o: (Del participio de salvar). Cáscara del grano de los cereales desmenuzada por la molienda. Solía quitársele al trigo para hacer pan blanco. El pan integral incluye el salvado. Salvia: (Del latín salvus,-a,-um, sano, salvo). Planta de la familia de las Labiadas, de nombre científico Salvia officinalis, con tallos de sección cuadrangular que pueden alcanzar hasta un metro, hojas con pecíolo corto, entre ovaladas y lanceoladas, de color gris verde, con el haz de tacto aterciopelado. Flores de color violeta, reunidas en la parte terminal de los tallos, en forma de labio, hermafroditas. Toda la planta desprede un aroma característico. Es medicinal. (Ver jalvias).

Mata, hojas y flor de salvia (Salvia officinalis) Sandiar: Tierra sembrada de sandías y melones, por lo que también recibía el nombre de "melonar". (Ver melonar). Sangre de Cristo: 1) Sintagma con el que se alude, de forma más o menos humorística, al vino. 2) Uno de los nombres comunes o populares con el que se conoce a la planta, llamada desde antiguo fumaria. (Ver fumaria). Sanseacabó: Se usa para dar por zanjada una narración o una discusión, como diciendo “no hay más que hablar”, “se ha terminado”, “y punto”. Sansirolé: Bobalicón, papanatas, pasmado. Santaguedera: Mujer que celebraba la fiesta de Santa Águeda (5 de febrero). En otras partes son llamadas simplemente águedas. Se ataviaban y juntaban al margen de los hombres para hacer una merendola y ese día mandaban. (Ver águeda). Santa Rita, Rita…: La santa de Casia tuvo tanta fama en toda la Edad Media que se acuñó con su nombre un dicho muy extendido, ampliado en Tejares: Santa Rita, Rita:/ Lo que se da no se quita./ El que quita y da/ Al Infierno va./ Santa Ron, Ron:/ El que quita es un ladrón. En italiano se dice Rita da Cascia. Nació en Roccaporena en 1381 y murió en Cascia en 1457. Su nombre es abreviación de Margherita. Sus símbolos sagrados son las rosas y los higos. Pasó por todos los estados de la vida y por todas las situaciones imaginables: soltera, casada, viuda, perdió a sus dos hijos, quiso entrar como religiosa y, al principio, fue rechazada; acabó sus días en el convento de Cascia y se le atribuyen muchos milagros. Una espina en la frente, estigma de la Pasión, acompañó a la santa desde 1428 hasta el final de sus días. Es llamada “abogada de imposibles”. La rosa es símbolo de Santa Rita por dos hechos milagrosos que se le atribuyen: 1º. Su marido Mancini le prohibía dar de comer a los pobres, por lo que un día, al quitarle el manto bajo el que llevaba escondido un pan, se convirtió milagrosamente en rosas. 2º. Una prima suya la visitó estando muy enferma. Rita le pidió que le trajera una rosa del jardín del convento. Pensó que deliraba, pues era pleno invierno y parecía imposible que hubiese rosas, pero con gran sorpresa encontró un capullo. Santiamén: (De Spiritus Sancti Amen, palabras finales de algunas oraciones de la Iglesia). Instante. Se usa en la locución en un santiamén. Otras de significado similar —227—


son: en menos que canta un gallo, en un periquete, en un abrir y cerrar de ojos y en un Verbo. Santocristo: Crucifijo. Santos: Dibujos o fotos de los libros. Ejemplo: Cuando cojo un libro, lo primero que hago es mirar los santos. Saque: En el sintagma tener buen saque: Gozar de mucho apetito y tomar abundante comida. Ejemplo: Ponles dos cuartos de asao, que son jóvenes y tienen buen saque. Sarmiento: (Del latín sarmentum). Vástago de la vid, largo, delgado, flexible y nudoso, de donde brotan las hojas, las tijeretas y los racimos. Sarpullido: (De origen gallego-portugués). Erupción leve y pasajera en el cutis, formada por muchos granitos o ronchas. También existe la forma salpullido, pero es más conforme a la etimología sarpullido. Sartenada: (De sartén, y este del latín sartago,-inis). Lo que se fríe de una vez en la sartén, o lo que cabe en ella. Secarral: (De seco, y este del latín siccus). Terreno muy seco. Ejemplo: Esta tierra es un secarral: No sé si ni siquiera dará esparto. Secas, a: Solo, sin acompañamiento. Ejemplo: Merendábamos entonces pan a secas. Segar: (Del latín secare, cortar). Cortar la hierba o los cereales valiéndose de la hoz, la guadaña o la máquina cosechadora. Seguida: (De seguir). Locuciones adverbiales: a seguida, de seguida, en seguida (inmediatamente después en el tiempo o en el espacio). Muy popular: de-seguida. Semana Santa: Semana que comienza el llamado Domingo de Ramos y que se da por finalizada el Domingo de Resurrección. Como en todos los pueblos, también en uno tan pequeño como Tejares era una semana especial. Es sabido que la semana santa cae en fechas variables, pues, por decreto del Concilio de Nicea (325), debe coincidir con la primera luna llena después del equinoccio de primavera. Un sacerdote, venido de fuera, ayudaba al párroco. El Domingo de Ramos se repartían ramos de romero. El jueves santo se preparaba el monumento, para lo que se usaba un antiguo sagrario portátil y se hacía una decoración poniendo sábanas y adornos florales. Velar toda la noche ante el monumento por turno formaba parte del ritual. Cada familia ponía su vela, que luego se llevaba a casa para encenderla durante las tormentas. (Ver nubla[d]o). Un sentimiento de pesar y de tristeza se adueñaba de los corazones. El Viernes Santo, además de los oficios litúrgicos, se hacía un viacrucis cantado con un tono lastimero, yendo en procesión por el camino de Castro hasta una cruz ubicada en un pequeño alto, alrededor de la cual se giraba para volver a la iglesia. No solía hacerse la vigilia pascual. El Domingo de Resurrección era solemne. Se hacía la llamada “procesión del encuentro”, en la que la imagen de la Virgen seguía un itinerario y la del Santo Niño seguía otro hasta que se encontraban, y la mayordoma, acompañada por los cánticos del coro de mozas, le quitaba a la Virgen el manto de luto para dejarle el de color blanco. Las mozas cantaban, durante toda la cuaresma y la semana santa, los textos que tenían en cuadernos transmitidos de una a otra generación. Los textos formarían, por sí solos, un documento único. (Ver cuaresma, cura, iglesia). Sementera: (De simiente, y este del latín sementis). Acción y efecto de sembrar y época en la que se siembra. (Ver simienza). Semos: Semos es un vulgarismo explicable por la disimilación entre las dos oes de somos en sílabas contiguas y por creer el hablante que esta forma verbal tiene la raíz se- como el infinitivo ser. Es un vulgarismo bastante antiguo (aunque no ha llegado a

—228—


normalizarse) como puede verse en este refrán tradicional: Arrieritos semos/ Y en el camino nos encontraremos. Sendera: (De hacendera con esta evolución por cruce con senda: hacendera>cendera>sendera). Trabajo de utilidad común al que se acudía a toque de campana. Solía consistir en arreglar y desbrozar los caminos o sendas del pueblo, por lo que acabó llamándose sendera. Al oír la campana decían: Tocan a sendera. (Ver hacendera). Sentido,-a: En la expresión ser muy sentido, equivale a tomarse las cosas muy a pecho y demostrando extremada sensibilidad. Sentir: (Del latín sentire). Oír. Ejemplo: Entra tan quedo que no se le siente. Señales: Cada uno de los tres toques de campana antes de empezar un acto religioso. Se habla de dar las primeras, las segundas y las terceras o últimas. Señas: (Del latín signa). 1) Dirección postal. 2) Gestos, guiños y muecas que se hacen los compañeros de juego en los juegos de naipes, para informar de las cartas que tienen, evitando que se enteren los contrarios. Serillo: (Del diminutivo de sera). Aunque para la RAE es una espuerta pequeña y generalmente sin asas, en Tejares y en una amplia zona era sinónimo de capazo, bolso de palma entretejida y con dos asas, para llevar la compra u otras cosas. (Ver capazo y capacho). Serón: Bolsa grande de esparto para llevar la carga en burros u otras acémilas. (Ver aguaderas).

Serones Servir: (Del latín servire). Trabajar para alguien como criado o criada. Ejemplo: Fulanita se ha ido a servir. Servus: Crema o betún que se daba al calzado. Siega: Faena agrícola que consiste en cortar las mieses cuando están maduras y secas. Para segar se usaba la hoz, el dedil y la zoqueta. Un sombrero en la cabeza para protegerse del sol. Cerca, botijos y botijas para hidratarse. Algún exiguo árbol o arbusto podía dar algo de sombra a la hora de almorzar. Si no, la sombra del carro. Se madrugaba adelantándose a la salida del sol. Las horas de la fresca eran las mejores.

—229—


Siega manual a la antigua usanza Sigún: Vulgarismo por según. En regresión. Siempreviva: Las siemprevivas son un género de cerca de 40 especies, de la familia de las Crasuláceas, que crecen formando con sus hojas suculentas una especie de roseta. No nos referimos al Helichrysum bracteatum, también llamada siempreviva y que se cultiva por la belleza y duración de su flor seca. La que crece aprovechando las grietas de las paredes de piedra, resistiendo la sequía y el hielo, es conocida con el nombre científico de Sempervivum tectorum. El género sempervivum es fácil de identificar, pero es difícil saber qué especie concreta es.

Siempreviva mayor: planta y detalle de la flor (Sempervivum tectorum) Siete: (Del latín septem). Desgarrón hecho en una prenda de vestir. Silletero: (De silla, con los sufijos et(e,-a) y ero). Oficio tradicional de quien hacía y vendía sillas. Usaba, como materias primas, la madera y la espadaña o enea. Simienza: (Del latín *sementia, formada a partir se semens, sementis). Acción y efecto de sembrar. Equivale a siembra o sementera, pero es palabra más arcaica, que está cayendo en desuso. Simple: (Del bajo latín simple, adverbio formado a partir del adjetivo simplus, pues, en latín clásico, el adjetivo era simplex,-icis y el adverbio, simpliciter). Incauto, abobado, sensible en extremo, falto de recursos interiores para hacer frente a la burla, la broma o la frustración. Esta es una acepción curiosa, recogida, aproximadamente, por la RAE, junto a otras 9 de uso más general. Ejemplo: Deja de llorar por esa tontería que te han dicho, no seas tan simple. Sinfín: Máquina moderna que consiste en una especie de tornillo gigantesco, con un cilindro central alargado y, a su alrededor, una estructura helicoidal metálica, que da vueltas a gran velocidad, recogiendo el grano y metiéndolo en la panera. Sinvivir: Situación angustiosa que produce pesar, desazón, desasosiego y ansiedad. Ejemplo: Desde que desapareció la niña, estamos en un continuo sinvivir.

—230—


So (1): (De señor con esta evolución: señor>seor>seó>so). Adverbio usado para potenciar las cualidades del adjetivo o del nombre al que antecede. Es muy frecuente usarlo delante de un adjetivo que atribuye algo negativo: so tonto, so imbécil, … ¡So! (2): Interjección usada para mandar detenerse a las caballerías. Soba: 1) Trabajo hecho con gran esfuerzo y cansancio. 2) Zurra. Ejemplos: 1) Me he da[d]o una soba quitando piedras que tengo agujetas por todas partes. 2) Como sigas así, te voy a dar una soba que te vas a enterar. Sobaquillo: Se usa en la locución adverbial a sobaquillo, habalndo de lanzar piedras o la pelota contra el frontón: Con un movimiento del brazo por debajo del sobaco del mismo lado. Sobra[d]o: (Del participio de sobrar). Pieza de la casa que está en la parte de arriba, bajo el tejado, donde se guardan trastos y que servía de panera por estar a salvo de humedades. Esta parte de la casa de campo tradicional es llamada desván en otras partes y cámara en otras (con variantes como cámbara y gámbara). Por cruce entre sobrao (de sobrar) y sombra, se forma sombrao, otra forma de llamar en algunos pueblos esta parte de la casa rural tradicional castellana. Socarrar: (De origen prerromano). Quemar o tostar superficialmente algo. Ejemplo: Echa un vistazo a las alubias, que huele como si se estuvieran socarrando.(Ver asurar). Socarrena: (De socarrén). Hueco que queda entre los cabrios y ripias del tejado. Ejemplo: Sube esos atillos al sobrao y mételos en las socarrenas. Sofoco: (De sofocar, y este del latín suffocare). Grave disgusto que se da o se recibe. (La RAE da más acepciones). Solana: (Del latín solana, terminación femenina de solanus,-a,-um). Lugar donde pega bien el sol, que se agradece siempre menos en pleno verano. Soltar: (De suelto, y este del latín *sólutus por solútus). Sacar el ganado a pastar. Ejemplo: Voy a soltar, que en seguida sube Manolo y con la calorina las ovejas se amodorran. (Ver modorro, acepción 2). Somanta: (De so, y este de sub, y manta). Tunda, zurra, paliza. Se usa mucho en la frase dar una somanta. Somatén: (Del catalán sometent). Guardia armada no reglada formada por gente del pueblo. Somier: (Del francés sommier). Soporte de tela metálica, láminas de madera u otros materiales sobre el que se pone el colchón. Sonsonete: Tonillo monótono con el que los niños recitan las cosas que aprenden de memoria, como la tabla de multiplicar, las poesías o el catecismo. Sopa: (Del germánico *suppa). Caldo en el que se mojan y cuecen rebanadas de pan, fideos, arroz, verduras u otros alimentos. La variedad de sopas puede ser muy grande. Las más típicas de Tejares y la zona son la sopa de ajo, la sopa de suero, la de fideos, la de rastrojo y la de calducho. La de ajo es muy conocida y en cada sitio le dan un toque diferente. La de suero se hacía cociendo el suero de la leche sobrante al hacer queso; al cocerlo se formaba algo de requesón y añadiendo rebanadas de pan y azúcar salía una sopa muy sabrosa. La de fideos es la que suele hacerse con el caldo del cocido (Ver cocido). La de rastrojo es una sopa de ajo que ha cocido hasta quedar muy pastosa, de forma que pueda llevarse al rastrojo donde se está segando, sin que se caiga el caldo por el camino con el traqueteo del burro. La de calducho se hace con el caldo de cocer las morcillas, tiene un toque de comino y en el caldo se remojan rebanadas de pan asentado, del que queda en el arca después de varios días de haber cocido en el horno las hogazas. (Ver calducho).

—231—


La fraseología con esta palabra es muy abundante. Citaré solo el refrán Sopas y sorber no puede ser, que indica que si hay mucha sopa, el caldo será poco y no será posible sorber, del mismo modo que en la vida no se pueden querer a la vez dos cosas que se excluyen entre sí. Sin embargo, según Iribarren, esta frase arrefranada es una modificación, desde muy antiguo, de la frase “soplar y sorber no puede ser”. (Ver burra, buche y leche… y repicar). Para la frase dar sopas con honda, ver honda. Sopazas: Tonto, bobalicón, indeciso, torpe, soso. Soplamocos: 1) Golpe que se da a alguien en la cara, especialmente en las narices. 2) Especie de fuelle que se hace en papiroflexia, dentro del cual puede meterse polvillo de yeso o algo similar, para echárselo en la nariz a algún compañero en plan de broma, aunque al que recibe el efecto del soplamocos no le haga ninguna gracia. (Esta segunda acepción no la recoge la RAE). Soponcio: (De origen incierto). Desmayo, congoja. Sorna: (De origen incierto). Tono burlón con que se dice algo. Ironía. Sota: (Del latín subtus, debajo). 1) Carta décima de cada palo de la baraja española. 2) Mujer antipática y con gesto agrio y regañón. (Acepción no recogida por la RAE). Ejemplo: Hay que ver qué sota es la Pepi. Subastao: (De subasta, y esta del latín sub hasta, bajo la lanza, porque la venta del botín cogido en la guerra se anunciaba con una lanza). Juego de naipes en que los jugadores calculan los tantos que pueden hacer y se subasta en favor de quien ha calculado más alto. Los contrincantes deben hacer que no lo logre. Si lo consigue se lleva el dinero que haya en el bote; en caso contrario, le toca poner. Suelto,-a: (Del latín sólutus, por solútus). Hábil, ágil, bien dispuesto, rápido y eficaz para hacer una tarea. Suero: (Quizá de *sorus, voz prerromana). 1) Parte de la leche que permanece líquida al coagularse esta. 2) Parte de la sangre o de la linfa que permanece líquida tras haberse producido la coagulación. Suerte: (Del latín sors, sortis). Parte de tierra de labor, separada de otra u otras por sus lindes. Ejemplo: Tengo una suerte sembrada de fréjoles junto al río. Superior: Bueno, excelente. Frecuente con el adverbio muy: Este vino es mu[y] superior. Surco: (De sulco, y este del latín sulcus). Hendidura que se hace en la tierra con el arado siguiendo una línea. Suripanta: Mujer ruin, moralmente despreciable. Ejemplo: Yo que tú no me fiaría de esa, que parece una lagartona y una suripanta. Sursuncorda: (Del texto latino de la Misa sursum corda). Literalmente significa “arriba los corazones”, y la traducción castellana después del Concilio Vaticano II queda así: “levantemos el corazón”. Se usaba en frases como esto no lo arregla ni el Sursuncorda/, esto no lo cambia ni el Sursuncorda/, eso no lo haría yo, ni aunque me lo mandase el Sursuncorda, dando a entender que el asunto es tan difícil que raya en lo imposible, y, por tanto, ni Dios mismo podría solucionarlo. Por tanto, el Sursuncorda sería Dios o un personaje desconocido, pero muy elevado e importante.

T Taba: (Del árabe hispano ká´ba). Astrágalo, hueso del tarso. El juego de las tabas es muy antiguo. Tenemos constancia de él en la antigua Grecia y en época romana era conocido con el nombre de juego de los astrágalos. Las tabas se sacaban del corvejón de las patas traseras de los corderos, se limpiaban y, a veces, se coloreaban. —232—


En corro, sentadas, las chicas (aunque eventualmente pudiese participar algún chico) lanzaban las tabas, que podían adoptar una de estas cuatro posiciones: Hoyos, panzas, brazos y carnes. Luego se lanzaba una pita al aire (que era una especie de canica) y se iba dando la vuelta a cada una de las tabas hasta ponerlas en la posición que tocase por turno, y se iban cogiendo una por una sin fallar diciendo: un hoyo, dos hoyos… Así hasta agotar todas las posiciones e intentando recoger al final todas las tabas de una vez. Si se caía la pita o no se daba bien la vuelta a la taba o se caía al cogerla, perdía turno y pasaba a la siguiente. Ganaba la que realizaba todas las jugadas correctamente. Luego se volvía a empezar.

Tabas para jugar Tabanazo: Bofetada, golpe con la mano abierta. Tábano: (Del latín tabanus). Insecto díptero del suborden de los Braquíceros, de 2 a 3 cm de longitud y de color pardo, que molesta con sus picaduras principalmente a las caballerías. Sólo las hembras son hematófagas; los machos son nectarívoros.

Tábano (Tabanus bovinus) Tabardo: 1) Prenda de abrigo ancha y larga, de paño tosco con las mangas bobas, que se usa en el campo. (Manga boba es la que es ancha y abierta y no tiene puño ni se ajusta al brazo). 2) Prenda de abrigo basta. Ejemplo: Alcánzame el tabardo, que voy a salir y no puedo ir a cuerpo, pues hace un frío que pela. Tabarra: (De tabarro, tábano). Molestia producida por algo desagradable y repetido. Ejemplo: Se han pasa[d]o to[da] la tarde dando la tabarra. Expresiones equivalentes: dar la lata, dar el peñazo, dar la barrila, dar el tostón o el tostonazo.

—233—


Tabla de cera hilada: Tabla de madera, de unos 15 cm de largo y otros tantos de ancho aproximadamente, con un resalte a modo de mango, alrededor de la cual se enrollaban largos cilindros muy entrechos de cera con su pabilo, para poder ir desenrollándolos según se gastaban alumbrando a los difuntos. (Ver rosco de cera hilada) Tabla de lavar: Tabla gruesa de madera, con relieves en su superficie para frotar sobre ella la ropa enjabonada cuando se lavaba a mano.

Tabla de lavar y balde de zinc Tablete: (De taburete, con caída de la vocal pretónica u y cambio de la líquida r por l, por influjo de la palabra tabla, con la que están hechos estos asientos). Vulgarismo por taburete, no recogido por la RAE. (Ver taburete). Taburete: (Del francés tabouret). 1) Silla de madera con el respaldo muy estrecho. 2) Asiento sin brazos ni respaldo, para una persona. En Tejares, la acepción 1ª. Taco: Calendario de tantas hojas como días tiene el año. Cada hojita informaba sobre los santos del día y las fases de la luna, y por detrás se daban consejos y se ponían máximas filosóficas para pensar sobre las cosas de la vida. Modernamente se ha acuñado la frase tener tantos tacos, equivaliendo a años. Tajada: (Del participio de tajar). Cada uno de los trozos de carne cortada. Tajo: (De tajar, y este del latín taliare, cortar). 1) Especie de banquillo alargado y no muy alto sobre el que se colocaba al cerdo para sacrificarlo. 2) Corte. 3) Faena, tarea. 4) Escarpe alto y cortado casi a plomo. Talega: (Del árabe hispano ta´líqa, acción de colgar una vez). Saco grande, ancho y no muy alto, de lona o lienzo basto, que sirve para llevar o guardar cosas. Talegazo: Golpe fuerte al caerse o chocarse alguien. Costalada. Talego: Bolsita de tela para diversos usos. Tallo: (Del latín thallus, y este del griego thallós). 1) Sarmiento verde y tierno. 2) Rama verde de árbol. 3) Vástago tierno (también se usa en sentido figurado). Ejemplo: Este chico es un buen tallo, ya gana en altura a su padre. Tamborilero, -a: (De tambor, y este quizá del árabe hispano *tabbúl). Persona que tiene por oficio tocar el tamboril o el tambor. Tamboritero,-a: Tamborilero. En Tejares y en la zona se oye más tamboritero.

—234—


Tamién: También. Es popular y relajado reducir el grupo mb a b. Sucedió lo mismo en el paso del latín al castellano: lumbum>lomo. Tamo: (De origen incierto). Polvo o paja muy menudos de los cereales trillados. Tanga: (De tangam, del verbo tangere, tocar). Disco de hierro usado en el juego del chito. (Ver chito). La tanga (femenino), no confundir con el tanga (masculino). Tapabocas: Bufanda. Tapaculos: Escaramujo (Ver carambujo). Tarambana: Persona alocada y poco juiciosa. Tarima: (Del árabe hispano taríma). Suelo con tablas de madera grandes y gruesas. Ejemplo: Restregando con estropajo, lejía, agua y jabón dejaban la tarima como una patena. Tarja: (Del francés targe). Palo de sección cuadrada en el que el panadero, el carnicero, el lechero u otro comerciente habitual iba haciendo muescas o incisiones para saber cuánto había dejado al cabo de un periodo de tiempo, y así calcular el importe total que se abonaba todo junto. Tartera: (De tarta, y este del francés tarte). Recipiente de barro, de forma generalmente elíptica, que se usa para meterlo al horno y asar en él cualquier tipo de carne o pescado. Tarugo: 1) Tronco de leña para la lumbre. 2) Torpe, tonto. Ejemplo: Ese chico estaría bien en el campo, pero pa los estudios es un tarugo y, por mucho que se empeñe, no va a sacar la carrera, pues lleva ya tres años repitiendo el primer curso... Tarumba: 1) Volver a alguien tarumba: Atolondrarlo, confundirlo, volverlo loco. 2) Volverse alguien tarumba: Atolondrarse, confundirse. (Ver aturrullarse). Tata: Hermana, niñera (ver chacha). Tate: Hermano (Ver chache). ¡Tate!: (Voz expresiva). Interjección: 1) Cuidado: ¡Tate, tate! 2) Se usa para indicar que uno se ha enterado de algo en lo que antes no había reparado o que no lo había comprendido. A menudo, va acompañado de un golpecito en la cabeza o en la frente dando a entender: “¿Cómo no he podido caer antes en la cuenta de esto?” La forma tate alterna con date: ¡Date, morena, que te ha mirao…! (Ver ¡date!). Tea: (Del latín taeda). Seroja o viruta resinosa sacada de la corteza de los pinos, que arde con suma facilidad y que se usa para prender fuego. Ejemplo: Con este frío y tanta humedad, no hay forma de encandilar el fuego; trae unas teas y dos piñas, verás qué pronto prende la leña y se hace un buen rescoldo pa calentarnos. Té de roca: Es una planta de la familia de las Compuestas, que forma una pequeña cepa leñosa, de la que salen renuevos viscosos cada año. Tiene hojas lanceoladas sin rabillo, de bordes enteros y con pelitos viscosos, de olor canforáceo y sabor ligeramente amargo. Echa florecitas amarillas, que apenas sobrsalen del involucro. Los frutos tienen un vilano doble. Se cría en las grietas de las peñas calcáreas. Para recogerla hay que cortar tallos y flores dejando las cepas para que no se descaste. Su composición no es bien conocida, aunque se sabe positivamente que no contiene ni teína ni cafeína. Posee una esencia que le otorga propiedades digestivas, así como abundantes taninos que justifican su uso como antidiarreico. Popularmente se usa en casos de empacho, indigestión, digestiones lentas y pesadas, diarreas y fermentaciones o putrefacciones intestinales. Presenta también una acción tonificante, exenta de efectos irritantes sobre el sistema nervioso, como ocurre con el café o el té. Se toma en infusión (de 20 a 40 gramos por litro de agua) endulzada con miel o azúcar. Puede tomarse una taza después de cada comida. Nombre científico: Jasonia glutinosa.

—235—


Té de roca ( Jasonia glutinosa) Teja: (Del latín tegula). Cada una de las piezas, generalmente de barro cocido, con acanaladura, con las que se cubren, ajustándose entre sí o superponiéndose, los techos de la parte superior de las casas, a fin de proteger a sus moradores del agua, del sol y de otros meteoros. Es fama que las tejas viejas tienen mayor resistencia que las nuevas, por lo que se acuñó este refrán: No comercies en cosa vieja,/ no siendo en teja. Tejar: (De teja, esta del latín tegula, y esta del verbo tego, cubrir). Lugar donde se fabricaban tejas. En Tejares, a juzgar por algunos restos, hubo este tipo de pequeña industria. Hoy es más frecuente decir tejera. (Ver tejera) Tejareño: Natural de Tejares de Fuentidueña (Segovia). Tejera: Tejar. (Ver esta palabra). No hay que confundirlo con tejeda, bosque de tejos. Tejemaneje: Enredos poco claros para conseguir algo. Se usa mucho en plural. (Ver aldaba, bula, influencias, recomendación). Tejón: (Del latín taxo,-onis). Mamífero carnívoro de la familia de los Mustélidos. Patas cortas, cuerpo de unos 80 cm de longitud más unos 14 de cola y unos 13 kilos de peso. Hocico prominente adaptado para hozar. Pelo largo y fuerte, grisáceo, que lo muda en primavera. Vive en estribaciones montañosas con bosque claro y terrenos adecuados para excavar sus tejoneras. Los paleontólogos consideran que ya existía hace 4 millones de años. Son animales sociables, formando grupos de 2 a 12 o más. Salen a la caída del sol. Son omnívoros. Les gustan las abejas y la miel, a lo que alude su nombre científico, Meles meles. Las cópulas reproductoras tienen lugar en primavera y verano y duran de 2 a 90 minutos, pero se considera que sólo fecundan a la hembra las de más de 10 minutos. La gestación dura unos 65 días. Partos de 2 a 6 individuos. La lactancia dura 3 meses. En la década de los 50 del siglo XX existía la ley de erradicación de alimañas, o sea, animales considerados como perjudiciales para el hombre. En aquel entonces, los mozos de Tejares cazaron un tejón y, malherido y moribundo, lo pasearon por las casas del pueblo pidiendo un donativo como recompensa para una merienda. La estampa era patética. Hoy habrían sido denunciados por maltrato animal y por cazar a una especie protegida. Todo cambia. Y creo que algo hemos avanzado en sensibilidad hacia la naturaleza.

—236—


Tejón ( Meles meles) Telele: Patatús, soponcio. Ejemplo: Faltó una mieja para que la atropellaran. Mira, casi me da un telele. Telera: (Del latín *telaria, de telum, espada). 1) Travesaño de hierro o de madera que sujeta el dental a la cama del arado o al timón mismo, y sirve para graduar la inclinación de la reja y la profundidad de la labor. 2) Cada una de las seciones móviles del vallado con que se forma el redil. Consistía en dos palos verticales, ensamblados en otros dos horizontales formando una especie de rectángulo, tapado parcialmente por dos tablas dispuestas en diagonal para que el ganado no pudiera escaparse. Cada sección se sujetaba clavando en tierra los palos verticales y uniéndolos con atillos por la parte de arriba. Tembleque: Tiritona o temblor por frío o miedo. Ejemplo: En cuanto vi venir de lejos a los guardias me entró un tembleque que no me sujetaban las piernas. Tempero: (De temperar, y este del latín temperare). Humedad y buen estado de la tierra para sembrar. Templa[do],-da: (Del participio de templar). Moderado, sereno, competente. Ejemplo: Luisito es un chico mu[y] templao. Tempranillo: (De temprano, y este del latín *temporanus por temporaneus). Es una variedad de uva negra cultivada para producir vinos tintos con cuerpo. Su nombre hace referencia al hecho de que madura varias semanas antes que la mayor parte de las variedades de uva tinta españolas. Existe una variedad blanca de mutación reciente: tempranillo blanco.

Uva tempranillo Tenada: (Del latín *tignata, de tignum, madero). Lugar techado donde se guardan las ovejas por la noche y, a veces, con ellas, los pastores. Equivale a majada. (Ver majada). La RAE recomienda tinada y da, como primera acepción, la de montón o hacina de leña.

—237—


Tenazas: (Del latín tenaces, plural de tenax). Instrumento de metal, compuesto de dos brazos trabados por un clavillo o eje que permite abrirlos y cerrarlos, que se usa para sujetar fuertemente una cosa, o arrancarla o cortarla. Las tenazas de la lumbre se usaban para coger ascuas o palos ardiendo y ponerlos donde más conviniera. En el juego de esconder objetos, cuando el que lo andaba buscando se acercaba mucho al lugar donde estaba escondido, se le decía: Que te quemas, que te abrasas, que te das con las tenazas.

Tenazas de la lumbre Tencontén: (De ten con ten). Tacto, cuidado, miramiento, discreción, estira y afloja. Tendedero: (De tender, y este del latín tendere). 1) Lugar donde se extiende la ropa. Solía ser una pradera expuesta al sol que, además de secar, desinfecta y se come ciertas manchas. 2) Dispositivo formado por cuerdas y alambres donde se cuelga la ropa para que se oree y seque. Teniente: (Del antiguo participio activo de tener). Algo sordo, o tardo en el sentido del oído. Ejemplo: Habla más recio, que está un poco teniente. Tentemozo: (De tente y mozo). Palo que cuelga del pértigo del carro y, puesto de punta contra el suelo, impide que aquel caiga hacia adelante. (Ver carro). Terciado,-da: (Del participio de terciar, y este del latín tertiare). Mediano, ni muy grande ni muy pequeño. Ejemplo: Dame una pescadilla terciada. Terciar: 1) Intervenir en una conversación. 2) Como pronominal: Presentarse una oportunidad por casualidad. 3) Arar por tercera vez. Ejemplo: 1) Estábamos hablando y pasó por allí la Venancia, que terció en la conversación. 2) Si se tercia, me gustaría ir a Canarias. 3) Según es esta tierra hay que binar y hasta terciar. (Ver alzar, binar). Término: (Del latín terminus). Territorio del municipio: incluye el pueblo y todas las tierras que le pertenecen y está bajo la autoridad del ayuntamiento. Ternilla: (De tierna en diminutivo, y este del latín tener,-era,-erum). Cartílago. Terrero: (Del latín terrarius). Lugar, a modo de cantera, de donde se saca tierra o arena especial para diversos usos. (Del Terrero de Tejares salía una arena finísima, usada como abrasivo para aluciar las placas de la cocina económica, y una tierra blanca, muy buena para jalbegar). Terrón: Masa pequeña y suelta de tierra compacta. Es de uso popular la locución adverbial a rapa terrón: Dicho de segar: A ras de tierra, a raíz. (Ver rapaterrón, estripaterrones). Testerazo: (De testa, del latín testa). Golpe, porrazo, encuentro violento, choque. También se admiten las formas testarazo, testarada y testerada. Teta de vaca: Variedad de uva de mesa con granos gruesos y largos. Tete: Ombligo. La RAE no recoge esta acepción. —238—


Tibio,-bia: (Del latín tepidus). 1) Templado. 2) Indiferente. Frases coloquiales: Ponerse tibio (hartarse de comer/ ensuciarse mucho), poner tibio a alguien (ponerle verde). Ejemplo: ¡Uuuuh…! ¡Te has puesto tibio! ¡Vienes de barro hasta las mismísimas orejas! Tiemblo: (Del latín tremulus). Álamo temblón. (Ver pobo y púa). Tiento: (De tentar, y este del latín temptare). Uso típico en la locución con tiento, significando con precaución, con cuidado. Ejemplo: Id con tiento, que está Jonás dentro. Tierra: Finca, parcela. Ejemplo: Tengo unas tierras en el camino [de] Torreadrada que dan buena cosecha de girasol. Tiesto: (Del latín testum). Maceta. Cualquier cacharro donde se crían plantas. Hay un dicho popular en que se manifiesta gratitud ante un cumplido, pero disgusto por la persona que lo dice: Gracias por la flor, pero me cagü´en el tiesto. Tila campestre: Nombre popular del hipérico o hierba de San Juan, por sus efectos calmantes. Su nombre científico es hypericum perforatum. El nombre hipérico deriva del griego hyperikon (“sobre las imágenes” o “por encima de una aparición”). Para algunos, el nombre hace referencia a la propiedad que se le atribuía de hacer huir a los malos espíritus y las apariciones; solían colgarse flores de esta planta sobre las imágenes religiosas el día de San Juan; para otros, las glándulas de sus pétalos parecen formar imágenes (a este hecho se le dio mucha importancia en la Edad Media, ya que era utilizado en los exorcismos por sus virtudes cabalísticas). El término perforatum se debe a las glándulas de aceite situadas en sus hojas y sépalos que le dan a la planta un aspecto perforado, si se observa al trasluz. Su flor es amarilla, con los pétalos el doble de largos que los sépalos. El aceite de hipérico es cicatrizante. En infusión es buena contra la depresión. En Tejares siempre se le atribuyeron propiedades calmantes, por lo que recibió el nombre de tila, sin ser tila de tilos. Del nombre hipérico se derivan otros nombres populares de esta planta como pericón o hierba pericona.

Tila de campo (Hypericum perforatum) —239—


Tino: (De origen incierto). 1) Puntería. 2) Moderación, prudencia. Ejemplos: 1) Tira tú, que tienes mu[y] buen tino y seguro que la das. 2) Hay que conducir con tino, que, yendo a tometer, se mata la gente, y…¡luego dicen que pasan cosas! Tintorro: (Del latín tinctus, participio de tingere, teñir). Vino tinto, generalmente de mala calidad. Ejemplo: No hay que emborracharse, no, y menos en tintorro peleón; de emborracharse, en buen vino. Tio/Tia: (Del latín thius). Forma popular tradicional de llamar a cualquier vecino o vecina. Además, sin acento en la i, deshaciendo por tanto el hiato y convirtiendo en monosílaba la palabra. Tiparraco: (Del latín typus, y este del griego týpos, ejemplar). Tipejo, persona despreciable, pájaro de cuenta, liante. Ejemplo: Ese tiparraco quería metérmela doblada, ¡vaya caradura! Tiquismiquis: (Del latín macarrónico tichi, michi, alteración vulgar de tibi, michi [clásico mihi], para ti, para mí). 1) Escrúpulos o reparos vanos. 2) Expresiones afectadas. 3) Persona quisquillosa, puntillosa, que hace o dice tiquismiquis. Ejemplos: 1) Déjate de tiquismiquis. 2) Aquí no se estilan rendibús ni tiquismiquis. 3) Fulanita es una tiquismiquis insoportable. Tirachinas: Tirador hecho con una horquilla fuerte de madera, una goma y un trozo de cuero para tirar chinas, ya a los pájaros, ya a algún objetivo para afinar la puntería. Tirapié: (De tirar y pie). Correa unida por sus extremos que los zapateros pasan por el pie y la rodilla para tener sujeto el zapato con su horma al coserlo. Tirar el pantalón: Retirarse a defecar a un lugar discreto en los tiempos en que no había cuartos de baño. Tirarse: Acometer las vacas, toros, carneros o gallos. Ejemplo: Ten cuidao al pasar por el corral, que el gallo se tira en cuanto ve pasar a alguien. Tirillas: (De tira). Chico delgado y endeble. Ejemplo: No se comprende cómo siendo su padre un tiarrón le ha salido un hijo tan escuchimizao que es un tirillas. (Ver escuchimiza[d]o, jijas, gulusmear). Tiro: (De tirar, y este de origen incierto). Salida de humos de una chimenea y corriente de aire que produce el fuego de un hogar. Tirria: (De origen onomatopéyico). Manía, odio, ojeriza, aversión, animadversión. Ejemplo: Desde que me insultó le tengo una tirria que no quiero verle ni en pintura. Tito: (De la onomatopeya ti). Almorta. Se usa en la frase ponerse negro,-a como un tito. Ejemplo: Chelo, no tomes tanto el sol, que te estás poniendo como un tito. (Ver muela). Por experiencia, se sabía que las legumbres cuecen mejor con agua exenta de sales calcáreas, como es el agua de lluvia o “agua de gotera”. Por ello se decían estos versos: Los titos de mi tierra/ son duros de cocer./ Con agua de gotera/ dicen que cuecen bien.

—240—


Titos, muelas o almortas (Lathyrus sativus) Tiznar: (De tizonar, y este de tizón). Manchar con tizne o cosa semejante. El refranero dice: Dijo la sartén al cazo: Quítate de ahí, que me tiznas. Con ello se da a entender que alguien echa en cara a otro un defecto que él lo tiene en mayor medida. Tizne: Humo y hollín que se pega a los objetos que están en contacto con la lumbre. Tiznón: Mancha que se hace con tizne o con un tizón. Tizón: (Del latín titio,-onis). Palo a medio quemar. Tocar: (De la onomatopeya toc). Tañer las campanas para avisar de algún acontecimiento religioso o civil de interés general para el pueblo. Tocón: (De tueco, y este de la onomatopeya toc, tuc). Parte del tronco de un árbol que queda unida a la raíz cuando lo cortan por el pie. Tole: (Del latín tolle, quita, imperativo de tollere, por alusión a las palabras tolle, tolle, crucifige eum, con que los judíos excitaban a Pilatos para que crucificara a Jesús). 1) Se armó el tole-tole: Se produjo confusión, griterío y rumor de desaprobación. 2) Coger el tole, tomar el tole: Partir rápido, ponerse inmediatamente en camino. (Esta es la acepción usada en la zona). Tollina: (De tollir, sustituído en el uso por tullir, y este del latín tollere). Zurra, paliza. (Ver zarapinda). Tolva: (Del latín tubula, tubo). Caja en forma de tronco de pirámide de la beldadora, donde se echaba el grano trillado para quitarle la paja. Tolvanera: (Del latín turbo,-inis, remolino). Remolino de polvo. Tomar: oxidar. Tomar pan: Merendar. Tomatero: Se dice del pollo tierno y de poca edad, que resulta muy sabroso con tomate. Tomillo: Nombre común de varias plantas del género Thymus, de la familia de las Labiadas (Lamiales, Lamiaceae). El más común y conocido es el llamado Thymus vulgaris, que se emplea como condimento y planta medicinal. Los tomillos son plantas perennes, de tallo leñoso, de escasa altura, que viven en suelos pobres y pedregosos de regiones secas. Sus hojas son diminutas y poseen esencias aromáticas. El tomillo salsero (Thymus zygis) es una mata enana, muy aromática, de 1 a 2 dm de alto, con ramas erectas y leñosas; hojas lineares de 5 a 7 mm de largo y 1 mm de ancho de color verde grisáceo, con el envés tomentoso blanco, con un nervio en el medio; inflorescencia en espiga y corola blanquecina bilabiada con 4 estambres y estilo sobresalientes.

—241—


Tomillo vulgar y tomillo salsero (Thymus vulgaris y thymus zygis) Tonto: (De origen expresivo). Falto de entendimiento, pesado, molesto, absurdo. Entre las especies de tonto citaremos estas: Tonto de capirote, tonto en vísperas, tonto [d]el higo, tontolhaba, tonto pirolo. Tonto de capirote: El sintagma de capirote intensifica la cualidad negativa que se predica, distinguiendo al tonto entre la muchedumbre, del mismo modo que el capirote distingue al penitente en la procesión de Semana Santa. Tonto en vísperas: Dice la RAE que es quien está como ausente, suspenso fuera de propósito o sin tomar parte en la conversación. También puede entenderse como que alguien ha empezado a dejar ver su tontería o estolidez, que se manifestará plenamente en breve espacio de tiempo, del mismo modo que la víspera anticipa algo mayor: La fiesta del día siguiente. Tonto [d]el higo (tontolhigo): Encarece la tontería aludiendo sicalípticamente a los genitales femeninos, bajo la metáfora del higo. Tonto [de]l haba (tontolhaba): Tonto y bobo. Tonto pirolo: El complemento pirolo encarece la tontería. Quizá pirolo venga de pirulo, que significa coloquial y humorísticamente “miembro viril”. Los dichos para comparar la tontería son muchos. He aquí algunos: 1) Ser más tonto que el que asó la manteca en el dedo para conservarla. (Ver “El que asó la manteca”). 2) Ser más tonto que Abundio (personaje tonto, que quizá existió en tiempos pretéritos). 3) Ser más tonto que manda[d]o hacer de encargo: ¿Cómo sería un tonto si alguien lo encargara con toda la tontería del mundo encima? 4) Ser más tonto que Carracuca. (Ver Carracuca). Topera: (De topo). Montón de tierra que se forma por efecto de la zapa subterránea de los topos y madriguera donde están. Toperón: (Quizá de topera). Trozo grande de algo material capaz de aglutinarse: tierra, hielo, basura apelmazada, conglomerado de barro seco y piedras, etc. No recogido por la RAE. Toquilla: (Diminutivo de toca, y este de origen incierto). 1) Especie de mantón pequeño con el que las mujeres se arropan los hombros. 2) Especie de mantita, generalmente blanca, para envolver y arropar a los niños muy pequeños. Toquisqui: (De todo y quisque, pronombre indefinido latino que significa cada uno). Todos y cada uno, todo el mundo. Tora: Se dice de la vaca que está en celo. Ejemplo: Esa vaca está tora. Torcida: Mecha de algodón de los candiles y lámparas de aceite. Tordo: (Del latín turdus). 1) Pájaro. Es el nombre común que se da en Castilla al Sturnus unicolor. 2) Tordo,-a: Caballería con el pelo de color grisáceo.

—242—


Tordo o estornino negro (Sturnus unicolor) y caballo tordo Torta: (De origen incierto). 1) Masa de harina con anises, azúcar y otros ingredientes, de forma redonda o elíptica, que se cuece a fuego lento. 2) Bofetada, golpe. ¡Tova!: Interjección para llamar al perro, invitándole a que se acerque al amo. Palabra no recogida por la RAE. También podría escribirse con b: ¡Toba! Torrendo: Arcaísmo por torrezno. (Ver torrezno). Torrezno: (Del latín torrendo, con metátesis, gerundivo de torrere, tostar). Trozo de tocino frito. En alguna ocasión he oído la forma etimológica torrendo. Ejemplo: Con un huevo y un torrezno,/ cose un sastre muy ligero. Tostón: (De tostar). 1) Cochinillo tostado. 2) Tabarra, lata. (La RAE da 10 acepciones). Toza: (Quizá de la voz prerromana *taucia, mata, cepa de un árbol). Tronco de madera de unos 15 centímetros de grosor y 50 de diámetro sobre el que se parte algo con un hacha o cuchillo. Trabadilla: (De trabar, este de traba, y este del latín trabs, trabis, madero). Zancadilla. No recogida por la RAE. Trabucar: (De tra, por trans, y buque). Confundir, trastornar. Se usa mucho como pronominal, trabucarse, cuando alguien se equivoca al hablar y monta las palabras o cambia de orden las sílabas. Trafullar: Confundir, desordenar. La RAE recoge trafulcar, pero no trafullar. Tragaldabas: Persona muy tragona, tumbaollas, que embaúla a mansalva. Trajín: (De trajinar, y este del latín *traginare, arrastrar). Ajetreo, trabajo sin interrupción, ir y venir con tareas varias. Tralla: (Del latín tragula). Palo largo con una correa sujeta en un extremo para arrear a la yunta. Trampaculos: Fruto del escaramujo (Ver carambujo). Tranca: (De origen celta). 1) Palo grueso para asegurar puertas o ventanas. 2) Borrachera. La locución adverbial a trancas y barrancas es bien conocida y significa pasando a duras penas todas las dificultades. Trancar: (De tranca, voz de origen celta). Echar el tranco, la tranca, la aldabilla o el cerrojo para cerrar una puerta o ventana e impedir el paso. Por extensión, cerrar con llave. Tranchete: (Del francés tranchet). Especie de navaja o cuchillito curvado, que se usaba para vendimiar. La RAE le da el significado de cuchilla de zapatero. También recoge la variante trinchete con el significado de chaira, que es otra de las formas de llamar, en algunas partes, a la cuchilla de zapatero. Tranco: Ver tranca.

—243—


Trapillo: (Diminutivo de trapo). Se usa en la locución de trapillo, con el significado de “con vestido llano y casero”. Ejemplo: Voy a desentonar si voy de trapillo, pues todas andan diciendo que van a ir como señoras estupendas de tacón y media fina. Traquetear: (De traque, y este de la onomatopeya trac). Mover o agitar algo de una parte a otra. Trasegar: (Del latín *transicare, de transire, pasar). Pasar el vino de una cuba a otra. Trasponer: Ponerse el sol. Traspuesto: Dormido por breve tiempo. Equivale a echar una cabezada. Trasquilar: (De tras y esquilar). Cortar mal el pelo, sin orden ni arte, dejando calvas en unos sitios y mechones en otros. Trasquilón: Corte de pelo mal hecho, sin orden ni proporción. Se usa mucho en la locución adverbial a trasquilones, referida a cortar el pelo. Trastabillar: (De tras-trabillar, de trabilla, diminutivo de traba, del latín trabs, trabis, madero). 1) Dar tropezones. 2) Tambalearse, titubear. 3) Trabarse la lengua. Ejemplo: Se trastabilla al hablar y cambia las palabras. Trasto: (Del latín transtrum, banco). 1) Cosa inservible y que estorba. 2) Niño travieso, inquieto, nervioso, revoltoso. También puede decirse de una niña. Ejemplo: La Pili es un trasto, no para de enredar. Trazas: (De trazar, este del latín *tractiare, y este de tractus). 1) Apariencia, aspecto. 2) Vestigio, indicio, barrunto: No tiene trazas de… Trébedes: (Del latín tripes, tripedis). Aro o triángulo de hierro con tres pies, que sirve para poner al fuego sartenes, peroles, etc. La frase pasarlo peor que el que se tragó las trébedes es una hipérbole por pasarlo muy mal.

Trébedes Tremenda: Ver cantar la tremenda. Tremesino: De tres meses. Se aplica a una variedad de trigo que se hace en tres meses. Tremolina: Bulla, confusión de voces y personas que gritan y enredan, o riñen. Ejemplo: En casa de mi vecina,/ siempre hay una tremolina… Tren: De uso popular y humorístico en la frase ir en el tren de las dos, o sea, en las dos piernas, a pie, en el coche de San Fernando. (Ver coche de San Fernando). Trenal: Hacina de mies. (Ver atrenar). Trentayuna, aceituna: (De treinta y una, añadiendo aceituna por la rima). Juego infantil en el que los participantes echan a suertes a quién le toca quedarse, y lo hacen contando 1, 2, 3, 4, …, a lo que otro u otros le dicen ¡basta! Y entonces sigue contando sobre cada uno de los que forman el grupo hasta llegar a treinta y una, añadiendo aceituna. Sobre quien recae esta palabra se dispone a quedarse junto al lugar del muro elegido, mirando al muro y cerrando los ojos mientras cuenta 31 aceituna, momentos que los demás participantes aprovechan para esconderse lo

—244—


mejor posible. El que se queda tiene que encontrarlos y decir su nombre dando en el lugar elegido, intentando que, durante la búsqueda, no se le adelante ninguno y llegue al muro y diga : Uno, dos y tres, por todos mis compañeros y por mí el primero, pues entonces todos se consideran salvados y el que se queda sigue quedándose, empezando otra vez el juego. Pero si logra encontrarlos a todos, se sortea de nuevo y el juego empieza quedándose otro. Tresbolillo: a tresbolillo o al tresbolillo: locuciones adverbiales. Dicho de colocar plantas: En filas paralelas, de modo que las de cada fila correspondan al medio de los huecos de la fila inmediata, formando triángulos equiláteros. Tresnavios: (De tres navíos en el mar, juntando las dos primeras palabras y deshaciendo el hiato). El juego de tresnavios tenía como escenario todo el pueblo. Se forman dos grupos o bandos y se echa a suertes quién se queda y quién se esconde. Los que se quedan eligen el lugar donde permancerán mientras los otros se esconden. Una vez escondidos gritan ¡tres navíos en el mar!, a lo que los otros contestan ¡otros tres en busca van! Y van en su busca; el grupo que localiza al otro regresa rápidamente al lugar para ganar al contrario, mientras que los que se esconden intentan, a su vez, llegar los primeros para ganar. Los que pierden se quedan. Trifulca: (Del latín trifurca, terminación femenina de trifurcus). Desorden y camorra entre varias personas. Trigo: (Del latín triticum, triturado, y este del verbo tero,-is,-ere, trivi, tritum: triturar, moler, trillar, aludiendo a los procesos necesarios para separar el grano de la cascarilla). Término que designa al conjunto de cereales, que pertenecen al género Triticum y a la familia de las Gramíneas. Hay muchísimas variedades de trigo. El grano es utilizado para hacer harina y, con ella, una gran variedad de productos alimenticios.

Trigo y algunas variedades de pan que pueden elaborarse con él Trilla: (Del latín tribula, tribla). 1) Acción y efecto de trillar. 2) Tiempo en que se trilla. Trilla[d]o,-a: En sentido figurado, bien sabido, experimentado muchas veces. Ejemplo: Esa lección la tengo ya muy trillada, pues la he repasao diez veces. (Ver trillar). Trillar: (Del latín tribulare). 1) Romper la mies extendida en la era pasando por encima una y otra vez el trillo. 2) En sentido figurado pasar una y otra vez sobre un asunto o lugar, del cual se dice que “está muy trillado”. 3) Dicho de personas, cogeniar llevarse bien como lo haría una buena yunta en la parva. Por tanto, en frases negativas, llevarse mal. Ejemplo: La María no trilla con su suegra; ¡qué mal trillan! Trillero: El que hace o vende trillos. Fueron famosos en toda España los trilleros de Cantalejo (Segovia), los cuales, en sus tratos de compraventa, usaban una jerga especial llamada “gacería”. —245—


Trillo: (Del latín tribulum). Instrumento formado por un tablón fuerte con pedazos de pedernal o cuchillas de acero encajadas en la parte que entra en contacto con la mies extendida para triturarla. (Ver pedernal).

Trillo por ambas caras Tripero: (De tripa). Se usaba en estas dos acepciones: 1) Vendedor de tripas para hacer embutidos. 2) Persona que come mucho. Ejemplo: 1) Ha venido el tripero y tenemos que coger unos cuantos metros, porque no tendremos bastante con las tripas del cerdo para hacer tanto chorizo como queremos. 2) Echa más chuletas, que, como venga Telesforo no tenemos ni pa´empezar. ¡Menudo tripero que es el tío! Triquina: (Del griego trichíne). Nematodo de uno a tres milímetros de largo, cuya larva se enquista en forma de espiral, en los músculos de algunos mamíferos, como el cerdo, cuya carne infestada, si es ingerida por el hombre, en crudo o poco cocida, puede provocar en él la triquinosis. Triquinosis: (De triquina, y este del griego trichíne, terminación femenina de trichínos). Enfermedad parasitaria, a veces mortal, provocada por la invasión de larvas de triquina que penetran en las fibras musculares y producen dolores agudos. Ejemplo: Coge una muestra de la matanza y llévala a que la vea el veterinario, no sea que nos entre la triquinosis y nos vayamos al otro barrio. (Ver cerdo).

—246—


Ciclo vital de la Trichinella Triquiñuelas: Artimañas para conseguir algo. Triquitraque: Golpes repetidos y desordenados, vaivén ruidoso y mareante. Trisagio: (Del latín trisagium, y este del griego bizantino triságion, de trís, tres veces, y hágios, santo). Canto solemne que se hacía en la iglesia los viernes de Cuaresma ante la imagen del Cristo y que, en la lengua vernácula, decía así: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, líbranos, Señor, de todo mal. Este texto está tomado del griego y dice así: Hágios hó Theós, Hágios Ischyrós, Hágios Athánatos, éleison hymás. (Ver Cuaresma). Tritón: (De Tritón, dios marino, hijo de Neptuno y de Anfítrite). Batracio urodelo de unos 12 cm de longitud, de los cuales algo menos de la mitad corresponde a la cola, que es comprimida como la de la anguila y con una especie de cresta, que se prolonga en los machos por encima del lomo. Tiene la piel granujienta, de color pardo con manchas negruzcas en el dorso y rojizas en el vientre. (Ver manso)

Tritón ibérico, llamado manso (Triturus boscai) Troche y moche: (De trocear y mochar). Se usa en las locuciones adverbiales a troche y moche o a trochemoche: 1) Irreflexivamente, sin consideración, disparatadamente. 2) En gran cantidad, a manos llenas (con connotaciones negativas). Trola: (Del antiguo hadrolla o fadrolla, adrolla). Engaño, falsedad, mentira. —247—


Trolero: Mentiroso, embustero. Trompazo: (De trompo o de trompa). Golpe fuerte, especialmente el que alguien se da al caerse o al chocarse. Ejemplo: Fulanito se ha arreao un trompazo… (Etimológicamente, golpe dado con el trompo o con la trompa). Tronchar: (De troncho, y este del latín trunculus). 1) Romper un palo, tallo, tronco, bastón o barra sin herramientas. 2) Troncharse de risa: Desternillarse, partirse, mearse… de algo que produce carcajadas a mansalva. Túmulo: (Del latín tumulus). Armazón de madera, vestida de paños fúnebres, que se prepara para celebrar las honras fúnebres de un difunto. En la parte alta, se ponían fémures y una calavera. (Ver muerte). Tunante: (Del antiguo participio activo de tunar, y este de tuno). Pícaro, bribón, taimado. Tunda: (De tundir, y este del latín tondere, trasquilar, rapar, cortar). Paliza, azotina. Tuno,-a: (Del francés roi de Thunes, rey de Túnez, usado por el jefe de los vagabundos). Pillo, astuto. Viene a ser sinónimo de tunante. Recogido por la RAE. Tuntún: Se usa en las locuciones adverbiales coloquiales al tuntún o al buen tuntún: Sin cálculo ni reflexión, a la buena de Dios, a tontas y a locas, a bulto, sin conocer el tema, a ver qué pasa, etc. Turmas: (Del latín turma). Testículos de los animales. Turulato,-ta: Alelado, estupefacto, atónito, patidifuso, cariacontecido. Ejemplo: ¡Uuuh…! Que esa purrela valga cien euros…, ¡vamos, que me quedo turulata! Tuso: Interjección para espantar a los perros. Tute: (Del italiano tutti, todos, aludiendo a los 4 caballos o a los 4 reyes). 1) Juego de cartas para dos, tres o cuatro jugadores, cuyo objetivo es sumar el mayor número posible de tantos, usando las 40 cartas de la baraja española. El as vale 11 tantos, el tres 10, el rey 4, el caballo 3 y la sota 2. Las demás cartas no tienen valor. Si se juntan el caballo y el rey del palo de triunfos se pueden cantar las 40; si son de otro palo, se cantan 20; el que se lleva la última baza suma 10 tantos de “monte”. También se puede ganar reuniendo los 4 caballos o los 4 reyes, mientras se muestran diciendo: “Tute de caballos” o “tute de reyes”. Cada jugador tiene la obligación de seguir (si tiene cartas del palo que ha echado el que es “mano”) y de matar (echar una carta de más valor que la que ha echado el anterior); y si no puede seguir tiene que echar pinta (fallar). En caso de no poder seguir, matar ni fallar, cualquier carta vale. El que no sigue las reglas comete renuncio y pierde el juego. 2) En frases como darse un tute, pegarse un tute o meterse un tute: realizar un trabajo duro, hacer un gran esfuerzo. Tutiplén: (Forma viciosa del latín totus, todo, y plenus, lleno). Se usa en la locución a tutiplén, que significa a manos llenas, a mansalva, en gran cantidad, a porrillo. Ejemplo: Este año sí que ha sido bueno pa los frutales: Hemos cogidos peras y membrillos a tutiplén. (Ver pala: a punta pala). Tuto: En lenguaje infantil, huevo. No recogido por la RAE.

U Ulaga: (Del mozár. y ár. hisp. alyiláqa, este de *algiláqa, este de algawláqa, y este del ár. clás. gawlaqah). También existen las formas aulaga y aliaga. La RAE recomienda aulaga. La forma ulaga procede de la fusión entre la a del artículo la y la a inicial de aulaga: la aulaga> la´ulaga. En cuanto a la forma aliaga, estamos ante

—248—


una metátesis y un cambio de timbre en la vocal: aulaga>aluaga>aliaga. En Tejares, predomina ulaga. Planta de la familia de la Papilionáceas, como de un metro de altura, espinosa, con hojas lisas terminadas en púas y flores amarillas. Las puntas tiernas gustan al ganado. El resto de la planta se machaca, aplastando las espinas, para darlo en pienso. Existen muchas especies. Aquí nos referimos a la Ulex parviflorus. Ejemplo: Te metiste por donde más ulagas había y vienes lleno de arañazos como un cehomo.

Flor y mata de aulaga o ulaga (Ulex parviflorus) Uncir: (Del latín iungere). Enganchar las caballerías al yugo. Unte: (De unto, del latín unctum, de ungere, untar). Salsa, moje. La RAE recoge unto, no unte. Quizá la terminación en e se ha visto influida por churre, moje y pringue. Uñagata: Ver gatuña. Uñero: Panadizo. Uva: (Del latín uva). Baya o grano, fruto de la vid, que forma racimos. Las viñas fueron un cultivo tradicional que completaba la economía doméstica. En Tejares prácticamente han desaparecido. Existen muchísimas variedades de uva. Aquellas de las que yo oí hablar son: Albillo, garnacha, tempranillo, teta de vaca. (Ver cada una en el orden alfabético que les corresponde).

V Vado: (Del latín vadus). Lugar de un río donde el agua cubre poco. Vagancia: (De vago, y este del latín vacuus). Pereza. Vagar: (Del latín vacare). Tener tiempo para hacer algo. Ejemplo: Mañana tengo que ir al Arroyuelo por la mañana y por la tarde, si me vaga, iré a varear la nogala. Vaina: (Del latín vagina). Persona despreciable. La RAE da otras muchas acepciones: Funda para armas blancas, cáscara de algunas semillas, etc. Vainica: (Del diminutivo de vaina). Bordado que se hace especialmente en el borde de los dobladillos, sacando algunas hebras del tejido. En la escuela, las chicas solían hacer algunas labores, como por ejemplo la vainica. (Ver escuela y maestra). Vano,-a: (Del latín vanus). Se dice de los frutos con cáscara que están sin granar o con la semilla seca o podrida. Ejemplo: Estas almendras están vanas. (La RAE recoge 8 acepciones). Vara de San José: Nombre popular de varias especies de plantas. En la zona a la que se refiere este glosario, este nombre se aplicaba a la que ceintíficamente se llama Aster amellus u otra especie muy parecida, que puede llegar a 70 centímetros de altura y —249—


que da flores entre azules y moradas, parecidas a margaritas diminutas. En otras partes, con este nombre se alude al asfódelo o a la azucena. (Ver gamón). Una letrilla popular decía: La vara de San José/ todos los años florece,/ la vergüenza de los hombres/ se ha perdido y no aparece.

Aster amellus (vara de San José) Varal: (De vara, y este del latín vara, travesaño). 1) Cada una de las varas del carro. 2) Cada uno de los palos que se encajan en los costados de la caja de un carro o galera para poder poner más carga en altura. 3) Cada uno de los palos de las andas. (Ver palo). Varbasco: (Del latín verbascum). La RAE recomienda verbasco. Se consideran vulgarismos no aceptados por la RAE las formas *vardasco o *bardasco. Se llama comúnmente verbasco o gordolobo a una planta bianual de la familia de las Escrofulariáceas, que en su primer año desarrolla grandes hojas a ras de suelo para echar un espectacular tallo, de más de un metro de altura, con flores en el segundo año. Las flores son amarillas, de cinco pétalos y forman largas espigas densas con olor a miel. Tiene aplicaciones medicinales y se puede usar como ornamental en jardinería mediterránea.

—250—


Verbasco o gordolobo (Verbascum thapsus) Varear: (De vara, y esta del latín vara, travesaño). 1) Golpear con una vara la lana de los colchones para ahuecarla y dejarla mullida. 2) Hacer que un árbol suelte sus frutos a fuerza de golpes de vara. Vasar: (Del latín vasarium). Anaquel, repisa o mueblecito para poner vasos, platos,etc. Ejemplo: Madre, al vasar llego: Casarme quiero. ¡Vas dao!: Locución interjectiva para indicar que lo que alguien pretende es imposible, equivalente a la frase irónica ¡lo llevas claro! Ejemplos: Si pretendes que esa roñosa te dé un centimo, ¡vas dao!; si quieres hacerte rico con esas cuatro tierras, que son un barrial, que casi no dan ni centeno, ¡vas dao! Vecero,-a: (De vez). Se dice de las plantas que dan mucho fruto un año y muy poco o nada al año siguiente. Actualmente, los fruticultores intentan regular la producción de sus frutales para obtener cosechas medias todos los años. Vedija: (Del latín viticula, zarcillo, circulito). Lana suelta del vellón de la oveja. Velada: Baile que en las fiestas tiene lugar después de cenar. Velas: (De velar, y este del latín vigilare). Mocos que les cuelgan a los niños. Velo: (Del latín velum). Prenda de tul, gasa, seda o algodón muy fino con la que las mujeres se cubrían la cabeza y el cuello en las ceremonias religiosas. Era como un precepto y ninguna osaba ir sin velo a la iglesia. La costumbre se mantuvo hasta poco después del Concilio Vaticano II. Vellón: (Del latín vellus). Toda la lana que sale de esquilar una oveja. Esta palabra tiene un homónimo, vellón (del francés billon, lingote), aleación de plata y cobre que se usó para acuñar monedas, como el llamado real de vellón, de la época de José I Bonaparte (1768-1844). No hay que confundir estos homónimos. Venada: (De vena). Arrebato instantáneo. Ejemplo: Le dio una venada y se puso a tirar piedras a trochimochi (por troche y moche). Vencejo (1): (Del latín vinciculum, de vincire, atar). Atadura que se hacía con las pajas largas del centeno para atar cualquier cosa, especialmente los haces cuando no había atillos o estos escaseaban. Vencejo (2): (De oncejo, alterado desde antiguo por confusión con vencejo, ligadura). El vencejo común (Apus apus) es un ave apodiforme de la familia de los apódidos, especialmente adaptada para el vuelo, con alas falciformes, cola corta de horquilla poco profunda, boca muy ancha y grande rematada con un pico pequeño, plumaje negruzco con una pequeña porción blanca o gris bajo el pico, patas muy cortas y garras diminutas pero de presa extraordinariamente fuerte que le permiten asirse a sitios elevados, ya que, si cae al suelo, experimenta gran dificultad en remontar el vuelo. Para que el animal pueda remontar el vuelo se le puede coger y soltarlo desde un sitio elevado. La etimología de Apus apus viene del antiguo griego (“apus”, sin pies). Los vencejos pasan la mayor parte de su vida en el aire; comen, duermen y copulan volando. Únicamente se posan para poner los huevos, incubarlos y criar a sus polluelos. Permanecen en vuelo ininterrumpido durante nueve meses del año. Forman sus nidos bajo cornisas y aleros de edificios y casas. Suelen ser fieles a su lugar de anidamiento; vuelven a él y lo reconstruyen cuando hace falta. Los polluelos pueden resistir hasta cuatro o cinco días la ausencia de sus padres, bajando el ritmo cardíaco y la temperatura corporal.

—251—


Vencejo: Ave (Apus apus) y atadura de paja para los haces de la siega Vencerse: (Del latín vincere). Inclinarse el carro u otro vehículo por estar el peso mal distribuido. Ejemplo: No pongas to[da] la carga en la parte de atrás, que el carro se vence. Ventanuco: (De ventana, y este de ventus). Ventana pequeña y estrecha, como las de las cuadras y despensas. Ventilar: (Del latín ventilare). 1) Terminar algo rápidamente. Ejemplo: Se ha ventilao un cuarto de asao como quien se bebe un vaso de agua. 2) Robar. Ejemplo: Me han ventilao la cartera. (Otras acepciones en la RAE: airear, dirimir y solucionar un asunto, etc.). Ventolera: Viento fuerte. Dar la ventolera: Tener alguien un pensamiento repentino y actuar en consecuencia, de forma inesperada y nerviosa. Ejemplo: Le dio la ventolera y se fue a pescar a las tres de la noche. Ventregón: (De venter, ventris, vientre). Empujón, esfuerzo físico último y definitivo, tirón decisivo. Ejemplo: Está atollao el carro en un barrial. Vamos a ver si, unciendo otros dos machos más, lo sacamos de un ventregón. No recogida por la RAE. Verdel: (De verde). Pescado también conocido como caballa. Pez teleósteo, de 3 a 4 dm de largo, de color azul y verde con rayas negras por el lomo. Vive en cardúmenes en el Atlántico Norte y se pesca activamente para su consumo. El nombre científico de la caballa común es Scomber scombrus.

Verdeles Verdoncho,-a: Se dice de la fruta que está todavía muy verde y le falta mucho para llegar a sazón. Ejemplo: Ha tirao el viento unas cuantas manzanas, pero están tan verdonchas que no hay hijo de vecino que las hinque el diente [las=les]. —252—


Vertedera: (De verter). Arado de reja grande y curva que remueve y voltea la tierra. (Ver arado). Veza: (Del latín vicia). Es la vicia sativa, parecida a la algarroba y la alverjana (ver algarroba y alverjana), crece en zonas de cultivo como mala hierba, nitrificando los suelos; tiene tallos ascendentes más o menos angulosos, hojas paripinnadas (de 1 a 8 pares de foliolos), flores con cáliz actinomorfo formado por 5 sépalos soldados y frutos en vainas con márgenes pilosos y con semillas en su interior en número de cuatro a nueve.

Veza (Vicia sativa) Viático: (Del latín viaticum, de via, camino). 1) Prevención de lo necesario para el sustento de quien hace un viaje. 2) Comunión que se da a los enfermos que están en peligro de muerte, como sustento espiritual para el viaje definitivo al más allá. Esta es la acepción usada. El sacerdote llevaba la comunión al moribundo, a veces junto con la entonces llamada Extremaunción. En la píxide llevaba la comunión bajo la especie de pan, y en una ampolla, los óleos para la unción. A veces se hacía en plan procesional, acompañando al sacerdote, la comunidad, el sacristán y los monaguillos. El viático solía darse in extremis, lo mismo que la unción. Tras el Vaticano II, este sacramento no tiene que administrarse necesariamente justo antes de morir. Vicio: (Del latín vitium). Vigor y exuberancia con que crece una planta. Ejemplo: Este ciruelo estaba algo raquítico, pero, desde que le eché un poco de gallinaza, ha cogido vicio y está creciendo a tometer. La RAE da 10 acepciones más. Vigueta: (Del diminutivo de viga, y este del latín biga, carro de dos caballos). Especie de barra larga, con anchura variable, muy resistente por estar hecha a base de hierro y cemento, que se usa en la construcción para formar techos, que pueden ser, a su vez, suelos del piso que está encima. Suele hablarse de vigueta [de] Castilla. Virulé: (Del francés bas roulé, que se aplicó originariamente a la manera de llevar las medias arrolladas por arriba). Se usa en la expresión a la virulé, con el significado de estropeado, torcido o en mal estado. Ejemplo: Fulanito tiene un ojo a la virulé. Viso: (Del latín visus). Forro de color o prenda de vestido que se coloca debajo de una tela clara para que por ella se transparente. Esta es la acepción usada de las siete que da la RAE. Voceras: (De voz). Bocaza, hablador, jactancioso. (Ver boceras). Voleo: Se usa en la locución adverbial a voleo o al voleo, con estas acepciones: 1) Dicho de sembrar: Arrojando la semilla al aire a puñados para que se esparza. 2) Dicho de hacer o decir algo: a bulto, arbitrariamente, sin criterio.

—253—


Volquete: (De volcar, y este del latín *volvicare, de volvere). Carro o camión que bascula para descargar. Volvederas: (De volver). Apero de labranza consistente en una especie de arcos metálicos, acoplados sobre unos ganchos en el cabezal posterior del trillo, con un extremo, acabado en ruedas muy pequeñas, sobre la parva para ir removiendo las mieses mientras se iba dando vueltas con el trillo. (Ver trillo).

Herramientas del campo: Abajo, volvederas (imagen museística de Villamartín de don Sancho, León) Volver tarumba: Se usa en las frases volver tarumba a alguien o volverse tarumba, con el sentido de atolondrar, confundir, causar aturdimiento. Ejemplo: Anda, Pepito, deja de meter tanto ruido con esa chifla, que me estás volviendo tarumba.

Y Yerba: (Del latín herba>hierba>yerba). Hierba. Yermo: (Del latín tardío eremus, y este del griegos éremos). Se dice del terreno sin cultivar. Yero: (Del latín erum, por ervum). Planta leguminosa anual parecida a la algarroba, de la familia de las Fabáceas. Su nombre científico es Vicia ervilia (L.) Willd. o Ervum ervilia L. Se cultiva en el área mediterránea desde el Neolítico. Se usa para echar de comer a las ovejas. Ejemplo: Me duelen los riñones de tanto arrancar yeros.

—254—


Matas de yeros (Vicia ervilia o Ervum ervilia). Yesca: (Del latín esca, comida, alimento). Materia muy seca que prende fácilmente ante cualquier chispa. Yesquero: (De yesca). Encendedor de yesca y bolsa para llevarlo. (Ver chisquero). Yugo: (Del latín iugum). Instrumento de madera al cual, formando yunta, se uncen por el cuello las mulas y en el que va sujeta la lanza o pértigo del carro, el timón del arado, etc.

Yugo para uncir las caballerías para arar Yunta: (Del latín iunctus,-a,-um). Par de mulas u otros animales que sirven para las labores del campo o para acarrear materiales.

Z

—255—


Zaca-zaca: Onomatopeya para decir que el calzado va desatado y desajustado y, por tanto, hace ruido al andar. Ejemplo: Átate los zapatos que vas to´l rato zaca-zaca y, aparte del ruido, puedes pisarte los cordones y caerte de bruces. Zagal: (Del árabe hispano zagál[l], joven, valiente, o del árabe clásico zuglul, muchacho). 1) Pastor joven. 2) Muchacho adolescente. Zaina: Coz, patada de una caballería. Acepción no recogida por la RAE, que, sin embargo, tiene dos entradas para zaino,-na: La 1ª (del árabe hispano zahím, indigesto, antipático, desagradable) con el significado de traidor, falso, aplicable también a una caballería que da indicios de ser falsa. Quizá de aquí provenga, por transferencia semántica, esa acepción local, que equipara zaina con coz. La 2ª (del árabe hispano sahím, negro) con el significado de castaño oscuro (dicho de un caballo o de una yegua) o negro total (dicho del ganado vacuno). Zamarra: (Del euskera zamarra). Prenda de vestir, rústica, hecha de piel con su lana o pelo. También, pelliza. Zambomba: (De origen onomatopéyico). 1) Instrumento rústico musical. 2) Vejiga del cerdo hinchada. (Acepción propia de Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora). Zampabollos: 1) Persona que come con exceso y con ansia. Palabras sinónimas son: Zampabodigos, zampapalo, zampatortas y tumbaollas. 2) Persona incapaz, torpe y maleducada. Esta 2ª acepción no la recoge la RAE en zampabollos, pero sí en zampatortas. Zampar: (De la onomatopeya zamp). Comer y beber mucho y deprisa. Zancajera: Barro en cantidad adherido al calzado. Ejemplo: Límpiate esas zancajeras antes de entrar en casa. (Ver zancajo). Acepción no recogida por la RAE. Zancajo: (Del despectivo de zanca). 1) Barro pegado en el calzado. (Acepción no recogida por la RAE). 2) Talón, calcañar. Zancarrón: (De zanca, del latín tardío zanca o tzanga, y este quizá del persa antiguo zanga, pierna). Hombre flaco, feo, viejo y desaseado. Recogido por la RAE, que da más acepciones. Ejemplo: ¡Vamos, vamos! ¡Con los buenos partidos que tuvo esa chica y, al remate, se ha ido a casar con ese zancarrón! Zanganear: (De zángano, y este de la onomatopeya zangl). Hacer el vago. Ejemplo: Te pasas el día zanganeando y así no pue[de] ser, hijo, que hay que ganarse los garbanzos. Zangüengo,-a: (De zanguango, este de zangón y este de zancón). Indolente, embrutecido por la pereza. La RAE recoge zanguango, pero no zangüengo, interpretable como una disimilación de las dos aes en sílabas contiguas. Zapata: Pieza de madera forrada con goma para frenar el carro. Zapatero: (De zapato, y este del turco zabata). 1) 1ª acepción: Persona que hace y arregla zapatos. Hacer zapatos a medida se considera actualmente un trabajo artasanal, que suele pagarse bien. Hubo en Tejares un zapatero, llamado Florencio, que, además de las muchas composturas que entonces se hacían, confeccionaba zapatos, botas y sandalias a medida e incluso lo que hoy llamaríamos calzado ortopédico. Un pobre cobrando a otros pobres no podía medrar mucho económicamente, como así fue de hecho, haciendo verdad el refrán: Los zapateros, más polvo que dineros. Para hacer unos zapatos se empezaba tomando medidas del pie: contorno, longitud, anchura y volumen. Si el que los encargaba tenía algún problema de callos o juanetes, eso se tenía en cuenta a la hora de hacerlos, poniendo alzas para hacer la forma. Se elegía la horma adecuada, se hacían, con cuchillas especiales, los cortes del cuero (cuando no venía ya hecho de los almacenes de Segovia) y el contrafuerte interior pegándolo con engrudo y cosiendo las partes, y se montaba sobre la horma

—256—


junto con la plantilla a la que se cosía el borde inferior del corte o pala y la suela o goma mediante un cabo hecho con cáñamo y pez y ayudándose de una lezna para facilitar el paso de la aguja (que era bien fuerte para este tipo de suturas). El proceso era muy laborioso, pero un buen zapato o bota cosido a mano duraba mucho. Finalmente se fijaban los tacones con capas distintas, clavando o cosiendo unas y pegando con disolución (un pegamento especial) la última de ellas. Sobre la suela se hacían los últimos remates, llegando a encerarla y hacer en ella un dibujo con una ruedecita dentada. En el taller de un zapatero tradicional solía haber una máquina de coser cuero, varios tipos de martillos, varios tipos de clavillos y cuchillas para las distintas composturas, el tirapié, la lezna, el sacaboca[d]os, los alicates, las tenazas, las grandes tijeras y otras más pequeñas, la rueda de pedernal para lijar, la piedra grande y lisa para machacar suelas o badanas, la necesaria, etc.

Hormas y lezna

Sacaboca[d]os de estrella y corte o pala con su contrafuerte de badana más suave 2) 2ª acepción: Palometa (Ver besugo). 3) 3ª acepción: Zapatero de agua: El zapatero (Gerris lacustris) es un insecto que tiene la habilidad de flotar y andar sobre la superficie de las aguas dulces, debido a los pelos de sus cuatro patas traseras, los cuales repelen el agua, formando una pequeña bolsa de aire en la superficie. 4) 4ª acepción: En la expresión quedarse zapatero, significa no hacer baza en el juego de naipes. Zapatiesta: Alboroto, jaleo, riña. Zapatitos del niño Jesús: Planta herbácea, de flor muy pequeña de color violeta y con forma de pequeño zapato o labio, que crece en praderas, ribazos y al borde de los caminos. Puede crecer hasta 25 cm de altura. Tiene el tallo y las hojas cubiertos de fina pubescencia. Su nombre científico es Lamium amplexicaule. Las hojas son opuestas, redondeadas, con el margen lobulado, sésiles, con las inferiores tendiendo a la forma oval. Florece entre mediados de invierno y principios del verano, produciendo inflorescencias en verticilastro con brácteas amplexicaules, formadas por flores hermafroditas, zigomorfas, de color violeta, con el tubo de la corola de uno a dos cm, con labio superior galeado e inferior blanco moteado en púrpura. El cáliz lo forman —257—


cinco sépalos soldados. La flor les gusta a las abejas. La raíz y las hojas son comestibles y se han llegado a utilizar en ensaladas y ciertos dulces. El género Lamium al que pertenece esta plantita abarca muchísimas especies y subespecies.

Zapatitos del niño Jesús (Lamium amplexicaule) Zaraguacil: (Del cruce entre [ciruela] zaragocí y aguacil por alguacil). Especie de ciruela alargada, de color morado y muy dulce. Su nombre alude a su origen zaragozano, bajo la forma zaragocí, de influjo árabe. Para la RAE es una ciruela amarilla. Zaragüelles: (Del árabe hispano saráwil, este del árabe clásico sarawil, y este del arameo sarbal[a] o sarbela o sarbala). Planta Gramínea, con cañas débiles rematadas en inflorescencia en panoja, compuesta de espiguillas con aristas rectas, que se clavan fácilmente en la ropa. Crecen cerca de muros y casas y en sitios secos. Nombre científico: Hordeum murinum. Otro nombre: Cebadilla ratonera. (Ver cebadilla ratonera).

Zaragüelles o cebadilla ratonera (Hordeum murinum) Zaranda: (Del árabe hispano sarand, y este del persa sarand, cedazo). Criba. Puede oirse en algunos pueblos ceranda por disimilación vocálica. —258—


Zarandillo: (Del diminutivo de zaranda). Persona muy inquieta, sobre todo niño. Se usa mucho en la frase coloquial traerle a alguien como un zarandillo: Hacerle ir frecuentemente de una parte a otra. Zarapinda: Paliza, zurra, azotina. No recogida por la RAE. Zarracina: (De sarracina, y esta de sarraceno). Escabechina, destrozo grande. La RAE recoge zarracina, pero con otro origen y significado: Del latín circius, cierzo, ventisca con lluvia. Zarrapatroso,-a: Desaliñado, desaseado. Ejemplo: -Hija, quítate ese pingo, que vas hecha una zarrapatrosa. -Madre, no querrá que me ponga lo nuevo pa[ra] ir a lavar a La Maluca. -Tampoco es eso; no te vas a poner la ropa de los domingos, pero, entre eso y el vestido que te has puesto, hay un término medio. Zarria: Cualquier cosa pequeña e insignificante, o pequeña, rota y sucia. Ejemplo: Te ha dado tres manzanas pequeñas y pochas. ¡Pues vaya una zarria! La RAE no recoge esta acepción. Recoge zarrio,-rria (del euskera txar, defectuoso, débil) con los significados de: 1) femenino: Barro que se pega a la parte inferior de la ropa. (Ver cazcarria). 2) Pingajo. 3) Tira de cuero que se mete entre los ojales de un tipo de abarca para asegurarla. Zarza: (Del antiguo sarza, y este voz de origen prerromano). 1) Arbusto espinoso en general. 2) Por antonomasia, y según el contexto, rosal silvestre (escaramujo) o zarzamora. Zascandil: Hombre ligero y enredador. Zocato, -a: (De zoquete). Zurdo. La zocata equivale a la mano zurda. Ejemplo: Ha rematao la pelota con la zocata. Zopenco: (De zopo,-a, torcido, contrahecho).Tonto y bruto. Zoqueta: (De zueco, y este del latín soccus). Especie de estuche de madera con el que los segadores se protegían los dedos corazón, anular y meñique de la mano contraria a la hoz (generalmente la izquierda). (Ver dedil).

Zoquetas vistas por ambas caras Zoquete: (Quizá del celta *tsucca). 1) Trozo grande de pan. 2) Tonto, tarugo. Zote: (De origen incierto, probablemente creación expresiva, como tonto, zonzo, etc.). Ignorante, torpe, duro de mollera, tardo en aprender. Ejemplo: Ese es un zote. ¡Seguro que aprobó por influencias! Zumaque: (Del árabe hispano summáq, y este del árabe clásico, y este del arameo, rojo, por el color de sus semillas). Planta que se cultivó, porque era muy empleada por los zurradores (curtidores) como curtiente, debido a la alta dosis de tanino de su fruto. Su nombre científico es Rhus coriaria. Familia: Anacardiáceas. Es un arbusto, —259—


originario del Líbano, que puede llegar a los tres metros, con hojas compuestas, flores en panoja y fruto drupáceo rojizo. Suele emplearse molido y le proporciona al cuero un olor agradable a té.

Zumaque (Rhus coriaria): fruto rojizo y hoja compuesta Zurcir: (De surcir, y este del latín sarcire). Coloquial, pegar a un niño como castigo. La RAE da otras acepciones de todos conocidas. Son muy usuales las expresiones que te zurzan o que le zurzan para despachar a alguien por impertinente, pesado o violento. El huevo de zurcir era de madera y se usaba para zurcir calcetines. (Ver huevo de zurcir). Zureo: (De la onomatopeya zur). Arrullo de la paloma. Zurra: (De zurrar). 1) Paliza, azotina. 2) Derrota amplia: Del derrotado o vencido se dice que se le ha dado una zurra. 3) Darse o pegarse una zurra: Matarse a trabajar. Zurrar: (De la onomatopeya zurr). Azotar, golpear. La frase zurrar la badana significa pegar, maltratar. (Ver badanas). Zurriagazo: (De zurriago, este de zurriaga, y este del árabe hispano surriyáqa, quizá de origen prerromano; Comparar con el euskera zurra, paliza, y aga, palo). Golpe dado con un zurriago (látigo de cuero, cordel o cosa similar). Zurrón: (Del euskera zorro, saco). Bolsa grande de cuero que usan los pastores para llevar comida u otras cosas. Zurrupia: (Quizá del cruce entre zorra y corrupia). Mujer avispada, sacacuartos, lagartona. No recogida por la RAE. A veces, zurruspia. Zuruza: Lluvia menuda, de corta duración y acompañada de viento. No recogida por la RAE. (Ver aguarradilla). FINIS CORONAT OPUS Noviembre de 2011 Últimas revisiones: Mayo-junio y diciembre de 2012. AGRADECIMIENTOS: A todas las personas aludidas en la dedicatoria y especialmente a Socorro Martín, por sus aportaciones, a Rosa, por sus dichos, y a Emilio y Uriel Pascual por haberse encargado de corregir y enriquecer este trabajo de cara a su edición.

—260—


La última revisión ha sido posterior a la muerte de Socorro (acaecida el 20 de septiembre de 2012). Sirva este documento para perpetuar su memoria. Por sugerencia de varias personas, se han ido añadiendo palabras en 2013 y 2014.

—261—


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.