Mario conde el sistema mi experiencia del poder pag 367

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quinto, nosotros no violamos el deber de secreto sino que, por el contrario, quien parece haberlo hecho es, precisamente, el Banco de España; por último, cuando ese informe se redactó es más que posible que sus autores supieran quiénes habían vendido y quiénes no, a pesar de lo cual las palabras transcritas más arriba aparecen en un documento oficial del Banco de España. Creo que todo ello es altamente esclarecedor, aunque, sin duda, también lamentable.

• Que determinadas sociedades instrumentales de la Corporación Industrial recogían autocartera y operaciones similares. Uno de los profesionales que prestó sus servicios en Banesto durante mi presidencia y que permaneció en el banco después del acto de intervención fue sometido, pocos días después del 28 de diciembre, a un interrogatorio por parte de los gestores designados por el Banco de España con el fin de localizar la existencia y situación de tales sociedades instrumentales. Era lógico que los nuevos gestores adoptaran esta medida, porque estaban convencidos de que así era. Cuando una y otra vez se informó de que tales sociedades no existían, la incredulidad inicial comenzó a transformarse, por la fuerza de los hechos, en constatación de la evidencia. • Prácticas de dilución de activos. Una frase similar figura en el acuerdo de intervención. Cuando la leí por primera vez no era capaz de entenderla, no sabía a qué se estaba refiriendo el Banco de España. Pocos días después, como consecuencia de confesiones de los nuevos gestores, me llegó la información de que se trataba del Banco Totta y Azores. El asunto era tan descabellado como lo siguiente: Banesto era propietario directo del 25 por ciento del banco portugués Totta y Azores. El restante 25 por ciento, por limitaciones -por cierto, ilegales desde el punto de vista de la Comunidad Europea- establecidas por la legislación portuguesa, se encontraba a nombre de sociedades teóricamente portuguesas que habían adquirido las acciones mediante un préstamo de Banesto que debería pagarse en acciones del Banco Totta. Es decir, una construcción por cuya virtud Banesto, cuando desaparecieran tales limitaciones, se aseguraba el control del Banco Totta. Aunque al lector pueda parecerle increíble, lo cierto -según informaciones que he recogido- es que en algunos círculos se pensaba que ese restante 25 por ciento era un montaje de tal naturaleza que podía quedarse en manos del


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